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Mi nombre es Boris y vivo en Buenos Aires.

Hoy es 24 de diciembre del


2020 y cumplo 10 años. Me levanté temprano y ansioso porque sentía que hoy
iba a ser un día especial. Miré el cielo y estaba tal cual yo lo había pensado. No
había ninguna nube en el, solo había sol, sol y sol. Mi mamá se despertó y me
preguntó que quería desayunar, yo lo respondí “lo mismo de siempre, unos
huevos revueltos, una tostada y un café con leche”. Mi papá y mi hermano
aparecieron con un regalo y un grito de “Feliz cumpleaños Boris”. Terminé mi
desayuno, abrí el regalo y era lo que más deseaba, un Lego de superhéroes.
Mientras estaba en mi zoompleaños, porque estamos en pandemia y no
puedo festejarlo con mis amigos y mi familia, alguien apareció en la pantalla y
eliminó a todos los participantes. Esta persona me dijo lo siguiente “Boris, esta
noche 8:30 en la plaza de la calle Zabala, te espero”, acto seguido desapareció y
reaparecieron todos los participantes a cantarme el feliz cumple. Llegué a la plaza
con mi bicicleta, me escapé y le mandé a mi mama mi ubicación en tiempo real
para que sepa donde estaba. Encontré a la persona misteriosa, que era un chico
de mi edad que se llamaba Matías el cual me dijo que a partir de ese preciso
momento tendría los súper poderes para controlar el clima. Confundido y
descreído, levanté las manos y un torbellino de viento lo empujó a Matías contra
un árbol. ¡No lo podía creer! Matías me contó que había otros chicos como yo y
que a uno le habían quitado los súper poderes por haberlos usado para el mal. En
ese instante le prometí que no iba a usar mis poderes para el mal.
Decidí que se haga de día, así no me daba miedo volver a mi casa en la
oscuridad. Entré a mi casa en puntitas de pie, sin hacer ruido hasta que pisé una
pieza del lego de superhéroes que me habían regalado y grité “ahhhhh”. Mis
papas y mi hermano se levantaron cuando escucharon el grito y no entendían
nada, eran las 11 de la noche, pero el cielo estaba brillante como si fuese de
mañana. En ese momento les tuve que contar que me había pasado. Mi hermano
saltó de alegría y me pidió que lo lleve al jardín a mostrarle mis súper poderes.
Fuimos juntos, le levanté 5 metros en el aire, transformé nuevamente el día en
noche y juntos nos fuimos a dormir.

FIN.

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