acciones para la participación ciudadana

Domingo 27 de diciembre de 2020

Año 9 / Número 155
Prohibida su venta por separado

Ritos
La pandemia no permitió que la gente se reuniera
en gran número a celebrar Navidad y lo mismo
pasará con Año Nuevo. Sin embargo, las familias
encontraron la forma para juntarse y festejar con los
cuidados necesarios en un año que fue muy especial.
2. ACCIONES | DOMINGO 27 DE DICIEMBRE DE 2020

EDITORIAL

Ritos. Encuentros más

Esperanza
íntimos, pero con el
entusiasmo de siempre
Por Federico Recagno
Presidente Fundación Éforo

El 2020, pandemia mediante,

nos cambió la forma de percibir el
tiempo. Quién más, quién menos,
producto del distanciamiento, te-
nemos que pensar dos veces en
qué día estamos viviendo.
La modificación de nuestras ru-
tinas hizo pasar el calendario a un
segundo plano, incluso, algunos/as
se encontraron a sí mismos/as tra-
bajando o estudiando en horarios
extraños.
Se nos mezclaron las horas, los
almanaques, las estaciones, los
feriados, los días, los meses, los
festejos, los aniversarios, los cum-
pleaños.
La esperanza, que depositamos
en tantos lugares y cosas, encon-
tró a la humanidad en un mismo
propósito y sentido, la cura frente
al COVID-19, que tanto golpeó en
el 2020.
Por supuesto que también pode-
mos medir este año en sucesos y
proyectos personales, más allá del
coronavirus. Hubo hechos felices
y dolorosos, logros y frustraciones,
ganas, avances y retrocesos.
Llega un año nuevo y, acaso
como ningún otro, no parece ser
un corte que nos motive a nuevas
propuestas o un inicio, sino que,
contagios, segundas olas, mutacio-
nes, nos colocan peleando por las
mismas cosas que meses atrás.
Pero aún con fechas borrosas,
con el tiempo que se nos mezcla,
con los festejos en suspenso, ha-
gamos el brindis de recordar a los
ausentes, de pedir felicidad para
los nuestros, de hermanarnos con
los que sufren, porque la esperan-
za siempre está un metro adelante
aguardando que apuremos el paso.
La pandemia obligó a restringir
la cantidad de gente en los
encuentros para celebrar Navidad
y lo mismo pasará con Año Nuevo.
También debieron alterarse las
acciones solidarias relacionadas
con las Fiestas.
El ser humano, casi de manera natural,
tiende a encontrarse con pares. La cues-
tión social juega un rol muy importante
en la vida de cada uno. Reuniones en ba-
res, partidos de fútbol, espectáculos musi-
cales, cine y teatro son solo algunas de las
cuestiones recreativas que la pandemia
obligó a cancelar o, en el mejor de los ca-
sos, a modificar. Las Fiestas de fin de año
no serán la excepción.
¿Quién lleva el vitel toné? ¿Las bebidas?
¿Ya compraron los regalos para el arbolito?
Esas preguntas se repiten cada diciembre.
Es casi una parte fundamental del festejo
de Nochebuena y, también, de la despedi-
da del año que termina para dar comienzo
a uno que, inevitablemente, todos desean
que sea mejor que el que se va.
La pandemia alteró muchísimas cosas
en 2020. El ritual del encuentro para las
Fiestas, también. Pensar en mucha gente
reunida en un espacio cerrado pasó a ser,
prácticamente, una idea surrealista, de
ciencia ficción.
Así, hay hábitos que debieron cambiar-
se, adaptarse a los protocolos, una de las
palabras más utilizadas durante este año
y que caminó casi de la mano de la pan-
demia desde su aparición en escena, allá
por marzo.
Protocolos.
En la Provincia de Buenos Aires, el Go-
bierno intentó incentivar un autoaisla-
miento de 10 días previo a los festejos.
También solicitaron que los encuentros
familiares fueran lo más íntimos posibles,
que no superaran las 10 personas, que se
realizaran al aire libre o en espacios ce-
rrados con buena ventilación, que no se
compartieran utensilios y la gente usara el
tapaboca y nariz el mayor tiempo que se
pudiera. Todas fueron recomendaciones,
sugerencias y no están inscriptas en nin-
gún decreto.
En Mendoza, por su parte, las autori-
dades apelaron a la conciencia y cuidado
del ciudadano para sostener el distancia-
miento. Allí solicitaron que las reunio-
nes fueran al aire libre y de no más de 15
“Fue un año muy duro para
todos y nos hubiera gustado
celebrar de otra manera, pero
contra el virus no podemos
hacer nada”, dijo Silvia Carrizo.
personas.
En Catamarca, se permitieron encuen-
tros de hasta 20 participantes , al igual que
en Santiago del Estero y Chubut.
En Santa Cruz, implementaron el deno-
minado “mecanismo burbuja”, para que
pudieran juntarse hasta dos familias, pero
no más de 10 personas en total.
Claro está, se trató de decisiones de las
autoridades sanitarias en función de la
situación epidemiológica que atraviesa
cada una de las jurisdicciones.
Tradición.
Todos los años, Silvia prepara el vitel
toné, su especialidad. Al menos, eso di-
cen en su familia. Su hermana, Estela, es
la encargada de garantizar que no falten
bebidas para la cena y el brindis. El asado
corre por cuenta de Carlos, el esposo de
Silvia. Son los anfitriones del festejo fami-
liar desde hace 15 años. A las 0 horas del
25, levantan las copas y comen el pan dul-

ce que prepara Edgardo, el papá de Carlos.
“Nunca nos juntamos menos de 25 per-
sonas hasta este año. Era probable que se
sumara gente, algún amigo de la familia,
pero generalmente no se bajaba nadie del
festejo. Esta vez, no fue lo mismo”, contó a
Acciones Silvia Carrizo.
En 2020, se juntó el grupo más íntimo.
“Fuimos solo ocho. Nos dividimos para
evitar contagios. Fue un año muy duro
para todos y nos hubiera gustado celebrar
de otra manera, pero contra el virus no
podemos hacer nada”, agregó.
El cuarteto y la cumbia, música elegida
para el baile que se extendía hasta la ma-
drugada, quedarán para la próxima, como
se prometieron por teléfono. “En 2021, no
nos para nadie. Hace 15 años que nos jun-
tamos y nunca se me cruzó por la cabeza
que algo iba a poder alterar esa rutina tan
linda que teníamos. En fin, otra cosa de la
que nos privó la pandemia”, resumió Sil-
via, con cierta resignación.
Las restricciones no alteraron solo la
tradición de quienes festejan en sus ho-
gares. También la gente en situación de
calle sintió el impacto. En el 20° aniver-
sario de Una Navidad para Todos, que en
años anteriores llegó a reunir a más de 500
voluntarios, debieron cambiar la modali-
dad. Esta vez, no salieron a repartir cajas
navideñas. Aguardaron en la parroquia
Nuestra Señora de Loreto, lindera al Par-
que Las Heras.
“Nos parecía una imprudencia juntar a
esa gente por el tema del contagio. Histó-
ricamente, no solo compartíamos el fes-
tejo con gente en situación de calle, sino
que íbamos a hospitales, hogares, geriá-
tricos, centros de día, a celebrar con todo
el que pudiera estar solo o sufriendo en
Navidad”, comentó Jorge Vega, presidente
de la Fundación Lumen Cor, a cargo de la
movida.
Hasta el jueves continuarán entregan-
do cajas con productos navideños en la
parroquia ubicada en la avenida Coro-
nel Díaz al 2200, de la Ciudad de Buenos
Para Guillermo Marcó, a cargo
de la parroquia universitaria
San Lucas, esta situación “va
a contribuir al verdadero
espíritu navideño”.
Aires, para personas de bajos recursos.
Quienes deseen colaborar como volunta-
rios, pueden contactarse vía mail a funda-
cion@lumencor.org.
Cuestión de fe.
La imagen del papa Francisco dando la
histórica bendición Urbi et Orbi en sole-
dad, desde una plaza de San Pedro del Va-
ticano vacía por completo, fue impactan-
te. Ocurrió en marzo, cuando en Argentina
recién aparecían los primeros casos de
coronavirus. Sin embargo, en el mundo la
realidad era otra. Luego, en abril, celebró
sin público la misa del Domingo de Ra-
mos, que fue transmitida por streaming a
los distintos lugares del planeta.
La comunidad judía celebró Pésaj, tam-
bién en abril, sin gente. Muchas sinagogas
transmitieron la ceremonia a través de sus
canales de YouTube. La cuestión era adap-
tarse a la emergencia sanitaria.
En el mismo abril, otra imagen religio-
sa llamó la atención: en la Gran Mezquita
de La Meca, en Arabia Saudita, el lugar de
mayor veneración para los musulmanes,
no había fieles. Así, el Ramadán se vivió
de una manera diferente.
La Misa de Gallo también fue distinta a
otros años en Argentina. La baja en la can-
tidad de casos de coronavirus permitió
que la gente pudiera celebrarla de manera
presencial, con ciertas restricciones.
Para Guillermo Marcó, a cargo de la pa-
rroquia universitaria San Lucas y director
de la Pastoral Universitaria del Arzobis-
pado de Buenos Aires, esta situación “va
a contribuir al verdadero espíritu navide-
ño”. “Muchos festejan la Navidad, pero no
saben qué están festejando. Es una cele-
DOMINGO 27 DE DICIEMBRE DE 2020 | 3. ACCIONES
bración religiosa, no un conjunto de rega-
los y juntarse a comer”, explicó a Acciones.
La misa que brindó, más allá de los asis-
tentes con los que contó, tuvo un gran se-
guimiento por streaming porque muchos
de los que estudian allí son del interior del
país y se encuentran en sus casas. “En la
puerta hubo un trapo con lavandina y un
frasco de alcohol diluido para poner en
las manos de los fieles. Las iglesias suelen
ser grandes, la gente mira siempre hacia
adelante, no se habla y permanece con el
tapabocas puesto. El nivel de contagio es
bajo”, comentó.
Además, dio cuenta de curas que hicie-
ron las misas en patios o, incluso, en la ca-
lle. “Cada uno buscó sus recursos para que
la gente pudiera asistir”, planteó.
Tradiciones europeas.
La situación que atraviesan distintos
países de Europa no es la mejor. Sortean
la segunda ola de coronavirus y se ven
obligados a enfrentar fuertes restricciones
para evitar que los contagios crezcan.Du-
rante la celebración de Navidad y de Año
Nuevo resurgen todo tipo de tradiciones,
costumbres y rituales que conectan con lo
más profundo de la historia de cada uno.
En esa repetición, el sentido se renueva:
reforzar la propia identidad, construir vín-
culos simbólicos, compartir un momento
y un lugar. Los rituales diferencian de los
otros, pero también unen. En Argentina
y en cualquier lugar del mundo. ¿Cuáles
son los rituales que este año, en muchos
casos, debieron postergarse?
En Galicia y Madrid, España, existe la
tradición de comer 12 uvas, una por cada
campanada de las que resuenan a partir
de las 0 horas del comienzo del nuevo
año. Se dice que cada uva representa un
mes del año venidero y que es necesario
pedir un deseo al comerlas. En España,
se suelen consumir uvas frescas mientras
que en otros lugares, posiblemente por la
disponibilidad estacional, pasas de uva.
En Italia, está la costumbre de comer co-
techino con lenticchie, que es una versión
del guiso de lentejas criollo, pero solo con
cerdo. Se come, casi exclusivamente, en la
cena de fin de año. La tradición indica que
debe comerse con la mano para comple-
tar el rito: así, las lentejas, por su forma re-
donda, recuerdan a las monedas, símbolo
de riqueza. Lo mismo el cerdo que, en el
pasado, era considerado una representa-
ción de la opulencia. Se cree que comer
este plato atrae dinero y riqueza.
Pero hay un lugar puntual de Italia don-
de la celebración no pasa desapercibida.
En Nápoles, los festejos son bien pasio-
nales. Cuenta la leyenda contemporánea
que en vísperas de Año Nuevo se lanzaba
por la ventana todo tipo de objetos en
desuso y hasta muebles antiguos, con el
fin de renovar el espíritu y captar buenas
energías. Desechar lo viejo de este modo
tan peculiar trajo sucesivos problemas y
trágicos resultados. Justamente, dado el
peligro que esto suponía, el gobierno de-
bió restringir la actividad. No obstante, la
milenaria tradición se mantiene y desde
los balcones arrojan objetos, con la dife-
rencia de que se habilitan horarios especí-
ficos para hacerlo y se cuida que las calles
estén vacías.
En Alemania, antes de que empiece
diciembre, es común regalar calendarios
de adviento, que representan la cuenta
regresiva al 24 del mes, cuando llega la
Nochebuena. El calendario tiene 24 puer-
tas o ventanas, una por cada día, con un
chocolate dentro para endulzar la espera.
Además, la noche del 6 de diciembre se
celebra el St. Niklaus Day: los chicos dejan
sus botas afuera de la puerta de la casa y al
día siguiente, reciben chocolates y cosas
ricas para comer. En Año Nuevo, la tradi-
ción es jugar al Bleigießen, que consiste en
hacer predicciones y adivinar el futuro de
cada persona para el año que comienza.
Para eso, funden un metal líquido, que
“Históricamente, nos
acercamos a hospitales,
hogares y geriátricos en
Navidad, este año no pudimos”,
dijo Jorge Vega, de Lumen Cor.
suele ser plomo, y una vez que se endure-
ce, interpretan las figuras que se forman.
La famosa rosca de Pascua es la pro-
tagonista del festejo de Reyes en España
que, por cierto, se celebra a lo grande. Ni-
ños y adultos esperan ese día para asistir
a la Cabalgata de Reyes Magos, un desfile
con carrozas, música y dulces que tiene
lugar en cada pueblo y ciudad. Volviendo
al roscón, debe comerse despacio dado
que dentro esconde al menos dos sorpre-
sas: un rey diminuto y un haba o poroto.
El rito indica que a quien le toque el rey
habrá tenido suerte, en tanto que quien
encuentre el poroto deberá comprar el
roscón del próximo festejo.
Armar y decorar el árbol de Navidad,
cantar villancicos, colocar los regalos de-
bajo del árbol, dejar el pasto, el agua y los
zapatos para los Reyes Magos, lucir ropa
interior de algún color particular o llevar
alguna prenda blanca en Año Nuevo, co-
mer turrón, fuegos artificiales, reuniones
con familiares y amistades. Muchas son
repetidas por costumbre y otras, por su
significado.
Este año que termina será recordado
por motivos tan propios como compar-
tidos. Sin duda, se trata de unas Fiestas
distintas, pero no por eso menos autén-
ticas. Como sea y donde sea, el festejo se
impone.
Agradecimientos: Carolina Rey
(Frankfurt, Alemania); Sara Topino
(Roma, Italia); Lorenzo Niti (Nápoles, Ita-
lia); Daniel Pozo (Barcelona, España).
Demanda de
casas quintas
La pandemia generó que mucha
gente se inclinara por el alquiler de ca-
sas quintas para pasar las Fiestas. No
son pocos los que celebraron Navidad
en una propiedad de grandes dimen-
siones para que el festejo pudiera ser al
aire libre y así reducir cualquier posi-
bilidad de contagio de coronavirus que
pudiera existir. Allí se quedarán, a cele-
brar la llegada del nuevo año.
Las casas en barrios cerrados tam-
bién fueron muy demandadas. Incluso,
hay quienes las buscaron para pasar
ahí las vacaciones de verano, sobre
todo cuando había incertidumbre res-
pecto de si se habilitaría la tempora-
da en la Costa. Los requisitos: que no
estuvieran muy lejos de la Ciudad de
Buenos Aires, que tuvieran cercanía a
los accesos y que contaran con pileta,
entre otros.
En muchos countries acceden, ade-
más, a sectores comunes en los que
pueden practicarse deportes como fút-
bol y tenis. Los más exclusivos también
cuentan con cancha de golf. Aún no
están habilitadas las colonias de vaca-
ciones para los más chicos y no se sabe
si en algún momento las abrirán bajo la
modalidad “burbuja”.
El pico de la demanda se dio allá por
julio y agosto y generó un aumento de
los valores. Según distintos reportes, el
incremento fue de entre un 300% y un
400% para aquellas que aceptaban el
pago en pesos.
4. ACCIONES | DOMINGO 27 DE DICIEMBRE DE 2020
ENTREVISTA A MIGUEL ESPECHE
“La dificultad no le
quita importancia a
este tipo de fechas”
Según el psicólogo
especialista en vínculos, se
trata de un año especial y la
gente debe comprender que
es algo provisorio. Considera,
además, que el contexto
sumará tensiones a las que
suelen existir habitualmente
para las Fiestas.
Diciembre pondrá fin a un año inédi-
to donde los encuentros sucedieron, en
su mayoría, a través de las pantallas. La
plataforma Zoom fue una de las grandes
protagonistas. En tiempos de celebración,
si bien la pandemia continúa, se permi-
tieron las reuniones sociales, aunque con
recaudos. Miguel Espeche es psicólogo y
coordinador del Programa de Salud Men-
tal Barrial del Hospital Pirovano, de la Ciu-
dad de Buenos Aires. Desde su experiencia
en vínculos propone una mirada sobre el
tema.
¿Qué rol cumplen los rituales en la gen-
te, sobre todo en estas Fiestas, que no se-
rán iguales a las de otros años?
Todas las culturas tienen sus rituales, sus
momentos sagrados y especiales, un tiem-
po distinto al tiempo normal. Para los cris-
tianos, la Navidad y el Año Nuevo tienen
un alto valor simbólico, al punto tal que
impregna también a quienes participan de
otras religiones y eso es una coordenada,
en donde todo lo familiar, la ponderación
de lo que fue el año, la resignificación de
los afectos y la idea de abundancia, a tra-
vés de los regalos y la comida, se concen-
tran en una semana de gran carga simbó-
lica y vivida de manera significativa. La
dificultad de este año no les quita impor-
tancia a las fechas, tendrán algún matiz
de tristeza cuando no se puedan realizar
como lo deseamos y es ahí donde las redes
sociales tendrán una mayor significación
como medio de comunicación. Es una si-
tuación provisional, un año distinto, pero
suponiendo que los años próximos no lo
serán.
¿Hay una lucha entre el deseo de reu-
nirse y el de cuidar a los demás?
El deseo de reunirse es ya de por sí una re-
unión. Cuando queremos reunirnos quie-
re decir que hay un otro que está en nues-
tro corazón, en nuestro radar afectivo,
espiritual. A veces no se puede sustanciar
eso, pero el hecho de tener a quién anhelar
ya es en sí una buena noticia, aunque nos
pueda traer algún dolor por no poder es-
tar juntos literalmente. Va a haber muchos
dilemas en cuanto a cómo configurar las
Fiestas, siempre estas fechas traen muchas
tensiones por las formas que tiene la fami-
lia moderna. Este contexto sumará algu-
nas dificultades, pero no creo que atente
contra la cuestión esencial de lo significa-
tivo. Sí habrá que tomar las medidas nece-
sarias para minimizar los riesgos de
contagio.
“Ojalá cuando miremos hacia
atrás sintamos orgullo de haber
atravesado esta dificultad
tomando lo mejor y desechando
lo peor”, dice Miguel Espeche.
¿Cómo sobrellevar las ausencias por
fallecimientos durante las celebraciones?
Todos los años muere mucha gente, así
como también nace. Aunque nos duelan
las ausencias, siempre es mejor haber co-
nocido a esas personas que hoy están au-
sentes que no haberlo hecho nunca. Bien
vale la tristeza que tenemos por no tener-
las, porque la ganancia estuvo en el hecho
de haber transitado la vida con esos seres
queridos y haber tomado de ellos el amor,
la enseñanza y el acompañamiento a lo
largo del tiempo. Esa sería una forma de
que la presencia siga vigente más allá de la
ausencia física.
Con la llegada de un nuevo año se re-
nueva la esperanza y se genera la ilusión
de que el próximo será mejor. ¿Qué efecto
produce esto en las personas?
Sí, siempre se genera esperanza de dis-
tinta calidad. Hay una esperanza pueril,
un poco maníaca y de ilusión de que el
año en sí es el que va a traernos algo y
hay otra esperanza en pensar lo que vie-
ne como un territorio fecundo. Desde ahí
está bueno ver el nuevo año como una re-
novación, pero no como algo salvador. No
va a ser el año nuevo por sí solo el que nos
traiga buenas noticias, sino que nosotros
deberemos sembrar buenas semillas para
que, efectivamente, a fin de 2021 digamos
que ha sido bueno.
¿Cuáles son los aprendizajes que la
pandemia dejará, sobre todo en relación
a los vínculos?
Ojalá cuando miremos hacia atrás sinta-
mos orgullo de haber sido valientes y ha-
ber atravesado esta dificultad tomando de
las circunstancias lo mejor y desechando
lo peor. Habremos aprendido la utilidad
de la esperanza, del paso a paso, de haber
cultivado la paciencia, valorar la impor-
tancia de los vínculos y de encontrarle
sentido a las cosas. Hay que recordar siem-
pre que la resiliencia es algo que es nom-
brado cuando alguien sale del problema.
El que está en una situación límite maldi-
ce su estado y hace lo que puede. Posible-
mente, en un tiempo podremos hablar de
nuestra resiliencia, aunque hoy estemos
maldiciendo el virus, tantas muertes, tan-
tas enfermedades y lejanías. La pondera-
ción de algunos valores, como el coraje,
la solidaridad y la capacidad de generar
acompañamiento y esperanza es un gran
capital que tenemos para seguir nuestra
vida de la mejor manera.