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HANNS ZIMMER HABLA DE GLADIATOR

Me encanta esta película. Supone una gran diferencia estar enamorado de un


proyecto.
La primera vez que Ridley me dijo: “¿Que tal una de gladiadores?”. Me eché a
reír. Pensé en hombres con faldas y sandalias y luego me dijo: No, no es nada de eso.
Comenzó a contarme la historia. Pensé: “Esto puede ser bueno, puede ser algo
increíble”. Me fui a Inglaterra durante la primera semana del rodaje. Me fui a la
campiña más profunda del sur de Inglaterra. Nevaba, hacía frío, había barro. Jamás
había visto un barro como aquel. Al abandonar la carretera para adentrarnos en los
bosques donde tenía lugar la batalla de repente dejamos atrás el siglo XX. Hay una
imagen que se repite constantemente en la película, que es cuando Russell Crowe antes
de una batalla, extendiendo la mano y tocando la tierra. Es un granjero. Esta es la idea.
Necesita tocar la tierra. No conocía esta imagen, pero recuerdo estar sentado con Ridley
en ese campo embarrado, me agaché y cogí un puñado de tierra y fue como de repente
estaba en la película.
- Dios mío, componer... Encontrar esa primera idea. Siempre dije lo mismo
sobre el Oscar. El Oscar sería algo extraordinario si con el te diesen los primeros cuatro
compases de la siguiente canción que debes componer. Porque son imposibles y te
sientas en el estudio y te consumen las dudas en ti mismo y piensas que no puedes
repetirlo, que eres un fraude y que deberías ahora mismo al estudio para decirles que
busquen a un compositor de verdad. Yo no puedo hacerlo. No puedo. Y de repente
ocurre algo. No se como ocurre, pero de repente hay algo ahí que es apropiado para esta
película.
Me sucede en todas las películas. Acabo de encontrar una cinta con ideas para El
Rey León. Hay 48 temas principales en ella y no son malos, pero tampoco eran buenos.
No eran adecuados para aquella película. Tengo material para una hora que nadie
escuchará nunca que compuse para esta película y que estaba casi bien pero no lo
bastante. Era como un traje que compras en unos grandes almacenes, te sienta bien, pero
no como un guante. Estoy hablando de trajes a medida.

La sala de montaje está aquí al lado de mi estudio. Había mucha colaboración.


La idea general de esta película es que trabajamos en el mismo edificio y podemos
intercalar ideas o interferir según se mire que es realmente un buen modo de trabajar
porque encaja en como se hace una película. No todo el mundo está escondido en un
rincón perdido haciendo lo suyo.

Si se piensa en la primera imagen que hay en la película, que se oye el nombre


de la película, la primera imagen que se ve es la mano sobre el trigo. Es tan poética.. y
en cierto modo es la música lo que te permite ser tan poético. Al principio, mientras
trabajábamos alguien ponía música de fondo de “Dead can dance” de Lisa Gerrard.
Cuando más escuchábamos más pensábamos…: ¿ No podemos hacer algo como
parecido ¿. ¿ Podemos encontrar una cantante que haga algo parecido?. Por supuesto
que la respuesta fue: llamemos a Lisa en persona. Le enviamos algunas secuencias y le
parecieron maravillosas. Estaba realmente interesada y se vino con nosotros unos 3 o 4
días, pero realmente se convirtieron en 4 o 5 meses. Fue como encontrar de repente un
alma musical gemela. Es un personaje fantástico en tanto que posee un sentido estético
increíble. Es una verdadera artista. Hay muy pocos artistas, Hoy en día todos se llaman
artistas, pero créanme hay muy pocos que lo sean de verdad. Y empezamos a probar
cosas juntos. El campo de trigo, etc.. Pones la película y es mejor que estés grabando si
ella la ve porque empezarán a pasar cosa increíbles. Trabajamos todos juntos.
Ridley se sentaba en esta sala, Lisa estaba cantando. Hacíamos unas tomas, nos
acercábamos a Ridley y decíamos: ¿Qué te parece?. Él se emocionaba y decía: Bien,
por mí vale. Creo que le causó un gran impacto la embestida emocional que surge de la
voz. Ella remueve lo más profundo. Nunca usamos el lenguaje de la música. Él nunca
dice, ¿podemos hacer esto o lo otro? . Hablamos de la escena, los personajes, la luz,…
Hablamos de lo que tratamos de lograr. Hablamos de si yo hago esto aquí ¿qué efecto
tendrá dentro de 20 minutos, como podemos marcar el tono, de estética, de libros que
hemos leído, de las películas de los demás… todo, salvo de los detalles de la música,
porque no tiene sentido.

DESARROLLO DE LOS TEMAS

Esta película se mueve geográficamente. Rodamos al menos en medio Imperio


Romano: Alemania, Marruecos, España, Roma. Lo que yo quería hacer es, una vez en
Marruecos, quería que fueses algo tribal, sucio y polvoriento. En las secuencias de
Marruecos siempre quise utilizar un instrumento llamado duduk, que tiene más de 1000
años. Es un clarinete armenio, esa sería la explicación más fácil. Hay un instrumentista
increíble, un anciano de 72 años que se llama Djivan Gasparyan. Por supuesto vive en
Armenia. Yo seguía pensando: quiero componer para él. Quiero que esto trate de él. Y
los demás me decían: déjalo, vive en Armenia. A no ser que vayas a Armenia, no será
posible. Pero seguí componiendo con mucha tenacidad para ese hombre. Un día me
llamó un amigo mío, Michael Brook, y me dijo: Djivan va a viajar a los Ángeles. Fue
una especie de… Seguí componiendo porque si lo haces, él vendrá. Fue extraordinario
porque él no habla ni una palabra en inglés. En su propio país es un Dios. Le han puesto
su nombre a una marca de vodka. Si bebes bastante de ese vodka el hielo se derrite y
aparece su cara en el interior de la etiqueta. Nos comunicábamos bebiendo vodka.
La primera lucha de cadenas es algo excepcional. La música asustará a los niños,
ya no hablo de las imágenes. Pero la idea era pasar de este increíble mundo étnico tribal
de percusión a lo maravilloso que es en realidad entrar en Roma. Las dos escenas
desembocan una en la otra de tal modo que se unen las dos partes del principio.
Cuando vi por primera vez lo que Ridley había hecho con Roma, me di cuenta
de repente de que era realmente un homenaje de Len Riefenstahl a Roma. Así que me
puse mi sombrero alemán sin ningún pudor y me lancé a este territorio de Wagner
(entrada del Emperador en Roma).
Literalmente, desde aquel primer día en Inglaterra, sucedieron un par de cosas.
Primero, sentado en aquella tienda

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