DIENTE DE LEON (Taraxacunn officinale)
Se le denomina también Taraxacén, Achicoria amarga, Amargén, Cardefia, Hocico de
puerco y Pelosilla (cuando tiene el fruto ya hecho). El Diente de ledn, que en los céspedes
suele ser una hierba mala muy molesta, constituye para la humanidad afligida una planta
medicinal de gran valor. Se cria en los prados y todos los lugares herbosos y florece casi
todo el afio. En las regiones de los Alpes aparece la flor en abril y mayo, cubriendo todo a
modo de un tapiz amarillo, lo que ofrece un aspecto muy alegre. La planta huye los suelos
demasiado himedos.
Sus dos virtudes mas destacadas son las de curar las afecciones de la bilis y las
enfermedades del higado.
Las hojas se recolectan antes de la floracién, las rafces en primavera u otofto, los
bohordos durante la floracién, Toda la planta es curativa. Yo misma he tomado la
costumbre de poner en primavera cada dia una ensalada de toda la planta en la mesa,
para la cena la solemos comer mezclada con patatas hervidas y guarnecida con huevos
duros. Cuando estuve en Yugoslavia sometida a una cura, nos daban a todos cada dia,
aparte de las
otras ensaladas frescas, un platito de ensalada de Diente de leén. El médico, un famoso
especialista del higado, con el que hablé del asunto, me dijo que el Diente de leén era un
estimulante poderoso del higado. Hoy sé que los bohordos floriferos recién cogidos, de los
que se comen cada dia unos 5 6 6, crudos, ayudan rapidamente contra la hepatitis crénica
(dolor agudo y punzante que se extiende hasta la parte inferior de! oméplato derecho).
También combaten la diabetes. Los diabéticos deben comer cada dia unos 10 de esos
rabillos de la planta en flor. Estos se lavan antes de quitarle la cabezuela de la flor y se
mascan espaciosamente. Al principio parecen un poco amargos, pero son muy tiemnos y
jugosos y es como si se comiera una hoja de endivia, Las personas enfermizas que se
sienten siempre decaidas y cansadas, deberian someterse a una cura de 15 dias a
base de bohordos frescos de Diente de leén. Se quedarian sorprendidas del buen
resultado que dan. Pero estos bohordos curan también otros males. Por ejemplo quitan
los picores, los liquenes y las erupciones de la piel, mejoran los jugos gastricos y depuran
26el estémago. Asimismo eliminan los calculos biliares, sin causar dolores, y estimulan la
actividad de! higado y de la bilis. — El Diente de leén contiene, aparte de sales minerales,
importantes sustancias curativas y reconstituyentes, imprescindibles para curar las
enfermedades metabdlicas. Gracias a sus cualidades depurativas de la sangre, es un
remedio indicado contra la gota y el reuma; la hinchazén de las glandulas desaparece,
sometiéndose durante 3 6 4 semanas a una cura de bohordos frescos. Contra la ictericia y
el mal del bazo se sigue el mismo tratamiento.
Las raices del Diente de leén, que se comen crudas o se utilizan desecadas para
infusiones, actian de purificante de la sangre, digestivo, sudorifico, diurético y ténico.
Fomentan la fluidez de la sangre por lo que se consideran un remedio excelente contra la
sangre espesa.
Segiin antiguos herbarios, las mujeres usaban el cocimiento de la planta como cosmético.
Con esa tisana solian lavarse los ojos y la cara para obtener un cutis fino.
Esta planta se mantiene fresca todo el afio y produce hojas incluso en invierno.
Cada afio en primavera suelo hacer de las flores de Diente de leén un jarabe que tiene un
sabor riquisimo y es ademas muy bueno para la salud. En Navidad preparo los dulces de
miel siempre con este jarabe. Mi madre se encontré una vez con una mujer que llevaba en
el delantal un montén de flores de Diente de leén. Cuando le pregunté lo que hacia con
ellas le dio la receta de ese exquisite jarabe o »miel« que les apunto aqui para que la
puedan copiar:
Cuatro pufiados de flores de diente de leén se ponen a hervir a fuego lento en un litro de
agua fria. Se le da un hervor y se retira la olla del fuego. Al dia siguiente se cuela todo y
con las manos se exprimen bien las flores. Al liquido se le afiade un kilo de azticar moreno
y Medio limén cortado en rodajas (si esta tratado se quita la piel). Se remueve bien todo y
se pone la olla al fuego sin taparla. Para que se conserven las vitaminas se deja a fuego
muy lento. Asi se va evaporando el liquido sin hervir. Hay que dejar enfriar la masa una o
dos veces para constatar su consistencia. El jarabe no debe estar demasiado espeso ya
que al guardarlo se cristalizaria con el tiempo. Pero si esté demasiado claro se estropea
pronto. Tiene que quedar a modo de una miel; se puede comer con pan para el desayuno
y esta delicioso.
Un dia habia estado trabajando un carpintero en nuestra casa y para cenar le di a él
fiambre mientras que mi familia se deleitaba con pan con mantequilla y miel de Diente de
leén. Cuando el hombre vio lo a gusto que nos la comiamos quiso probaria. El, que hacia
también de apicultor, no creia que la »miel« la hubiera hecho yo misma. Se qued6é
entusiasmado y dijo que el jarabe casi no se distinguia de la mie! de abeja. Aqui hay que
mencionar que a los enfermos de los rifiones no les sienta muy bien el acido de la miel de
abeja, por lo que les recomiendo el jarabe de Diente de leén.
A pesar de que esta planta tan valiosa goza de gran fama en la Medicina popular, la
mayoria de la gente la desprecia y la toma por una hierba mala muy molesta.
Durante una procesién de Semana Santa me di cuenta de que un chico que portaba una
bandera tenia la cara desfigurada por el acné. Hablé con su madre llamandole la atencién
sobre el efecto depurativo de la Ortiga y del Diente de leén. La mujer ni siquiera conocia
esta planta, aunque ella no era de ninguna capital, sino una habitante de nuestra pequenia
ciudad, Cuando le ensefié la planta se escandaliz6 y dijo que como iba a dar tales hierbas
malas a su hijo
MODOS DE PREPARACION
Infusion: 1 cucharadita colmada de raices se ponen a macerar durante la noche en
41/4 |. de agua fria; al dia siguiente se calienta hasta que rompa a hervir y se cuela. Esta
cantidad se bebe media hora antes y media hora después del desayuno,
Ensalada: Se prepara con las hojas y las raices frescas (véase arriba)
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