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Ecosocialismo PDF
Ecosocialismo PDF
Equipo de Coordinación:
Cooperativa Educativa “Educación para la Transformación”:
Soraya El Achkar
Glenis Rodríguez
Mariana Paz
Esther Rojas
Editor:
Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología
e Industias Intermedias
Validación:
este material fue validado por personas de los consejos
comunales Calle La ruz, La Suiza, Sector 2, La Pomarrosa, La Boliva-
riana, El Nuevo Horizonte, Francisco de Miranda, Juventud Bolivariana,
Colinas de Vista Hermosa parte alta, La Victoria, Colina Miranda, Sentir
Soberano, en la Comunidad San Blas, de la parroquia Petare, municipio
Sucre, con el propósito de reconstruir los contenidos, adecuarlos a las
prácticas concretas de organización comunitaria y sistematizar un
discurso colectivo y compartido.
Diseño Gráfico:
Coordinación, diseño y diagramación:
Tibisay Rojas
Diagramación:
Beatriz Serra
Portadas:
Ramón Blanco
Prólogo 5
Presentación 7
EL BARRIO Y EL AGUA 25
¿De dónde sale el agua y a quién le llega? 25
¿Qué podemos hacer para cuidar y ahorrar nuestra agua en el 30
barrio?
EL AIRE EN EL BARRIO 32
¿Qué es y por qué es importante el aire? 32
¿Cuán “puro” es el aire que respiramos? 32
¿Por qué se hace tanta bulla con los temas del cambio climático y la 34
destrucción de la capa de ozono?
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Prólogo
Creemos que todos somos inconclusos y por ello tenemos capacidad para el
aprendizaje. Creemos que nos hacemos en la práctica y en consecuencia no hay teoría
sin práctica ni práctica que no nos lleve a la reflexión. Creemos en la capacidad creadora
de nuestro pueblo donde el diálogo se convierta en un eje transversal que nos permita
fundar nuevas realidades más acordes con la construcción colectiva de los discursos y
cotidianidades. Creemos que la educación puede ser liberadora y generadora de situa-
ciones de dignificación, por tanto hemos apostado por una escuela de formación para
la organización comunitaria.
Una Escuela que sirva para reconocernos como Pueblo, potenciar las capa-
cidades de organización, articular los esfuerzos locales y globales, problematizar la vida
cotidiana, desnaturalizar lo que parece normal, recrear las iniciativas colectivas, impulsar
los cambios necesarios y utilizar la tecnología como medio para desarrollar una cultura
de lo comunitario desde la producción del conocimiento que promueva la liberación
de los pueblos y la articulación de redes sociales que fortalezcan el poder popular e
impulsen la transformación del modelo socio-productivo.
Muy respetuosamente;
Jesse Chacón Escamillo
Ministro del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias.
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Presentación
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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE
¿Nuevos modelos de desarrollo o el
desarrollo de nuevos modelos?
Desde finales de los años cuarenta del siglo pasado se difundió una visión
del mundo según la cual todos los pueblos, países y sociedades se mueven linealmente,
con distintas velocidades en dirección del desarrollo. El desarrollo fue considerado
desde el inicio como un escenario fundamentalmente económico en el que cada
quién bregaba por un mayor crecimiento en ese sentido. También suponía en térmi-
nos prácticos dar impulso a políticas y procesos que condujeran a los rezagados (los
subdesarrollados, los países y regiones más pobres) hacia la competencia y la carrera
por un desarrollo que podía ser universalizado en todo el planeta y mantenido en el
tiempo. En el pasado colonial del siglo XIX y comienzos del siglo XX, las diferencias
entre los centros de poder imperial del capitalismo mundial y las sociedades por ellos
sometidas, eran explicadas por aquellos teniendo como referencia el esquema salvajis-
mo-barbarie-civilización, entendido como sucesión de fases de evolución o progreso
en las cuales se ubicaban a los pueblos y sociedades que formaban parte de la humani-
dad. En el siglo XX, con la idea del desarrollo, este esquema fue sustituido por subde-
sarrollado-en vías de desarrollo- desarrollado. El colonialismo se justificó a sí mismo
afirmando que aceleraría el proceso de evolución de los colonizados conduciéndolos
a la civilización. El capitalismo de la segunda mitad del siglo XX hizo lo mismo con
los dominados del llamado Tercer Mundo utilizando el argumento de llevar el
desarrollo a sus sociedades. Los denominados países “desarrollados”, a
través de sus agencias de cooperación y de los organismos interna-
cionales que conforman la estructura ejecutiva de la dominación
capitalista global (Organización Mundial de Comercio, Fondo
Monetario Internacional, Banco Mundial, ONU -PNUMA,
PNUD, UNESCO, etc.), hicieron difusión en los países “subdesarrollados” del capi-
tal, las tecnologías, los valores, la institucionalidad, las organizaciones y las actitudes
que supuestamente permiten el desarrollo. Con los años el discurso del desarrollo ha
venido incorporando nuevos aspectos e identidades, nuevos modelos: se ha hablado
así de desarrollo con equidad, desarrollo humano, desarrollo sostenible, etc. No obs-
tante, en lo fundamental, los supuestos y las prácticas del desarrollo siguen siendo
las mismas: hablar de desarrollo ha sido hablar de “progreso” hacia el capitalismo.
Mientras más integrada está una sociedad a la dinámica capitalista más desarrollada
se le considera.
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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE
Ante este cuadro de crisis, las críticas a la teoría y la práctica del desa-
rrollo han servido de fundamento para que algunos sostengan que el desarrollo, como
forma de pensamiento, está agotado y no tiene futuro. Otros proponen transformar
radicalmente la idea de desarrollo, dándole nuevos significados al concepto. Pero más
allá de las explicaciones relativas a la voracidad de la acumulación capitalista, el creci-
miento económico ilimitado, los patrones de producción y consumo insustentables,
la crisis ecológica contemporánea ha sido generada por las ideas que tenemos sobre
la naturaleza. Así por ejemplo, las teorías del desarrollo social tienen su origen en la
lógica de una mentalidad presente en gran parte de la humanidad y, en particular, en
la denominada civilización occidental a lo largo de muchos siglos, para justificar la do-
minación entre humanos y, por extensión, de la naturaleza por parte de los humanos.
Se trata de una imagen del mundo natural que ve en la naturaleza una entidad “ciega”,
“muda”, “hostil”, “cruel”, “competitiva” y “mezquina”, que supuestamente se opone
a la lucha de los humanos en pos de la libertad y la autorrealización.
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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE
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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE
C
C omo hemos visto las dimensiones social y natural del ambiente están
interrelacionadas, en continua combinación. Para que sistema ambiental conserve su
equilibrio y no colapse o se destruya, esas relaciones deben ser de armonía, garanti-
zando que cada una de las partes o esferas se mantenga sin poner en peligro a la otra.
En ese caso las acciones humanas se llevan a cabo asumiéndonos como seres huma-
nos que venimos de la naturaleza, respetando a los demás seres vivos, acoplándonos
a los ciclos naturales. Pero cuando acciones humanas provocan trastornos que se
traducen en desequilibrios entre la dimensión social y la dimensión natural, aparecen
los llamados problemas ambientales. Todos los problemas ambientales tienen pues un
origen social. Son ocasionados por ciertas formas de actuar en relación con nuestros
semejantes y la naturaleza, que involucran a determinadas formas de entender la vida
en sociedad, conformar nuestra forma de producir la vida, organizar la economía,
ejercer el poder, crear y utilizar tecnologías.
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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE
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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE
forma de organización que asume el conjunto de la sociedad y las relaciones que esta
última establece con el medio natural para resolver dos problemas básicos: producir
la vida material y espiritual de los seres humanos. La ciudad es parte de la cultura y
acumula una herencia histórica que se refleja en sus habitantes, en su medio físico
y en su ecología. La vida de la ciudad y su dinámica ambiental están muy ligadas a
las actividades económicas que en ella se llevan a cabo, así como a las formas de
organización del poder, con sus instrumentos de control (el Estado) y su visión del
mundo, su ideología. La práctica económica y el ejercicio del poder marcan y modelan
por igual al ambiente social y al ambiente natural de la ciudad. La ciudad es un pro-
ducto social complejo por excelencia, un espacio donde se articulan y cruzan diversas
culturas y, por lo tanto, diversas concepciones sobre las formas de relacionarse con la
naturaleza.
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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE
Sin embargo, estos problemas inciden con mucha mayor fuerza en los sec-
tores donde se hallan los barrios más pobres, quienes se ven negativamente afectados
en sus posibilidades de acceso a la tierra, condiciones estables para la construcción de
sus viviendas, el agua, la energía, el aire puro, zonas verdes para el esparcimiento y la
recreación, etc. El uso de los recursos naturales que hace posible la situación del in-
greso y de la propiedad de la tierra da impulso al empobrecimiento de la mayor parte
de la población urbana. En el último cuarto de siglo XX se acentúan la concentración,
la segregación espacial y la exclusión social.
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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE
y convivencia. Es que en nuestra ciudad, como en muchas otras del país, el barrio
configura un hábitat de diversidad, son a veces verdaderos reservorios de diversidad
natural (biodiversidad) donde pueden encontrarse variedades de frutas, hortalizas, tu-
bérculos, cereales, hierbas y sus formas de aprovechamiento, ya desaparecidas en sus
regiones de origen por efecto de la agricultura capitalista. Pero los barrios son también
espacios de intercambio y diversidad cultural (socio-diversidad), sitios de confluencia
de saberes, creencias, rituales, tecnologías, conocimientos populares y ancestrales, es
además un cruce de fronteras. Hoy en día es casi imposible intentar hacer la historia
del barrio sin hablar de los numerosos extranjeros que por allí pasan haciendo ciudad.
Conviene entonces conocer no sólo los problemas, sino también los beneficios y
potencialidades ambientales del barrio.
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EL BARRIO Y EL AGUA
El agua que se consume en las ciudades tiene numerosos usos: para beber,
cocinar, lavar, regar, propósitos industriales, etc. No obstante, ¿de dónde viene esa
agua y por dónde circula? Por un lado, hay un ciclo natural de lluvia y evaporación y,
por otro, unas aportaciones considerablemente mayores para el consumo. La circula-
ción tiene lugar por subterráneos y entre paredes artificiales. El ciclo urbano del agua
es un recorrido que incluye seis pasos o etapas:
1.- Captación: el agua nace e inicia su recorrido desde las fuentes naturales
de ríos, lagos, esteros y pozos subterráneos. En esta instancia, el agua está sin tratar,
es decir, que no es apta para el consumo humano.
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EL BARRIO Y EL AGUA
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EL BARRIO Y EL AGUA
trasnacionales que los producen y envenenan los ríos, lagos, quebradas y acuíferos.
No tendríamos problemas de agua si no hubiera tanta deforestación producto de las
plantaciones de monocultivos a gran escala, o de la tala de millones de hectáreas de
bosques para satisfacer el mercado del papel mal gastado en los países del norte y por
los sectores privilegiados en nuestros países. Tampoco tendríamos problemas del agua
si no represáramos tantos ríos para justificar el abastecimiento de agua a las grandes
ciudades que las desperdician en las tuberías o en el mal uso, o para generar tanta
electricidad que se desperdicia y se malgasta en actividades inútiles. Ante la cultura
del derroche y el despilfarro, una nueva cultura del agua es necesaria. Una cultura de
igualdad de condiciones para la vida, de cuidado y ahorro, de criterios ecológicos de
justicia social y equidad en la captación, la distribución y el consumo.
La utilización del agua afecta las relaciones que se establecen entre los ha-
bitantes del barrio y el resto de la ciudad; entre poblaciones rurales y urbanas; entre
intereses aguas arriba y aguas abajo; entre los sectores agrícola, industrial y doméstico;
y entre las necesidades humanas y los requisitos de un ecosistema sano y equilibrado.
Las desigualdades sociales y las intervenciones humanas depredadoras en el medio
natural, intensifican la presión sobre la utilización del agua y conducen a la generación
de ciertos conflictos socio-ambientales. No falta quienes quieren acaparar el agua y
quedarse con ella o hacer negocio. Quienes en los años 80 y 90 promovieron el proce-
so de privatización neoliberal impulsado por el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional, hicieron todo lo posible por obtener el control absoluto y la máxima
ganancia con la venta del agua, poniendo en pocas manos el destino de las vidas de
millones de personas. En varios países latinoamericanos se han privatizado ríos para
uso exclusivo de empresas transnacionales como es el caso de la Coca cola en Chiapas,
México. Esto ha dado pié a grandes jornadas de protesta por parte de la población
que, con su organización y su tenaz resistencia, han tenido una importante influencia
en los procesos políticos de nuestra región.
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EL BARRIO Y EL AGUA
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EL AIRE EN EL BARRIO
¿Por qué se hace tanta bulla con los temas del cambio
climático y la destrucción de la capa de ozono?
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EL AIRE EN EL BARRIO
de agua en ríos y lagos, entre otros aspectos. Con relación a esto algunos estudios
predicen un derretimiento progresivo de gran parte de los casquetes polares y un
aumento significativo en el nivel del mar que afectará gravemente a islas y zonas coste-
ras. Estimaciones actuales establecen que como los gases del efecto invernadero per-
manecen en el aire durante mucho tiempo y los océanos almacenan una gran cantidad
de calor, el calentamiento global seguirá y permanecerá irreversible durante cientos
de años, incluso si se detiene la contaminación que lo origina. En lo que respecta al
segundo caso se parte de una situación en la que la capa de ozono, que se encuentra
en la atmósfera terrestre, actúa como un escudo protector impidiendo que los rayos
ultravioleta produzcan daños mortales a gran cantidad de seres vivos, incluidos los
humanos. Ciertos compuestos como los clorofluorocarbonos presentes en sistemas
de refrigeración, bombas de spray como desodorantes, lacas, ambientadores y aeroso-
les en general, contaminan el aire provocando la disminución paulatina de la capa de
ozono. La disminución de la capa de ozono ha incidido en el incremento del cáncer
de la piel y ciertas enfermedades oculares en diversas regiones del mundo. Igualmente
está afectando la fauna marina. Algunas predicciones estiman que de no detenerse la
tendencia la humanidad pudiera enfrentar un colapso ecológico antes de un siglo.
altas concentraciones de ácido sulfúrico y ácido nítrico la cuales afectan a los cuerpos
de agua, los suelos, las plantas, los animales y las edificaciones e infraestructura. La
lluvia ácida es producto de la combinación del dióxido de azufre (emitido por refi-
nerías, fábricas y fundiciones) y los óxidos de nitrógeno (expulsados por motores de
gasolina, plantas térmicas, etc.) con el agua condensada en la atmósfera.
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EL AIRE EN EL BARRIO
Es verdad que, tal y como ocurre con los problemas ambientales aso-
ciados al uso del agua, los problemas ambientales que involucran al aire en el barrio
son complejos y se relacionan con causas profundas que atañen al conjunto de la
sociedad, sus estilos de vida predominantes, sus ideas, valores, interacciones ecoso-
ciales, condiciones socioeconómicas y relaciones de poder. Pero también es cierto
que la problematización sobre las situaciones cotidianas y elementales relativas a la
presencia del aire en al barrio, y las acciones locales para transformarlas en procura de
una atmósfera limpia y sana, conforman una firme base para avanzar en la mejora y
transformación ecosocial del conjunto de la ciudad y la sociedad.
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DESECHOS SÓLIDOS EN EL BARRIO
EJERCICIOS:
del productor en función de una vida útil corta y un rápido descarte y reposición del
producto. Veamos a continuación que significa cada uno de éstos términos:
El consumismo
producción de materiales fabricados con la intención que sean desechos a muy corto
plazo y sean reemplazados por nuevos.
El tipo de vida social que se desarrolla en este sistema es orientado por una
noción de bienestar que implica la extracción y explotación infinita de la naturaleza
y sus recursos con el propósito de alcanzar un crecimiento económico constante. La
explotación de los recursos naturales implica la devastación social y cultural de comu-
nidades y pueblos enteros. Las exigencias de crecimiento económico y de desarrollo
deben pasar por encima de (y, si hace falta, destruir) cualquier “problema” social,
ético y político que puedan eventualmente confrontarlas. Si no, el ritmo de lucro
decae, se detiene el crecimiento y pierde todo sentido. Acumular riqueza y bienes, es
de esta forma sinónimo de “bienestar”. En consecuencia, el consumo es un factor
clave, un elemento vital en el sistema capitalista, es el resultado de la misma realidad
del capitalismo en la cual los trabajadores y las trabajadoras pierden el control de lo
que producen y, en consecuencia, deben buscar obtenerlo mediante los intercambios
monetarios. En otras sociedades y otros momentos se ha producido lo necesario para
consumir sin necesidad de buscarlo aparte, pero ahora y en el capitalismo, cuando la
mayoría de las personas ni siquiera producimos nuestros alimentos, estamos some-
tidos a los ciclos del mercado para conseguir lo necesario para sustentarnos. El con-
sumo reproduce continuamente la existencia de la propiedad privada monopolizada
por una minoría. Esto ocurre porque son precisamente quienes poseen los medios de
producción los grandes beneficiarios del consumo, quienes se encargan de vender la
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una opción de vida
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una opción de vida
de manera ilimitada. Si todos los habitantes del planeta consumieran al mismo ritmo
de los ricos, la Tierra quedaría agotada en poco tiempo.
referente de una vida verdaderamente digna y humana, que parte de conocer otra
forma de producir nuestros recursos. Ciertamente las consecuencias ecosociales
negativas del capitalismo no se limitan al consumo, sino que abarcan también la
propiedad monopolizada, la privatización de los medios de producción colec-
tiva, la explotación de la mano de obra, la monopolización de los productos y
el afán de dominio, entre otras. Pero desde el lugar en el que los ciudadanos y
ciudadanas son también consumidores y consumidoras, se pueden abrir caminos
que contribuyan a la deconstrucción de la ideología capitalista constituyendo
colectivos de consumo solidario, consciente y transformador, rescatando el
trueque, inventando nuevas formas de adquisición de productos que permitan
hacer de las necesidades básicas una condición de igualdad entre productores y
consumidores, construyendo diálogos e intercambios para reconocernos como
seres humanos y relacionarnos como sujetos políticos desde principios de justi-
cia social.
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una opción de vida
Aunque el pensamiento único nos quiere hacer creer que no existen al-
ternativas viables al sistema de dominación que somete a hombres, mujeres, anima-
les, plantas y gran parte del resto de los seres vivos que habitan en nuestro mundo,
existe una gran variedad de posibilidades alternas, dentro de las cuales se destaca el
ecosocialismo.
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una opción de vida
ecológica, los límites físicos y biológicos del dominio capitalista, reconociendo que la
crisis ambiental y el deterioro social están profundamente interrelacionados y deben
ser vistos como manifestaciones distintas del mismo sistema.
Teniendo en cuenta las tremendas dislocaciones con las que nos confronta-
mos en el capitalismo, el ecosocialismo necesita generar un cuerpo de conocimientos
más aprehensivo y visionario para resolver los grandes problemas, debe desarrollar un
análisis crítico sólido de nuestras relaciones con el mundo natural, debe estructurar
unas bases que hagan posible una aproximación reconstructiva a los serios problemas
que se originan en las aparentes “contradicciones” entre sociedad y naturaleza. Es
fundamental el rechazo de estos conocimientos y sus prácticas a la tendencia habitual
que tienen las ciencias tradicionales de fragmentar la realidad y sus fenómenos. El eco-
socialismo debe favorecer el diálogo de saberes a partir del cual podemos combinar,
relacionar y ver en su totalidad los fenómenos y sus aspectos, dejando espacio para la
fantasía y la imaginación, integrando la crítica con la reconstrucción, la teoría con la
práctica, la visión con la técnica.
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una opción de vida
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una opción de vida
todos y todas, lo que plantea la participación de cada persona en particular para una
nueva forma de producir nuestras vidas, desde lo humano y no desde la cosificación
y la mercancía.
Las ecoaldeas deben ofrecer muchos alicientes para ser una alternativa a
considerar. En primer lugar deben incorporar soluciones ecosociales al problema de
la vivienda como la bioconstrucción. Además, deben ofrecer alimentación orgánica,
soberana y saludable, medicina alternativa, posibilidades de una educación dialógica y
emancipadora, acceso al ocio creativo. La existencia de las ecoaldeas debe orientarse
a los derechos e intereses colectivos o comunitarios y reconociendo y conociendo las
particularidades de las familias/personas que forman la comunidad, es decir, articu-
lación entre los y las sujetos, sexos y generaciones mediante una adecuada alimenta-
ción, políticas de salud, educación, vivienda, información, formación y esparcimiento.
Estas iniciativas deben ser espacios abiertos a toda la comunidad del barrio y la ciu-
dad, tratando de difundir su mensaje pero siendo conscientes de que los proyectos
deben ser abiertos al intercambio y la complementación, capaces de revitalizar valores
que contradicen el paradigma social dominante: conciencia comunitaria frente al in-
dividualismo; democracia de base frente a la falsa democracia; uso adecuado de los
recursos naturales; acumulación colectiva, no individual, del capital.
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