Su ausencia en la investidura, o acto de inauguración del mandato
presidencial, es otra desviación de los usos y costumbres asentados en
la democracia estadounidense, ya que es tradicional que en esa ceremonia participen todos los presidentes vivos de EE.UU.
Ese acto tiene lugar en la escalinata principal del Capitolio, el lugar
que hace dos días se vio invadido por una turba de seguidores de Trump que poco antes habían asistido a un discurso del presidente en el que se negaba a reconocer las elecciones.
El anuncio del presidente de que no acudirá a la investidura de Biden
se produce horas después de que hubiera aceptado su derrota en las elecciones del 3 de noviembre y prometido que habrá un traspaso de poderes pacífico y ordenado, a través de un vídeo de dos minutos emitido por las redes sociales. Mientras, los demócratas en el Capitolio están tratando de acelerar la activación de un impeachment contra el aún presidente como consecuencia del asalto a la sede de las cámaras legislativas del pasado miércoles, tras arengar Trump a sus seguidores.