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ECOSOCIALISMO

Escuela de Formación para la Organización Comunitaria

Esta iniciativa es del Ministerio del Poder Popular para


Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias encabezado
por el Ministro Jesse Chacón

Equipo de Coordinación:
Cooperativa Educativa “Educación para la Transformación”:
Soraya El Achkar
Glenis Rodríguez
Mariana Paz
Esther Rojas

Colaborador en la redacción de este folleto:


Francisco Javier Velasco

Editor:
Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología
e Industias Intermedias

Responsable de la coordinación y edición de textos:


Jesús Machado

Validación:
este material fue validado por personas de los consejos
comunales Calle La ruz, La Suiza, Sector 2, La Pomarrosa, La Boliva-
riana, El Nuevo Horizonte, Francisco de Miranda, Juventud Bolivariana,
Colinas de Vista Hermosa parte alta, La Victoria, Colina Miranda, Sentir
Soberano, en la Comunidad San Blas, de la parroquia Petare, municipio
Sucre, con el propósito de reconstruir los contenidos, adecuarlos a las
prácticas concretas de organización comunitaria y sistematizar un
discurso colectivo y compartido.

Diseño Gráfico:
Coordinación, diseño y diagramación:
Tibisay Rojas
Diagramación:
Beatriz Serra
Portadas:
Ramón Blanco

Número de Ejemplares: 1500


Caracas, 2009
Depósito Legal: If74620093004723
ISBN: 978-980-6889-49-1
Índice

Prólogo 5
Presentación 7

BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE 9


¿Nuevos modelos de desarrollo o el desarrollo de nuevos modelos? 9
¿Pero qué es el ambiente? 13
¿Cuándo hablamos de problemas ambientales? 15
¿Qué valores y significados le atribuimos al ambiente? 17
¿Cómo entendemos la ciudad en relación al ambiente? 18
Los barrios y los problemas ecosociales en Caracas. 20
Socio-diversidad y biodiversidad en el ambiente del barrio. 22

EL BARRIO Y EL AGUA 25
¿De dónde sale el agua y a quién le llega? 25
¿Qué podemos hacer para cuidar y ahorrar nuestra agua en el 30
barrio?

EL AIRE EN EL BARRIO 32
¿Qué es y por qué es importante el aire? 32
¿Cuán “puro” es el aire que respiramos? 32
¿Por qué se hace tanta bulla con los temas del cambio climático y la 34
destrucción de la capa de ozono?

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¿Qué pueden hacer los ciudadanos y ciudadanas que hacen vida en el 37
barrio para mejorar la calidad del aire presente en su comunidad?

DESECHOS SÓLIDOS EN EL BARRIO 39


¿Basura o desechos sólidos? 39
¿Qué ocurre con los desechos sólidos en el barrio? 41

UNA OPCIÓN DE VIDA 45


El consumismo 45
La alternativa del Ecosocialismo. 51

Página  ECOSOCIALISMO
Prólogo

La formación para la organización comunitaria dentro del proceso revolu-


cionario es ineludible si queremos alcanzar mayor desarrollo, porque sólo la comunidad
organizada podrá dirigir, orientar e incidir en el diseño de las políticas públicas de modo
que éstas respondan a las necesidades más sentidas de la gente. Es la formación siste-
mática y crítica la que permitirá que las comunidades más vulneradas generen un cuerpo
de demandas y asuman una actitud ética, de corresponsabilidad frente a los graves pro-
blemas que hay que enfrentar.

Creemos que todos somos inconclusos y por ello tenemos capacidad para el
aprendizaje. Creemos que nos hacemos en la práctica y en consecuencia no hay teoría
sin práctica ni práctica que no nos lleve a la reflexión. Creemos en la capacidad creadora
de nuestro pueblo donde el diálogo se convierta en un eje transversal que nos permita
fundar nuevas realidades más acordes con la construcción colectiva de los discursos y
cotidianidades. Creemos que la educación puede ser liberadora y generadora de situa-
ciones de dignificación, por tanto hemos apostado por una escuela de formación para
la organización comunitaria.

Esta escuela hace la diferencia porque va de la práctica a la reflexión y vuelve


a la práctica para mejorarla desde un ejercicio de reflexión permanente. Es una escuela
cuyo propósito no es saber sino saber para transformar el orden injusto y desordenado
de las cosas. Es una escuela que pone su máxima atención en los sujetos históricos y
políticos para vigorizar la voz de quienes han estado silenciados y potenciar su acción
transformadora. Es una escuela que tiene una opción: los más pobres, los excluidos, los
que nunca tuvieron escuela y les fue negada la posibilidad de articularse, decidir sobre
el interés público, diseñar las políticas y mucho menos manejar los recursos del Estado.

Esta escuela que estamos impulsando para la organización de nuestro pueblo


ensaya promover un esquema de valores socialistas porque parte de la premisa que

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no habrá socialismo sin socialistas, y para que haya socialistas es necesario un espacio
para reconvertir los valores que el capitalismo fue instalando entre nosotros y ahora
nos parecen normales como lo son el individualismo, la competencia, la corrupción, la
viveza, las relaciones de dominación, el autoritarismo, la violencia. Los valores socialistas
que queremos que sean un eje transversal en la escuela son aquellos vinculados con la
justicia, la dignidad, la probidad, la solidaridad, las relaciones de equidad, la ternura,
el voluntariado. Estamos convencidos de que el socialismo es la única vía de supervi-
vencia de la raza humana y por eso estamos empeñados en que se concrete en nuestro
territorio.

Una Escuela que sirva para reconocernos como Pueblo, potenciar las capa-
cidades de organización, articular los esfuerzos locales y globales, problematizar la vida
cotidiana, desnaturalizar lo que parece normal, recrear las iniciativas colectivas, impulsar
los cambios necesarios y utilizar la tecnología como medio para desarrollar una cultura
de lo comunitario desde la producción del conocimiento que promueva la liberación
de los pueblos y la articulación de redes sociales que fortalezcan el poder popular e
impulsen la transformación del modelo socio-productivo.

La Escuela ha sido y seguirá siendo una hechura colectiva y estamos muy


agradecidos por el esfuerzo de tanta gente que hizo posible la publicación de estos
materiales educativos que, pretendemos, sean el inicio de una larga trayectoria que nos
coloque en el camino hacia la suprema felicidad social.

Muy respetuosamente;
Jesse Chacón Escamillo
Ministro del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias.

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Presentación

El capitalismo que domina el mundo en la actualidad tiene como pro-


pósito someter y explotar al mismo tiempo a miles de millones de seres humanos y
a la naturaleza. Este sistema, en su desenfrenada y ciega carrera, promueve la com-
petencia, el consumismo, el despilfarro energético, el egoísmo, la exclusión y el odio
por la vida, dejando a su paso un panorama de destrucción conformado por ciuda-
des congestionadas, hostiles, sucias, ruidosas y malolientes, campos estériles, selvas y
bosques arrasados, aguas y aires envenenados, pobreza, desarraigo y sufrimiento. La
transformación de la sociedad capitalista en otra más humana, solidaria y participativa,
con una economía dirigida a resolver las necesidades reales de los pueblos distinta a
la que promueve el consumo y la acumulación desaforadas, con una organización del
espacio, del territorio y la producción respetuosa con el entorno natural, en resumen,
con un modo de vida más justo y equilibrado, es hoy por hoy una meta que muchas
personas creen deseable y necesaria.

En general, en todos y desde todos los asentamientos humanos, pero, en


particular, desde las ciudades, se puede y se debe comenzar esa transformación. En
este sentido es posible y necesario construir ciudades humanitarias, hermosas, co-
herentes, estimulantes y entretenidas, en las cuales los hombres y las mujeres poda-
mos desarrollar formas de vida colectiva armoniosas, pacíficas y justas. Hablamos
de ciudades en las que a todos y todas se nos brindan suficientes oportunidades de
alimentación, trabajo, transporte, salud y seguridad; de lugares para ejercer la libertad,
el trabajo creativo, la ayuda mutua, la amistad, el amor y el enriquecimiento espiritual.
Pero este trabajo resultaría incompleto si no nos ocupamos también de crear ciudades
en equilibrio con la naturaleza, libres de gases tóxicos, basura y ruidos molestos, con
muchos parques y grandes extensiones de áreas verdes, con atmósferas respirables,
con manantiales, ríos y quebradas limpios y seguros, con alimentos sanos, conforman-

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do espacios de cooperación y respeto entre sus habitantes humanos y entre éstos, los
demás seres vivos.

Los barrios, en tanto que lugares físicos y sociales, constituyen espacios


idóneos para acometer esa tarea de transformación y regeneración. Pero es necesario
llevarla a cabo estando conscientes de que las heridas en el ambiente y en los seres
humanos pueden dar pié a unos remedios peores que la enfermedad, o sea, a una
visión del mundo retrógrada que puede desembocar en unas propuestas políticas de
índole fascista. Debemos actuar partiendo de una crítica radical a cierto ambientalis-
mo que ve el mundo como algo compuesto de “objetos” tales como animales, plantas
y minerales, que deben administrarse del modo más aprovechable y eficiente para el
uso humano, buscando las respuestas en soluciones estrictamente técnicas. Por el
contrario, partimos del hecho de que a cada perturbación ecológica le corresponde
un desajuste social, de una visión política que considera a los trastornos ambientales
parte inseparable de las relaciones de dominación que se han dado y continúan dán-
dose entre los seres humanos. En consecuencia conviene pues aclarar que el material
que presentamos a continuación, aunque incluye de manera sencilla en sus contenidos
aspectos científicos y técnicos relativos a fenómenos físicos, biológicos y químicos
que ocurren en el ambiente, busca en lo fundamental plantear criterios, ideas y accio-
nes orientadas por el análisis de las construcciones sociales, económicas y políticas de
los seres humanos en tanto que éstas afectan al resto de los ecosistemas terrestres, en
particular aquellos asociados a la ciudad y el barrio.

Página  ECOSOCIALISMO
BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE
¿Nuevos modelos de desarrollo o el
desarrollo de nuevos modelos?

La crítica al capitalismo pasa necesariamente por la crítica al desarrollo.


En las líneas siguientes nos proponemos esbozar algunos aspectos que consideramos
importantes con relación a este propósito.

Desde finales de los años cuarenta del siglo pasado se difundió una visión
del mundo según la cual todos los pueblos, países y sociedades se mueven linealmente,
con distintas velocidades en dirección del desarrollo. El desarrollo fue considerado
desde el inicio como un escenario fundamentalmente económico en el que cada
quién bregaba por un mayor crecimiento en ese sentido. También suponía en térmi-
nos prácticos dar impulso a políticas y procesos que condujeran a los rezagados (los
subdesarrollados, los países y regiones más pobres) hacia la competencia y la carrera
por un desarrollo que podía ser universalizado en todo el planeta y mantenido en el
tiempo. En el pasado colonial del siglo XIX y comienzos del siglo XX, las diferencias
entre los centros de poder imperial del capitalismo mundial y las sociedades por ellos
sometidas, eran explicadas por aquellos teniendo como referencia el esquema salvajis-
mo-barbarie-civilización, entendido como sucesión de fases de evolución o progreso
en las cuales se ubicaban a los pueblos y sociedades que formaban parte de la humani-
dad. En el siglo XX, con la idea del desarrollo, este esquema fue sustituido por subde-
sarrollado-en vías de desarrollo- desarrollado. El colonialismo se justificó a sí mismo
afirmando que aceleraría el proceso de evolución de los colonizados conduciéndolos
a la civilización. El capitalismo de la segunda mitad del siglo XX hizo lo mismo con
los dominados del llamado Tercer Mundo utilizando el argumento de llevar el
desarrollo a sus sociedades. Los denominados países “desarrollados”, a
través de sus agencias de cooperación y de los organismos interna-
cionales que conforman la estructura ejecutiva de la dominación
capitalista global (Organización Mundial de Comercio, Fondo
Monetario Internacional, Banco Mundial, ONU -PNUMA,

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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE

PNUD, UNESCO, etc.), hicieron difusión en los países “subdesarrollados” del capi-
tal, las tecnologías, los valores, la institucionalidad, las organizaciones y las actitudes
que supuestamente permiten el desarrollo. Con los años el discurso del desarrollo ha
venido incorporando nuevos aspectos e identidades, nuevos modelos: se ha hablado
así de desarrollo con equidad, desarrollo humano, desarrollo sostenible, etc. No obs-
tante, en lo fundamental, los supuestos y las prácticas del desarrollo siguen siendo
las mismas: hablar de desarrollo ha sido hablar de “progreso” hacia el capitalismo.
Mientras más integrada está una sociedad a la dinámica capitalista más desarrollada
se le considera.

Sin embargo, después de casi 60 años el balance global del desarrollo es


claramente negativo, la dependencia política, la fragmentación social, la desventaja
económica y el deterioro cultural imperan en la mayor parte del mundo. La distancia
entre la “delantera” de los desarrollados y el “atraso” de los subdesarrollados es cada
vez mayor. Minorías privilegiadas en los países pobres comparten con los sectores
dominantes de los grandes centros de poder económico mundial una opulencia que
contrasta notablemente con vastos grupos de desempleados, jubilados y económica-
mente vulnerables en el mundo “desarrollado” y extensas áreas rurales e inmensos
asentamientos urbanos del mundo pobre excluidos de los circuitos del sistema eco-
nómico mundial. Por otro lado, la expansión económica y el crecimiento industrial se
encuentran con límites evidentes con respecto a la naturaleza, dando lugar a una crisis
ecológica de proporciones gigantescas a la cual nos referimos brevemente en la intro-
ducción de este texto. La globalización económica ha producido y sigue produciendo
el deterioro de los componentes básicos ambientales a nivel mundial y local. Esto
determina el deterioro creciente de las condiciones de vida en los ambientes rurales
y en las ciudades; las fuentes de agua son cada día más escasas y contaminadas, los
ríos, lagos y grandes regiones oceánicas se están convirtiendo en verdaderas alcanta-
rillas; los suelos que demoraron miles de años en formarse han sido afectados por

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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE

la erosión perdiendo su fertilidad, volviéndose arena; la deforestación ha aumentado


considerablemente y como resultado de ello ricas regiones boscosas llenas de vida
compleja se han reducido a desolados paisajes; la parcelación de los ecosistemas ha
provocado una progresiva vulnerabilidad ambiental; la calidad del aire se ha empo-
brecido y las condiciones para la agricultura y la reproducción de los ecosistemas se
han hecho cada vez más difíciles. Ha habido también una proliferación acelerada de
la producción de desechos y lluvias ácidas, al tiempo que las prolongadas emisiones
de gases de “Efecto Invernadero” han desatado el cambio climático. El impacto de
todos estos fenómenos es mayor en los sectores subordinados y más empobrecidos.
El modelo de producción y consumo imperante provoca un deterioro continuo de
la biodiversidad, que es la base del equilibrio ecológico de la Tierra. Las innovacio-
nes en la ingeniería genética y las biotecnologías refuerzan estas tendencias y
condicionan nuevos riesgos, de consecuencias impredecibles, al introducir en
el ambiente organismos manipulados genéticamente con el fin de garantizar
una nueva fase de acumulación capitalista a costa del equilibrio de la biosfera,
el trabajo humano en la agricultura, la salud de millones de personas, la segu-
ridad y la soberanía alimentaria. Un sinfín de productos tóxicos en aumento, están
invadiendo el aire que respiramos, el agua que tomamos y casi todos los alimentos que
encontramos en nuestra mesa. En resumen, el desarrollo con su crecimiento está
comiéndose la biosfera a un ritmo sin precedente en la historia humana.

América Latina y la región caribeña vivieron durante la segunda mitad del


siglo XX la época del desarrollo, cuando la llamada modernización se convirtió en dis-
curso y presupuesto. Su resultado puede verse en los cinturones de miseria que rodean
a nuestras grandes ciudades, en los humos que las cubren, en sus aguas pestilentes y la
basura que las sepulta; se nota en el abandono de las poblaciones rurales, en el rostro
del indigente y de la madre soltera que como buhonera vende productos importados
de manera ilegal a pocos metros de un centro comercial.

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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE

Ante este cuadro de crisis, las críticas a la teoría y la práctica del desa-
rrollo han servido de fundamento para que algunos sostengan que el desarrollo, como
forma de pensamiento, está agotado y no tiene futuro. Otros proponen transformar
radicalmente la idea de desarrollo, dándole nuevos significados al concepto. Pero más
allá de las explicaciones relativas a la voracidad de la acumulación capitalista, el creci-
miento económico ilimitado, los patrones de producción y consumo insustentables,
la crisis ecológica contemporánea ha sido generada por las ideas que tenemos sobre
la naturaleza. Así por ejemplo, las teorías del desarrollo social tienen su origen en la
lógica de una mentalidad presente en gran parte de la humanidad y, en particular, en
la denominada civilización occidental a lo largo de muchos siglos, para justificar la do-
minación entre humanos y, por extensión, de la naturaleza por parte de los humanos.
Se trata de una imagen del mundo natural que ve en la naturaleza una entidad “ciega”,
“muda”, “hostil”, “cruel”, “competitiva” y “mezquina”, que supuestamente se opone
a la lucha de los humanos en pos de la libertad y la autorrealización.

Es evidente la necesidad de construir nuevas visiones a partir de las cuales


puedan conformarse otras sociedades, una nueva civilización. Nunca ha sido tan actual
la urgencia de acabar con el capitalismo, ella se plantea como una nueva radicalidad. El
logro de este objetivo debe abrir paso a otros estilos de vida, otras relaciones sociales,
otras relaciones entre los seres humanos y la naturaleza.

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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE

¿Pero qué es el ambiente?

EJERCICIO: a cada participante se le pide que escriba en un papel lo


que él o ella entienden por ambiente. Luego se comparan y discuten las distintas
definiciones.

Muchas veces cuando hablamos de ambiente pensamos que se trata de


todo aquello que nos rodea y en ese sentido nos referimos a las plantas y los animales,
así como al mundo inorgánico (rocas, minerales, cuerpos de agua, atmósfera, etc.).
Concebimos de esta manera al ambiente como a una especie de escenario, de espacio
en el cual existimos y nos desenvolvemos, pero nos olvidamos de los seres humanos
y sus sociedades como partes constitutivas de ese ambiente. Este concepto limitado
nos impide reconocer ciertos aspectos importantes a la hora tratar de comprender los
problemas ambientales.

El ambiente es un sistema, es decir, un conjunto de elementos relacionados


entre sí que interaccionan y se influyen mutuamente. Ese sistema es dinámico, lo que
significa que no está detenido en el tiempo, que cambia, evoluciona, aunque siempre
tiende a mantener un estado de equilibrio que le permite seguir siendo un sistema. El
ambiente presenta dos grandes dimensiones: una social y otra natural. En la dimen-
sión social nos ubicamos las personas, las comunidades, las naciones, todo aquello
que es creado por los seres humanos y que no tiene un origen biológico directo. La
dimensión natural incluye todo lo que existe naturalmente, independientemente de la
acción transformadora de la cultura y la voluntad humana; así forman parte de ella el
resto de los seres vivos (plantas, animales, etc.), los minerales, los procesos biológi-
cos, las condiciones ambientales, circunstancias atmosféricas (el clima, la geología, la
altitud, la latitud, etc.) con las que se combinan y relacionan. El ambiente social y el
ambiente natural tienen características particulares que los diferencian a uno del otro,
ambos guardan entre sí una relación muy estrecha. Lo natural influye constantemente

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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE

en la esfera social del ambiente, pero las formas de relacionarnos y la concepción


que tengamos de producción de recursos que sostengan nuestras vidas afecta a la
naturaleza, por ende modifica e interviene el ambiente. Esto ocurre primeramente
porque los seres humanos tenemos una parte de nosotros que también es naturaleza.
Nacemos, nos alimentamos, crecemos, nos reproducimos y morimos como pasa con
cualquier otro ser vivo; los elementos básicos que forman parte de nosotros son casi
los mismos que se encuentran en todas las plantas y los animales, independientemente
de su especie. Somos de hecho un tipo especial de animales. Sucede además que para
poder vivir, sobrevivir y existir en modelos sociales determinados, los seres humanos
tenemos que adaptarnos a situaciones originadas socialmente y acomodarlas a la si-
tuación natural. Debemos, entonces, responder a influencias y condiciones que vienen
del resto de la naturaleza y de las relaciones que generan las personas que alteran el
ciclo natural y se expresan como cambios en el clima, aumentos y disminuciones en la
temperatura, en el régimen de lluvias y en el flujo de los vientos, en fenómenos como
huracanes, terremotos y erupciones volcánicas. Hoy día no podemos decir que son
netamente naturales porque la naturaleza ha perdido la capacidad de auto-regularse
debido a los estilos de vida con formas particulares de ocupación del territorio, pro-
ducción, consumo, intercambio, organización, comunicación.

Los espacios naturales donde los seres humanos producen su


vida, son utilizados para diversos fines que tienen que ver con la satis-
facción de las necesidades y la supervivencia de los grupos y socie-
dades humanas, de acuerdo a las posibilidades que ofrezca o no el
modelo productivo de dicha forma social. Así por ejemplo, para
poder cultivar determinadas especies de plantas que nos sirven de
alimento necesitamos un tipo particular de suelos, una temperatu-
ra adecuada, una frecuencia y unas cantidades de lluvia o irrigación,
la acción de ciertos pájaros, insectos y microorganismos, pero tam-

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bién, a través de la cultura que genera el modelo social, producimos conocimientos


que se manifiestan en artefactos e instrumentos que en ella y desde ella creamos,
interviniendo, alterando y modificando el ambiente natural y aprovechándolo a nues-
tro beneficio. De esta forma, utilizamos especies y materiales diversos para construir
nuestras viviendas, confeccionar nuestra vestimenta, alimentarnos, transportarnos,
comunicarnos, curar nuestras enfermedades, etc. Este aprovechamiento se realiza de
acuerdo a los saberes, intereses, valores, ideologías y prácticas que cada agrupación,
clase, sector social, etnia o sociedad particular posee y desarrolla con relación a las
actividades económicas, la política y las relaciones sociales en general. Igualmente
incidimos en los procesos naturales a partir de las concepciones que tenemos acerca
de nuestro lugar en el mundo y en el conjunto de la vida. Por esta vía los seres huma-
nos hemos progresivamente llevado a cabo una verdadera intervención y alteración
social de la naturaleza, afectando, modificando, transformando y también muchas
veces perturbando lo que se origina y presenta de manera natural. En la actualidad son
cada vez menos los sistemas naturales que no se encuentran intervenidos de manera
directa o indirecta por los seres humanos. Como vemos el ambiente es un todo com-
plejo cuya dinámica, equilibrio y estructura no puede ser entendida considerando sus
componentes de manera aislada.

¿Cuándo hablamos de problemas ambientales?

C
C omo hemos visto las dimensiones social y natural del ambiente están
interrelacionadas, en continua combinación. Para que sistema ambiental conserve su
equilibrio y no colapse o se destruya, esas relaciones deben ser de armonía, garanti-
zando que cada una de las partes o esferas se mantenga sin poner en peligro a la otra.
En ese caso las acciones humanas se llevan a cabo asumiéndonos como seres huma-

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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE

nos que venimos de la naturaleza, respetando a los demás seres vivos, acoplándonos
a los ciclos naturales. Pero cuando acciones humanas provocan trastornos que se
traducen en desequilibrios entre la dimensión social y la dimensión natural, aparecen
los llamados problemas ambientales. Todos los problemas ambientales tienen pues un
origen social. Son ocasionados por ciertas formas de actuar en relación con nuestros
semejantes y la naturaleza, que involucran a determinadas formas de entender la vida
en sociedad, conformar nuestra forma de producir la vida, organizar la economía,
ejercer el poder, crear y utilizar tecnologías.

Ejemplos de estas acciones humanas hay muchos. En nuestro país tenemos


serios problemas con la explotación minera y la extracción del carbón que afecta a
muchas poblaciones, a la flora y fauna del lugar y a los indígenas que por generaciones
han ocupado ese territorio. Otro caso es lo que sucedió en el Delta del Amacuro en
el año 1965. Se construyó un dique en el caño Manamo, afluente del río Orinoco
con salida al mar a fin de recuperar tierras y destinarlas a la explotación agropecuaria,
para abastecer de alimento a poblaciones aledañas y al complejo minero industrial
de ciudad Guayana. Este cierre del río provocó una disminución significativa de su
caudal afectando el equilibrio que mantenía en su encuentro con el mar. Actualmente,
44 años después, el agua salada esta en el caño Manamo produciendo enfermedades
gastrointestinales en los indígenas y el abandono de sus asentamientos, sin detallar
como ha incidido en la vida animal, vegetal y en los suelos de la región. En el Delta se
sembraba maíz, arroz, cacao, plátano entre otros, de manera sustentable, respetando
las crecidas del río, utilizando los “bancos” a los que no llegaba la inundación. Todavía
se sigue trayendo alimentos de otros estados del país para surtir a las poblaciones, es
decir, no se justifica el cierre del caño, tendríamos que preguntarnos quien se está
beneficiando de esto.

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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE

Los problemas ambientales no pueden ser considerados de modo aislado


al modelo de producción o modelo de desarrollo de las sociedades, ya que están
interrelacionados en una compleja red de causas y retroalimentación. Los problemas
ambientales sólo pueden resolverse abordando simultáneamente las causas económi-
cas traducidas en lo político-social que los originan, incorporando de manera directa
y protagónica a quienes se ven afectados por ellos.

EJERCICIO: analizar y discutir en grupo un problema ambiental que


conozcan, relacionarlo con los aspectos económicos, sociales y políticos vincu-
lados a los diferentes grupos sociales, empresariales e institucionales, develando
quienes lo producen y quienes se sienten afectados.

¿Qué valores y significados le atribuimos al ambiente?

En el capitalismo la valoración mercantil del ambiente suele imponerse


sobre otras valoraciones generando conflictos y contradicciones entre las personas,
los grupos y las clases sociales. En estas condiciones la naturaleza tiende a ser percibi-
da como una mera fuente de materias primas y energía, como una especie de almacén
del cual pueden y deben servirse, sin ninguna restricción, la industria y el comercio
para garantizar la acumulación de capital, las ganancias de una minoría. Pero en la rela-
ción equilibrada con la naturaleza los seres humanos no solamente podemos percibir
recursos. La naturaleza es también un patrimonio natural que, conjuntamente con
nuestro patrimonio social, en sus múltiples expresiones y componentes, es generadora
de distintos valores y significados. Estos valores varían de acuerdo al tipo de sociedad

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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE

que se manifiesta en un sistema de creencias, en nuestra ideología, nuestros intereses


particulares y nuestra práctica social. De esta forma, por ejemplo, un lago, un bosque,
una sabana o un cerro pueden ser apreciados de acuerdo a los valores económicos,
estéticos, científicos, religiosos, históricos, militares o sociales que distintas personas y
diversos grupos les atribuyen de acuerdo a su percepción y situación particular orien-
tada desde su cultura. El suelo de un valle puede ser percibido de acuerdo al valor
específico que tiene su fertilidad para determinada actividad agrícola; pero igualmente
pudiera ser apreciado como algo sagrado por quienes tienen sus antepasados enterra-
dos allí. El mismo suelo puede también tener una significación distinta para un grupo
de arqueólogos que buscan utensilios y restos de edificaciones antiguas o para quienes
aspiran a edificar sus viviendas sobre él. En la vida diaria cada persona percibe e infiere
distintos componentes del ambiente a los que atribuye distintos valores. Es una manera
de construir la realidad. Por tanto ésta atribución de valores varía de acuerdo a la cultu-
ra que responde a al tipo de sociedad.

¿Cómo entendemos la ciudad en relación al ambiente?

Las ciudades son espacios ecológicos urbanos constituidos por lo construi-


do, por los seres humanos y el espacio natural. En ese sentido son también grandes
infraestructuras físicas (las más complejas que los seres humanos han creado) que nos
albergan, brindan servicios, placeres y también nos generan problemas. Sin embargo,
las ciudades son también el soporte de una gran variedad de relaciones sociales que se
dan entre sus habitantes y entre éstos y su entorno: en la casa, el vecindario, el lugar
de trabajo y los espacios de encuentro; relaciones de intimidad, de producción y de
recreación; relaciones con otros seres vivos animales y vegetales. Las ciudades son
construcciones sociales, creaciones de la vida colectiva que están determinadas por la

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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE

forma de organización que asume el conjunto de la sociedad y las relaciones que esta
última establece con el medio natural para resolver dos problemas básicos: producir
la vida material y espiritual de los seres humanos. La ciudad es parte de la cultura y
acumula una herencia histórica que se refleja en sus habitantes, en su medio físico
y en su ecología. La vida de la ciudad y su dinámica ambiental están muy ligadas a
las actividades económicas que en ella se llevan a cabo, así como a las formas de
organización del poder, con sus instrumentos de control (el Estado) y su visión del
mundo, su ideología. La práctica económica y el ejercicio del poder marcan y modelan
por igual al ambiente social y al ambiente natural de la ciudad. La ciudad es un pro-
ducto social complejo por excelencia, un espacio donde se articulan y cruzan diversas
culturas y, por lo tanto, diversas concepciones sobre las formas de relacionarse con la
naturaleza.

Las primeras ciudades aparecieron en el mundo hace varios miles de


años. A partir de la llamada “Revolución Industrial” se generó una forma de interven-
ción humana en la naturaleza que atendió a una concepción de mundo privilegiando
y priorizando a las ciudades cada vez más separadas del campo, contaminadas y ex-
puestas a desastres que ponen en peligro la seguridad de las poblaciones humanas y la
estabilidad de los sistemas naturales. Más adelante estas condiciones se asociaron
con la pérdida progresiva del espacio público, el cual fue sustituido
por una zona neutral donde son imposibles las relaciones urbanas, el
diálogo político o la gestión ciudadana; un espacio-espectáculo que
no llama a prácticas comunitarias sino a circos que consagran la
pasividad, el dominio del asfalto que abarca prácticamente todo
el espacio no construido y el automóvil que se impone a los pea-
tones. Las clases dominantes y el estado burgués han utilizado el
urbanismo para generar esos cambios. Hoy en día más de la mitad
de la población mundial vive en sistemas urbanos, habitando en un

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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE

ambiente construido y social con muchos problemas ambientales. En la base de ese


desequilibrio está la violencia que promueve el capitalismo en contra de la naturaleza
y en contra de las personas. Esa violencia se vincula a una concepción que sólo ve
en el mundo natural y en las clases y sectores populares una fuente de recursos y
mercancías, algo que puede y debe ser sometido y explotado por los privilegiados para
su exclusivo provecho.

Los barrios y los problemas ecosociales en Caracas

En distintas partes de América, antes de iniciarse la invasión europea a


finales del siglo XV, existieron algunas importantes ciudades y centros urbanos. Sin
ser perfectas, esas ciudades estuvieron en capacidad de mantener relaciones de equi-
librio ecológico con el campo, de hecho su existencia no se fundamentaba en una
separación drástica entre lo urbano y lo rural, eran ciudades que en gran medida se
autoabastecían de alimentos, materiales y energía. La conquista y la colonia dieron
origen a ciudades más separadas del medio rural que se mantuvieron así incluso des-
pués de alcanzada la independencia en el siglo XIX. En Venezuela, el sometimiento
violento de los pueblos aborígenes y los esclavos de origen africano a la explotación
del ambiente para obtener recursos y materias primas, sentó las bases de un proceso
de degradación ecológica que se prolongó en el tiempo después de la independencia
con el dominio de la economía agroexportadora y se profundizó con la economía
petrolera y la urbanización del capitalismo dependiente en el siglo XX. Surgió así
una sociedad con formas de ocupación del territorio, valores culturales, relaciones
económicas, sociales y de poder, que consagraron un sistema de desigualdades y
desequilibrios, los cuales propiciaron el empobrecimiento de la gran mayoría de la
población sometida a múltiples privaciones y el enriquecimiento de una minoría que

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BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE

vive en la opulencia y el despilfarro consumista. En este marco han desaparecido


numerosas especies de animales y vegetales, se han destruido y degradado grandes
extensiones de bosque, se han eliminado y/o contaminado muchos cuerpos de agua
como quebradas, ríos y lagos, se han envenenado y deteriorado playas y grandes exten-
siones de suelo anteriormente utilizados para labores agrícolas, se ha intoxicado el aire
de las grandes ciudades y se ha multiplicado la acumulación de basura en áreas verdes,
vías de comunicación, zonas residenciales y lugares de trabajo. Todo esto ha ocurrido
asociado a un proceso de concentración desequilibrada de la población y sus activi-
dades en el territorio nacional que acarrea perturbaciones tales como inundaciones,
sequías, deslaves, derrumbes y erosión. Estos problemas, si bien terminan afectando a
toda la población, golpean más intensamente a los sectores populares.

La situación actual del valle de Caracas y sus alrededores es una ex-


presión clara de este proceso de degradación socio-ambiental. De un sistema de rela-
ciones ecosociales básicamente equilibrado en el cual se desenvolvían distintas pobla-
ciones aborígenes, Caracas pasó, con la conquista y la colonia, a una lenta y continua
consolidación urbana que inicialmente estuvo marcada por el predominio del paisaje
aledaño dedicado a la cría y la producción agrícola de subsistencia. Posteriormente
este territorio fue escenario de la actividad agro-exportadora centrada en la produc-
ción y procesamiento del café y el cacao, y basada en la explotación de mano de obra
esclava, sirviendo de centro residencial a la clase latifundista y comerciante dominan-
te. Lentamente se fueron integrando los suburbios al paisaje caraqueño a través del
comercio y el transporte. Con la economía petrolera y la caída de la economía agro-
exportadora se inicia el período de transición hacia las formas actuales de ocupación
del territorio.

La industrialización y la expansión de la economía petrolera dan nuevos


impulsos al crecimiento de Caracas a través de más obras públicas, la construcción de

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 21


BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE

viviendas y la ampliación de vías de comunicación. Aparecen y se consolidan nuevos


barrios y urbanizaciones, se genera una insatisfacción creciente en la demanda de
bienes y servicios urbanos, así como una crisis de la vivienda y los servicios colectivos.
La segregación espacial da pié a una ciudad con doble cara: la de la pobreza y la de
la opulencia, que existe en un marco de continuo deterioro del espacio natural, de
los espacios construidos y la vida humana. Las políticas neoliberales y la crisis eco-
nómica profundizan la crisis urbana, se expanden y densifican los barrios. La ciudad
es sometida a un incremento de la urbanización salvaje que intensifica el proceso de
degradación ecológica asociada a un sensible deterioro de las condiciones de vida. El
resultado es una ciudad con serios problemas ecosociales que perturban al conjunto
de la población, los ecosistemas y el espacio común urbano.

Sin embargo, estos problemas inciden con mucha mayor fuerza en los sec-
tores donde se hallan los barrios más pobres, quienes se ven negativamente afectados
en sus posibilidades de acceso a la tierra, condiciones estables para la construcción de
sus viviendas, el agua, la energía, el aire puro, zonas verdes para el esparcimiento y la
recreación, etc. El uso de los recursos naturales que hace posible la situación del in-
greso y de la propiedad de la tierra da impulso al empobrecimiento de la mayor parte
de la población urbana. En el último cuarto de siglo XX se acentúan la concentración,
la segregación espacial y la exclusión social.

Socio-diversidad y biodiversidad en el ambiente del barrio

En Caracas y otras ciudades de Venezuela los barrios populares se han


conformado como la propuesta de los pobres, quienes por el modelo de desarrollo,
tuvieron que dejar sus tierras, y asumir otra forma de vivir cerca de las fuentes de

Página 22 ECOSOCIALISMO
BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE

trabajo asalariado, pero no estaban en condiciones de pagar por el costo el alquiler


de una vivienda ni de comprar un terreno donde construir de acuerdo a la legalidad
impuesta por las clases y sectores dominantes, en consecuencia, procedían a ocuparlos
por su propia cuenta. En su relación con la ciudad formal, legitimada por los poderes
dominantes, los barrios toman referencias de ésta, reinterpretando sus modos de vida y
sus lenguajes, las percepciones de sus habitantes. Desde afuera suelen ser vistos como
ajenos a la ciudad, pero los barrios son de hecho complementarios a ella, están en ella
y son también ciudad y obedecen a su lógica subyugante. Pese a todas las carencias
y dificultades ecosociales, a estar expuestos a inundaciones, deslaves, deslizamientos
y sismos, a presentar un número creciente de familias que viven en habitaciones sin
servicios o con deficientes servicios sanitarios y con empleos mal remunerados o sin
empleo, los barrios han desplegado formas relacionales para sostener las bases de la
supervivencia de sus habitantes. Las carencias y los problemas coexisten con situa-
ciones en las que la naturaleza está íntima y profundamente ligada a la existencia de
las personas y colectivos que hacen vida en ellos. Es frecuente encontrar en el barrio
jardines, rosales, árboles y arbustos que florecen todo el año;
pencas y enredaderas, cafetos, guayabos, mangos,
nísperos y aguacates; igualmente podemos en-
contrar bebederos de aves y pájaros. Es también
común ver gallinas y otras aves de corral, cerdos
y hasta conejos en algunos recodos de las ca-
lles, veredas, sectores y vecindades. Muchas
veces en el barrio cualquier pedacito de
tierra, cualquier rincón ha sido aprovechado
por los abuelos y las abuelas, nuestros padres
y nuestras mujeres para cultivar y criar animales,
para construir espacios de juego, intercambio

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 23


BARRIO, CIUDAD Y AMBIENTE

y convivencia. Es que en nuestra ciudad, como en muchas otras del país, el barrio
configura un hábitat de diversidad, son a veces verdaderos reservorios de diversidad
natural (biodiversidad) donde pueden encontrarse variedades de frutas, hortalizas, tu-
bérculos, cereales, hierbas y sus formas de aprovechamiento, ya desaparecidas en sus
regiones de origen por efecto de la agricultura capitalista. Pero los barrios son también
espacios de intercambio y diversidad cultural (socio-diversidad), sitios de confluencia
de saberes, creencias, rituales, tecnologías, conocimientos populares y ancestrales, es
además un cruce de fronteras. Hoy en día es casi imposible intentar hacer la historia
del barrio sin hablar de los numerosos extranjeros que por allí pasan haciendo ciudad.
Conviene entonces conocer no sólo los problemas, sino también los beneficios y
potencialidades ambientales del barrio.

Página 24 ECOSOCIALISMO
EL BARRIO Y EL AGUA

¿De dónde sale el agua y a quién le llega?

El agua que se consume en las ciudades tiene numerosos usos: para beber,
cocinar, lavar, regar, propósitos industriales, etc. No obstante, ¿de dónde viene esa
agua y por dónde circula? Por un lado, hay un ciclo natural de lluvia y evaporación y,
por otro, unas aportaciones considerablemente mayores para el consumo. La circula-
ción tiene lugar por subterráneos y entre paredes artificiales. El ciclo urbano del agua
es un recorrido que incluye seis pasos o etapas:

1.- Captación: el agua nace e inicia su recorrido desde las fuentes naturales
de ríos, lagos, esteros y pozos subterráneos. En esta instancia, el agua está sin tratar,
es decir, que no es apta para el consumo humano.

2.- Potabilización: el agua natural ingresa a la planta de producción don-


de es filtrada, purificada y sometida a desinfección para ser transformada en agua
potable.

3.-Transporte y almacenamiento: el agua potable es llevada a estanques


de almacenamiento ubicados en lugares elevados de la planta de tratamiento, lo que
permite su distribución y da garantía de continuidad en el servicio. Las redes subte-
rráneas transportan a través de las cañerías el agua de los estanques que llega a las
viviendas y otras edificaciones e instalaciones urbanas.

4.- Alcantarillado: el agua que ensuciamos se transforma en “aguas servi-


das” y se retira a través del alcantarillado.

5.- Tratamiento de aguas servidas: las aguas servidas del alcantarillado


son dirigidas a plantas de tratamiento que realizan el proceso de descontaminación.

6.- Restitución del agua al ambiente: finalmente, las aguas descontami-


nadas se devuelven a las fuentes naturales.

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 25


EL BARRIO Y EL AGUA

En la actualidad, la priorización del crecimiento industrial, la concentración


de población en grandes núcleos urbanos y las actividades agrícolas con el uso a
gran escala de biocidas y fertilizantes químicos, están aumentando considerablemen-
te el consumo de agua y el vertido de aguas residuales, limitando muchas veces la
capacidad de los cursos naturales de agua para su aprovechamiento como fuentes
de abastecimiento. En lo que respecta a los sistemas naturales donde se ubican las
fuentes de captación para consumo urbano, se cortan y represan ríos; se secan pan-
tanos y humedales y hasta los manglares donde nació la vida son objeto de deterioro
y destrucción, ocasionando serios problemas ambientales. Empresas como las fabri-
cantes de bebidas gaseosas y las plantaciones agroforestales de eucaliptos agotan los
acuíferos (reservorios subterráneos de agua dulce) que tardaron siglos en llenarse. El
agotamiento del suministro del agua subterránea, no sólo causa la escasez de ésta, sino
también el consecuente hundimiento de la tierra al ser extraído el líquido. Al remover
la vegetación, el agua fluye sobre el suelo más rápidamente de modo que tiene menos
tiempo para absorberse en la superficie. Esto provoca además la erosión acelerada del
suelo. Muchas empresas secan ríos con sus construcciones, otras como la industria
automotriz, la industria minera y la de textiles consumen enormes volúmenes de agua.
Asimismo, la agricultura de los monopolios de producción de alimentos y de bebidas
como la Polar y la Coca Cola, es la actividad productiva que más agua consume. Estas
y otras actividades influyen, de manera negativa, sobre el ciclo del agua de dos formas
distintas: bien directamente mediante la extracción de las mismas y posterior vertido
de aguas contaminadas o bien indirectamente alterando la vegetación y la cobertura
del suelo. Ambas formas de impacto alteran el régimen de circulación y la calidad de
las aguas. Igualmente excluye a las poblaciones más pobres del preciado líquido y las
obliga a pagar por un servicio que por lo general está en manos de estas empresas
privadas.

Página 26 ECOSOCIALISMO
EL BARRIO Y EL AGUA

Con la crisis urbana de la segunda mitad del siglo XX se generó la crisis en el


servicio del agua en Caracas. Muchos sectores de la ciudad se densificaron aumentan-
do su población sin ampliar las redes existentes. También ha ocurrido que la ciudad se
ha expandido hacia áreas muy extensas a las cuales es muy costoso y físicamente difícil
(por la topografía) dotar de infraestructura. Pese a que el agua es un bien público (y no
comercial) que necesitamos todos para poder existir, el desarrollo urbano excluyente
en la ciudad capitalista originó grandes diferencias en el acceso, la distribución y el
consumo del agua entre los ricos y los pobres. Esto hace que el servicio no se cumpla
enteramente en los barrios o se lleve a cabo con serias deficiencias en lo que se refiere
a redes subterráneas, alcantarillado y tratamiento de aguas servidas. Para los habitantes
de los barrios el servicio de agua ha sido históricamente precario y de escasa calidad,
exigiendo que la gente tenga que pagar cantidades excesivas a vendedores de agua,
recibir el servicio una vez a la semana y hasta una vez al mes, lo que ha dado lugar
a la privatización de este servicio y a la negación del mismo como derecho humano,
pues sin él se extingue la vida. En términos generales, en nuestra ciudad predomina
la inequidad y un mal uso del agua. A pesar de ciertos avances importantes que han
incidido en el aumento del acceso al servicio, impulsado por la organización social de
base, como lo es las mesas de agua, el agua está mal cuidada y distribuida. Se despilfa-
rra, se desparrama, se tira, se dejan abiertas las llaves; mientras unos gastan millones
de litros de agua o la tiran y desperdician, otros padecen su escasez. En el barrio po-
demos encontrar pérdida de agua por escapes, conexiones no reguladas y problemas
de medición. También encontramos contaminación producida por algunos residuos
sobre cursos y cuerpos de agua; dicha contaminación proviene en su mayoría de la
descarga, hecha en forma clandestina, de líquidos cloacales, del arrojo de residuos de
origen doméstico, comercial e industrial que generan un importante deterioro visual.
Al contaminar el agua del barrio se contamina la vida misma. Todo el ciclo biológico,
reproductivo y alimenticio de los seres humanos, los animales y los vegetales queda

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 27


EL BARRIO Y EL AGUA

profundamente afectado. En el barrio se sufre de la enajenación del servicio por parte


de las industrias que se encuentran en los alrededores de él, sean productoras de
alimentos, bebidas o lavados de carros, motos, etc., aunado a esto se suma el privilegio
del servicio que tienen las zonas residenciales de clase alta, centro comerciales, res-
taurantes. También se viven otras formas de afección cuando las aguas servidas y las
excretas representan un riesgo de trascendencia para la salud pública y especialmente
en lo que se refiere a la supervivencia infantil, por la alta concentración de organismos
patógenos y sustancias químicas orgánicas e inorgánicas que contienen. Existen otras
enfermedades de importante significado que están muy relacionadas con la falta de
suministro de agua, el mal saneamiento, la eliminación inapropiada de las excretas y la
falta de higiene personal, entre las cuales podemos citar a la gastroenteritis y la diarrea.
A la carencia de este servicio se agregan los problemas de las conexiones clandestinas.
Las inundaciones constituyen otro problema ambiental vinculado a los ciclos del agua
que comúnmente se presenta en los barrios. Estas se producen principalmente por
la precariedad de los drenajes y las construcciones ubicadas en áreas de desbordes de
ríos y quebradas. Las inundaciones conducen a la pérdida de vidas humanas, son cau-
sas de heridas y lesiones, acarrean importantes pérdidas materiales y pueden ser fuente
de enfermedades. Ciertamente las construcciones realizadas en zonas inundables, en
laderas y otros terrenos inestables en los cerros de Caracas, son el resultado de una
situación social marcada por la pobreza, las desigualdades y la exclusión que obliga a
millones de compatriotas a soportar esta inhumanidad.

Lo anterior no significa que el agua es un problema en sí mismo para quie-


nes habitan en el barrio, sino que el problema es el modelo de sociedad, el tipo de
relaciones que establece esa sociedad en su interior y con la naturaleza. No habría
problemas del agua si las industrias no fuesen la prioridad para la sociedad, si respe-
taran las ordenanzas y limpiaran las que contaminan antes de regresarla a los cursos
de agua; si no hubiera el abuso de agrotóxicos que más benefician a las corporaciones

Página 28 ECOSOCIALISMO
EL BARRIO Y EL AGUA

trasnacionales que los producen y envenenan los ríos, lagos, quebradas y acuíferos.
No tendríamos problemas de agua si no hubiera tanta deforestación producto de las
plantaciones de monocultivos a gran escala, o de la tala de millones de hectáreas de
bosques para satisfacer el mercado del papel mal gastado en los países del norte y por
los sectores privilegiados en nuestros países. Tampoco tendríamos problemas del agua
si no represáramos tantos ríos para justificar el abastecimiento de agua a las grandes
ciudades que las desperdician en las tuberías o en el mal uso, o para generar tanta
electricidad que se desperdicia y se malgasta en actividades inútiles. Ante la cultura
del derroche y el despilfarro, una nueva cultura del agua es necesaria. Una cultura de
igualdad de condiciones para la vida, de cuidado y ahorro, de criterios ecológicos de
justicia social y equidad en la captación, la distribución y el consumo.

La utilización del agua afecta las relaciones que se establecen entre los ha-
bitantes del barrio y el resto de la ciudad; entre poblaciones rurales y urbanas; entre
intereses aguas arriba y aguas abajo; entre los sectores agrícola, industrial y doméstico;
y entre las necesidades humanas y los requisitos de un ecosistema sano y equilibrado.
Las desigualdades sociales y las intervenciones humanas depredadoras en el medio
natural, intensifican la presión sobre la utilización del agua y conducen a la generación
de ciertos conflictos socio-ambientales. No falta quienes quieren acaparar el agua y
quedarse con ella o hacer negocio. Quienes en los años 80 y 90 promovieron el proce-
so de privatización neoliberal impulsado por el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional, hicieron todo lo posible por obtener el control absoluto y la máxima
ganancia con la venta del agua, poniendo en pocas manos el destino de las vidas de
millones de personas. En varios países latinoamericanos se han privatizado ríos para
uso exclusivo de empresas transnacionales como es el caso de la Coca cola en Chiapas,
México. Esto ha dado pié a grandes jornadas de protesta por parte de la población
que, con su organización y su tenaz resistencia, han tenido una importante influencia
en los procesos políticos de nuestra región.

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 29


EL BARRIO Y EL AGUA
¿Qué podemos hacer para cuidar y
ahorrar nuestra agua en el barrio?

Tener acceso al agua es un derecho humano y un derecho ambiental.


Actuando de acuerdo a relaciones de cooperación y ayuda mutua establecidas entre
la gente, entre ésta y la naturaleza, orientados por una clara conciencia ecológica y
política, podemos contar con agua para todos y todas. Es necesario formarnos, tra-
bajar y organizarnos para que en el barrio nos mantengamos vigilantes a fin de que el
servicio básico del agua se mantenga como un bien público y no privado ni comercial.
Es importante evitar que el agua esté bajo el control, dominio y exclusiva posesión y
beneficio económico de corporaciones. No se puede dejar en manos privadas tanta
responsabilidad sobre la vida de la gente, pero tampoco debe ser una responsabilidad
exclusiva de los tecnócratas y la burocracia del Estado: la participación social prota-
gónica, organizada y corresponsable tiene que ser un componente fundamental de la
gestión del agua.

Las comunidades de los barrios, sus hombres, mujeres y organizaciones


sociales, pueden articular esfuerzos para: lograr disminuir el gasto de agua, en cada
barrio y en toda la ciudad, disminuyendo su consumo o reciclando y reutilizando
al máximo el suministro; extraerla con el menor deterioro posible de los
ecosistemas, es decir dejando una parte para el desarrollo normal de
ríos, humedales y acuíferos subterráneos; devolverla a las aguas
naturales en condiciones aceptables para que el impacto sobre
los ecosistemas sea mínimo, lo que para el caso de las aguas su-
perficiales se acostumbra a medir como calidad suficiente que
permita el baño y evite graves pérdidas en las poblaciones de
animales acuáticos; para ello la mejor solución es contaminar-
las lo menos posible en su uso y proceder luego a su tratamien-
to de depuración; realizar esta depuración o descontaminación
con un mínimo gasto de energía e impacto ecológico.

Página 30 ECOSOCIALISMO
EL BARRIO Y EL AGUA

Para alcanzar estos objetivos es importante dar impulso a una gestión


comunitaria del agua, incorporando a las personas, familias, vecinos y vecinas,
Consejos Comunales y colectivos sociales, a las iniciativas de generación de alter-
nativas para el saneamiento y mejora del servicio, así como la recuperación y cuido
del agua proveniente de otras fuentes. Una de las formas organizativas que han
venido funcionando en este sentido son las Mesas Técnicas de Agua que se orga-
nizan por sectores. Desde éstas y otras plataformas pueden desarrollarse planes de
formación ambiental que no se queden en lo estrictamente educativo, conectándo-
se con una acción colectiva transformadora. En este orden de ideas debe ser una
formación ambiental con una naturaleza política en tanto que propugna la trans-
formación de las estructuras sociales imperantes en los modelos de civilización y
sociedad en que vivimos. En lo que refiere a los problemas ambientales en general
y a los vinculados al agua en particular, su solución debe orientarse hacia una
práctica social crítica poniendo en evidencia el hecho de que tales problemas no
son ajenos a las relaciones hegemónicas de control social, económico y político del
capitalismo y cómo ellas se expresan en la ciudad y en el barrio. En este marco,
las acciones locales deben ligarse a una participación social que sea deter-
minante para resolver los problemas de fondo asociados al agua y
sus circunstancias de apropiación. Todas esas acciones pueden y
deben discutirse, compartirse, complementarse y mejorarse en
la acción colectiva, apelando al ingenio y las capacidades de
autogestión, utilizando todos los espacios posibles, desde la
doméstico hasta lo público, en foros, reuniones, encuentros
de trabajo y múltiples situaciones de la vida cotidiana del
barrio, estimulando y nutriendo la conciencia ecosocial, la
toma de decisiones, el diálogo de saberes y el aprovechamien-
to de distintas experiencias.

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 31


EL AIRE EN EL BARRIO

¿Qué es y por qué es importante el aire?

Una de las cosas a la que menos atención damos durante el quehacer


cotidiano es al aire y, sin embargo, sólo para sobrevivir cada uno necesita respirar unos
3.000 galones de aire diariamente. La calidad del aire que respiramos afecta la calidad
de vida de todo. El aire es la mezcla gaseosa que forma la atmósfera de la Tierra, se
encuentra presente en todas partes pero no se puede ver, oler, ni oír. Al igual que el
agua, el aire es uno de los factores determinantes de la vida en el ambiente. Los seres
vivos dependemos de esa mezcla de gases. Entre otros beneficios, el aire proporcio-
na el oxígeno indispensable para que podamos respirar, en él se encuentra también
el dióxido de carbono que es la base de la fotosíntesis vegetal mediante la cual se
produce oxígeno, además, se encuentran otros gases como el nitrógeno que cumple
una función muy importante en el metabolismo de ciertos seres vivos, el ozono que
sirve para filtrar la mayor parte de los rayos ultravioletas provenientes del sol (dañinos
para las personas y muchos otros organismos animales y vegetales), el argón que se
utiliza para llenar el interior de casi todas las clases de bombillos, el neón que se usa
en los tubos fluorescentes y anuncios luminosos, el helio, que es muy ligero, y que
sirve para inflar globos y realizar diversos trabajos e investigaciones. Estos gases y
agentes químicos en la atmósfera generan cantidad de fenómenos y consecuencias a
los ecosistemas y seres vivos que habitan en el planeta.

¿Cuán “puro” es el aire que respiramos?

El aire que respiramos se contamina cuando se introducen sustancias


distintas a su composición natural, o bien, cuando se modifican las cantidades de
sus componentes naturales. En esos casos tiene lugar la presencia en la atmósfera
de compuestos que ejercen efectos dañinos (adversos) en los seres humanos y sus
bienes materiales. Los contaminantes en el aire alteran el equilibrio de los ecosistemas,

Página 32 ECOSOCIALISMO
EL AIRE EN EL BARRIO

disminuyen la producción de plantas comestibles (con los conocidos efectos en la


alimentación de las especies que la consumen), provocan enfermedades y afecciones
respiratorias como problemas cardiovasculares, conjuntivitis, bronquitis, cáncer pul-
monar, cáncer en la piel, problemas de visión, enfermedades en la sangre, problemas
en el desarrollo mental de los nonatos, entre otros. Igualmente pueden corroer infra-
estructuras, edificios y monumentos, afectando así los espacios construidos. En sen-
tido amplio, la contaminación del aire puede ser producto de factores naturales como
emisiones de gases y cenizas volcánicas, el humo de incendios no provocados, el polvo
y el polen y esporas de plantas, hongos y bacterias. Sin embargo, la contaminación de-
rivada de ciertas actividades en las sociedades humanas es la que representa el riesgo
más grave para la estabilidad del ambiente en general y del ambiente urbano en par-
ticular. Hace un siglo, era causada principalmente por las chimeneas que atestiguaban
el auge de la Revolución Industrial. Hoy las fuentes se han diversificado y los efectos
se han expandido. El mayor índice de contaminación se origina en la mayor parte de
las actividades industriales, comerciales, domésticas y agropecuarias, así como en los
motores de los vehículos, por el impacto que tienen las sustancias que emiten hacia
la atmósfera. Los vehículos como automóviles, camiones, autobuses, motocicletas y
tractores, producen contaminantes como las partículas de plomo, el monóxido de
carbono, el dióxido de azufre, el ozono e hidrocarburos que, aunque no son tóxicos,
se conectan con otras sustancias del aire y forman compuestos cancerígenos.

En las grandes ciudades se pueden identificar distintos contaminantes,


pero predominan los productos derivados del petróleo, los gases y emisiones que
resultan de su combustión. Hay una gran variedad de condiciones que facilitan la
contaminación atmosférica en los espacios urbanos. Entre ellas están las condiciones
geográficas, como la altitud y los accidentes geográficos como los valles rodeados de
montañas (situación en la que se encuentra Caracas) que propician la acumulación y
la concentración de contaminantes en el aire. A esto se añaden las condiciones urba-

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 33


EL AIRE EN EL BARRIO

nísticas, tales como la distribución y número de calles y avenidas, industrias, parques,


zonas verdes, etc. En ciudades con una planificación urbana excluyente, las zonas
industriales tienden a rodearse de conjuntos habitacionales que albergan mano de
obra barata, lo que determina procesos de contaminación en las personas y grupos
familiares más pobres.

¿Por qué se hace tanta bulla con los temas del cambio
climático y la destrucción de la capa de ozono?

La acumulación de contaminantes en la atmósfera genera problemas am-


bientales de distinto carácter en cuanto a su alcance. En algunos casos los efectos
contaminantes afectan el equilibrio general del planeta y se hacen sentir en zonas
alejadas de los focos de emisión. Entre estos problemas encontramos el llamado efec-
to invernadero que ocasiona el calentamiento global y la disminución de la capa de
ozono. En el primer caso cabe señalar que el dióxido de carbono, el metano y otros
gases que están en la atmósfera, permiten el paso de los rayos solares, pero impiden
que la mayor parte del calor de la Tierra escape hacia el espacio; esto es lo que se
conoce como Efecto Invernadero Natural. Gracias a este efecto, el planeta mantiene
una temperatura que lo hace no demasiado frío y habitable para los humanos. No
obstante, el efecto invernadero se incrementa como consecuencia de cierto tipo de
contaminación de origen humano. El calentamiento global ya está siendo percibido
a través del aumento en la frecuencia y la intensidad de fenómenos como grandes
incendios, sequías, lluvias extremas, inundaciones y huracanes. El cambio climático
que se está originando no se limita a un aumento de la temperatura. Se espera que
perturbe en gran escala al ambiente con cambios drásticos en el ciclo de las lluvias y
las nevadas, los vientos y las corrientes marinas, los niveles de evaporación, el flujo

Página 34 ECOSOCIALISMO
EL AIRE EN EL BARRIO

de agua en ríos y lagos, entre otros aspectos. Con relación a esto algunos estudios
predicen un derretimiento progresivo de gran parte de los casquetes polares y un
aumento significativo en el nivel del mar que afectará gravemente a islas y zonas coste-
ras. Estimaciones actuales establecen que como los gases del efecto invernadero per-
manecen en el aire durante mucho tiempo y los océanos almacenan una gran cantidad
de calor, el calentamiento global seguirá y permanecerá irreversible durante cientos
de años, incluso si se detiene la contaminación que lo origina. En lo que respecta al
segundo caso se parte de una situación en la que la capa de ozono, que se encuentra
en la atmósfera terrestre, actúa como un escudo protector impidiendo que los rayos
ultravioleta produzcan daños mortales a gran cantidad de seres vivos, incluidos los
humanos. Ciertos compuestos como los clorofluorocarbonos presentes en sistemas
de refrigeración, bombas de spray como desodorantes, lacas, ambientadores y aeroso-
les en general, contaminan el aire provocando la disminución paulatina de la capa de
ozono. La disminución de la capa de ozono ha incidido en el incremento del cáncer
de la piel y ciertas enfermedades oculares en diversas regiones del mundo. Igualmente
está afectando la fauna marina. Algunas predicciones estiman que de no detenerse la
tendencia la humanidad pudiera enfrentar un colapso ecológico antes de un siglo.

Si bien las ciudades y los barrios no escapan a los efectos de la contamina-


ción con consecuencias planetarias, se genera una contaminación atmosférica con un
carácter local, es decir que sus efectos ligados impactan en las cercanías del foco emi-
sor. En esta categoría ubicamos problemas como el smog y la lluvia ácida. El smog es
un tipo de niebla o nube gris que se extiende en el aire de muchas ciudades o en vastos
sectores de ellas; en su formación se combinan gases como el monóxido de carbono,
emitidos por los vehículos automotores, el óxido de azufre, que sale por las chimeneas
de fábricas y otras instalaciones industriales, partículas de polvo y carbón, humo pro-
veniente de la quema de basurales e incendios forestales, entre otros contaminantes.
La lluvia ácida consiste en precipitaciones lluviosas, de nieve o granizo que contienen

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 35


EL AIRE EN EL BARRIO

altas concentraciones de ácido sulfúrico y ácido nítrico la cuales afectan a los cuerpos
de agua, los suelos, las plantas, los animales y las edificaciones e infraestructura. La
lluvia ácida es producto de la combinación del dióxido de azufre (emitido por refi-
nerías, fábricas y fundiciones) y los óxidos de nitrógeno (expulsados por motores de
gasolina, plantas térmicas, etc.) con el agua condensada en la atmósfera.

El deterioro de la calidad del aire en la zona urbana de Caracas, al igual


que en la mayoría de las grandes urbes del mundo, representa un serio problema
ambiental para la población. Dados los altos niveles de congestionamiento de tránsito
provocado por un modelo de desarrollo que necesita vender un supuesto confort,
el elevado índice de densidad poblacional y la actividad industrial que caracterizan a
Caracas, es de esperarse que la calidad del aire esté afectando significativamente a la
población. Al igual que otras ciudades poco planificadas y con alta saturación urbana,
el aire de Caracas puede estar afectando la salud de un número elevado de personas,
especialmente aquellos más vulnerables a las altas concentraciones de partículas en
suspensión, plomo, monóxido de carbono, dióxido de sulfuro, óxidos de nitrógeno, y
ozono. Se cree que la mayor parte de la contaminación atmosférica en Caracas provie-
ne de las emisiones de gases hechas por automóviles, autobuses y camiones.

El origen local de las emisiones de contaminantes en el aire del barrio, está


más directamente relacionado con determinadas actividades humanas que con los
fenómenos naturales, en particular con los procesos de combustión derivados de las
industrias y de los automóviles y su desplazamiento por la malla vial; encontramos así
varios gases, hollín y partículas producto de elementos como azufre, característico del
diesel; benceno, presente en procesos industriales y de combustión. Todas estas sus-
tancias son potenciales cancerígenos, pero también hay contaminación del aire causa-
da por el gas metano que se desprende de vertederos de basura, monóxido de carbono
generado en aparatos de combustión, polvo que se origina en el consumo de ciertos

Página 36 ECOSOCIALISMO
EL AIRE EN EL BARRIO

materiales de construcción, partículas de plomo presentes en superficies cubiertas con


pinturas de origen industrial, sustancias tóxicas emanadas por productos de limpieza
y muebles del hogar. A la contaminación atmosférica local también contribuyen las
emanaciones provenientes de aguas negras y estancadas, el humo y las partículas des-
prendidas en la quema de basurales, los incendios forestales, las emanaciones, vapores
y olores nauseabundos que provienen de vertidos de desechos y sustancias tóxicas
producidas en talleres y ferreterías (disolventes, barnices, pinturas), abastos, locales
comerciales e instalaciones industriales, plaguicidas y otros agrotóxicos utilizados en
zonas de cultivo ubicadas en la periferia. Las poblaciones que padecen más los efectos
de esta contaminación son las que están cercanas a zonas industriales y a vertederos
de basura, espacios alejados de la ciudad donde crecen los barrios.

¿Qué pueden hacer los ciudadanos y ciudadanas que


hacen vida en el barrio para mejorar la calidad
del aire presente en su comunidad?

Es verdad que, tal y como ocurre con los problemas ambientales aso-
ciados al uso del agua, los problemas ambientales que involucran al aire en el barrio
son complejos y se relacionan con causas profundas que atañen al conjunto de la
sociedad, sus estilos de vida predominantes, sus ideas, valores, interacciones ecoso-
ciales, condiciones socioeconómicas y relaciones de poder. Pero también es cierto
que la problematización sobre las situaciones cotidianas y elementales relativas a la
presencia del aire en al barrio, y las acciones locales para transformarlas en procura de
una atmósfera limpia y sana, conforman una firme base para avanzar en la mejora y
transformación ecosocial del conjunto de la ciudad y la sociedad.

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 37


EL AIRE EN EL BARRIO

La participación organizada y consciente de la comunidad del barrio en la


búsqueda de soluciones a la contaminación del aire, debe insertarse en una amplia
estrategia de cogestión y acompañamiento a técnicos y servidores públicos con el
objeto de realizar monitoreos a las fuentes de emisión, crear normativas coherentes
para regular la calidad del aire y poner en práctica sistemas de regulación y control
de emisiones. Mediante metodologías participativas se puede y se debe determinar
el impacto ecológico, geográfico y poblacional de los contaminantes en función de
las características del área geográfica, el régimen de vientos, las trayectorias de masas
de aire, la temperatura y la influencia de quemas agrícolas o emisiones de aerosoles
o gases. La formación ambiental crítica también tiene su lugar en el contexto de esta
estrategia informando, motivando, formando a los ciudadanos y ciudadanas y sus
grupos de asociación comunitaria y política.

En el barrio debemos debatir, proponer y actuar para desmontar un mo-


delo de desarrollo que promueve la producción automotriz, paralelamente lograr
que en toda la ciudad se substituyan progresivamente las formas de transporte más
contaminantes (aquellas que usan motores basados en la combustión de diesel y ga-
solina). En el mismo sentido se integra la tarea de promoción del transporte público
sustentable y multimodal como alternativa al uso del automóvil individual o el uso
de vehículos sub-ocupados, la aplicación de programas cogestionados de inspección
y certificación para vehículos y programas para aliviar la congestión del tráfico auto-
motor. También podemos luchar para que se implanten en el barrio y en la ciudad
horarios escalonados de las actividades económicas y laborales, a fin de mejorar la
circulación, se amplíen y se creen vías seguras y limpias de circulación peatonal y
se promocione la bicicleta como un vehículo ecológica y socialmente apropiado,
creando ciclo vías, talleres y otras infraestructuras necesarias.

Página 38 ECOSOCIALISMO
DESECHOS SÓLIDOS EN EL BARRIO

¿Basura o desechos sólidos?

Los desechos sólidos, generalmente son denominados por las personas


como basura, pero son un conjunto de materiales sólidos de origen orgánico e inor-
gánico (putrescible o no) que no tienen utilidad práctica inmediata para la actividad
que los produce, siendo procedentes de las actividades domésticas, comerciales, in-
dustriales y de todo tipo que se producen en una comunidad, con la sola excepción
de las excretas humanas. También suelen considerarse como basura objetos y aparatos
electrodomésticos de los que nos deshacemos porque dejaron de prestarnos utilidad,
tales como: colchones, lavadoras, licuadoras y mucho más que, de hecho, podrían ser
reutilizados en forma total o parcial.

La producción de desechos sólidos, sus volúmenes, composición y pro-


blemas ambientales asociados, está determinada por los patrones de producción y
consumo propios del estilo de vida de la sociedad capitalista y a partir de ella, los
modos de vida que se le imponen a sus poblaciones. En este sentido cabe decir que
la composición y cantidad de residuos depende de la estructura socio-espacial y la
cultura de cada población. No producen la misma cantidad de residuos orgánicos las
clases con mayor poder adquisitivo, dotadas con todos los servicios municipales,
que las clases media y baja ubicadas en zonas urbanas más alejadas o periurbanas con
deficiencias; es decir, la ideología consumistas funciona igual para ambas clases socia-
les, con la diferencia que las clases desposeídas al ser mayorías poblacionales, no se les
ofrece el servicio acorde con la demanda que la misma forma social aúpa a través de la
promoción del consumo como forma de vida; luego, se le exige la responsabilidad de
procesar los residuos sólidos al Estado, sin ninguna interpelación política al problema
del consumismo y a la responsabilidad que sobre este problema tienen las industrias
productoras y los empaques que utilizan para presentar sus mercancías.

El manejo de los desechos sólidos se resume a un ciclo que comienza con


su generación y acumulación temporal, continuando con su recolección, transporte y

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 39


DESECHOS SÓLIDOS EN EL BARRIO

transferencia y termina con la acumulación final. Es a partir de esta acumulación


cuando comienzan los verdaderos problemas ecológicos, ya que los basureros se
convierten en focos permanentes de contaminación. La disposición final inade-
cuada de los desechos sólidos y en general su mal manejo degradan la calidad
natural del ambiente. Una de las consecuencias más dañinas de esta situación es
la generación de lixiviados que son líquidos de color oscuro y olor muy penetran-
te, resultado de la degradación de materia orgánica, que se filtran a través de los
desechos sólidos u otros medios presentes extrayendo o disolviendo materiales.
Los lixiviados arrastran una gran cantidad de sustancias nocivas para la salud
humana y los ecosistemas. En los lixiviados se pueden encontrar hasta centena-
res de compuestos diferentes, algunos de ellos tóxicos y hasta cancerígenos. La
humedad de los residuos y la lluvia son los dos factores principales que aceleran
la generación de lixiviados. Si no se controlan adecuadamente, los lixiviados pue-
den contaminar los suelos y las aguas superficiales y subterráneas (acuíferos). La
contaminación de los suelos por lixiviados puede ser un proceso irreversible y
además tiene la propiedad de facilitar la introducción de tóxicos en la ca-
dena alimentaria. Como se trata de un proceso contaminante que se
produce de manera lenta, en muchos casos sus efectos no suelen
percibirse sino hasta varios años después. La acumulación
de desechos sólidos en lugares no aptos acarrea también
problemas paisajísticos y de riesgo, produciendo un
deterioro visual que además de tener en algunos
casos asociado un importante riesgo ambiental,
puede también producir accidentes, tales como
explosiones o derrumbes como consecuen-
cia de las emanaciones de gases que allí se
generan.

Página 40 EL AIRE, LA BASURA, EL AGUA Y EL AMBIENTE DE MI BARRIO


DESECHOS SÓLIDOS EN EL BARRIO
¿Qué ocurre con los desechos
sólidos en el barrio?

La acumulación inadecuada de desechos sólidos es uno de los principales


problemas ambientales de los barrios caraqueños. En nuestros barrios los basureros
y microbasureros son causa común de problemas ambientales que afectan el suelo, el
agua y el aire. Cuando se ubican en área verdes la capa vegetal originaria de la zona
desaparece, hay una erosión del suelo, contamina a la atmósfera con materiales inertes
y microorganismos. Con el tiempo, alguna parte de ellos se van descomponiendo
y dan lugar a nuevos componentes químicos que provocarán la contaminación del
medio, que provocarán que el suelo pierda muchas de sus propiedades originales. Los
barrios suelen disponer de distintos predios para el vertido de desechos sólidos en
botaderos informales a cielo abierto, exponiendo el área a situaciones de alto riesgo
sanitario.

En las zonas pavimentadas de los barrios la recolección de desechos só-


lidos es generalmente menos frecuente que la que se lleva a cabo en el resto de la
ciudad, producto de la misma práctica exclusiva y desigual, tal como ocurre con el
agua y los servicios públicos en general. En los barrios residenciales de alta densidad,
especialmente los construidos por programas oficiales, con dificultades de acceso, la
disposición se realiza en contenedores comunitarios, de donde se retira periódica-
mente la basura. También se utilizan contenedores en lugares preestablecidos como
escuelas, mercados, clínicas, ambulatorios y hospitales. Cabe aclarar que éstos últimos
reciben una recolección especial. La mayoría de las alcaldías no dan respuesta para una
efectiva recolección de los residuos sólidos y además encaran el problema con progra-
mas de reciclaje recayendo la responsabilidad en las personas que habitan los barrios,
sin cuestionar los modos consumistas y generar organización para la lucha contra la
industria y el comercio a fin que asuman su responsabilidad en el problema.

Podemos generar algunas acciones inmediatas a la par de la formación pro-


blematizadora acerca de la basura.

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 41


DESECHOS SÓLIDOS EN EL BARRIO

EJERCICIOS:

1. Pregunta para discutir y responder en grupo: ¿cuándo y cómo se con-


virtió la basura en un problema comunitario para nuestro barrio?

2. Hacer un mapeo participativo de los sitios donde se ubican botaderos


de basura en el barrio.

3. Tomar una muestra de desechos sólidos de un vertedero en un cubo


o pipote y analizar su composición atendiendo al tipo de producto o material, su
origen, las necesidades reales o aparentes para las que el producto u objeto fue
producido. Repetir el mismo ejercicio con una muestra recolectada en otro sector
del barrio y comparar con la anterior.

Para abordar este problema se han utilizado diversas alternativas en nuestro


país y en el mundo en general. En algunos casos se opta por la incineración o quema
de basura, pero ésta modalidad tiene el grave inconveniente de que genera humo y
múltiples gases tóxicos. Otro método de uso frecuente es el desarrollo de rellenos sa-
nitarios o enterramiento de la basura. Esta última opción, tiende a ser muy utilizada en
la actualidad, pero en muchos casos es confundida con un enterramiento indiscrimi-
nado de desechos que ocasiona combinaciones poco felices de gases, insectos y olores
que son perjudiciales para la salud. Para contribuir de manera efectiva el relleno debe
incorporar el tratamiento adecuado y la separación de desechos.

Frente a las limitaciones de ambos sistemas, se plantea el manejo integral


de los desechos sólidos que, además de la separación, considera como punto fuerte la
minimización o reducción de residuos en su origen, el reciclaje y la reutilización de
los “desechos” que generamos, revirtiendo el criterio economicista, muy propio del
capitalismo contemporáneo de producir para una vida útil que maximice la ganancia

Página 42 EL AIRE, LA BASURA, EL AGUA Y EL AMBIENTE DE MI BARRIO


DESECHOS SÓLIDOS EN EL BARRIO

del productor en función de una vida útil corta y un rápido descarte y reposición del
producto. Veamos a continuación que significa cada uno de éstos términos:

Reducción: muchas veces adquirimos cosas que no son necesarias sólo


por el afán de comprar o porque no estamos bien informados acerca de su utilidad
real. No pensamos que para su fabricación se debe consumir mucha agua, combus-
tible y materiales que al ser extraídos o procesados en grandes proporciones afectan
negativamente a los ecosistemas. Esto quiere decir que hay que evitar que se genere la
basura comprando más sabiamente y utilizando los productos de la manera correcta.
¿Cómo? Comprando siempre productos con menor cantidad de envases y envolto-
rios, evitando comprar cosas que en la práctica no satisfacen ninguna necesidad real
o que contengan sustancias peligrosas y, si son muy necesarias, asegurarse de tener
lo justo y no más que eso, procurando no desperdiciar y no comprando productos
desechables.

Reutilizar: Se trata de usar los productos y materiales que aún pueden


servir a un grado máximo y con un mínimo impacto sobre el ambiente, en lugar de
desecharlos, dándoles nuevos usos. Por ejemplo, se pueden utilizar botellas de vidrio y
latas para almacenar agua, aceite, alimentos y combustible. Cabe preguntarse ¿por qué
destruir algo que nos ha costado tanto trabajo hacer?, ¿por qué tirar algo que todavía
sirve?

Reciclar: cuando no se puede reducir el consumo de algún producto o


material entonces podemos proceder con el reciclaje. Al reciclar se transforman los
materiales de desecho para crear nuevos productos reduciendo en forma significativa
el consumo de materias primas. Por ejemplo, podemos aprovechar la madera de mue-
bles viejos que no admiten reparación para fabricar juguetes. El proceso de reciclaje
se facilita con la recolección selectiva de los desechos. En Caracas, como en toda

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DESECHOS SÓLIDOS EN EL BARRIO

Venezuela, el reciclaje aún es incipiente y en la actualidad un porcentaje menor de los


residuos son incorporados a este proceso.

EJERCICIO: realizar un socio-drama (representación teatral improvi-


sada) en torno a los problemas ambientales causados por los desechos sólidos
que se disponen de manera inadecuada en el barrio; para el ejercicio podemos
identificar varios personajes que representan a los diferentes actores que intervie-
nen cuando el conflicto se hace público (comunidad, autoridades, empresarios,
técnicos, etc.). Los personajes coinciden en una escena que representa un cabildo
público. El socio-drama puede durar entre 15 y 20 minutos (de acuerdo al caso
tratado y la motivación de los participantes). Al final conversar y debatir con los
espectadores a fin de generar un proceso de reflexión.

La comunidad del barrio, sus vecinos y vecinas, Consejos Comunales y


organizaciones sociales, pueden desplegar una participación activa en el acompaña-
miento y control de los procesos de generación, almacenamiento, recolección, trans-
porte, procesamiento y disposición final de residuos sólidos. Ello supone involucrarse
directamente desde el poder popular local en la formulación y puesta en práctica de
un conjunto de planes, normas y acciones diseñadas para lograr que todos sus compo-
nentes sean tratados de acuerdo a procedimientos, tecnologías y formas organizativas
social y ecológicamente apropiadas, empleando como criterios básicos reducción de
residuos en su origen, el reciclaje y la reutilización de los desechos. Esto incluye la
formación eco-política como parte indispensable y base para las acciones, es necesario
detenerse a reflexionar sobre el origen de nuestras necesidades y los intentos que
hacemos para satisfacerlas a través del consumo. Los patrones impuestos que nos
muestran los medios de comunicación y la subsistencia de la industria que vive de la

Página 44 EL AIRE, LA BASURA, EL AGUA Y EL AMBIENTE DE MI BARRIO


una opción de vida

El consumismo
producción de materiales fabricados con la intención que sean desechos a muy corto
plazo y sean reemplazados por nuevos.

El análisis de las consecuencias ecosociales de la contaminación del agua


y el aire y la acumulación de desechos sólidos en el barrio y la ciudad, así como de
las alternativas para su solución, queda en gran medida incompleto si no se aborda
políticamente el tema del consumo y la idea de bienestar a la que éste responde en el
capitalismo.

El tipo de vida social que se desarrolla en este sistema es orientado por una
noción de bienestar que implica la extracción y explotación infinita de la naturaleza
y sus recursos con el propósito de alcanzar un crecimiento económico constante. La
explotación de los recursos naturales implica la devastación social y cultural de comu-
nidades y pueblos enteros. Las exigencias de crecimiento económico y de desarrollo
deben pasar por encima de (y, si hace falta, destruir) cualquier “problema” social,
ético y político que puedan eventualmente confrontarlas. Si no, el ritmo de lucro
decae, se detiene el crecimiento y pierde todo sentido. Acumular riqueza y bienes, es
de esta forma sinónimo de “bienestar”. En consecuencia, el consumo es un factor
clave, un elemento vital en el sistema capitalista, es el resultado de la misma realidad
del capitalismo en la cual los trabajadores y las trabajadoras pierden el control de lo
que producen y, en consecuencia, deben buscar obtenerlo mediante los intercambios
monetarios. En otras sociedades y otros momentos se ha producido lo necesario para
consumir sin necesidad de buscarlo aparte, pero ahora y en el capitalismo, cuando la
mayoría de las personas ni siquiera producimos nuestros alimentos, estamos some-
tidos a los ciclos del mercado para conseguir lo necesario para sustentarnos. El con-
sumo reproduce continuamente la existencia de la propiedad privada monopolizada
por una minoría. Esto ocurre porque son precisamente quienes poseen los medios de
producción los grandes beneficiarios del consumo, quienes se encargan de vender la

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 45


una opción de vida

mercancía y apropiarse de la ganancia. Aquellos y aquellas que sólo se benefician del


salario se mantienen dependiendo de lo que pueden comprar.

El incremento en gran escala del consumo ha propiciado que se pueda


hablar de consumismo, que es una forma de pensar según la cual el sentido de la vida
consiste en comprar objetos o servicios. Esta forma de pensar se ha convertido en la
base ideológica del capitalismo que emplea mecanismos como la moda y la publicidad
para reforzarla y reproducirla continuamente. La publicidad utiliza con frecuencia téc-
nicas de manipulación de conciencia con el fin de crear una dependencia consumista
en las personas. Por su parte, la moda identifica externamente, con la apariencia, la
pertenencia a una determinada clase o sector social; es por ello que constantemente
se conforman grupos de personas que buscan “simular” esa pertenencia, aunque su
realidad social se corresponda con la de sectores considerados como inferiores por las
clases privilegiadas y los grupos dominantes. La moda también homogeneíza, es decir
que impone el uso de ropajes, hábitos o códigos que tienden a disimular la identidad
individual o grupal en el marco de un comportamiento o una apariencia artificial. Con
la publicidad y la moda, el consumo en la sociedad capitalista aparece ante los ojos de
la gente que no está adecuadamente informada como una especie de espejismo. Esto
permite que las decisiones que deben tomarse a la hora de adquirir un producto estén
condicionadas por criterios referidos a qué tan de moda está, cuán recordado es el
eslogan de su promoción o qué tan identificada se quiere sentir la persona con quienes
hacen la propaganda. De esta forma se le da menos importancia o se ignora por com-
pleto el conocimiento de diferentes dimensiones, efectos y circunstancias relativas al
producto tales como las relaciones y formas de producción que le dieron origen, su
uso y utilidad real, así como sus consecuencias en materia de salubridad e impacto
ecológico. La demostración más clara de esa manipulación para impulsar el consumo
la podemos ver en el papel que cumple la industria de la televisión como herramienta
de mercadeo. Los televidentes están sometidos de manera permanente a una cadena

Página 46 ECOSOCIALISMO
una opción de vida

interminable de comerciales con los cuales se financia el negocio televisivo y se captu-


ra al tele-vidente, incitándolo al consumo. La televisión no solo nos construye deseos
y necesidades a satisfacer, sino que nos impone una manera de cómo debe de lucir
aquello que debemos consumir para satisfacer las necesidades: formas, colores, olores,
texturas, que definen lo que es bello, atractivo y “práctico” en lo que compramos.

De esta manera se induce un consumo que no se limita a lo esencial para


vivir (alimentación, educación, habitación, vestido, comunicación, etc.), sino que en
lo fundamental se extiende a objetos y mercancías superfluas, innecesarias, muchas de
ellas desechables, que con frecuencia son consumidas a costa de una disminución en
el consumo de lo que realmente se necesita. El consumismo puede y debe entenderse
como una ideología imprescindible para la supervivencia y reproducción del orden
estructural del capitalismo global de nuestros días. El consumismo, en tanto que me-
canismo de dependencia de una persona con respecto a la necesidad de adquirir bie-
nes y servicios, provoca insatisfacción al no colmarse nunca el deseo de poseer. Dado
que es imposible acumular todo aquello que se desea, el consumista se siente siempre
insatisfecho y ansioso. En la práctica el consumista se convierte en enfermo, en una
persona impulsiva que no puede dejar de comprar, lo que genera serias perturbaciones
en su comportamiento social y en su relación con el entorno natural. Como práctica,
que ideológicamente se presenta como “libre”, el consumismo sólo es posible entre
quienes disponen del capital para ello. Para la mayoría de la población es únicamente
una ilusión, una esperanza de poder contar algún día con los medios necesarios para
alcanzarlo, mientras continúan trabajando sin obtener a cambio lo que merecen por
su esfuerzo físico que a su vez genera una disposición mental o permanecen en un
estado de exclusión social.

A mediados del siglo XX el complejo industrial-militar-financiero


del imperialismo estadounidense inició un vigoroso proceso de expansión en

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 47


una opción de vida

todo el mundo. Para garantizar una demanda permanente de los productos


que vienen produciendo a un ritmo creciente, las grandes corporaciones mul-
tinacionales, situadas a la vanguardia de este proceso, han utilizado desde
entonces esa ideología como un instrumento destinado a insertar el consu-
mismo en la mente y la cultura de millones de seres humanos y, al mismo
tiempo, facilitar la aceptación del capitalismo como un orden normal y natu-
ral. La ideología consumista promueve como modelo a imitar el estilo de vida
derrochadora, contaminante y anti-ecológica que predomina en los Estados
Unidos: el “sueño americano”, la casa equipada, el carro, el perro, los viajes y
el cuerpo esbelto y distinguidamente vestido.

Últimamente se habla mucho de cómo producir de modo más limpio, cómo


tratar los efluentes tóxicos, cómo gestionar los residuos sólidos urbanos, de eficiencia
energética, certificaciones ambientales y “productos verdes”, olvidando hablar del
consumo y, por lo tanto, de la producción. ¿A qué obedece este aparente olvido?
Desde los sectores hegemónicos del poder, las grandes empresas multinacionales y
el pensamiento capitalista en general, la respuesta es obvia: es el consumismo y el
funcionamiento del mercado lo que sostiene los privilegios de los más adinerados.
La mayoría de los gobiernos se alían a este enfoque, sea porque son avasallados por
dicho poder multinacional o porque participan de la creencia según la cual a mayor
producción-consumo y mayor poderío económico de sus países y territorios admi-
nistrados, tendrán mayor “desarrollo” y mayor poderío tanto nacional como perso-
nal. También por la creencia -bien promovida e instalada- de que una reducción del
consumo y de la producción traerá inevitablemente un desastre económico, mayor
desempleo y pobreza. Este discurso busca instaurar una idea de bienestar que sólo se
centra en las posesiones materiales, pero además omiten el hecho de que los procesos
naturales tienen ciertos límites que cuando se violentan acarrean serias consecuencias
ambientales, de que la naturaleza no es un almacén del cual se pueden extraer recursos

Página 48 ECOSOCIALISMO
una opción de vida

de manera ilimitada. Si todos los habitantes del planeta consumieran al mismo ritmo
de los ricos, la Tierra quedaría agotada en poco tiempo.

En la Venezuela actual una gran parte de la población orienta los


valores de su vida de acuerdo a los principios consumistas que promueven
el tener en vez del ser. Se trata de grupos sociales e individuos que buscan
la aceptación y el ascenso social a través de los dictámenes de la moda y el
estilo de vida impuesto por los medios de difusión masiva de información y
el aparato publicitario. En nuestro modelo social dominante la valoración de
las personas se expresa en gran medida en su capacidad de consumo y en
la ostentación que hacen de ese consumo ante los demás. Sin embargo, ese
fenómeno no ocurre única y exclusivamente entre las clases y sectores sociales
de mayores ingresos, por el contrario, se nota con mucha fuerza en las clases
menos favorecidas, principalmente en los sectores populares urbanos. En par-
ticular, la población joven de estos sectores es altamente vulnerable a la ideologización
a través del mensaje consumista. Es así como en nuestros barrios es común encon-
trar jóvenes de ambos sexos haciendo gala de costosos teléfonos celulares, zapatos y
prendas de vestir de marca, adquiridos en lujosos centros comerciales, que contrastan
con las severas limitaciones económicas a las que están sometidos y sometidas
diariamente.

Desde esta perspectiva resulta claro que la problemática ambiental de los


desechos sólidos, al igual que la del agua y el aire exige una crítica radical al capitalismo
que incluya la problematización del consumismo como práctica social que niega al ser
humano. Esto debe ser así tanto para los sectores actualmente dominantes, que en
su afán de lucro y poder procuran centralizar cada vez más los recursos económicos,
como desde el punto de vista de la sociedad en general, que debe progresivamente
abandonar el anhelo de “ser alguien” a través de objetos y mercancías y tener el

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 49


una opción de vida

referente de una vida verdaderamente digna y humana, que parte de conocer otra
forma de producir nuestros recursos. Ciertamente las consecuencias ecosociales
negativas del capitalismo no se limitan al consumo, sino que abarcan también la
propiedad monopolizada, la privatización de los medios de producción colec-
tiva, la explotación de la mano de obra, la monopolización de los productos y
el afán de dominio, entre otras. Pero desde el lugar en el que los ciudadanos y
ciudadanas son también consumidores y consumidoras, se pueden abrir caminos
que contribuyan a la deconstrucción de la ideología capitalista constituyendo
colectivos de consumo solidario, consciente y transformador, rescatando el
trueque, inventando nuevas formas de adquisición de productos que permitan
hacer de las necesidades básicas una condición de igualdad entre productores y
consumidores, construyendo diálogos e intercambios para reconocernos como
seres humanos y relacionarnos como sujetos políticos desde principios de justi-
cia social.

El verdadero bienestar no lo es tal si no está genera-


lizado para toda la sociedad y se interpreta desde el respeto
al futuro bienestar de las generaciones que nos seguirán.
Pero para complementar este principio deberíamos quizás
aprender de otras sociedades y culturas buscando rein-
ventar nuestra propia sociedad, nuestro sentido de la
vida en la misma. Para muchos pueblos indígenas del
continente americano el secreto radica en el “buen vi-
vir”, una noción fundamental de la vida cotidiana que no
tiene cabida en el marco del capitalismo y que plantea que
la vida humana no tiene sentido si su existencia no está en
armonía con las necesidades (y posibilidades, también) de
la Tierra y su sistema.

Página 50 ECOSOCIALISMO
una opción de vida

EJERCICIO: discutir en grupos las siguientes preguntas con el fin de


elaborar respuestas en común.

- ¿Para superar la ilusión de estar eligiendo por el hecho de que se nos


ofrecen productos aparentemente diferentes a escoger, es suficiente con tener la
información completa sobre los precios?

- ¿Cómo podemos desarrollar entre los habitantes del barrio un espíritu


crítico con respecto a las demandas consumistas de esta sociedad y sus efectos
ecosociales?

- ¿Cómo podemos educarnos y organizarnos para ejercer responsable-


mente el consumo?

La alternativa del Ecosocialismo

Aunque el pensamiento único nos quiere hacer creer que no existen al-
ternativas viables al sistema de dominación que somete a hombres, mujeres, anima-
les, plantas y gran parte del resto de los seres vivos que habitan en nuestro mundo,
existe una gran variedad de posibilidades alternas, dentro de las cuales se destaca el
ecosocialismo.

En nuestro medio urbano los barrios populares son construcciones que


sustentan la base de poder de los sectores dominados y subalternos, son espacios
de resistencia y respuesta crítica a la dominación, desde donde se asumen y validan
formas de pensar y modos de vida. En ellos se conforma el poder que se ejerce
en la vida cotidiana. En ese sentido el barrio es un ámbito desde donde se puede

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 51


una opción de vida

empezar a reinventar la ciudad, la sociedad y el mundo en el cual vivimos, comenzan-


do con un conocimiento y reconocimiento colectivo de la profunda crisis ecológica
(parte a su vez de una crisis múltiple que confronta la humanidad en la actualidad)
y que amenaza con destruir nuestra especie y el sistema general de la vida en este
planeta. Para la promoción de las transformaciones radicales que esta tarea exige, es
fundamental la concurrencia de los emergentes y cada vez más potentes procesos de
participación popular, la construcción de ciudadanía plena, ayudados por las contra-
dicciones internas del modelo capitalista hegemónico, que lo van llevando cada vez
más aceleradamente a toparse con sus propios y dramáticos límites. La convergencia
de pensamiento y acciones orientadas por el propósito de fortalecer la defensa de los
intereses populares y la vida expresada en el patrimonio ecosocial del barrio, debe
insertarse en un proyecto emancipador de mayor alcance, que busque configurar una
nueva civilización, un conjunto de sociedades humanas de cooperación y paz, de res-
peto a la diversidad, de armonía ambiental, libre de explotación y dominio. Se trata de
un proyecto ecosocialista capaz de reconstruir nuestras relaciones con la naturaleza de
una manera auténtica, marcadamente diferenciado de las ecologías postizas, ecologías
de la exclusión, la violencia y la segregación que los tecnócratas, la burocracia y el
consumismo pretenden imponer como supuesta salida a la crisis ecológica. En este
sentido, debe denunciar y distanciarse de los planteamientos de cierto reformismo
“verde” que propone impulsar un capitalismo supuestamente ecológico. Por el con-
trario, debe partir de una denuncia clara del capitalismo, en su lógica misma y en sus
aspectos concretos en nuestra sociedad y en cada sociedad. El proyecto ecosocialista
puede re-legitimarse y reformularse en la medida en que se vincule con todas las
luchas llevadas a cabo en contra de las agresiones y amenazas del capitalismo a la
sociedad y la vida. Sin embargo, debe complementar e ir más allá de las luchas por las
reivindicaciones sociales construidas en torno a los temas del trabajo, la propiedad, la
miseria, las desigualdades y la redistribución de la riqueza, incorporando la dimensión

Página 52 ECOSOCIALISMO
una opción de vida

ecológica, los límites físicos y biológicos del dominio capitalista, reconociendo que la
crisis ambiental y el deterioro social están profundamente interrelacionados y deben
ser vistos como manifestaciones distintas del mismo sistema.

El ecosocialismo del cual hablamos supone configurar una nueva visión


del mundo basada en el reconocimiento del valor intrínseco de cada componente
de la Naturaleza, así como la interdependencia y las interacciones que existen entre
todos los seres vivos. En esta cosmovisión, inspirada en la sensibilidad ecológica de
nuestros pueblos indígenas, el planeta, la biosfera y la Tierra Madre son consideradas
una totalidad viviente en la que cada ser es parte integrante de ese todo. Pero esto no
implica caer en la comparación simple de plantas, animales y seres humanos ni entre
los ecosistemas de plantas y animales con las comunidades humanas. Ninguno de
ellos es equivalente con los demás. No es en lo particular de la diferenciación que las
comunidades de plantas y animales están ecológicamente unidas con las comunidades
humanas, sino más bien en su lógica de diferenciación. Totalidad es, de hecho, integri-
dad. La estabilidad dinámica del todo deriva de un nivel visible de integridad tanto en
las comunidades humanas como en los ecosistemas. Para asumir esa visión debemos
reconectarnos con nuestras raíces ancestrales campesinas e indígenas, las cuales hacen
posible una comunión estrecha con la Tierra Madre y las diversas imágenes que po-
demos atribuirle. Esto requiere de una ruptura con la idea de una naturaleza agresiva
que tiene que ser dominada y controlada para podernos liberar y ser civilizados. Como
alternativa se nos ofrece la imagen de una naturaleza entendida como un conjunto de
comunidades que conforman un ámbito participativo de formas de vida interactivas,
cuyas características más resaltantes son la fecundidad, la creatividad, la espontaneidad,
la unidad en la diversidad y la ayuda mutua, marcadas por la complementariedad que
hace del mundo natural una base para una ética de la libertad en vez de la dominación.
Exige también una sensibilidad ecológica favorable a la cooperación con la naturaleza,

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 53


una opción de vida

sus ciclos y procesos, nuevas racionalidades y maneras de entender la complejidad de


lo natural y sus relaciones con lo social.

Teniendo en cuenta las tremendas dislocaciones con las que nos confronta-
mos en el capitalismo, el ecosocialismo necesita generar un cuerpo de conocimientos
más aprehensivo y visionario para resolver los grandes problemas, debe desarrollar un
análisis crítico sólido de nuestras relaciones con el mundo natural, debe estructurar
unas bases que hagan posible una aproximación reconstructiva a los serios problemas
que se originan en las aparentes “contradicciones” entre sociedad y naturaleza. Es
fundamental el rechazo de estos conocimientos y sus prácticas a la tendencia habitual
que tienen las ciencias tradicionales de fragmentar la realidad y sus fenómenos. El eco-
socialismo debe favorecer el diálogo de saberes a partir del cual podemos combinar,
relacionar y ver en su totalidad los fenómenos y sus aspectos, dejando espacio para la
fantasía y la imaginación, integrando la crítica con la reconstrucción, la teoría con la
práctica, la visión con la técnica.

El ecosocialismo propone vivir en una sociedad ecológica. Una sociedad


ecológica no es aquella en donde lo natural, las especies animales y vegetales, el mun-
do inorgánico, son más importantes que lo humano; en ella lo humano se entiende
como una parte específica de la naturaleza, como un elemento que puede provocar
su destrucción o auto-reproducción, que es capaz de criticar sus estilos de vida y
modificarlos. Una sociedad ecológica es una sociedad consciente de su lugar en el
mundo y las relaciones que establece con lo natural, es una sociedad reflexiva. Si en
la sociedad capitalista lo esencial es la acumulación y la reproducción del capital, en
una sociedad ecológica la conservación y la generación de ciclos naturales y sociales
que permitan la vida es lo que priva. Hablamos de sistemas de producción, distribu-
ción, consumo, organización, creatividad y discusión que superen el consumismo y la

Página 54 ECOSOCIALISMO
una opción de vida

mercantilización de todo lo que existe. La sociedad ecológica del ecosocialismo debe


ser clara y transparente, con mucho tiempo libre, con abundancia productiva y con
una gran solidaridad comunitaria hacia aquellos y aquellas que la necesiten, es una
sociedad que favorece el surgimiento de nuevas ideas, de experimentos sociales, que
no condiciona las mentalidades sino que las deja libres y las apoya en sus iniciativas y
que, en consecuencia, promueve la transformación social.

La propuesta de ecosocialismo implica además un modelo de sociedad ple-


namente identificado con la liberación en todos los espacios de la vida humana (en
las relaciones sociales de producción, en las relaciones de género, en las relaciones
interculturales, en el terreno ecológico, en la vida cotidiana, etc.). Debe insistir en la
liberación de todos los seres como fundamento y propósito. Al realizar tal objetivo,
lucha por superar todas las formas de dominación, incluyendo en especial las de gé-
nero, etnia y clase y también la ilusión de dominación sobre la naturaleza. En suma,
supone una sociedad ubicada en un plano de equilibrio ecológico dinámico imposible
en las condiciones actuales del planeta.

El ecosocialismo mantiene los propósitos emancipadores de las luchas his-


tóricas por el socialismo y critica tanto los objetivos reformistas de la socialdemocracia,
como las estructuras productivistas del socialismo burocrático. Con el ecosocialismo
la democracia participativa debe estar presente en todas las expresiones de la vida
social. Esto incluye el poder de decisión de las personas en la economía. Esta última
no debe promover un desarrollo que se proponga el dominio de la naturaleza, sino
que busca superar las limitaciones ideológicas, conceptuales y prácticas del economi-
cismo desarrollista. Para lograrlo aprovecha respetuosamente la diversidad biológica,
ecológica y paisajística de sus territorios; busca la autosuficiencia estableciendo una
mínima dependencia de insumos externos; integra múltiples prácticas productivas;
constituye formas asociativas y cooperativas de producción, distribución y consumo

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una opción de vida

para asegurar la equidad y la justicia económica. La economía del ecosocialismo pro-


cura mantener un equilibrio espacial, dirigido a garantizar una estabilidad del paisaje,
a través del manejo armónico de las diferentes unidades ecológicas y geográficas que
conforman el territorio comunitario y su integración en los procesos productivos.
También se propone alcanzar un equilibrio productivo adoptando una estrategia don-
de el valor de cambio (la producción volcada al mercado) se encuentre siempre bajo
el dominio de los intereses de la comunidad y sus familias. No se trata, por lo tanto,
de caer en el aislamiento ni tampoco en el círculo vicioso mercantil de la economía
capitalista. En este caso, la naturaleza, a través de los intercambios ecológicos que
garantizan la auto-subsistencia, actúa como una aliada. Como parte del camino hacia
un futuro alternativo al capitalismo, la economía del ecosocialismo debe ser capaz de
situar a los seres vivos (incluidos los humanos y sus culturas) en el centro de la activi-
dad económica y de entender el proceso económico como parte de un sistema abierto
que mantiene relaciones permanentes en un plano de igualdad con lo ecológico, lo
social, lo cultural y lo político.

El proyecto del ecosocialismo comparte la idea de que todas las culturas


participan de la vida social y espiritual de la humanidad. En consecuencia, propicia las
transformaciones que se originan a través de los intercambios y el enriquecimiento
sociocultural que opera entre los pueblos, se pronuncia y actúa a favor de la justicia so-
cial, la equidad y la libertad, oponiéndose a todas las fuerzas y tendencias que procuran
dominar mediante el pensamiento único, la uniformidad y la homogeneización. Con él
se promueve la justicia ambiental, develando el vínculo existente entre la desigualdad
social y la desigualdad ambiental que implica que poblaciones excluidas y segregadas
reciban una parte desproporcionada de los impactos ambientales generados por el
sistema capitalista. La reflexión sobre la discriminación clasista, racista y de género es
asumida por el ecosocialismo y su lucha por la justicia con la madre tierra como un

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una opción de vida

aspecto clave, planteando el derecho de todas y todos a un ambiente no contaminado


sano y equilibrado como un derecho humano fundamental.

El ecosocialismo se puede estructurar en el territorio tejiendo alianzas entre


las comunidades, integrando y complementando sus recursos y posibilidades en un
propósito común de respeto a la naturaleza. Bajo este esquema podemos integrar en
las comunidades la tierra, los centros productivos y de distribución, utilizando tecno-
logías que sean apropiadas desde los puntos de vista ecológico y social, consolidando
una arquitectura y un urbanismo que utilicen los materiales y los recursos locales y res-
pondan a las realidades ecológicas y culturales de cada comunidad, creando un trans-
porte que se organice en torno al uso colectivo y sustentable de vehículos y medios
de locomoción, aprovechando diversas fuentes de energía alternativa, promoviendo la
agroecología, reconociendo y recuperando la herencia ancestral de nuestros pueblos
indígenas y campesinos, practicando la ayuda mutua, la solidaridad y la reciprocidad
y, en síntesis, conformando una cultura que se construye generando nuevos conoci-
mientos sobre nuestra realidad, formándonos políticamente en una nueva concepción
del mundo verdaderamente humana, dialogando, debatiendo e interviniendo con una
actitud permanente de aprehender, asumiendo la construcción del ecosocialismo
como una tarea inédita.

En los barrios podemos comenzar a construir el orden ecosocialista con-


formando poco a poco comunidades ecológicas atractivas capaces de crecer integral-
mente y combinarse con otras comunidades hasta constituir sociedades ecológicas.
Como parte de una estrategia contra-hegemónica más amplia, este proceso puede
impulsarse con la constitución de ecoaldeas. Estas son comunidades en las que se
practican formas de democracia participativa y se vive en condiciones políticas que
constituyen lo ecológico. Esto implica una democracia participativa en la que no se
trata solamente de participar, sino de encontrar las soluciones más favorables para

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una opción de vida

todos y todas, lo que plantea la participación de cada persona en particular para una
nueva forma de producir nuestras vidas, desde lo humano y no desde la cosificación
y la mercancía.

Las ecoaldeas deben ofrecer muchos alicientes para ser una alternativa a
considerar. En primer lugar deben incorporar soluciones ecosociales al problema de
la vivienda como la bioconstrucción. Además, deben ofrecer alimentación orgánica,
soberana y saludable, medicina alternativa, posibilidades de una educación dialógica y
emancipadora, acceso al ocio creativo. La existencia de las ecoaldeas debe orientarse
a los derechos e intereses colectivos o comunitarios y reconociendo y conociendo las
particularidades de las familias/personas que forman la comunidad, es decir, articu-
lación entre los y las sujetos, sexos y generaciones mediante una adecuada alimenta-
ción, políticas de salud, educación, vivienda, información, formación y esparcimiento.
Estas iniciativas deben ser espacios abiertos a toda la comunidad del barrio y la ciu-
dad, tratando de difundir su mensaje pero siendo conscientes de que los proyectos
deben ser abiertos al intercambio y la complementación, capaces de revitalizar valores
que contradicen el paradigma social dominante: conciencia comunitaria frente al in-
dividualismo; democracia de base frente a la falsa democracia; uso adecuado de los
recursos naturales; acumulación colectiva, no individual, del capital.

EJERCICIO: se lleva a cabo una lluvia de ideas para poner en común


las opiniones y propuestas que cada participante tiene en relación con el ecosocia-
lismo y la manera de comenzar a construirlo en el barrio, la ciudad y el país.

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