1. ¿Por qué se compara la publicidad a un iceberg?
Se puede comparar la publicidad comercial a un iceberg: la parte flotante, la única que es posible ver, es solo una mínima parte del trabajo de persuasión que les dicta sus mensajes, sus incitaciones, sus tentaciones. Bajo la superficie están sumergidas e invisibles las otras nueve décimas partes de esta gran masa de hielo.
2. ¿Podría usted agregar y motivar otros trucos usados por la publicidad
actualmente? Otro viejo truco publicitario, muy usado por vendedores ambulantes, es el ´´lote´´, en el que, por un precio aparentemente irrisorio, alguien puede llevarse un conjunto de cosas valiosas, un saco lleno de objetos.
´´Azulejo psicológico´´ es la famosa practica del comercio de colocarle los precios a
sus mercancías a ´´19.95 pesos´´ que ´´suena´´ menos caro que ´´20 pesos´´.
3. ¿Considera usted adecuado la ética publicitaria, el empleo de trucos en los
anuncios? La falta de ética en la publicidad puede provocar la desconfianza en los mensajes. Por lo tanto, es necesario que los publicistas y anunciantes tengan muy presente la autorregulación publicitaria, respetando las normas éticas que distinguen la buena publicidad de la perversa o engañosa.
4. ¿Cuál es la función del diseño en el mensaje publicitario?
En los tiempos de la publicidad intuitiva la preocupación fundamental del fabricante
era la calidad de su producto. Ahora la preocupación se centra en el envase mismo. El diseño de los envases tiene un tratamiento especial, puesto que el consumidor tiene que elegir entre un montón de etiquetas y marcas diferentes. El producto debe venderse completamente solo sin ayuda de un vendedor. La ilustración del envase debe marcar la diferencia para que el producto pueda competir entre cientos otros productos semejantes.
5.¿Cómo están organizados interiormente los establecimientos comerciales?
Se buscará siempre la manera de convencer al público de una vez entre a ellos, no salgan con las manos vacías. El público que entra a un establecimiento comercial se divide en dos grupos, los que entran para comprar algo que necesitan de inmediato y los curiosos que entran por si aparece algo que les pueda tentar. Los primeros son evidentemente los más difíciles de convencer.