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JURISPRUDENCIA

Roj: SAP A 1361/2020 - ECLI: ES:APA:2020:1361


Id Cendoj: 03065381002020100002
Órgano: Audiencia Provincial. Tribunal Jurado
Sede: Elche/Elx
Sección: 100
Fecha: 28/09/2020
Nº de Recurso: 181/2019
Nº de Resolución: 526/2020
Procedimiento: Penal. Jurado
Ponente: MARIA DE LAS MERCEDES MATARREDONA RICO
Tipo de Resolución: Sentencia

AUDIENCIA PROVINCIAL
OFICINA DEL JURADO
ELCHE
____________
N.I.G.: 03065-43-2-2018-0010790
Procedimiento Tribunal Jurado Nº 000181/2019
SENTENCIA Nº 000526/2020
En Elche, a veintiocho de septiembre de dos mil veinte.
El Tribunal del Jurado, formado por la Iltma Sra. Dª. María de las Mercedes Matarredona Rico, Magistrada-
Presidente del Tribunal del Jurado, perteneciente a la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante,
con sede en Elche, y los Jurados que posteriormente se expresaran, ha visto en Juicio Oral y Público el Juicio
Tribunal del Jurado número 181/19, procedente del Juzgado de Instrucción Número Cuatro de DIRECCION000
Procedimiento TJU 1608/18 seguido por un delito de Asesinato, contra Jesús , con DNI NUM000 , nacido en
Elche, el día NUM001 -93, hijo de Argimiro y Natividad , sin antecedentes penales, de solvencia acreditada,
en situación de PRISIÓN PROVISIONAL desde el día 14-05-2018, en cuya situación permanece, representado
por la Procuradora de los Tribunales, doña Eva López Lozano y defendido por el Letrado, don Miguel Angel
Cánovas Ruiz; y contra Amelia , con DNI NUM002 , nacida en Madrid, el día NUM003 -91, hija de Rodrigo y de
Aurelia , sin antecedentes penales, de solvencia acreditada, en situación de PRISIÓN PROVISIONAL desde el
día 14-05-2018, en cuya situación permanece, representada por el Procurador de los Tribunales, don Fernando
Moreno Garzón y defendida por las Letradas, doña Laura Fernández Caballero Utrero y doña Ana María Carillo
Bailén, ejerciendo la acción pública el Ministerio Fiscal representado porel Ilmo. Sr. D. Juan Francisco Cortés
Pérez-Muñoz, y acusación particular, don Urbano , representado por el Procurador de los Tribunales, don
José Antonio Saura Saura y defendido por losLetrados, don Marcos García Montes y doña Gemma González
Rodríguez; y doña Felicisima , representada por la Procuradora de los Tribunales, doña Concepción Sevilla
Segarra y defendida por la Letrada, doña Raquel Sánchez Navarro, que expresa el parecer del Tribunal, con
fundamento en los siguientes

I - ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- Remitido a esta Sección de la Audiencia Provincial, procedente del Juzgado de Instrucción nº
Cuatro de DIRECCION000 , y turnado al Magistrado-Presidente, se llevaron a cabo las diligencias previstas
por su Ley reguladora, sorteándose los miembros del Jurado, y excusados aquellos en quienes concurría legal
causa, se convocó a juicio a las partes y a los Jurados, para los días 31 de agosto, 1, 2, 3, 4 5 de septiembre
de 2020,en cuyo acto, y por los trámites pertinentes, se procedió a la elección de nueve miembros, más dos
suplentes, resultando seleccionados, previa las recusaciones del Ministerio Fiscal y de los Letrados de las
defensas las siguientes personas:

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JURISPRUDENCIA

Titulares:
1.- Dña. Rosalia .
2.- Sagrario .
3.- Diego .
4.- Soledad .
5.- Tarsila .
6.- Tomasa .
7.- Ernesto .
8.- Cesareo
9.- Eusebio .
Suplentes:
1.- Everardo .
2.- Fabio .
Habiendo actuado como Portavoz, doña Rosalia .
SEGUNDO.- ElMinisterio Fiscal, en sus conclusiones definitivas, calificó los hechos como constitutivos de un
delito de malos tratos habituales en el domicilio común del artículo 173.2 del CP y de un delito de Asesinado
con alevosía de los artículos 139.1.1º y 140.1.1º del CP, de los que serían autores ambos acusados ( artículos
28 y 61 del CP), y subsidiariamente, respecto de Amelia por el artículo 11 del CP, concurriendo en ambos la
circunstancia mixta de parentesco del artículo 23 del CP, procediendo imponer a ambos, por el delito de malos
tratos habituales, la pena de prisión de 3 años, accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio
pasivo durante el tiempo de la condena; privación del derecho a la tenencia y porte de armas de 5 años, y con
ello y de conformidad con el artículo 47 último párrafo del CP, la pérdida de la vigencia el permiso o licencia.
Por el delito de asesinato se impondrá a cada uno de ellos, la pena de prisión permanente revisable accesoria
de inhabilitación absoluta.
En virtud del artículo 57 del CP, se interesa que se imponga a ambos acusados la prohibición de aproximarse
a menos de 1000 metros de los ascendientes paternos de la víctima durante el tiempo de 30 años así como
de comunicarse con ellos por cualquier medio directo o indirecto por igual tiempo.
De igual modo, en virtud del artículo 140 bís en relación con el artículo 106 del CP se interesa que se imponga
a ambos acusados la medida de libertad vigilada consistente en prohibición de aproximase a menos de 1000
metros de los ascendientes paternos de la víctima durante el tiempo de 10 años, así como comunicarse con
ellos por cualquier medio directo o indirecto por igual tiempo. Costas.
Los acusados deberán indemniza, conjunta y solidariamente, a los legítimos herederos de Isidro en la cantidad
de 70.000 euros por el fallecimiento del menor, así como en la cantidad de 5.000 euros por los daños morales
causados por el maltrato habitual. En la acusada concurre la causa legal de desheredación de conformidad
con los artículos 854 y 756.1º del CP.
De igual modo los acusados deberán indemnizar conjunta y solidariamente en la cantidad de 6.93151 euros a
la Consellería de Salud de la Generalitat Valenciana de la que depende el HOSPITAL000 en el que fue atendido
el menor Isidro , siendo el importe correspondiente el coste que dicha atención supuso. Subsidiariamente, en
caso de que no se estime pertinente en este momento procesal se interesa expresamente reserva de acciones
civiles a este respecto.
Las cantidades establecidas por sentencia en concepto de responsabilidad civil, devengarán el interés legal
del dinero fijado anualmente por el Banco de España, incrementado en dos puntos conforme a lo establecido
en el artículo 576 de la LEC.
TERCERO.- La acusación particular de don Urbano , en sus conclusiones definitivas, calificó los hechos
como constitutivos de un delito de asesinato, consumado, con la agravante específica del tipo alevosía por
desvalimiento del artículo 139.1 y del artículo 140.1.1ª del Código Penal y un delito de malos tratos habituales
del artículo 173.2 del Código Penal, todo ello en relación con el artículo 177 del Código Penal, de los que son
responsables los acusados, Jesús y Amelia , en concepto de coautores del artículo 27 y 28 del Código Penal,
párrafo 1, concurriendo la circunstancia agravante del artículo 22.1 del Código Penal y la circunstancia mixta
del artículo 23 del Código Penal en ambos acusados, por lo que procede imponer, al acusado, Jesús , por el

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JURISPRUDENCIA

delito de Asesinato consumado, la pena de 25 años de prisión, con la cláusula establecido en el articulo 78
del Código Penal sobre los cómputos de beneficios penitenciarios, permisos de salida, clasificación en tercer
grado y cómputo de libertad condicional por cuanto se refiere a la totalidad de las penas impuestas y por el
delito de malos tratos habituales, la pena de tres años de prisión. Siendo de aplicación la figura de la prisión
permanente revisableal encontrarnos ante el supuesto previsto en el artículo 140.1.1 del Código Penal; y a
la acusada, Amelia , por el delito de Asesinato consumado, la pena de 25 años de prisión, con la cláusula
establecida en el artículo 78 del Código Penal sobre los cómputos de beneficios penitenciarios permisos de
salida, clasificación en tercer grado y cómputo de libertad condicional por cuanto se refiere a la totalidad de
las penas impuestas, y por el delito de malos tratos habituales, la pena de tres años de prisión. Siendo de
aplicación la figura de la prisión permanente revisable, al encontrarnos ante el supuesto previsto en el articulo
140.1.1 del Código Penal. En vía de responsabilidad civil, los acusados indemnizarán solidariamente a don
Urbano , en calidad de heredero legal del fallecido, en la cantidad de 450.000 euros. Y todo ello, con expresa
condena en costas, incluidas las de esa acusación particular.
CUARTO.- La acusación particular de doña Felicisima , en sus conclusiones definitivas, calificó los hechos
como constitutivos de un delito de asesinato, consumado, con la agravante específica del tipo alevosía por
desvalimiento del artículo 139.1 y ensañamiento del artículo 139.3º, así como del artículo 140.1.1º del CP, y
de un delito de malos tratos habituales del artículo 173.2 del CP, todo ello en relación con el artículo 177 del
Código Penal, de los que son responsables los acusados, Jesús y Amelia , en concepto de coautores del
artículo 27, 28 y 61del Código Penal, concurriendo la circunstancia agravante del artículo 22.1 del Código Penal
(alevosía), del 22.5 del CP (ensañamiento) yla circunstancia mixta del artículo 23 del Código Penal en ambos
acusados, por lo que procede imponer, al acusado, Jesús , por el delito de Asesinato consumado, la pena
de 25 años de prisión, con la cláusula establecido en el articulo 78 del Código Penal sobre los cómputos de
beneficios penitenciarios, permisos de salida, clasificación en tercer grado y cómputo de libertad condicional
por cuanto se refiere a la totalidad de las penas impuestas y por el delito de malos tratos habituales, la pena
de tres años de prisión. Siendo de aplicación la figura de la prisión permanente revisableal encontrarnos ante
el supuesto previsto en el articulo 140.1.1 del Código Penal; y a la acusada, Amelia , por el delito de Asesinato
consumado, la pena de 25 años de prisión, con la cláusula establecida en el artículo 78 del Código Penal sobre
los cómputos de beneficios penitenciarios permisos de salida, clasificación en tercer grado y cómputo de
libertad condicional por cuanto se refiere a la totalidad de las penas impuestas, y por el delito de malos tratos
habituales, la pena de tres años de prisión. Siendo de aplicación la figura de la prisión permanente revisable,
al encontrarnos ante el supuesto previsto en el articulo 140.1.1 del Código Penal. En vía de responsabilidad
civil, los acusados indemnizarán solidariamente a doña Felicisima , en calidad de abuela del fallecido, en la
cantidad de 70.000 euros y 5.000 euros por daños morales, cantidades que devengarán el interés legal del
dinero.Y todo ello, con expresa condena en costas, incluidas las de esa acusación particular.
QUINTO.- Por la defensa de Amelia , en su escrito de calificación definitivas, solicitó la absolución de su
defendida y costas de oficio, y subsidiariamente, que los hechos serían constitutivos de un delito de malos
tratos habituales, del artículo 173. 2 del Código Penal, en concurso medial con un homicidio imprudente
del artículo 142.1 del Código Penal, del que sería autora Amelia por comisión por omisión de dichos
delitos, concurriendo como muy cualificada, o subsidiariamente, como simple, la circunstancia atenuante de
drogadicción prevista en el artículo 21. 2º del CP, en relación con las sustancias mencionadas en el número 2º
del artículo 20 del CP, procediendo la aplicación de las reglas del concurso medial en la determinación de las
penas, en atención al artículo 77 .1 y 77. 3 del CP, y del artículo 66.1 del CP, procedería imponer a la acusada
la pena de prisión de un año, sin fijación de responsabilidad civil alguna respecto de ella.
SEXTO.- Por la defensa de Jesús , en su escrito de calificación definitivas, se estimó que los hechos serían
constitutivos de un delito de maltrato habitual del artículo 173.2 del CP y de un delito de homicidio con dolo
eventual del artículo 138 del CP, del que sería autor, concurriendo la atenuante de drogadicción del artículo
22.1 del CP como muy cualificada o subsidiariamente, como atenuante simple; trastorno mental transitorio
(explosivo intermitente) del artículo 21. 1 del CP en relación con el artículo 20.1 del CP, como atenuante
muy cualificada o subsidiariamente como atenuante simple; arrebato, preceptuado en artículo 21.3 del CP,
como muy cualificado o subsidiariamente, como atenuante simple; confesión/colaboración con la justicia del
artículo 21. 4 del CP, como muy cualificada o alternativamente como atenuante simple, subsidiariamente, como
atenuante analógica de confesión tardía del artículo 21. 7 del CP, procediendo la imposición al mismo de una
pena de prisión de 2 años, por el delito de malos tratos, y de 10 años de prisión para el delito de homicidio,
sin que proceda fijar responsabilidad civil.
SEPTIMO.- Concluido el juicio oral, se sometió al Jurado el objeto del veredicto con entrega del escrito
correspondiente y, tras las oportunas instrucciones, el Jurado se retiró a deliberar, emitiendo el veredicto y
procediéndose por el Portavoz del Jurado a su lectura, cesando el Jurado en sus funciones.

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JURISPRUDENCIA

Siendo veredicto de culpabilidad, se concedió la palabra a las partes para informe. El Ministerio Fiscal reiteró
la petición de penas del escrito de calificación definitiva y su petición sobre la responsabilidad civil, haciéndolo
igualmente las acusaciones particulares.
Por la Letrada, Sra. Fernández Caballero, solicitó que para el delito de malos tratos habituales se impusiera
la pena de 21 meses de prisión, y por el delito de homicidio agravado la pena de 18 años y 9 meses. En
vía de responsabilidad civil únicamente se puede conceder indemnización al padre del niño, no a la abuela,
considerando desorbitada la cantidad solicitada por su representación procesal.
Por el Letrado, Sr. Cánovas Ruiz, se solicitó la imposición por el delito de malos tratos habituales de 21 meses y
5 años de privación del derecho a la tenencia y porte de armas, debiendo calificarse la muerte de Isidro como
delito de homicidio con la agravante de superioridad, no concurriendo alevosía.

HECHOS PROBADO
De conformidad con el veredicto emitido por el Jurado, que queda unido a esta sentencia, se declaran probados
los siguientes hechos:
PRIMERO.- La acusada por esta causa, Amelia , mayor de edad y sin antecedentes penales, y el acusado,
Jesús , mayor de edad y sin antecedentes penales, comenzaron a vivir juntos aproximadamente a principios
de abril de 2018, siendo su última residencia en la CALLE000 número NUM004 de DIRECCION000 .
Junto a ellos vivía el menor de edad, Isidro (nacido el día NUM005 -16), que en esa fecha contaba con 2 años
de edad, hijo de Amelia y de Urbano , siendo su abuela paterna, doña Felicisima .
SEGUNDO.- En distintos días, Jesús , guiado por un ánimo de menoscabar la integridad física del menor,
ejerció fuerza física sobre Isidro , quien dada su corta edad no tenía capacidad para defenderse, propinándole
todo tipo de palizas y golpes (bofetadas, puñetazos, etc) en distintas partes del cuerpo, causándole distintas
lesiones (hematomas, eritemas, fracturas, etc) de las que nunca recibió atención médica pero que fueron
constadas posteriormente cuando fue ingresado de urgencia en el HOSPITAL001 de DIRECCION000 , así
como cuando se le efectuó la autopsia tras su fallecimiento, emitiéndose el correspondiente informe forense
en fecha 18 de septiembre de 2018.
La acusada, Amelia , conocía que su pareja, Jesús , en distintos días ejerció esa fuerza física sobre el menor,
Isidro lo consentía, no haciendo nada para evitarlo, a pesar de que el menor, dada su corta edad, no tenía
capacidad para defenderse.
TERCERO.- En la mañana del día 13 de septiembre de 2018, Jesús , conociendola alta probabilidad de que se
pudiera producir la muerte del menor y aceptándolo, ejerció fuerza física sobre el menor, Isidro , propinándole
una paliza, con golpes por todas partes (bofetadas, puñetazos, incluso estampándolo contra alguna superficie
etc), que impactaron en distintas partes de su cuerpo, llegando a oprimirle el cuello con tanta intensidad que
impedía que el niño respirara hasta que el menor se desvaneció, perdiendo la consciencia.
Amelia , que se encontraba en la vivienda mientras el acusado ejercía esa fuerza física sobre el menor y siendo
consciente de lo que su pareja estaba haciendo, incluso que le estaba oprimiendo el cuello con tanta intensidad
que impedía que el niño respirar hasta que el menor se desvaneció, lo consintió, no haciendo nada para proteger
al menor e impedirlo.
CUARTO.- Cuando los acusados, Jesús y Amelia , se dieron cuenta de la gravedad de los hechos cometidos
se apresurarona trasladar al menor al HOSPITAL001 , donde recibió atención sanitaria, si bien el día 17 de
septiembre de 2018, Isidro , falleció a consecuencia de las graves lesiones que le había causado el acusado,
Jesús , y que se recogen el informe de autopsia, siendo la causa principal del fallecimiento por encefalopatía
anóxica por compresión mecánica extrínsecaen cuello (estrangulamiento).
QUINTO.- Según el informe forense de fecha 18 de septiembre de 2018, Isidro presentaba las siguientes
lesiones externas :
-. Extenso hematoma de coloración oscura, abarcando la hemicara izquierda desde la región frontal, temporal,
malar y mandibular.
-. Pequeñoshematomas en región frontal derecha (3 entre 0,5 cm y 1 cm).
-. Erosiones en forma de semilunar de entre 05 y 1 cm en borde delpabellón auricular izquierdo región
retroauricular (1), inferior al pabellón (dos paralelas entre si) y región latero cervical izquierda
-. Erosión de 0.5 cm en región infraauricular derecha y en región mandibular derecha.

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-. Hematomas de coloración oscura en el hemitórax izquierdo a nivel supramamario de unos 3 cm y en región


lateral (4 redondeados deentre 0.5 y 1 cm de diámetro).
-. Pequeños hematomas en región lateral del hemitórax derecho ( 2 de 1 cm).
-. Erosión lineal de 1 cm de longitud en región suprapúbica izquierda interrumpida en dos trayectos y dos
pequeñas erosiones de unos 0.3 cm en misma región más próximo a la linea media.
-. Hematoma de coloración oscura con cierto tinte verdoso-violáceo en región suprapúbica derecha de unos
3 cm.
-. Hematoma de coloración oscura verdosa a nivel de la región dorsal(4) a nivel vertebral y en escápula izquierda
(1) redondeados de 1- 1.5cm.
-. Hematoma en región lumbosacra izquierda redondeado de unos 1,5 cm de coloración oscura cerdosa en
región lumbosacra izquierda y dos hematomas de color verdoso y límites más difusos en la región lumbosacra
derecha.
-. Dos pequeños hematomas redondeados de unos 05 cm en cara interna del brazo izquierdo.
-. Extenso hematoma de coloración oscura en región superior y externa del brazo izquierdo, de unos 4 cms y
2 m en el codo izquierdo.
-. Hematoma de coloración oscura, en región lateral posterior externa del muslo izquierdo de unos 3 cm.
-. 4 hematomas longitudinales paralelos entre sí con dirección transversal a la pierna derecha y unos 3 cm
de longitud.
-. Pequeño hematoma en codo derecho (1 cm).
SEXTO.- Efectuada la autopsia al menor, presentaba las siguientes lesiones internas:
- 5 infiltrados hemorrágicos en la cara interna del cuero cabelludo en la región fronto temporo parietal izquierda:
el encéfalo se encontraba edematoso con hematoma subdural en el hemisferio izquierdo y en concreto en la
región parietal izquierda, infiltrados hemorrágicos en la cara interna del primer arco costal posterior derecho;
infiltrados hemorrágicos en ambas regiones dorsales próximas a la columna; infiltrado hemorrágico en región
sacra: hidrotórax en ambas cavidades;piqueteado hemorrágico en ambos pulmones correspondiente a unas
equimosis de aspecto asfíctico; y en la cavidad cervical se encontraron equimosis subcutánea tanto a nivel de
la región cervical derecha como de la izquierda que se corresponden con las erosiones descritas en el examen
externo; presencia de infiltración hemorrágica de la musculatura cervical de forma bilateral y de la adventicia
de la carótida interna derecha.
Finalmente, en la serie osea por lesiones traumáticas se evindenció que Isidro presentaba en el tercio distal de
la diáfisis del cúbito izquierdo un trazo de fractura en tallo verde, en fase de consolidación con callo perióstico
y fractura tipo "córner" en la metáfisis distal del fémur izquierdo".

FUNDAMENTOS JURIDICOS
PRIMERO.- Los hechos que se han declarado Probados son constitutivos de un delito de malos tratos
habituales en el domicilio común del artículo 173.2 del CP y de un delito de asesinato del artículo 149.1.1º y
140.1.1º del Código Penal.
Comenzando por el primero de los delitos, en el artículo 173. 2 del Código Penal se castiga al que habitualmente
ejerza violencia física o psíquica sobre las personas que allí se enumera, y que constituyen un núcleo familiar,
y que en el caso de que nos ocupa, sería un descendiente por naturaleza de la pareja del autor material,
conviviendo todos ellos en un mismo domicilio que constituía el hogar de la víctima.
El Jurado consideró por unanimidad que habitualmente el acusado, Jesús , ejerció fuerza física sobre el
menor, propinándole todo tipo de palizas y golpes (bofetadas, puñetazos, etc) en distintas partes del cuerpo,
causándole distintas lesiones (hematomas, eritemas, fracturas, etc) de las que nunca recibió atención médica
y lo considera probado, en primer lugar, por el informe de la doctora Luis Carlos , que consta aportado en los
testimonios remitidos por el Juzgado de Instrucción y que fue ratificado en el acto del Juicio por su autora.
En efecto, en el acto del Juicio compareció como testigo-perito, doña Luis Carlos , doctora del HOSPITAL001
que el día 13 de septiembre de 2018 atendió al menor Isidro cuando llegó al referido hospital en el servicio
de urgencias. La doctora relató que al niño lo trajo el que dijo ser su padrastro y que entró en estado " grave
e inconsciente" por lo que le preguntó qué es lo que le había pasado, contestándole que "se había caído en la

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ducha", pero al ver las lesiones que presentaba el niño y que no se correspondían con esa versión, le requirió
al acusado para que le dijera la verdad.
La doctora manifestó que el menor presentaba " múltiples" lesiones, con distinta coloración por todo el cuerpo,
piernas, abdomen, espalda, etc; " moratones" y " hematomas""de diferentes evoluciones", algunos no eran de
ese momento, por lo que consideró que se trataba de un " niño maltratado"; presentaba un estado de gravedad
por la lesión que presentaba en la zona craneo-facial, cuyo origen debía ser un " impacto muy fuerte", no
correspondiéndose a una caída casual; el estado del niño era " muy grave" y " con su vida comprometida",
podría "salir o no salir"; presentaba un " glasow 5" pasando en unos minutos a 3, lo que significa que estaba "
inconsciente sin respuesta a estímulos" o lo que se conoce como " en coma", por lo que se resolvió su traslado
a la UCI del HOSPITAL000 , activándose el protocolo, dándose aviso a la Policía, por sospecha de " maltrato
infantil".
En su informe de fecha 13 de septiembre de 2018, se hace constar que " a la exploración presenta hematomas
diseminados en diferentes fase de resolución" y que " ante la sospecha de posible maltrato se contacta con la
policía y se pone en conocimiento de Trabajador Social".
En el mismo sentido, los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Alicante, don Casimiro y don
Claudio , que practicaron la autopsia al menor el día 18 de septiembre de 2018, a losque igualmente se refieren
los Jurados en el objeto de veredicto, emitieron el correspondiente informe (que consta por testimonio), en el
que se recogentodas las lesiones externas que presentaban el menor, y que se correspondían plenamentecon
las que unos días antes (el 14 de septiembre de 2018), la médico forense doctora Flora , había observado
en el menor mientras éstese encontraba todavía con vida e ingresado en la UCI del HOSPITAL000 , siendo
las siguientes:
-. Extenso hematoma de coloración oscura, abarcando la hemicara izquierda desde la región frontal, temporal,
malar y mandibular.
-. Pequeños hematomas en región frontal derecha (3 entre 0,5 cm y 1 cm).
-. Erosiones en forma de semilunar de entre 05 y 1 cm en borde del pabellón auricular izquierdo región
retroauricular (1), inferior al pabellón (dos paralelas entre si) y región latero cervical izquierda
-. Erosión de 0.5 cm en regióninfraauricular derecha y en región mandibular derecha.
-. Hematomas de coloración oscura en el hemitórax izquierdo a nivel supramamario de unos 3 cm y en región
lateral (4 redondeados deentre 0.5 y 1 cm de diámetro).
-. Pequeños hematomas en región lateral del hemitórax derecho ( 2 de 1 cm).
-. Erosión lineal de 1 cm de longitud en región suprapúbica izquierda interrumpida en dos trayectos y dos
pequeñas erosiones de unos 0.3 cm en misma región más próximo a la linea media.
-. Hematoma de coloración oscura con cierto tinte verdoso-violáceo en región suprapúbica derecha de unos
3 cm.
-. Hematoma de coloración oscura verdosa a nivel de la región dorsal(4) a nivel vertebral y en escápula izquierda
(1) redondeados de 1-1.5cm.
-. Hematoma en región lumbosacra izquierda redondeado de unos 1,5 cm de coloración oscura cerdosa en
región lumbosacra izquierda y dos hematomas de color verdoso y límites más difusos en la región lumbosacra
derecha.
-. Dos pequeños hematomas redondeados de unos 05 cm en cara interna del brazo izquierdo.
-. Extenso hematoma de coloración oscura en región superior y externa del brazo izquierdo, de unos 4 cms y
2 m en el codo izquierdo.
-. Hematoma de coloración oscura, en región lateral posterior externa del muslo izquierdo de unos 3 cm.
-. 4 hematomas longitudinales paralelos entre sí con dirección transversal a la pierna derecha y unos 3 cm
de longitud.
-. Pequeño hematoma en codo derecho (1 cm).
Los citados médicos forenses en el acto del Juicio afirmaron que el menor presentaba hematomas, erosiones,
equimosis, de distintos grados y coloraciones, explicando de forma muy didáctica la diferencia entre lo
que es una equimosis (contusión por rotura de vasos sanguíneos) y su graduación (equimosis, petequias y
hematomas y las erosiones y escoriaciones (lesiones superficiales como consecuencia de arañazos).

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Igualmente, explicaron que cuando se rompen los vasos sanguíneos, y sale la sangre, se pierde el oxígeno,
la hemoglobina se va degradando y va perdiendo color, por eso los distintos colores que pueden presentar
los hematomas(rojo intenso, violáceo, azul, verde o amarillo), se corresponden con lesiones producidas en
distintos momentos, y que, por tanto, presentan distinto grado de evolución.
En el caso de Isidro , según los forenses, presentaba hematomas de distintos colores, lo que permite realizar
una datación aproximada de los mismos, para lo cual hay que atender al informe de la Médico Forense, doña
Flora , en el que se especifica la coloración de cada uno de los hematomas, y es más "válido" en ese sentido,
porque es más reciente (realizado el día 14 de septiembre de 2018) en tanto que la autopsia se realiza tiempo
después, cuando el menor ya ha fallecido.
De esta forma, los médicos forenses concluyen que los hematomas que presentaba el menor se correspondían
conlesiones recientes; con lesiones entre 2 y 5 días (color oscuro de los hematomas y con lesiones entre5 a
12 días (color verde oscuro de los hematomas).
Así, a modo de ejemplo, los médicos forenses, con exhibición de las fotografías tomadas por la Sra. Flora ,
afirmaron que el extenso hematoma de coloración oscura en la región frontal, temporal, malar y mandibular
se correspondería con una lesión de entre 2 a 5 días; pequeños hematomas en región frontal derecha
sería reciente al no constar coloración; hematomas de coloración oscura en el hemitorax izquierdo, a nivel
supramamario, entre 2 y 5 días; el hematoma de coloración oscura, con cierto tinte verdoso-violáceo, en región
suprapúbica derecha podría tener unos 5 a 12 días, quizás entre 7 u 8 días porque se está perdiendo el color
verde; la erosión longitudinal en la zona de pubis derecha de 2 a 5 días; hematoma oscuro en el brazo izquierdo
entre 2 y 5 días, etc.
Los citados médicos forenses hicieron suyo las conclusiones a las que llegó la Médico Forense, Sra. Flora de
fecha 14 de septiembre de 2018. Así, en dicho informe se hace constar que: " La existencia de múltiples lesiones
(hematomas, de diversa localización y evolución, erosiones diversas, TCE con hematoma subdural, hemorragia
subaracnoidea y encefalopatia hipóxico-isquémica severa), son sugestivos de maltrato infantil.
El mecanismo de producción de los múltiples hematomas observados es contusivo, bien por impacto directo
sobre el cuerpo con objeto contundente o por impacto del cuerpo contra planos duros. En el caso que nos ocupa
existen también hematomas de pequeño tamaño, con aspecto digiformes en la cara interna del brazo izquierdo,
compatibles con sujección, y longitudinales en la pierna derecha, paralelos entre sí, sugerentes de impresión de
contusión o sujeción con la mano abierta.
Así mismo el TCE con hematoma subdural y hemorragia subaracnoidea también es compatible con mecanismo
contusivo y de zarandeo.
Las erosiones en forma de semiluna observadas a nivel cervical pueden sugerir sujeción y compresión cervical,
pudiendo explicar la existencia de lesiones encefálicas de tipo hipóxico-isquémico".
Igualmente, en el informe de autopsia de fecha 18 de septiembre de 2018, se describen las lesiones que el
menor presentaba internamente:
a) Cavidad Craneal: 5 infiltrados hemorrágicos a nivel de la cara interna del cuero cabelludo en región
fronto temporo parietal izquierda; encéfalo edematoso, con hematoma subdural en el hemisferio izquierdo, en
concreto, en la región parietal izquierda. Enclavamiento de amigdalas cerebelosas.
b) Cavidad Torácica: infiltrados hemorrágicos a nivel de cara interna del primer arco costal posterior derecho.
Inflitrados hemorrrágicos en ambas regiones dorsales próximo a la columna; infiltrado hemorrágico en región
sacra. En ambos pulmones piqueteado hemorrágico, correspondiente a unas equimosis de aspecto asfíctico.
c) Cavidad cervical: equimosis subcutánea tanto a nivel de la región cervical derecha como de la izquierda
que se corresponde a las erosiones descritas en el examen externo; infiltración hemorrágica de la musculatura
cervical de forma bilateral y de la adventica de la carotida interna derecha.
Los médicos forenses explicaron cada una de estas lesiones internas, y que serán tratadas con mayor
profundidad al hablar de la causa de la muerte en otro Fundamento de esta resolución, si bien ahora nos vamos
a centrar únicamente aquellas que tienen relevancia para evidenciar el maltrato físico que sufrió el menor, y
que son:
-. Los cinco infiltrados hemorrágicos que se apreciaron en la cavidad craneal, a nivelde la cara interna del
cuero cabelludo en región fronto temporo parietal izquierda tenía correspondencia, y por tanto, relación causa-
efectocon el extenso hematoma al que antes se ha hecho referencia como lesión externa (primera lesión del
informe de la doctora Flora ), lo que implica, en palabras de los médicos forenses, que no se causan con "un
simple bofetón" sino que son consecuencia de un golpe dado con cierta intensidad (con algo duroo resistente,

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JURISPRUDENCIA

de forma activa, lanzando al bebé contra una superficie o pasiva, recibiendo el bebé el golpe con ese plano
duro), ya que produce sangre dentro de las partes blandas (pequeños cúmulos de sangre).
-. De la misma forma, los infiltrados hemorrágicos a nivel de cara interna del primer arco costal
posterior derecho; Infiltrados hemorrrágicos en ambas regiones dorsales próximo a la columna y elinfiltrado
hemorrágico en región sacra, tienen correspondencia con los hematomas que presentaba el menor
externamente (lesiones 9 y 10 del informe de la médico forense doña Flora ), lo que evidencia nuevamente un
golpe de intensidad porque se produce la rotura de vasos interiores, afectando a estructuras internas.
A lo anterior, debemos de añadir que en el acto del Juicio se le puso en conocimiento de los Médicos
Forenses que en el historial médico del menor constabaque se le había efectuado una " serie ósea por lesiones
traumáticas" hallándose que " en el tercio distal de la diáfisis del cúbito izquierdo se identifica un trazo de fractura
en tallo verde, en fase de consolidación con callo periósticos" y " fractura tipo "corner" en la metáfisis distal
del férmur izquierdo, altamente sugestiva de traumatismo no accidental" (informe emitido por el doctor, don
Silvio , que consta por testimonio en las actuaciones), afirmando los forenses que dichas lesiones tendrían una
evolución de entre 15 o 20 días, debiendo ser " muy intensa" la fuerza empleada para causar dichas fracturas
y en todo caso son "traumatismos intencionados" y que producirían un dolor intenso, que hubiera precisado
ser visto por un médico.
Según los Médicos Forenses, la existencia de esa pluralidad de lesiones, con distinta morfología, distinto
grado de evolución, y distintas conformaciones (pues podrían haber sido causados con distintos objetos), son
características del " síndrome de maltrato infantil".
En el mismo sentido, los distintos profesionales médicos y enfermeros que declararon en el acto del Juicio,
a los que también aluden los miembros del Jurado para fundamentar su decisión, afirmaron que vieron
multiplicidad de lesiones en distintas partes del cuerpo del niño con distinto estadio evolutivo.
Así, lo declaró doña Fermina , doctora de medicina intensiva del HOSPITAL000 , afirmando que el niño
presentaba " lesiones en todo el cuerpo", "lesiones múltiples" con " hematomas dispersos por el cuerpo y distintas
fases de evolución", siendo algunos más recientes y otros más tiempo; don Apolonio , doctor de medicina
intensiva del HOSPITAL000 , que relató que el niño tenía " múltiples equimosis en todo el cuerpo, en muchas
partes del cuerpo, cabeza, malar, en la espalda, parrilla costal,...no había parte del cuerpo que no tuviera moratón",
siendo hematomas " evidentes", que " cualquier persona lo habría apreciado" estando por todo el cuerpo; don
Silvio , doctor en medicina intensiva del HOSPITAL000 , quien lo atendió desde el primer momento y examinó
todo su cuerpo, declaró que el niño tenía golpes " en todos los sitios, cara, extremidades, pelvis, torso,...", era un
niño " policontusionado", presentado "diversa coloración, la mayoría recientes", siendo " visibles para cualquier
persona" porque " no era algo normal", por lo que se sospechó de " maltrato infantil" y se solicitó la " serie ósea",
prueba que permite apreciar fracturas aunque sean mínimas, presentado el menor lesiones en el radio, que,
según su experiencia profesional, suelen darse por retorcimiento de los brazos violentamente y con fuerza,
pudiendo el niño moverse pero " le duele en ciertos movimientos", y como tiene tiempo hace " callo" para la
resolución de la fractura. En cuanto a la fractura tipo " córner" encima de la rodilla significa que ha sido golpeado
o maltratado, no tratándose de un golpe producido fortuitamente; doña Nuria , doctora de medicina intensiva
del HOSPITAL000 , que atendió junto con el anterior al menor en la UCI, recordaba que debido a la " situación del
cuello, que estaba amoratado", no pudieron meter la vía para no generar más lesiones; doña Sandra , enfermera
del HOSPITAL000 que atendió al menor en la UCI pediátrica, recordaba hematomas de " distintos colores",
dándole la sensación de que no eran de ese día sino de distintos momentos o días; doña Valentina , enfermera
del HOSPITAL000 , UCI pediátrica, relató que el niño tenía hematomas y marcas por todo el cuerpo de forma
" generalizada" y en " zonas diferentes", presentando los hematomas distintos estadios.
Por tanto, no existe duda que el menor Isidro , fue objeto de malos tratos habituales, habiendo recibido palizas
y/o golpes por todas las partes de su cuerpo en forma de hematomas, erosiones y fracturas, lesiones que por
estar generalizadas en todo el cuerpo del menor y por sus propias características eran visibles para cualquier
persona que estuviera al cuidado del menor.
SEGUNDO.- Los miembros del Jurado también han tomado en consideración la declaración de ambos
acusados. Tanto Jesús como Amelia afirmaron en el acto del Juicio que ellos eran los únicos que cuidaban
del niño pues aunque vivían con un tío de Jesús , don Millán , éste nunca se ocupó del menor pues se
encontraba totalmente incapacitado para ello, extremo que fue confirmado en el examen médico forense al
que fue sometido en fecha 2 de mayo de 2019, en el que se concluyó que sufría demencia senil con afectación
de las capacidades cognitivas y afectación de la memoria a corto y largo plazo.
También afirmaron los acusados, que a una tía de Jesús , llamada Eva , se lo dejaron a dormir y a comer y
a otra tía, llamada Gema , que lo llevó un día.

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JURISPRUDENCIA

Sin embargo, ésto no deja de ser algo muy puntual, pues como hemos visto, ellos mismos reconocen que los
únicos que se ocupan del menor eran ellos, pues ni siquiera iba a una guardería.
Así, Jesús afirmó que mientras él estuvo trabajando era Amelia quien que se ocupaba del niño y que cuando
volvía del trabajo le gustaba cuidarde él, que incluso lo bañaba o se bañaban juntos, le daba la cena y lo
acostaba; que dejó de trabajar a finales del junio y prefería cuidarlo él, ya no estaba trabajando, y se lo llevaba
a todos los sitios.
De la firma forma, Amelia relató que su vida cuando vino a DIRECCION000 se limitaba a estar en casa, a
estar con el niño y a comprar, estando " el niño todo el tiempo conmigo", ayudando Jesús con el cuidado del
mismo cuando volvía del trabajo, haciendo ambos " las tareas de aseo del niño", indistintamente.
Por lo tanto, las únicas personas que pudieron causar a Isidro las diversas lesiones que presentaba eran
Jesús y Amelia .
Jesús reconoció en el acto del Juicio que "le ha dado algún golpe Isidro ", normalmente consistentes en "
cachetes o zarandeos" y que el día 13 de septiembre de 2018 " se le fue la mano", y que los hematomas de
los brazos y del estómago se los había causado él; que intentaba ocuparse él del menor para que Amelia no
viera los morados del brazo y que el menor nunca ha tenido " caídas importantes", solo una caída de la cama
en el que se hizo un morado pero que si le hubiera visto un " bulto" en la cabeza le habría llevado al hospital.
Además, añadió que era " un niño bastante nervioso" y que Amelia no quería que pegara al niño.
Según relató Amelia , ella no vio nunca pegar a Jesús al niño más que " un azote en el culo" pero lo hizo para
apartarlo del horno y que si hubiera visto a Jesús maltratar al menor no lo hubiera consentido.
Sin embargo, dichas declaraciones no son creíbles por cuanto las lesiones que se han hecho constar en el
Fundamento anterior, no se corresponden con leves " cachetes o zarandeos" sino que, como hemos visto, se
tratan de lesiones causadas con el empleo de una intensa fuerza física, dejando el cuerpo del menor sembrado
de hematomas que cubrían casi todo su pequeño cuerpo; tenía hematomas con aspecto " digiformes", que
implica sujeción intensa para dejar la impronta de los dedos; presentaba rotura de tallo verde en la cúbito y
rotura tipo "córner" en el fémur, que según palabras del médico forense, exige la aplicación de "fuerza intensa"
para vencer la rigidez del hueso; había hematomas que tenían correspondencia con infiltrados hemorrágicos
en nivel interno, etc.
TERCERO.- El Jurado consideró probado por unanimidad que si bien Amelia no causó las lesiones al menor, "
era conocedora de las palizas que le daba su pareja, Jesús , al bebé de las que nunca recibe asistencia médica
y no haciendo nada por impedirlo, y por tanto, consentía " pues " los moratones de distintos colores eran visibles
cuando cuidaba al niño (bañarlo, vestirlo...). No trabajaba, estaba siempre con el niño" (motivación del punto 3º
del objeto de veredicto de Amelia ).
Esta multiplicidad de lesiones es apreciable en las fotografías existentes tanto en el informe emitido por la
Brigada Local de Policía Científica (acta de autopsia), ratificado por los agentes que lo confeccionaron (agentes
números NUM006 y NUM007 )como en las fotografías que tomó la médico forense doña Flora y que fueron
exhibidas en el acto del Juicio, constando todo ello como testimonio en las actuaciones, fotografías que nos
permiten visualizar que prácticamente no había zona del cuerpo del menor que no presentara lesión, por lo
que es imposible que Amelia , quien se encargaba del cuidado de su hijo, no los viera, y le llamara la atención
por su coloración, morfología, extensión, etc.
De hecho, por el Ministerio Fiscal y por las partes, se le preguntó a Amelia por las lesiones que presentaba
Isidro y únicamente se refirió a un hematoma que presentaba en la zona baja del vientre y dijo que se
correspondía con un masaje que le había dado Jesús para que el niño fuera al baño y a que un día se cayó
desde la cama y se dio en el moflete, y le salió un moratón, pero no lo consideró grave como para llevarle al
médico.
No cabe darle mayor relevancia a estas palabras más allá de su afán de exonerar de cualquier tipo de
responsabilidad a ella o a Jesús pero en modo alguno justifica la gran cantidad de lesiones que presentaba
el niño. Tampoco se sostiene que la lesión que presentaba Isidro en el moflete, si es la que se refiere Amelia
, puede tildase de poca gravedad a la vista simplemente de las fotografías, y hubiera precisado acudir a un
servicio médico para descartar, al menos, una lesión interna, como dijo el forense, Sr. Claudio , dada su
localización (en la cabeza) y su extensión (que no lo cubría desde la cabeza hasta la barbilla).
Además, en un intento por parte de Jesús de asumir la culpa y exculpar a Amelia dice que trató él de ocuparse
más del niño para que no viera los morados que le había causado, refiriéndose a los de los brazos y los de
vientre, pero como hemos visto Amelia afirmó en el acto del Juicio ambos cuidaban indistintamente al menor
y aunque admitió que él después de dejar el trabajo se ocupaba más del niño, ni le llamó la atención este

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JURISPRUDENCIA

comportamiento de Jesús ni supuso, en modo alguno, que dejara ella de atender totalmente al niño como para
no apreciar las lesiones, pues de hecho ella sí que dijo que había visto el hematoma del vientre y las lesiones,
en todo caso,eran muy evidentes y cubrían la totalidad del cuerpo del niño como para que no las viera.
El Jurado también alude a que Amelia era conocedora de las agresiones físicas por parte de Jesús al menor
porque " tenía que oír los llantos de su hijo como lo hacían los vecinos, y, por tanto, consentía lo que estaba
haciendo" (motivación del punto 8º del objeto del veredicto).
Efectivamente, en el acto del Juicio declararon varios vecinos de Jesús y de Amelia que relataron que
escucharon llorar al niñode una forma que les llamó la atención.
Doña Estela , vecina del acusado, relató que si bien al niño no lo vio, sí que escuchóal niño reírse en junio, antes
de que ella se fuera a veranear al campo, pero cuando volvió en septiembre, el silencio era total, y solo oyó al
niño una vez, que escuchó como " un fuerte golpe, como darse con un armario, el niño lloró fuerte, y después de
golpe silencio". Su madre, que vive con la testigo, le comentó que el día anterior había escuchado " otro golpe,
fuerte, llorar y silencio total".
Su madre, doña Juliana , relató que las dos primeras semanas de junio oía al niño jugar y reír, pero cuando
volvió del campo en septiembre, oyó como " una hostia, algo fuerte, y llorar el nene".
Doña Marisa , manifestó que al niño no lo veían, solo lo vieron una vez en la silleta, que le llamaba la atención
que era un niño que no se le oía, " solo lloriqueaba de quejarse", como " de dolor", que " dejaba de llorar en seco"
y que una vez escuchó un tortazo y se asomó a la ventana y lo comentó con otra vecina.
Doña Raimunda , declaró que ella "oía llorar el niño amargamente" por lo que "pensó que el niño estaba enfermo,
parecía que le tapaban la boca, pero no sabía qué era porque no lo vio"; que escuchó como si le pagaran al
niño, " que lo pasó mal porque quería avisar pero no estaba segura"; que lo escuchó varias veces, unas 4 o así,
más o menos.
Don Jose Luis , explicó que "parecía que no había niño"; que él escucho el lloro del niño y no le pareció normal de
un niño de dos años, pues él ha criado a 4 niños, y "no era un llanto normal" era como "quejándose de algo"; que
el llanto cesaba de golpe y ya no se oía nada, y que lo comentaba con su mujer, que haber si ya no había niño.
Doña Delfina , que tampoco vio al niño nunca, también le llamó la atención la forma de llorar el niño, pues
era "a menudo y raro" pues "empezaba muy fuerte, gritando, y paraba en seco"; que escuchó como "una especie
de guantazo", aunque no lo vio; que también escuchó "sonido como de arcadas y pensó que el niño estaba
vomitando y que estaba malico".
CUARTO.- Además, el Jurado también tomo en consideración la declaración de los agentes de la Policía
Nacional que acudieron al HOSPITAL001 una vez que los facultativos apreciaron la gravedad de las lesiones
que presentaban Isidro y que las versiones dadas sobre su origen no guardaban correspondencia con
dichas lesiones, activando el protocolo de "maltrato infantil", especialmente el testimonio de la agente número
NUM008 .
Esta agente relató en el acto del Juicio, tras ratificar el atestado policial (que consta por testimonio en las
actuaciones en las partes no reproducibles), que acudió con su compañero número NUM009 al hospital, que
una vez que hablaron conel médico les dijo que había entrado un niño que presentaba golpes y que había
sido traído por la madre y por su novio, y que " esas lesiones se las habría causado alguien", se entrevistó
separadamente con la madre quien le ofreció diversas versiones sobre los hechos, lo que la agente calificó
como "cosas sin sentido".
Así, les contó que les habían secuestrado el sábado pasado (a ella y al bebé), los metieron en el coche en la
parte de atrás y en un descuido se tiró en marcha con el bebé del coche, y como la agente no se creyó tal
versión ya que no le parecía lógico que ella no presentara lesiones y le preguntó porque no le había llevado al
médico antes, Amelia le contestó que por miedo; que le preguntó que había pasado ese día, y contestó que "
no sabía por qué el niño se había quedado inconsciente"; luego le contó que el niño se había caído en el parque;
que era un niño muy movido y que se habría dado el golpe por sí solo; le preguntó si alguien había pegado
al niño, y ella lo negaba pero finalmente me dijo que "su pareja, con la que conviven, habitualmente cada día
le pega porque le molesta"; "que su niño lloraba mucho y su pareja no lo soportaba y normalmente su pareja lo
agarraba por el cuello"; "que su forma de educar era pegarle y que no conoce otra forma" y que "se sentía mala
madre porque no se sentía capacitada para cuidar a su hijo"; "que ese día se le fue de las manos", que "fue en su
presencia (de Amelia ) y su pareja" como "ese día el niño lloró y como otras veces fue a su manera a callarlo,
como siempre lo hacía"; "que normalmente le golpeaba y ese día, estaba inconsciente, que intentaron reanimarlo
con agua, y cuando no volvió en sí, le envolvieron en una toalla y buscaron a un vecino para que los llevara".

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JURISPRUDENCIA

La agente de la Policía Nacional relató que lo que más le llamó la atención es que Amelia , de forma "muy
serena" les decía que "esa era la forma de educar de su pareja y que ella no sabía educar de otra forma"; que
Amelia "nunca le preguntó por el niño y que estaba más preocupaba por lo que le podría pasar a su pareja" y
que "tenía miedo de contar la realidad porque no quería que su pareja fuera tratada como un maltratado"; "que
le daba igual perder la custodia" del niño pero no quería que "le pasara nada a su pareja"; que Amelia "estaba
especialmente cariñosa con él (con Jesús )" y que la agente le recriminó la actitud "porque demostrara esa
afectividad a alguien que había agredido a su bebé".
Después se entrevistaron, reservadamente con Jesús , que también les ofreció distintas versiones del origen
de las lesiones del menor , refiriendo que el viernes pasado estando la madre y el hijo en el parque unos chicos
le pegaron al bebé y que llegó con un moratón, no denunciando por miedo a represalias y que cuando se le
dijo que eso no tenía nada que ver con lo que había dicho la madre, Jesús dijo que " iba a decir la verdad" y
contó que "pegaba habitualmente"a Isidro , "que le molestaba mucho el llanto del bebé y que era la forma de
educar que él conocía", "que ese día le dio un tortazo y un puñetazo" haciendo un gesto de cerrar el puño, "que
se le fue de las manos, que me sacó de quicio, no lo soporté, que cuando llora lo cogía del cuello y callaba y hoy
se le ha ido el golpe", que ese día el niño quedó inconsciente.
La agente refirió que ambos estaban preocupados, nerviosos e inquietos porque " sabían lo que habían hecho
e iba a tener consecuencias legales", descartando que estuvieran preocupados por el estado de salud del bebé;
que " él estaba muy frio y abrazaba a la madre", "se abrazaban mucho", "con mucho cariño", circunstancia que
llamó mucho la atención a la agente " cuando sabes lo que él habíahecho".
La agente reiteró en multitud de ocasiones, ante las preguntas del Ministerio Fiscal y de los Letrados que
insistieron sobre el tema, que Amelia era "consciente" y además "justificaba" el maltrato porque " no lo veía
mal", concluyendo que era " conocedora y consentidora" de que él lo cogiera del cuello y le diera golpes, y que
Amelia le manifestó que estaba presente en la casa ese día (13 de septiembre de 2018), estado segura la
agente en un cien por cien que así lo dijo, así como que también le dijo Amelia que llevó al niño a la ducha
para que recuperara la consciencia.
Por la defensa de Amelia , se puso de manifiesto la existencia de una posible contradicción atendiendo a lo que
esta agente declaró en fase de instrucción y lo dicho en el acto del Juicio, por lo que se decidió la incorporación
del testimonio de la declaración instructoria para su valoración por los miembros del Tribunal del Jurado, en
relación a que los acusados le hubieran contado que Jesús cogiera del cuello al menor.
Igualmente le recriminó a la agente que estaba dando muchos más detalles de los que hizo constar en el
atestado y en la declaración en fase de instrucción.
Sin embargo, el Jurado ha otorgado plena credibilidad al testimonio de la agente, acogiéndolo sin reservas,
sin apreciar ningún tipo de contradicción.
De hecho, si se lee con detenimiento la declaración en fase de instrucción de la agente, ésta dice que: " que
no les dice que lo cogiese del cuello", lo que podría interpretarse como una contradicción, ya que en el acto
del Juicio dice que ambos sí relataron que Jesús cogía del cuello al menor pero, en realidad no existe tal
contradicción porque la agente explicó en el acto del Juicio que ellos contaron que en otras ocasiones Jesús
había cogido al bebé por el cuello y que si consta eso en la declaración de instrucción es porque "no sabe si ese
día lo hace"(refiriéndose al día 13 de septiembre de 2018), pero que estaba segura de que ambos reconocieron
que Jesús cogía el menor del cuello en otros episodios.
Por otro lado, explicó que ni en atestado ni en la declaración en fase de instrucción, se puede poner el cien por
cien, y que para eso estaba la declaración en el acto del Juicio.
En todo caso, debemos de tener en cuenta que la verdadera prueba es la que se practica en el acto del Juicio
Oral bajo los principios de inmediación, oralidad y contradicción.
Además, dicho testimonio está respaldado por lo que manifestó su compañero, agente de Policía nacional
NUM009 , que prácticamente declaró en el mismo sentido.
Así relató, tras ratificar el atestado, que acudieron al hospital porque fueron requeridos por la Sala del 091, ya
que personal sanitario han avisado de que tenían un maltrato infantil de violencia doméstica; en primer lugar
se entrevistan con la doctora de urgencias cuyo nombre consta en el atestado, y les comenta que sobre las
11 llegó un menor inconsciente y se dieron cuenta que tenía además politraumatismos por el cuerpo unos
recientes y otros más antiguos, que asemeja a maltrato infantil; después de hablar con la doctora y vista la
gravedad de la situación y de los hechos, hablan separadamente con la madre de forma reservada, haciéndolo
él y su compañera; Amelia les manifestó queel niño se cayó en la ducha y cuando le dijeronque el niñotenían
traumatismos más antiguos, la madre le manifestó que el viernes o sábado, que alguien, desconocido los

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JURISPRUDENCIA

secuestro a ella y el niño y mientras que circulabanlo tiraban a la carretera; quele preguntaron porque no
denuncio y les dijo que tenían miedo; le comentaron la situación de gravedad del niño, y la madre les manifestó
que "como ella no sabía educar y no sabía como educarlo era la pareja que se encargaba de corregir al niño y
lo hacía a golpes, y ese día le dio un mal golpe y por eso lo llevaron al hospital"; que no les describió los golpes
pero que "lo educaba a golpes"; que Amelia les dijo que " no quería la custodia del niño porque no se veía
capacitaday que no tratarana su pareja como un maltratador"; que salieron para hablar con la pareja de la mujer,
y le dijo que la madre estaba con el niñoen la bañera y se desmayó, dándose un golpe, encontrándose él en
otra habitación y fue a auxiliarla", y como vieron que no podían socorrerle dio aviso a una vecina para que lo
llevaron al hospital; cuando le preguntaron a Jesús a qué respondían los moratones, " él les dijo que el niño
el viernes o el sábado anterior había bajado al parque con la madre y unos niños le habían dado una paliza al
bebé" y que no puso denuncia por temor a represalias"; finalmente les dijo la verdad, y es que "él se encargaba de
corregiral niño cuando se portaba muy mal porque la madre no sabía corregirlo, y como a él le habían educado a
golpes era la única forma que sabía,aunque no estuviera bien, y que esedía, el de los hechos, el niño, al parecer,
se estaba comportando mal, y lo castigó y como continuó, fue a la habitación, para corregirle, legolpeó primer
el culo, luego bofetada y por último le dio un golpe en la cabeza", e hizo un gesto de cerrar el puño; cuando
se entrevistaron nuevamente con la doctora, que les dio que el bebé estaba peor y que estaba muy grave,
procedieron a la detención de ambos.
Preguntado específicamente si Amelia era "conocedora" de los golpes que su pareja propinaba al menor, el
agente contestó que según lo que ella comentó sí, que era conocedora en todo momento de la situación del
menor y lo consentía, porque ella le dijo que "él educaba al niño a golpes".Igualmente se le preguntó si Amelia
dijo que estaba presenteen la vivienda cuando ocurren los hechos del día 13 de septiembre de 2018, el agente
lo dio por hechoa la vista de lo que Amelia declaró, lo que ya no sabría decir si estaba delante mientras ocurría
o en otra habitación, pero que en todo caso, conocía y consentía lo que estaba pasando.
También se le preguntó si Amelia o Jesús refirieron algo de si éste cogía al menor del cuello, manifestando
que en este momento no lo recordaba, que si lo hubiera dicho lo habría hecho constar en el atestado aunque
cree que no lo dijeron pero que no sabe si se lo pudo decir a su compañera en un momento en el que él no
estuviera presente.
Es cierto que en el atestado no consta ninguna referencia a que los acusados manifestaran que Jesús
cogiera del cuello habitualmente al menor, pero como hemos visto, los miembros del Jurado otorgaron plena
credibilidad al testimonio de la agente de la Policía Nacional NUM008 , debiendo de tener en cuenta que salvo
en este puntual aspecto, su declaración es prácticamente coincidente con la de su compañero, agente número
NUM009 , con el contenido del atestado policial, y sin que haya ningún motivo para dudar de la credibilidad
del testimonio de dicha agente pues declaró bajo juramento o promesa de decir verdad, y además no consta
relación previa con los acusados que haga pensar que su declaración está presidida por un móvil espurio.
QUINTO.- Los hechos que se han declarado probados serían constitutivos de un delito se asesinato del artículo
139.1.1º y 140.1.1ºdel Código Penal, en el que se castiga, al que "matare a otro concurriendo alguna de las
circunstancias siguientes", entre la que se encuentra "la alevosía", cuando la víctima sea menor de dieciséis
años de edad, o se trate de una persona especialmente vulnerable por razón de su edad, enfermedad o
discapacidad.
" El asesinato no es sino un homicidio cualificado, así lo viene entendiendo la mayor parte de la doctrina y
jurisprudencia, y el homicidio en su concepción técnico jurídica no significa otra cosa que la muerte de un hombre
por otro hombre injustamente inferida, por lo que el delito imputado requerirá para su apreciación la concurrencia
de los elementos propios del homicidio, a los que se incorporan, para tipificar específicamente el homicidio como
asesinato, alguna o algunas de las circunstancias previstas en el artículo 139 del Código Penal " ( Sentencia de
la AN 19 de mayo de 2020; ECLI:ES:AN:2020:2193 ), en este caso la alevosía.
Para que se aprecie este delito es necesario que concurran los siguientes elementos: a) Una conducta del
sujeto activo del delito que vaya dirigida a privar de la vida a otra persona. b) Un resultado de muerte del sujeto
pasivo de la acción. c) Una relación de causalidad entre acción y resultado, y d) Ánimo de matar en el sujeto
activo -o "animus necandi"- que concurre tanto en el supuesto de dolo directo como eventual, que, por tratarse
de un fenómeno interno y de la propia conciencia del individuo, ha de valorarse y manifestarse por los actos
que realice el culpable y por los medios empleados.
Como signos de la voluntad de matar ha de atenderse a la naturaleza del arma empleada, la zona anatómica
atacada y el potencial resultado letal de las lesiones infligidas. En definitiva han de tenerse en cuenta como
datos más significativos de la voluntad de matar: a). Los antecedentes de hecho y las relaciones entre el autor
y la víctima; b). La clase de arma, elemento o medio utilizado; c). La zona o zonas del cuerpo a que se dirige la
agresión; d). El número de golpes inferidos; e). Las palabras que acompañaron al ataque; f). Las condiciones de

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JURISPRUDENCIA

lugar y tiempo, así como las circunstancias conexas o concomitantes con la acción; g). La causa o motivación
de la misma y h). La entidad y gravedad de las heridas causadas.
Conforme al informe de autopsia de los Médicos Forenses, don Casimiro y don Claudio , al que ya se ha
hecho referencia con anterioridad, la causa fundamental de la muerte de Isidro fue " compresión mecánica
extrínseca en cuello (estrangulamiento a mano)".
En el acto del Juicio los citados forenses explicaron que realmente, aunque la causa fundamental sea " el
estrangulamiento a mano",la causa de la muerte " era compleja", ya que practicada la autopsia, en la cavidad
craneal se apreció la existencia de 5 infiltrados hemorrágicos a nivel de la cara interna del cuero cabelludo
en región fronto temporal parietal izquierda; el encéfalo se mostraba edematoso, con hematoma subdural
en el hemisferio izquierdo, y en concreto, en la región parietal izquierda y enclavamiento de las amigdalas
cerebelosas.
Por otro lado, en la cavidad cervical, presentaba la existencia de equimosis subcutánea tanto a nivel de la
región cervical derecha como de la izquierda que se correspondían con las erosiones descritas en el examen
externo ( ), presentando además infiltración hemorrágica de la musculatura cervical de forma bilateral y de la
adventicia de la carotida interna derecha.
En el acto del Juicio, los médicos forenses explicaron que el menor presentaba un hematoma subdural que,
según los libros y manuales de ciencia médica, se producepor un zarandeo de cierta intensidad, ya que un niño
es una persona auto-formándose, en el que en cerebro no es consistente y se mueve dentro de la caja, que es
el cráneo, chocando con sus paredes, lo que produce la rotura de vasos sanguíneos, esto es una lesión que
es el hematoma subdural.
Pero por otro lado, según los mismos profesionales, otra causa de la aparición de un hematoma subdural es
como consecuencia de un estado de hipoxia (falta de oxígeno), dándose la circunstancia de que cuando se
abrió el cadáver en la cavidad cervical se apreció la existencia de unas " improntas a nivel delas estructuras
cervicales que hacen pensar que hubo especie de estrangulamiento" o " compresión mecánica a nivel cervical",
que produce una reducción de la entrada de oxígeno alas vías aéreas, y por tanto, a nivel cerebral, provocando
un daño (el hematoma subdural), según se refiere en los diferentes artículos científicos.
Finalmente, un traumatismo directo de cierta intensidad también puede producir un hematoma subdural.
Por eso se concluye que se trata de " un mecanismo mixto o complejo", en el que se junta todo, esto es, si a una
hipoxia con daño tisular (en los tejidos), le añadimos ciertos traumatismos y/o un zarandeo es más posible
la aparición de este tipo de lesión, lesiones que individualmente consideradas son todas ellas muy graves y
suponen "compromiso vital".
El hematoma subdural, que es una salida de sangre de su continente y al salir al exterior ocupa el espacio "
de la caja" (cráneo), que ya tiene su contenido y lo desplaza, de manera que las amigdalas cerebelosas, que
son estructuras encefálicas, se compactan con el agujero magno, impidiendo que pasara el oxígeno, lo que
provoca hipoxia y luego anoxia.
En los pulmones, se aprecia " picoteado hemorrágico en ambos pulmones" típico de las asfixias, pues cuando
los órganos internos no reciben el oxigenoadecuado sufren rotura de sus vasos, que se visualiza en la " masa
del pulmón".
Los médicos forenses se decantaron por establecer como " causa fundamental" la de "compresión mecánica
extrínseca en cuello (estragulamiento a mano)" porque era "la más evidente" por varios motivos:
-. Externamente, presentaba erosiones en forma de semilunar en la zona del borde del pabellón auricular
izquierdo, región retroauricular, inferior al pabellón y región latero cervical izquierda, que se corresponden con
las uñas del agresor. Según declararon los forenses en el acto del Juicio, son muy indicativas o típicas de los
estrangulamientos a mano. Además, dichas erosiones presentaban distintos ángulos por lo que podría ser
consecuencia de que hubiera sido ejercita la presión desde distintos ángulos o en distintos momentos.
-. En el examen interno de la cavidad cervical se aprecian lesiones (equimosis subcutánea tanto a nivel de
la región cervical derecha como izquierda) en las estructuras cervicales que tienen correspondencia con las
lesiones externas y una " infiltración hemorrágica de la musculatura cervical de forma bilateral y de la adventicia
de la carotida interna derecha", lesión ésta última que los forenses en su larga trayectoria profesional no la han
observado en el 90% de los ahorcados, y eso que la presión en estos casos es muy elevada, lo que implica que
la presión ejercida en el cuello de Isidro debió ser intensa.
SEXTO.- Los miembros del Jurado consideraron acreditado por unanimidad que en la mañana del día 13 de
septiembre de 2018, el acusado, Jesús , sabiendo la alta probabilidad de que se pudiera producir la muerte

13
JURISPRUDENCIA

del menor y aceptándolo, ejerció fuerza física sobre el mismo, propinándole una paliza, con golpes por todas
partes (bofetadas, puñetazos, incluso estampándolo contra alguna superficie, etc), que impactaron en distintas
partes de su cuerpo, llegando a oprimirle el cuello con tanta intensidad que impedía que el niño respirara hasta
que el menor se desvaneció, perdiendo la consciencia.
Igualmente, consideró probado por unanimidad que en la vivienda se encontraba la acusada Amelia mientras
el acusado ejercía fuerza física sobre el menor, y siendo consciente de lo que su pareja estaba haciendo, incluso
que le estaba oprimiendo el cuello con tanta intensidad que impedía que el niño respirara hasta que el menor
se desvaneció, lo consintió, no haciendo nada para proteger al menor e impedirlo.
En su declaración en el acto Juicio, Jesús relató que el día 13 de septiembre de 2018 se levantaron, él y
Amelia , sobre las 08,30 horas; que ella se vistió rápidamente porque tenía médico y él se quedó recogiendo
la casa; que " se encontraba bien" y "no estaba mareado", tras consumir un porro y un poco de cocaína que
sobró de la noche anterior, y luego se marchó a la farmacia dejando solo al niño con su tío, con el que había
discutido por unas pastillas, encontrándose a Amelia en la farmacia; que discutieron porque ella le recriminó
por haber dejado el niño solo y salió de la farmacia lentamente para enfadar aún más a Amelia pero luego
subió rápidamente a la casa porque se había dado cuenta de que el niño estaba solo; que levantó al niño y
lo puso en la silleta, despertó a su tío, cuando volvió el niño se había meado, lo tiró en la cama, y escuchó
como explotaba un vaso del desayuno que su tió había metido en el microondas, por lo que se puso a limpiar,
y cuando volvió con el niño se había vuelto a mear y " pasó lo que pasó"; que " se le fue la mano", le dio dos
cachetes en el culo al niño, que le dio a continuación dos cachetes más en la cabeza y un tercero más fuerte,
viéndolo con la mirada perdida, le miró el pulso y en ese momento llegó Amelia ; que " no le dio un puñetazo
a Isidro pero sí con el puño cerrado ", no siendo cierto que lo cogiera por el cuello ni lo estampara; que admite
que se le fue de las manos y le pegó en la cabeza, y que " asume su culpa" pero que el niño no tenía nada de
asfixia, y no entiende, por lo " que quería saber quién ha estado en el hospital" porque piensa que alguien le
hizo daño en el hospital; que cuando llegó Amelia intentó reanimarlo y fue con Amelia a pedir ayuda una
vecina para que le llevaran al hospital y que al llegar al hospital mintieron porque sino " no se quedarían con
el chiquillo y la policía les llevaría a ellos", y por eso le dijo a Amelia que " si decían la verdad acabarían en
comisaría, y por eso dijo tonterías".
Es importante destacar ciertas manifestaciones que hizo el acusado en fase de instrucción, manteniendo otra
cosa en el acto del Juicio, cuya declaración fue incorporada a las actuaciones al ponerse de manifiesto por el
Ministerio Fiscal y los Letrados de la acusación la existencia decontradicciones, siendo los más importantes
los siguientes:
-. " que es consciente del estado del niño nada más darle el golpe porque el niño hizo un gesto como de dejar
de respirar".
-. que a la vecina le contaron que " habían entrado unos secuestradores encapuchados porque estaba nervioso
y no quería perder al niño por culpa de ese error".
-. " que así de esa manera fue la primera vez que golpeó al niño, que las otras veces han sido de menor intensidad,
que no sabe como ha sido esto, que las otras veces de menor intensidad puede ser que le dejara marcas".
-. "(...) que lo llevaron rápidamente al hospital para que lo resucitaran"
Por su parte, Amelia relató en el acto del Juicio que ese día se levantó y se fue al médico, sin haber consumido
nada de drogas, por lo que se encontraba "despejada como cualquier otro día", " no estaba mareada ni me
encontraba mal"; después fue sola a la farmacia, encontrándose a Jesús a quien le preguntó dónde estaba el
niño; que tardó en ir de la farmacia a su casa unos cinco minutos, y que cuando volvió se encontró a Isidro "
con la mirada ida" y le preguntó a Jesús , y el le dijo que " le había dado un mal golpe al niño" y no le preguntó
más, e intentó que el niño se espabilara y luego buscó a la vecina para que le llevaran al hospital, teniendo
un accidente durante el trayecto, y como el coche ya no arrancaba se fueron en el vehículo de la persona con
laque habían colisionado; que al llegar al hospital no recuerda haber dado distintas versiones aunque recuerda
haber hablado con la doctora y con la policía, que solo quería que atendieran a su hijo y saber lo que había
pasado; que Jesús le dijo al entrar al hospital que le " había dado un golpe y que no contara nada porque los
detendrían a los dos"; que le contó a la Policía lo que había pasado cuando ya no podía más, pero no porque
les dijeran que estaban dando versiones contradictorias.
Dichas versiones no fueron consideradas creíbles por los miembros del Jurado atendiendo a la declaración
de los agentes de la Policía Nacional a la que anteriormente se ha hecho referencia, pues, como ya se
ha dicho, los agentes afirman con total rotundidad queambos acusados, por separado, reconocieronque
Jesús habitualmente ejercía fuerza física sobre el menor como método de corrección, siendo conocida dicha
situación por Amelia , quien lo consentía, porque entendía que era su forma de educar.

14
JURISPRUDENCIA

Igualmente, los agentes declararon en el acto del Juicio que la acusada, Amelia , reconoció que los dos estaban
en la vivienda cuando el día 13 de septiembre de 2018, Jesús aplicó fuerza física sobre el menor, y que
cuando vieron que se le había escapado de las manos, trataron de mojarlo para ver si reaccionaba, reiterando
los agentes, en varias ocasiones, que Amelia era conocedora y consentía lo que Jesús estaba haciendo ese
día, no haciendo nada para impedirlo.
A lo anterior, se debe añadir los testimonios de los agentes de la Policía Nacional números NUM010 y el
agente número NUM011 . El primero de ellos fue el instructor del atestado policial, que además de ratificarlo
destacó que lo que más le llamó la atención fue " la actitud de la chica, porque no la vio preocupada por la
gravedad de la situación de su hijo", dándole la impresión de que estaba más preocupada por su pareja y por
lo que les iba a pasar a ellos que por la salud del menor.
El agente número NUM011 , tras ratificar el atestado policial, del que fue secretario, igualmente destacó que
lo que más le llamó la atención a todos los del grupo es que a los acusados les preocupaba más lo que iba
a pasar con ellos que la situación del bebé.
El agente número NUM012 , quien hizo las diligencias en relación con la farmacia, recogiendo las imágenes,
relató que desde la farmacia a la casa donde vivían los acusadoshabía unos 600 metros, y que el recorrido lo
hicieron él y un compañero a paso muy lento y tardaron escasos 9 minutos, ratificando el oficio dando cuenta
de las gestiones de investigación, que consta aportado por testimonio en las actuaciones.
En el acto del Juicio se procedió al visionado de las imágenes de la grabación del momento en el que estuvieron
los acusados.
Según la apreciación del agente, apreciación que se comparte, en el video no parece que los acusados estén
enfadados, aunque es cierto que son atendidos por separado, marchándose primeramente Jesús , de forma
tranquila, y posteriormente y de la misma forma Amelia , pudiendo comprobarse que tan solo tardó tres
minutos en salir de la farmacia después de que lo hiciera Jesús .
Por el agente se aclaró, lo que también hizo doña Cristina , empleada de la farmacia, que entre la grabación
y la hora real había un pequeño desfase (unos 11 minutos).
En las actuaciones también constan las copias de las recetas y los tickets de compra, resultando que uno
es de las 10.23 horas y otro de las 10:25 horas, correspondientes a la compra que hizo Jesús y Amelia
respectivamente.
El hecho de que estuvieran juntos en la farmacia, que Amelia saliera minutos después de Jesús , y así quedara
recogido en las cámaras de la farmacia, no supone un impedimento para considerar probado que Amelia
estuviera en la casa en el momento de los hechos pues, por un lado, la casa estaba muy próxima a la farmacia,
tardando, en palabras de la propia Amelia , 5 minutos en hacer el recorrido y salió solo tres minutos desde
que lo hiciera Jesús .
Tampoco supone un impedimento para considerar probado que Amelia estaba en la casa cuando ocurrieron
los hechos que en el atestado sobre el accidente de tráfico aparezca que el mismo ocurrió sobre las 11,00
horas, pues ésta hora es aproximada ya que fue proporcionada por las conductoras del siniestro. En todo caso,
la acción de golpear al niño, estrangularlo y pedir ayuda, puede realizarse en ese intervalo de tiempo.
Finalmente, en el acto del Juicio también declararon doña Eva , tía de Jesús , que manifestó que se relacionaba
con ellos siempre que el trabajo se lo permitía, intentando ir cada dos días, y nunca vio nada raro, pues trataban
bien al niño, sin que nunca le hubiera visto ningún tipo de lesión ni hematoma. En definitiva, que Isidro era un
niño feliz hacia una vida normal, siendo la última vez que lo vio una semana antes del día 13 de septiembre.
En cuanto a Jesús , relató que se implicó en la educación del niño y que lo quería como a su hijo, " quizás más",
y que también se hacía cargo de su tío, no siendo fácil cuidar de él, porque se orina encima y te dice que no ha
comido cuando sí lo ha hecho, y las discusiones con el tío te pueden sobrepasar.
Don Argimiro , padre del acusado, relató que estuvo un par de veces en la casa cuando fue a trabajar a la
vivienda y que hacían una vida normal, no viendo lesiones en el menor ni actitudes violentas por parte de
Amelia y/o de su hijo, encontrándose Argimiro muy implicado en la educación del niño.
Doña Natividad , madre del acusado, quien declaró en el acto del Juicio que estuvo con ellos a finales de julio
y principios de agosto cuando vino de Sevilla, ya que ella vive allí; que la relación de Amelia y de su hijo era
normal; que fueron a comer y a la playa con el niño y no le vio ningún tipo de lesión; que su hijo es nervioso e
impulsivo y que una vez se rompió la mano porque dio un golpe en la pared; que Jesús se comportaba con
el niño como si fuera su hijo, no teniéndole miedo Isidro .

15
JURISPRUDENCIA

En el acto del Juicio se visionó las grabaciones y las fotografías de Isidro , en vida, que fueron aportados por
la defensa.
Ni las declaraciones de los familiares ni los documentos gráficos, suponen un impedimento para dar por
probada los hechos imputados a los acusados, pues las lesiones que presentaban el menor en su cuerpo son
pruebas objetivas e inconstestables de que sufrió diferentes agresiones físicas en distintos momentos y en
diversas partes de su cuerpo, que comprometieron gravemente su vida, falleciendo finalmente.
SEPTIMO.- El Jurado, entre las dos opciones que se le plantearon, correspondientes al dolo directo y al dolo
eventual, se decantaron por esta última posibilidad, atendiendo por un lado, por un lado, a que Jesús era
consciente de que la muerte del menor podría ocurrir por el " golpe que le había dado al menor y las veces que
lo había cogido del cuello" , siendo " su forma de educar a golpes y hasta ahora no había pasado nada nunca
hasta que pasó el día 13/09/2018" (fundamentación del jurado a la pregunta 4º del objeto de veredicto) y por
sus actos posteriores, cuando pide ayuda a una vecina para que lo lleve al hospital.
Es más que evidente que Jesús tuvo que representarse la alta probabilidad de que se pudiera producir la
muerte, y a pesar de ello continúo con su acción, aceptado el resultado, no solo por el hecho de golpear
fuertemente, posiblemente una de ellas, al menos, con el puño cerrado, hasta en tres ocasiones aun bebé
de dos años en su cabeza, produciéndole un extenso hematoma,sino porque lo estranguló hasta que lo dejó
inconsciente, dejando marcas de sus uñas en forma de erosiones por varias partes del cuello y/o orejas del
bebé, que presentaban distintos ángulos, lo que evidencia según los forenses distintos agarres, como podría
ser, como dijo el Médico Forense, Sr. Claudio , que cogiera por el cuello a Isidro y presionando dejara de
chillar, y al soltar volviera a chillar y lo volviera a coger y presionando nuevamente por el cuello, hipótesis que
no podría confirmarla totalmente, pero que permitiría describir lo que pudo pasar.
En el caso de Amelia , dándose por probado que estaba presente en el domicilio, y que tenía conocimiento de
lo que su pareja estaba haciendo, esto es, que estaba agrediendo a su hijo de dos años, debió de representarse
igualmente que podría producirse su muerte, teniendo en cuenta tanto las graves agresiones anteriores, las
zonas en las que el menor estaba reciendo la agresión, como el acto del estrangular, y a pesar de ello no
intervino para poner fin a dicha agresión violenta y contundente que le costó al vida a su hijo, aceptando el
posible resultado.
Lo que no impide que una vez que ambos tomaron conciencia de la gravedad de las lesiones que presentaba
Isidro , buscaran ayuda de una vecina, doña Elvira , a quien le requirieron para que les llevara con toda urgencia
al Hospital, hasta el punto que se saltó un semáforo, teniendo un leve golpe contra el vehículo que conducía
doña Gabriela , a la que igualmente le pidieron que les llevara al hospital a toda prisa ya que el vehículo de la
Sra. Elvira inicialmente no arrancaba, aunque finalmente sí lo hizo, dirigiéndose igualmente al hospital.
Consta aportado en las actuaciones el atestado del accidente, declarando en el acto del Juicio el agente de
la Policía Local NUM013 , que describió el accidente, según su experiencia profesional, como leve, sin que
nadie precisara atención médica, por lo que las lesiones que sufrió Isidro no guardaban relación causa-efecto
con este siniestro.
OCTAVO.- El Jurado consideró probado por unanimidad que Isidro , dada su corta edad, pues tanto solo tenía
dos años y 4 meses, no tenía capacidad para defenderse de las agresiones a las que sometía Jesús , situación
que fue aprovechada por éste para agredirle.
La Sentencia del Tribunal Supremo de fecha 23 de julio de 2019(ECLI:ES:TS:2019:2682) dice que: " La alevosía
que cualifica el homicidio en asesinato del artículo 139.1 CP aparece descrita en el artículo 22.1 CP , según el cual
concurre "cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra las personas empleando en la ejecución
medios, modos o formas que tiendan directa o especialmente a asegurarla, sin el riesgo que para su persona
pudiera proceder de la defensa por parte del ofendido".
A partir de esa definición legal, la jurisprudencia de esta Sala ha exigido para apreciar la alevosía: en primer lugar,
un elemento normativo consistente en que se trate de un delito contra las personas. En segundo lugar, como
requisito objetivo, que el autor utilice en la ejecución medios, modos o formas que han de ser objetivamente
adecuados para asegurarla mediante la eliminación de las posibilidades de defensa, sin que sea suficiente el
convencimiento del sujeto acerca de su idoneidad. En tercer lugar, en el ámbito subjetivo, que el dolo del autor se
proyecte no sólo sobre la utilización de los medios, modos o formas empleados, sino también sobre su tendencia
a asegurar la ejecución y su orientación a impedir la defensa del ofendido, eliminando así conscientemente
el posible riesgo que pudiera suponer para su persona una eventual reacción defensiva de aquél. Y en cuarto
lugar, que se aprecie una mayor antijuridicidad en la conducta derivada precisamente del modus operandi ,
conscientemente orientado a aquellas finalidades ( SSTS 907/2008, de 18 de diciembre ; 25/2009, de 22 de enero
; 37/2009, de 22 de enero ; 172/2009, de 24 de febrero ; 371/2009, de 18 de marzo ; 854/2009, de 9 de julio ;

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JURISPRUDENCIA

1180/2010, de 22 de diciembre ; 998/2012, de 10 de diciembre ; 1035/2012, de 20 de diciembre ; 838/2014, de


12 de diciembre ; 110/2015, de 14 de abril o 253/2016 , de 32 de marzo).
Recordábamos en la STS 253/2016, de 31 de marzo , que en lo que concierne a las modalidades, instrumentos o
situaciones de que se vale el agente para asegurar el resultado excluyendo toda defensa y el consiguiente riesgo
para su persona, esta Sala ha distinguido tres supuestos de asesinato alevoso: la llamada alevosía proditoria
o traicionera, si se ejecuta el homicidio mediante trampa, emboscada o a traición del que aguarda y acecha.
La alevosía sorpresiva, caracterizada por el ataque súbito, inesperado, repentino e imprevisto. Y la alevosía por
desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial situación y desamparo de la víctima que impide
cualquier reacción defensiva, como cuando se ataca a un niño o a una persona inconsciente".
Aplicando lo anterior al caso que nos ocupa, es manifiesto que Isidro , dada su corta edad, no tenía capacidad
física para defenderse de las posibles agresiones de las personas que tenían que haber velado por él. Tampoco
tenía capacidad de pedir ayuda a nadie más que a sus cuidadores, solo podía llorar o gritar, lo que, como se
ha visto, suponía recibir nuevos golpes para que callara, pues, en definitiva, Jesús y Amelia entendieron que
golpear al menor era la mejor forma para que el niño no molestara, y lo trataran de justificar como una " forma
de educar" porque no conocían otra, escudándose en que ellos también habían recibido malos tratos por parte
de alguno de sus progenitores y/o de sus parejas.
Además, Jesús propinó uno o varios golpes en el rostro del menor, posiblemente con el puño cerrado
como el mismo escenificó a los agentes, provocándole el extenso hematoma de coloración oscura, que
abarcabala hemicara izquierda desde la región frontal, temporal, malar y mandibular, y que como hemos dicho
anteriormente, desembocó en 5 infiltrados hemorrágicos y en un hematoma subdural.
Por tanto, dado el estado físico en el que debía encontrar el menor después de recibir semejante impacto,
menos resistencia aún podría ofrecer, y por tanto, en un estado mayor de desvalimiento se encontrabacuando
Jesús procedió a asfixiarlo por medio de compresión de su cuello.
En este punto conviene dejar constancia que en el acto del Juicio los Médicos Forenses dataron dicho
hematoma, por la coloración oscura que presentaba, entre 2 y 5 días antes del día 14 de septiembre de 2018,
esto es, no descartaron la posibilidad de que este impacto, que por sí mismo habría producido el fallecimiento
del menor, no hubiera tenido lugar el mismo día 13 de septiembre de 2018, sino unos días atrás.
En todo caso, se trata de una datación aproximada como nos recordaron los Médicos Forenses, pero no
se puede descartar que cuando el menor fue estrangulado, ya se encontraba en un estado grave, que "
comprometía su vida".
Este estado de desvalimiento del menor ha de ser tomada en consideración tanto para calificar los hechos
como Asesinato ( artículo 139.1.1ª del CP), pero también como circunstancia agravante de la responsabilidad
penal en el delito de malos tratos habituales ( artículo 22. 1ª del CP).
NOVENO.- De los delitos de malos tratos habituales y de Asesinato con alevosía, son autores tanto Jesús
y Amelia .
El primero de ellos como autor criminalmente responsablede los mismos de conformidad con el artículo 28 del
CP, al haber ejecutado personalmente los actos delictivos,y la segunda por comisión por omisión del artículo
11 del CP.
El Tribunal Supremo en Sentencia de09 de octubre de 2000 ( ROJ: STS 7196/2000 - ECLI:ES:TS:2000:7196 )
enumera " los elementos de los que depende que pueda ser imputado un delito activo por haber incurrido la
persona presuntamente responsable en una omisión que, sin haber producido el resultado -la omisión nunca es
causal por definición- no ha evitado su producción. Estos elementos son los siguientes: A) Que se haya producido
un resultado, de lesión o de riesgo, propio de un tipo penal descrito en términos activos por la ley. B) Que se haya
omitido una acción que se encuentre en relación de causalidad hipotética con la evitación de dicho resultado, lo
que se expresa en el art. 11 CP exigiendo que la no evitación del resultado "equivalga" a su causación", añadiendo
que "Comisión por omisión en grado deautoría existirá cuando pueda formularse un juicio de certeza, o de
probabilidad rayana en la certeza, sobre la eficacia que habría tenido la acción omitida para la evitación del
resultado. C) Que el omitente esté calificado para ser autor del tipo activo que se trate, requisito que adquiere
toda su importancia en los tipos delictivos especiales. D) Que el omitente hubiese estado en condiciones de
realizar voluntariamente la acción que habría evitado o dificultado el resultado. E) que la omisión suponga
la infracción de un deber jurídico de actuar, bien como consecuencia de una específica obligación legal o
contractual, bien porque el omitente haya creado una ocasión de riesgo para el bien jurídicamente protegido
mediante una acción u omisión precedente.

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JURISPRUDENCIA

Todos estos elementos se encuentran presentes en el caso que nos ocupa, pues como hemos visto, ha
quedado probado que Amelia , madre de Isidro , teniendo perfecto conocimiento de la acción agresiva de
su pareja sobre el menor, teniendo la obligación moral y jurídica ( artículo 154 del Código Civil) de proteger la
salud, la vida y la integridad física del mismo, los consintió, asumiendo el riesgo para la vida que suponía dicha
acción para el bebé, a pesar de conocer las múltiples lesiones que su pareja le había propinado en distintos
días, y distintas partes de su cuerpo, muchas de ellas de gravedad a la vista de los infiltrados hemorrágicos y las
roturas de tallo verde y rotura tipo "córner", sin que, ni siquiera, le procurara al menor una atención o asistencia
médica, descuidando totalmente sus deberes como madre, y con plena consciencia de que el menor no tenía
capacidad de defenderse por si mismo.
DECIMO.- En cuanto a las circunstancias modificativas de la responsabilidad penal, además de la agravante
de alevosía antes referida, en el presente caso concurría la agravante mixta de parentesco del artículo 23 del
Código Penal puesto que no es un hecho controvertido que Isidro era hijo biológico de Amelia , y el Jurado
declaró por unanimidad que Jesús convivía con Amelia , con la que estableció una relación sentimental
estable, llegando a encargarse y ocuparse de la atención y cuidado del menor.
A dicha conclusión llegó el Jurado por la declaración de los acusados a la que antes se ha hecho referencia,
en la que ambos reconocieron que cuidaban y atendían al menor y las testificales de los familiares.
Dicha circunstancia únicamente puede ser apreciada respecto del delito de Asesinato, ya que el artículo 173.
2 del Código Penal ya prevé la especial y próxima relación entre el agresor y la víctima por la convivencia y/o
vínculo familiar, como elemento integrador al describir el tipo penal.
El Jurado descartó la existencia de ensañamiento, circunstancia agravante prevista en el artículo 22. 5º del CP,
en el actuar de Jesús , pues no consideraron probado que su intención fuera causar un dolor y sufrimiento
innecesario al menor para lograr su objetivo, bien fuera lesionar o bien acabar con la vida del menor, pues
entendieron que la intención de Jesús " era hacerlo callar, que no molestara, era su forma de educar, dándole
igual el daño que le iba a producir al bebé" (sucinta explicación del Jurado a la pregunta 7º y 8º del objeto del
veredicto).
Los miembros del Jurado no apreciaron tampoco ninguna circunstancia que atenuara la responsabilidad de
los acusados.
Así, consideraron por unanimidad no probado que en el momento de la comisión de los hechos ni Jesús
ni Amelia tuvieran afectadas ni grave ni levemente su capacidad de entender lo que hacía (capacidad
intelectiva) y de actuar conforme a dicho entendimiento (capacidad volitiva), por la previa ingesta de sustancias
estupefacientes (porros y cocaína).
Para ello atendieron a la propia declaración de los acusados, quienes declararon en el acto del Juicio que se
encontraban bien, no presentando ni siquiera una sensación de mareo; por la declaración de los agentes de
la Policía Nacional que se entrevistaron con ellos en el hospital, agentes números NUM008 y NUM009 , ya
que declararon que no los vieron afectados por el consumo de sustancias estupefacientes; y por el informe
de los forenses, don Teofilo y don Víctor , de la Sección de psiquiatría del Instituto de Medicina Legal de
Alicante, quienes ratificaron los informes que consta aportados como testimonio en las actuaciones de fecha
22 de octubre de 2018, en que se concluye que no se aprecia en ninguno de los acusados " signos y síntomas
de afectación de las capacidades intelectivas y volitivas" en relación con los hechos investigados.
En el acto del Juicio los médicos forenses manifestaron recabaron la información y el material que
consideraron necesaria para la confección de los informes y alcanzar sus conclusiones.
En el caso de Jesús se le tomó una muestra de cabello que fue remitida al Instituto Nacional de toxicología de
Barcelona para su estudio; se solicitó informe a la psicóloga del Colegio " DIRECCION001 " de DIRECCION000
, que hizo el seguimiento del mismo en dicho centro sobre rasgos de su personalidad, comportamiento y
posibles alteraciones psíquicas, y se solicitó informe a los servicios sanitarios de la prisión de DIRECCION002
(psicólogo, trabajador social y médico) para que manifiesten el estado del mismo en el momento del ingreso,
diagnóstico y tratamiento establecido, evolución y estado actual del mismo.
Tras el estudio del expediente del caso, realizaron una entrevista semi-estructurada, en el que dejaron que
Jesús que realizara un relato libre, primero de cosas sin transcendencia y luego ya sobre lo que sucedió, para
finalmente hacerle alguna pregunta dirigida para aclarar algún aspecto de la pericia, que era determinar si tenía
capacidad para entender lo ilícito y la voluntad de hacerlo o no, esto es, sobre la imputabilidad de mismo,
concluyendo que, a pesar de su condición de consumidor de cannabis, era plenamente imputable pues:
-. De la historia clínica aportada por los servicios médicos penitenciarios no se deduce el padecimiento de
trastornos mentales significativos derivados del consumo y/o abstinencia a drogas.

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JURISPRUDENCIA

-. Jesús no presentaba antecedentes de patología mental.


-. De su comportamiento antes, durante y después de los hechos no se deduce la existencia de trastorno mental
ni disminución de sus capacidades intelectivas ni volitivas en el momento de los mismos.
-. En la fecha de los hechos no se tiene constancia de alteraciones mentales de ningún tipo que hubieran
requerido asistencia médica.
En el caso de Amelia se tomó igualmente una muestra de cabelloque fue remitida al Instituto Nacional de
toxicología de Barcelona para su estudio; se solicitó un informe psicológicy se solicitó informe a los servicios
sanitarios de la prisión de DIRECCION002 (psicólogo, trabajador social y médico) para que manifiesten el
estado de lamismaen el momento del ingreso, diagnóstico y tratamiento establecido, evolución y estado actual
de lamisma.
La actuación fue la misma que con Jesús , en cuanto al método de trabajo, (entrevista semiestructurada,
preguntas para aclarar algún punto,...) , concluyendo que, pese a su condición de consumidora de cannabisera
plenamente imputable pues:
-. Al ingreso en prisión, según refiere ella misma, le dieron relajantes para dormir porque se ponía nerviosa.
-. Según los informes médicos del Centro Penitenciario no presentaba síntomas de abstinencia a su ingreso,
intentando ocultar el día 16 de septiembre de 2018, diacepan bajo la lengua y se le pidió que la devolviera,
suspendiéndose también la dosis del mediodía. No presentaba patología psiquiátrica a su ingreso. Presentó
síntomas ansiosodepresivos que junto a las circunstancias de riesgo (primer ingreso en prisión y tipo de
delito) se sometió a programa de prevención de sucidio y tratamiento ansiolítico e inductor del sueño. A fecha
17-10-18 se encontraba estable, con buen control de impulsos, sin ideación autolítica y con planes de futuro.
-. No hay constancia ni informes médicos ni otros datos que indiquen que Amelia tuviera problemas de
adicción a los videojuegos.
- No se tiene constancia de trastornos mentales derivados del consumo de cannabis ni de otras sustancias.
-. No hay datos objetivos de la existencia de malos tratos en su relación anterior, ni informes médicos y/
o psicológicos que indiquen la existencia de secuelas y en ningún caso se puede establecer relación de
causalidad entre estos supuestos malos tratos y los hechos investigados.
-. Amelia fue reconocida por las psicólogas del Instituto de Medicina Legal, emitiéndose informe de fecha
7-12-18 y del mismo no se desprende la presencia de patologías que puedan afectar a las bases biológicas
de la imputabilidad.
En el acto del Juicio aclararon los forenses que a los acusados se les preguntó si el día de los hechos estaban
mareados y contestaron que no, que se encontraban bien, que no tenían ningún tipo de afectación; que es
cierto que consumen, porque así lo reconocen, siendo en el caso de los " porros" con efectos tranquilizadores
y relajantes, no produciéndole a Jesús agresividad; en todo caso no es un consumo exagerado y que una vez
que lo suprimieron no le produjo agresividad pues no se aprecian signos de abstinencia en el momento de su
ingreso en prisión; Jesús nunca les manifestó que hubiera tomado un poquito de cocaína el día de los hechos,
pero en todo caso, los efectos de dicho consumo no le convierten en un individuo incapaz de controlarse;
Jesús en el colegio era inquieto y desafiante, pero con la psicóloga era correcto y adecuado, no precisando
ningún tipo de tratamiento ni psicológico ni psiquiátrico; el puñetazo en la pared ocurre un momento en el que
es adolescente, edad difícil de la vida, además había fallecido su padre y trata de ser el jefe de la familia y llevar
él las cuentas, siendo ese el motivo de la discusión, pero ni siquiera el mismo no se considera ni agresivo ni
impulsivo; cuando ocurre los hechos, Jesús no está en una situación de trastorno mental transitorio pues no
hay en el caso que nos ocupa un estímulo que lo produzca ni tampoco un trastorno de este tipo desaparece
tan rápidamente, que le permita reaccionar y tratar de recuperar al menor, llama a la vecina, inventar versiones
para eludir la prisión, etc; lo que le pasó a Jesús , de cuidar a su tío y al niño al mismo tiempo, son situaciones
cotidianas y no producen patologías, y en todo caso, Jesús no les relata ninguna situación compatible con el
trastorno mental transitorio ni con cualquier otro tipo de trastorno de ira y el supuesto problema de control de
impulso no está acreditado; que en Amelia no se aprecia afectación de las capacidades volitivas ni cognitivas;
que lo que se dice en el informe psicológico son " rasgos de la personalidad", formas de ser, pero no hay ningún
tipo de trastorno psiquiátrico.
Finalmente, señalar que los propios Médicos Forenses, mencionaonr las contradicciones que apreciaron en el
relato de hechos que efectuaron los acusados, debiendo señalarse de este relato lo siguiente:
-. Jesús les relató que él y Amelia fueron juntos a la farmacia y que volvieron juntos, cuando Amelia les
dijo que fue ella sola.

19
JURISPRUDENCIA

-. Jesús dijo que cuando ocurrieron en los hechos Amelia estaba en la casa, aunque luego dice que él llegó
antes y el niño estaba inconsciente.
-. Jesús afirmó que "le apretaba el cuello (al bebé) para el boca a boca y por eso pudo ahogarse".
-. Que a él ( Jesús ) el consumo de porros no le afectaba.
-. Amelia dijo que " ella sabía que su pareja corregía al niño con algún cachete pero que no podía imaginar que
le iba a hacer eso" y que " a veces él zarandeaba al niño y a ella eso no le gustaba"
Consta en las actuaciones:
-. El informe psicológico emitido por las forenses, doña Ofelia y doña Ramona , de fecha 7 de diciembre de
2018, que fue ratificado en el acto del Juicio, en el que se establecen sus rasgos de personalidad, pero sin que
se aprecie ningún tipo de afectación o trastorno que afecte a la imputabilidad, destacando las peritos que en
unas declaraciones Amelia dice que consumían cocaína y en otras lo niega, reconociendo que había mentido,
y que si bien es una persona que " es dependiente" de otras y se deja llevar, pero entiende lo que está bien y
lo que está mal.
De este informe destacar que las peritos constatan la escasa afectación emocial que muestra Amelia cuando
narra los hechos ocurridos, aspecto que se ha podido apreciar en otros momentos, como cuando esta hablando
con los agentes de la Policía Nacional que acuden al Hospital, a los que les llega a decir que quiere renunciar
a la custodia del niño, estando más preocupado por su pareja y por lo que les va a pasa a ellos que por el
estado de salud de su hijo ingresado de gravedad, como por el hecho reconocido por doña Eva , que cuando
le llamó Amelia desde Comisaría lo único que le transmitió era que estaban detenidos pero no le comentó
nada del estado de gravedad del niño.
-. El informe de la psicóloga del Colegio DIRECCION001 de DIRECCION000 , ratificado en el acto del Juicio
por doña Leticia , expresando que no recordaba episodios concretos de Jesús en el Colegio pero que en todo
caso se trataba de "cosas propias de adolescentes", con una conducta impulsiva y rebelde sin precisar ningún
tratamiento por hiperactividad ni por trastorno de la conducta.
-. Los informes del Instituto Nacional de toxicología de Barcelona sobre la muestra del cabello, ratificados en
el acto del Juicio por don Norberto , el CI NUM014 y el CI NUM015 , que vinieron corroborar que los mismos
eran consumidores de cocaína, pero arrojando un resultado muy bajo, no apareciendo restos del consumo de
cannabis, lo que se traduce en que o no hubo o el consumo fue muy bajo, si bien en el caso de Amelia el
resultado podría estar afectado por el tinte del pelo que utilizaba.
El Tribunal Supremo, en diversas Sentencias,de la que es muestra la STS 738/2013, de 4 de octubre, expone:
" el consumo de sustancias estupefacientes, aunque sea habitual, no permite por sí solo la aplicación de una
atenuante. No se puede, pues, solicitar la modificación de la responsabilidad criminal por el simple hábito de
consumo de drogas, ni basta con ser drogadicto en una u otra escala, de uno u otro orden, para pretender la
aplicación de circunstancias atenuantes. La exclusión total o parcial o la simple atenuación de la responsabilidad
de un toxicómano, ha de resolverse en función de la imputabilidad, o sea, de la evidencia de la influencia de la
droga en las facultades intelectivas y volitivas del sujeto.
Para poder apreciarse la drogadicción, sea como una circunstancia atenuante, sea como una eximente
incompleta, es imprescindible que conste acreditada la concreta e individualizada situación del sujeto en el
momento comisivo, tanto en lo concerniente a la adicción a las drogas tóxicas o sustancias estupefacientes
como al periodo de dependencia, así como a la influencia que de ello pudiera derivarse sobre las facultades
intelectivas y volitivas, sin que la simple y genérica afirmación de que el acusado era adicto a las drogas,
sin mayores especificaciones y detalles, permita autorizar o configurar una circunstancia atenuante de la
responsabilidad criminal en ninguna de sus variadas manifestaciones" ( STS 323/2015, de 20 de mayo ).
Igualmente, consideraron no probado por unanimidad, que el acusado tuviera graves problemas de pérdida
de control de sus impulsos, y que el día 13 de septiembre de 2018, por distintos estímulos externos de gran
entidad (situación de estrés por cuidar de su tio con Alzheimer y de un niño de corta edad y por el consumo
de cocaína y porros de marihuana), sufriera una grave perturbación o alteración psíquica, de forma pasajera,
que le afectara grave o levemente su capacidad de entender lo que hacía y de actuar conforme a dicho
entendimiento, justificándolo en el informe de los médicos forenses psiquiátricos antes abordado del que se
desprende constar que Jesús no sufría de trastornos del control del impulso ni intoxicación de drogas ni
situación estresante intensa, explicando los Jurados en este punto del objeto del veredicto que "ni grave ni leve,
solo es un simple acaloramiento en una situación cotidiana".
Respecto de la circunstancia atenuante de arrebato u obcecación, tiene señalado el Tribunal Supremo en
diversas sentencias, STS núm. 582/1996, de 24 de septiembre, que su fundamento " radica en una sensible

20
JURISPRUDENCIA

alteración de la personalidad del sujeto cuya reacción de tipo temperamental ante estímulos externos incide
sobre su inteligencia y voluntad, mermándolas en relación de causa a efecto y en conexión temporal razonable,
presentándose como una respuesta que puede ser entendida dentro de parámetros comprensibles en un entorno
normal de convivencia. La jurisprudencia de esta Sala, que excluye el arrebato en los supuestos de simples
reacciones coléricas y en los casos de simple acaloramiento o aturdimiento que acompaña a la comisión de
algunas figuras delictivas, ha señalado que el fundamento de esta atenuante se encuentra en la disminución de
la imputabilidad que se produce en un sujeto que se encuentra con la mente ofuscada por una pasión que en ese
momento le afecta. Es posible que ese estado pasional venga provocado por una sucesión de hechos producidos
en un período de tiempo más o menos extenso, y que permanezca larvado hasta su explosión a causa de un
estímulo concreto que incide de forma importante en un sustrato previamente existente.
En el mismo sentido la STS. 261/2005, de 28.2 , con cita de las sentencias 13.3.2003 , 7.5.2002 , 29.9.2001 ,
25.7.2000 , el fundamento de la atenuante del art. 21.3 CP , señala que se encuentra "en la disminución" de la
imputabilidad (o de las facultades volitivas e intelectivas) que se pretende por la ofuscación de la mente y de las
vivencias pasionales determinados por una alteración emocional fugaz (arrebato) o por la más persistente de
incitación personal (obcecación) pero siempre produciéndose por una causa o estimulo poderoso.
En ambas modalidades precisa para su estimación que haya en su origen un determinante poderoso de
carácter exógeno o exterior y de entidad suficiente para desencadenar un estado anímico de perturbación y
oscurecimiento de sus facultades psíquicas con disminución de las cognoscitivas o volitivas del agente, de
modo que sin alcanzar la cualidad propia del trastorno mental transitorio completo o incompleto, exceda del leve
aturdimiento que suele acompañar a ciertas infracciones ( SSTS. 1385/98, de 17.11 , 59/2002, de 25.1 ).
Es preciso también que en el entorno social correspondiente no sean tales estímulos repudiados por la norma
socio-cultural imperante, lo que significa que la actuación del agente se ha de producir dentro de un cierto sentido
ético, ya que su conducta y sus estímulos, no puede ser amparada por el Derecho cuando se apoya en una
actitud antisocial reprobada por la conciencia social imperante, que en esta relación de causa o afecto entre el
estímulo desencadenante y la conducta ha de darse una conexión temporal y que cualquier reacción colérica que
las que, con frecuencia, acompañan a ciertas acciones delictivas, no basta para la estimación de la atenuante
( SSTS 17.11.98 , 15.1.2002 ). En idénticos términos se pronuncia más recientemente la STS 759/2017, de 27
de noviembre ".
Por último,los Jurados consideraron por unanimidad no probado que el acusado, Jesús diera a los Policías
Nacionales que acudieron al Hospital una versión de los hechos sustancialmente igual a la que ha resultado
probada, manteniéndola durante todo el tiempo que ha durado el proceso, colaborando de forma " útil y
relevante" en la resolución del presente caso, rechazando, de esta forma, la atenuante de confesión del artículo
21.4 del CP o como atenuante analógica de confesión tardía del artículo 21.7 del CP.
En el artículo 21. 4 del CP se recoge la atenuante consistente en" La de haber procedido el culpable, antes de
conocer que el procedimiento judicial se dirige contra él, a confesar la infracción a las autoridades".
El Tribunal Supremo, en Sentencia de fecha 29 de junio de 2020,( ROJ: STS 2265/2020 - ECLI:ES:TS:2020:2265)
afirma que " Los requisitos exigidos por la jurisprudencia para la apreciación de la atenuante de confesión, son
los siguientes: 1) Tendrá que concurrir un acto de confesión de la infracción; 2) El sujeto activo de la confesión
habrá de ser el culpable; 3) La confesión habrá de ser veraz en lo sustancial; 4) La confesión habrá de mantenerse
a lo largo de las diferentes manifestaciones realizadas en el proceso, también en lo sustancial; 5) La confesión
habrá de hacerse ante autoridad, agente de la autoridad o funcionario cualificado para recibirla; 6) Tendrá que
concurrir el requisito cronológico, consistente en que la confesión tendrá que haberse hecho antes de conocer
el confesante que el procedimiento se dirigía contra él, habiendo de entenderse que la iniciación de diligencias
policiales ya integra procedimiento judicial, a los efectos de la atenuante".
Por su parte, la Sentencia del Tribunal Supremo de fecha05 de mayo de 2020( ROJ: STS 814/2020 -
ECLI:ES:TS:2020:814 ) recalca que " Hemos dicho en numerosos precedentes -recordábamos en la STS 25/2013,
16 de enero - que la atenuante de confesión prevista en el art. 21.4 del CP encuentra su justificación en razones
de política criminal (cfr. SSTS 767/2008, 18 de noviembre ; 527/2008, 31 de julio y 767/2008, 18 de noviembre
). Al Estado le interesa que la investigación de los delitos se vea facilitada por la confesión -siempre voluntaria y
espontánea- del autor del hecho. Con ello se simplifica el restablecimiento del orden jurídico por aquel que lo ha
perturbado, se refuerza el respaldo probatorio de la pretensión acusatoria e incluso se agiliza el ejercicio del ius
puniendi. Quien voluntariamente confiesa su participación en el hecho delictivo, rebaja la intensidad del juicio de
reproche y demuestra una menor necesidad de pena. La aplicación del beneficio asociado a la atenuante exige,
además de que la autoinculpación se verifique ante las autoridades, que esa confesión se produzca antes de
que el acusado conozca que el procedimiento se dirige contra él. La veracidad de la confesión cierra el círculo
de los presupuestos que esta Sala viene exigiendo para su apreciación.

21
JURISPRUDENCIA

La falta de ese requisito cronológico no nos ha impedido apreciar - como recuerda la defensa- la atenuante por
analogía, subrayando siempre la importancia de que esa colaboración sea especialmente relevante cuando falla
el requisito temporal. No existe razón de política criminal -decíamos en nuestra STS 527/2008, 31 de julio - que
justifique que, siempre y en todo caso, cuando el imputado por un delito confiesa su participación en los hechos,
deba ver atenuada su responsabilidad criminal por aplicación de una atenuante analógica del art. 21.7 del CP .
Es cierto que el art. 21.4 del mismo texto penal considera circunstancia atenuante la de «.. .haber procedido
el culpable, antes de conocer que el procedimiento judicial se dirige contra él, a confesar la infracción a las
autoridades». A la vista de esa descripción legal, son imaginables supuestos en los que esa confesión, aun no
sometida al requisito cronológico impuesto por este precepto, pueda desplegar sus efectos como atenuante
analógica. Así lo ha entendido esta Sala en distintas ocasiones, si bien recordando que,en principio, no cabrá
aplicar la atenuante de confesión por vía analógica en los casos en que falta el requisito cronológico, en cuanto
que la analogía no puede considerarse como expediente que sirva para crear atenuantes incompletas, haciendo
irrelevante la concurrencia de un requisito exigido por la Ley para su valoración como atenuante. Para que se
estime integrante de atenuante analógica de confesión la autoinculpación prestadacuando ya el procedimiento
-policial o judicial- se dirigía contra el confesante, será necesario que la colaboración proporcionada por las
manifestaciones del inculpado sea de gran relevancia a efectos de la investigación de los hechos; en el caso
que estos efectos excepcionales no se den, habrá de tenerse en cuenta si concurren los requisitos básicos de la
atenuante nominada, cuya aplicación analógica se pretende (cfr. SSTS 1968/2000, 20 de diciembre y 1047/2001,
30 de mayo ).
Es entendible que en todos aquellos casos en los que esa confesión, aun extemporánea, facilite de forma
singular el desenlace de una investigación ya iniciada, los efectos atenuatorios de la responsabilidad criminal
estén aconsejados. Razones pragmáticas ligadas a la conveniencia de estimular una confesión relevante para el
esclarecimiento de los hechos, hacen explicable que la ausencia de un presupuesto cronológico -que la confesión
se produzca antes de conocer el imputado que el procedimiento se dirige contra él- no se erija en requisito
excluyente, sobre todo, cuando entre la atenuante genérica de confesión ( art. 21.4 CP) y la analógica ( 21.7 CP
) puedepredicarse el mismo fundamento (cfr. SSTS 622/2011, 15 de junio ; 61/2010, 28 de enero y 1063/2099,
29 de octubre).
Ese fundamento atenuatorio, pues, no desaparece en los supuestos excepcionales en los que la relevante
confesión es ulterior al inicio de las investigaciones, pudiendo ser reconducida por la vía de la integración
analógica que ofrece el art. 21.7 del CP . Sin embargo las razones de política criminal antes expuestas se
difuminan cuando falta un requisito implícito en el enunciado de la atenuante genérica, esto es, la veracidad de
la confesión. De otro modo, adjudicando a una confesión incompleta o interesada el privilegio de la atenuación,
se aleja la rebaja de la pena de su fuente legitimante".
Los Jurados explicaron que no consideran probado porque Jesús " en todo momento ocultó el
estrangulamiento. Consideramos que dio versiones contradictorias en todo momento. Fue cuando tuvo
conocimiento de lo que había dicho Amelia cuando contó que ese día había dado un "mal golpe" y omite en
todo momento que lo cogió del cuello como ha tenido que ser por las fotos que se exhibieron en el juicio hast el
punto de insinuar en el juicio que a saber lo que había pasado en el hospital ".
En ningún momento el acusado ha reconocido, ni a los agentes de la Policía Nacional, ni a los médicos,
ni aforenses,ni a la Juez de Instrucción, o en el acto del Juicio, que estranguló al menor, dado objetivo e
incuestionable a la vista del resultado de la autopsia. Por tanto, el reconocimiento de hecho siempre ha
sido parcial e interesado, no facilitando, en modo alguno,la investigación de los hechos, no debiendo olvidar
quedicho reconocimiento tuvo lugar cuando Amelia ya había contado a los agenteslo que había sucedido en
la vivienda con Jesús y el niño, por lo que uno de los posibles autores del delito estaba señalado, por más
que Jesús no hubiera reconocido los hechos.
Además, en el acto del Juicio Jesús negó haber estrangulado al niño, haciendo descansar la responsabilidad
en otros, dejando entrever que alguien le haría daño al menor en el hospital, no alcanzando a entender bien
a quién se refiere, si a los sanitarios o a los familiares paternos. No se puede dudar que el único interés que
movió a los profesionales médicos y sanitarios que atendieron a Isidro fue el de hacer todo lo que estaba a su
alcance para tratar de salvar la vida del mismo. En cuanto a los familiares paternos, los distintos profesionales
que fueron interrogados sobre este extremo (doña Sandra , Valentina , Fermina ) declararon sin dudar que
la visita de los familiares tuvo lugar únicamente en presencia de personal médico o sanitario, y que las graves
lesiones que presentaba el menor las tenía desde su ingreso en urgencias. Igualmente, don Urbano y doña
Felicisima , relataron que solo pudieron entrar a ver al niño acompañados de la policía y de personal sanitario.
Por lo tanto, trató de desviar, sin éxito, su responsabilidad hacia otros respecto de la causa fundamental de la
muerte, no asumiendo su responsabilidad en los hechos.

22
JURISPRUDENCIA

Finalmente, dejar constancia de que no se admitió como parte del objeto del veredicto dos preguntas
propuestas por la representación del Letrado de la defensa de Jesús , que según el acta de la Audiencia
regulada en el artículo 53 de la LOTJ, son del tenor literal siguiente:
-. Si se considera una voluntad inequívoca por parte del acusado de reparar el daño causado y salvar la vida
de la víctima al llevarlo al hospital.
-. Si se considera que una vez en el hospital la vida del menor aún con secuelas graves se pudiera haber salvado.
Dichas preguntas fueron realizadas, según alegaciones efectuada por la defensa, con la finalidad de la
apreciación de una posible atenuante de reparación del daño del artículo 21. 5 del CP.
Sin embargo, por esta Magistrada-Presidente se acordó su no inclusión, formulándose la correspondiente
protesta por dicha representación a la que se unió la de la Letrada de la defensa de Amelia , porque en su escrito
de conclusiones definitivo no se recogió como circunstancia atenuante la reparación del daño, oponiéndose a
su inclusiónel resto de las partes, Ministerio Fiscal y las acusaciones particulares a su inclusión.
No obstante, debemos de señalar que la primera de las preguntas si se encuentra sometida a los Jurados
como se puede apreciaren la cuestión 5ª de objeto de Veredicto de Jesús y la 9ª del de Amelia .
En cuanto a la segunda de las preguntas, debemos de poner de relieve, que a diferencia de la anterior, ni siquiera
se desprende del relato de hechos del escrito conclusiones definitivas.
En todo caso, es una cuestión jurídica determinar si dicha acción puede ser considerada como tal atenuante,
ya que requiere unos requisitos marcados jurisprudencialmente.
En este sentido, conviene citar la Sentencia del Tribunal Supremo de fecha 07 de octubre de 2014 ( ROJ:
STS 3897/2014 - ECLI:ES:TS:2014:3897), que dice que: " El fundamento de la atenuante, como perspectiva de
inteligencia de la norma del artículo 21.5 del Código Penal ha sido objeto de reiterado análisis por este Tribunal
Supremo.
Ampliamente en la Sentencia núm. 809/2007 de 11 octubre . Se recuerda que el Código Penal anterior al de 1995
regulaba la reparación del daño causado por el delito o la disminución de sus efectos dentro del arrepentimiento
espontáneo, y en el actual se configura como una atenuante autónoma de carácter objetivo fundada en razones
de política criminal. Le son ajenos los factores subjetivos propios del arrepentimiento, que la jurisprudencia
ya había ido eliminando en la atenuante anterior. Por su fundamento político criminal se configura como una
atenuante "ex post facto", que no hace derivar la disminución de responsabilidad de una inexistente disminución
de la culpabilidad por el hecho, sino de la legítima y razonable pretensión del legislador de dar protección a la
víctima y favorecer para ello la reparación privada posterior a la realización del delito.
Ser señalan dos requisitos como consecuencia de tal configuración: uno cronológico y otro sustancial. Éste
consiste en la reparación del daño causado por el delito o la disminución de sus efectos, en un sentido amplio de
reparación que va más allá de la significación que se otorga a esta expresión en el artículo 110 del Código Penal ,
pues el artículo 110 se refiere exclusivamente a la responsabilidad civil, diferenciable de la responsabilidad penal
a la que afecta la atenuante. Cualquier forma de reparación del daño o de disminución de sus efectos, sea por
la vía de la restitución, de la indemnización de perjuicios, o incluso de la reparación moral, puede integrar las
previsiones de la atenuante.
Junto al objetivo político de favorecer la reparación a la víctima se recuerda que la colaboración voluntaria del
autor a la reparación del daño ocasionado por su acción puede ser valorada como un indicio de rehabilitación
que disminuye la necesidad de pena.
Por más que se pretenda poner énfasis en a relevancia de que el sujeto lleve a cabo un "actus contrarius" que para
algunos comportaría que el sujeto activo exterioriza una voluntad de reconocimiento de la norma infringida, lo
esencial es la "protección objetiva de la víctima", que hace ineludible que el responsable lleve a cabo una conducta
de eliminación o disminución en la medida de lo posible de los efectos negativos de la infracción criminal.
Y ello sin perjuicio de admitir que también puede ser ponderada la menor necesidad de pena derivada del
reconocimiento de los hechos que, como una señal de rehabilitación, puede acompañar a la reparación, aunque
la atenuante del artículo 21-5 del Código Penal no lo exija.
Como se recuerda en la jurisprudencia citada en la Sentencia Tribunal Supremo núm. 78/2009 de 11 febrero
, resulta conveniente primar a quien se comporta de una manera que satisface el interés general, pues la
protección de los intereses de las víctimas no se considera ya como una cuestión estrictamente privada, de
responsabilidad civil, sino como un interés de toda la comunidad.

23
JURISPRUDENCIA

También se recuerda en nuestra jurisprudencia que la reparación debe ser suficientemente significativa y
relevante, pues no procede conceder efecto atenuatorio a acciones ficticias, que únicamente pretenden buscar
la aminoración de la respuesta punitiva sin contribuir de modo eficiente y significativo a la efectiva reparación
del daño ocasionado ( Sentencias núm. 1990/2001, de 24 octubre , 1474/1999 de 18 de octubre , 100/2000
de 4 de febrero y 1311/2000 de 21 de julio ).
En la STS 988/2013, de 23 de diciembre , recordábamos nuevamente el fundamento material de la atenuante de
reparación a la existencia de un actus contrarius mediante el cual el acusado reconoce la infracción de la norma
cometida, con la consiguiente compensación de la reprochabilidad del autor (cfr. SSTS 319/2009, 23 de marzo ,
542/2005, 29 de abril ). Su razón de ser, pues, está íntimamente ligada a la existencia de un acto reparador que, en
buena medida, compense el desvalor de la conducta infractora. Y ese fundamento no es ajeno a la preocupación
legislativa, convertida en pauta de política criminal, por facilitar la protección de la víctima, logrando así, con el
resarcimiento del daño causado, la consecución de uno de los fines del proceso. Por su fundamento político
criminal se configura como una atenuante "ex post facto", que no hace derivar la disminución de responsabilidad
de una inexistente disminución de la culpabilidad por el hecho, sino de la legítima y razonable pretensión del
legislador de dar protección a la víctima y favorecer para ello la reparación privada posterior a la realización del
delito ( SSTS 2068/2001, 7 de diciembre ; 2/2007, 16 de enero ; 1171/2005, 17 de octubre ). Y hemos acogido un
sentido amplio de la reparación, que va más allá de la significación que se otorga a esta expresión en el art. 110
del CP , pues el art. 110 se refiere exclusivamente a la responsabilidad civil, diferenciable de la responsabilidad
penal, a la que afecta la atenuante. Cualquier forma de reparación del delito o de disminución de sus efectos,
sea por la vía de la restitución, de la indemnización de los perjuicios, de la reparación moral o incluso reparación
simbólica, puede integrar las previsiones de la atenuante ( SSTS 545/2012, 22 de junio ; 2/2007, 16 de enero ;
1346/2009, 29 de diciembre y 50/2008, 29 de enero , entre otras).
En l a Sentencia núm. 57/2014 de 22 enero , reiterando a doctrina de la citada n° 78/2009, insistíamos en que
debe prevalecer el carácter objetivo de la atenuante en atención a determinadas circunstancias que reseña la
STS 809/2007 de 11 de octubre :
a) La ley no exige el requisito adicional del reconocimiento de la culpabilidad y donde la ley no distingue tampoco
nosotros debemos distinguir.
b) Todas las atenuantes ex post facto (reparación, confesión, colaboración, etc.) se alejan de la exigencia de una
menor culpabilidad por el hecho y simplemente están basadas en razones de política criminal.
c) Exigir la presencia del elemento subjetivo de reconocimiento de la culpabilidad o responsabilidad penal
comportaría de algún modo resucitar el móvil de arrepentimiento ya superado para integrar improcedentemente
en la atenuante un componente anímico que el legislador no contempló.
d) Una interpretación que exigiera el reconocimiento de la responsabilidad penal como elemento necesario para
la estimación de la atenuante desalentaría o no serviría de estímulo a las conductas de reparación del daño del
delito, al tener que renunciar el acusado a determinadas estrategias procesales de defensa.
En esa línea cabe citar la Sentencia Tribunal Supremo núm. 495/2010 de 24 abril dado, a demás, el paralelismo
con las circunstancias del caso ahora juzgado. Allí el recurrente pretendía la apreciación de una atenuante
analógica de reparación del daño o disminución de sus efectos, por cuanto una vez acabada la agresión, intenta
reanimar a su mujer, y decide acudir al hospital, para lo cual solicita ayuda en un cuartel, al soldado que se
encontraba de servicio en la base militar que se encontró a su paso. Pero los hechos probados contradicen
esta afirmación. En ellos se narra que el acusado, tras propinar a su esposa una brutal agresión, se quedó
dormido, desaprovechando unas horas cruciales para perseguir la finalidad que ahora pretende en esta censura
casacional. De manera que su tardanza en solicitar ayuda fue la causa de la muerte, tras la perpetración de unas
heridas tan graves, contundentes y extensamente infligidas a lo largo de todo el cuerpo de la víctima, por sí
mismas letales, pero que de haber solicitado ayuda a tiempo, hubieran posiblemente salvado su vida.
En el caso de autos, debemos de tener en consideración que Isidro recibió una brutal paliza ese mismo día
o incluso unos días antes atendiendo a la datación de las lesiones que realizaron los Médicos Forenses, pero
además, el acusado Jesús , oprimió con intensidad el cuello del menor hasta que el mismo se desvaneció al
imposibilitarle la entrada de aire, llegando a manifestar en fase de instrucción que " lo llevaron rápidamente al
hospital para que lo resucitaran".
El estado del menor cuando llegó al hospital era muy grave, presentando lesiones que comprometían su vida
pues así lo declararon los Médicos Forenses, Sr. Casimiro y Sr. Claudio .
El hecho de que la doctora doña Luis Carlos realizara en el acto del Juicio la manifestación de que el niño
" podría salir o no salir" no debe hacernos perder de vista que las lesiones que presentaba el menor hacían
que su estado de inconsciencia fuera prácticamente irrecuperable, pues entró en un estado de " coma" del que

24
JURISPRUDENCIA

nunca se recuperó por más que todos los médicos de las distintas especialidades hicieron todos los esfuerzos
que estuvieron en su mano para tratar de salvar su vida.
De la historia clínica del menor no se desprende que hubo un solo momento en el que el menor hubiera salido
de ese estado de extrema gravedad, permaneciendo, por el contrario, en un estado de inconsciencia hasta que
se produjo su fallecimiento.
En este sentido, Doña Evangelina , neurocirujana del HOSPITAL000 , relató en el acto del Juicio que el
niño presentaba lesiones " muy graves que pueden comprometer la vida del bebé", y si viviera era muy difícil
determinar las posibles secuelas, que incluiría " el estado vegetativo", al presentar el cerebro señales de falta
de oxígeno.
Por su parte, don Jesús Ángel , neurocirujano del mismo Hospital, manifestó que " podría haberse recuperado",
pero concretó que ésto se produciría si solo presentaba esas lesiones, evidenciandose otras en la autopsia,
y que desembocaron el fatal desenlace.
Finalmente, don Silvio , doctor en medicina intensiva del HOSPITAL000 (ya citado anteriormente), afirmó
que el niño no respondía a nada, presentando un " coma profundo", revelando las pruebas que el cerebro
estaba lesionado por falta de oxígeno, y ésto sucede cuando te impiden respirar un largo o prolongado tiempo,
opresión que duraría un buen rato, encontrándose el niño " al límite de la vida", " siendo el resultado esperable
en Isidro la muerte" .
UNDECIMO.- A la hora de fijar la pena, en cuanto al delito de malos tratos habituales en el domicilio familiar
de la penalmente en el delito de malos tratos habituales del artículo 173.2 del CP, habrá que tomarse en
consideración, tanto lo dispuesto en el párrafo segundo del apartado 2 de este artículo, que obliga a imponer
la pena en su mitad superior al ocurrir en el domicilio familiar, así como lo dispuesto en el artículo 66.3ºdel
CP, que al concurrir una circunstancia agravante (agravante de alevosía) igualmente prevé la imposición de la
pena en su mitad superior.
En consecuencia, procede imponer a ambos acusados por el delito de malos tratos habituales, la pena
solicitada por el Ministerio Fiscal y las acusaciones particulares de 3 años de prisión, accesoria de
inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y privación del
derecho a la tenencia y porte de armas durante 5 años, que según el artículo 47 último inciso supone la pérdida
de la vigencia del permiso o licencia.
Se impone en tal extensión, atendiendo la pluralidad de lesiones que presentaba el menor en prácticamente
todo su cuerpo, en distintas fases de evolución, que indicarían pluralidad de días o de ocasiones en las
que el menor fue agredido físicamente, algunas de ellas de gran intensidad que produjeron infiltraciones
hemorrágicas como hemos visto, así como roturas de tallo verde en el cúbito y fractura tipo "córner" fémur, sin
que recibiera atención médica alguna a pesar del sufrimiento o dolor que pudiera causar el menor, sin olvidar
que era un niño que tan solo tenía 2 años de edad, con nula capacidad de defensa.
Por el delito de asesinato del artículo 139.1.1º y 140.1.1º, procede imponer a ambos acusados la pena de
prisión permanente revisable, con la inhabilitación absoluta.
En este sentido, conviene citar la Sentencia del Tribunal Supremo de fecha05 de mayo de 2020 ( ROJ: STS
814/2020 - ECLI:ES:TS:2020:814 ) que dice: " Esta Sala no ha sido ajena, en alguno de sus precedentes, a
una línea doctrinal de intensa crítica al valorar los efectos jurídicos de la aplicación de la prisión permanente
revisable. En nuestra sentencia núm. 716/2018, 16 de enero , censurábamos la decisión de política legislativa
representada por la LO 1/2015, 30 de marzo , que implicaba -decíamos entonces- la resurrección de un denostado
precedente legislativo que hundía sus raíces históricas en el código penal de 1848. Aludíamos también a la
equívoca cobertura del derecho comparado, invocada por el legislador para justificar su reforma, que prescindía
de otros datos que singularizan, frenteal nuestro, algunos de esos modelos comparados.
En aquella resolución, la Sala estimó el recurso de casación promovido por la defensa y anuló la pena de prisión
permanente revisable que había sido impuesta en la instancia. El juicio histórico daba por probado que el agresor
se dirigió al domicilio de la víctima y «... y una vez dentro de la casa, con la intención de acabar con su vida,
le asestó puñaladas y golpes con diversos objetos hasta causarle la muerte por la grave pérdida de sangre».
Fueron más de 30 puñaladas «... con el cuchillo que llevaba y otros que cogió de la vivienda, clavándoselos en el
abdomen, el tórax y el cuello y provocándole heridas cortantes y también heridas penetrantes que alcanzaron el
paquete vascular del cuello, el corazón, los pulmones, meso y asa intestinal». Además, le propinó «... numerosos
golpes en la cara con objetos contundentes que encontró en la casa (un palo, una figura de perro, otro de cerámica
y una piedra) causándole heridas inciso contusas en la cara, fractura-hundimiento nasal y maxilar y rotura de
piezas dentarias»

25
JURISPRUDENCIA

Para ejecutar su propósito, el agresor «... de forma sorpresiva e inesperada, se abalanzó sobre él portando un
cuchillo y empujándolo hasta el final del pasillo, lo que provocó que cayera al suelo y quedara tumbado boca
arriba, consciente de que con todo ello se aseguraba deliberadamente de causarle la muerte sin el peligro que
para su integridad física pudiera provenir de una defensa por parte de la víctima».
La víctima, que tenía 66 años, «padecía una discapacidad como consecuencia de un ictus isquémico a nivel del
tronco encefálico que había sufrido hacía años y que le provocaba una alteración del lenguaje y marcha inestable,
por lo que su capacidad de reacción a estímulos era más lenta».
Las ratio decidenci que llevó a la estimación del recurso fue justificada en los siguientes términos: «... dada la
inescindibilidad descrita del ataque sorpresivo con el desvalimiento o vulnerabilidad de la víctima en la causación
de la indefensión, al haber sido buscada por el autor para asegurar la ejecución del delito sin riesgo propio,
tanto si la indefensión que genera la especial vulnerabilidad de la víctima, autónomamente considerada, resulta
subsumible en abuso de superioridad, como en alevosía, una vez apreciada la alevosía que cualifica el asesinato,
no puede volver a ponderarse esavulnerabilidad en evitación de doble ponderación de la situación de indefensión,
con quiebra del principio non bis in ídem».
10.2.2- La posterior sentencia 520/2018, 31 de octubre , en línea con lo que ya había apuntado la STS 80/2017, 10
de febrero -que dio respuesta a un imaginativo argumento defensivo que reivindicaba la redefinición del concepto
de alevosía a raíz de la reforma de 2015-, incorporó importantes matices adaptados a un supuesto de hecho que
presentaba notoria similitud con el que estaba en la base del primero de los precedentes. El acusado dio muerte
a su tía abuela «... cuando ésta se encontraba sentada en una mecedora del salón de la vivienda esperando
que el acusado le llevara el desayuno». En ese momento, «... con el propósito de acabar con su vida, cogió un
cable eléctrico de una lámpara, rodeándole el cuello y apretando fuertemente, hasta que vio que había perdido
la vida como consecuencia de su acción». La anciana «... se encontraba deteriorada por la edad y las dolencias
propias de la misma, circunstancias que fueron aprovechadas por el acusado para quitarle la vida sin posibilidad
de defenderse».
Partíamos entonces de la base de que «... una buena parte de los casos en que la víctima es menor de edad o
persona especialmente vulnerable serán supuestos de alevosía. Pero no todos necesariamente. De lo contrario
carecería de sentido la previsión del homicidio agravado que recoge el vigente art. 138.2 a) CP . El homicidio
agravado por razón de las condiciones de la víctima ha de tener su propio campo de acción: aquel en que no exista
alevosía. (...) Son imaginables sin excesivo esfuerzo supuestos en que pese a ser la víctima menor de 16 años
o vulnerable por su enfermedad o discapacidad no concurrirá alevosía. Sería entonces aplicable el homicidio
agravado del art. 138.2. a) CP (homicidio sobre un adolescente de 15 años capaz ya de desplegar su propia
defensa, o en niños en compañía de personas que las protegen ...)».
Con el fin de resolver los problemas concursales que suscita la redacción del precepto, razonábamos entonces
que «...en los supuestos en que la edad de la víctima (niños de escasa edad o ancianos) o la enfermedad o
discapacidad física o mental, determinan por sí solas la alevosía, nosencontraremos, entonces sí, ante el tipo
básico de asesinato (art. 139.1.1ª). No cabrá apreciar además el asesinato agravado del art. 140. 1.1ª pues
las condiciones de la víctima basan ya la alevosía. Lo impide la prohibición del bis in idem. (...) Pero cuando
a la alevosía, basada en otros elementos, se superpongan circunstancias del apartado 1ª del art. 140.1 no
contempladas para calificar el ataque como alevoso será posible la compatibilidad. Así, el acometimiento por la
espalda de un menor de 15 años se calificará de asesinato alevoso del art. 138 .1 CP (el ataque por la espalda
integra la alevosía) y especialmente grave del art. 140.1.1ª (por ser la víctima un menor)».
Concluíamos que «... la muerte de un ser desvalido que suponga por sí sola alevosía, habrá de resolverse a través
de la herramienta del concurso de normas otorgando preferencia al asesinato alevoso (139.1.1ª CP con prisión
de 15 a 25 años) frente al homicidio agravado por las circunstancias de la víctima (138.2.a) con prisión de 15
años y 1 día a 22 años y 6 meses), por aplicación de las reglas de especialidad y alternatividad ( art. 8. reglas
1 y 4 CP )».
10.2.3.- Esa línea de compatibilidad del tipo hiperagravado del art. 140.1.1 del CP con agresiones calificadas
como alevosas, ha sido seguida con posterioridad por la STS 367/2019, 18 de julio . Esta resolución estimó
procedente la imposición de la pena de prisión permanente revisable al acusado, que al ser sorprendido por su
pareja « tocando el pecho» de su hija - una niña que todavía no había cumplido dos años de edad-, la emprendió
a golpes con la progenitora, arrastrándola de los pelos hasta el balcón. Allí intentó arrojarla al vacío. Cuando la
madre se hallaba en el suelo, en estado de máxima gravedad por los golpes de su pareja, apareció su hija en el
lugar en el que se estaba desarrollando la agresión. En ese momento, el acusado,
«... aprovechando (...) que la menor pesaba sólo 11 kilogramos y medía 84 centímetros para cogerla y, con
intención de matarla, de manera sorpresiva y sin que ésta pudiera evitarlo, la lanzó por la ventana a través del
hueco del cristal que previamente había roto».

26
JURISPRUDENCIA

En el FJ 6º de esa sentencia, la Sala razona que «... el ataque fue sorpresivo. El acusado no anunció su propósito
(...), no hubo prolegómenos o actos previos de los que deducir tal reacción inesperada (golpes sobre la menor,
o persecución de la misma, etc.); sin más, en medio de la agresión en varias fases que sufrió la madre, el bebé
se puso al alcance del (acusado) y éste la defenestró en un gesto súbito, inesperado e imprevisto. Por tanto,
concurre, además, la denominada alevosía sorpresiva. Así se deduce de los hechos que los jurados han declarado
probados. Ni la madre pudo hacer nada por defender a su hija, ni la niña pudo salir corriendo ante el ataque tan
inesperado del agresor. (...) La condición de la víctima menor de 16 años de edad, y en el caso, de 17 meses de
existencia, supone un fundamento distinto que justifica la decisión del legislador, y que no supone un bis in idem
que impida la aplicación del art. 140.1.1º del Código Penal ».
En línea con lo argumentado por el Fiscal en el dictamen de casación, añade la Sala: «... existen dos hechos
diferenciados, uno que convierte el homicidio en asesinato y otro que agrava el asesinato, y por consecuencia de
ello, no nos hallamos en el caso de que una única circunstancia sea valorada dos veces para agravar doblemente
la punición de la conducta del acusado».
10.2.4.- Este panorama jurisprudencial -al que habría que añadir la STS 102/2018, 1 de marzo , que aborda
problemas concursales no identificables con el que ahora centra nuestra atención- es la mejor muestra de las
dificultades asociadas a la deficiente técnica legislativa que inspiró la reforma de la LO 1/2015, 30 de marzo.
Son tres los pronunciamientos que - no sin matices y con relevantes precisiones- declaran la compatibilidad del
ataque alevoso ( art. 139.1.1 CP ) y el asesinato hiperagravado que tiene como víctima a personas singularmente
vulnerables ( art. 140.1.1 CP ).
En el presente caso, el juicio de tipicidad afecta a la muerte violenta de dos menores de edad a los que se ha
obligado a presenciar la agonía y el asesinato de su madre y a los que luego el agresor decapita. El Tribunal
Superior de Justicia estimó el recurso de apelación promovido por la defensa y dejó sin efecto la pena de
prisión permanente revisable que había sido impuesta por la Audiencia Provincial. El razonamiento del órgano
de apelación se apoya en la doble valoración de un mismo hecho, a saber, la alevosía como medio ejecutivo y la
especial vulnerabilidad de ambas víctimas como presupuesto del tipo hiperagravado.
La Sala estima, sin embargo, que la Audiencia Provincial no vulneró la prohibición del bis in ídem y que tampoco
desbordó la medida de la culpabilidad del acusado. De ahí que ya anticipe la estimación del recurso promovido
por las acusaciones particulares y apoyado por el Ministerio Fiscal.
10.2.5.- El art. 140.1 del CP castiga con la pena de prisión permanente revisable el delito de asesinato cuando «
la víctima sea menor de dieciséis años de edad, o se trate de una persona especialmente vulnerable por razón
de su edad, enfermedad, o discapacidad física o mental».
Las dificultades surgen cuando la menor edad de la víctima ha sido ya determinante para la calificación del ataque
como alevoso. Como ya hemos apuntado en otros precedentes y ha subrayado la doctrina, son perfectamente
imaginables ataques a menores de 16 años no alevosos -en cuyo caso sería de aplicación el homicidio agravado
del art. 138.2.a) del CP - o en los que la alevosía se construye sin vinculación alguna a esa minoría de edad.
En el presente caso, el juicio histórico evidencia que en la muerte de Berta . -de 3 años y 10 meses- y Indalecio . -
de 18 meses-, fue precisamente su edad lo que impidió a ambos «... oponer defensa eficaz alguna». Ni el factum
ni la fundamentación jurídica de la sentencia cuestionada dan pie para pensar que la alevosía se vinculó, por
ejemplo, a la previa eliminación física de la madre de los niños, la persona que era garante de su integridad física
y a la que el acusado había degollado con anterioridad.
Más allá del debate acerca de la naturaleza objetiva o subjetiva de la alevosía y de la ineludible presencia
de un elemento intencional, la Sala estima que la redacción del tipo hipercualificado del art. 140.1.1 del CP
es el resultado de una política criminal orientada a la protección de los menores de edad y de las personas
más vulnerables por padecer alguna discapacidad física o mental. Y ese enunciado -pese a sus deficiencias
técnicas- es algo más que un mecanismo de protección de las personas a las que el autor mata prevaliéndose
de su imposibilidad de defensa. Como ya hemos dicho en la citada STS 367/2019, 18 de julio , la condición
de la víctima menor de 16 años de edad supone un fundamento jurídico distinto que justifica la decisión del
legislador, y que no implica un mecanismo duplicativo ( bis in idem) que impida la calificación en el art. 140.1.1º
del Código Penal de los hechos referidos. No todas las víctimas desvalidas están incluidas en esa previsión
agravada. Son perfectamente imaginables supuestos paradigmáticos de desvalimiento y que, sin embargo,
no son encajables en el art. 140.1.1 del CP . Piénsese, por ejemplo, en la persona dormida, embriagada o
narcotizada que, en atención a ese estado, carece de toda capacidad de reacción defensiva. La agravación que
el legislador contempla en ese precepto no es la que corresponde, siempre y en todo caso, a la muerte alevosa
por desvalimiento. No toda víctima de un asesinato ejecutado sobre seguro, con esta modalidad de alevosía
por desvalimiento, ha sido sobreprotegida hasta el punto de incluir su muerte entre los supuestos de singular
agravación.

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JURISPRUDENCIA

Desde esta perspectiva, de lo que se trata es de responder a la cuestión de si la muerte alevosa de un menor
cuya edad le inhabilita para cualquier defensa -hay menores que sí pueden defenderse-, impide un tratamiento
agravado acorde con su mayor antijuridicidad. Y la respuesta ha de ser negativa. La consideración del asesinato
de un niño como un presupuesto para sumar al desvalor inherente al medio ejecutivo la mayor reprochabilidad
de la muerte a edad temprana, no suscita, a nuestro juicio, insuperables problemas de inherencia. De hecho,
constituye una técnica legislativa -no exenta de crítica, es cierto- pero que está bien presente en otros pasajes
del Código Penal. Es el caso, por ejemplo, del art. 188 del CP . Este precepto encabeza el capítulo II bis - De los
abusos y agresiones sexuales a menores de dieciséis años- del título VIII - Delitos contra la libertad e indemnidad
sexuales-, del libro II del CP. El legislador ha considerado oportuno dar un tratamiento singularizado a aquellas
ofensas contra menores de edad que se convierten en víctimas de abusos o agresiones sexuales por parte de
otras personas. Su singularidad se justifica, entre otras razones, por la especificidad del bien jurídico protegido -
la indemnidad sexual- y por el compromiso de toda sociedad democrática de favorecer una especial protección
al menor de edad. Es entendible, por tanto, que el simple hecho de involucrar a un menor de 16 años en un
contexto sexual reciba una respuesta más agravada que la que se dispensa en aquellos otros supuestos en los
que la víctima ha superado ese límite vital. La edad se convierte así en el único presupuesto de agravación.
Sin embargo, el legislador ha creído conveniente añadir un tipo hiperagravado en aquellos supuestos en que
la víctima «... sea menor de cuatro años». Así se desprende de la lectura del art. 183.4.a), inciso final. De esta
forma, el que realice actos sexuales con un menor de 16 años será castigado con la pena correspondiente a
la modalidad de agresión que se cometa, pero en su mitad superior cuando la víctima sea menor de 4 años. A
juicio de la Sala, no es objetable, porque no hay un problema real de inherencia, el hecho de que la menor edad
de 16 años se traduzca en una respuesta agravada -incluso, con una consideración sistemática diferenciada- en
los delitos contra la indemnidad sexual y, en una respuesta hiperagravada en aquellos supuestos en los que el
niño o niña está en los albores de la vida, al no haber cumplido todavía 4 años. No existe doble valoración de
la menor edad de la víctima.
De acuerdo con esta idea, el art. 140.1.1 del CP no agrava lo que ya ha sido objeto de agravación en el art. 139.1,
esto es, la muerte de un menor ejecutada con alevosía por desvalimiento. El legislador ha seleccionado, entre
las distintas modalidades de asesinato en las que el autor se aprovecha de la natural incapacidad de reacción
defensiva de la víctima, un grupo social muy singular, a saber, el de las personas más vulnerables y, precisamente
por ello, más necesitadas de protección. Conforme a la interpretación que ahora postulamos, la muerte alevosa
de un niño siempre será más grave que la muerte alevosa de un mayor de edad que es asesinado mientras
duerme o se encuentra bajo los efectos de sustancias que le obnubilan. Y siempre será más grave porque el
desvalor de la conducta es también mucho más intenso, sin que lo impida la regla prohibitiva de inherencia que
proclama el art. 67 del CP ".
De conformidad con el artículo 57 del CP, procede imponer a los acusados, la prohibición de aproximarse a
menos de 1.000 metros de Urbano y de doña Felicisima , así como comunicarse con ellos por cualquier
medio directo o indirecto por tiempo de 30 años.
En aplicación del artículo 140 bis del Código Penal, atendiendo las especiales circunstancias que concurren
el presente caso (Asesinato de un menor de 2 años, tras haber sufrido constantes palizas), procede imponer
a ambos acusados la medida de libertad vigilada por tiempo de 5 años, lo que supondrá el sometimiento de
los mismos a control judicial a través del cumplimento de alguna o algunas de las medidas enumeradas en el
articulo 106 del Código Penal, cuya concreción se establecerá en ejecución de sentencia, medidas, estas, que
deberán cumplirse con posterioridad a las penas privativas de libertad impuestas.
DECIMO SEGUNDO.- Dispone el artículo 109 del CP que " La ejecución de un hecho descrito por Ley como delito
obliga a reparar en los términos previstos en las Leyes, los daños y perjuicios causados".
Según el artículo 110 del CP, esta responsabilidad civil puede consistir en " la restitución, la reparación del daño
y/o en la indemnización de los perjuicios materiales y morales".
Finalmente, el artículo 113 del CP, prevé que " La indemnización de perjuicios materiales y morales comprenderá
no sólo lo que se hubieran causado al agraviado, sino también los que se hubieran irrogado a sus familiares o
terceros".
A diferencia de lo que ocurre con el daño material, el daño moral puede presumirse si su existencia se infiere
inequívocamente de los hechos probados. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, en los delitos que afectan a los
bienes más intrínsecamente personales, como la vida, la integridad física o la libertad, caso de autos.
Siguiendo este criterio, el Tribunal Supremo ha establecido que el daño moral no necesita estar especificado en
los hechos probados, cuando fluye de manera directa y natural del referido relato histórico. Así ocurre cuando
el daño moral resulta de la importancia del bien jurídico protegido y de la gravedad de la acción que lo ha

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JURISPRUDENCIA

lesionado criminalmente, así como de la significación espiritual que el delito tiene con relación a la víctima
(TS 2-7-14).
En el caso enjuiciado, la muerte violenta de un hijo produce un daño moral a su progenitor pero también a
todos sus familiares y allegados, pues supone la pérdida de un ser querido.
Por las defensas no se oponen al reconocimiento de un indemnización a favor de don Urbano , padre del niño,
si bien en cantidad menor a la solicitada por su representación procesal, pero sí respecto de doña Felicisima
, en cuanto abuela del mismo.
En el acto del Juicio declararon tanto don Urbano como su madre, doña Felicisima .
En su declaración el Sr. Urbano manifiesta que rompió su relación con Amelia en marzo de 2018, relación que
calificó de " tóxica"; que su hijo tenía 2 años y 4 meses cuando ocurrieron los hechos; que cuando nació Isidro
, él y Amelia eran muy jóvenes, por lo que su madre les ayudó con el bebé, hasta que ya solos se ocupaban
del niño y se fueron a vivir solos; que cuando Amelia se marchó desconocía, no pudiendo tener contacto
telefónico ni con ella ni con él, aunque tenía información a través de un conocido que le pasó fotos pero nada
más; que es cierto que Amelia le pone una denuncia en DIRECCION000 , siendo detenido y poniéndole una
orden de alejamiento y comunicación, por lo que no podía tener contacto con ella por ese motivo; que no tenían
régimen de visitas porque entre DIRECCION003 , DIRECCION000 y Madrid había problemas pero solicitó un
abogado de oficio; que siempre ha querido saber del niño; que a los pocos días de que se fuera Amelia sabía
que ella estaba en DIRECCION000 pero no el domicilio.
Por su parte, doña Felicisima relató que su hijo y Amelia convieron con ella y en casa de la madre de ellos,
en periodos de 15 o 20 días; que primero vivían con ella, ayudándole con el niño a bañarlo, a cuidarlo, etc; que
luego se fueron ya a vivir solos con el niño a casa de la madre de ella, y que una vez que Amelia se marchó no
pudo ponerse en contacto con ella porque cambió de teléfono y le bloqueó; que buscaron un abogado de oficio
para establecer el régimen de visitas pero que los papeles realmente les llegaron cuando ya habían enterrado
al niño.
Amelia en su declaración en el acto del Juicio manifestó que estuvo todo el embarazo con la madre de Urbano
; que en la denuncia que puso contra él en DIRECCION000 aparecía su domicilio, llegando a visitarle un tio de
Urbano , hermando de Felicisima , llamado Hipolito ; nunca se ha intentado poner un régimen de visitas por
parte de Urbano ; que le dijo a Felicisima que nunca le impediría relacionarse con su nieto.
El agente de la Policía Nacional número NUM016 , que tomó declaración al Sr. Urbano , refirió que estaba
destrozado, no podía ni hablar, teniendo que interrumpir varias veces la declaración porque se ponía a llorar,
estaba muy nervioso y no daba crédito a lo que había pasado, encontrándose la Sra. Felicisima muy afectada.
Finalmente, doña Rita , trabajadora social, declaró que el padre del niño se encontraba muy mal, desorientado
y preocupado, no sabiendo el paradero del niño, habiéndose enterado por las redes sociales que estaba en
DIRECCION000 y que el menor estaba ingresado muy grave.
Como se decía en la Sentencia de la AP de Alicante, de fecha catorce de julio de dos mil quince, "La cuestión
que se plantea es quién se encuentra legitimado a percibir por derecho propio una indemnización por daño
moral. En cuanto a la responsabilidad civil derivada del delito, ex artículos 109 y 113 del Código, para analizar la
procedencia la pretensión indemnizatoria ejercida por esta acusación particular conviene comenzar recordando
que el derecho al resarcimiento en los casos de fallecimiento de la víctima no surge iure hereditatis, sino como
derecho propio y originario derivado del hecho ilícito, ypor tanto son titulares de la acción civil correspondiente no
quienes ostenten la condición de herederos, sino la de perjudicados; toda vez que la indemnización por la muerte
no tiene como destinatario al propio fallecido, pasando así de su patrimonio al de sus sucesores mortis causa -
pues la propia muerte, por obvias razones de extinción de la personalidad, no es indemnizable -, sino que pretende
resarcir los perjuicios materiales y morales que para los más próximos allegados, sean o no herederos, derivan
del óbito. Partiendo de esta base de atribución de la legitimación indemnizatoria por fallecimiento de la víctima
por derecho propio, fluye naturalmente el corolario de que perjudicados en estos supuestos son los familiares
o terceros (en términos del artículo 113 del Código Penal ) que con motivo de la muerte del sujeto pasivo del
hecho punible han sufrido un perjuicio personal real y efectivo, sea en virtud de su dependencia económica
de aquél o por el daño moral(el "doloroso vacío" a que aluden numerosas sentencias de la Sala Segunda del
Tribunal Supremo, como las de 4 de julio de 1985 y 29 de junio de 1987 ) derivado del parentesco próximo, de la
convivencia o de la relación afectiva de significada relevancia con el fallecido".
En el presente caso, para la fijación de las personas con derecho a percibir una indemnización así como el
importe del mismo debemos de tener en cuenta las siguientes consideraciones:

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JURISPRUDENCIA

-. Es evidente que ninguna cantidad económica puede reparar el sufrimiento y dolor por la pérdida de un ser
querido, y por tanto, el daño moral causado al padre y al resto de familiares del bebé.
-. La cantidad se va establecer de manera global, recogiendo en una sola cantidad el daño moral por ambos
delitos pues es difícil establecer una distinta cantidad para cada uno de ellos, ya que, en definitiva, tras el
ingreso en el hospital del menor y su fallecimiento, es cuando tuvieron conocimiento del sufrimiento del menor.
-. La cantidad se va a fijar sin atender al baremo de tráfico, que no es vinculante, solo orientativo en los delitos
dolosos, tratando de esta forma ajustarse a las concretas circunstancias del presente caso.
En consecuencia, los acusados deberán indemnizar conjunta y solidariamente a Rogelio en la cantidad de
150.000 euros.
No se acoge, por tanto, ni la cantidad solicitada por la acusación particular, del Sr. Urbano (450.000 euros) ni
tampoco la instada por el Ministerio Fiscal (70.000 euros por el fallecimiento y 5000 euros por daños morales
a los herederos).
Para ello, partiedo del indudable daño moral que la pérdida de su hijo ha causado al Sr. Urbano , se ha
tomado en consideración para no fijar la cantidad total solicitada por la acusación particular que a pesar de
las manifestaciones de la parte, no se ha aportado documentación acreditativa de su esfuerzo para recuperar
el contacto con su hijo menor de edad, pues desde que se marchó Amelia del domicilio familiar, no consta
que se haya realizado ningún tipo actuación tendente a dicho fin, ya fuera la interposición de una denuncia o la
solicitud del establecimiento de un régimen de visitas, de manera que estuvo 6 meses sin tener contacto alguno
con su hijo, a pesar de que el Sr. Urbano refirió en su declaración en el acto del Juico que a través de las redes
sociales y de terceras personas sabía, si no la dirección exacta, la localidad en la que se encontraba el menor,
dato que, por otro lado, si constaba en la denuncia que en abril interpuso Amelia contra él por malos tratos.
A doña Felicisima , los acusados indemnizan conjunta y solidariamente, en la cantidad de 70.000 euros. Para
ellos se ha tomado en consideración que es la abuela paterna del niño, y por tanto, un familiar muy próximo,
sobre todo si tenemos en cuenta que tanto la acusada como el Sr. Urbano , reconocen que convivieron con la
misma durante el tiempo que Amelia estuvo embarazada así como en distintos periodos tras su nacimiento,
ayudando a los padres del menor a aprender a cuidar al niño, lo que implica un contacto, una preocupación, y
un vínculo muy próximo con el menor, aunque solo fuera en sus primeros años de vida.
Finalmente, los acusados indemnizarán conjunta y solidariamente a la Consellería de Sanidad de la Generalitat
Valenciana en la cantidad de 6.93151 euros, siendo éste el coste de la atención médica prestada a Isidro .
DECIMO TERCERO.- Conforme el Art. 123 del Código Penal, las costas procesales se impondrán por Ley a los
criminalmente responsables de todo delito o falta, incluyendo las de lasacusaciones particulares.
DECIMO CUARTO.- Establece el artículo 58 del Código Penal que el tiempo de privación de libertad sufrido
provisionalmente será abonado en su totalidad por el Juez o Tribunal sentenciador para el cumplimiento de la
pena o penas impuestas en la causa en que dicha privación fue acordada, salvo en cuanto haya coincidido con
cualquier privación de libertad impuesta al penado en otra causa, que le haya sido abonada o le sea abonable
en ella. En ningún caso un mismo periodo de privación de libertad podrá ser abonado en más de una causa.
Por todo lo cual, VISTOS los artículos citados y demás de general y pertinente aplicación

FALLO
Que debo CONDENAR y CONDENO a la acusada Amelia , como penalmente responsable en concepto de autor
(comisión por omisión) de un delito de malos tratos habituales, sobre menor de edad y en domicilio común,
ya definido, con la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, agravante de
alevosía, a la pena de prisión de 3 años, accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo
durante el tiempo de la condena y privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante 5 años, que
según el artículo 47 último inciso supone la pérdida de la vigencia del permiso o licencia y costas, incluidas
las de las acusaciones particulares.
Que debo CONDENAR y CONDENO al acusado, Jesús , como penalmente responsable en concepto de autor
de un delito de malos tratos habituales, sobre menor de edad y en domicilio común, ya definido, con la
concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, agravante de alevosía, a la pena
de prisión de 3 años, accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo
de la condena y privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante 5 años, que según el artículo 47
último inciso supone la pérdida de la vigencia del permiso o licencia y costas, incluidas las de las acusaciones
particulares.

30
JURISPRUDENCIA

Que debo CONDENAR y CONDENO a la acusada Amelia , como penalmente responsable en concepto de
autor (comisión por omisión) de un delito de asesinato, ya definido, con la concurrencia de la agravante mixta
de parentesco, a la pena de prisión permanente revisable, con la accesoria de inhabilitación absoluta y costas,
incluidas las de las acusaciones particulares.
Que debo CONDENAR y CONDENO al acusado, Jesús , como penalmente responsable en concepto de autor de
un delito de asesinato, ya definido, con la concurrencia de la agravante mixta de parentesco, a la pena de prisión
permanente revisable con la accesoria de inhabilitación absoluta y costas, incluidas las de las acusaciones
particulares.
De conformidad con el artículo 57 del CP, procede imponer a los acusados, la prohibición de aproximarse a
menos de 1.000 metros de Urbano y de doña Felicisima , así como comunicarse con ellos por cualquier
medio directo o indirecto por tiempo de 30 años.
En aplicación del artículo 140 bis del Código Penal, atendiendo las especiales circunstancias que concurren
el presente caso (Asesinato de un menor de 2 años, tras haber sufrido constantes palizas), procede imponer
a ambos acusados la medida de libertad vigilada por tiempo de 5 años, lo que supondrá el sometimiento de
los mismos a control judicial a través del cumplimento de alguna o algunas de las medidas enumeradas en el
articulo 106 del Código Penal, cuya concreción se establecerá en ejecución de sentencia, medidas, estas, que
deberán cumplirse con posterioridad a las penas privativas de libertad impuestas.
En vía de responsabilidad civil, los acusados indemnizarán conjunta y solidariamente a don Urbano en la
cantidad de 150.000 euros por daños morales; a doña Felicisima en la cantidad de 70.000 euros por daños
morales; y a la Consellería de Sanidad de la Generalitat Valenciana en la cantidad de 6.93151 euros por la
atención médica prestada a Isidro .
Dichas cantidades devengarán el interés legal del dinero conforme al artículo 576 de la Lec.
Abónese a los condenados, para el cumplimiento de la pena privativa de libertad impuesta, el tiempo de
privación de libertad sufrido preventivamente por esta causa.
Notifíquese esta sentencia de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 248.4º de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, haciéndose saber que contra la misma cabe Recurso de Apelación ante la Sala de lo Penal del Tribunal
Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana que ha de interponerse ante esta misma Audiencia dentro
de los diez días siguientes a la última notificación.
Así por esta mi sentencia, de la que se llevará testimonio al Rollo de Sala, lo pronuncio, mando y firmo.
PUBLICACIÓN.-La anterior sentencia ha sido leída y publicada en el día de su fecha por la Ilma. Sra. Magistrada-
Presidente estando la Sala reunida en audiencia pública.

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