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FRAGMENTOS

La separación de América

Tema: Defensa necesaria

La defensa de la patria no excluye, sino que requiere, el respeto de los derechos


de las otras patrias. Pero la apologética no es exagerada sino cuando se hace
exageradamente.

Es tan esencial a las instituciones del Estado y a los valores de la nación como a
la vida de la iglesia.

Si no se sostiene, caen las instituciones y perecen los pueblos. Es más importante


que los mismos ejércitos, porque con las cabezas se manejan las espadas, y no a
la inversa. Esto que aquí inició la acción Española, que es la defensa de los
valores de nuestra tradición, es lo que ha debido ser, en estos dos siglos, el
principal empeño del estado, no solo en España, sino en todos los países
hispánicos. Desgraciadamente no lo ha sido. No defendimos lo suficiente nuestro
ser y ahora estamos a merced de los vientos. Pag.42

El sentido del hombre en los pueblos hispánicos

Tema: estoicismo y trascendentalismo

El estoico se ve a sí mismo como la roca impávida en la que se estrellan, olas del


mar, las circunstancias y las pasiones. Esta imagen es atractiva para los
españoles, porque la piedra es símbolo de perseverancia y de firmeza, y éstas
son las virtudes que el pueblo español ha tenido que desplegar para las grandes
obras de su historia: la Reconquista, la contrarreforma y la civilización de América;
y también porque los españoles deseamos para nuestras obras y para nuestras
vida la firmeza y perseverancia de la roca, pero cuando nos preguntamos: ¿Qué
es la vida? o, si se me perdona el pleonasmo: ¿Cuál es la esencia de la vida?,
lejos de hallar dentro de nosotros un eje diamantino, nos decimos, con Manrique:
“Nuestra vida son los ríos- que van a dar en la mar”, o con el autor de la Epístola
moral: “¿Qué más que el heno,-a la mañana verde, seco a la tarde?”. No hay en la
lírica española pensamiento tan repetidamente expresado, ni con tanta belleza,
como este de la insustancialidad de la vida humana y de sus triunfos.

Campoamor lo dirá, con su humorismo:” humo las gloria de la vida son”.


Espronceda, con su ímpetu: “Pasad, pasad en óptica ilusoria…Nacaradas
imágenes de gloria, - Corona de oro y de laurel, pasad”. Y todos nuestros grandes
liricos verán en la vida, como Mira de Mescua: “Breve bien, fácil viento, leve
espuma”.
Tema: el humanismo español

El español desearía que la vida tuviera la eternidad que en estos siglos de solia
atribuir a la materia. Y hasta cuando dice, con Calderón:

¿Qué es la vida? Un frenesí.

¿Qué es la vida? Una ilusión,

una sombra, una ficción,

que el mayor bien es pequeño

y toda la vida es sueño

y los sueños sueños son…

No está haciendo la teoría ni definiendo la esencia de la vida, sino condoliéndose


desesperadamente de que la vida y sus glorias no sean fuertes y perennes, lo
mismo que una roca.

Los españoles nos dolemos de que las cosas que más queremos- las amistades,
los amores, las honras y los placeres-, sean pasajeras e insustanciales. Las rosas
se marchitan; la roca en cambio, que es perenne, solo nos ofrece su dureza e
insensibilidad. La vida se nos presenta en un dilema insoportable: lo que vale no
dura no dura; lo que no vale se eterniza.

Contraste de nuestro ideal - libertad igualdad fraternidad

Tema: el eje diamantino

Estos principios de libertad igualdad fraternidad son los que proclamó la revolución
francesa y aún sigue proclamando la revolución, en general. Francia los ha
esculpidos en sus edificios públicos. Es extraño que la revolución española no los
haya reivindicado para sí. Los habrá sentido incompatibles con su propio espíritu?
¿Sospechará vagamente que, en cuanto realizables y legítimos, son principios
cristianos y católicos?

La historia misionera

Sub título: una obra incomparable

No hay en la historia universal obra comparable a la realizada por España, porque


hemos incorporado a la civilización cristiana a todas las razas que estuvieron bajo
nuestra influencia. Verdad que en estos dos siglos de enajenación hemos olvidado
la significación de nuestra historia y el valor de lo que en ella hemos realizado,
para creernos una raza inferior y secundaria. En el siglo XII, en cambio, nos
dábamos plena cuenta de la trascendencia de nuestra obra; no había entonces
español educado que no tuviera conciencia de ser España la nueva roma y el
Israel cristiano.

La hispanidad en crisis

Sub título: el desorientado siglo XIX

Lo peor no fue, sin embargo, que los pueblos hispanoamericano se fueran cada
uno por su lado, sino que, apenas se sintieron independientes, se dieran a pelear
consigo mismo, con tanta falta de sentido que, a las década de confusión y lucha,
no se les encontraba otra salida que otras décadas de dictadura y de silencio; y
como esta alternativa de tiranía y caos parece ser fatal a los pueblos hispánicos,
los escritores políticos de la América española no han cesado de preguntarse
durante un siglo si no tiene la culpa de todo ello la herencia española o la sangre
india.

El ser de la hispanidad

Sub título: la patria es espíritu

Digamos, desde luego, que antes de ser un ser, la patria es un valor, y, por lo
tanto, espíritu. Si fuera un ser del que nosotros formáramos parte, no podríamos
discutirla, como no discutimos sus elementos ónticos. Cada uno ha nacido donde
ha nacido y es hijo de sus padres. Por lo que hace a los elementos ónticos,
Maurras tenía razón: ”La patria no se elige”. Pero la patria es, ante todo, espíritu. Y
ante el espíritu es libre el alma humana. Así lo hizo su creador.

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