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: 6 millones de niños mueren por hambre

y desnutrición al año
Sólo América del Sur y el Caribe podrían disminuir la pobreza en 2015

AFP, DPA Y REUTERS

De acuerdo con el informe de la FAO, 33% de personas que viven en Africa


subsahariana están subalimentadas FOTO Ap

Roma, 22 de noviembre. El hambre y la desnutrición matan a 6 millones de niños


anualmente -cifra que equivale a toda la población en edad prescolar de Japón- y afectan
a 852 millones de personas en el mundo, 95 por ciento en países en desarrollo, denunció
hoy la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

"La mayoría de esos niños fallecen a causa de enfermedades infecciosas curables, como
diarrea, neumonía, paludismo (malaria) y sarampión. Habrían sobrevivido si su cuerpo y
sistema inmunológico no estuviera debilitado por el hambre y la malnutrición", explicó
la FAO, que publicó hoy en Roma su informe anual sobre seguridad alimentaria.

"Los esfuerzos por disminuir 50 por ciento antes de 2015 el número de personas que
padecen hambre en los países en vías de desarrollo avanzan muy despacio y la
comunidad internacional se halla muy lejos de alcanzar los objetivos" establecidos en
varios encuentros políticos durante los pasados 10 años, aseguró Jacques Diouf, director
general de la FAO, en el prólogo del informe anual El estado de la inseguridad
alimentaria en el mundo.

"Si se mantiene el ritmo actual de reducción de la pobreza en las distintas regiones en


desarrollo, únicamente América del Sur y el Caribe alcanzarán la meta", mientras en la
mayoría de las naciones del sur de Africa continuará el problema.
Si no todos, muchos objetivos pueden alcanzarse, "pero sólo si se redoblan y se
reajustan los esfuerzos", agregó Diouf, quien fue relecto el sábado pasado para un tercer
mandato.

El informe empleó datos de 2004, según los cuales había 852 millones de personas
desnutridas entre 2000 y 2002. Esa cifra incluye "815 millones de personas en países en
desarrollo, 28 millones en naciones con economías en transición y 9 millones en países
industrializados".

La FAO precisó que no dispone de cifras más recientes, y que las más actuales sobre el
número de personas que padecen hambre se publicarán en el informe de 2006.

El reporte puntualizó que de las 530 mil muertes de mujeres al año debidas a
complicaciones en el embarazo y el parto, 99 por ciento ocurren en países en desarrollo
y el hambre contribuye a esos fallecimientos en muchos casos.

La anemia, a menudo causada por la malnutrición, es factor de riesgo en las


hemorragias, que causan un cuarta parte de las muertes en parturientas.

Según la FAO, "cerca de 75 por ciento de la población con hambre y en la pobreza vive
en zonas rurales de los países con ingresos bajos". En estas regiones reside la mayoría
de los casi 11 millones de niños que pierden la vida antes de cumplir 5 años y de los 121
millones que no van a la escuela, y en ellas se producen los 300 millones de casos de
paludismo agudo y el millón de decesos por esta enfermedad cada año.

Por tanto, "para disminuir el número de personas que padecen hambre debe concederse
prioridad a las áreas rurales y a la agricultura como base del sustento en esos lugares",
sostuvo Diouf.

Además, añadió, se debe asegurar a los niños una alimentación adecuada, pues ello "es
crucial para romper el círculo vicioso hambre-pobreza".

Se requiere, por una parte, "aumentar la productividad y los ingresos de las personas
pobres que padecen hambre en sectores como el riego en pequeña escala, infraestructura
(carreteras, recursos hídricos), pesca y silvicultura", puntualizó.

Por otro lado, hay que "proporcionar acceso directo a los alimentos y crear redes de
protección social para los pobres, con ayuda alimentaria para madres y niños pequeños,
comedores escolares, huertos escolares y programas de comida por trabajo", expuso.

Diouf añadió que 33 por ciento de personas que viven en Africa subsahariana están
subalimentadas. Este índice ha disminuido muy lentamente, aunque el ritmo del
progreso realizado era ligeramente mejor en los 90 que en la actualidad.

En tanto, 16 por ciento de habitantes de Asia y el Pacífico estaban subalimentados en el


periodo 2000-2002. Sin embargo, la región tiene posibilidades de alcanzar las metas en
2015 si se logra incrementar ligeramente el ritmo de los avances en los próximos años,
indicó la FAO.
En Medio Oriente y Africa del Norte la prevalencia del hambre es baja y está
aumentando en lugar de disminuir, añadió.

En América Latina la desnutrición bajó de 59.5 millones de individuos (13 por ciento de
la población) en 1990-1992 a 52.9 millones (10 por ciento) en 2000-2002. Haití, con 47
por ciento de su población desnutrida, es el caso más grave en la región, seguido de
Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Guatemala, Honduras y Bolivia, países que
tienen entre 21 y 27 por ciento de su población desnutrida.

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Cada día mueren 24.000 personas de


hambre y desnutrición, según la ONU
M. Hurtado
EFE

Establecer una moratoria de cinco años para la actual


producción de biocarburantes y consagrar el derecho a la no
deportación de las personas famélicas son dos de las soluciones
para reducir el número de hambrientos en el mundo, según la
ONU. Así lo explicó ayer en rueda de prensa el relator especial
de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, el suizo
Jean Ziegler, quien presentará próximamente su informe
provisional sobre ese derecho en la Asamblea General de la
ONU. Cada día mueren 24.000 personas de hambre.

En ese foro, Ziegler defenderá que el poder alimentarse es un


derecho humano básico, "algo que países como Estados Unidos
no consideran", aseguró el relator, quien aprovechó para
felicitar al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon,
por su "coraje por defender este tema".

Según los datos recabados por su equipo "el hambre continúa


expandiéndose año a año, cada día mueren 24.000 personas de
hambre y por causas relacionadas con la desnutrición son
100.000, lo que da un total de 35 millones de muertes al año".

"Cuando según datos de la FAO (Fondo para la Agricultura y la


Alimentación de la ONU) en el mundo se producen alimentos
para alimentar a 12.000 millones de personas, es decir el doble
de la población mundial, cada niño que muere de hambre es un
asesinato", agregó Ziegler.

Por ello, el relator considera que no sólo hay que acabar con los
hambrientos, sino evitar que haya más, por lo que propone
consagrar el derecho de que las personas que no pueden
alimentarse no sean deportadas, y evitar que los terrenos
agrícolas dejen de dedicarse a producir alimentos para
destinarse a la fabricación de biocombustible.

"En África hay 202 millones de hambrientos que no pueden


alimentarse y que arriesgan sus vidas para llegar a Europa y
poder vivir, y nosotros deberíamos permitírselo".

Ziegler considera que es posible crear el Derecho a la No


Deportación porque cuando el Consejo de Derechos Humanos de
la ONU fue instaurado en marzo del 2006, "se le dio el mandato
de crear nuevas herramientas si era necesario, por lo que yo
sólo pido que se respete".

"Es una tragedia lo que ocurre todos los días en las costas
atlánticas y mediterráneas, miles de personas que mueren
ahogadas", agregó, y criticó a la Unión Europea (UE) por querer
concluir un acuerdo de libre comercio con el grupo de países
ACP (ex colonias europeas independizadas recientemente en
África, Caribe y Pacífico) que, a su entender, "va a beneficiar
solo al norte".

Según Ziegler, los países ACP no tienen margen de maniobra


para negociar a causa de las ataduras que mantienen con la UE
por las ayudas que reciben de ésta. "El acuerdo solo hará
aumentar el número de hambrientos", señaló.

854 millones de famélicos

Precisamente, Ziegler considera que otra de las medidas que


podría evitar el aumento del número de famélicos, que ya es de
854 millones, sería establecer una moratoria de cinco años en la
producción de biocarburantes.

"La transformación masiva de plantíos consagrados a los


alimentos hacia la producción de biocarburantes va a crear
hecatombes", aseveró. Y explicó que para producir cinco litros
de etanol se necesitan 230 kilos de maíz, una cantidad que
alimentaría a un niño durante un año. "Yo comprendo la
necesidad de controlar las emisiones de efecto invernadero,
pero no ponerla por delante de la muerte de la gente", agregó.

Por lo que pide la moratoria para que los científicos puedan


desarrollar técnicas que permitan fabricar biodiesel de productos
no comestibles, como los cactus. "Lamentablemente, las zonas
áridas aumentan a un ritmo de 1,2 kilómetros por año, pero al
menos tendremos los cactus". Ziegler presentó hoy
públicamente los datos en conmemoración del Día Mundial de la
Alimentación, que se celebra el próximo 16 de octubre.

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ONU: desnutrición grave en Irak
Un experto en Alimentación de Naciones Unidas
criticó duramente a las fuerzas de ocupación de Irak
lideradas por Estados Unidos, diciendo que desde que
Saddam Hussein fue derrocado el número de niños
iraquíes que sufren de malnutrición prácticamente se
ha duplicado.

El especialista, Jean Ziegler, indicó en el encuentro anual de


la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra,
Suiza, que cerca del 4% de los menores iraquíes estaban Según Ziegler, cada día más
desnutridos cuando comenzó la guerra hace más de dos de 17.000 niños menores de
años. cinco años mueren de
malnutrición.
Hoy, ese porcentaje casi llega al 8%, asegura Ziegler.

"Los gobiernos deberían reconocer sus obligaciones extraterritoriales acerca del derecho a
la alimentación", señaló Ziegler al presentar el informe.

La delegación de Estados Unidos ante la ONU se negó ha hacer declaraciones sobre su


reporte.

Miles de muertes

Ziegler señaló que el caso de Irak refleja una tendencia


global y que está estremecido por el hecho de que hambre La silenciosa
está aumentando en todo el mundo. masacre de la
hambruna es una forma
El experto manifestó especial preocupación por la situación de asesinato
que se vive en Corea del Norte y en la región sudanesa de
Darfur. Jean Ziegler

Según él, más de 17.000 niños menores de cinco años mueren de malnutrición a diario.

"La silenciosa masacre de la hambruna es una forma de asesinato", acotó.


El informe advierte además sobre la forma en que la ayuda alimentaria es repartida.

Latinoamérica

El reporte destaca positivamente los esfuerzos que se


vienen haciendo en varios países de América Latina.

Las Naciones Unidas destaca a Brasil, donde el gobierno ha


aplicado programas efectivos para acabar con la
malnutrición en unas 44 millones de personas.

El documento señala la reforma agraria en Venezuela En A. Latina y el Caribe el


calificándola de "inteligente, progresista y que crea la avance en la lucha contra el
igualdad de acceso a la tierra". hambre ha sido positiva.

La malnutrición es una de las mayores causas de mortalidad


Número de
personas
desnutridas en los
Se necesita una acción urgente para combatir el países en
hambre: sigue en aumento la desnutrición en el mundo desarrollo

La cifra personas con hambre crónica en el mundo ha aumentado desde


principios de los años 90, después de que en las dos décadas anteriores se
había reducido. Esta es la lamentable conclusión del importante informe
anual de la FAO El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación
(SOFA). Este informe se preparó y presentó a debate en el periodo de
sesiones del Consejo, órgano rector de la FAO, celebrado del 23 al 28 de
noviembre. 

En contraposición a la tendencia decreciente desde 1970 del total de


personas con desnutrición crónica en los países en desarrollo, el nuevo
informe establece para el periodo 1994-96 un número de 828 millones de
personas desnutridas, cifra superior a los 822 millones de 1990-92. Se
calcula que el porcentaje de personas desnutridas del mundo disminuyó
ligeramente en el mismo periodo, del 20 al 19 por ciento, pero esto no ha
bastado para compensar el crecimiento demográfico.

El mayor número de desnutrición corresponden a Asia, mientras que la


mayor proporción de población desnutrida está en África, al sur del Sahara,
según el informe.

"Son más urgentes que nunca las medidas para cumplir el objetivo de la
Cumbre Mundial sobre la Alimentación, de reducir para el año 2015, por lo
menos a la mitad, la cifra de 1996 de personas con hambre en el mundo",
afirmó Jacques Vercueil, titular de la Dirección de Análisis del Desarrollo
Económico y de la Agricultura, de la FAO, dependencia responsable de la elaboración del SOFA
98. En noviembre de 1996 se reunieron en Roma jefes de Estado y de gobierno de 186 países
para celebrar la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, y se comprometieron a reducir a la
mitad para el año 2015 el número de personas con desnutrición crónica en todo el mundo.

El incremento de la cifra de personas con hambre se debe sobre todo a la falta de avance en la
reducción de la pobreza en el mundo. "El SOFA 98 señala que la distancia cada vez mayor de la
distribución de los ingresos en muchas partes del mundo también es una tendencia preocupante
con relación a la desnutrición", según palabras de Vercueil.

Está documentado el círculo vicioso del hambre y un mal funcionamiento económico. En el


decenio 1985-95, los países que tenían el mayor porcentaje de población desnutrida –el 50 por
ciento o más de la población- mostraron siempre un ingreso per capita estancado o en deterioro.
De manera semejante, el crecimiento del ingreso se ha estancado o reducido en casi todos los
países donde más del 30 por ciento de la población padece de hambre crónica. Los únicos países
donde se registran más ganancias en el ingreso per capita son aquellos donde menos del 20 por
ciento de la población está desnutrida.

Informe especial sobre la alimentación urbana y el ingreso rural no agrícola

En un informe especial sobre la alimentación urbana, se calcula que para el año 2005, más del 50
por ciento de la población mundial estará en las ciudades y la falta de seguridad alimentaria será
un problema cada vez mayor. Más del 90 por ciento del crecimiento demográfico urbano durante
los próximos 20 años se dará en las ciudades del mundo en desarrollo. Este informe analiza una
serie de temas relacionados con el veloz crecimiento de las ciudades, incluso las necesidades de
consumo y las responsabilidades tanto del Estado como del sector privado, así como los servicios
de comercialización de las zonas urbanas.
 
 

Un capítulo especial de ese informe se dedica


a las actividades rurales de carácter no
agrícola, como el comercio, las manufacturas
y otros servicios. Estas actividades se
consideran cada vez más como parte esencial
de la ecuación que determina la calidad de
vida de las familias rurales y campesinas. En
todas las regiones del mundo, las actividades
rurales no agrícolas son una parte importante
del ingreso y de los recursos de las llamadas
"familias campesinas". Este capítulo especial
destaca que "el ingreso de las actividades
Cerámica elaborada a mano en México: las
rurales no agrícolas es un importante factor
actividades rurales no agrícolas interactúan
dinámicamente con el desarrollo agrícola de la economía familiar y, en consecuencia,
(FAO/J. Spaull/20306) de la seguridad alimentaria, ya que permite
tener mayor acceso a los alimentos". Como
fuente de ingresos que podría contrarrestar el hambre "puede impedir una urbanización veloz o
excesiva y la degradación de los recursos naturales por causa de una explotación exagerada de los
mismos", según este documento.

Las actividades rurales no agrícolas interactúan dinámicamente con el desarrollo agrícola. El


dinero que se gana fuera de la finca a menudo se invierte en agricultura -en la compra de
fertilizantes, semillas de calidad o maquinaria-, lo que conduce a un incremento de la producción
y de los ingresos agrícolas. El aumento de las actividades rurales no agrícolas (la agroindustria, la
distribución y suministro de insumos agrícolas, etc.) también puede volver más rentable la
agricultura al permitir obtener mejores insumos y mejorar el acceso a los mercados. Un sector
agrícola dinámico promueve un rápido crecimiento del sector rural no agrícola, porque "la
producción agrícola se pone a disposición para su transformación y distribución... hay insumos
para venta, equipo para reparar y... el ingreso líquido del trabajo agrícola se gasta en bienes y
servicios locales".

Uno de los principales objetivos de ese capítulo especial es "crear consciencia entre los
gobiernos, los donantes y los organismos de desarrollo, de las actividades rurales no agrícolas" y
de la función catalizadora que pueden desempeñar en el desarrollo rural y agrícola, al sacar a la
población rural de la trampa de la pobreza.

El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación 1998 está disponible en cinco lenguas:


árabe, chino, español, francés e inglés. Esta publicación, de 371 páginas, puede adquirirse en el
Grupo de Ventas y Comercialización de la FAO, de la Dirección de Información.
 

26 de noviembre de 1998

El hambre y la desnutrición siguen creciendo


en los países más pobres
Médicos Sin Fronteras ha tratado este año a casi 56.000 niños con
desnutrición severa

 18 de noviembre de 2005

En el mundo hay 852 millones de personas hambrientas, una cifra que crece desde el año
2000 en aproximadamente seis millones anuales. Los datos son estremecedores: cada
cuatro segundos una persona muere de hambre en el mundo, sobre todo en África y cada
año mueren seis millones de niños menores de cinco años por el hambre y sus
consecuencias. Los expertos aseguran, sin embargo, que en el mundo hay comida para
alimentar a un tercio más de la población existente.

En el mundo

La hambruna es una situación que se da cuando un país o zona


geográfica no posee suficientes alimentos y recursos para proveer
alimentos a la población, elevando la tasa de mortalidad debido al
hambre y a la desnutrición.
Según el Proyecto Hambre de las Naciones Unidas, alrededor de
24.000 personas mueren cada día de hambre o de causas
relacionadas con el hambre. Esto representa una reducción de
35.000 personas al día hace diez años y de 41.000 personas al día
hace veinte años. Un 75% de los fallecidos son niños menores de
cinco años.
El The Institute for Food and Development Policy afirma que la
hambruna y las guerras causan sólo un 10% de las muertes por
hambre, aun cuando éstas tienden a ser de las que trascienden con
mayor frecuencia. La mayoría de las muertes por hambre se deben a
desnutrición crónica. Las familias sencillamente no consiguen
suficientes alimentos. Esto, a su vez, se debe a la extrema pobreza.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO) estima que unos 800 millones de personas en el
mundo sufren de hambre y desnutrición, una cantidad cerca de 100
veces mayor que el número de personas que efectivamente mueren
por esas causas al año.

Las hambrunas han sido muy comunes a lo largo de la historia de la


humanidad. Hubo hambrunas en el antiguo Egipto, y en el libro del
Génesis de la Biblia se habla de 7 años de vacas gordas
relacionadas a las buenas cosechas, seguidos por 7 años de vacas
flacas, relacionados a sequía y malas cosechas durante esa
cantidad de años, produciendo una hambruna generalizada.

En Europa hubo un largo período de hambrunas a principios del


siglo XVII. En aquella época las ciudades estaban creciendo con
rapidez y, en los años de malas cosechas, los habitantes de los
núcleos urbanos, que tenían trabajos mejor pagados, podían
comprar alimentos, mientras que los agricultores tenían que vender
lo poco que habían cultivado para comprar las semillas necesarias
para volver a plantar.
En 1845, hubo una hambruna terrible en Irlanda. Antes, la mitad de
la población de la isla (ocho millones de habitantes) se alimentaba
principalmente de patatas, un tubérculo originario de América que
tradicionalmente se ha considerado que vino a quitar el hambre a
Europa, el cual pasó a ser fundamental en sus dietas y que ellos
mismos cultivaban, pero la cosecha fue muy mala varios años
seguidos, por culpa de la plaga.
La cosecha de 1845 fue destruida por un hongo (Phytophthora
infestans) conocido como roya, que llegó a Europa desde América
del Norte. Miles de personas inundaron los pueblos y ciudades en
busca de ayuda, estallando epidemias de fiebre tifoidea, cólera y
disentería, haciendo que los esfuerzos del gobierno, los
terratenientes y las organizaciones para la ayuda a los pobres
fueran insuficientes.
Hacia 1848, Irlanda había perdido un millón de habitantes, la
mayoría muertos de hambre o por enfermedades, y más de un
millón emigró a otro países.

Entre 1932 y 1933 se produjo una hambruna en Ucrania, pero esta


fue provocada.
Stalin, quien había alcanzado el poder en 1924, consideró que el
nacionalismo ucraniano era una amenaza para la Unión Soviética,
así que decidió terminar con ella capturando a los intelectuales
ucranianos y enviándolos a campos de trabajo en Siberia o
fusilándolos. Luego requisó todas las tierras y el ganado privados,
desposeyendo así a unas diez millones de personas (un 80% de la
población) de sus hogares y pertenencias. Un tercio de estas
personas fueron enviadas a Siberia en trenes en condiciones
espantosas, muchas de las cuales perecían antes de llegar a
destino. Los kulaks se revelaron y el Ejército Rojo y la policía
secreta, en 1932, inició el terror y Stalin aumentó la cuota de
alimentos que Ucrania debía entregar, dejando literalmente vacío de
alimentos el país, y comenzando así una hambruna masiva y
prolongada en el lugar que era considerado como el Granero de
Europa. Murieron millones de personas. Las madres abandonaban a
sus hijos en los vagones de los trenes que iban a las grandes
ciudades, en el afán de que alguien se hiciese cargo de ellos. Sin
embargo, en los centros urbanos la situación no era mejor. Los
habitantes comían hojas, perros, gatos, ratas y pájaros, y cuando
estos no fueron suficientes llegaron hasta el canibalismo. En el peor
momento de la hambruna llegaron a morir unas 25.000 personas por
día. Se estima que murieron entre 5 y 8 millones de personas. Este
suceso ha recibido el nombre de Holodomor.

En 1943, en Asia, más precisamente en la ciudad de Bengala, India,


se produjo una hambruna que cobró la vida de unos tres millones
de habitantes.
En 1974, Bangladesh, sufrió una hambruna después de unas
catastróficas inundaciones que destruyeron las plantaciones de
arroz. Unas 300.000 personas murieron de hambre, aunque en este
caso la hambruna fuera consecuencia, además, de la falta de
alimentos, de la mala distribución de la riqueza.

El hambre como
causa de la guerra
EMILIO MENÉNDEZ DEL VALLE 20/01/1984
 

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Doce millones de niños menores de cinco años mueren


anualmente de hambre en el mundo y unos 30 millones de
adultos fallecen, además, por hambre y desnutrición en el
mismo período de tiempo. Para el autor de este trabajo
-primero de una serie de dos-, el llamado orden económico
internacional es directamente el caos y la crisis, y conduce
inexorablemente a la guerra.
La noticia en otros webs

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Con frecuencia se habla de la carrera de armamentos como


de la gran amenaza, hasta parecer la única posible amenaza.
¿Qué hay, sin embargo, de las otras causas de guerra, menos
espectaculares en apariencia, más larvadas a los ojos de las
sociedades industrializadas, que también pueden conducir a
largo o a medio plazo a la guerra? Una de las más
Importantes, por no decir la más grave, es el hambre y el
subdesarrollo existentes en la mayor parte de nuestro
planeta.Y cuando escribo hambre no lo hago literalmente.
Según los estudios de la ONU, más de la mitad de los
habitantes de la tierra ingiere diariamente menos alimentos
de los indispensables para una dieta mínimamente
aceptable y, lo que es más dramático, en las regiones del
hambre el número de habitantes crece más que la
producción de alimentos y otros bienes de consumo. Si
todavía se quiere más contundencia, esos mismos estudios
prueban que unos 12 millones de niños menores de cinco
años mueren de hambre cada año. Y unos 30 millones de
adultos mueren por hambre y desnutrición. En resumen, y
ya es decir, el hambre produce más muertos que la guerra.

Nos debatimos en un mundo amenazado por la degradación


creciente del medio ambiental, que trata de modo marginal
a millones de personas, desplazadas de sus hogares de
origen (refugiados) por razones de persecución política,
religiosa o racial, y que ha institucionalizado el desorden en
la economía. El cruel y sarcásticamente denominado orden
económico internacional impide que la mayoría de los
satíricamente llamados países en desarrollo (eufemismo
para países económicamente subdesarrollados) pueda
transformar en productos manufacturados sus materias
primas, lo que les facilitaría el incremento del empleo, del
ingreso nacional y la aceleración del desarrollo en su
conjunto.¿Qué armonía, qué esperanza de verdadero orden
económico internacional se deriva de los datos
proporcionados por el Informe Brandt Norte-Sur de 1980?
Según el mismo, el consumo de energía de un habitante de
EE UU es equivalenite al de 2 alemanes, 3 suizos o
japoneses, 6 yugoslavos, 9 mexicanos o cubanos, 19
malayos, 53 hindúes o indonesios, 109 srilankeses, 438
malienses o 1.072 nepalíes. ¿Dónde está el orden?

Cuando se reprocha a algunos dirigentes occidentales,


especialmente a la Administración Reagan (que con su
política de elevadas tasas de interés contribuye
especialmente al trastocamiento de la economía mundial)
su egoísta, insolidaria y excluyente preocupación por su
propia economía, suelen contestar éstos que la paulatina
pero constante recuperación económica acabará
contagiando beneficiosamente a las economías
subdesarrolladas.

Reformas estructurales
No opina así la UNCTAD. A menos que se consumen de una
vez las necesarias reformas estructurales, el Tercer Mundo
continuará sufriendo un descenso importante en la venta de
sus productos básicos, la demanda mundial seguirá sin
crecer y el comercio internacional disminuirá, el
proteccionismo se institucionalizará y la ayuda
internacional al desarrollo se retraerá.

A mi juicio la crisis actual es la más ¡iriportante y grave de


todas las que hasta el momento se han padecido, por tres
razones princípales: una, porque por primera vez afecta
simultáneamente a los países industrializados y a los en
vías de desarrollo; dos, porque está lesíonado, sobre todo
en el Tercer Mundo, conjuntamente el sistema económico y
el sistema social; tres, porque por primera vez, de forma
masiva, los pueblos del Tercer Mundo están tomando
conciencia de lo que les está pasando y de quiénes son los
responsables.

Ahora se les dice que la economía occidental no funciona.


Que hay crisis. Y que deben reformar el modelo
sociocultural abandonado .contra su voluntad hace décadas.
Pero el proceso de aculturación (esto es, de sustitución de,
sus propios valores y tipos socioculturales por otros
impuestos, en este caso los europeos) largamente
fomentado ha producido efectos dificilmente reversibles.

Proceso modernizador
Cuando Seidú Badian, ministro de Desarrollo del Malí de
Modibo Keit a de los años 60, avisaba de los peligros socio-
económicos que esta aculturación representaba para África
se le presentaba como marxista y radical. Ahora se pretende
que los pueblos afroasiáticos vuelvan a los modelos socio
culturales en su mayor parte arrasados por el proceso
modernizador, modelos cuya desaparición Badian y otros
teóricos tercermundistas temían. Así, el proceso
modernizador ha producido, por un lado, el
desquiciamiento y la neurosis psicosocial (vía aculturación)
que facilita la aparición de los Idi Amín y afines, y, por otro
lado, está originando efectos desmodernizadores para los
baremos occidentales. Tales como la cancelación de
proyectos industriales de desarrollo, el deterioro del sistema
sanitario, el aumento de la delincuencia y de la mendicidad
urbanas, y el descenso del nivel de vida de las clases medias
(inexistentes antes de la implantación colonial).

Nos hallamos pues ante una grave crisis del mundo


industrializado, unida a una crisis agobiante en el Tercer
Mundo, cuyas principales características son: a) Enorme
endeudamiento exterior. b) Draconianas condiciones
impuestas por el FMI: por ejemplo, para ayudar, este
organismo exigió a Chile un 50% de reducción de su gasto
público, y a Argentina, hasta los dos tercios, lo que supone
machacar las partidas presupuestarias de sanidad,
educación, etcétera, lo que a su vez equivale a mayor
mortalidad infantil, analfabetismo y desnutrición. c) Cierta
bancarrota en el seno del propio FMI. d) Una política del
Banco Mundial, uno de cuyos lemas principales en las
relaciones con el Tercer Mundo es "divide y vencerás",
procurando en lo posible marginar a la UNCTAD. e) Caída
radical de las exportaciones, precisamente porque la deuda
exterior es gigante y porque los países subdesarrollados
necesitan casi la totalidad de sus ingresos en divisas para
pagar sus intereses.

Consecuencias políticas

Fijado el tablero, ¿cuáles pueden ser las consecuencias


políticas de la situación que estamos descubriendo y
analizando?

Obviamente, ante una mezcla de frustración y


resentimiento, los países y pueblos en desarrollo pueden
reaccionar de la siguiente manera: por un lado, los
respectivos Gobiernos pueden comenzar a organizar
seriamente la rebelión contra las directrices político-
económicas del FMI.

Pero como ello no será eficaz (ante la actual insensibilidad


occidental), no es descabellado pensar que los Gobiernos
comenzarán a ser presionados y probablemente
desbordados -mediante la revolución- por sus pueblos,
muchos de ellos hambrientos o en situaciones precarias. Sin
duda, todo ello conducirá a un evidente aumento de la
tensión mundial y a un enfrentamíento, de diversa
naturaleza, entre el Norte y el Sur.

Desgraciadamente, no hay sígno indicativo alguno, sino al


contrario, de que la Casa Blanca vaya a abandonar en las
relaciones intemacionales su tradicional concepción de
globalismo indiferenciado; esto es, su lema de que en últiina
instancia todas las perturbaciones internacionales que
afectan a la pax americana están teledirigidas por la Unión
Soviética. Es lo que hasta ahora ha llevado a Washington a
considerar que una agitación interna en un país no
comunista está promovida por Moscú, en lugar de aceptar
que las miserables condiciones sociopolíticas existentes en
numerosos. países subdesarrollados provocarían tarde o
temprano el estallido aunque Moscú no existiese..

Para complicar el tema, a esta actitud de miopía política hay


que añadir la cicatería norteamericana en lo que se refiere a
la ayuda internacional al desarrollo. Si bien es cierto que
todos los países donantes de ayuda al Tercer Mundo
discriminan, aunque algunos en muy escasa medida,
Estados Unidos se lleva la palma, y relativamente es el
menos generoso y, además, en términos relativos,
constituye el país menos generoso en otorgamiento de
ayuda exterior.

He aquí algunos datos sintomáticos: sólo el 19% de la ayuda


va dirigida a los países superpobres. Un 30% de la misma se
da a los aliados de EE UU, y un 41 % está claramente
motivado de manera política. Algo además que no se oculta.

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