Facultad de Ciencias Humanas Departamento de Geografía Fecha: 10/03/2020
ANÁLISIS DE IDENTIDAD CULTURAL SEGÚN LECTURAS
Durante la segunda mitad del siglo XX las estructuras poblacionales han sido epicentro de análisis y estudios antropológicos, que pretenden explicar las dinámicas sociales vistas en cualquier parte del mundo. Sin embargo, No fue hasta los últimos 30 años en donde los análisis espaciales empezaron a relacionarse, no solo con la concepción de lugar y la parte positivista de la geografía, sino que también, se enfocaron en utilizar estos estudios y adaptarlos a las dinámicas contemporáneas que se ven diariamente como el producto de las relaciones entre grupos sociales existentes. Para ampliar más esta visión, se desarrollan tres lecturas: 1. Culturas Juveniles y Redes Generalizadas (Montenegro Leonardo) 2. Más Allá de la cultura (Gupta, Fergusson) 3. La politización de la cultura (Susan Wright) En la primera lectura se aborda como tema principal los estudios de culturas juveniles en Colombia, teniendo como base la idea de integrar categorías más específicas que anteriormente no eran analizadas, pero que, eventualmente repercuten en la identidad del individuo. Estas categorías se construyen con base en prácticas articulatorias dadas por un contexto histórico especifico; lo cual, genera una apropiación de las practicas discursivas que normalmente se consideran inestables. Entonces, se debe entender a las diferentes articulaciones del discurso como puntos de encuentro y conexión de una misma red espacial, y no propia de cada característica, permitiendo que los análisis estudien en conjunto todos los factores determinantes de un movimiento o dinámica social, fortaleciendo de esta forma un pensamiento holístico. A partir de lo anteriormente explicado se conectan dos ideas del primer y segundo texto, la primera se basa en la neotribalización de prácticas o gustos, que desencadenan en creación de grupos o colectivos sociales (tribus, pandillas, etc.) asociados a la “contracultura”, los cuales forman una identidad grupal que los asocia a un territorio, que en terminos de Gupta y Fergusson se podría llamar territorialización, acompañada evidentemente de prácticas políticas y control de masas. Al entender estas nuevas relaciones de identidad cultural, se plantean nuevos escenarios en donde la crítica cultural juega un papel importante, pues gracias a esta las elites del poder tienden a dividir la cultura; como por ejemplo las actuales relaciones de género, las cuales presentan brechas evidentes que demuestran desigualdad social; ahora bien, estas diferencias culturales, como lo puede ser la etnia, la clase social, generación, identidad, entre otras, son el principal eje de estudio para el sistema global de dominación. Al crear esa identidad nacional, regional, local o global, se trasfiere el concepto de adoptar un territorio junto con su cultura, lo que genera el concepto del “nosotros” y del “otro” que posteriormente da paso a una des-territorialización, que básicamente supondría la libertad social, sin embargo; y gracias a los controles gubernamentales que promueven las luchas sociales por debajo de cuerda; no se pueden crear sujetos con identidades maleables, que no dependan de las características dadas del propio sistema, ejemplo de esto son los barrios chinos en casi todas las ciudades del mundo, generando un sentido de patria o identidad nacional. Por último, y según estos análisis, los estudios de identidad espacial deben comprender más características específicas que sean propicias para un buen análisis espacial, en donde se debe ver las diferentes categorías como nodos de una red que conecta los diferentes discursos sociales, sin fronteras ficticias que afecten el intercambio cultural y que no permiten la libertad a la hora de construir una identidad social.