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Introducción

Curso Donado

Autor: Paco Arias.

Técnico Deportivo Superior.

Entrenador Nacional de Fútbol.

Página Web: www.futboltrainer.com

Email: pacoariasfutbol@hotmail.com

He leído a lo largo del tiempo muchas entrevistas con entrenadores de fútbol, tanto
de profesionales como de técnicos que trabajan con la base. Leí también artículos
de otros especialistas como son los psicólogos en temas relacionados con el mundo
de los entrenadores y a parte he vivido mi propia experiencia a lo largo de los años
moviéndome en el mundo del fútbol base entrenando en todas las categorías, desde
benjamines a juveniles pasando por alevines, infantiles y cadetes y he sacado mis
propias conclusiones apoyadas en todas las vivencias experimentadas, en el
conocimiento que te da el vivir el fútbol desde el propio terreno de juego y
lógicamente he aprendido, viendo, escuchando y leyendo las opiniones de otros
entrenadores y profesionales relacionados con el mundo del deporte y esto es lo
que desde mi modestia quiero aportar en este curso.

Cualidades que ha de tener un entrenador para triunfar (o Simplemente para


ser un buen técnico).

Son tantas que es prácticamente imposible que una sola persona por muy buen
entrenador que sea y por muchos títulos que haya conseguido pueda reunirlas
todas. Es evidente que cuantas más cualidades posea de las que a continuación se
nombran, mejor entrenador será. He tratado de recopilar las que a juicio de unos y
otros entrenadores de los que tengo conocimiento son importantes y a parte las que
a mi particularmente me parecen primordiales.
No se enumeran en ningún orden de preferencia pues en algunos casos no sabría
determinar cuales son más importante que otras, lo que si tengo claro es que hay
algunas cualidades que son imprescindibles para un entrenador.

Liderazgo: Tener capacidad para manejar y dirigir un grupo y al mismo tiempo


controlar el entorno que lo rodea.

Vocación: Tiene que gustarle el oficio, aunque esto es válido para desarrollar con
éxito cualquier profesión que se elija.

Autocontrol: Para afrontar con serenidad y sosiego situaciones complicadas que


van a presentar a lo largo de la competición en las que el entrenador por el puesto
que ocupa debe ser el primero en mantener la calma.

Motivador: Ha de saber motivar a sus jugadores para que desarrollen todo su


potencial deportivo aplicando para ello los métodos mas adecuados.

Psicólogo: Tiene que conocer las diferentes personalidades de cada jugador para
saber tratarlos a nivel individual. En deportes de equipo no sólo hay que estudiar la
psicología del grupo en su conjunto, también hay que preocuparse de las
individualidades ya que cada futbolista es diferente y hay que saber tratarlos según
su forma de ser. Los hay de todas clases, tímidos, conflictivos, inseguros, vagos,
indisciplinados etc.

Organizador: Hay que tener capacidad para saber planificar y organizar el trabajo
y llevarlo a la practica de una forma metódica y controlada.

Ambicioso: El entrenador ha de aspirar siempre a lo máximo. Y no conformarse


con éxitos parciales cuando se pueden conseguir metas superiores.

Decidido: Hay que atreverse en cada momento a tomar las decisiones más
convenientes para el equipo aunque estas no sean en esos momentos las más
populares o más del agrado del equipo, directiva, afición etc.

Extrovertido: Para entusiasmarse con su trabajo y saber contagiar ese entusiasmo


a sus futbolistas.

Receptivo: Saber escuchar y aceptar criticas constructivas para corregir posibles


errores. El entrenador no debe de creer nunca que lo sabe todo o que siempre está
en posesión de la verdad, aunque al final es siempre quien tiene la última palabra a
la hora de tomar decisiones que solamente son de su competencia.
Carismático: Que los futbolistas a los que dirige tengan plena confianza en él y en
su trabajo y que lo valoren por su capacidad y prestigio.

Receptivo: Para saber aceptar la crítica constructiva que se le haga y rectificar


cuando toma decisiones equivocadas o cometa errores. El entrenador no debe de
creerse en posesión de la verdad y pensar que siempre tiene razón. Debe de saber
escuchar otras opiniones aunque al final tenga la última palabra en lo relacionado a
las funciones que solamente son de su exclusiva competencia y de nadie más.

Perseverante: Para creer el trabajo que realiza. Ser constante en sus


planteamientos cuando está convencido de ellos y que el camino trazado es el más
conveniente aunque a veces los resultados digan lo contrario.

Firme: Saber en todo momento el terreno que pisa y mostrar la firmeza necesaria
en su forma de dirigir al equipo y no demostrar en ningún momento la inseguridad
propia del que a veces no sabe por donde anda.

Comunicador: Para saber transmitir sus conocimientos. No basta con ser un


experto en la materia, hay que saber hacer llegar esos conocimiento a su
destinatario. Hay exfútbolistas, por ejemplo, que habiendo sido grandes figuras o
excelentes profesionales en el terreno de juego, cuando se convierten en
entrenadores no saben hacer llegar a sus discípulos lo que ellos sabían desarrollar
estupendamente en la practica cuando estaban en activo.

Para comunicar no solamente se debe de emplear la palabra, también se utilizan


gestos, miradas, movimientos de manos, la forma de hablar, buscando un lenguaje
que se entienda y que conecte con la persona a la que se le está transmitiendo algo.
Hay que saber dar tranquilidad cuando hace falta, bajar el tono de voz o subirlo
según las necesidades del momento. En definitiva, lo que se transmite tiene que
ofrecerle seguridad al jugador para conseguir el objetivo marcado, convicción en el
sistema de juego empleado y credibilidad para saber que la dirección elegida es la
correcta para conseguir el objetivo establecido.

Exigente: Nunca hay que dejar que el futbolista se acomode. Es necesario exigirle
al máximo de sus posibilidades, aunque tampoco se le puede pedir más de lo que
puede dar.

El entrenador debe de mostrar siempre vigor a la hora de realizar su trabajo, que


ningún futbolista actúe con desgana o se muestre excesivamente conformistas y
mucho menos que eso y otros aspectos negativos como pueden ser el pesimismo o
el desánimo los contagie al resto del equipo, ahí es donde el entrenador debe de
mostrar su fuerza como director del grupo.

Observador: Ser consciente de todo lo que le rodea. Saber ver lo que sucede no
sólo dentro del equipo, también alrededor de él. Sacar continuamente conclusiones
de todo lo que observa, de sus jugadores, del equipo contrario, de otros
entrenadores etc.

Profesional: Tanto a la hora de entrenar como en el momento de dirigir al equipo


en los partidos, el entrenador debe de tenerlo todo controlado, hasta el más mínimo
detalle. No dejar nada a la improvisación demostrando en todo momento su total
profesionalidad.

Un entrenador tiene que saber manejar siempre todos los mecanismos de su


profesión y tener los recursos suficientes para desenvolverse en situaciones
comprometidas.

Preparación: El entrenador necesita todo un arsenal de conocimientos. Debe de


estar plenamente actualizado. Como se suele decir "estar al día". Siempre
pendiente de todas las novedades que se produzcan en el desarrollo de su actividad.
Ha de estar continuamente reciclándose e incrementando sus conocimientos, por
eso es fundamental su capacidad para aprender y mejorar.

Debe de examinar y leer todo aquel material que en forma de libros, revistas
especializadas, artículos, trabajos, informes, dossier, etc. caiga en sus manos y que
considere interesante, También ha de moverse por esa fuente inagotable de
documentación que es Internet y visionar igualmente material en otro tipo de
formatos como vídeo, DVD, CD.Rom, etc.

Procurará asistir a charlas, clínic, seminarios, reuniones, jornadas, congresos y


otros eventos relacionados con su actividad para incrementar sus conocimientos y
realizar siempre que pueda cursos de perfeccionamiento y actualización para estar
a la altura de las cada vez mayores exigencia que demanda su trabajo.

Cuando se tiene una vocación auténtica por ser entrenador uno es consciente de
que nunca sabe lo suficiente y de que jamás termina de aprender.
Otras cualidades importantes
 No tener animadversión contra ningún jugador. A veces el entrenador le
coge manía a un futbolista y eso hace que no sea ecuánime a la hora de
alinearlo.
 Tener un aspecto adecuado con arreglo a la profesión que desempeña.
Muchas veces el entrenador descuida su forma física y su aspecto con
exceso de peso proyectando una imagen negativa antes sus jugadores,
¿Cómo les vas a pedir a tus futbolistas que corran y se esfuercen cuando tú
eres incapaz de mantenerte mínimamente en forma?
 Saber inculcarle al futbolista el concepto de progresión en el trabajo. Ya
sabemos que a nivel profesional sólo vale ganar, pero también es muy
importante trazarse el objetivo de mejorar día a día sobre todo en categorías
inferiores.
 Saber aplicar en todo momento refuerzos positivos a la hora de motivar al
futbolista. Cualquier mejora, cualquier avance que se produzca por pequeño
que sea debe de hacerlo patente para que al jugador le sirva de estímulo
sobre todo si se trata de alguien que se está iniciando en el fútbol.
 Saber corregir principalmente cuando se trabaja con futbolistas jóvenes. No
se trata sólo de entrenar y cumplir un plan establecido, a nivel individual hay
que estar pendiente de los errores que se cometen y hacérselos ver al jugador
para que no vuelva a repetirlos, tratando también de ser comprensivo con
esos fallos sobre todo cuando quien los comete hace todo lo posible por
intentar hacerlo bien.
 No ser un dictador. Las cosas no se hacen "por que a mí me da la gana", hay
que explicar detalladamente el trabajo que se va a realizar, que se pretende
conseguir y sobre todo convencer de su eficacia. Igualmente en otro tipo de
decisiones el entrenador será mucho más eficaz en su trabajo si a la hora de
tomar decisiones aplica el famoso dicho de utilizar la fuerza de la razón y no
la razón de la fuerza.
 Tener las ideas claras. No confundir a los futbolistas con cambios continuos
que los lleven a la desorientación. No estar continuamente cambiando en
función del contrario. Hay que preocuparse más de cómo está nuestra propia
casa que la del vecino. Por eso es muy importante dotar al equipo de un
estilo propio e ir perfeccionándolo cada día. Eso siempre es mucho mejor
que estar realizando cambios continuos y empezando cada vez de cero.
 Saber concretar a la hora de dar instrucciones a los jugadores especialmente
en los partidos. No se debe de agobiar al futbolista con un exceso de
información ya que muchas veces se consigue el efecto contrario a lo que se
pretende y en vez de aclarar lo que se consigue es confundir. Hay que ser
concreto e ir al grano dejándole claro lo que nos interesa conseguir de él.
 Si se tiene la suerte de estar una temporada entera en un equipo (En España
eso por desgracia para los entrenadores no suele ser lo más habitual), tiempo
habrá para ir poco a poco suministrándole al jugador las consignas
necesarias para que las vaya asimilando de forma progresiva.
 Ser realista a la hora de fijar objetivos. Hay que tener siempre los pies en el
suelo y no marcarse metas imposibles de cumplir. A nivel individual es muy
importante indicarle al futbolista cuales son sus límites, para que sepa lo que
puede y lo que no debe de hacer.
 Ser un entrenador creíble. Al futbolista no hay que engañarlo con falsa
promesas y decirle el lunes que va a jugar el domingo para tenerlo contento
ó que si estuvo de reserva en un partido ó no fue convocado, que va a tener
su oportunidad en el siguiente cuando en realidad no es así. Cuando se
promete algo hay que cumplirlo en caso contrario es mejor no decir nada por
que si el entrenador pierde su credibilidad ante el jugador eso le va a
perjudicar enormemente en su trabajo.
 Existen más cualidades que benefician la figura del entrenador como son el
dinamismo para estar continuamente buscando nuevas fórmulas e ideas para
mejorar el equipo.En este aspecto el técnico que pretenda mejorar a su
equipo nunca debe de quedarse parado.
 El optimismo para ver siempre el lado positivo de las cosas, sobre todo en
las derrotas o cuando las cosas no salen todo lo bien que uno quisiera.
 La iniciativa, para atreverse realizar planteamientos diferentes que en
ocasiones llevan su cuota de riesgo.
 La humanidad, para saber tratar a los futbolistas con las dosis de afecto y
comprensión que como personas se merecen.

El entrenador no es un Sargento de Marines ni un Hombre de hielo, es una persona


y para que sus jugadores los respeten no hace falta que se muestre como un ser frío
y distante (aunque esto va un poco relacionado con la forma de ser de cada uno),
solamente debe de saber estar en su puesto siempre.
Misiones del entrenador
Hay una serie de funciones que están especificadas en su contrato y que podríamos
decir que son sagradas y que forman parte de sus derechos como entrenador y que
están otorgados por ley.

Todos los entrenadores hemos firmado contratos y sabemos lo que ponen y nunca
debemos renunciar a lo que nos pertenece por muchas presiones que recibamos.

Ya sabemos que en el mundo del fútbol hay personajes que les encanta ser
entrenadores cuando no lo son, porque ni tienen la titulación correspondiente y
mucho menos los conocimientos necesarios.

Una vez realizada esta pequeña introducción sobre las misiones del entrenador
diríamos lo siguiente con relación a toda la labor que ha de realizar en un equipo.

 Fijar los objetivos a cumplir por el equipo.


 Planificar y dirigir las sesiones de entrenamiento.
 Establecer unas normas de comportamiento para el grupo y saber aplicar las
sanciones correspondientes cuando estas se incumplan.
 Premiar siempre las acciones positivas que vayan encaminadas a beneficiar
al equipo.
 Saber sacarle a la plantilla todo el rendimiento que es capaz de dar, tanto a
nivel individual como colectivo.
 Colocar a cada jugador en el puesto que pueda rendir más y también saber
adaptarlo con arreglo a sus condiciones individuales a otras demarcaciones
donde pueda aportar un buen trabajo en beneficio del equipo.
 Elegir a los mejores jugadores para cada partido y eso no quiere decir que
los mejores sean siempre los más dotados técnicamente, sino los que en ante
la inminencia de un partido están en un momento óptimo de forma para
hacer los más rentable posible su aportación al equipo.
 Entrenar tanto a nivel colectivo como individual, ya que a veces solamente
se realiza un trabajo especifico con los porteros y también existen otras
demarcaciones que son susceptibles de mejora si se trabajan de forma
individualizada ó en pequeños grupos.
 Conseguir que los entrenamiento sean reales, es decir, lo más parecido a los
partidos y para eso las sesiones de trabajo han de tener unos niveles de
intensidad y exigencia mínimos. Hay una frase muy conocida en el fútbol y
que es absolutamente cierta que dice: Se juega como se entrena.
 Estar con el equipo tanto cuando se gana como cuando no. Si se pierde es
cuando más hay que apoyar al futbolista, animándole y enseñándole a
asumir las derrotas para que sepa procesarlas y sacar conclusiones de ellas
que le sirvan de ayuda para los siguientes partidos.
 No dejar nunca que el mal comportamiento de un futbolista pueda
desestabilizar al grupo.
 Saber manejar y dirigir al equipo tanto a nivel individual como colectivo en
los entrenamientos y en los partidos por igual. Si se entrena bien pero se
dirige mal no vale y viceversa tampoco.
 Saber controlar el exceso de euforia cuando los buenos resultados se
producen de forma continuada. Hay que saber preparar al equipo para
cuando la derrota aparezca por que tarde ó temprano llega.
 Es muy importante trabajar con los futbolistas el aspecto de la concentración
tanto en los entrenamientos como en los partidos. Muchas veces el jugador
se distrae charlando con el compañero durante una sesión de entrenamiento
ó durante un partido se preocupa más de lo que el público le dice que de la
misión que debe de realizar en el terreno de juego. Estos aspectos y otros
semejantes han de tenerlos muy en cuenta el entrenador para lograr que el
futbolista esté plenamente concentrado en su trabajo y evite todo tipo de
distracciones que perjudiquen la labor que ha de realizar.
 Conseguir una total implicación de los futbolistas en el trabajo que se
realiza. Que nadie se encuentre al margen del equipo. Hay que inculcarles a
todos los jugadores la idea de grupo, la importancia de la palabra equipo y
todo lo que significa. Que todos tengan muy claro que el los objetivos que se
establecen sólo se pueden conseguir con las suma de los esfuerzos de todos
los componentes de la plantilla y que si hay alguien que no asume sus
responsabilidades o se esconde a la hora de dar lo mejor que lleva dentro, a
parte de perjudicarse a si mismo, también perjudica a sus compañeros que es
mucho peor.
 El jugador tiene que saber siempre que el equipo es su mejor compañero, el
que en todo momento está ahí para apoyarlo, el que nunca le va a fallar por
que es el compañero más fuerte (su fuerza viene dada por la suma del
esfuerzo colectivo), por lo tanto el futbolista ha de ser reciproco con el
equipo y aportar todo lo que lleva dentro en beneficio del bien común.
 Antes de los partidos hay que ser lo suficientemente previsor para tener
alternativas disponibles a determinadas situaciones que se pueden plantear
durante el desarrollo del juego:

1. Cambios por lesiones, sanciones, bajo rendimiento etc.


2. Variantes o cambios en el sistema de juego utilizado
3. Situaciones diversas, ejemplo, quedarse sin portero y tener que utilizar
un jugador de campo...
4. Otras posibles.

 Disponer de la información más detallada posible de la plantilla. Datos


completos de los jugadores , físicos, técnicos, psicológicos etc...
 Información sobre los equipos contrarios. Todo aquello que se pueda
considerar necesario para utilizarlo en la planificación y planteamiento de
los partidos a disputar.

Equipo de colaboradores

Un entrenador siempre ha de estar rodeado de un buen equipo de colaboradores


para conseguir que su trabajo sea lo más eficaz posible.

Cuando hablamos de nivel profesional el equipo de trabajo que rodea al entrenador


suele estar formado por el segundo entrenador, un técnico que prepara
específicamente a los porteros, el preparados físico, el médico, el fisioterapeuta y
en algunos equipos también un psicólogo.

Obviamente no en todo los clubs el entrenador dispone de semejante colaboración.


Todo depende de la categoría del equipo y sobre todo del potencial económico que
disponga y si hablamos de categorías amateurs o de iniciación posiblemente la
colaboración se reduzca a un SEGUNDO ENTRENADOR y gracias, por eso me
quiero referir en este capítulo a las personas que realizan esta misión.

Siempre ha de ser una persona de total confianza elegida por el primer entrenador
y nunca impuesta por el club.

Debe de ser alguien que en base a esa confianza que se tiene en él, se le da la
responsabilidad y atribuciones suficientes para realizar su trabajo, haciéndole que
se sienta importante dentro del grupo y sobre todo no desautorizándolo nunca en
público.

De ahí la importancia de la conexión que debe de existir siempre entre el primer y


el segundo técnicos para funcionar en equipo y estar en perfecta sintonía el uno
con el otro.
La misión del segundo entrenador es muy amplia y sirve entre otras cosas para
descargar de trabajo al primero, que delega en él determinadas funciones que son
de una gran importancia para el correcto funcionamiento del equipo.

Antiguamente el segundo entrenador se limitaba en los entrenamientos a pitar los


partidos, repartir los petos y entrenar a los porteros. Hoy en día eso ha cambiado y
el trabajo a dúo con el primer entrenador ha significado una mejora importante en
la preparación del equipo.

Las misiones específicas del segundo entrenador pueden abarcar los siguientes
apartados:

 Ayudar a controlar el vestuario y servir de enlace entre los jugadores y el


primer entrenador.
 Trabajo especifico con los porteros.
 Trabajo individual con determinados jugadores que necesiten mejorar sus
condiciones técnicas. Esto es importante sobre todo en categorías inferiores.
 Trabajo en grupos repartiéndose el equipo con el primer entrenador.
 Entrenamiento y recuperación con jugadores que por diversos motivos deben
de trabajar a parte del grupo principal por que han salido de una lesión o
están cortos de preparación por diversos motivos.
 Dirigir los calentamientos, estiramientos (inicio y final) y relajación (final)
en las sesiones de entrenamiento. Esto lo realiza habitualmente el preparador
físico, pero no todos los equipos disponen de un profesional de estas
características, sobre todo los clubs no profesionales.
 Llevar controles estadísticos sobre la plantilla relacionada con
entrenamientos realizados y partidos disputados entre otros aspectos.
 Realizar informes sobre los equipos contrarios.
 Crear un buen ambiente en el vestuario.
 Sustituir con garantía al entrenador principal cuando haga falta por
necesidades de trabajo ó simplemente si éste se pone enfermo. Etc.

Consideraciones finales

El entrenador, sobre todo a nivel profesional depende de los resultados, por lo


tanto, salvo en casos excepcionales ha de procurar planificar siempre a corto plazo
por que desgraciadamente no va a tener demasiado tiempo para que su trabajo sea
efectivo.

A parte de los conocimientos que continuamente ha de adquirir, la labor del


entrenador se apoya mucho en la observación y la experiencia y eso bien
canalizado redundará positivamente en el ejercicio de su profesión.

Los entrenadores que trabajan con los más pequeños y con los jóvenes han de
procurar siempre no incrementar su tensión emocional con exigencias excesivas ya
que a estas edades los jugadores también suelen estar sometidos a situaciones que
suelen generar estrés como exámenes, dificultad de entendimientos con los padres
y en general otro tipo de inconvenientes propios de la adolescencia.

Bibliografía.

Documentación y material consultado para la elaboración de este curso:

Libro "El Entrenador". (R.Martens, R.W.Christina, J.S.Harvey, B.J.Sharkey).

Libro "Hombres para El Fútbol". (Santiago Coca).

Curso Entrenamiento Psicológico en el Deporte.(Centro Codex de Formación en


Psicología).

Revista "El Entrenador Español de fútbol".

Artículos:

"Clases de Entrenador" (Miguel García Arroyo).

"El Entrenador, diferencias individuales en estilos de personalidad y


liderazgo" (José Luis Fernández Seara).

"El papel del entrenador auxiliar". (Carlos Marín López).

"De la dinámica personal a la dinámica de grupo" (Santiago Coca).

"El entrenador siempre está sólo". (Francisco Álvarez Arias).

Revista  "Training fútbol".

"El papel del entrenador" (Angel Cappa Polchi).


"El entrenador de fútbol" (Miguel Ángel Lotina Oduechevarría).

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