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El preocupante regreso a la normalidad tras el paso del

COVID-19

Es ilógico desconocer el contexto mundial que afronta la humanidad en tiempos de


pandemia producto del COVID 19. Y es exactamente en tiempo de crisis en que podemos
ver la cuestionable capacidad de organización de una nación para hacerle frente a
situaciones críticas, donde su población es el punto más afectado, la cual demanda
constantemente soluciones. El virus emergido en China del pasado año no ha dejado
margen de tiempo a los países para poder buscar estrategias de contención adecuadas
que le brinden a la población su propia seguridad, dejando al descubierto la inoperancia
de las máximas autoridades en cuestión de elaborar planes de un “retorno a la
normalidad”, de los cuales podemos ver prematuramente su nula efectividad reflejadas en
nuevas olas de contagio.

Sin irnos más lejos, en Chile, se decidió llevar a cabo el programa “Paso a Paso”, del cual
no diferimos, creemos que en la teoría es una buena estrategia para manejar el
desconfinamiento en las ciudades más pobladas, pero en la práctica ha resultado ser
poco efectiva, viendo a diario imágenes que nos muestran cómo la ciudadanía hace mal
uso del levantamiento de cuarentena. Grandes tiendas de comercio, restaurantes, plazas
y calles repletas por personas que por diferentes motivos salen de sus hogares,
restándole importancia a la aún presente pandemia por coronavirus. Este es un problema
que personalmente nos preocupa, ¿qué ocurriría si entre todas estas personas hay un
contagiado? No habría forma de saberlo, dando como resultado nuevamente un
levantamiento de cuarentena. Eventos como el plebiscito (sin desconocer su relevancia),
o las marchas son escenarios perfectos para que este panorama vuelva a ocurrir, donde
las mascarillas o el alcohol gel muchas veces no son suficientes.

Tomando como ejemplo el caso de Europa, gran parte de los países que lo conforman
han presentado un rebrote de coronavirus, a pesar de se creía que la pandemia había
acabado. Esto representa una situación bastante grave y un vivo reflejo de lo que le
podría pasar a Latinoamérica si el desconfinamiento no es gestionado de manera
responsable. Según las palabras de Tedros Adhanom, director general de la OMS:
“Demasiados países experimentan aumento exponencial de casos de COVID 19 en
donde Europa se sitúa como el segundo lugar al presentar más de 8.8 millones de
contagios", reafirmando la idea de que la vuelta a la normalidad aún es un objetivo difícil
de alcanzar, pues la mayoría de las naciones europeas han vuelto a confinar a su
población. Resaltando el caso de Francia, que ha sido el país que mayores medidas ha
tomado, proponiendo un bloqueo nacional completo durante un mes.
Se suma como la guinda del pastel a toda esta triste situación, el confuso panorama de la
vacuna experimental de COVID 19, la cual se encuentra aún en estado de desarrollo sin
mostrar avances significativos. Con esto, sin ánimos de criticar el trabajo médico o el
esfuerzo realizado por los investigadores, podemos inferir lo complicado y riesgosas que
son las primeras dosis que se están suministrando a los pacientes de prueba de distintos
países. Los pocos avances logrados por dichas investigaciones solo nos dirigen a una
conclusión evidente, pues la cura no estaría lista sino hasta 2021, esto obviando todos los
costes adicionales que supondría una exportación masiva de vacunas para toda la
población; “Muchos piensan que a principios del próximo año llegará una panacea que lo
resuelva todo, pero no va a ser así: hay un largo proceso de evaluación, licencias,
fabricación y distribución”, comentó la experta Soumya Swaminathan, científica principal
de la OMS a través de una sesión de preguntas y respuestas en redes sociales.

Con todo lo antes dicho queremos enfatizar la alarmante y poco estudiada vuelta a la
normalidad propuesta por las máximas autoridades sanitarias. El virus seguirá presente
por un largo tiempo a falta de una solución concreta, ya que el hecho de que las
cuarentenas obligatorias sean levantadas no significa que los cuidados personales deban
ser menores, sino todo lo contrario. El ejemplo tanto de Europa como Estados Unidos es
una realidad que no queremos que se repita en toda Latinoamérica, la cual durante
muchos meses ha luchado incansablemente mostrando indicios de mejora de forma lenta
pero progresiva. Aprendamos de los errores, buscando una forma de frenar una nueva ola
de contagio potenciada por los tiempos fríos que se avecinan en nuestro territorio
nacional.
En conjunto, sus autores favoritos: Cristóbal Egaña, Cristóbal Magnata, Benjamín
Figueroa.

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