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Feudalismo

1 comentario / Edad Media / Por Alejo Marino


La Edad Media estuvo marcada por los cambios políticos y sociales que permitieron la
organización de los imperios y civilizaciones que lideraron en ese entonces. En Europa,
el feudalismo trajo consigo cambios en la sociedad que permitía la definición del papel
que cada quien jugaba en la sociedad. Como figura principal, surge el señor feudal.
Además, el feudalismo permitió un nuevo orden en la distribución de las riquezas y el
poder del viejo continente. Sus basamentos regían la vida de todos los que vivían en
aquella época. Veamos más sobre este sistema que perduró por mucho tiempo.

Definición de Feudalismo

Fue el modo de gobierno y distribución social que se implementó en el


continente europeo desde el siglo IX hasta el siglo XV. Los principios básicos de
éste cambiaron la esclavitud en contratos de vasallaje que promovían el alquiler de
tierras a campesinos para que las trabajaran y las hicieran productivas a cambio de
elevados impuestos que ahogaban su oficio. Este nuevo concepto trae consigo algunas
figuras principales como el señor, el feudo y el vasallo.
Se establecía una especie de contrato entre el señor y el vasallo para la obtención
de la tierra. Este documento determinaba los deberes que ambas partes debían
cumplir a fin de comenzar la actividad comercial. De esta manera, se acordaban pagos
en forma de productos o monedas.

Causas del Feudalismo

Entre las causas principales que permitieron la implementación del feudalismo como
proyecto de gobierno y cambio social se pueden mencionar las siguientes:

 El escaso control que tenía la figura del emperador de todas las provincias


a las que dominaba. Puesto que las poblaciones a las que gobernaban eran
muy extensas, tener dominio sobre ellas era muy difícil.
 Los constantes movimientos invasores por parte de los guerreros de
poblaciones paganas, quienes dejaban completamente en la miseria a las
regiones conquistadas.
 La necesidad de protección a fin de controlar los ataques barbáricos, lo que
llevó al contrato de figuras militares y no militares como mercenarios, señores
feudales y caballeros.
 La pérdida de poder y autoridad por parte del rey. A este sólo se le percibía
como una figura puesta en el poder de manera teocrática, quienes gobernaban
realmente eran aquellos nobles a los que se les había dispersado por todo el
imperio y quienes tenían a cargo grandes extensiones de terreno.
 La iglesia, como institución dominante e influyente comenzó a conferirle
poder a los señores feudales, afirmando que éstos habían obtenido también
el favor divino y por eso debían recibir la autoridad.

Organización social en el Feudalismo

Durante esta época el poder y los privilegios sociales, económicos y políticos se


dividieron en cinco clases sociales diferentes. La sociedad siguió ordenada en forma
piramidal, compuesta por la monarquía, la nobleza, el clero, los caballeros y lo
siervos o campesinos. Los componentes de cada clase social jugaban un papel
importante en el funcionamiento de la sociedad feudal, prolongando la duración de
esta forma de gobierno.

La monarquía

Tenían a cargo la administración de la autoridad en el imperio, toda extensión de


terreno les pertenecía. Tal control les permitía decidir a quién le otorgaban partes de
estos territorios. Como consecuencia, dichos benefactores eran fieles al poder imperial,
actuando para el beneficio de éste.
Cuando existía alguna clase de rebelión por parte del noble, barón o conde que había
recibido la jurisdicción de una población, el rey o emperador tenía la potestad de
retirarle la autoridad que se le había dado, ejerciendo de esta manera su poder
legítimo como dueños de la nación. Los monarcas a su vez estaban organizados de la
siguiente manera:
 El rey: Entre los deberes de este estaban: garantizar la seguridad de los
miembros del reino, prevenir la miseria en los límites de la nación y proclamar
decretos y leyes que certificaban el orden.
 La reina: No sólo era la esposa del rey, sino que también era la representante
del trono cuando éste se encontraba ausente, siendo así la segunda persona
con más autoridad en el imperio. Además, se encargaba de llevar a cabo todos
los proyectos sociales del imperio.
 Los príncipes: Las funciones que cumplían eran de orden mecánico. Eran los
futuros al trono por orden de nacimiento.
 Las princesas: Su existencia era mayoritariamente para realizar alianzas con
miembros de otros reinos. Sólo podían ascender a la posición de reinas por
medio de matrimonio o cuando no habían descendientes del sexo masculino.

Los nobles

Se definían como todas aquellas personas a las que se les habían entregado


regiones productivas extensas. La mayor parte de estas recompensas recibidas las
ganaba a raíz de hazañas en combate que realizaban miembros importantes del
ejército. Podían ser removidos de su poder si daban muestras de lealtad al poder real,
por lo que las regiones que recibían eran de carácter temporal, en forma de préstamo.
Además, sus títulos podían pasar a sus hijos si habían demostrado tal fidelidad.
Los nobles

Se definían como todas aquellas personas a las que se les habían entregado


regiones productivas extensas. La mayor parte de estas recompensas recibidas las
ganaba a raíz de hazañas en combate que realizaban miembros importantes del
ejército. Podían ser removidos de su poder si daban muestras de lealtad al poder real,
por lo que las regiones que recibían eran de carácter temporal, en forma de préstamo.
Además, sus títulos podían pasar a sus hijos si habían demostrado tal fidelidad.

Bajo esta nueva forma de gobierno se les denominaba como señores feudales y
tenían la potestad de proclamar leyes específicas que incluían el valor
del dinero y el pago de los impuestos. Entre los deberes principales de los miembros
de la nobleza estaban:
 Servir a la monarquía.
 Garantizar la seguridad del rey en momentos de paz y guerra por medio de
un ejército entrenado de caballeros.
 Organizar la agenda del rey para sus viajes, asegurando que tuviera dónde
alojarse y alimento.
 Cumplir con la capitación real de manera puntual y regular.
El clero

Quienes lo componían tenían bajo su responsabilidad el desarrollo de la fe de las


personas de la época. Además, su influencia era muy importante, por lo que
resultaban ser una guía en asuntos de gran peso social como la educación o el respeto
a la autoridad.
Dentro de su organización había miembros con un rango superior al de otros como el
Papa, quien era el ente con más poder de la iglesia. Les seguían los monjes, sacerdotes
y obispos, quienes llevaban a cabo funciones administrativas como recoger el dinero,
administrarlo y dar sermones.

Los caballeros

Eran la clase que se dedicaba a la protección del reino y el territorio que este
ocupaba. Cada miembro de la nobleza tenía a su disposición un número definido de
caballeros a los que usaba para garantizar la seguridad de sus condados en caso de
invasión o peligro inminente de la corona.
Durante los viajes que realizaba el rey, era deber de los caballeros cuidar su vida, su
familia y sus pertenencias. Por lo que gran parte de la remuneración económica que
estos conseguían provenía de la monarquía y no de los señores feudales.

Los siervos

Eran todas aquellas personas que cumplían con labores agrícolas. Este grupo de
la sociedad estaba a cargo del trabajo más duro y las recompensas que recibían a
cambio por tan ardua labor eran pocas.

No disfrutaban de libertad en absoluto, hasta para poder contraer matrimonio, debían


tener la aprobación de los caballeros o los nobles. Su condición de servidumbre los
convertía en prisioneros, por lo que no podían salir del campo en el que laboraban a
menos que tal permiso fuera aprobado.

Eran pobres y no tenían ninguna clase de derecho que les permitiera influir de alguna
manera en el orden social. Se estima que casi el 90% de la población de esta etapa de
la historia pertenecía a este peldaño social, lo cual contribuía a la desigualdad de
privilegios y derechos de la sociedad feudal.

Economía en el Feudalismo

Las actividades económicas principales durante el feudalismo fueron el comercio, la


artesanía y la agricultura:

 Comercio: La actividad comercial durante el feudalismo no se extendió debido


a que las principales rutas por las que los mercaderes transitaban eran
dominadas por miembros del islam, por lo que prácticamente toda actividad
que se realizaba era entre los diferentes condados del reino. Las transacciones
en las que los artículos costosos de gran belleza y lujo, así como también los
metales y la sal, eran los principales productos que se comercializaban. Más
tarde, con el uso de novedosos inventos como el timón y la brújula, se forjaron
nuevas maneras de comercio como el marítimo, lo que trajo como
consecuencia acuerdos entre musulmanes y cristianos a fin de mejorar los
tratados comerciales. Por esta razón, a la llegada del siglo XII, el comercio y la
actividad económica había mejorado.
 La artesanía: El aprendizaje de distintas clase de oficios era instada por medio
de la iglesia. Los artesanos estaban divididos en tres niveles de acuerdo a su
habilidad: maestro, oficial y aprendiz. A fin de escalar niveles, se necesitaba
tiempo y la creación de una obra famosa que probara su creatividad y
singularidad. Por otro lado, los artesanos se especializaban en las áreas de la
construcción, minería y textiles.
 La agricultura: Aunque era la actividad económica de mayor importancia
durante la época feudal, la labor se llevaba a cabo de una forma muy primitiva,
pues no se contaba con el uso de animales de cargas para la producción de
abono y fuerza para los cultivos. Se producía mayoritariamente cereales, frutas y
hortalizas. Además, se producía sal, miel y aceite.
Consecuencias del Feudalismo

 Se descentralizó el poder. Se distribuyó a los señores feudales, constituyendo


de manera primitiva el concepto de Estado en la historia.
 Cada territorio se encarga de su propia producción económica, por lo que
cada uno desarrolla lo suficiente para subsistir.
 Las clases sociales se definen de manera definitiva. Las diferencias entre los
que son libres y los esclavos se aclaran.
Se le denomina feudalismo a la forma especial que adquirió la organización
social de los países europeos, durante la Edad Media y que consistió en la
aparición de dos grandes clases: los Señores y los Vasallos. Tras
la desintegración del Imperio Carolingio, la debilidad de los reyes se hizo
evidente. Sus sucesores se vieron obligados a ceder gran parte de su
autoridad a los condes y marqueses, para obtener su apoyo. Para
asegurarse la lealtad de estos nobles, los monarcas les entregaron tierras:
los feudos.
Por otro lado, las invasiones de vikingos, sarracenos y
húngaros aumentaron la inseguridad general, lo que obligó a los reyes a
encomendar a los nobles la defensa de sus territorios.
La crisis del poder y el clima de inseguridad, sumados a la decadencia
del comercio y de la industria, contribuyeron al nacimiento de un nuevo
sistema social, económico y político, el feudalismo, y de una institución:
la caballería.
El feudalismo se basó en una relación social característica: el vasallaje. A
través de ella, un hombre poderoso ofrecía protección a un hombre más
débil que, a cambio, le juraba fidelidad. El primero era el señor, el segundo
se convertía en vasallo. El feudalismo alcanzó sus formas más
características en los siglos XI, XII y XIII.

Características del feudalismo


El feudalismo no evolucionó de igual manera, ni surgió ni terminó al mismo
tiempo en Europa Occidental. Sin embargo, este sistema social, económico
y político tuvo características similares en todos los países:

 El poder central desapareció y se fragmentó en los distintos feudos.


En ellos, el señor acaparó las funciones propias del Estado, como, por
ejemplo, legislar, imponer impuestos y administrar justicia.
 Los lazos de dependencia se hicieron personales: desapareció la
concepción del hombre ligado a un estado y a unas leyes territoriales y se
originó la dependencia de un hombre con respecto al otro.
 La tierra adquirió una enorme importancia económica al disminuir el
comercio y la circulación monetaria. Por eso, la agricultura fue la base de
la economía. La vida rural predominó frente a la urbana.
 La economía fue de autoconsumo, pues cada feudo consumía única
y exclusivamente lo que producía.
 La sociedad, fuertemente jerarquizada, fue dominada por dos grupos
sociales privilegiados: la nobleza y el clero.
 La Iglesia católica se consolidó como una institución de enorme
poder religioso, político y económico.
La Sociedad Feudal: La Nobleza Guerrera
El feudalismo se constituyó sobre la base de tres estamentos claramente
diferenciados: los nobles, a quienes les correspondía combatir,
los eclesiásticos, destinados a rezar y los campesinos, cuya misión era
trabajar para mantener a los demás.
La nobleza feudal estuvo constituida por señores y vasallos que
participaban de las relaciones de vasallaje: a su cabeza estaba el rey, que
no era vasallo de nadie y que, teóricamente, era señor de todos. Entre los
miembros de la nobleza había grandes diferencias, aunque todos
formaban parte de la aristocracia.
Los grandes vasallos eran los condes, vizcondes, duques y marqueses
dueños de extensos feudos. En el nivel intermedio, se encontraban
los vasallos de los vasallos o vasvessores, con feudos más pequeños. Por
último existían los vasallos menores, los caballeros, que eran la mayoría.
Éstos no tenían feudo ni vasallos, pero iban a la guerra a caballo y con un
equipo de armas importante.
Toda la nobleza feudal era guerrera por necesidad, por deseo de aventura y
por avidez de botín, y se educaba en este espíritu. La guerra representaba
para ella una perspectiva de fama y de fortuna, en tanto la paz era
considerada una desdicha.
La morada feudal, el castillo, estaba concebido para las exigencias de
defensa y de combate. Las ocupaciones cotidianas se limitaban a la
administración de justicia y a la vigilancia de os subordinados. Los periodos
de ocio eran prolongados, y durante los mismo el señor se dedicaba a las
diversiones, sobre todo a la caza y a los torneos.

Los castillos
Al comienzo los castillos eran de madera. Recién hacia el siglo XII se
hicieron de piedra. El castillo se construía sobre una cima y era un lugar
amurallado y rodeado de un profundo foso salvado por un puente levadizo.
En su interior había un patio que comunicaba con las diferentes estancias
del castillos: los pabellones para la tropa y los servidores, el almacén, los
establos y la capilla. La parte más importante era el edificio que servía de
vivienda al noble y a su familia. En ella destacaba la torre del homenaje, la
de mayor elevación. La vida en el castillo resultaba generalmente incómoda
e insalubre debido a los rudimentarios medios de que se disponía, la escasa
aireación y la falta de higiene. Asimismo, era una vida monótona, sobre todo
para las mujeres, que apenas salían del castillo.
Los torneos
Para compensar las horas de tedio en el castillo, los señores feudales
organizaban con frecuencia cacerías y torneos. El torneo era la diversión
predilecta. Se celebraba en las proximidades del castillo, donde acudían
numerosos nobles de otras comarcas que instalaban sus tiendas ahí.
Entonces, los guerreros más diestros y vigorosos se preparaban para el
combate. El torneo duraba normalmente dos días. El primero se dedicaba a
los combates individuales entre los nobles: cabalgando a gran velocidad dos
nobles se enfrentaban, armados con una lanza de madera. El que derribaba
a su contendor, era el triunfador. El segundo día, en cambio, se celebraban
enfrentamientos entre unidades completas de guerreros. Con cierta
frecuencia, algunas personas morían en los torneos. Aun así, a lo largo de
este peligroso juego se realizaban grandes banquetes y bailes.

El Vasallaje
La vinculación de relación social a la nobleza feudal se llamó vasallaje. El
origen del vasallaje, que fue un vínculo personal de hombre a hombre, se
remonta a los pueblos germánicos, cuyos miembros se vinculaban al rey por
lazos de fidelidad personal. En los reinos francos, el vasallo ofició de
guerrero y fue utilizado por los reyes, como Carlomagno, para afianzar su
poder en el reino.
En la época feudal, el vasallaje dejó de ser una práctica necesariamente
vinculada al rey y pasó a convertirse en un contrato o compromiso verbal
entre dos hombres libres: el primero solicitaba protección al señor, y éste,
más poderoso, se la daba.
De esta manera, se fue formando una jerarquía social, cuya característica
principal consistió en que los hombres libres se convertían en vasallos
de otros más poderosos.

Los deberes y los derechos


A través del contrato de vasallaje, el señor adquiría poder sobre el vasallo,
pues éste le prometía fidelidad, obediencia y respeto pero este contrato
determinaba, también, ciertas obligaciones y derechos por ambas partes.
Mientras el vasallo se comprometía a apoyar a su señor con consejos y
ayuda militar y económica, el señor, por su parte, se comprometía a
proteger al vasallo y a entregarle una compensación material que dependía
de su generosidad: caballos, armas, vestidos lujosos y sobre todo,, tierras.
Deberes mutuos entre el señor y el vasallo
Los deberes del vasallo eran llamados auxilium y consilium.
El auxilium consistía, principalmente, en cumplir con un servicio militar 40
días al año. Ciertos vasallos sólo prestaban este servicio personalmente,
pero otros eran ayudados por caballeros: sus propios vasallos, que se
convertían en subvasallos de su señor. Al cumplir con el servicio militar, el
vasallo participaba en guerras o vigilaba el castillo del señor. Además,
existían otros servicio propios del auxilium como ayudar económicamente al
señor, administrar los dominios feudales, transmitir mensajes o ser parte de
la escolta del señor.
A través del consilium, en cambio, el vasallo aconsejaba a su señor, para lo
cual acudía ante él cada vez que éste se lo pedía.
Los deberes del señor eran proteger y mantener a su vasallo. A través de la
protección, el señor estaba obligado a defender de us enemigos y proteger
ante la corte a su vasallo, asistirlo con proteger ante la corte a su vasallo;
asistirlo con sus consejos y ser justo con él. A través de la manutención, el
señor debía mantener al vasallo en su castillo o concederle un feudo.

Las ceremonias vasalláticas: homenaje e investidura


El vasallaje se confirmaba a través de dos ceremonias: el homenaje y
la investadura. En el acto de homenaje, el futuro vasallo se arrodillaba ante
su señor; le juraba fidelidad ofreciéndole combatir a su lado y otorgarle toda
clase de ayuda, y le pedía que lo aceptara como vasallo. Si el señor
aceptaba se daba paso a la investidura.
En la ceremonia de investidura, el señor tomaba las manos del vasallo entre
las suyas y le preguntaba si quería ser su hombre: el pacto se sellaba con
un beso en la boca y con la cesión de parte del señor de una espada, un
ramo de flores o un puñado de tierra que simbolizaba la entrega de tierras o
algún otro objeto a su vasallo.
Si cualquiera de las partes violaba el juramento del vasallaje pasaba a ser
un felón, o traidor: en la Edad Media la traición era considerada el peor de
los delitos que un hombre podía cometer.
El contrato de vasallaje se mantenía hasta la muerte de una de las partes.
Sin embargo, los herederos podían renovarlo repitiendo las ceremonias.
Por otro lado, un vasallo podía realizar este contrato con varios señores y
adquirir, por lo tanto, varios feudos. Cuando esto ocurría, el vasallo le debía
fidelidad total solo a uno de sus señores al que le entregaba homenaje
absoluto: el homenaje ligio.
El Feudo
A través del contrato de vasallaje, el vasallo adquiría de su señor un
beneficio material: diversos objetos, un puesto de importancia, el derecho a
un cobro, a una renta o a tierras. Al comienzo, esta compensación se
llamó beneficio. Luego se llamó feudo y acabó por designar casi
exclusivamente el beneficio en tierra.
En cambio, el feudo desprovisto de toda base territorial fue llamado feudo
de bolsa y se presentaba bajo diversos aspectos: podía consistir en la
entrega de una suma de dinero al vasallo, o en una renta fija.
Cuando el feudo era una propiedad de tierra, tenía una extensión variable y
albergaba las fuentes de riqueza indispensables: agricultura, ganadería y
explotación forestal. Se trataba de una unidad económica autárquica, en
la que se consumía lo que se producía.
El comercio, en cambio, fue casi inexistente. En ese entonces, las
relaciones comerciales se limitaron, por parte del señor, a la compra
ocasional de objetos de lujo o mercaderes ambulantes, y por parte de los
campesinos, a pequeños intercambios entre vecinos. Asimismo, la
producción artesanal declinó.

El señorío territorial
Todos los feudos giraban alrededor de la residencia habitual del señor
feudal: el castillo o la abadía. Los nobles raramente cultivaban todas sus
tierras. Por eso concedían una buena parte de ellas a otras personas.
Conceder la tierra equivalía a adquirir un poder: el de participar en los
recursos de las familias a quienes se les entregaba. La tierra cultivable se
dividía en tres partes diferentes:

 La reserva eran las tierras de uso exclusivo de señor: él las explotaba


directamente, empleando una mano de obra en su mayoría servil. Todos
los productos de la reserva caían en manos del señor.
 Los mansos eran pequeñas parcelas confiadas a campesinos libres,
colonos, que a cambio, trabajaban unos determinados días al año para el
señor y le daban una parte de su cosecha o dinero. También a los siervos
se le entregaban parcelas para cultivar, en ese caso se hablaba de mano
servil.
 Las tierras comunales de aprovechamiento común eran,
fundamentalmente, bosques y pastos para el ganado.

La abadía como feudo


Hacia el siglo XI, a los vasallos de gran importancia se les entregó con
mucha frecuencia en feudo una iglesia con su abadía. Con este tipo de
feudo, los vasallos percibían todas las rentas que surgían del dominio de
éste o del propio ejercicio del ministerio eclesiástico: los diezmos, que eran
la décima parte de la iglesia, y las ofrendas de los fieles, entre otras rentas
más. Estas rentas de naturaleza eclesiástica y especialmente, los diezmos,
figuraron entre los objetos más codiciados para su concesión en feudo,
pues con ellos se podían amasar grandes fortunas.

El derecho sobre el feudo


Uno de los problemas que se plantean los historiadores al estudiar el feudo
es el tipo de derecho que tenían sobre el feudo, el señor que lo otorgaba y
el vasallo que lo recibía. Al principio del periodo feudal, la naturaleza de este
derecho no ofrecía dudas: el señor era el propietario y el vasallo sólo tenía
derecho al usufructo del feudo, es decir, a apropiarse de su producción,
pero sin hacer ningún tipo de cambio sobre este territorio. Sin embargo, a lo
largo del feudalismo, el vasallo adquirió cada vez más poder sobre el feudo,
pues su servicio era indispensable para las empresas políticas o militares
del señor. Por eso, a la larga, los vasallos dispusieron de sus feudos a su
antojo: lo desmembraron para repartírselo a sus hijos y modificaron sus
cultivos según sus propias necesidades.

La herencia de un feudo
El contrato de vasallaje podía renovarse entre los herederos: por eso el
feudo también se heredaba. Para reglamentar esta herencia, en casi todos
los países se estableció una costumbre: la primogenitura. Sin embargo,
como el feudo fue cada vez más visto por el vasallo como un elemento de
su fortuna personal, el vasallo intentó beneficiar a todos sus hijos con sus
bienes territoriales, y no sólo al mayor.
Por eso, a la larga, los feudos tendieron a fragmentarse enormemente,
sobre todo en países como Francia y Alemania.
La Caballería
Desde el siglo XI, los combatientes a caballo se convirtieron en los
protagonistas fundamentales de la guerra. El auge de la caballería se debió,
en gran parte, a algunas innovaciones técnicas como, por ejemplo, el
estribo, que facilitó el movimiento del jinete.
En su origen, los caballeros eran campesinos libres que podían comprar y
mantener armas y caballos, lo que era sumamente costoso. Estos hombres
se ponían al servicio de los señores feudales, para formar parte de sus
ejércitos privados. Con el tiempo, la caballería se convirtió en un grupo cada
vez más cerrado al que solo podían acceder los nobles.

Ceremonia para ser caballero


Como en la época feudal la gente no sabía leer ni escribir, los contratos
escritos casi no se usaban, la gente confirmaba todo a través de
ceremonias. Mediante una de ellas se ingresaba a la caballería después de
un largo período de aprendizaje como escudero, sirviendo al lado de un
señor. El acto comenzaba en la noche, cuando el futuro caballero
permanecía despierto al lado de sus armas, velándolas. A la mañana
siguiente, después de oír misa y comulgar, se armaba al caballero. Después
de jurar cumplir todas sus obligaciones propias de tal condición, su padrino
le calzaba la espuela derecha y con la espada, le daba un golpe en la nuca:
el espaldarazo. Así, se ingresaba a la caballería.

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