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1. La luz y la vasija
La Cábala explica el origen de la vida de esta forma tan sencilla: al principio todo
era una luz infinita (causa u origen) cuyo máximo deseo era compartirse a si
misma, pero como la esencia de esta luz era dar , se necesitaba un contexto
receptor con el que poder compartir todas sus cualidades, así la luz creo la vasija
receptora (efecto o consecuencia).
Todas las almas somos fragmentos de esta gran vasija receptora.
El dar infinito es la cualidad de la luz y el recibir infinito es la cualidad de la vasija,
pero pronto la vasija empezó a sentirse infeliz porque carecía de la capacidad de
crear y de esta forma se sentía indigna por recibir sin ganarse por merito propio
aquello que estaba recibiendo, su pan era el de la vergüenza…
2. El pan de la vergüenza
Imagina que heredas de un familiar un gran negocio del que pasas a formar parte
como director, aunque en un principio te pueda invadir una gran alegría, esta
nunca podría ser comparable con la alegría de estar en ese puesto por merito
propio, cuando se nos regala algo en lo que no hemos puesto ningún esfuerzo o
implicación, la sensación última suele ser de no merecimiento.
Un ejemplo muy claro de esto son los niños de familias acomodadas que tienen de
todo pero que no son capaces de apreciar gran cosa.
3. La cortina
La tensión del pulso entre ganar y perder es lo que nos mantiene vivos y
evolucionando.
4. El adversario
A parte de la cortina, se creo la figura del adversario, que vendría a ser lo que
normalmente conocemos como ego.
Este adversario crea todas las condiciones necesarias para hacerte creer que no
eres el creador de tus circunstancias, desmantelar al «rival» es parte de tu
evolución.
5. Reactivo vs Proactivo
Cada vez que eres proactivo estas generando luz. Proactividad tiene que ver
con no ceder a tus impulsos primarios ya sean estos de acción o de inacción.
Por ejemplo si ante una pelea tengo unas ganas imperiosas de gritarle a alguien
en la cara y lo hago estoy siendo reactivo, si detengo ese impulso estoy siendo
proactivo.
6. El principio de la la CERTEZA
7. Nuestro tikún
Para descubrir nuestro tikún solo hace falta ver que es lo que mas nos molesta de
los demás, también podemos detectarle observando nuestros patrones limitantes
que nos mantienen paralizados en nuestra zona de confort.
Al inicio todas las almas solo eran receptivas y todo se nos dio de forma gratuita,
vivíamos en el paraíso, pero desde ahí nos impulsamos para ser los creadores de
nuestra propia satisfacción y en ese momento pasamos a parecernos a
DIOS… eso es una gran bendición.
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