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VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES, UN TÉRMINO QUE ESTÁ DE MODA

El 25 de noviembre es la fecha elegida para señalar la violencia hacia las mujeres. Pero
¿realmente entendemos el significado que estás cuatro palabras encierran? A pesar de ser un
término que últimamente estamos escuchando bastante, sin temor a equivocarme digo que
no.

Vivimos en una sociedad que no es igualitaria, en una cultura muy sensible a las diferencias;
este es más alto, más guapo, aquella es más inteligente, más elegante, aquellos tienen más
dinero, trabajan en tal sitio… Con las diferencias creamos categorías, subgrupos y eso no está
del todo mal si hacemos un uso positivo de estas diferenciaciones; por ejemplo, adaptar los
servicios a las características propias de cada grupo.

El problema llega cuando esta diferenciación por categorías o grupos viene a definir que un
grupo es mejor o peor, cuando ponemos a un grupo por encima del otro o decidimos cual se
merece mejor consideración. Vamos un uso negativo de las diferencias.

La violencia hacia las mujeres encaja en el uso negativo de las diferencias, cuando se pone al
grupo de los hombres por encima, en derechos, frente al grupo de las mujeres.

¿Por qué digo que no entendemos el verdadero significado de la expresión violencia hacia las
mujeres? Porque desafortunadamente muchas veces nos quedamos en lo relacionado con el
feminicidio (asesinato de mujeres por razones de género). Esto es lo que más resuena en los
medios de comunicación, “han muerto tantas mujeres a manos de sus parejas”.

El asunto es que esta es solo una de las múltiples caras que tiene la violencia de género. Esta
violencia se ha visto a través de la historia al considerar a las mujeres como un grupo inferior
frente a otro grupo, el de los hombres.

En España hace menos de 60 años las mujeres no podían administrar su vida sin el
consentimiento de sus maridos o padres. Hace menos de 40 años los hombres podían dar en
adopción a sus hijos sin el consentimiento de la madre. Por aquella misma época la mujer tenía
que seguir a su marido a donde este quisiera ir a vivir, aunque ella no estuviera de acuerdo.
Hasta hace muy poco la mujer era educada, entrenada para atender al marido. Y de la
sexualidad ni hablar... Esto de igualdad poco ¿verdad?

La violencia hacia la mujer va más allá del maltrato físico, del maltrato verbal y el maltrato
psicológico. Estas son sus manifestaciones más aberrantes, sin embargo, el maltrato hacia la
mujer abarca todo aquello en lo que los derechos fundamentales de un grupo de personas, en
este caso las mujeres, son vulnerados en relación con los derechos del otro grupo, los
hombres.

Tomando lo dicho en consideración es fácil darse cuenta que la tarea de erradicar este tipo de
discriminación está lejos de completarse, queda aún mucho camino por recorrer, pero también
es cierto que mucho camino se ha recorrido. Se ha avanzado bastante en la igualdad entre
géneros.
Ahora la invitación es a que cada uno de nosotros tome consciencia de que cara nos muestra la
violencia de género en nuestro entorno, para cambiarlo y así hacer nuestro aporte en pro de
una sociedad más justa con las mujeres.

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