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INTRODUCCION

En el derecho romano existen personas consideradas incapaces y por tanto


se les concede una protección por medio de algunas figuras jurídicas que
tienden a asegurar el bienestar físico y patrimonial de las personas sujetas a
éstas. La tutela es una figura de protección para las personas que por razón
de sexo o de edad se consideran no aptas para valerse por sí mismas. Se
define como “el poder dado y permitido por el derecho civil sobre una cabeza
libre a efecto de protegerlo en virtud de que a causa de su edad (o sexo) no
puede defenderse por sí mismo” (Morineau Iduarte; González, 1993: 76). En
principio la tutela se considera como parte de la potestad del pater familias,
puesto que se le considera como tutor de los impúberes y de las mujeres de
su familia, y ésta se transmite a su muerte, al sucesor por él designado, el
heredero que será tutor. A falta de personas aptas, por existir solamente
mujeres o impúberes, se designa al agnado más próximo (Iglesias, 1972: 578).

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