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UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO

DEPARTAMENTO DE FITOTECNIA

BIOTECNOLOGÍA – MICROPROPAGACIÓN

PROYECTO DE INSTALACIÓN DE MORAS


(Morus insignis)

Profesora:

Mg Sc Lourdes, Tapia Y Figueroa

Integrantes:
● Swingle 20140069
● Dancey 20131118

2018
I. INTRODUCCIÓN
Morus insignis, el salvio lechoso, güillo, morera silvestre o mora de árbol es un árbol de la familia
de las moráceas que crece en los bosques húmedos en las montañas de Centroamérica y
Sudamérica, entre los 1.200 y 3.000 m de altitud.
Alcanza entre 15 y 30 m de altura. Produce abundante látex. Ramas blancuzcas a pardas. Hojas
oblongas a elípticas, de 4 a 25 por 2,5 a 14 cm, margen dentado, ápice acuminado, ásperas,
con inervación prominente en el envés y pecíolo de 0,5 a 3 cm de largo, son alternas, simples, a
veces lobuladas (frecuentemente más en los brotes juveniles), y con el margen aserrado.
Inflorescencias masculinas espigadas, inflorescencias femeninas en espiga de 3 a 13,5. El fruto
es múltiple, de 2-3 cm de largo. Las moras blancas comienzan con un color verde blancuzco y
pasan a blancas con bordes rosados cuando están maduras. Las moras negras comienzan con
un color rojo y bien maduras son púrpuras oscuras a negras, comestibles y dulces y de buen
sabor en varias especies.
El fruto maduro es comestible y muy usado en refrescos, tortas, tartas, vinos. Las de la mora
negra, nativa del sudoeste de Asia, y la roja del este de Norteamérica, tienen los sabores más
fuertes. Las de la mora blanca, del este de Asia extensamente naturalizadas en todas las
regiones urbanas de América, tienen un sabor diferente, a veces hasta insípido. La fruta madura
tiene cantidades significativas de resveratrol. Se sabe que la inmadura y partes verdes de la
planta tienen una saponina tóxica y medianamente alucinógena.

Las moras negras, rojas y blancas son cosmopolitas, viniendo desde Azerbaiyán, India,
Pakistán, Irán, Afganistán, donde el árbol y la fruta se conocen en idioma persa Toot(mora) o
Shahtoot (mora rey o "superior"). Mermeladas y sorbetes se hacen de esta fruta en la región. La
mora negra se llevó a Gran Bretaña en el s. XVII con la esperanza de usarla en el cultivo del
gusano de seda. Fue muy usada en medicina popular, especialmente para tratar la tiña.
Las hojas de morera, particularmente las de la blanca, son económicamente importantes pues
son la única fuente de alimentación del gusano de seda, cuyo capullo de pupa se usa para
hacer la seda. Otras larvas de Lepidoptera también la usan como alimento: Hemithea aestivaria,
Mimas tiliae, Acronicta aceris.

II. OBJETIVO
● Conocer diferentes metodos de propagacion in vitro de la planta de mora (Morus
insignus) en condiciones de laboratorio.

III. MARCO TEÓRICO


3.1 Propagación
Las moras pueden propagarse por semillas.
Es muy frecuente plantarla de estacas (esquejes) que enraízan rápidamente. Para ello, sobre
febrero se corta una rama de morera y se divide en esquejes de unos 10 cm aproximadamente.
Lo ideal cuando se hacen estacas es que tengan 3 yemas. Se han de quitar las hojas basales
(las de abajo) y se dejan solamente las dos hojas superiores o apicales.
Para asegurarnos el éxito utilizamos hormonas para enraizar.Lo pinchamos en el sustrato, que
puede ser de mini leca o también se puede utilizar turba o perlita, para que sea bien poroso. El
contenedor es conveniente que sea de un material aislante térmico, puede ser de telgopor, por
ejemplo. Se puede plantar también en botellas de plástico, ya que tienen la ventaja de que se
puede ver cuando echan raíces los esquejes (lo que tiene lugar a las dos semanas), antes de
trasplantarlos a una maceta.
Por último, podemos colocar un vasito plástico transparente cubriendo el esqueje, de esa
manera le creamos una atmósfera de casi un 100% de humedad relativa reduciendo al mínimo
la transpiración foliar. El trasplante al suelo, se ha de hacer cuando pierdan las hojas, en otoño.
3.2 Propiedades nutracéuticas
Las antocianinas son pigmentos comestibles de alimentos naturales. Como la seguridad de los
pigmentos sintéticos está en duda, su importancia en la industria alimenticia aumenta. Dichas
antocianinas producen atractivos colores como anaranjados, rojos, azules. Además son
hidrosolubles, por lo que su incorporación en productos alimentarios acuosos es fácil. Aparte de
las propiedades colorantes, también poseen las antioxidantes, antineoplásticas, protectoras de
radiación, vasotónicas, vasoprotectoras, antiinflamatorias, protectoras quimio y hepato.
Xueming Liu y coautores en el Instituto de Investigación Sericultural, de la Academia de Ciencias
Agrícolas Guangdong, de China, en 2004, desarrollaron un método barato e industrialmente
posible de purificación de antocianinas de frutas de mora, dando colorantes rojos de alto valor
colorante (por encima de 100). Encontraron que 31 cultivares chinos de mora probados
produjeron un total de antocianinas de 147,68 mg a 2725,46 mg/L de jugo de fruta. La
extracción y purificación fue hecha usando etanol acidificado como solvente efluente y una
resina macroporosa copolímera poliestirénica cruzada, como adsorbente. Los resultados
indicaron que los azúcares totales, ácidos totales, vitaminas permanecieron intactos en el jugo
residual después de retirar las antocianinas, y que el jugo residual fuera fermentado para
producir zumo, vino y jarabe.
En muchas partes del mundo, la mora se cultiva por su fruto. Tiene muchas propiedades
medicinales; usándose para hacer mermelada, vino, etc. Como el género Morus fue
domesticado hace miles de años, y constantemente se realiza mejoramiento genético por
heterosis (principalmente para aumentar el rendimiento de hojas), sería posible su mejora para
producir más y mejores bayas.
El contenido de antocianinas depende del clima y es mayor en áreas muy soleadas. Así es
prometedor su futuro en sericultura tropical.
Investigadores han encontrado en las hojas compuestos que estimulan la producción de insulina
y podrían usarse en el tratamiento de la diabetes.
3.3 Cultivo in vitro
De acuerdo con la definición establecida por Roca et al., 1991, el cultivo de tejidos in vitro es
considerada como un conjunto muy heterogéneo de técnicas que presentan en común el hecho
de que un explante (porción de tejido vegetal) se cultiva asépticamente en un medio artificial de
composición química definida y se incuba en condiciones controladas. Los principios básicos del
cultivo de tejidos vegetales fueron definidos a principios del siglo XX por Haberlandt (1902),
quien enunció el concepto de la totipotencia, Hanning (1904), Küster (1909) y otros
investigadores, pero quienes desarrollaron las bases en que se fundamentan los métodos
actuales fueron White (1943, 1963) y Gautheret (1934, 1942) a mediados del siglo XX (Robles,
2009).
Los primeros trabajos en este campo tuvieron, un éxito limitado debido a tres factores
fundamentales: primero era el desconocimiento de los requerimientos nutricionales de los tejidos
cultivados in vitro; segundo, era el uso frecuente de tejidos vegetales maduros para iniciar el
cultivo y tercero fue el desconocimiento de la existencia y función de las fitohormonas o
reguladores de crecimiento en el desarrollo vegetal. Estas substancias eran desconocidas hasta
1928 cuando Went y Timan descubrieron el ácido indolacético (AIA), y en 1955 cuando Skoog
descubrió la kinetina. En 1975, Skoog y Miller fueron los primeros que lograron la formación in
vitro de brotes, raíces y tejido calloso mediante el uso de diferentes combinaciones de auxina y
citoquinina, Otro de los pasos fundamentales para la consolidación de las técnicas del cultivo de
tejidos vegetales, lo dieron en 1962 Murashige y Skoog al desarrollar un medio de cultivo (MS)
que reunía las características apropiadas para ser utilizado en el cultivo de una gran variedad de
tejidos de diferentes especies vegetales (Pérez-Molphe et al., 1999).
Para realizar el establecimiento de los cultivos (Mroginski et al. 2010) menciona que es
necesario tener en cuenta algunos aspectos generales relacionados con el explante, la asepsia,
el medio de cultivo y las condiciones de incubación. El explante es un órgano, tejido o fragmento
de tejido, células, etc. aislado del material vegetal (planta madre) para iniciar el cultivo in vitro.
La elección del explante adecuado constituye el primer paso para el establecimiento de los
cultivos, este varía de acuerdo al objetivo perseguido.
En general los factores como el genotipo, edad de la planta y su estado fisiológico son
importantes a considerar (Abdelnour- Esquivel et al., 1994). Levitus et al. 2010 refieren que uno
de los principales problemas que se presentan cuando se tratan de establecer los cultivos in
vitro es la contaminación con diversos tipos de microorganismos (hongos, levaduras, bacterias,
fitoplasmas, virus).
Por otro lado, un medio de cultivo puede ser definido como una formulación de sales inorgánicas
y compuestos orgánicos requeridos para la nutrición de los cultivos. Existen numerosas
formulaciones de los medios los cuales comprende entre 6 y 40 compuestos que incluyen fuente
de carbono, minerales, vitaminas, sustancias reguladoras del crecimiento, agente gelificante (en
el caso de medios semisólidos) y otros compuestos (Levitus et al. 2010). De acuerdo a las
recomendaciones de Levitus et al. 2010; Roca et al., 1991, la incubación de los cultivos se debe
llevar a cabo en condiciones controladas: temperatura, calidad e intensidad de luz, fotoperíodo,
humedad atmosférica e higiene, debido a que estos factores pueden alterar las respuestas
morfogenéticas.
En general, los cultivos son incubados a temperatura de 25-28 ºC, con fotoperiodo de
luz/oscuridad de 16/8 horas. La luz es generalmente provista por lámparas fluorescentes del tipo
«luz día» con una irradiancia de entre 50 y 200 μmol.m-2.s-1. La humedad atmosférica debe ser
elevada (80- 90%) (Levitus et al. 2010). El cultivo de meristemos consiste en aislar el domo
meristemático con dos primordios foliares y sembrarlo en un medio de cultivo adecuado que
posibilite el desarrollo de una planta completa. Las plantas provenientes de este cultivo son
idénticas a la planta madre y conserva sus características agronómicas, por tanto, estas son
usadas para la micropropagación, conservación de germoplasma y para la obtención de plantas
libres de patógenos sistémicos, entre ellos los virus. Los meristemos son utilizados debido a que
tiene poco o ningún virus por la elevada actividad metabólica (mitosis), presencia de sistema
vascular poco diferenciado y altas concentraciones de auxinas endógenas (Conci, 2010).
La micropropagación es una técnica sofisticada para la rápida multiplicación de las plantas.
Tiene un gran potencial comercial debido a la velocidad de propagación, la alta calidad de la
planta y la capacidad de producir plantas libres de enfermedades. Este proceso permite
reproducir in vitro cientos de clones de una misma especie e incluye varios pasos como cuidado
de la planta, sección del explante y esterilización, formulación del medio para obtener
proliferación, enraizamiento, aclimatación y crecimiento de las plántulas.

´Ç .5 Medios de cultivo y requerimientos del cultivo


Par3.5 Medios de cultivo y requerimientos del cultivo
Para estimular el crecimiento de las células se requieren diferentes nutrientes inorgánicos y
orgánicos. Entre los inorgánicos se pueden mencionar los macronutrientes (carbono, potasio,
nitrógeno, fósforo, hidrógeno, oxígeno, magnesio, azufre y calcio) y micronutrientes (hierro, zinc,
cloro, cobre, molibdeno, boro y manganeso). Generalmente las células en crecimiento pueden
fabricar sus componentes orgánicos a partir de fuentes adecuadas de nitrógeno y carbohidratos
suministrados por el medio de cultivo, sin embargo, existen además una cantidad de sustancias
orgánicas adicionales que se requieren en cantidades mínimas y que son muy activas en el
crecimiento (Roca et al., 1991; Robles, 2009).
Muchas especies requieren para un desarrollo óptimo, la adición de reguladores de crecimiento,
estos son compuestos orgánicos que se emplean en pequeñas cantidades que estimulan una
respuesta fisiológica. Entre estos se encuentran las auxinas, citoquininas giberelinas, ácido
abcísico y etileno (Jones, 2006).
Las auxinas son un grupo de compuestos reguladores del desarrollo de las plantas y se
encuentran en mayores cantidades en las partes donde existe división celular, relacionado a las
funciones fisiológicas tales como: elongación de tallos y coleóptilos, formación de raíces
adventicias, inducción de floración, diferenciación vascular, algunos tropismos y promoción de la
dominancia apical.
El ácido indol-3-acético (AIA) es la principal auxina endógena en la mayoría de plantas
(Melgarejo, 2010). El transporte de auxinas es polar, en tallos siempre se presenta en sentido
basipétalo (hacia la base) y en las raíces también es polar pero (Jones et al., 2006) y en
compañía de auxina permite ejercer un marcado efecto en el incremento de la velocidad en la
división celular y una participación en la síntesis de proteínas (Cárdenas, 2006). El transporte en
la planta es por vía acropétala, desde el ápice de la raíz hasta los tallos, moviéndose a través de
la savia en los vasos correspondientes al xilema (Harzie, 1998). Cabe mencionar, que un
balance adecuado de auxinñç

a estimular el crecimiento de las células se requieren diferentes nutrientes inorgánicos y


orgánicos. Entre los inorgánicos se pueden mencionar los macronutrientes (carbono, potasio,
nitrógeno, fósforo, hidrógeno, oxígeno, magnesio, azufre y calcio) y micronutrientes (hierro, zinc,
cloro, cobre, molibdeno, boro y manganeso). Generalmente las células en crecimiento pueden
fabricar sus componentes orgánicos a partir de fuentes adecuadas de nitrógeno y carbohidratos
suministrados por el medio de cultivo, sin embargo, existen además una cantidad de sustancias
orgánicas adicionales que se requieren en cantidades mínimas y que son muy activas en el
crecimiento (Roca et al., 1991; Robles, 2009).
Muchas especies requieren para un desarrollo óptimo, la adición de reguladores de crecimiento,
estos son compuestos orgánicos que se emplean en pequeñas cantidades que estimulan una
respuesta fisiológica. Entre estos se encuentran las auxinas, citoquininas giberelinas, ácido
abcísico y etileno (Jones, 2006).
Las auxinas son un grupo de compuestos reguladores del desarrollo de las plantas y se
encuentran en mayores cantidades en las partes donde existe división celular, relacionado a las
funciones fisiológicas tales como: elongación de tallos y coleóptilos, formación de raíces
adventicias, inducción de floración, diferenciación vascular, algunos tropismos y promoción de la
dominancia apical.
El ácido indol-3-acético (AIA) es la principal auxina endógena en la mayoría de plantas
(Melgarejo, 2010). El transporte de auxinas es polar, en tallos siempre se presenta en sentido
basipétalo (hacia la base) y en las raíces también es polar pero (Jones et al., 2006) y en
compañía de auxina permite ejercer un marcado efecto en el incremento de la velocidad en la
división celular y una participación en la síntesis de proteínas (Cárdenas, 2006). El transporte en
la planta es por vía acropétala, desde el ápice de la raíz hasta los tallos, moviéndose a través de
la savia en los vasos correspondientes al xilema (Harzie, 1998). Cabe mencionar, que un
balance adecuado de auxinñç
s y citoquininas in vitro induce la formación de yemas y/o raíces, dependiendo de la
concentración de ambas y de la especie, lo que implica que las hojas jóvenes son capaces de
producir las auxinas necesarias para el desarrollo adicional de la raíz y que cuando maduran
sintetizan citoquininas que promueven la formación de brotes, ya sean primordios y hojas o
yemas laterales (la principal fuente de citoquininas son las raíces) (Proaño, 2011).
Las giberelinas son sustancias promotoras del crecimiento, provocan la elongación de los tallos
debido al alargamiento de las células, ya que aumentan la extensibilidad de la pared celular
(Jones, 2006). La primera giberelina purificada y estructuralmente identificada fue el ácido
giberélico (GA3); posteriormente se han aislado todas las demás (más de 40). Las giberelinas se
encuentran presentes en muchas partes de las plantas, principalmente en las áreas de
crecimiento activo, como en embriones o tejidos meristemáticos (Hernández, 2009).
En los estudios realizados por Chandra et al., 2010 mencionan que la mortandad de plantas en
la etapa de aclimatación es alta, debido a que las plántulas in vitro no tienen funciones
estomáticas, presentan sistema radical débil y desarrollo pobre de la cutícula, por lo cual
necesitan ser gradualmente aclimatadas a condiciones de invernadero. Asimismo, Levitus et al.
2010 menciona que en esta etapa es necesario un control minucioso de los parámetros
ambientales (humedad, temperatura y luz) de tal manera que permita disminuir la deshidratación
y, al mismo tiempo, estimular la fotosíntesis para un rápido crecimiento de las plántulas.
Para la elección del sustrato, Robles, 2009 sostiene que el sustrato con buenas características
físicas es clave para el éxito de esta etapa, de preferencia se debe elegir un sustrato suelto,
poroso, con mezcla de arena turba, cáscara de arroz, para permitir el desarrollo y crecimiento de
raíces.
3.6 Cultivo de yemas axilares
Dado que este explante ya incluye una zona meristemática que funcionará como el meristemo
apical de la planta regenerada, lo único que resta es conseguir el enraizado de los brotes.
Durante mucho tiempo esto se ha venido haciendo colocando las yemas axilares en tubos o
botes con medio de cultivo semisólido, utilizando una agente gelificante (agar comúnmente) para
que el medio adopte una consistencia relativamente rígida, como un flan. En los últimos años se
han puesto a punto otros métodos de enraizado más eficientes, como las balsas sobre medio
líquido. En este sistema, los explantes son mantenidos mediante un soporte flotando sobre un
medio líquido que incorpora todos los nutrientes y factores de crecimiento necesarios para su
enraizado.
Las yemas axilares producen menor número de plántulas que los otros métodos, pero en
general éstas son más genéticamente fieles a la planta donante del explante. A modo de
ejemplo, numerosas plantas ornamentales son propagadas comercialmente a través de yemas
axilares. Además, hay multitud de protocolos (a escala de laboratorio) para muchas otras clases
de plantas, incluidos cultivos de campo, hortalizas, frutales y forestales. A pesar de esta
abundancia de información, muy a menudo no se produce el salto del laboratorio al uso
comercial de la técnica debido al consiguiente escalado de los costes de producción, que suelen
ser el factor limitante. (Segui,2010)

IV. MATERIALES Y MÉTODOS


4.1 Obtención de plantas madres
Los explantes se obtuvieron de las dos plantas de mora que se encuentran en el campus de la
Universidad Nacional Agraria La Molina, una frente a la Biblioteca (BAN) y la otra ubicada entre
el módulo guinda y turquesa. Los explantes elegidos provienen de una planta sana y vigorosa
con yemas apicales y axilares desarrolladas, y brotes en crecimiento.
4.2 Materiales
● Detergente
● Medio de cultivo MS
● Fungicida
● Explantes de mora
● Hipoclorito de sodio 0.5%
● Agua destilada
● Pinzas curva y recta
● Bisturí
● Papel esterilizado
● Tubos de ensayo
● Mechero Bunsen
● Alcohol

4.3 Método
La instalación de los explantes en el IBT fue realizada el 22 de Noviembre de 2018.
1. Primero se cortan esquejes que presenten 3 a 4 brotes.
2. Luego se procedió a desinfectar, lavando los explantes con detergente durante 10
minutos.

V. RESULTADOS Y DISCUSIONES
Se evaluó el progreso de la introducción cada semana,
VI. CONCLUSIONES
Se pudo instalar los explantes de la planta mora en el medio de cultivo Murashige-Skoog con el
metodo de propagacion por yemas.
Se evaluó el progreso de la introducción y se pudo observar que no el 100% se logró introducir,
debido tal vez a errores humanos algunos brotes no llegaron a sobrevivir y se contaminaron.

VII. BIBLIOGRAFÍA

● Allccaco Cuya J. Estandarización de un medio de cultivo para la propagación clonal in


vitro de Rubus Idaeus var. Heritage “frambuesa roja” de importancia comercial. 2016.
Universidad Ricardo Palma, Lima-Perú.
● Pérez, J.; Alvarado, Y.; Gómez, R.; Jiménez, E.; y Orellana., P. 1998. Propagación y
mejora genética de plantas por biotecnología. Santa Clara, Cuba. Instituto de
biotecnología de las plantas.
● Seguí Simarro J.Biologia y Biotecnologia reproductiva en las plantas. Editorial
Universitat Politecnica de Valencia.Primera Edición. Valencia- España,2010

VIII. ANEXO

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