Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
”
Salmo 119:19
Introducción:
Se cuenta de un viajero o forastero ateo llamado hone, que recorría los
caminos del país de gales a pie, y al caer la tarde sintiéndose cansado y
sediento se detuvo a la puerta de una choza donde una niña estaba sentada
leyendo un libro, el viajero le pidió agua a la niña y la niña le contestó que si
gustaba pasar su madre le daría también un vaso de leche.
Entró el señor Hone en aquel humilde hogar donde descansó un rato y
satisfizo su sed. Al salir vio que la niña había continuado la lectura, y le
preguntó:
— ¿Estás preparando tu tarea pequeña?
— No señor — contestó la niña—, estoy leyendo la Biblia.
— Bueno ¿te impusieron de tarea que leyeras unos capítulos?
— Señor, para mí no es tarea leer la Biblia, es un placer.
Esta breve conversación tuvo tal efecto en el ánimo del señor Hone, que se
propuso leer él también la Biblia, convirtiéndose en uno de los más
ardientes defensores de las sublimes verdades que ella enseña.
Cada ser humano en su sentido más general es un forastero sobre este
mundo, al igual que el viajero de la historia, todos andábamos sedientos y
cansados sin Cristo, pero cuando Él nos alcanzó en nuestros caminos, y se
hizo nuestro camino hacia el Padre, nos hizo forasteros en la tierra y
peregrinos con rumbo a su Reino, el salmista habla acerca de esta verdad y
dice:
Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria;
14
16
Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de
llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.