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En esta copla Jorge Manrique nos habla del dolor que sufre la familia y los allegados de un joven

cuando se trunca su vida que promete un brillante futuro, es por ello por lo que al terminar estos
versos en mi mente afloró la imagen de J. F. Kennedy, que es quizás el caso más representativo de
una muerte inesperada en la historia reciente. La muerte de J. F. Kennedy supuso la perdida de la
inocencia en la sociedad americana, él había recuperado la ilusión del pueblo estadounidense tras la
guerra de Vietnam. La época oscura de R. Nixon parecía quedar atrás y la crisis de los misiles en Cuba
afianzó la imagen del líder sólido, sin embargo, toda esa esperanza se esfumo con su muerte a
manos de un franco tirador. J. F. Kennedy era el elegido, el mesías y pese a todo, un simple mortal, le
fue duro a la sociedad americana superar su muerte, de la misma manera que una familia nunca
supera la muerte de uno de sus miembros, especialmente cuando esto altera el orden natural del
morir. Es este dolor del que nos habla Manrique en esta copla.

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