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Multiculturalismo.
Una revisión crítica
MARÍA HERRERA LIMA
Instituto de Investigaciones Filosóficas
UNAM, México
responde a una etapa distinta de la vida clamación emblemática oculta con fre-
política y el pensamiento europeo 9. Las cuencia la imposición de una lengua y un
dos concepciones tienen, no obstante, un conjunto de creencias y valores que per-
alcance limitado, por ejemplo, la de Locke: tenecen a la comunidad histórica respon-
se dirige a los intolerantes, pero no dice sable de la unificación del Estado en cues-
nada sobre el daño causado a las víctimas; tión, confundiendo así la defensa de una
considera la irracionalidad de la intoleran- ciudadanía abstracta, ajena a cualquier
cia religiosa, pero no ofrece argumentos particularidad étnica o cultural, con aspec-
en contra de otras formas de intoleran- tos contingentes de una cultura determi-
cia, etc. La de Mili, en cambio, ofrece un nada. Dado que en la Edad Moderna el
argumento más amplio en favor de la diver- modelo político lo proporcionaron los nue-
sidad, e intenta superar la paradoja de la vos Estados nacionales, la idea liberal de
tolerancia apelando a la libertad indivi- tolerancia sólo puede entenderse si ésta
dual, pero depende de supuestos antropo- se da en condiciones de relativa unidad
lógicos cuestionables. Ambas formulacio- cultural. Uno de los requisitos para la via-
nes han conservado a pesar de todo una bilidad de esos nuevos estados, formados
cierta vigencia, y encuentran resonancia por un conjunto de «pueblos» originalmen-
todavía en discusiones actuales, por ejem- te distintos, fue el de conseguir la hege-
plo: Zcómo aceptar en las sociedades tra- monía cultural como un requisito de esta-
dicionales prácticas que consideramos bilidad política -prevenir movimientos
ofensivas o violatorias de la dignidad de separatistas- principalmente a través de
las personas? (esto es, ¿cómo aceptar 10 la unificación lingüística. Éste fue el caso
que contradice nuestros principios en nom- de las naciones europeas modernas y des-
bre de la tolerancia a los diferentes?); la pués el de la política de recepción de emi-
solución de Mili (o de Voltaire) a su dere- grantes de los Estados Unidos; y, desde
cho a elegir tampoco nos resuelve el pro- luego, podemos agregar nosotros, de los
blema, ya que, además, cuando se trata países latinoamericanos herederos de las
de posturas colectivas, siempre cabe la pre- hegemonías lingüísticas de España y Por-
gunta de si los individuos afectados dis- tugal.
ponen efectivamente de los medios para Consecuentemente, se incorporó a la
decidir acerca de las prácticas o creencias ideología liberal la convicción de una ten-
que se les imponen. De este modo, el dere- dencia (más o menos necesaria o inevi-
cho a la disidencia, y alguna forma de table) hacia la «unidad nacional» de todos
recurso a la justificación de las creencias aquellos que por diversas circunstancias
individuales, resulta un requisito irrenun- históricas (conquistas militares, movimien-
ciable de cualquier postura liberal. En tos migratorios) diferían en algún rasgo
cambio, otras de sus limitaciones podrían importante (como la lengua) de la cultura
atribuirse a motivos políticos o de otra dominante. Pero podemos preguntarnos
índole. ahora con mayor distancia temporal: ¿has-
Por ejemplo, resulta contradictoria la ta qué punto el liberalismo debe resultar
consigna «un pueblo, una nación», que, necesariamente en políticas «integrado-
como nos recuerda Michael Walzer, ha nistas», aunque de hecho éste haya sido
acompañado la constitución de los Estados el caso en la práctica en la mayoría de
liberales desde sus inicios 10 y que explica los Estados nacionales", o, en otras pala-
en parte las resistencias 3. la aceptación bras, ¿suponen todas las formas de «plu-
de diferencias culturales «radicales» en el ralismo cultural» una amenaza para las ins-
seno de las democracias liberales. Esta pro- tituciones de las democracias liberales", y
NOTAS