ARTÍCULO DE PERSPECTIVA

publicado: 05 de diciembre de 2014 doi:

10.3389 / fnins.2014.00381

Una brecha acústica entre la UCIN y el útero: un riesgo potencial de

neuroplasticidad comprometida del sistema auditivo en bebés prematuros

Amir Lahav 1,2 * y Erika Skoe 3

1 Departamento de Pediatría y Medicina del Recién Nacido, Brigham and Women's Hospital, Boston, MA, EE. UU.

2 Departamento de Pediatría, Facultad de Medicina de Harvard, MassGeneral Hospital for Children, Boston, MA, EE. UU.
3 Departamento de Ciencias del Habla, Lenguaje y Audición, Afiliado del Departamento de Psicología, Afiliado del Programa de Ciencias Cognitivas, Universidad de Connecticut, Storrs, CT, EE. UU.

Editado por: El entorno intrauterino permite que el feto comience a escuchar sonidos de baja frecuencia de forma protegida, lo que
Monica Munoz-Lopez, Universidad de garantiza el desarrollo óptimo inicial del sistema auditivo periférico y central. Sin embargo, el vivero auditivo proporcionado por
Castilla-La Mancha, España
el útero desaparece una vez que el recién nacido prematuro ingresa al ambiente ruidoso de alta frecuencia (HF) de la unidad
Revisado por:
de cuidados intensivos neonatales (UCIN). El presente artículo traza una línea preocupante entre el desarrollo del sistema
Catherine J. Stevens, Universidad de Western
Sydney, Australia auditivo y el ruido de alta frecuencia en la UCIN, lo que, según nosotros, no es necesariamente propicio para fomentar este
Karel Allegaert, Universitario desarrollo. La sobreexposición al ruido de HF durante períodos críticos interrumpe la organización funcional de los circuitos
Ziekenhuizen Lovaina, Bélgica corticales auditivos. Como resultado, teorizamos que la capacidad de desconectar el ruido y extraer información acústica en
* Correspondencia: un entorno ruidoso puede verse afectada, lo que aumenta los riesgos para una variedad de auditivos, trastornos del lenguaje y
Amir Lahav, Departamento de
la atención. Además, el ruido de alta frecuencia en la UCIN a menudo enmascara los sonidos del habla humana, lo que limita
Pediatría y Medicina del Recién Nacido, Brigham and

Women's Hospital, 75 Francis St. Boston, MA 02115,

aún más la exposición de calidad a los estímulos lingüísticos. Comprender el impacto del entorno sonoro en el sistema
EE. UU. Correo electrónico: auditivo en desarrollo es un primer paso importante para satisfacer las demandas de desarrollo de los recién nacidos
amir_lahav@hms.harvard.edu
prematuros sometidos a cuidados intensivos.

Palabras clave: desarrollo auditivo, UCIN, recién nacidos prematuros, exposición al ruido, alta frecuencia

UNA BRECHA ACÚSTICA ENTRE LA NICU Y EL WOMB ser potencialmente dañino, aumentando el riesgo de trastornos auditivos, del lenguaje y de la

Rodeado de líquido amniótico, los primeros sonidos que experimenta el feto son ruidos atención. Aunque los casos de trastornos auditivos en recién nacidos se asocian típicamente

digestivos de baja frecuencia y sonidos maternos transmitidos a través de los huesos con malformaciones congénitas, infecciones prenatales y exposición a fármacos (para una

del cráneo ( Querleu y col., 1988; Lecanuet y Schaal, 1996; Sohmer y col., 2001 ). Sin revisión, consulte Resendes y col., 2001; Beswick y col., 2012 ), este artículo se centra

embargo, los bebés prematuros (nacidos <37 semanas de gestación) ya no están específicamente en las deficiencias auditivas inducidas por el ruido ambiental.

rodeados de fluidos ni viven bajo el agua, y esta nueva realidad los obliga a escuchar
principalmente por conducción aérea a pesar de que su sistema auditivo está
acostumbrado a la conducción ósea. Esta gran diferencia en el modo primario de
audición (conducción ósea versus vía aérea) y el medio de transmisión del sonido
(fluido versus aire), presenta una brecha acústica entre el ambiente acústico
antinatural del hospital y las demandas de desarrollo del sistema auditivo del recién
nacido. . Las implicaciones para el desarrollo de esta brecha acústica permanecen en
gran parte sin estudiar. Las diferencias entre los entornos auditivos en la unidad de
cuidados intensivos neonatales (UCIN) y el útero se resumen en Tabla 1. A diferencia
del útero, la principal estimulación auditiva disponible para los neonatos de cuidados
intensivos es el ruido ambiental generado por ventiladores, bombas de infusión,
ventiladores, teléfonos, buscapersonas, monitores y alarmas. Esta exposición excesiva
a ruidos de alta frecuencia y pitidos electrónicos recurrentes que de otro modo no
estarían presentes si el bebé hubiera permanecido protegido por el entorno intrauterino
y no hubiera nacido prematuramente, constituye un trauma para el sistema auditivo de
un bebé prematuro. Este trauma acústico, argumentamos, puede
Si bien la exposición a ruidos fuertes se entiende intuitivamente como una
distracción y dañina, la escasez de estímulos auditivos biológicos y periódicos en el
entorno de la UCIN es menos reconocida como una preocupación. Por ejemplo, la
percepción sensorial de los latidos del corazón materno en el útero le proporciona al
feto una experiencia rítmica importante que probablemente explica la tendencia
natural del recién nacido a buscar la estimulación auditiva poco después del
nacimiento ( Ingersoll y Thoman, 1994; Ullal-Gupta et al., 2013 ). Por el contrario, la
naturaleza aperiódica más aleatoria del ruido de la UCIN suprime las oportunidades
de arrastre rítmico que se sabe que facilita la regulación de la excitación ( Smith y
Steinschneider, 1975 ) e interacciones sociales ( Phillips-Silver et al., 2010 ) en la
primera infancia.
EL ESPECTRO DE FRECUENCIAS EN LA UCIN vs.EL MUTR: IMPLICACIONES
PARA EL DESARROLLO TONOTÓPICO DEL SISTEMA AUDITIVO

El desarrollo auditivo es un proceso lento que comienza en el útero.

Los aspectos críticos de este desarrollo tienen lugar antes

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Cuadro 1 | Una brecha acústica entre la UCIN y el entorno del útero.
Matriz
Modo primario de audición Medio de Conducción ósea
transmisión de sonido Líquido
Atenuación de sonido Atenuación proporcionada por tejidos y líquidos maternos
Rango de frecuencia de exposición al sonido Dosis de Principalmente de baja frecuencia (<500Hz)
ruido ambiental Exposición diaria restringida al ruido
Sonidos más frecuentes en el medio ambiente Vocalizaciones maternas, sonidos biológicos (por ejemplo, sonidos electrónicos, no naturales, no biológicos, latidos del corazón, ruidos
digestivos)
Exposición al lenguaje Estímulos de alta calidad, principalmente de la madre.
Complejidad de los sonidos predominantes en el medio ambiente. Rítmico, periódico, organizado, predecible
(p. ej., latidos del corazón)
gestación y, por lo tanto, son vulnerables a la interrupción del entorno de la UCIN,
especialmente dado que el espectro de frecuencias del entorno de la UCIN es bastante
diferente al que se experimenta en el útero. Estudios anteriores han demostrado que el
entorno acústico de la UCIN contiene una cantidad significativa de ruido de alta
frecuencia (> 500 Hz), que emana de una amplia variedad de equipos médicos y
actividades humanas que es poco probable que se escuchen en el útero ( Kellam y
Bhatia, 2008; Livera et al., 2008 ). Un estudio reciente que utilizó análisis espectral de
sonido durante un período de cinco días mostró que los lactantes de la UCIN estaban
expuestos a frecuencias entre 500 y 16.000 Hz el 57% del tiempo, y la mayor parte de
la exposición durante el día estaba en el rango de 501 a 3150 Hz ( Lahav, 2014 ). El
riesgo potencial de exposición al ruido de alta frecuencia en la UCIN aumenta aún más
por el hecho de que los espectros de frecuencia del ruido de la UCIN rara vez se
monitorizan, y la mayoría de los estudios en el campo se centran únicamente en medir
los niveles de sonoridad.
La exposición al ruido de alta frecuencia en la UCIN es una preocupación porque el
sistema auditivo todavía está funcionalmente subdesarrollado al nacer, con etapas
críticas de desarrollo que ocurren durante las últimas semanas de gestación (para una
revisión, ver Graven y Browne, 2008 ). Si bien los componentes estructurales del oído
interno (laberinto óseo de la cóclea) ya están formados a las 15 semanas de edad
gestacional (EG), el inicio de la función coclear no ocurre hasta las 24 semanas de EG
o más tarde ( Pujol y col., 1991; Moore y Linthicum, 2007 ). Como evidencia del inicio
funcional de la audición, los datos electrofisiológicos de recién nacidos prematuros
demuestran que los potenciales evocados auditivos del tallo cerebral se registran por
primera vez entre las 25 y 32 semanas de EG ( Starr y col., 1977; Amin y col., 2003; Yin
y col., 2008; Coenraad et al., 2011; Jiang y Chen, 2014 ). Después de 34 semanas de
EG, una vez que las neuronas del ganglio espiral en la cóclea han formado suficientes
conexiones neuronales con el tronco cerebral auditivo y han comenzado a extender
esas conexiones hacia la corteza auditiva, los potenciales evocados al sonido se
vuelven más robustos ( Pujol y Lavigne-Rebillard, 1992; Hepper y Shahidullah, 1994;
Hall, 2000 ).
El desarrollo de la cóclea y el sistema auditivo central es complejo. Dentro de la
cóclea, residen decenas de miles de células ciliadas internas, receptores sensoriales,
que responden cada uno al máximo a una
Fronteras en neurociencia | Neurociencia cognitiva auditiva
Un espacio acústico entre la UCIN y el útero
UCIN
Conducción aérea
Aire
Exposición directa a la fuente de sonido
Amplio espectro
Exposición diaria excesiva al ruido (p. Ej., Alarmas, ruido blanco y
balbuceo de varios hablantes)
Estímulos de mala calidad durante las horas de no visita, principalmente por
balbuceos de varios hablantes
Aperiódico (p. Ej., Ruido blanco), desorganizado,
impredecible (p. Ej., Alarmas)
frecuencia específica Pujol y col., 1991; Pujol y Lavigne-Rebillard, 1992; Morlet y col., 1993 ).
Estas células ciliadas están dispuestas tonotópicamente con células ciliadas de alta
frecuencia ubicadas basalmente (más cerca del oído medio) y las de baja frecuencia
ubicadas apicalmente ( Kandler y col., 2009 ) (ver Figura 1). Esta tonotopía coclear se
conserva a lo largo del neuroeje auditivo como consecuencia de que las neuronas del
ganglio espiral establecen conexiones precisas entre las células ciliadas cocleares y las
neuronas diana en el tronco cerebral auditivo que codifican diferentes frecuencias de
sonido ( Pujol y Lavigne-Rebillard, 1992; Appler y Goodrich, 2011 ). El desarrollo gradual de
estos mapas de frecuencias tonotópicas se produce cuando las regiones de baja frecuencia
maduran antes que las de alta frecuencia, un proceso que a menudo se denomina
"plasticidad dependiente de la frecuencia" ( Talavage et al., 2000 ). Este gradiente de
desarrollo de bajo a alto es promovido por la composición acústica del útero en la que las
frecuencias superiores a 500 Hz son atenuadas por los tejidos y los líquidos maternos
dentro de la cavidad intrauterina. Hacia el final del embarazo, a medida que las paredes del
revestimiento uterino comienzan a adelgazarse, gradualmente se pasa más energía de alta
frecuencia (> 500 Hz) a través del útero ( Bench, 1968; Gerhardt, 1989; Gerhardt y col.,
1990; Hepper y Shahidullah, 1994; Abrams y Gerhardt, 2000 ). Por tanto, mientras que el
útero proporciona un medio óptimo para las fases iniciales del desarrollo de la audición al
limitar la exposición a los sonidos de alta frecuencia ( Hall, 2000 ), las frecuencias de sonido
presentes en la UCIN no conducen necesariamente a promover este desarrollo ( Graven,
2000 ) (ver Figura 1). Mayor exposición a la estimulación de HF en la UCIN mientras la
mayoría de las neuronas cocleares todavía están migrando ( Battin y col., 1998; Bystron y
col., 2008 ) y el plegamiento cortical aún está en fl ujo, puede interrumpir la sintonía
tonotópica normal de las células ciliadas cocleares y obstaculizar el desarrollo auditivo
subcortical y cortical ( Walker y col., 1971 ). Por lo tanto, debido a la naturaleza dependiente
de la experiencia del desarrollo auditivo ( Zhang y col., 2001; Chang y Merzenich, 2003;
Oliver y col., 2011; Zhou y col., 2011 ), las propiedades estadísticas del entorno acústico en
la UCIN pueden potencialmente desviar el ensamblaje topográfico del sistema auditivo del
cerebro ( Pujol y Lavigne-Rebillard, 1992 ), lo que da como resultado una resolución de
frecuencia más pobre. Por lo tanto, es probable que la sobreexposición al ruido de HF
durante este período crítico pueda impedir el desarrollo del sistema auditivo con efectos
que se observan mucho más allá del período posnatal.
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FIGURA 1 | Una ilustración de la cóclea y su desarrollo tonotópico en todo el espectro de
frecuencias. Los sonidos de alta frecuencia estimulan al máximo la base de la cóclea, mientras que los
sonidos de baja frecuencia estimulan al máximo el vértice. Mientras que el feto está expuesto
principalmente a frecuencias de sonido por debajo de 500Hz (tono verde), los recién nacidos prematuros
están expuestos a todo el espectro de frecuencias (tonos verde, naranja y rojo), provenientes de varios
sonidos electrónicos en el entorno de la UCIN.
¿PUEDE EL FETO OÍR LOS SONIDOS DE HF QUE SE ORIGINAN FUERA DEL
ÚTERO?
Como consecuencia de las propiedades acústicas del útero, el feto recibe, en su mayor
parte, una versión filtrada de paso bajo del entorno auditivo del mundo. Dado el
desarrollo de frecuencia baja a alta de la cóclea, esto plantea la pregunta de si el feto
puede escuchar los sonidos de HF que son lo suficientemente fuertes como para
penetrar en el útero y, en caso afirmativo, ¿cuándo surge esta capacidad de respuesta a
los sonidos de HF? Estas cuestiones han sido abordadas directa e indirectamente por
varios estudios utilizando una variedad de técnicas.
Hepper y Shahidullah (1994) examinó la capacidad de respuesta del feto humano
a los estímulos auditivos externos (tonos puros) presentados por un altavoz
colocado en el abdomen materno a diferentes frecuencias (100, 250, 500, 1000 y
3000 Hz). El registro de los movimientos fetales mediante ultrasonido reveló una
sensibilidad preferencial del feto a los sonidos externos en el rango de baja
frecuencia (<500 Hz) desde las 19 semanas de gestación. A las 27 semanas de
EG, la gran mayoría de los fetos respondieron a sonidos por debajo de 500Hz
pero ninguno respondió a los sonidos de frecuencia más alta a 1000Hz o 3000Hz.
No se observó capacidad de respuesta a sonidos por encima de 1000 Hz hasta
las 33 semanas de gestación. Para todas las frecuencias presentadas, hubo una
disminución significativa en la intensidad requerida para provocar una respuesta
con un aumento de GA, Querleu et al., 1988 ). Un estudio de seguimiento realizado
por Kisilevsky y col. (2000) El uso de ruido blanco filtrado de paso alto de alto
volumen (800-20.000 Hz) presentado en el abdomen de la madre mostró que las
respuestas evocadas por el sonido (en forma de aceleración cardíaca y
movimiento corporal) surgían a las 30 semanas.
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Un espacio acústico entre la UCIN y el útero
tanto para fetos de bajo riesgo como de alto riesgo, y requirieron una estimulación menos intensa
para evocar respuestas más adelante en el desarrollo. Si bien ambos estudios indican que la
sensibilidad al sonido de alta frecuencia surge durante el séptimo mes de gestación, ninguno de
los estudios examinó la función del sistema auditivo directamente, sino que utilizó los movimientos
fetales como una medida indirecta de la sensibilidad auditiva.
Los estudios que utilizan técnicas basadas en MEG y fMRI en fetos proporcionan una
medición más directa de la función cortical auditiva a los sonidos de alta frecuencia
presentados a alta intensidad. Este cuerpo de investigación ha proporcionado evidencia
modesta de que la corteza auditiva es activada por frecuencias superiores a 500Hz a las 33
semanas ( Draganova y col., 2005; Jardri et al., 2008 ), que a las 33-36 semanas el feto
puede diferenciar un sonido de 500 Hz de uno de frecuencia más alta ( Draganova y col.,
2005 ), y que más adelante en la gestación (37 a 41 semanas), la corteza auditiva se activa
mediante sonidos naturalistas que contienen un amplio espectro de frecuencias ( Moore et
al., 2001 ). Por tanto, existe la probabilidad de que ∼ A las 33 semanas, hay un grado de
penetración de los sonidos externos de la HF a través del abdomen, lo que permite que el
sistema auditivo fetal sea activado por los aspectos de alta frecuencia del habla y otros
estímulos naturales complejos. Se ha argumentado que esta exposición prenatal a los
sonidos naturalistas de HF prepara al feto para el reconocimiento de voz, la discriminación
de vocales, la discriminación de melodías, entre otras habilidades auditivas complejas
(revisadas en
Granier-Deferre et al., 2011 ).
Según los estudios revisados en esta sección, parece que los fetos pueden responder a los
sonidos de alta frecuencia transmitidos a través del abdomen materno después de ∼ 33 semanas,
y esa capacidad de respuesta aumenta con GA. Sin embargo, el mero hecho de que los fetos
sean capaces de responder al ruido de alta frecuencia no implica necesariamente que deban
estar expuestos a dichos sonidos, especialmente en dosis elevadas. La literatura existente no
descarta la posibilidad de que la exposición intensa a los sonidos de HF utilizados en estos
experimentos específicos, especialmente durante las primeras etapas del desarrollo, fuera de
hecho perjudicial. Por lo tanto, el daño potencial de la exposición intensa, directa y repetida al
ruido de alta frecuencia sin la protección del abdomen materno, como lo experimentan los bebés
extremadamente prematuros en la UCIN, debe evaluarse más cuidadosamente. Sin embargo, a
diferencia del ruido HF, la exposición a sonidos HF potencialmente positivos (p. Ej., Habla,
música) durante las últimas etapas de la gestación puede, de hecho, ayudar a preparar el
escenario para las habilidades auditivas y del lenguaje.
PLASTICIDAD INDUCIDA POR RUIDO EN LA FUNCIÓN DEL SISTEMA AUDITIVO
Nuestra preocupación con respecto a los efectos adversos de la exposición al ruido de alta
frecuencia está respaldada por pruebas de estudios en animales. Los modelos animales han
revelado que el empobrecimiento sensorial durante los períodos críticos de desarrollo, en
forma de ruido acústico o complejidad reducida de la entrada auditiva, puede conducir a
mapas corticales tonotópicos mal formados, sincronía neural reducida y curvas de sintonía
más amplias, que reflejan una sensibilidad de frecuencia disminuida de el sistema auditivo Zhang
y col., 2001, 2002; Oliver et al., 2011 ). Por ejemplo, las ratas jóvenes expuestas
repetidamente a pips de tono de HF mostraron una función auditiva distorsionada más
adelante en la vida ( Oliver et al., 2011 ). Los efectos residuales de ese entorno aumentado
temprano incluyeron potenciales evocados auditivos del tronco cerebral alterados a la
frecuencia de sobreestimulación, además de mapas de frecuencia neuronal expandidos ( Oliver
et al., 2011 ). Como consecuencia de este temprano antinatural
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experiencia de sonido, el sistema auditivo de la rata se sintonizó con la frecuencia
de los pips de tono a expensas de procesar otras frecuencias de sonido.
Modificación de mapas tonotópicos en personas sordas ( Guiraud et al., 2007 ) y
músicos ( Pantev y col., 1998 ), sugiere que en humanos operan principios de
desarrollo similares dependientes de la experiencia. Por tanto, es probable que la
transición abrupta del útero a la UCIN cambie los patrones típicos del desarrollo
auditivo, alterando específicamente cómo se procesa y codifica la información de
frecuencia.
Además de comprometer la tonotopía, el aumento de la exposición al ruido de alta
frecuencia durante el período neonatal puede tener otras consecuencias a largo plazo para
la integridad funcional del sistema auditivo. En los últimos años, ha habido una creciente
preocupación por el ruido ambiental en personas de todas las edades. De hecho, las
intensidades de sonido que antes se pensaba que eran seguras para el sistema auditivo
ahora se consideran menos seguras, especialmente para exposiciones más prolongadas ( Maison
ruido es la inmadurez de los mecanismos de retroalimentación auditiva ( Morlet y col., 1993;
et al., 2013; Basner et al., 2014; Gourevitch et al., 2014 ). En animales de laboratorio, se ha
demostrado que la exposición prolongada al ruido impide el desarrollo auditivo ( Chang y
Merzenich, 2003 ), acelerar las pérdidas auditivas relacionadas con la edad ( Kujawa y
Liberman, 2006 ), aumenta la pérdida neuronal ( Salthouse y Lichty, 1985; Maison et al.,
2013 ), y reducen la e fi ciencia neural aumentando el disparo espontáneo de las neuronas
auditivas en ausencia de estimulación sonora ( Costalupes y col., 1984; Seki y Eggermont,
2003 ). Además, en los niños, la exposición excesiva al ruido puede manifestarse en una
disminución del rendimiento cognitivo y de lectura ( Cohen y col., 1973; Bronzaft y
McCarthy, 1975; Hygge et al., 2003 ), y puede cambiar la forma en que los niños
discriminan y prestan atención a los estímulos auditivos ( Cohen y col., 1973; Evans y
Kantrowitz, 2002; Evans y col., 2009 ), incluso cuando se prueba en entornos silenciosos.
Teniendo en cuenta la brecha acústica entre el entorno de la UCIN y el útero, no es
sorprendente que el desarrollo auditivo se vea comprometido en los recién nacidos
prematuros en comparación con los recién nacidos a término. Los estudios que utilizan
potenciales evocados auditivos del tronco encefálico sugieren que los lactantes prematuros
tienen mielinización retardada de la vía auditiva central ( Pasman y col., 1996; Roopakala y
col., 2011; Hasani y Jafari, 2013 ) además de las vías neuronales atípicas al procesar,
discriminar y memorizar información auditiva ( Fellman y col., 2004; Therien et al., 2004 ).
Por lo tanto, exponer a los bebés prematuros al ruido de alta frecuencia demasiado
temprano, mientras el sistema auditivo aún está inmaduro, puede dificultar el desarrollo
normal de la audición y la posterior adquisición del lenguaje.
MAYOR RELEVANCIA CONDUCTUAL DEL RUIDO DE HF COMO CONSECUENCIA
DE LA EXPERIENCIA EN NICU
Además de los efectos presumiblemente dañinos de la exposición al ruido de alta
frecuencia para el desarrollo del sistema auditivo, la colección de ruidos electrónicos en
el entorno de la UCIN (provenientes de ventiladores, teléfonos, buscapersonas y
alarmas) a menudo puede producir suficiente energía acústica para enmascarar
potencialmente los sonidos naturales del habla humana importante para el lactante
prematuro, cuya exposición a estímulos lingüísticos ya está restringida. Esta
experiencia lingüística empobrecida aumenta la relevancia conductual del ruido, al
desviar el enfoque de atención de los sonidos del habla hacia el ruido en el entorno.
Los datos conductuales y neurofisiológicos de fetos y recién nacidos sanos han
revelado que los fetos se vuelven sensibles a los sonidos del entorno que se transmiten
a través del
Fronteras en neurociencia | Neurociencia cognitiva auditiva
Un espacio acústico entre la UCIN y el útero
líquido amniótico, incluido el sonido de las voces de la madre y el padre ( Fifer y Moon,
1994; Kisilevsky y col., 2003; Beauchemin y col., 2011; Voegtline et al., 2013; Lee y
Kisilevsky, 2014 ) (revisado en, Fava et al., 2011 ), con evidencia de aprendizaje
auditivo dependiente de la experiencia que emerge antes del nacimiento ( Kujala y col.,
2003; Partanen et al., 2013; Krueger y Garvan, 2014 ). Dada la importancia de la
experiencia temprana en moldear el sistema auditivo ( Skoe y Chandrasekaran, 2014 ),
una mayor exposición al ruido puede sobre sensibilizar a los bebés al ruido y, como
consecuencia, se pueden formar circuitos neuronales para hacer del ruido el objetivo
principal de atención en lugar de tratarlo como un estímulo de fondo que debe
ignorarse. Si bien esta es una posibilidad intrigante, se necesitan más investigaciones
para con fi rmar o cuestionar esta hipótesis.
Otro factor que puede impedir la capacidad del bebé prematuro para desconectarse del
Graven y Browne, 2008 ). Además de las células ciliadas internas, la cóclea contiene
células ciliadas externas que reciben retroalimentación del sistema auditivo central que
amortiguan el daño inducido por el ruido y mejoran la inteligibilidad del habla en el ruido ( Guinan,
2006 ). El ruido de fondo conduce a una disminución de la inteligibilidad del habla que
plantea un desafío de percepción incluso para adultos sanos con audición normal. Además
de ordenar la señal debido a la superposición física entre la acústica del ruido y la acústica
del habla, el ruido actúa como una señal competitiva que interfiere con la capacidad de
atender un flujo de habla concurrente ( Assmann y Summerfield, 1999 ). Si se coloca una
mayor relevancia conductual (es decir, atención inconsciente) en el ruido en el entorno, o si
los mecanismos de retroalimentación biológica no están completamente intactos, esto
podría crear más desafíos para procesar el habla en ruido para el bebé prematuro tanto en
el momento inmediato como en el futuro. vida. En apoyo de esta posibilidad, los estudios
que utilizan potenciales evocados auditivos del tronco encefálico sugieren que los lactantes
prematuros tienen mielinización retardada de las vías auditivas centrales ( Pasman y col.,
1996; Roopakala et al., 2011 ), que se asocia con una variedad de trastornos del
procesamiento auditivo (APD). No se ha determinado si la alta prevalencia de APD en la
población prematura se atribuye o no a la presencia de ruido de alta frecuencia en la UCIN.
Sin embargo, una de las características distintivas de APD es la dificultad para procesar las
señales objetivo dentro de un fondo de ruido ( Keith, 1999 ), lo que respalda aún más la
posibilidad de que la exposición al ruido de alta frecuencia del entorno de la UCIN pueda
impedir la capacidad del bebé prematuro para extraer señales del ruido.
EXPOSICIÓN DE FRECUENCIA ÓPTIMA PARA NEONATOS EN CUIDADOS
INTENSIVOS: FALTA DE LOS ESTÁNDARES RECOMENDADOS
Las pautas actuales establecidas por la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) se
centran principalmente en los niveles de sonoridad, dejando en gran medida sin abordar
los riesgos potenciales de exposición al ruido de alta frecuencia en los bebés de la UCIN.
Según los estándares de la AAP ( White et al., 2013 ), la combinación de sonido de fondo
continuo y sonido operacional no debe exceder un Leq por hora de 45 dB y un L10 por
hora de 50 dB, mientras que los sonidos transitorios (Lmax) no excederán 65 dB, todas
las mediciones de respuesta lenta ponderadas A ( White et al., 2013 ). Sin embargo, en la
práctica, estudios previos que examinaron el ruido en la UCIN han informado niveles de
ruido extremadamente altos, que superan los estándares recomendados por la AAP en
más del 70% de las veces ( Williams y col., 2007 ). Las mediciones de sonido en el entorno
de la NICU se han medido entre 62 y 70 dBA
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Lahav y Skoe
( Philbin y Gray, 2002 ), con impulsos máximos superiores a 90 dBA ( Williams y col.,
2007 ) y 120 dBA ( Kent y col., 2002 ). En otro estudio, las mediciones de sonido
arrojaron un nivel horario promedio general (Leq) de aproximadamente 60 dBA con
niveles máximos (Lmax) de
78,39 dBA ( Krueger y col., 2005 ).
El problema del ruido fuerte en la UCIN se ha reducido mediante modificaciones en los diseños
arquitectónicos de la UCIN, a medida que más hospitales hacen la transición hacia el modelo de
habitación única en el que los recién nacidos se alojan en habitaciones privadas frente al modelo de
bahía abierta donde se cuidan varios bebés. una habitación grande Blanco, 2011 ). Los estudios han
demostrado que las UCIN de habitaciones privadas son generalmente más silenciosas que las UCIN
de compartimento abierto ( Szymczak y Shellhaas, 2014 ), excepto cuando se utiliza ventilación de alta
frecuencia ( Liu, 2012 ). Sin embargo, si bien las habitaciones privadas pueden tener una acústica más
favorable que los diseños de bahía abierta, se debe tener cuidado para garantizar que las
características de intensidad y frecuencia máximas en el entorno de la UCIN, incluso dentro de una
habitación privada, sigan siendo óptimas para los recién nacidos prematuros. Por lo tanto, en
ausencia de pautas y recomendaciones claras con respecto a la composición acústica de la
exposición óptima al sonido al nacer, la UCIN puede presentar una zona de peligro acústico para los
recién nacidos prematuros.
PLASTICIDAD AUDITORIA DE POR VIDA: OPCIONES DE RECUPERACIÓN PARA
LACTANTES PRETérmino
Si bien la plasticidad dependiente de la experiencia es mayor en los primeros años, el
sistema auditivo mantiene el potencial de maleabilidad durante toda la vida ( Sanes y
Woolley, 2011 ). Por ejemplo, la plasticidad cerebral auditiva se ha demostrado en adultos
mayores después de un entrenamiento basado en sonidos a corto plazo ( Tremblay y col.,
2001; Canción
et al., 2008; Anderson y col., 2013 ). De manera similar, se ha demostrado que la formación
musical mejora las habilidades lingüísticas y cognitivas ( Moreno et al., 2009; Strait et al.,
2014 ) e inteligibilidad del habla en ruido ( Estrecho y col., 2012 ) en niños pequeños, lo que
lleva a mejoras neuronales de la estructura y función del cerebro ( Hyde et al., 2009;
Halwani y col., 2011; Ellis y col., 2012; Estrecho y Kraus, 2014 ) y amortiguación contra el
envejecimiento auditivo en adultos mayores ( Parbery-Clark y col.,
2009, 2012 ). Además, los implantes cocleares pueden inducir plasticidad funcional en el
tronco encefálico auditivo incluso después de muchos años de sordera en la infancia, lo que
demuestra el alto grado de modificabilidad de los mecanismos cerebrales que apoyan las
capacidades auditivas ( Gordon y col., 2011; Cardon et al., 2012 ). Por lo tanto, nuestras
historias auditivas, ya sea en forma de ruido excesivo, privación acústica o entrenamiento
de sonido aumentado, pueden influir en los procesos auditivos a lo largo de la vida ( Skoe y
Chandrasekaran, 2014 ).
¿Cuáles son las implicaciones de esta plasticidad de por vida para los bebés
prematuros después del alta de la UCIN? Si bien el entorno de la NICU puede
comprometer inicialmente el desarrollo auditivo, es alentador que el entorno posterior a
la NICU pueda ayudar a cerrar la brecha del desarrollo al permitir una funcionalidad
auditiva casi normal a normal más adelante en la vida. El entorno de alfabetización en
el hogar enriquecido y la exposición de calidad a los estímulos auditivos y lingüísticos
en el entorno posterior a la UCIN se consideran bloques de construcción
fundamentales para esta neuroplasticidad auditiva, sentando las bases para el
desarrollo del habla y el lenguaje ( Burgess y col., 2002; Roberts y col., 2005; Rowe y
Goldin-Meadow, 2009; Hart y Risley, 2010; Hammer y col., 2010; Skoe y col., 2013;
RamirezEsparza et al., 2014 ). Aunque los déficits de audición, lenguaje y atención son
comunes entre los bebés prematuros ( Vohr, 2014 ), el hecho
www.frontiersin.org
Un espacio acústico entre la UCIN y el útero
El hecho de que algunos niños nacidos prematuramente logren ponerse al día con sus
compañeros sugiere que, a pesar del trauma auditivo inicial inducido por el entorno de la UCIN,
la ventana de oportunidades para una mayor plasticidad y recuperación permanece abierta.
CONCLUSIONES
La brecha acústica entre la UCIN y el útero, aunque algo inevitable, plantea un peligro que puede
interrumpir el desarrollo auditivo en los recién nacidos de cuidados intensivos. Como
consecuencia del entorno de la UCIN, los recién nacidos prematuros reciben una dosis de ruido
de alta frecuencia mayor que la que normalmente sería posible en el útero. Los efectos a largo
plazo de la exposición al ruido de alta frecuencia en el desarrollo de los recién nacidos
prematuros antes del desarrollo completo de la gestación es un área de investigación en
crecimiento de particular importancia clínica. La plasticidad negativa del sistema cerebral auditivo
en respuesta a la exposición al ruido de alta frecuencia es preocupante y destaca la importancia
de la experiencia sensorial del recién nacido durante la hospitalización posnatal. Es tentador
teorizar que la exposición excesiva a ruidos de alta frecuencia durante períodos críticos puede
ser un factor que contribuya al lenguaje, la atención, y déficits cognitivos que a menudo se
observan en la pretermpopulación. A pesar de estas preocupaciones evidentes con respecto a la
exposición al ruido de alta frecuencia, las directrices actuales establecidas por la AAP White et
al., 2013 ) se centran principalmente en los niveles de sonoridad, dejando en gran medida
pasados por alto los riesgos potenciales de exposición al ruido de alta frecuencia en la UCIN.
Un mayor conocimiento del contenido espectral del ruido de la UCIN ayudaría a evaluar las
consecuencias del desarrollo auditivo en los graduados de la UCIN. Los neonatos de cuidados
intensivos merecen tener un mejor plan de protección contra los sonidos tóxicos.
EXPRESIONES DE GRATITUD
Agradecemos a Linda Malie por ayudarnos con el diseño gráfico de Figura 1 y
Parker Tichko por sus comentarios sobre el manuscrito. También estamos
agradecidos por el generoso apoyo que Amir Lahav recibió de la Fundación
Charles H. Hood, la Fundación Peter y Elizabeth C. Tower, la Fundación Gerber,
la Fundación Little Giraffe, la Fundación Hailey's Hope, la Fundación Jackson L.
Graves y el Fondo TripAdvisor.
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Fronteras en neurociencia | Neurociencia cognitiva auditiva
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Declaración de conflicto de intereses: Los autores declaran que la investigación se realizó en ausencia
de relaciones comerciales o financieras que pudieran interpretarse como un posible conflicto de intereses.
Recibido: 25 de septiembre de 2014; aceptado: 08 de noviembre de 2014; publicado en línea: 05 de diciembre de 2014.
Cita: Lahav A y Skoe E (2014) Una brecha acústica entre la UCIN y el útero: un riesgo potencial de
neuroplasticidad comprometida del sistema auditivo en bebés prematuros. Frente. Neurosci. 8: 381. doi:
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Este artículo fue enviado a Auditory Cognitive Neuroscience, una sección de la revista Frontiers in
Neuroscience.
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Diciembre de 2014 | Volumen 8 | Artículo 381 | 8