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— Portavoz Nacional de FALANGE ESPANOLA (Independiente) Nim. 18 Febrero - Abril 1991100 pias. ‘Lo fundamental es ésto: que cada coyuntura internacional ella Espana libremente su actitua' JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA ANTE EL CONFLICTO DEL GOLFO PERSICO MANIFIESTA ‘Aunque parezca que el confcio surgido en el Gollo Pérsico ha teminado, Falange Espafiola Independiente sostiene que 40 tnico que ha finalizado ha sido un captuo de la uerra, pero que sus secublas serén incaiclables. Por suimportancia no podemos dejar de reafimar nuestra postura ante tan grave hecho: HEMOS estado radical y absolutamente en contra de la partiipacin espana en la Guerra del Gato, DENUNCIAMOS tanto la legitma agresién de Irak conta otra nacién, como la hipéorta acttud de la. comunidad intemacional -que en el caso de EE.UU. ha rayado incluso en el mas puro cinismo- a la hora de aportar sus “soluciones”. QUE los calicativos empleados contra Irak (cctador, terrorist, represivo,injusto) pueden ser adjudicados, con levisimas varaciones, a todos ls palses de la zona, empezando por Arabia ‘Saudia y terminando en Israel (el primero, junto a os como el propio Kuwait, auténicas ‘monarquias feudal) y en los que prictcamente en ringuno se benefia el pueblo dé esos valores “democrtics” que las fuerzas occidentales s@ suponian que representaban. [NUNCA un pais injusto puede hacer Justicia. Y EE. UU. es el pals que en los utmas aos mas veces ha concuicado el Derecho intemacional con sus agresiones (droctas 0 solapadas: Vit ‘ram, Chile, Granada, Panam) a pueblos soberanos, cada vez que sus intereses pariculares asi 2 10 recomendaban, CONSTANTEMENTE ocurren en nuestzo mundo actos como és, sin que nila ONU, ni ovas insttuciones internacionales adoptenresoliciones de a envergadura de las tomadas contra lak. Luego gPOR QUE AHORA si? ‘Ante estos datos Falange Espafiola Independiente sostienen: 1.8 Aungue se empefan en lo contrario, la Guerra no ha tendo su ergen en la defensa de valores democréticos ylo justo, si no econémicos y estratégicos, de importancia vital para tas potencias occidentales y especialmente EE UU. 28 Que Espatia (como otros muchos paises *soberanos’) s6lo ha demostado que nuestra politica exterior se reduce a un mero acto de serlismo cipayo que, desde nuestro punto de Vista, es inadmisible 32 Si queremos comenzar a hacer Justia intemacional debemos tratar todos los casos con ‘equidad y empezar por los que mas directamante nos afctan y nos duolen: expulsando del ‘suelo patrio toda presencia miitar extranjera y ayudando a los pueblos hermanos de Hispa- ‘neamérica a liberarse del yugo norteamericano que los domina, oo Oe, eae eee ACERCA DE LOS ANTICONCEPTIVOS Se ha extendido con el paso del tiempo la idea de que moral y politica, como asuntos de indole pri vada y publica respectivamente, no deben interrela- cionarse. En el mejor de los casos, aquellos que se muestran partidarios de moralizar la vida publica, sin embargo, conciben la moral de una manera subjetiva, inconcreta y vaga, de tal manera que la misma se hace imposible de llevar a la practica por lo difuso de sus conceptos, José Antonio nos presenta una visi6n global y sistematica de las cosas. José Antonio nunca se preocupé excesivamente de ofrecer un manojo de soluciones pormenorizadas y puntuales, con la urgencia propia de los partidos politicos al uso mas preocupados de engatusar al electorado con vanas promesas, que de realizar un verdadero acto de servicio. José Antonio quiso elaborar una concepcién total de Ia existencia, de tal manera que cualquier even- tualidad fuera atendida por ese “sentido permanente ante la vida y ante la historia” que tendra la virtud de darnos todas las soluciones ante Io concreto. Asi, cualquier interrogante que se nos presente debe llevarnos a responder, desde la perspectiva de! hombre como portador de valores eternos. Para los falangistas independientes no es posible desligar la tarea del Estado de esa realidad del hombre ‘como conjunto inseparable de cuerpo y alma, un alma dice José Antonio- capaz de salvarse 0 condenarse. En coherencia con esta afirmacién, el Estado debe ocuparse no sélo de aquello que demande la naturaleza corporal del luo. El Estado debe atender sobre todo a esa otra faceta humana precisa- mente mas importante que su constitucién material, y que constituye la explicacién de la dignidad humana. La sociedad de nuestro tiempo esta convencida -sin duda- de que la dimensién fisica del hombre (continda en la pagina sigusnts) “Nuestro objetivo en la Politica no es tanto tri hacer mas por el préjimo que “desde abajo” del triunfo y después del triunfo”. en ayudar a los deméds, estd la realizacién de nuestro ideal. ‘Ni que decir tiene que luchamos por el triunfo, pues entendemos que “desde arriba” se puede Pero no olvides las palabras de José Antonio: “. (DE NUESTRO LIBRO “ETICA Y ESTILO FALANGISTAS") EDICIONES Ss ESPANA UNA REVOLUCION Espafia, una revolucién pendiente autor: Sigftedo Hillers de Luque 488 pags. ~ 21,5 x 15 oms. - 700 pts Publicado en julio de 1975, meses antes de la muerte de Franco, es una dura critica contra el Régimen nacido el 18 de Julio, Alo largo de los diversos capitulos que recogen la estructura social espafiola (empresa, trabajo, agricul- tura, vivienda, etc), el autor va contrastando con la dura realidad las solemnes promesas contenidas en las Leyes Fundamentales, y que durante treinta y cinco afos fueron incumplidas por el propio Régi- men que las promulg6. Se confirma asi la tesis sustentada por los falangistas independientes de que el Régimen del 18 de Julio no se desmoroné por la accién de sus ene- migos, sino por la accién de sus propias contradiccio- nes y del incumplimiento de sus propios postulados. No es un libro demagégico ni oportunista, pues, de Un lado, esté basado en una tesis doctoral presenta- da en la Facultad de Derecho de Madrid y, de otro lado, fue publicado en vida ain del creador de! Ré- gimen del 18 de Julio, Francisco Franco iunfar como servir. Para nosotros, en el servicio, queremos que la vida nos sea dificil antes (ane de la pina anterior) reclama una atencién, es decir, de- manda unas necesidades materia- les para sobrevivir. Pues bien, para nosotros no es menos evidente que la dimen- sién espiritual del hombre precisa también de alimento para subsistir. Asi, al ual que el cuerpo se nutre de cosas materiales; el alma se nutre de cosas espirituales. Esta es la clave fundamental de la solucién presente y futura a todos los problemas sociales. Porque si desvinculamos al hombre de su origen y destino di- vinos, estamos como desarraigan- dole; arrancéndole su esencia y privando a la sociedad de un esta- do de mayor perfeccién, como fruto de la suma de los posibles estados de perfeccién de cada uno de sus miembros. La primera consecuencia so- Gal de la pérdida de conciencia, con todas las consecuencias que de ello se derivan, de nuestra condicién de hijos de Dios y criaturas a imagen y semejanza del Creador, es la adopcién de una actitud ante la vida individualista e insolidaria con el préjimo. Es decir, indiferencia ante el sufrimiento ajeno, odio y explo- tacion. Si la propia experiencia de cada uno y la experiencia de la hu- manidad entera demuestran reite- radamente que la ignorancia de Dios, de las cosas de Dios y de la voluntad de Dios, implica automé- ticamente egoismo; y el egoismo opresin, ga que estamos espe- rando para indagar y descubrir todo aquello que suponga una contra- diccién con la naturaleza del hom- bre?, Ante el asunto que nos ocu- pa, los anticonceptivos, nadie pue- de pensar que a nosotros nos mueve otro interés que buscar la Verdad, servir a la Verdad e impo- ner la Verdad. Nosotros no tenemos la cul- pa si los anticonceptivos alteran substancialmente los planes de Dios para el hombre. No tenemos la culpa de que la sociedad sélo sea justa si los hombres que la componen son justos. No tenemos la culpa de que la Justicia sea un valor que deriva exclusivamente de Dios. Y finalmente tampoco tene- mos la culpa de que los hombres tiendan repetidamente al mal. A nosotros, como revolucionarios, mas que legislar nos corresponde ejecutar criterios actualizados de principios de validez eterna. Dios dispuso como aliciente para la pro- creacién, la atraccién mutua entre hombre y mujer y la satisfaccién carnal en la relacién intima entre ambos. Por lo tanto el placer no es un fin en si mismo sino un medio para llegar al verdadero fin de todo acto camal: colaborar con Dios en la procreacion. El pecado original hizo perder al hombre los llamados dones pre- tematurales, es decir, aquellos re- galos que Dios habia concedido a la humanidad para -entre otras co- ‘sas- el dominio de toda la creacién. La criatura se encontraba con difi- cultades casi insalvables para rea- lizar las obligaciones que habia es- tablecido el Creador. Y Dios tuvo que convertir el primitivo matrimo- nio, que era un mero contrato, en un sacramento; es decir, en una fuente constante de gracia que hi- ciera del matrimonio un medio efi- az para el cumplimiento de sus fines de procreacién y educacién de Ia prole. Por otra parte, Dios ha puesto a disposicién de los conyuges me- dios naturales para evitar la con- cepcién, esto es, periodos de info- cundidad en la mujer, que permi- ten al matrimonio el cumplimiento de los fines secundarios del mis- mo: la ayuda mutua 0 expresién de amor y el remedio a la concupis- cencia. ‘Al margen del matrimonio el amor entre el hombre y la mujer no es un amor regulado y proyectado Dios, sino que es un amor huma- nto que quiere prescindir de Dios ‘en su desarrollo y en sus propési tos. Es un amor condenado a olvi- dar el fundamento de las relacio- nes humanas: la generosidad. Un amor que acabaré truncado por el propio amor @ uno mismo. Por otra parte, para dar cauce a los desérdenes pasionales de tal manera que los instintos estén do- minados, y por el contrario no es- clavicen nuestra existencia, debe- mos recurrir a la practica frecuente de los sacramentos. Todo esto en- trafia dificultad, renuncia y abnega- cién. Pero es la Unica opcién para aquellos que no quieran sucumbir ante los cantos de sirena de nues- tras pasiones. Quienes pretenden organizar la vida social al margen de la rea- lidad del espiritu, ignoran la Verdad y constituyen una flagrante mues- tra de negacién del progreso. Nosotros no permitiremos que asi sea. Nos jugamos nada mas y na- da menos que la libertad. Los bancos son meros depositarios del dinero de los demas. No producen. A los dueftos del dinero les abonan el uno y medio por ciento, y por ese mismo dinero que no es suyo cobran a los demés el siete y ocho por ciento. Con solo una sencilla manipulacién de dos asientos en sus libros obtienen esa pin, e diferencia. JOSE ANTONIO TELEVISONES PRIVADAS Nuestra revolucién, la verdade- ra Revoluci6n Falangista, consiste en la transformacién de Espafia, en ta transformacién de la manera de ser de los espafoles. Para ello es necesario la conquista del Estado, pero no es suficiente; no basta con venoer, hay ‘que convencer. Debemos incorporar a los espaftoles a nuestra ética y nues- tro estilo, sustituir os principios que hoy ‘igen la vida espirtual de los pueblos, reconducir nuestra Patria hacia aque- llos valores que un dia definieron su destino, forjando su grandeza imperial Una tarea asi, si ha de realizarse feliz- mente, necesita de la educacién; edu- cacién, que ha de orientar a los. hom- bres hacia lo fundamental, preparar, guiar, defini; marcar el camino, trazar las lineas maestras que determinen la ‘conducta humana, social y personal. Asi las cosas resulta evidente que la educacién, la formacién, se cui- dard hasta el extremo en el futuro Or- den Nacionalsindicalista. La Televisién, ‘como medio de comunicacién de ma- sas, se integrard forzosamente a la disciplina del Estado, supeditada a los dictados del sistema educativo vigen- te. Nada més lejos de la actual reali- dad: el Estado liberal que padecemos, al poner al alcance de los intereses privados la Televisién, deja al juego de oferta y demanda un factor muy im- portante en la formacién moral e inte- cr lo referente a nuestra actitud frente a la Iglesia, Falange Espaftola aclara y concreta su posicién, diciendo: | Uno de los fines de Falange Espaftola es elevar todos los valores morales del Espaftol, y entre éstos en primer lugar y primordialmente el religioso, y por lo tanto, no sélo no va en contra de | la Iglesia Catélica, sino que ésta tendrd en el Estado Nacionalsindicalista Espariol su mayor apoyo | para su apostolado, lectual de los espafoles. Y sucede lo ‘que tenia que suceder; en su afan de ‘ganar audiencia, la programacién tele- visiva responde a las exigencias del ‘mercado; esto es, cansiste fundamen- talmente en violencia y sexo, en dosis, sutiles y solapadas unas veces, de forma explicita y descarada las més. Eso es lo que reclama la sociedad de esclavos de la década de los noventa; eso es lo que tiene, y en abundancia; al fin y al cabo es la voluntad de la mayoria. Todo lo cual casa pertectamen- te con la Idgica del Estado Liberal Desde sus inicios, la teoria del Estado liberal afirmaba como dogma inaliena- ble la “libertad individua'’,limitando al maximo sus propias atribuciones, Por tanto, el Estado podia asistir impasible al padecimiento de sus subditos, se lavaba las manos en materia social y ‘econémica. Sin embargo, cuando se trataba de cuestiones éticas 0 mora- les, filoséticas en suma, teoria y préc- tica no cuadraban tan bien, Entonces, ese mismo Estado que se declaraba abstencionista, hacia lo imposible por implantar e! materialismo hist6rico, por reducir a jos hombres a su mera di- mensién fisica haciéndolos el centro de si mismos. En la actualidad, el Es- tado, el Sistema, con mas impetu que nunca, esté empefiado en esclavizar- ‘nos, en sometemos a sus normas, que no son otras que el consumismo y el egolsmo. Crea un ambiente abierta- mente condicionante, todo se dirige hacia lo mismo; quieren cuadriculamos, ‘embrutecernos con sus cantos de si- rena, para as{ extispar hasta la médula cualquier atisbo de rebeldia. Las tele- visiones privadas, creadas bajo la bur- da excusa de faoilitar la libertad de ex- presi6n y la libre circulacién de ideas, ‘efuerzan el potencial del sistema, fa- ciitan su tarea. iAlerta camaradas!. Cuidad vuestra fe; cuidad vuestra formacién, escoged meticulosamente vuestras lecturas, seleccionad al maximo vwues- tras aficiones; frecuentad hasta el limi- te la compafiia de vuestros camara- das, de vuestros mandos, el ambiente de Sagrada Hermandad de Ia Falan- ge. El Estado y el Sistema buscan destruir vuestro espiritu de lucha, no lo permitais. Espana, hoy mas que rhunca, necesita de vuestra rebeldia y ‘de vuestro inconformismo, de vuestro atan revolucionario que la eve a la redencién. ‘Abandonar en manos privadas el control de la Televisién responde al més cldsico espiritu liberal, Para los falangistas la educacién es uno de los pilares del futuro Estado; en conse- ‘uencia, denunciamos y despreciamos fa actual situacién. | Para aclarar ciertas dudas, y sobre todo malas interpretaciones que intencionadamente se | dan por adversarios politicos nuestros al articulo 25 de nuestro programa Nacionalsindicalista en | JULIO RUIZ DE ALDA CAPITALISMO Y PLANIFICACION ECONOMICA Es un erorfrecuente contundir la ver. dadera naturaleza del Capitalism, Asi, 2 ‘manejan incistntamente los conceptos Libera- lismo Econémico y Capitalismo, como si fue- ran una misma cosa, lo que significa identificar una corriente de pensamiento econémico con un régimen de prestacisn del trabajo especif- 0, del que se deriva una forma de ttularided Social caracteristica, Esa confusién leva a ‘muchas a afimar la superacion del Capitaismo ‘como sistema econémico; la planiicacién de- sarrolada por todos los paises. occidentales, ‘con més © menos éxito, con mas 0 menos intensidad, a partir de la conctusién de fa I Guerra Mundial, es la base de esa tesis: la necesidad de planifcar contradice el dogma esencal del Liberalismo Econémico, que esta blece la autoreguicién de los mercados y es- figmatza la intervencin del Estado, abando- ‘nando la vida econémica al juego de oferta y demanda, Nacen los famasos sistemas mix- tos, que pretenden ser concepciones econd- micas a medo camino entre el Capitalism y 1 Sociasmo, a cuyo amparo el Estado egoista y abstencionista se transtorma en Estado del Bienesta. En realidad, no son otra cosa que economias capitalsas planiicadas; Capialis- mo y Liberalsmo Econémico fueron de la mano durante ms de un siglo, al abo del cual, ante una situacion social insastenibe, el Captaismo, que habia despreciado al Estado, acudié a su accion planiicadora en busca de salvacén. Pero no nos delemos engafar, oy, como hace ciento cinouenta ats, el trabajo est subor- nado a capital y subsist la posicin del que 2 l trabajo y la posicion del que arienda su trabajo para vivir. Capitalismo y planificacién econbmica, coneretada en la poica econémi- ca de las distintos gobiemos, no se excluyen, sino al contraro: &l Capiialsmo ha recurido a la intervencién estatal en la economia para poder sobrevii. Todo lo cual encuentra su comproba- cién mas evidente en los sistemas socialites ‘de gestion centralzad, como, por ejemplo, la planificacion soviética, en la que, al menos teéricamente, la economia se hala totalmente intervenida. Sin embargo, el sistema no ha perdido su naturaleza capitalist, aunque esta revista una forma partcular: La de Capitalismo de Estado. En efecto, a prestacion de trabajo se realiza por venta ala y ls trabajadores soviticos tienen la conciién de Asalaiados Las ditrencias respecto de las economias ‘occidentales estiban en el mecanismo de asignacion de los recursos disponibies, me: dante la dieccién del proceso econémico desde un Centro Planfcador Central, y en el tipo de planifcacién desarolada, auoritaria @ imperativa (mientras que en los sistemas capi- talistas de mercado la planifiacion es indica- tva, esto es, vinculante para el sector pblc, pero exclusivamente orientatva para el sector privado de la economia). La revolucién nacionalsindicalsta no ‘consiste meramente en planifcar y discipinar la economia; hay que desmontar la esencia el Capitalsmo. Es necesaro planifcar para proporcionar a todos los ciudadanos un bie- nestar material minimo, pero hay que planf- ‘car sobre bases nuevas, bases nacionalsin-

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