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Se hace una crítica a las políticas sociales que prevalecen en la Zona Conurbada
del Sur de Tamaulipas como desvinculadas de las necesidades de planificación
para el desarrollo y en contraparte se enfatiza en lograr la vinculación entre la
investigación social de los aspectos y problemáticas de la región y el diseño
responsable de las políticas públicas que se puedan instrumentar para incidir
efectivamente en ella.
Según la cumbre Mundial sobre el Desarrollo Social (1995),dice que para sostener
el desarrollo y la justicia social, es necesario un crecimiento económico de amplia
base y sostenido, en el contexto del desarrollo sustentable; por consiguiente, es
un elemento fundamental de las necesidades y aspiraciones de las personas del
mundo entero y de las responsabilidades de los gobiernos y de todos los sectores
de la sociedad civil: en términos económicos y sociales, las políticas y las
inversiones más productivas son las que facultan a las personas para aprovechar
al máximo sus capacidades, sus recursos y sus oportunidades.
Por otra parte, para Suárez (1998), se considera como política de desarrollo a un
conjunto de medidas institucionales adoptadas deliberadamente por el gobierno
municipal, estatal o federal, y cuyo propósito es alcanzar metas (a corto, mediano
o largo plazo) de contenido social, económico o político. La población debe ser el
principal objetivo de una política de desarrollo, ya que es un desarrollo
socialmente integrado y económicamente equilibrado el que es deseable alcanzar
como meta a largo plazo (Duhau, 1991). En donde, la población desempeña el
papel central, pues es a través de ella como estos cambios suceden.
Las políticas públicas son las acciones del gobierno, que buscan dar respuesta a
las diferentes demandas de la sociedad, como señala Chandler y Plano (1993), se
puede entender como uso estratégico de recursos para aliviar los problemas
nacionales, es decir como lo plantea Easton, se trata de extraer recursos de la
sociedad para volver a colocarlos en ella.
CONCLUSIÓN
Por otro lado, una política pública debe estar sustentada en un cuerpo teórico que
oriente los cursos de acción, así como la toma de decisiones, el establecimiento
de prioridades y la asignación de recursos financieros en el ámbito público; de la
misma manera la política debe crear los canales para trasmitir flujos de
información entre el Estado y la sociedad Civil; finalmente, este instrumento de
trabajo debe señalar los objetivos, recursos, señalar límites y plazos para el
cumplimiento de las alianzas o acuerdos y llevar a la práctica la propuesta de
trabajo (Pliego, 1998).
BIBLIOGRAFÍA
AMEZCUA., N. (1997),” Las afores paso a paso”, Editorial SICO, primera edición.,
México.
En: Luis R. Gallardo et al. (Coord). Los rostros de la pobreza. El debate. Tomo III.
México: Limusa/Noriega Univ. Iberoamericana
La importancia de las políticas públicas
| Sábado 20 septiembre, 2014
Las políticas públicas no siempre responden a las necesidades de las personas a quienes
están supuestamente dirigidas
Consultor
Bonos de Impacto Social
Los Bonos de Impacto Social (SIB’s, por sus siglas en ingles) promovidos por Impacto
Social presentan una oportunidad para transformar las políticas públicas y revolucionar la
manera en la que se relacionan el gobierno, el sector privado y las organizaciones sociales.
¿Cómo funcionan?
Diseño de políticas públicas
En Impacto Social contribuimos al diseño de políticas y programas con enfoque en los
resultados. Conducimos un proceso ordenado de identificación de necesidades,
establecimiento de líneas-base, selección de alternativas y definición de un marco lógico
con teorías de cambio efectivas.
Evaluación de programas
La escasez de los recursos públicos para atender demandas sociales infinitas, obligan a
los gobiernos a establecer criterios rigurosos y transparentes para asignar el gasto. Para ello,
es indispensable contar con información de calidad y un análisis riguroso de cuáles son las
medidas que funcionan y cuáles no.
Que se tenga una idea clara y sencilla de los que son las Políticas Públicas en un
contexto generalizado y los pasos que se debe llevar a cabo para implementarlas.
Componentes de la Política
Los tres componentes principales de cualquier política son: los principios que la
orientan (la ideología o argumentos que la sustentan); los instrumentos mediante
los cuales se ejecuta (incluyendo aspectos de regulación, de financiamiento, y de
mecanismos de prestación de las políticas) y los servicios o acciones principales
que se llevan o deberían llevarse a cabo de acuerdo a los principios propuestos.
Entiéndase por público como un adjetivo notorio, patente, visto o salido por otros
del común de la sociedad. Relativo al pueblo. Común del pueblo o sociedad iii[5].
Para dar contestación a esta pregunta iremos profundizando poco a poco pasando
desde una forma sencilla hasta una más técnica, para que el lector pueda ir
tomando aquello que considere comprensible.
Iremos formando ciertos criterios que a nuestra consideración se deben tener para
conocer y estudiar las Políticas Públicas. Es por esto que nuestra decisión de
hacer varios apartados es con la finalidad de tomar aquellos extractos de varios
autores para que luego converjan en la idea generalizada.
Las Políticas Públicas son las acciones de gobierno, es la acción emitida por
éste, que busca cómo dar respuestas a las diversas demandas de la sociedad,
como señala Chandler y Plano, se pueden entender como uso estratégico de
recursos para aliviar los problemas nacionales.
El estudio de las Políticas Públicas como bien plantea Pallares (la cual es una
visión anticuada para otros autores), debe realizarse, plantearse bajo tres
cuestiones:“Qué políticas desarrolla el Estado en los diferentes ámbitos de su
actividad, cómo se elaboran y desarrollan y cómo se evalúan y cambian”. “Analizar
Qué hacen los gobiernos, Cómo y Por qué lo hacen y Qué Efecto produce.” Estas
sencillas preguntas nos pueden servir como una sencilla guía para ir analizando
una Política Pública, sin aún entrar en terminología económica o política compleja.
Definición muy ligera pero comprensible de lo que son las Políticas Públicas
Las Políticas Públicas tienen que ver con el acceso de las personas a bienes y
servicios. Consisten, precisamente, de reglas y acciones que tienen como objetivo
resolver y dar respuestas a la multiplicidad de necesidades, intereses y
preferencias de grupos y personas que integran una sociedad. Esto es lo que
generalmente se conoce como “agregar demandas”, de forma tal que al final, las
soluciones encontradas permitan que personas y grupos coexistan a pesar de sus
diferencias.
Las normas jurídicas. Es a través de las normas jurídicas que los poderes
públicos autorizan y establecen las actividades que constituyen las políticas, y
también, limitan la discrecionalidad en el actuar de los que la elaboran y ejecutan.
Es decir, basarse en todo tipo de norma y ley establecida.
2.- Objetivos de las Políticas Públicas
Hay un gran conjunto de Políticas Públicas que en cierto momento se vuelven
objeto de incidencia de las organizaciones, dado que se constituyen en potencias
aliadas o declaradas amenazas al cumplimiento de sus respectivas agendas. Con
esto nos referimos a los intereses que predominan en cada grupo, los cuales
lógicamente no quieren verse afectados.
Palumbo sostiene que la Política Pública casi siempre busca forzar o imposibilitar
que la gente haga cosas que, de otro modo, no haría. Confirmando así, la
influencia en el cambio de conducta de aquellos que le toca ajustarse a la política,
de esta manera se marcan rumbos en la sociedad.
Si tenemos en mente que todo gobierno busca la solución ante los inconvenientes
de la ciudadanía, de aquí traemos a colación la importancia del tema central del
manual.
Hasta aquí se podría pensar que todo lo referente a las Políticas Públicas son
ventajas, sin embargo, queremos establecer una comparación entre los aspectos
positivos y negativos que vienen a la par con los términos. De esta forma tomarlos
en cuenta para ir concretando la idea que cada lector se vaya generando.
Ventaja y Desventaja.
Ventaja.
Desventaja.
En la realidad de los países, las Políticas Públicas ni son siempre tan públicas, ni
siempre responden a las necesidades de las personas a quienes están
supuestamente dirigidas.
El párrafo anterior refiere a una realidad que no podemos ocultar, suele suceder
que se hacen diseños “en el escritorio”y al momento de implementar surgen
deficiencias. Como también cierto es, desde el diseño se tienen errores que se
transmiten en la política final.
Debido a que las Políticas Públicas son una arena de contienda entre actores
sociales con intereses y agendas particulares, el carácter más o menos público
depende de cuán capaces sean de “agregar demandas” de los grupos en
cuestión, y a la forma de dar respuestas satisfactorias a los respectivos intereses y
agendas.
Si las Políticas Públicas han de responder a las necesidades de las personas, es
necesario que éstas se lleven acabo en función de, al menos, los criterios de
oportunidad, calidad y transparencia. Para lograr esto se necesita la participación
integra de todos los actores y a su vez la preocupación final hacia la sociedad.
Más adelante veremos unas imágenes que nos muestran cual es la situación que
actualmente predomina en el diseño de las Políticas Públicas y la que se podría
sugerir como idónea, para que de esa manera se pueda comprender el mejor
desempeño y no caer en este tipo de errores.
Desventaja
Mientras las empresas privadas tienen una alta capacidad de incidencia, las
organizaciones de la sociedad civil (OSC) tienen una baja capacidad de incidir en
las políticas públicas. Las Políticas Públicas que son producto de las decisiones de
los gobiernos tienden a no representar a los intereses y puntos de vista de los
distintos sectores de la sociedad. Reafirmando así lo que ya anteriormente hemos
comentado, sobre el predominio de uno de los actores sobre otro, protegiendo
siempre sus intereses, lo que lleva solamente a una alta probabilidad de fracaso
en la implementación de las mismas.
Para lograr un análisis imparcial se puede mencionar que Han existido dos
modelos: el modelo racional, de H. Simon, que consiste en recoger
informaciones e investigar de forma sistemática con el objeto de identificar los
problemas presentes o posibles. Definir todas las alternativas posibles para
enfrentar cada problema. Hacer un análisis omnicomprensivo de todas las
posibilidades alternativas y de sus consecuencias.
El punto de partida de este análisis lo constituye la idea del esquema “cíclico”.
Que consiste en analizar los factores que inciden en el desarrollo de una política a
través de los diferentes estadíos. Es decir, que algunas se retoman, pidiéndolas
actualizar algunos factores, no es raro ver ciertas políticas “retro”, que estamos
seguro que el lector podrá comparar la similitud que se tiene entre unas del
pasado y otras del presente.
Pallares sintetiza como los tres grandes momentos del proceso. “La Formulación
de las políticas, la implementación o su proceso de aplicación práctica y la
evaluación de su rendimiento.”
Uno de los desafíos de las organizaciones sociales y no gubernamentales:
contribuir a canalizar las necesidades de la población, traduciendo organización en
“voz” y soluciones.
2. LA IMPLEMENTACIÓN.
Este paso nos permite realmente ver desde el comienzo algunas fallas o las que
se vayan dando en el transcurso de la implementación. Debemos estar concientes
de la importancia de hacer una evaluación imparcial sobre lo que nosotros mismos
hemos diseñado, con la finalidad de tener un antecedente verídico.
b) Utilizar los mejores medios para diseñar y optar entre alternativas que
permitan el logro de esos objetivos.
11.- ¿Qué elementos deberían tener las Políticas Públicas para ser
implementadas?
Oportunidad
Que las personas accedan a los servicios que necesitan, cuando las necesitan (y
no, por ejemplo, luego de meses de espera como ocurre en los sistemas de salud
pública; o a cambio de largos viajes, como ocurre muchas veces en la educación
rural; o a cambio de un voto, como en muchos programas de asistencia social).
Calidad
El hecho que una política sea implementada no quiere decir que ésta conlleve
calidad. Generar apaga fuegos como comúnmente se les llama a aquellas formas
de salir del paso, políticas del ahorita, etc. Solamente traen mayores problemas en
el futuro, es por esto que se necesitan instrumentos que realmente contribuyan al
desarrollo humano y social.
Transparencia
Que las Políticas Públicas sean resultado de “reglas de juego” claras y aplicadas
por igual, sin preferencias, a toda la población a la que va dirigida.
Volvemos a tocar el tema de los actores, que más adelante quedará mayormente
clarificado. Donde uno de ellos por diversas circunstancias tiene mayor peso
específico que otros, predominando así sus intereses y agenda, logrando de esta
manera una política hecha a la medida de ese grupo y con un perjuicio grande
para los demás.
Apropiación Social.
Para que quede lo más claro posible, nos permitiremos definir cada una de las
etapas y a su vez explicarlas brevemente:
Cuando se logra la participación ciudadana, ésta puede ser un ojo rector de que
se estén cumpliendo cabalmente los planes establecidos por el gobierno. Se
pueden hacer modificaciones y correcciones a los objetivos iniciales.
Aquí la población ya se encuentra integrada y participa de manera activa. Se
pueden hacer observaciones, inclusive se pueden rechazar ciertas propuestas del
gobierno si no son consideradas como prioritarias por la sociedad. Es decir, existe
una interrelación pero al mismo tiempo límites bien establecidos.
Realmente mientras más se sube por la escalera, se llega a un nivel más integro
entre gobierno y sociedad, pero al mismo tiempo más separado, es decir, se lucha
por el mismo bien común pero cada quien hace aportaciones diferentes.
Este podría ser el nivel óptimo al que la sociedad pudiera llegar, no obstante se ve
una sociedad más a la espera de mejores resultados, pero al mismo tiempo más
apática en cierta medida a involucrarse con el gobierno.
Hemos venido haciendo mención de la importancia que tienen cada uno de los
actores participantes en una Política Pública, para mostrarlos de una mejor forma,
a continuación mostraremos la siguiente imagen, la cual gráficamente por sí
muestra a las partes integrantes.
“Triángulo de actores: situación actual”
Por lo que podemos resaltar que en una Política Pública debe existir
equilibrio entre los actores que intervienen en ella. Y ahora se tiene una mejor
visión de por qué en ocasiones desde el diseño hasta la implementación no
funcionan.
El éxito de una política pública depende de: Que las Políticas Públicas sean
efectivamente públicas, es decir, satisfactoriamente “agreguen” demandas e
intereses de los distintos sectores de la sociedad.
Una vez que hemos visto las fallas que actualmente subsisten en el correcto
desarrollo de las Políticas Públicas, a continuación se presenta la siguiente
imagen la cual es una propuesta realizada por diversos autores, haciendo mención
de ser la situación idónea para el buen desempeño de la política.
La anterior figura muestra como debería ser un equilibrio para poder impulsar
Políticas Públicas que beneficien a todos los actores participantes, y sobre todo se
vean reflejadas en la sociedad, que a fin de cuentas es la que recibe el impacto
final.
Existen varios tipos de actores clave para dicho acceso, incluyendo públicos,
privados y pertenecientes al llamado “tercer sector” o sociedad civil organizada. La
lógica que orienta el accionar de los gobiernos es la búsqueda de “agregación de
demandas” y su principal arena son las instituciones públicas; la lógica que orienta
el accionar de las organizaciones de la sociedad civil, es la búsqueda de mejorar
el bienestar de dar respuestas a grupos específicos, siendo su arena la sociedad
civil.
¿Cuáles son actualmente los principales actores que buscan incidir en las políticas
públicas relativamente a las nuevas?
Fuente: Transformación de las Políticas Públicas
Los acuerdos sociales respecto a las políticas no se alcanzan de una vez y para
siempre. La incorporación de nuevos temas en la agenda pública es una de las
razones para que este bienestar tenga que ser renegociado.
Para modificar una Política Pública, debe ser a través de formas en las cuales el
tema a proponer sea impulsado por uno de los actores y sea de sumo interés para
ser puesto en la agenda pública. También se puede despertar el interés público o
gubernamental a través de estudios previos los cuales reflejen la problemática
existente y ésta a su vez sea conocida por la sociedad.
En ocasiones, debido a los múltiples intereses que cada uno de los actores tienen,
se forma una parálisis ante la posible implementación de la política o de su
correcto funcionamiento. Es por esto, que a continuación queremos hacer mención
de algunos aspectos que se pueden usar para agilizar el proceso de avance en las
Políticas Públicas.
La sociedad civil organizada cuenta con suficiente experiencia y reflexión como
para poder articular una estrategia con fundamentos éticos y políticos. Siendo
esto, una situación muy deseable, sin embargo, aún en la actualidad no contamos
con una esa cualidad como ciudadanos, por lo que siguen existiendo políticas que
no son aterrizadas a la realidad. Esta falta de interés, genera apatía ante cualquier
iniciativa política o por el contrario una reacción sin fundamentos. Volvemos a
reafirmar la importancia de contar con información para tener una mayor
participación en la toma de decisiones.
Este manual, quiere rescatar el objetivo del estudio de las Políticas Públicas como
fundamento del impulso de propuestas que realmente vayan avaladas no por
juicios de valor, sino por argumentos teóricos y empíricos.
Toda Política Pública debe tener una instrumentación, en este momento nos
enfocaremos a sus herramientas, las cuales sirven para poder primeramente
plantearla, después concretarla, agendarla, para finalmente traducirla a la
población.
Incentivos
Construcción
De
Capacidades
POLÍTICAS POBLACION
PÚBLICAS
Herramientas
Simbólicas
Aprendizaje
Los incentivos: son los pagos o retribuciones concretas que se realizan para
provocar ciertas acciones. Se puede entender también como las motivaciones
personales o de grupo que llevan a diseñar una Política Pública, puede pensarse
en el beneficio individual o colectivo.
16.- LOS 9 PASOS PARA EL ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS
Este procedimiento se basa en simples pasos, los cuales van llevando poco a
poco al lector en el análisis de cualquier Política Pública. Nosotros quisimos hacer
una síntesis del libro que se cita al final en la bibliografía, viendo lo completo y
concreto de esta información decidimos extraer aquellas partes que a nuestra
consideración son las más importantes.
PASO No.1
1. Una razón para hacer todo el trabajo necesario, a fin de terminar el
proyecto.
Hay que enfocarse en una sola dificultad. Es decir, no tener diferentes problemas
en el mismo momento, ya que desviaría totalmente de aquel central y terminaría
por complicar o resolver uno de otra índole.
Una sugerencia a fin de llamar la atención sobre el problema que se está tratando
es incluir la palabra “demasiado” en el escrito, en nuestra definición del problema
resulta útil; por ejemplo, “demasiado grande”, “demasiado pequeño”, “creciendo
demasiado lento”, “creciendo demasiado rápido”. Los problemas que merecen
llamar nuestra relación no necesariamente son un problema del presente, pero
pueden serlo en un futuro cercano si no se hace algo, por que cabe resaltar que
se debe tener una visión en lo que a esto respecta a fin de hacer proyecciones
posteriores.
La idea de “un problema” significa por lo general que la gente piensa que algo está
mal en el mundo. Por lo que esto nos puede facilitar el ordenamiento de
prioridades o inclusive la organización de la agenda, sin embargo, no tiene que ser
exclusivamente el punto de vista que debemos tomar en cuenta, porque en
ocasiones se tiende a exagerar al extremo las problemáticas por la poca
información disponible.
La definición del problema es un paso crucial, hay que repetir este paso una y otra
vez permitiendo que la enunciación de éste vaya evolucionando. Hay que
comenzar por desechar algunas alternativas en un intento de resolver o construir
la definición de éste.
PASO No. 2
OBTENCIÓN DE INFORMACIÓN.
3. Evaluar las políticas que por lo menos algunas personas han pensado que
funcionarían bien en situaciones aparentemente similares a la suya.
PASO No. 3
CONSTRUCCIÓN DE ALTERNATIVAS.
Una vez que hemos definido de manera clara y correcta nuestro problema a
continuación daremos paso a las “alternativas”, “opciones de política”, o “cursos
de acción”, las diferentes “estrategias de intervención para solucionar o mitigar el
problema.”
Comience en lo general y termine en lo Particular.
Revise las fuentes más comunes de la Política Pública. Para comenzar después al
análisis de casos internacionales en que el tema sea similar o igual, casos a nivel
nacional o en otros estados. Ir descendiendo
PASO No. 4
SELECCIÓN DE CRITERIOS
Para el argumento de cualquier política es útil imaginar que se tienen dos líneas
discursivas interconectadas pero separables, la analítica y la evaluativa. La
primera es todo lo referente a los hechos y proyecciones imparciales de las
consecuencias, la segunda es todo lo relativo a los juicios de valor.
Es el paso más importante para que los valores y la filosofía entren en el análisis
de políticas, porque los “criterios” son normas evaluativas utilizadas para juzgar la
“bondad” de los resultados de la política que han sido proyectados en cada una de
las alternativas.
Aplique Criterios para Juzgar Resultados y no Alternativas.
Los criterios no se utilizan para juzgar las alternativas, sino los resultados.
PASO No. 5
CRITERIOS EVALUATIVOS
Eficiencia.
Legalidad.
A veces vale la pena arriesgarse con una política que podría ser juzgada como
ilegal, en caso de llegar a un tribunal.
Aceptabilidad Política.
Solidez.
Ideas de políticas que pueden parecer muy buenas en teoría, fallan a menudo en
el momento de su implementación real.
Una opción de política, por lo tanto, debe ser lo suficientemente sólida para que,
aunque el proceso de implementación no sea fácil, los resultados de la política
sean satisfactorios.
Perfectibilidad.
Deben permitir que los implementadores de políticas perfeccionen el diseño
original.
PASO No. 6
Existen (al menos) tres grandes dificultades. Primero, “la política” tiene que ver
con el futuro, no con el pasado o el presente. Segundo, la “Proyección de los
resultados” es otra manera de decir “sea realista”.
“Hacer política”, por consiguiente, impone una carga moral más pesada que lo que
mucha gente estaría dispuesta a aceptar.
Modelos Causales.
PASO No. 7
Aclarando que los resultados tienen que ser verídicos y con la mayor exactitud
posible a fin de tener los efectos deseados
PASO No. 8
¡DECIDA!
Este paso del proceso sirve para verificar que tan bien se ha realizado su trabajo
hasta este momento. Decida, entonces, “qué hacer” sobre las bases de su propio
análisis.
PASO NO. 9
CUENTE SU HISTORIA.
Piense ¿Quién cree usted que usará su análisis y con qué propósito?
Debe estar seguro de que puede responder y rebatir cualquier posible objeción
que pudieran hacer distintos públicos importantes.
FUENTES
RODRÍGUEZ MEDINA, Leandro, Las políticas públicas como intervención en la
realidad.
De lo anterior a lo actual
A partir de 1999, con el comienzo del actual gobierno, el país es escenario de una
serie de cambios en la esfera político-institucional. Se inicia el proceso
constituyente que terminó con la aprobación de una nueva Carta Magna. En este
nuevo marco jurídico se amplían en su alcance y se especifican algunos derechos
sociales contemplados en la Constitución anterior y se reconocen otros a los fines
de garantizar la inclusión de todos los sectores de la población.
b) Está signada por la exigencia de innovar, incluso en las áreas más estables y
permanentes de la política social (como por ejemplo, el sistema escolar o la
prestación de los servicios de salud), de allí que todo se encuentre “en revisión o
evaluación”. Esto reporta una gran inestabilidad para un sector ya bastante
afectado por razones distintas a las de la revisión completa de la política, por lo
que adquiere a tiempos la forma de un sector “experimental”.
Por todo lo anterior, la política social (más allá de la tradicional), al menos hasta el
presente, ha estado orientada a la atención de los síntomas de la pobreza, de
modo que se trata de una política asistencialista y de poca discriminación o
focalización de los beneficiarios de la misma, con un criterio de reparto de bienes
o servicios de manera indiscriminada, y siempre insuficiente, desconociendo las
diferencias regionales, entre lo urbano y lo rural, e incluso sin considerar la posible
heterogeneidad existente en las barriadas de las principales ciudades del país.
a) De carácter estratégico:
a.1) Indefinición en cuanto a los objetivos de la política social, así como de los
medios para alcanzarlos.
a.2) Inestabilidad de las políticas que se emprenden. Cada nuevo funcionario que
toma posesión de una dependencia del sector pretende renovar o reemplazar los
programas o proyectos que ejecuta. Esta falta de continuidad ya no sólo va atada
al cambio de gobierno sino al de funcionarios dentro del mismo régimen.
b.2) Por la forma como se prestan los servicios sociales en el país, es decir, el
carácter monopólico y estatal de su suministro, no existe la posibilidad de que el
beneficiario incida o contribuya en la cantidad o calidad de estos servicios.
b.3) El deterioro de los servicios sociales y su inestabilidad hacen que los niveles
de vida y, lo más importante, la posibilidad de cambiar favorablemente en el futuro,
dependan casi exclusivamente de los atributos y particularidades de cada
individuo y sus familias. Las oportunidades que brindan los servicios sociales en
Venezuela son cada vez más escasas.
c) Organizacionales:
Por el contrario, esa red de atención social del pasado reciente ha tratado de ser
sustituida por la creación de un Fondo Único Social que a la postre sólo ha
significado una suerte de “tesorería social”, donde se concentran recursos de
algunos programas sociales, heredados de la administración pasada, más un
conjunto de programas denominados como desestructurados, desde los cuales se
reparten bienes y servicios según sean las demandas formuladas ante esta
dependencia.
De manera que resulta muy difícil hacer propuestas (desde un punto de vista
técnico y no político) sobre la base de una política social inexistente y, lo que es
peor, frente a unos decisores públicos marcados por la soberbia revolucionaria
que les sesga e impide escuchar a cualquiera que no sea percibido como de ellos.
Así, y aún cuando lo dicho puede ser duro, hay suficiente evidencia de que lo
anterior es cierto, de lo contrario, ¿cómo explicar que el país entre a un programa
de ajuste cambiario y fiscal con características recesivas sin que ello lleve
apareado un programa social?
Una última palabra
Por lo antes expuesto, así como por las particularidades de inestabilidad política
que padece el actual gobierno, parece poco factible proponer reformas tendientes
a construir una red de protección social eficaz, eficiente y sostenible. De igual
forma, se hace difícil evaluar y propiciar la complementariedad de las políticas de
un sector cuya administración se autodefine como abierta e desestructurada.
Por otra parte, la politización del sector no es vista por el actual régimen como un
mal, sino por el contrario, como un vínculo de organización social necesario, de allí
que es improbable cualquier planteamiento tendiente a la despolitización de las
políticas sociales, tal y como ello se entiende en el resto de la región.
Tener presentes los sesgos cognitivos en los seres humanos es vital para implementar
políticas públicas eficientes
Los tomadores de decisiones en el sector público generalmente asumen que los individuos
son racionales, es decir, que su comportamiento es el resultado de un análisis entre los
costos y beneficios de realizar una acción determinada.
Sin embargo, los seres humanos presentamos sesgos cognitivos que condicionan o limitan
nuestras decisiones. Tomarlos en cuenta a la hora de diseñar políticas públicas puede
aumentar el impacto de las mismas, un “empujoncito” hacia la dirección correcta puede
hacer la diferencia entre una política exitosa y otra que no lo sea.
En ese sentido, los formuladores de políticas públicas deben estar atentos a facilitar
procesos para disminuir la cantidad y dificultad de las acciones que el individuo
debe realizar. Por ejemplo, CAF realizó una evaluación de impacto con el Servicio
Desconcentrado de Administración Tributaria del Municipio Sucre en Venezuela
con el objetivo de aumentar la recaudación sobre el impuesto de inmuebles urbanos.
Para ello enviaron notificaciones de deuda por medio de correos electrónicos a
contribuyentes morosos. El mensaje fue personalizado con la información de cada
contribuyente, su nombre, su número de cuenta y el monto adeudado, además se
incluyeron links al pago en línea, así como a planillas para el pago en bancos. Estos
detalles aumentaron en 8% la probabilidad de pago.
3. Los seres humanos son adversos a las pérdidas. A los individuos les desagradan
las pérdidas más de lo que les satisfacen las ganancias de montos equivalentes. En
ese sentido, se puede influir sobre un comportamiento individual relativo a una
política al resaltar las pérdidas o las ganancias de acuerdo con el objetivo deseado.
Por ejemplo, con el fin de mejorar el desempeño académico de estudiantes en
Chicago, se le otorgó a un grupo de profesores un monto determinado de dinero el
cual podrían conservar con la condición de que mejorara el desempeño de sus
estudiantes, de lo contrario debían devolverlo. A un segundo grupo se le indicó que
recibiría una compensación posteriormente si mejoraba el desempeño de los
estudiantes. La primera modalidad resultó ser más efectiva, las calificaciones de los
estudiantes fueron entre 0,22 y 0,33 desviaciones estándar superiores que las del
grupo control. La percepción de una posible pérdida influyó en el comportamiento
de los profesores más que la promesa monetaria en el futuro.
4. El comportamiento se ve influenciado por las cosas que nos atraen o llaman
nuestra atención. Los individuos son más propensos a realizar una acción si esta es
novedosa y atractiva. Esto indica que la forma como se presentan las alternativas
disponibles a los individuos influye en la toma de decisión. Por ejemplo, CAF llevó
a cabo un experimento con los empleados en el comedor de su sede principal en
Caracas para evaluar si la disponibilidad de información sencilla y atractiva sobre
las porciones consumidas tendría algún impacto sobre el consumo. El grupo de
tratamiento encontraba en el comedor los platos acompañados de información sobre
las calorías por porción promedio servida en formato “semáforo”. Si bien no se
encontró un efecto sobre el consumo neto de calorías, la información disponible
incidió sobre la elección de los individuos, es decir, estos disminuyeron el consumo
de proteínas, pero aumentaron el consumo de ensaladas y postres con alto nivel
calórico.
Las políticas públicas están dirigidas a mejorar el bienestar de la población que, al fin y al
cabo, está conformada por seres humanos que no siempre son muy racionales. Por ello,
tomar en cuenta estos fenómenos puede tener un gran impacto en los resultados y en la
efectividad de la gestión pública en general.
Cuadro 1
Puede observarse, que los autores tienen como elemento común la participación del
Estado en la elaboración de PP para resolver problemas sociales, la refieren como
actividades, cursos de acción, resultados, proposiciones o como transformaciones. No
obstante, Lahera enfatiza la colaboración de la comunidad y del sector privado, y
Repetto menciona actores sociales participantes en dicho proceso. En tal sentido, y
tomando en consideración estos planteamientos, se propone a efectos de esta
investigación la siguiente definición de política pública: Disposiciones del Estado para
atender determinadas realidades que afectan directa o indirectamente a la sociedad,
sean de tipo social, política o económica.
Pero, para que logren los resultados más cercanos a los óptimos, se requiere que se
diseñen, ejecuten y evalúen en las mejores condiciones y con la mayor utilidad social,
en tal sentido los diferentes autores opinan que; se requiere la acción de un buen
gobierno (Lahera, 2000: 23), los grupos y sectores entran en la dialéctica del conflicto
y la negociación, conformando coaliciones que apoyan la elaboración e instrumentación
de determinada acción u obstaculizan una o ambas (Repetto, 2000: 601), se orientan
hacia el progreso y bienestar de los ciudadanos (Piñango, 2003: 263, 266). En
consecuencia, se podría deducir que las PP determinan el tipo de sociedad existente,
en razón de que a través de ella se dictaminan las prestaciones (tributos, ayudas,
servicios, beneficios, obligaciones) entre el Estado y la sociedad.
Se observa que desde su inicio responde a determinados objetivos, pero los mismos
pueden modificarse en su trámite de elaboración, lo cual resulta comprensible en razón
del largo y complejo proceso que involucra la creación de toda política pública de once
(11) etapas conforme con Subirats (1989: 42), referidas al análisis de: 1) percepción y
definición del problema, 2) intereses afectados, 3) grado de organización, 4) acceso a
los canales representativos, 5) consecución del estatuto propio de tema a incluir en el
programa o agenda de actuación de los poderes públicos, 6) formulación de una
solución o de una acción de respuesta, 7) establecimiento de objetivos y prioridades,
8) soportes políticos presupuestarios y administrativos de la solución propuesta,
9) implementación o puesta en práctica de esa política, 10) evaluación y control de los
efectos producidos y mantenimiento, 11) revisión o terminación de esa política.
Por su parte Rose (1984, citado por Vila y Chedrese, 2003: 10), plantea desde una
perspectiva de análisis, que las PP pueden ser comprendidas como un proceso de cinco
fases estrechamente relacionados entre sí: 1) identificación y definición del problema;
2) formulación de las alternativas de solución; 3) adopción de una alternativa; 4)
implementación de la alternativa seleccionada y 5) evaluación de los resultados
obtenidos.
Sagasti y otros (1999: 13, 14), en un análisis sobre la política social en América
Latina, la consideran como: el conjunto de pronunciamientos, intervenciones y
acciones gubernamentales conducentes al bienestar de los individuos, las familias y los
grupos sociales, asumiendo un enfoque caracterizado por:
3. Diferenciar criterios tales como nivel de aplicación (nacional regional, local) y según
los sujetos de las medidas de política (género, edad, etnia, ingresos).
Generación de empleos
Cuadro 2
Por su parte Garretón presenta como debilidad que parte de suponer la igualdad socio-
económica, calidad de vida, ciudadanía y actores sociales fuertes como elementos
presentes en la sociedad y con capacidad de negociación, pero este contexto dista
mucho del existente en América Latina, donde de acuerdo con el CLAD (1998: 8),
problemas estructurales como: consolidación de la democracia, crecimiento económico
y desigualdad social, ocupan aún la atención del Estado. Así mismo, Valadez y
Bamberger, Sagasti, Delgado y Garretón comparten como objetivo de la política social,
la calidad de vida, ya sea en forma explicita o implícita.
Este escenario refleja lo que para Delgado (2002: 117) serían las transferencias del
Estado hacia la sociedad, bien sea, en forma de recursos financieros, servicios de
salud, educación, seguridad social, seguridad alimentaria, vivienda, protección laboral
y asistencia a las familias, en función de derechos, leyes y políticas de acción positiva.
Garretón (2001, citado por Delgado, 2002), argumenta que la política social, desde
una perspectiva de justicia, participa de una doble dinámica. Primero, se espera que
materialice los derechos del bienestar, mejorando la calidad de vida y facilite una
ciudadanía activa y productiva; segundo, que intervenga directamente en la
generación de reglas de juego e instituciones que permitan el ejercicio de los derechos
civiles y políticos para aquellos que son excluidos de la toma de decisiones.
Esta última apreciación, contiene elementos implícitos como la relación Estado y
sociedad a través de los efectos esperados de la política, con especial referencia a la
ciudadanía activa, capaz de inducir espacios plurales para la toma de decisiones, donde
los actores participantes expresen, argumenten y cuestionen las diferentes propuestas
y decisiones, de modo que se logre favorecer una acción de interés público 3 que
sobreponga el beneficio colectivo sobre el político.
Para comprender el entramado de los actores de política social, bajo la premisa de que
las decisiones estatales expresen las necesidades del conjunto de la sociedad, se
requiere del concurso de la democracia, que garantice la actuación de una ciudadanía
capaz de intervenir activamente en las decisiones, compartidas con los representantes
del Estado, desvirtuados en la práctica concreta de su función social. En consecuencia
los actores de política desarrollan sus guiones de acuerdo a su escenario estatal o
social
Para el CLAD (1998: 8) el papel del Estado debe orientarse primordialmente hacia el
área social, asegurando la universalidad de los servicios de salud, y educación y hacia
la creación de instrumentos que ayuden a promover el desarrollo económico. Pero si
bien es cierto que salud y educación, están entendidamente relacionados con
desarrollo económico, estos no constituyen prioridades a lograr en la sociedad
venezolana por parte del Estado dirigente, no obstante aquella no muestra
intransigencia sobre tales prestaciones, será que desconocen la universalidad de los
mismos o la carencia de ellos les impide actuar.
Por otra parte, el hombre adquiere una personalidad social a través de un proceso de
adaptación y comunicación simbólica asumiendo unos roles que lo capacitan para
vincularse activamente al fenómeno llamado sociedad, para lo cual se precisan ciertos
requisitos que aseguren la permanencia dentro de ésta, como la motivación suficiente,
mediante las posibilidades de desarrollo personal, logro de objetivos sociales y
limitaciones a todo acto pernicioso, así como el manejo de pautas de comportamiento
(Loaiza, 2004: 96, 97), en la realidad representan necesidades que de no estar
resueltas, deberían constituir el objeto de la acción del Estado.
La ilustración de estos términos, evidencia el entablado de la escena de los actores de
política pública, quienes protagonizan los complejos procesos para el diseño e
implementación de éstas, donde es significativa la capacidad de presión de algunos,
mediante el empleo de los recursos de que dispone para conseguir sus fines.
Pero, no se debe identificar todo colectivo con un actor relevante, bien sea por parte
del Estado como de la sociedad, se requieren ciertas condiciones que lo definan como
tal. Al respecto, Repetto y Acuña (2001, citados por Vila y Chedrese, 2003: 11)
estiman la presencia de ciertos atributos en determinados colectivos o individuos, que
los califica como actores de política pública:
El Diagrama 2 permite establecer en relación con los actores de política que una vez
que se definen, en función de las potencialidades que tengan o puedan adquirir, la
forma como éstos interactúan incide en las capacidades estatales de resolución de los
problemas sociales. Este contexto permite visualizar la estructura de poder que
pudiera ejercer dominio en el proceso de la elaboración de una política y cuáles actores
impondrían sus intereses en la agenda de gobierno.
Es en este entorno donde los gobernantes pretenden hacer valer su posición frente a
las cuestiones reconocidas como problemas por los actores sociales. En otras palabras,
los actores pueden intervenir estratégicamente en la vida pública a través de las
políticas en función de sus intereses reales para resolver los problemas de la sociedad.
Tal vez, esto explica por qué no siempre encontramos una coherencia entre la
definición del problema y las opciones de solución propuestas.
Claro que, la capacidad estatal define quiénes estructuran y llevan adelante las
políticas, con qué medios cuentan para hacerlo y bajo qué reglas de juego operan. Tal
como lo expone Repetto (2001: 53), la acción del estado, no deriva solamente de sus
características endógenas, sino también de la estructura institucional, política y
socioeconómica, no obstante los procesos de la Reforma del Estado, han modificado la
relación y articulación del Estado con la sociedad, en las etapas de definición del
problema, implementación y evaluación de la política.
Para que una política logre sus objetivos, requiere del engranaje de ciertos factores, a
lo largo de todo su proceso, estos factores de acuerdo con Vila y Chedrese (2003: 23)
son: 1. Grado de profesionalización de la administración, 2. Estilo de gestión política y
3. Características de los actores involucrados (grado de participación de la sociedad),
pero lo fundamental es la forma en que estos tres factores armonicen. Reconocen, los
autores el ámbito local (municipios) el lugar por excelencia para innovar, a través de la
implementación de mecanismos de participación que permitan estrechar la relación
Estado/Sociedad, condición sine qua non para la relegitimación del sistema político
municipal.
Es el caso que la rendición de cuentas por parte del Estado, al poner en conocimiento
de la sociedad cuestiones fundamentales sobre los pormenores de la administración
público, desencadena procesos de aprendizaje, pues la sociedad procurará
información, capacitación, organización, pero solo y solo si logra percibir que su
participación puede desencadenar cambios favorables, de modo que sirvan de
motivación para su participación.
La evaluación es vista por varios autores entre ellos, Subirats (1995), Weiss (1997),
Repetto (2001), Niremberg (2000) y Vila y Chedresse (2003), como un proceso de
análisis destinado a producir información válida sobre el desempeño de una política y
que esta información serviría para la toma de decisiones en cuanto a: modificar,
continuar o eliminar una política y/o programa público. En razón de ello emitir un juicio
acerca de una política, deriva en una lógica de conflicto y acuerdo, elementos
presentes en todo proceso de evaluación, por otra parte la externalidad que hasta
ahora ha caracterizado a la evaluación de PP, ha contribuido a agudizar el conflicto que
dificulta su ejecución, planteándose la incertidumbre sobre la posibilidad de convertir
las evaluaciones en prácticas organizacionales normales y efectivas, en todo proceso
de PP, para Ballart (1992: 72) evaluar supone la idea de juzgar el mérito, el valor o la
bondad de las políticas y de los programas públicos..
6. Conclusiones
Estos actores sociales, con sus necesidades y aspiraciones al lado de los intereses y
presiones por partes de los actores estatales, inician una confrontación hasta lograr
negociar el problema e incorporarlo en la agenda de gobierno, pero aquí no termina
esto, una vez encontradas alternativas de solución, resultado también de una disputa
entre actores interesados, estos nudos críticos del proceso de políticas explica por qué
no siempre encontramos consistencia entre la situación problema y las opciones de
solución. El caso es que no siempre las personas más cercanas al problema hacen
valer sus criterios en las acciones que resultan respaldadas por parte del gobierno,
como políticas públicas.
A pesar, de los logros por parte de la sociedad, en las últimas décadas, para que sus
necesidades sean escuchadas e incorporadas en las agendas gubernamentales, las
características conflictivas y subjetivas del proceso, resaltan la dificultad de hacer
políticas. Precisamente, parte de esta complicación viene dada por la interacción
establecida por los intereses del Estado y por las necesidades de la sociedad, así como
por los marcos institucionales (normativas, reglamentaciones, otras leyes) que
moldean la acción de ambos, no obstante debe reconocerse que la acción de la
sociedad por si sola no es determinante, para la solución de sus necesidades y
problemas, de modo que precisa del apoyo del Estado para tal fin.
Surge obligatoriamente esta interrogante, cómo asegurar que una vez que se ha
logrado la decisión estatal, ésta se traduzca en transferencias reales y plausibles hacia
la sociedad, que aseguren mejores niveles de calidad de vida, aquí también la
sociedad, juega un papel insustituible exigiendo y participando en la evaluación de las
políticas implementadas y solicitando la rendición de cuentas, sobre la gestión de las
políticas sociales, por parte de los funcionarios públicos responsables de ésta.
Bajo esta premisa se podría especular que en función de las derivaciones de esta fase
del proceso de PP, sería prudente una tendencia pluralista 7, multiactoral orientada a la
utilización8, para que en ella estén representados todos los actores intervinientes, los
estatales y los diversos actores sociales incluyendo los beneficiarios de la política y/o
programa público. Esto, acredita que a medida que se afinan los puntos de interés
para los actores y la utilidad de lo obtenido, simultáneamente, se precisen los
diferentes canales políticos y administrativos a los cuales compete la evaluación de
determinada política social.
En fin, se requiere del concurso de la sociedad organizada que actuando desde el nivel
municipal asuma el seguimiento de las políticas sociales, en función de su proximidad a
la ejecución de las mismas e interés en solucionar sus problemas. Desarrollando,
instancias de intercambio viables y sencillas hacia las autoridades locales, regionales y
nacionales, de modo que se legitime y enriquezca la actuación de cada uno de los
participantes en las políticas públicas, mediante una estrecha relación entre el Estado y
la sociedad.
Notas
2 A los fines del presente artículo, nos referimos a las políticas sociales y abordamos
su tratamiento como políticas públicas en general. Considerando las políticas sociales
como aquellas, que responden a dificultades sociales, bien sea, modificar o solucionar
situaciones adversas al bienestar social.
3 Existe una íntima relación entre la opinión pública y la dinámica política, expone el
debate público como la única posibilidad de superar los conflictos sociales, gracias a la
búsqueda de consensos que permitan el acuerdo y la cooperación pese a los disensos
(Habermas, 1982, en Forum Barcelona, 2004).
4 Agente libre.
Resumen
Las transformaciones políticas venezolanas en el siglo XX han estado asociadas a la
dinámica de la industria petrolera y a las mutaciones monetarias y financieras en el
ámbito internacional y nacional. En el comportamiento interno reciente, la especulación
financiera en la actividad bancaria, como resultado de la ocurrencia sostenida de déficit
Fiscal y su consecuencia en la economía real como trampa depresiva se encuentran
en el centro de un mecanismo explicativo, que permite evaluar la relación deseable
entre Estado y Sociedad Civil (Social choice). El artículo también enfoca los retos
presentados a la política macroeconómica (Public choice) para inducir un nivel más alto
de bienestar colectivo, asociado a un mayor nivel de empleo al considerar la situación
presente de burbuja petrolera, trampa depresiva y gobernabilidad restringida.
Political economy and economic policy for twenty-first century Venezuela: The
Flabby State
Abstract
Key words: Flabby state, oil bubble, depressive trap, restricted govern ability,
twentieth century.
Introducción:
El Fin del Estado Opulento
En efecto, la nación venezolana no ha entrado en el siglo XXI con buen pie. Las tres
últimas décadas muestran una increíble historia de endeudamiento fiscal que, al
traducirse en inversión especulativa bancaria para asistir al Fisco es posible asociarla a
la caída del ingreso per cápita, a un desempleo por tres veces la tasa natural y una
sub ocupación e inflación de dos dígitos (Véase Tabla I) (2). Estas circunstancias
además, parecen inmunes a las practicas de la ortodoxia económica o de derecha,
incluidas las variantes del llamado Consenso de Washington (3), y las relativas al
control económico o de izquierda del gobierno instaurado en 1999; contentivas de
controles de los precios relativos y de un incremento de los impuestos no petroleros,
fundamentalmente indirectos o regresivos que arrojan montos superiores a los
subsidios mas o menos masivos y a las inversiones en infraestructura.
Ello quiere decir qué durante las tres últimas décadas la gestión del public choice no ha
podido satisfacer las necesidades económicas y sociales del colectivo nacional, ni ha
proporcionado bases sólidas para el desarrollo ulterior (4).
Los elementos de tensión aparecen cuando el crédito para fines productivos se reduce
por el financiamiento de la actividad especulativa, lo cual obliga ulteriormente, a
liquidaciones de activos reales para cancelar pasivos financieros. Ello se visualiza con
la desvalorización súbita o paulatina de la moneda pública.
2. Las vinculaciones especulativas en Venezuela: La trampa depresiva
Como cuarto factor debe resaltarse que la política fiscal descrita (que devino en
inflación persistente) obtuvo su validación en el lado monetario (la depreciación
sostenida del bolívar, cuando mermó la renta petrolera) a través de la actuación nociva
del Banco Central (alzas de las tasas de interés) para mitigar la fuga de capitales. Ello
estimuló a la banca privada a disminuir la función crediticia y sustituirla por inversión
en títulos públicos en pos de pingues ganancias, en el corto plazo, atentando contra la
estabilidad del sistema financiero y por ende contra la confianza del público general
(12). Al respecto la Tabla I, muestra que la proporción de créditos con relación a los
depósitos ha descendido desde 1980, lo cual refleja la mencionada actuación
especulativa de la banca, en pos de los beneficios de corto plazo que el endeudamiento
del Fisco le ofrece /Véase en la Tabla I, el rubro de endeudamiento interno).
Se comprueba así que la racionalidad del corto plazo en la banca venezolana, atenta
contra la racionalidad del largo plazo, pues en general, con las excepciones del caso,
margina la obtención de utilidades de la intermediación. Una consecuencia gravísima
es que la banca venezolana estaría inmersa en una cadena especulativa de Ponzi,
contando con que el Fisco siempre proporcionará ganancias altas. Esto implica que los
gerentes en ejercicio, en su más alto nivel y en buena parte venidos del exterior, no
han asimilado la experiencia del colapso bancario de 1994-1995 (13).
Como quinto factor depresivo deben apuntarse las filtraciones: asociadas primero a
las fugas de capital, por falta de oportunidades de inversión relacionada con la
instauración de monopolios públicos (visión dicotómica) y a la experiencia de
devaluación que limitan el cumplimiento de la función de reserva de valor del bolívar, y
segundo, a las crecientes importaciones de bienes de consumo, como resultado del
relajamiento por presiones comerciales del control de cambios instaurado para
combatir las fugas de capital (14).
Expulsadas del poder político las elites del Pacto de Punto Fijo (17), creadoras de la Oil
and Civic Republic habida cuenta del empobrecimiento general percibido por la
Sociedad civil (régimen agotado) en la oportunidad de las elecciones de 1998, toman
el control del aparato del Estado los elementos marginados del juego político en 1958:
la minoría izquierdista y los militares opositores al régimen de democracia
representativa. Su ascenso al poder incluyo (como había sido declarado) un cambio
constitucional (social choice).
En el extremo la oposición radical, conformada por los expulsados del poder en 1998,
califican la situación de tendente al estado de excepción habida cuenta del supuesto
establecimiento de una democracia delegativa (surgida de plesbicitos sucesivos) y
caracterizada por un presidencialismo extremo y por la debilidad o nulidad del control
sobre el poder Ejecutivo de las ramas legislativas y judicial (Molina, 2004); lo cual se
considera propio de las llamadas democracias tumultuarias o dictaduras plesbicitarias o
cesaristas, con la consecuente clasificación de enemigo para todo actor critico, según
la óptica de Carl Schmitt (1996); lo cual se refleja en las listas de opositores
elaborados por los partidarios del gobierno que impide a los incluidos en ellas a
acceder a contratos y cargos públicos de menor cuantía y jerarquía.
Admitiendo que lo ideal desde el ángulo económico es que el nivel de vida o bienestar
de la sociedad sea creciente con el paso del tiempo, como en promedio lo muestra la
historia del planeta, resulta evidente que el aumento sostenido del binomio
producción-ingreso requiere del aumento constante de los llamados bienes de capital,
del empleo y de la relación denominada productividad como equivalente del ahorro
de esfuerzos de trabajo (castigo divino y valor social).
Dicho cuerpo normativo interactúa con los procesos económicos referidos a conceptos
tan complejos como los de: mercado, oferta, demanda, inversiones productivas
(acumulación), inversiones financieras (especulativas) exigiendo condiciones de
operatividad. Ellas incluyen al régimen de propiedad de los bienes del capital, al
contrato de trabajo y a la emisión monetaria, como las instituciones fundamentales
que permiten la acumulación de bienes de capital en el largo plazo (sistema
capitalista), mediante la libre iniciativa (concurrencia), sacrificios menores en el
consumo inmediato y la cancelación de los saldos de todas las transacciones por
medios monetarios.
El Gráfico 2, elaborado sobre la base de la representación de Venn-Euler, y que
considera las actividades de producción, financiamiento, distribución y de gobierno o
políticas, como círculos, ilustra la codeterminación de los precios relativos, de la
acumulación y del empleo (20), como superposiciones de los círculos mencionados.
Las opciones extremas para el marco regulatorio en el ambiente político, dentro del
régimen económico capitalista, oscilan entre la propiedad colectiva de los medios de
producción, con gestión ordinaria bajo la tutela del Estado (Capitalismo de Estado) y la
propiedad privada de dichos medios (Capitalismo liberal) con gerencia bajo libre
iniciativa.
En los países europeos, impregnados de tradición cameralista o del rol activo del
Estado los partidos que se alinean en la social democracia han defendido la propiedad
de un volumen significativo al capital en manos del Estado y se han definido a sí
mismo como centro izquierda. La democracia cristiana ha propugnado la generalización
de la pequeña propiedad o todos propietarios, presumiéndose que se trata de una
opción de centro derecha. Y en fin, en los últimos años, desde Inglaterra, se ha
divulgado una alternativa (Giddens, 1994) la llamada tercera vía, calificada
jocosamente por los opositores de izquierda como el tatcherismo sonriente; con lo cual
se hace alusión a un deslizamiento hacia la derecha de una postura originalmente del
tipo centroizquierda para garantizar el avance tecnológico en las empresas antes
estatizadas, por el laborismo.
Así, lo que es común en los regímenes de la tercera vía en la búsqueda de la ruta del
bienestar colectivo, dentro del modelo capitalista, (que como ya vimos, depende , por
una parte de la mano invisible del lado de la actuación de los empresarios y
financistas, y por la otra, de la mano visible del Estado) es que son dos los elementos
básicos del social choice: el empleo productivo para generar ingresos y la protección
de los niveles alcanzados de éste, en ese orden de prelación.
Por ello, una vez obtenido un nivel aceptable de empleo, el rol esencial de la
Administración Publica estriba en establecer condiciones para minimizar las
volatilidades de los precios relativos básicos, asociada dicha volatilidad a la
incertidumbre propia de los ajustes de los mercados mediante el dinero y sus
vinculaciones fiscales. Esta capacidad de armonizar la actuación de la mano invisible
con la visible es lo que denominaremos gobernabilidad; la cual se manifestará
según la opción seleccionada de public choice.
De los elementos explicativos (acápites 2 y 6) se infiere que los requisitos para pasar a
una fase expansiva de la economía son: 1º crear una atmósfera que minimice la
especulación financiera, para que el desenvolvimiento de la iniciativa privada
aproveche las oportunidades de inversión y de empleo y por ende disminuya las
restricciones para potenciar la expansión de la oferta nacional de bienes; 2º eliminar
las restricciones a la libre iniciativa, introducidas a mediados del siglo XX por el
capitalismo de Estado (economía dual); 3º aliviar la imposición indirecta y la
devaluación sostenida – con propósitos fiscales para frenar el proceso inflacionario y 4º
reconocer la trascendencia de los procesos de integración (para encontrar
oportunidades de inversión) y de la necesaria coordinación de las políticas fiscales,
monetarias y cambiarias para estabilizar en el tiempo (mantener) dicha integración.
Un principio básico generalmente aceptado para la actuación fiscal es que los recursos
puestos a disposición del Fisco deben retornar a la población; esto es, sin negar los
beneficios que se derivan de la existencia del Estado en el orden publico, la actividad
fiscal debe traducirse en potenciar el equilibrio en el mercado de empleo. El enlace con
el punto de vista tradicional, referido al equilibrio entre gastos e ingresos tributarios,
reside en que el financiamiento sostenido, recurrente, de situaciones de déficit,
presiona al alza la tasa de interés y del tipo de cambio, limitando el crecimiento del
empleo nacional.
Ahora bien las anteriores condiciones tienen un corolario relevante: y es que también
deben producirse equilibrios funcionales, según fuentes y destinos, lo cual trasciende
el equilibrio clásico entre ingresos y gastos fiscales totales; privilegiado por la teoría
económica estándar y conocido en forma dinámica como Sostenibilidad ínter
temporal; debiendo recordarse que el financiamiento con instrumentos distintos de los
impuestos, a saber: la creación de deuda y el acudir a la devaluación y a la liquidación
de las reservas internacionales acelera los procesos inflacionarios y la volatilidad del
tipo de cambio (Fisher, 1990).
Así en el caso de Venezuela cabe señalar que el nivel de los ingresos petroleros
debería igualar al monto de la inversión pública; lo cual no es lo que ocurre, según los
registros de la Tabla I.
Finalmente sin entrar en detalles que se tratan en el anexo Nº 1, resulta evidente que
el destino del gasto público resulta esencial y no accesorio como querría el
keynesianismo simple o de corto plazo.
A partir de la flotación del dólar (1971), el uso creciente del dinero privado y la
profundización bursátil que lo acompaña, son condicionantes de carácter general y
universal que tornan ineficaces, para los propósitos del desarrollo, la defensa de la
moneda nacional con medidas como el control de cambios y la elevación de las tasas
de interés. En efecto el primero dificulta las transacciones internacionales de bienes y
capitales y la segunda alimenta los factores depresivos. Por ello son, escasamente,
tres países en el planeta los que se encuentra en tan delicada situación: Corea del
Norte, Cuba y Venezuela.
Por contraste, a partir de ese momento, gran parte de los países del planeta transitan
procesos de integración continental; por lo cual los instrumentos financieros y
monetarios son manejados dentro de acuerdos internacionales cada día más explícitos
(Dornbush, 2001; Mundell, 1997). Ello sin mengua de reconocer que las negociaciones
(27) no son fáciles, pues las decisiones involucran la relación entre tasa de desempleo
y tipo de cambio.
El corolario político es que ante la influencia de los mercados internacionales
(globalización) la actuación de las autoridades nacionales (monetarias y fiscales) debe
coordinar su actuación con sus parternaires o socios comerciales. Desde el punto de
vista académico la teoría del preajuste financiero (Mata, 2006) explica
exhaustivamente esta afirmación y su versión monetaria: un mercado una moneda, en
lugar del precepto tradicional un país una moneda.
Sobre lo anterior hay experiencia más que satisfactoria en los casos de Perú y Bolivia,
a pesar de las restricciones sociales que afectan a esos países. Esta opción evita, por lo
demás, la experiencia negativa de la caja de conversión en Argentina y de los
dudosos resultados de la dolarización en el Ecuador para combatir la especulación
asociada al descontrol fiscal (28).
La teoría estándar en los países desarrollados para tratar la problemática del empleo,
vista como coyuntural, recomienda una estrategia llamada de aterrizaje suave; la
cual privilegia la lucha contra la inflación desde los bancos centrales, con restricción
monetaria aún a costa del empleo; haciendo referencia a un hipotético nivel critico de
desempleo, cuya eliminación llevaría a la inflación. Se trata del conocido NAIRU non
accelerating inflation rate of unemployment que se ubicaría contemporáneamente, en
los países industrializados, alrededor del 6%. Las circunstancias de la exclusión
laboral y la experiencia en EUA bajo Bill Clinton (Stiglitz, 2003) hacen más que
dudosa la hipótesis aceptadas por la teoría estándar (curva de Phillips). Ello permite,
como medida específica en la lucha contra el desempleo, emprender modificaciones
institucionales, como la reducción de la jornada laboral; tal como proponen hoy la
teoría y la política en el ámbito europeo.
Debe resaltarse que además de la visión dual del capitalismo de Estado existe otra
visión dicotómica que pretende separar la pobreza del desempleo; por lo cual habría
soluciones sociales clasificables en asistenciales, compensatorias, focalizadas
(pobreza extrema), en general transitorias.
Las mutaciones de la moneda, desde su etapa de mercancía hace unos cinco mil
años, hasta su versión presente de símbolo y medida para las transacciones
privadas(activos y pasivos financieros múltiples) en donde el dinero público (emitido
por los bancos centrales) sólo sirve para transacciones menores y saldar el corte de
cuentas, hace que los más ricos estén en capacidad de crear y obtener dinero
mediante el crédito bancario y las transacciones de títulos diversos, en los mercados
primarios y secundarios, lo cual multiplica el ingreso que generan en el proceso
productivo. Pero en realidad los actores privados crean menos dinero que el potencial
del que disponen, pues el límite es la confiabilidad mutua entre los agentes; es decir
las condiciones morales y financieras o estructura de la deuda. Esta restricción, como
hemos visto, no opera, o tiende a relajarse en la actividad fiscal (33).
Ello nos lleva a que la mayor parte de la población por tener menos ingresos, maneja
pocos instrumentos bancarios, por lo cual hacen reposar su confianza en las
instituciones privadas y públicas que operan y regulan las operaciones principales; las
crediticias y su relación con los bancos centrales. Por ello, solo la exhuberancia
especulativa de los más ricos, no materializada en retornos, desestabilizara al sistema
financiero-económico.
En el caso de Venezuela, la característica de especulación no materializada en
retornos o trampa Depresiva aparece como vinculación entre el Fisco y la banca
privada al financiar recurrentemente déficit fiscal, habida cuenta del deterioro relativo
de la renta petrolera y de los escasos logros económicos y sociales. En efecto como
indicador síntesis del no retorno encontramos la paradoja de una economía rentista
que en las tres últimas décadas no capitaliza ni social (desempleo) ni económicamente
(deterioro creciente de la infraestructura física y déficit en las empresas públicas).
A partir del Gráfico 3, los elementos de solución propuestos para salir de la trampa
depresiva (parágrafo 7) se reflejan en el Gráfico 4.
Desde el ángulo políticostrictu sensu cabe resaltar que el fracaso evidente de las
opciones de social y public choice seleccionadas en el siglo XX y la terca persistencia
en dicha selección por la Administración en ejercicio, muestra que la mano visible del
Estado no solo ha sido incapaz de corregir las desviaciones de la mano invisible sino
que ha incitado su comportamiento. De allí que, pese al autoritarismo que se
desprendería de considerar las actuaciones de democracia plesbicitaria, que surgiría
de la sola observación del juego político desde 2000, estaríamos ante una situación de
gobernabilidad restringida que calificamos de Estado Fofo.
Notas
4. Además resulta que un indicador global como el ingreso per capita en el período
considerado 1970-1999 muestra que otros países latinoamericanos lo han multiplicado
varias veces mientras en Venezuela presenta altibajos alrededor de una media (Véase
Del Bufalo, 2002: 173).
7. Una ecuación simple del financiamiento del déficit fiscal muestra una compensación;
pero si el proceso es persistente los pagos de intereses en divisas presionan a las
reservas internacionales y las filtraciones por importaciones (asociadas en alguna
medida a los bonos públicos) también, por ello se establece una presión
devaluacionista, que llega a mega devaluaciones, al producirse trastornos en las
exportaciones.
10. Venezuela Colapsa: Portada y artículos varios de la revista Z, 12 agosto 2005.
11. Véase A. Uslar Pietri: prologo del trabajo de O. García Mendoza (1995).relativo a la
crisis bancaria de 1994-95.
13. Debe señalarse que los bancos extranjeros tienden a capitalizar un 50% menos
que los existentes en manos nacionales, que las tasas de las DPN oscilan entre el 80 y
el 90 por ciento de las activas al sector privado y que los interese devengados son
excluidos del ISLR y que los bonos sirven para obtener liquidez del BCV. De allí el
retorno (5%) en el primer semestre del 2002 duplique al obtenido por la banca
estadounidense en dicho país (F. Faraco, 2002).
14. Caso del CADIVI actual (desde febrero 2002) o de la corrupción en el RECADI de
lapso 1983-1989.
18. Dentro de los documentos a revisar véanse El Nuevo Mapa Estratégico (Hugo
Chávez, Nov. 2004) y la Constitución de 1999.
20. En Mata M. (2006) se explica que el equilibrio es dinámico (por fases) y que la
inicial es financiera. Se parte de los teoremas de Allais (1989) y de la hipótesis de
Hicks (1939) de que la tasa de interés considera el paso del tiempo.
22.Alexis de Tocqueville escribió que la gran ventaja del americano reside en que ha
arribado a un estado de democracia sin haber tenido que soportar una revolución
democrática y que nace libre sin tener que haber tenido que obtener su liberta de allí
que el estadounidense tome el liberalismo como un presupuesto de la vida
(Shelesinger, 1967:87).
23. La redefinición del liberalismo a la estadounidense fue llevada a cabo por Theodore
Roosevelt (Nuevo Nacionalismo) Woodrow Wilson (Nueva Libertad) y Franklin d.
Roosevelt (Nuevo Trato) lo cual constituyó la base de la concepción de un estado de
bienestar en el cual el gobierno tenía que comprometerse con mantener altos niveles
de empleo, supervisar los niveles promedio de vida, regular los métodos de
competencia mercantil y establecer esquemas comprensivos de seguridad social. Esta
concepción liberal fue aceptada en 1952 por el Partido Republicano como componentes
permanentes del sistema (ver a. Schelesinger, 1967).
24. La primera propiedad privada es el cuerpo biológico del individuo. Se añaden los
bienes que el mismo, con su trabajo, extrae de la naturaleza. Termina con la
acumulación de bienes que forman el capital.
25. El concepto de individuo social difiere del de ciudadano en que este último
concepto hace énfasis en las características comunes. El ciudadano lleva el concepto de
mayoría; el de individuo al de minorías.
26. Corrientemente la literatura fiscal estándar hace caso omiso del principio de
equidad y lo trata como consideraciones de segunda orden que se pueden obviar
(Rolph, 1958: 12-29).
27. Este aspecto de relevante interés no es abordado en esta oportunidad por
considerar que los resultados de los estudios previos (Mata, 1999) no han perdido
vigencia. En todo caso ellos atribuyen la mayor importancia a la CAN sobre
MERCOSUR, en el caso de Venezuela.
31. En 1999, a Baptista afirmó que la renta del petróleo no es el futuro del país, pero
sin la renta del petróleo no fuéramos futuro.
32. Espinasa (2006) señala que los costos unitarios se estarían incrementando con la
reducción de los volúmenes al tiempo que la inversión gubernamental se reduce
incidiendo en la reducción de los volúmenes.
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