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La excreción es el proceso mediante el cual el organismo elimina los desechos que no le son útiles.
Ese inmenso río rojo que tiene el cuerpo, la sangre, es donde van a parar casi todos los desechos,
como los derivados de la respiración. También los que se producen en el metabolismo necesitan ser
eliminados, y gracias a la excreción se mantiene constante el medio celular.
Uno de los mayores problemas lo crea la descomposición de las proteínas viejas dentro de cada una
de las células. En alguna parte del organismo se produce una sustancia tóxica, el amoniaco ( ),
cuando se desintegran en las células los aminoácidos sobrantes aportado por la digestión de los
alimentos y que, con excepción de las grasas, no se pueden almacenar en nuestro cuerpo. No
obstante, para evitar daños al organismo, como una gran maquina tiene que deshacerse lo más
pronto del venenoso amoniaco.
La filtración se realiza en la cápsula de Bowman del nefrón, gracias a ella, la sangre se filtra al
pasar a través del capilar, de modo que el agua, sales, azúcar, urea y otras sustancias se pueden
transformar en el filtrado glomerular. La intensidad de la filtración es proporcional a la presión
arterial.
La reabsorción es la que permite al organismo recuperar la mayor parte de los líquidos del
primer filtrado, el transporte que supone esta reabsorción se puede hacer por difusión, osmosis y
transporte activo. La osmosis es la difusión de agua o cualquier otro solvente a través de una
membrana semipermeable que separa a dos soluciones de distinta concentración.
La secreción. La orina que viene por todos los tubitos de los nefrones de cada riñón se
recolecta, y sale de este órgano mediante un conducto llamado uréter para caer en la vejiga, allí
puede acumularse y eventualmente puede expulsarse al exterior por la uretra.
Los uréteres son dos tubos blancos que miden de 25 a 30 cms., sus paredes son contráctiles y
sus movimientos hacen avanzar la orina gota a gota hacia la vejiga.
La vejiga es una bolsa donde se acumula la orina que eventualmente es expulsada al exterior, por
la uretra.
La uretra y la vejiga
Otra manera de que el organismo se deshaga de tóxicos, es a través de las glándulas sudoríparas.
Las glándulas sudoríparas están formadas por un conducto muy fino, enrollado sobre si mismo
y comunicado por una red capilar, no están distribuidas uniformemente por toda la superficie de la
piel. Estas glándulas cumplen una función excretora y termoreguladora muy importante. El sudor es
un filtrado de la sangre similar a la orina, sólo que más diluido. Este no es un mecanismo de
excreción sino de regulación de la temperatura del cuerpo, cuando hace calor el cuerpo suda, el
sudor se evapora y al hacerlo se consume energía, por esta razón el cuerpo se enfría.
El higado
El aparato excretor
Además de los riñones, en este aparato se encuentran las llamadas vías urinarias conformadas por
los uréteres, la uretra y la vejiga urinaria; cada uno de ellos con una función específica que cumplir
dentro del Aparato.
Los riñones se encargan de producir la
orina, la cual contiene las sustancias de
desecho que las vías urinarias se ocupan
de expulsar al exterior.
Cuando el almacenamiento alcanza unos 300 ml. de orina, aparece el deseo de orinar y, en un acto
voluntario, la orina es expulsada al exterior. La uretra se halla ubicada debajo de la vejiga urinaria
y sirve de conducto de salida de la orina al exterior.
Las glándulas sudoríparas tienen como función eliminar sales minerales, agua y algo de urea;
regulan la temperatura del cuerpo mediante la sudoración. Esta es estimulada por el calor excesivo
y las emociones fuertes. El sudor, que sale al exterior a través de los poros, es el que permite la
regulación de la temperatura del cuerpo.