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91 ANTROPOLOGÍA PEDAGÓGICA

el Museo Nacional de Etnología (1875-1974)>>, M. Rufino Blanco, así como en el Labora-


Rivera (ed.), Antropología de España y América torio Antropométrico que existía en el
(Madrid: Dosbe, 1977), 295-322. D. Sánchez,
<<El Excmo. Señor D. Manuel Antón y Ferrán-
Museo Pedagógico y del que fue direc-
diz», SEAEPAM, X (1931), 13-30. A.M. Verde, tor el Dr. Simarro. Como nota interesante
<<La primera Sociedad Antropológica de España>>, hay que decir que este Laboratorio exis-
1 Congreso Español de Antropología (Barcelona: tía antes de 1899, fecha que señala Ho-
U. de Barcelona, 1980), II, 17-38. yos Sáinz* como aparición del primer
MAP-S Laboratorio Antropológico, creado por el
Dr. Melzi en Italia. El propio Hoyos
aclara el sentido de la que referimos
Antropología pedagógica como antropología pedagógica: «La más
moderna, pero la más interesante y ac-
La antropología pedagógica es una de tual de las antropologías aplicadas, es la
las piezas fundamentales del hacer edu- Antropología Pedagógica, cedida por la
cativo en la década de los ochenta del aplicación de los métodos al estudio del
pasado siglo. El razonamiento para su niño y constituida en la actual crisis de
construcción puede parecemos simple en la pedagogía como base objetiva de la
la actualidad: si la educación tiene una misión, al ser considerado el niño como
decidida tarea de ocuparse del hombre, una realidad concreta, no como una abs-
ha de parecer de razón natural el que se tracción ni como una reducción cuanti-
llegue al conocimiento de aquél, pero tativa, pero no esencial, del hombre».
ahora como hombre completo, hombre Este mismo autor, para tratar de aclarar
físico y hombre psíquico. Así, al enten- el concepto y hacer de esta disciplina,
derse en la referida época que la antro- asegura también: «Así nacida, ha englo-
pología debía ocuparse del conocimien- bado en su sentido amplio el conoci-
to físico, psíquico y físico-psíquico, será miento de las formas y del crecimiento
lógico desarrollar estos conocimientos de las mismas con los dos modos con
para crear una base de apoyo a la peda- que la morfología humana y la antropo-
gogía. Se comprenderán entonces las logía concreta los estudian; el de
palabras de un autor de la época: «No las actividades y funciones fisiológicas,
puede haber Pedagogía exacta y cientí- esencialmente en lo que al desarrollo y
ficamente construida, ni verdadera y fe- formación en las edades escolares atañe,
cunda educación, entre tanto, sin la base y el del origen y evolución de los pro-
de los conocimientos antropológicos» cedimientos psíquicos en este periodo
(Alcántara, 1880: 15). Se trata de una formador y plástico, cuyo conocimiento
antropología aplicada. Un conocimiento permite excitarlos y dirigirlos» (Hoyos,
que pretende ser de ayuda a la pedago- 1917: 30). Los iniciadores de esta rama
gía y que surge de proyectar los resulta- de la antropología los sitúa Hoyos en
dos que se obtienen en la segunda mi- Italia y, según él, son el profesor Melzi,
tad del siglo XIX por las conexiones en- que en 1899 creara el primer laborato-
tre la anatomía y la antropología. Este rio de esta ciencia; el profesor Pizzoli,
carácter se advierte en los numerosos que denomina, más exactamente desde
exámenes antropométricos realizados por nuestro punto de vista, a la disciplina
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biología pedagógica, y M. Montessori, de ción, llega a mencionar: «Estos princi-


quien se conserva una obra dedicada al pios a los que nos referimos, no son
tema, titulada Antropología Pedagógica, otros que los que suministra la ciencia
que ya contaba en 1913 con una edición que estudia al hombre, o sea, los princi-
inglesa. pios antropológicos». Y esta disciplina,
Son médicos en su mayoría los que se cuya importancia pretende justificar, tie-
dedican a estos estudios antropométricos ne unos presupuestos científicos claros
de la infancia. Resultaría innecesaria tal para el autor, pues no habrá pedagogía
mención al haber reconocido ya la dedi- exacta sin la existencia de estos conoci-
cación de tales profesionales al campo de mientos antropológicos. Conocimientos
la antropología, si no fuera por el hecho que -no hay que olvidar- han de ser
coincidente de que son también médicos adquiridos bajo los presupuestos de las
los que se empiezan a. ocupar, en el cam- modernas teorías de la época, que am-
po de la educación, del estudio del cuer- para el criticismo y el positivismo, y que
po y la necesidad de consider3:rlo a la tantos resultados estaban obteniendo en
hora de educar. Son J. Itard, con la edu- el terreno de la experimentación fisioló-
cación del niño salvaje (Víctor de l' A- gica y en su aplicación a la psicología
veyron) y E. Seguin quienes se conside- infantil. En fin, una disciplina que Alcán-
ran los primeros médicos en actuaciones tara define de la siguiente manera: «La
educativas con principios científicos de ciencia que, partiendo del conoc,imiento
por medio para poder sustentar sus situa- de la naturaleza humana en general, es-
ciones, aunque éstos nos resultan un tan- tudia la del niño en particular, sus ma-
to distantes al dedicarse al campo qtás nifestaciones principales y su desenvol-
específico de la llamada educación de vimiento hasta que el niño se convierte
deficientes. De cualquier manera, en casi en hombre, todo ello con el fin de de-
toda Europa empiezan a preocuparse por ducir consecuencias y hacer aplicaciones
el estudio del niño, desde el punto de para la educación» (1880: 43). Los con-
vista de la psicología y con una meto- tenidos que la antropología pedagógica
dología experimental positivista que, en ha de tener, según el autor, son los si-
definitiva, era lo que se escondía tras guientes: 1) «Nociones antropológicas»
gran parte del título de la antropología que partirán de estudiar qué es el hom-
pedagógica. bre en general, centrándose luego en el
Entre los primeros escritos españoles, hombre puramente físico con la aplica-
dirigidos a dibujar el campo de la antro- ción de tales conocimientos a la educa-
pología pedagógica, está la obra de ción, pasando también revisión a la vida,
Pedro de Alcántara García Navarro (pro- en relación con la del espíritu; 2) «estu-
fesor de las Escuelas Nacionales Centra- dios del niño», que supondrán un conoci-
les), titulada Prolegómenos a la Antro- miento de él bajo el doble aspecto de la
pología Pedagógica (1880), en la que naturaleza psico-física; 3) «estudios del
nos resume el hacer de unos estudios que desarrollo individual del hombre», que
él justifica como imprescindibles para la no van más lejos de todo aquello que
educación. Así, refiriéndose a los prin- hoy podemos incluir bajo la denomina-
cipios de los que ha de partir la educa- ción de psicología evolutiva. Los méto-
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' dos con los que acceder a estos conoci- de semos valiosos e imprescindible pre-
mientos estarán en la línea de la observa- . cedente para que el maestro haga una
ción y la experimentación, únicos medios acertada distribución del tiempo y del
para obtener unos datos fiables y con po- trabajo, elija los métodos, las formas, los
sibilidad de contrastación. Así, se' recuer- procedimientos y el material, es decir,
da la preocupación ya mencionada por el todas las medidas que conceptúe idóneas
cuerpo, en este caso del niño, y que para que nada deje que desear la educa-
toma fuerza en esta época habiendo es- ción de la niñez».
tado olvidado en muchas otras; la medi- Los temas de estudio que se cubren en
ción de éste será tarea constante. Una esta antropología pedagógica son la fi-
actitud -la del estudio corporal- que siología y la psicología. Entendida la
ya se contempla en el espíritu del krau- primera como una parte de la antropo-
sismo español, pues el propio Sanz del logía que estudia las funciones de la vida
Río trata de revelarse en este aspecto orgánica, las causas de las que dependen
contra las posturas neo-escolásticas tra- estas funciones, sus leyes de manifesta-
dicionales en las que predominaba el ción y Íos fenómenos que se realizan; y
componente espiritual del hombre con · la segunda, como la ciencia que estudia
menosprecio del cuerpo. Esta postura la misma naturaleza del sujeto en la que
anuncia ya la preocupación que en la suceden los fenómenos anímicos. Tam-
Institución Libre de Enseñanza* se ten- bién será parte de la antropología peda-
drá por estudiar los .temas más genera- gógica, la ¡)sicofísica pedagógica que
les de la antropología. Indudablemente, marcará la posición sobre el concepto del
esta antropología, como indica Hoyos, hombre y su origen, así como las diver-
nace de la consideración del niño como sas teorías enfrentadas, como el monoge-
una realidad concreta, con posibilidad de nismo*, el poligenismo*, el transformis-
ser estudiada, y no como una abstrae- , mO, la selección natural, que están valo-
ción, como se había mantenido antes y radas en la obra que comentamos con un
aún en aquellos momentos seguía consi- marcado carácter conservador católico.
' derándose por parte de sectores conser- En. una parte final de la dedicada a
vadores. la antropología, se incluirá el tema de
Otro de los escritos de mayor entidad la antropometría, entendida ésta como
es el Compendio de Antropología y Pe- muestra de la «medida del hombre»: «La
dagogía de P. Díaz,Muñoz (1914). En él antropometría es muy importante si con-
se define la disciplina de la siguiente sideramos que es una ciencia experimen-
manera: «La Antropología Pedagógica tal que nos suministra datos relacionados
consiste en el detenido estudio que de la con el proceso educativo, y que nos per-
naturaleza humana se hace para conocer, mite apreciar periódicamente el desarro-
no sólo su desenvolvimiento en el orden llo del organismo del niño».
físico y psíquico, sino también la armo- Por último, una obra de mayor breve-
nía que en todas las funciones de la vida dad es la de G. Herráinz Tratado de
debe existir entre los elementos materia- Antropología y Pedagogía (1897). En
.Jes y espíritu, constituyendo el orden ella se define la antropología como el
psicofísico. Y estos conocimientos han estudio del hombre, tanto en su aspecto
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físico como psíquico, incluyendo el es- asignatura completa llevará el nombre de


tudio de alma y cuerpo, para una mejor «Antropología y Principios de Psico-
comprensión del niño y la posterior fa- génesis» (que pretende estudiar los orí-
cilidad a la hora de educarle. genes y evolución de las funciones psí-
Otro de los aspectos que interesa re- quicas o de las perturbaciones), y se
coger, en cuanto que informa sobre el impartirá igualmente en primer curso. En
proceso seguido por la antropología pe- los siguientes planes de estudio la antro-
dagógica, es el legislativo, en lo referen- pología no aparece como disciplina, ni
te a los cambios de planes de estudios cuando, en 1909, se crea la Escuela Su-
que se sucedieron en las Escuelas Nor- perior del Magisterio. Sin embargo, en la
males de Maestros, lugar claramente pro- ley de creación de esta última se pue-
picio para que se diera el desarrollo de den leer las siguientes palabras: «Así
la disciplina que comentamos. El 25 de puede observarse que en el plan de es-
septiembre de 1898 aparece oficialmen- tudios de la E.S.M., no sólo se dan los
te en la Gaceta de Madrid la reorgani- medios de adquirir los modernos cono-
zación del plan de estudios de Escuelas cimientos científicos, poco atendidos
Normales, incluyendo en el grado supe- hasta ahora en las E.N.d sino que se
rior de maestro las asignaturas de «An- transforman y especializan los estudios
tropología, Psicología y Teoría completa de Pedagogía, realizando los ejercicios
de la Educación». En sucesivos artículos prácticos, dando a cada una de las ramas
se explica que tales asignaturas se estu- científicas en que estaban su valor y
diarán en el primer curso en tres leccio- solidez, e incorporando a ella por prime-
nes semanales de hora y media, y será ra vez en España estudios tan importan-
un profesor quien se encargue de ello tes como la Fisiología, Psicología y
por completo. Para las maestras queda- Psiquiatría del niño, que van renovando
rán reducidas las clases a dos lecciones en ambos hemisferios el sentido de la
semanales, también de hora y media. En Pedagogía tradicional». Hasta la reforma
el curso de escuelas normales no supe- del plan de estudios de la Escuela de
riores, la asignatura 'será denominada 1930 no volverá a aparecer la antropo-
«Antropología y Pedagogía Fundamen- logía como asignatura, y esta vez con la
tal». Los contenidos de la asignatura se denominación de «Antropología Pedagó-
especifican en el artículo 30: «Los prin- gica». En la aprobación de dicho plan,
cipios de Antropología y Pedagogía com- que se diera al año siguiente, aparece
prenderán lecciones de Psicología y Fi- como asignatura del tercer curso. De
siología, teniendo en cuenta los adelan- cualquier manera, hemos de tener presen-
tos modernos de estas ciencias». En julio te que, sin darse estudios con esta de-
de 1900 se produce un nuevo cambio en nominación, sí se impartían materias
los planes de estudio de la Escuela de cercanas a lo que en su contenido se
Magisterio. En esta ocasión, no se inclu- incluía (Fisiología, Psicología, etc.) y,
ye la antropología como asignatura, aun- precisamente, la persona que se encarga-
que un año más tarde, en una nueva re- ba de ellas, Luis de Hoyos Sáinz, ha de
estructuración, volverá a aparecer (Gace- ser considerada como antropólogo. Este
ta de 19 de agosto de 1901). Ahora, la aspecto, que se reseña para la época en
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la que apareció la Escuela Superior del de en la ciencia. Su definición y objeto.


Magisterio, ha de tenerse igualmente en Errores fisiológicos sobre este punto.
cuenta para periodos anteriores en los Conclusiones. Lección S.-Nociones sin-
que, aun sin recogerse con tal título una téticas del hombre físico indispensables
asignatura en el plan de estudios, se in- en la Antropología. Razón de orden. Ele-
cluían contenidos muy cercanos. mentos del cuerpo humano. Clases de
La idea de impartir antropología pe- elementos y órdenes de los mismos. Su
dagógica a. los futuros educadores tenía composición en órdenes superiores. Or-
un número importante de defensores. Los ganos, aparatos, sistemas, actos y funcio-
Congresos se hacían eco de estas deman- nes. Examen sucinto de ellos. Conclusio-
das, como lo demuestran las palabras de nes». Dentro del programa de pedagogía
una locución en la sesión 5." del Con- utilizado por las Escuelas Normales para
greso Pedagógico de 1882, celebrada el los exámenes de la reválida superior en
2 de junio: «En las Escuelas Normales la última década del siglo pasado, nos
deben enseñarse aquellas asignaturas y interesa resaltar las siguientes lecciones:
conocimientos que conciernen directa- «2. La Antropología como base de los
mente a la conservación del individuo, es estudios pedagógicos. Carácter y exten-
decir, la Fisiología, la Higiene y la An- sión que debe darse a este estudio en las
tropología ( ... ) Deberían incluirse estas Escuelas Normales. 3. Material de estu-
asignaturas en los programas de esos es- dio e instrumentos empleados por los
tablecimientos, consideradas como asig- antropólogos. Cuáles pueden emplearse
naturas importantísimas, con personal en la Escuela. 4. Importancia del cráneo.
docente adecuado para este fin, con ob- Antropometría. Su valor pedagógico.
jeto de generalizar ese conocimiento». Medidas diversas. Proyecciones. 5. Estu-
Pero acudamos al contenido de los pro- dio de los caracteres psico-físicos. Psico-
gramas de esta disciplina. Escogemos, metría. Indices y valores. Su aplicación
por ejemplo, el que nos ofrece el profe- en la Escuela. 6. Hojas de observación
sor Casado Mesa de la asignatura de y registros antropométricos en las escue-
«Antropología, Psicología y Teoría com- las. Su importancia».
pleta de la Educación», y alguno de los Por último, queremos mencionar algo
títulos de sus lecciones: «Lección 3.- que ya hemos tocado al referirnos a la
Antropología. Razón de orden. Las acep- obra de.Díaz Muñoz (1914), la impor-
ciones y verdadero carácter. Su defini- tancia, dentro de la antropología pedagó-
ción. Elementos que descubre el análisis. gica, de los estudios antropométricos.
Ciencia que supone y estudios que de Una de las personalidades destacadas en
ella se derivan. Sus diferencias y relacio- este campo fue L. Simarro que, directa
nes con las ciencias Psico-Humanas y o indirectamente, intervino en alguno de
Físico-Humanas. Carácter sintético de los los procesos de desarrollo de la antropo-
estudios antropológicos. Conclusiones. logía pedagógica. No olvidemos que ya
Lección 4.-Antropología. Razón de or- en 1896 dictó unas lecciones sobre an-
den. La naturaleza y distinción de la tropología escolar en el Museo Pedagó-
Psicología y Fisiología. Biología, Anato- gico. Pero la tarea que más vivamente
mía y Patología. Lugar que le correspon- desarrolló en este campo concreto va
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referida a los estudios antropométricos, estas medidas el escepticismo era muy


con la confección de las famosas hojas. grande, a la hora de reconocer la apli-
En la bibliografía de Simarro pueden cación que la obtención de las mismas
encontrarse varias referencias relaciona- podía tener en el hacer educativo, no
das con la materia que nos ocupa: una deja de sorprender hoy leer palabras
primera titulada «El exceso de trabajo como las siguientes de Díaz Muñoz:
intelectual en la enseñanza» (1896) y «Una caja torácica desarrollada, un peso
Antropología Escolar (1896), que reco- regular, una talla proporcionada, el creci-
ge las lecciones arriba mencionadas (li- miento normal y el pulso fuerte son sig-
bro este último del que no hemos encon- nos de robustez. El niño que reúne es-
trado rastro alguno). tas condiciones puede entregarse a los
Los datos antropométricos eran utili- trabajos ordinarios de la escuela» (1914:
zados especialmente para la clasificación 192). Aunque en este caso, el conserva-
de razas. También, y siguiendo a Lom- durismo del autor en materias como la
broso, se empleaban en criminología para cuestión del origen del hombre, es cho-
la descripción del delincuente tipo, y una cante con la aceptación de principios
muestra de este hacer está recogida en positivistas como los que pueden estar
la Cartilla Antropométrica que publica- detrás de la afirmación en materia antro-
ra el Gobierno Civil de Barcelona. Por pométrica.
último, también fueron utilizadas las téc- Las hojas antropológicas eran el ma-
nicas antropométricas en la antropología terial que se utilizaba para la recogida de
pedagógica. Hay que señalar el marcado los datos de la medición, y de ellas pue-
carácter de ciencia positiva que este he- den consultarse muchos ejemplos. La pri-
cho viene a reflejar. Todo se mide, tra- mera de la que tenemos referencia data
tando de esta forma de descubrir el ser de 1887, fecha en que se realizó por
más interno del hombre. Las curvas Simarro, Salillas* y Saiz Campillo. En
cefálicas pretenden significar la mayor o ella se destacaban la estatura, la dinamo-
menor inteligencia; la adecuada robustez metría, la circunferencia y el peso, así
indica una predisposición hacia el rendi- como algunos detalles de interés sobre
miento escolar. Sin duda, la medición era enferme4ades. De todo ello se obtenían
considerada como una forma para acer- datos tanto a la ida como a la vuelta de
carse al conocimiento más exacto, rigu- la colonia escolar, es decir, la residencia
roso, y, por ende, científico del ser hu- de verano o vacaciones a la que eran
mano. La antropometría que se reseña- enviados alumnos de algunos centros de
ba, como las observaciones en vivo, se enseñanza. Estudios publicados sobre
dividía en caracteres descriptivos (seña- esta base son, por ejemplo, el de A.
les como la edad y el sexo, y étnicas MacDonald (1889) sobre los niños de las
como el color de la piel y ojos, formas escuelas de Washington, donde se inclu-
de la cabeza, etc.), caracteres métricos ye la detallada hoja antropológica em-
( cefalómetro, tronco y extremidades), pleada. El trabajo de G. Flórez (1887)
caracteres fisiológicos (respiración, fuer- desarrolla lo que entiende por un gabi-
za, expreswn m1m1ca, etc.), medidas y nete antropológico para ser aplicado en
proporciones. Aunque sobre alguna de pedagogía. Lo hace siguiendo al italiano
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G. Sergi, y presenta lo que denomina pología española del siglo XIX (Madrid: CSIC,
«Carta Biográfica de los Alumnos». Tam- 1983). L. Simarro, <<El exceso de trabajo mental
en la enseñanza>>, BILE, XIII (1889), 37-39, 88-
bién F. Ballesteros presentó en el Con- 91 y 369-373. VVAA, La primera Colonia Esco-
greso Pedagógico de 1882 un «Registro lar de Madrid (Madrid: Tip. Fortanet, 1888).
Pedagógico» para uso de las escuelas
primarias que constituía, en definitiva, FJGC
una hoja antropométrica.
BIBLIOGRAFIA
Anuario de Eusko-Folklore (Vitoria,
P. de Alcántara, Prolegómenos a la An.tropolo- 1921-1934; segunda época, San Sebas-
gía Pedagógica (Madrid: English y Gas, 1880). G.
Avanzini, (ed). La pedagogía en el siglo XX (Ma-
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tas del Congreso pedagógico Hispano-Portugués- diarán*, sus cinco primeros volúmenes
Americano (Madrid, 1892), 191-196. J. de Caso, (años de 1921 a 1925) llevaron el nom-
<<La enseñanza de la antropología en la escuela>>,
bre de Anuario de la Sociedad de Eusko-
BJLE, VII (1883), 152-156, 187-190, 235-238,
285-287; VIII (1884), 266-268; IX (1885), 125- Folklore. En 1925, debido al cambio de
127, 134-137. P. Díaz Muñoz, Compendio de An- sede de la Sociedad de Eusko-Folklore*,
tropología y Pedagogía (Valladolid: Imp. Andrés el Anuario se edita en Vitoria como pu-
Martín, 1914). S. F. Dominicis, <<La pedagogía y blicación de Eusko-Ikaskuntza/Sociedad
el darwinismo», BILE, XI (1887), 343-345. J.
Fenton, <<El folklore en relación con la psicología
de Estudios Vascos* hasta 1934; sufrien-
y la educación>>, BILE, VII (1883), 328-331. S. do luego una interrupción de veinte años
Ferrer, <<La Escuela de Estudios Superiores del como consecuencia de la Guerra Civil y
Magisterio (1909-1932)>>, Revista de Educación, de la postguerra. En 1956 apareció el
240 (1975), 41-50. G. Flórez, <<Un gabinete antro- volumen XV (correspondiente a 1955),
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(1887), 33-35. F. J. García Castaño, <<La aplica-
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Escolaridad y sociedad en la España contempo- Ciencias Aranzadi*. Al amparo de esta
ránea (1808-1970) (Valencia, 1983); <<Relaciones institución se editaron, con periodicidad
del Dr. Simarro con la antr~pología pedagógica>>, cuasi bianual los dieciséis volúmenes si-
Investigaciones Psicológicas, 4 (1987), 127-154.
G. Herráinz, Tratado de antropología y pedagogía
guientes. En 1980 retomó al seno de la
(Madrid: Viuda de Hemando y Ca., 1896). L. de Sociedad de Estudios Vascos. Actualmen-
Hoyos Sáinz, <<Notas para la historia de las cien- te depende de la Fundación José Miguel
cias antropológicas en España>>, lll Congreso de la de Barandiarán, que está a cargo de su
AEPC (Granada) (1912), V, 61-80; La antropolo- edición.
gía. Métodos y problemas (Madrid: Imp. Clásica
Española, 1917). A. MacDonald, <<Estudio antro-
El Anuario de Eusko-Folklore ha es-
pológico y psico-físico de los niños de las escue- tado vinculado a la trayectoria etnográ-
las de Washington», BILE, XXIII (1899), 98-102. fica de su fundador y único director
M. Montessori, Antropología pedagógica (Barce- durante toda su andadura. Los materia-
lona: Araluce, 1921). P. Navarro Utrilla, Anotacio- les publicados en él son en buena medi-
nes introductorias para el estudio histórico de la
Medicina e Higiene escolar en la I.L.E. (U. Com-
da fruto de campañas de investigación en
plutense de Madrid: Memoria de Licenciatura, el campo, previamente establecidas des-
1981). M. A. Puig-Samper y A. Galera, La antro- de los Laboratorios o Seminarios de Et-
CARMEN ORTIZ GARCÍA
LUIS ÁNGEL SÁNCHEZ GÓMEZ
Editores

DICCIONARIO HISTÓRICO
DELA
ANTROPOLOGÍA ESPAÑOLA

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS


DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA Y AMÉRICA
MADRID, 1994

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