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Definición de Feudalismo
Entre las causas principales que permitieron la implementación del feudalismo como
proyecto de gobierno y cambio social se pueden mencionar las siguientes:
La monarquía
Los nobles
Bajo esta nueva forma de gobierno se les denominaba como señores feudales y
tenían la potestad de proclamar leyes específicas que incluían el valor
del dinero y el pago de los impuestos. Entre los deberes principales de los miembros
de la nobleza estaban:
Servir a la monarquía.
Garantizar la seguridad del rey en momentos de paz y guerra por medio de
un ejército entrenado de caballeros.
Organizar la agenda del rey para sus viajes, asegurando que tuviera dónde
alojarse y alimento.
Cumplir con la capitación real de manera puntual y regular.
El clero
Los caballeros
Eran la clase que se dedicaba a la protección del reino y el territorio que este
ocupaba. Cada miembro de la nobleza tenía a su disposición un número definido de
caballeros a los que usaba para garantizar la seguridad de sus condados en caso de
invasión o peligro inminente de la corona.
Durante los viajes que realizaba el rey, era deber de los caballeros cuidar su vida, su
familia y sus pertenencias. Por lo que gran parte de la remuneración económica que
estos conseguían provenía de la monarquía y no de los señores feudales.
Los siervos
Eran todas aquellas personas que cumplían con labores agrícolas. Este grupo de
la sociedad estaba a cargo del trabajo más duro y las recompensas que recibían a
cambio por tan ardua labor eran pocas.
Eran pobres y no tenían ninguna clase de derecho que les permitiera influir de alguna
manera en el orden social. Se estima que casi el 90% de la población de esta etapa de
la historia pertenecía a este peldaño social, lo cual contribuía a la desigualdad de
privilegios y derechos de la sociedad feudal.
Economía en el Feudalismo
Los castillos
Al comienzo los castillos eran de madera. Recién hacia el siglo XII se
hicieron de piedra. El castillo se construía sobre una cima y era un lugar
amurallado y rodeado de un profundo foso salvado por un puente levadizo.
En su interior había un patio que comunicaba con las diferentes estancias
del castillos: los pabellones para la tropa y los servidores, el almacén, los
establos y la capilla. La parte más importante era el edificio que servía de
vivienda al noble y a su familia. En ella destacaba la torre del homenaje, la
de mayor elevación. La vida en el castillo resultaba generalmente incómoda
e insalubre debido a los rudimentarios medios de que se disponía, la escasa
aireación y la falta de higiene. Asimismo, era una vida monótona, sobre todo
para las mujeres, que apenas salían del castillo.
Los torneos
Para compensar las horas de tedio en el castillo, los señores feudales
organizaban con frecuencia cacerías y torneos. El torneo era la diversión
predilecta. Se celebraba en las proximidades del castillo, donde acudían
numerosos nobles de otras comarcas que instalaban sus tiendas ahí.
Entonces, los guerreros más diestros y vigorosos se preparaban para el
combate. El torneo duraba normalmente dos días. El primero se dedicaba a
los combates individuales entre los nobles: cabalgando a gran velocidad dos
nobles se enfrentaban, armados con una lanza de madera. El que derribaba
a su contendor, era el triunfador. El segundo día, en cambio, se celebraban
enfrentamientos entre unidades completas de guerreros. Con cierta
frecuencia, algunas personas morían en los torneos. Aun así, a lo largo de
este peligroso juego se realizaban grandes banquetes y bailes.
El Vasallaje
La vinculación de relación social a la nobleza feudal se llamó vasallaje. El
origen del vasallaje, que fue un vínculo personal de hombre a hombre, se
remonta a los pueblos germánicos, cuyos miembros se vinculaban al rey por
lazos de fidelidad personal. En los reinos francos, el vasallo ofició de
guerrero y fue utilizado por los reyes, como Carlomagno, para afianzar su
poder en el reino.
En la época feudal, el vasallaje dejó de ser una práctica necesariamente
vinculada al rey y pasó a convertirse en un contrato o compromiso verbal
entre dos hombres libres: el primero solicitaba protección al señor, y éste,
más poderoso, se la daba.
De esta manera, se fue formando una jerarquía social, cuya característica
principal consistió en que los hombres libres se convertían en vasallos
de otros más poderosos.
El señorío territorial
Todos los feudos giraban alrededor de la residencia habitual del señor
feudal: el castillo o la abadía. Los nobles raramente cultivaban todas sus
tierras. Por eso concedían una buena parte de ellas a otras personas.
Conceder la tierra equivalía a adquirir un poder: el de participar en los
recursos de las familias a quienes se les entregaba. La tierra cultivable se
dividía en tres partes diferentes:
La herencia de un feudo
El contrato de vasallaje podía renovarse entre los herederos: por eso el
feudo también se heredaba. Para reglamentar esta herencia, en casi todos
los países se estableció una costumbre: la primogenitura. Sin embargo,
como el feudo fue cada vez más visto por el vasallo como un elemento de
su fortuna personal, el vasallo intentó beneficiar a todos sus hijos con sus
bienes territoriales, y no sólo al mayor.
Por eso, a la larga, los feudos tendieron a fragmentarse enormemente,
sobre todo en países como Francia y Alemania.
La Caballería
Desde el siglo XI, los combatientes a caballo se convirtieron en los
protagonistas fundamentales de la guerra. El auge de la caballería se debió,
en gran parte, a algunas innovaciones técnicas como, por ejemplo, el
estribo, que facilitó el movimiento del jinete.
En su origen, los caballeros eran campesinos libres que podían comprar y
mantener armas y caballos, lo que era sumamente costoso. Estos hombres
se ponían al servicio de los señores feudales, para formar parte de sus
ejércitos privados. Con el tiempo, la caballería se convirtió en un grupo cada
vez más cerrado al que solo podían acceder los nobles.