Perspectivas en Psicología: Revista de

Psicología y Ciencias Afines

ISSN: 1668-7175
perspect@mdp.edu.ar
Universidad Nacional de Mar del Plata
Argentina

Manzo, Gustavo
Los orígenes de la Psicología Social Analítica de Erich Fromm en la temprana Escuela de
Frankfurt
Perspectivas en Psicología: Revista de Psicología y Ciencias Afines, vol. 11, núm. 1,
mayo, 2014, pp. 25-33
Universidad Nacional de Mar del Plata
Mar del Plata, Argentina

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=483547665004

Cómo citar el artículo

Número completo
Sistema de Información Científica
Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Los orígenes de la Psicología Social Analítica de Erich Fromm en la temprana Escuela de Frankfurt 25

Los orígenes de la Psicología Social Analítica de Erich Fromm en la temprana Escuela de

Frankfurt
Gustavo Manzo*

Resumen

El presente artículo tiene como objetivo revisar, desde una perspectiva crítica, los orígenes sociales, históricos y
teóricos que posibilitaron la emergencia de la Psicología Social Analítica desarrollada por el psicólogo Erich
Fromm en la década de 1930 del pasado siglo. En este sentido, se incorporan las variables contextuales que
configuraron un marco para el desarrollo de una psicología social que intentó aunar el pensamiento marxista con
la teoría psicoanalítica. El análisis de sus primeras obras Obreros y empleados en vísperas del Tercer Reich (1929) y El
dogma de Cristo (1930) resultan de importancia central para comprender su propuesta teórica dentro de la Escuela
de Frankfurt en medio del ascenso del nazismo en Alemania.

Palabras clave: Historia de la Psicología – Escuela de Frankfurt – Psicología Social Analítica – Erich Fromm

The origins of the Analytic Social Psychology of Erich Fromm in the early School of Frankfurt

Abstract

The object of the present article is to review, from a critical perspective, the social, historical and theoretical
origins that allowed the emergency of the Analytic Social Psychology developed by Erich Fromm in the 30s of
the past century. According to that, contextual variables are incorporated, as they worked as a frame for the
development of social psychology that attempted to unite the Marxist thinking with Psychoanalytic theory. The
analysis of his early works “Workers and Employees on the Eve of the Third Reich” (1929) and “The Dogma of
Christ” (1930) are of utmost importance to understand his theoretical proposal within the Frankfurt School amid
the rise of Nazism in Germany.

Keywords: History of Psychology –School of Frankfurt – Analytic Social Psychology – Erich Fromm

Introducción la conformación de la conducta inconscientemente

El siguiente trabajo aborda los orígenes sociales y
teóricos de la Psicología Social Analítica planteada por
Erich Fromm desde la perspectiva de la historia crítica
(Danzinger, 1979). Los planteos teóricos y
metodológicos de Fromm dentro de la primera etapa de
la Escuela de Frankfurt adquieren sentido, a nivel
histórico, en el marco de los vaivenes políticos y sociales
acaecidos durante la República de Weimar y la amenaza
del naciente fascismo en la Alemania de 1930.
La propuesta de una Psicología Social forma parte
del ímpetu interdisciplinario que brindó la dirección de
Max Horkheimer al Instituto de Investigación Social de
Frankfurt desde 1931. En este sentido, Fromm realizó
una investigación empírica donde se aunaban criterios
científicos con una lectura socio-psicoanalítica en clave
marxista, desarrollando una teoría sociopsicológica y un
método de investigación propio que permitieron
integrar el pensamiento sociológico con el psicológico,
otorgando una nueva comprensión de la relación entre
individuo y sociedad. Su propuesta de una Psicología
Social Analítica con enfoque marxista permitía una
lectura integral de la base socioeconómica y la
superestructura ideológica, indispensables para
comprender la sociedad capitalista, a la vez que explicaba
motivada que sostiene la cohesión social y la relación con
la autoridad.
El presente trabajo se centra en dos obras tempranas
de Fromm que resultan clave para la comprensión de su
enfoque teórico-práctico en ese momento histórico e
inauguran su propuesta de una Psicología Social
Analítica. Obreros y empleados en vísperas del Tercer Reich
constituye el primer estudio empírico de la Escuela de
Frankfurt entre los años 1929 y 1931, siendo publicado
por primera vez en 1980 en Alemania y traducido al
español por colaboración de un grupo de investigación
argentino en 2012. A su vez, se abordará la obra escrita
por Fromm en 1930, El dogma de Cristo, en la cual el autor
intenta recuperar desde una lectura psicoanalítica la
dimensión religiosa de la lucha de clases.
El zeitgeist en la Weimarer Republik
Para los fines del presente trabajo se considerará la
importancia de la República de Weimar en tres
dimensiones: como periodo histórico, como régimen
político-económico y como paradigma científico
cultural. En el primer sentido, se conoce como
República de Weimar a la etapa de la historia de Alemania
que va desde la caída del Imperio en 1918 producto de la

* Universidad Nacional de Mar del Plata. Facultad de Psicología. Funes 3280. Mar del Plata E-mail gustavomanzo@yahoo.com.ar

PERSPECTIVAS EN PSICOLOGÍA - Vol 11 - Mayo 2014 - (pp. 25 - 33)

26 Los orígenes de la Psicología Social Analítica de Erich Fromm en la temprana Escuela de Frankfurt
derrota en la Primera Guerra Mundial, hasta el ascenso
de Adolf Hitler al poder en 1933. Se suele caracterizar
este periodo en tres fases diferenciables:(1) 1918 a 1923
de gran inestabilidad, (2) 1924 a 1929 de consolidación, y
(3) 1929 a 1933 de agonía del sistema.
Desde una dimensión política–económica, este
periodo representa el intento de constituir una
República Parlamentaria luego de las consecuencias
devastadoras de la Primera Guerra Mundial. El Tratado
de Versalles, firmado en 1919, estipulaba que Alemania
se hiciera cargo moral y materialmente de la
responsabilidad de haber causado la guerra: debían
desarmarse, ceder numerosos territorios y pagar grandes
sumas económicas a los países victoriosos. Este tratado
colmó de un sentimiento de oprobio a todo el pueblo
alemán, germen de muchas de las posteriores convulsas.
Como resultado de las elecciones para el nuevo
Parlamento en Junio de 1920, el gobierno integrado por
la comisión de partidos sufrió una clara derrota,
mientras que los polos extremos del arco político habían
resultado ganadores: los partidos de derecha (Deutsche
Nationale Partei, Deutsche Nationale Vólkspartei) y los de
extrema izquierda (comunistas y socialistas
independientes). Se fue instalando así, un proceso de
inestabilidad política y de sucesión acelerada de los
gobiernos como regla. A las dificultades políticas se
sumaron las económicas, en especial, aquellas
producidas por los efectos de la Gran Depresión de
1929, la cual según Eric Hobsbawm (1999) hizo
imposible mantener el pacto tácito entre el Estado, los
patronos y los trabajadores organizados que había
mantenido a flote el sistema político de Weimar.
La industria y el gobierno consideraron que no
tenían otra opción que la de imponer recortes
económicos y sociales, y el desempleo
generalizado hizo el resto. A mediados de 1932
los nacionalsocialistas y los comunistas
obtuvieron la mayoría absoluta de los votos
alemanes y los partidos comprometidos con la
República quedaron reducidos a poco más de un
tercio. (Hobsbawm, 1999, p. 143).
Los tres pasos finales del régimen republicano
fueron, en orden sucesivo, el Gobierno Brüning; la
experiencia de Von Papen y el corto Gobierno de Van
Schleicher, quien dejará la cancillería a Adolf Hitler en
enero de 1933. El ascenso del fascismo nazi se vio
facilitado por el extraordinario apoyo que le brindasen
los sectores industriales nacionales y el conjunto de
promesas sociales que Hitler hiciera a la clase trabajadora
(Hobsbawm, 1999). En este contexto, Laura Sotelo
(2012) se preguntó por las posibilidades conceptuales de
sostener una psicología social diferenciada de los grupos
de obreros y empleados en medio del triunfo totalizador
del nazismo.
En referencia a la dimensión científico-cultural en la
República de Weimar, se la caracterizó como una etapa
de desarrollo cuantioso y de máximo esplendor, posible
de obturar solo por la capacidad destructiva del nazismo.
PERSPECTIVAS EN PSICOLOGÍA - Vol 11 - Mayo 2014 - (pp. 25 - 33)
Peter Gay (2011) sostiene que la cultura de Weimar se
inicia mucho antes de la firma de la Constitución en
1919, sus inicios se pueden rastrear en grupos pictóricos
como Die Brücke y Der blaue Reiter; la literatura de
Franz Kafka; el expresionismo literario de Georg Trakl;
la escuela Bauhaus de artesanía, diseño, arte y
arquitectura; la teoría comprensiva de Max Weber; la
microsociología de Georg Simmel, el historicismo en las
ciencias del espíritu de Wilhelm Dilthey, el psicoanálisis
de la Escuela de Berlín, y los desarrollos académicos
marxistas unidos a la praxis. Más allá de los matices y
diferencias entre estas distintas expresiones, la cultura en
la República de Weimar ha sido signada por la fuerza del
vitalismo y las ciencias del espíritu que habían
desplazado el predominio del naturalismo mecanicista
propio de mediados del siglo XIX hasta finalizada la
Primera Guerra Mundial (Foreman, 1984). Al decir de
Sotelo (2012) “el sombrío pathos de la derrota germana
ya encontró el terreno filosóficamente preparado para la
expiación del naturalismo decimonónico” (p. 21). La
Lebensphilosophie (filosofía de la vida) reclamaba a la
racionalidad moderna –tan propia de los países
vencedores– la obturación de lo más sagrado del pueblo
germánico: la totalidad del Ser, el Espíritu de los
Hombres, que había sido brutalmente desmembrado
producto de la Primer Guerra Mundial.
En este clima humanista de marcada posición
anticientificista lindero al irracionalismo, el trabajo de
una Psicología Social Analítica por parte de Fromm y
Horkheimer que basara su labor en una investigación
empírica cuantificable, se presentó como la posibilidad
de utilizar el conocimiento empírico como parte esencial
de una pretendida Filosofía Social. Esta postura del joven
Horkheimer va a diferir con la que tome junto a Adorno
en la década de 1940, cuando la crítica a la ciencia y la
técnica recobre reminiscencias espiritualistas.
La pompa metafísica de los conceptos de la
cultura de Weimar – la Vida, los Valores, el
Sujeto-Objeto idéntico, el Dasein (ser-ahí) – fue
transpuesta por Horkheimer al plano de los
modos de vida con minúscula, de los valores y
toma de posición en el mundo de los asalariados.
(Sotelo, 2012, p. 25).
De este modo, se comprende la empresa
investigativa llevada adelante por Fromm –con el apoyo
de Horkheimer– consistente en indagar las opiniones de
obreros y empleados asalariados en la República de
Weimar.
El lugar de la Psicología en los estudios
interdisciplinarios de la Escuela de Frankfurt
Desde sus inicios, el Instituto de Investigaciones
Sociales de Frankfurt se presentó como un espacio
interdisciplinario marcado por múltiples intereses. Las
contribuciones al primer número de su órgano oficial, la
revista Zeitschrift fur Sozialforschung, dan cuenta de esto:
Grossmann escribió sobre Marx y el problema del
Los orígenes de la Psicología Social Analítica de Erich Fromm en la temprana Escuela de Frankfurt
colapso del capitalismo, Pollock escribió sobre la
depresión y la posibilidad de planificación dentro del
capitalismo, Lowenthal delineó las tareas de una
sociología de la literatura, Adorno realizó un ensayo en
torno a la música. Finalmente, los otros dos escritos
coincidieron al abordar la dimensión psicológica en la
investigación social: uno del propio Max Horkheimer
sobre historia y psicología; el otro, producto de Erich
Fromm, un psicoanalista trotskista que había ingresado
al Instituto en el año 1929 de la mano de su amigo Leo
Lowenthal, merced a su doble calificación psicológica y
sociológica que lo distinguían de sus contemporáneos
Siegfried Bernfeld y Wilhelm Reich.
En sus inicios, Horkheimer delineó las siguientes
tareas para el Instituto de Investigación Social: a) el
análisis económico de la fase pos-liberal del capitalismo;
b) la investigación psicosociológica de la integración
social de los individuos; y c) el análisis teórico-cultural
del funcionamiento de la cultura de masas (Honneth,
1991a, p. 452).
En consonancia con el punto (b), una de las grandes
aspiraciones de la Escuela de Frankfurt en sus inicios fue
la tarea de articular el marxismo y el psicoanálisis. Desde
principios de siglo XX, las relecturas de Freud desde una
óptica marxista abundaron tanto en intentos como en
múltiples críticas. El centro de estas iba dirigido al hecho
de que el psicoanálisis y el marxismo difieren en un
aspecto insoslayable: su noción ontológica del porvenir
humano. En este sentido, Philip Rieff, en 1959, podía
escribir:
Para Marx, el pasado está preñado por el futuro,
con el proletariado como partera de la historia.
Para Freud, el futuro está preñado por el pasado,
carga de la cual solo el médico -y la suerte-
pueden librarnos . . . La revolución solo podría
repetir la rebelión prototípica contra el padre, y
en cada caso, como ella, estaría condenada al
fracaso. (Rieff, 1959, p. 237).
Sin embargo, las lecturas de obras freudianas de las
décadas 1920 y 1930 como Tótem y tabú (1912), Psicología
de las masas y análisis del yo (1920), El porvenir de una ilusión
(1927), El malestar en la cultura (1929) y Moisés y el
monoteísmo (1934), hacían que Freud, aún persistiendo en
sus pretendidos fundamentos biologicistas, transitara de
las implicancias en la conducta psíquica individual a los
análisis históricos, sociales y culturales cada vez más
relevantes en su obra (Fernández García, 1988).
El interés de la Escuela de Frankfurt por el
psicoanálisis debe ser comprendido dentro de los
esfuerzos por repensar el marxismo, no como una teoría
hermética, sino en sus puntos de confluencia con otras
disciplinas que abordaran la problemática del ser
humano. Como dijera Fernández García:
El primer cuidado y el acierto básico en ese
contexto, consistió en no intentar la fusión de
dos sistemas, sino la articulación de ambos desde
su diferencia, asumiendo a cada uno tal y como es
en y por sí mismo. La tarea propuesta no
PERSPECTIVAS EN PSICOLOGÍA - Vol 11 - Mayo 2014 - (pp. 25 - 33)
27
consistía en psicologizar la teoría de la sociedad
ni en sociologizar el psicoanálisis. Se trataba
ciertamente de asumir en la teoría crítica las
aportaciones de la psicología, junto a las de la
economía, la historia, la sociología o la política,
en orden a descubrir la dimensión psíquica del
materialismo, superar la división del trabajo
intelectual y evitar quedarse en especulaciones.
(Fernández García, 1988, p. 75).
En tal sentido, resultó fundamental el impulso que
brindara Max Horkheimer, como nuevo director del
Instituto, a los estudios psicológicos. En su discurso
programático pronunciado al asumir la dirección del
Instituto de Frankfurt en 1931, planteó la búsqueda de
una explicación al irracional comportamiento del
proletariado alemán a lo largo del siglo veinte,
atendiendo al lugar de los procesos psíquicos como
mediadores entre los procesos materiales y los ideales.
Ya en 1928, Horkheimer había materializado su interés
por el psicoanálisis eligiendo como su psiquiatra
personal a un discípulo freudiano, Karl Landauer, a
quien invitó a sumarse al grupo sobre psicoanálisis
dependiente de la Universidad, inaugurado el 16 de
febrero de 1929, bajo el nombre de Instituto
Psicoanalítico de Frankfurt. El mismo Sigmund Freud
redactó dos cartas a Horkheimer expresando su gratitud
por el nuevo grupo (Jay, 1991), el cual estaba
conformado por el propio Landauer, Heinrich Meng,
Erich Fromm y su esposa Frieda Fromm-Reichmann.
Origen de la Psicología Social Analítica
Resulta generalizada la opinión de que la Escuela de
Frankfurt representa la corriente de pensamiento que se
ha llamado “Teoría Crítica” (Honneth, 1991a). Si bien
esto resulta apropiado para los estudios que se llevan
adelante desde el avance del fascismo nacionalsocialista,
el periodo inicial del Instituto desde la asunción de
Horkheimer en 1931 podría señalarse más
ajustadamente –tal lo hace su propio director– como una
“Filosofía Social” que salta el foso al que el idealismo
alemán había arrojado a la filosofía (Sotelo, 2010). En
esta temprana etapa, el interés estaba centrado en la
aportación de investigaciones empíricas, de tradición
estadounidense, que produjeran datos acerca del estilo
de vida de la sociedad en la República de Weimar. Los
esfuerzos estaban dirigidos a superar los límites tanto del
positivismo como de la metafísica y, para esto, era
necesario calibrar una metodología de investigación
propia que posibilite un conocimiento renovado sobre la
realidad social. La crítica a la razón instrumental de la
sociedad moderna sería el resultado del posterior trabajo
de Horkheimer, Adorno y Marcuse, entre otros.
En palabras de Sotelo:
Existía, en ese entonces, un vivo interés por
lograr un conocimiento ajustado sobre la historia
del pensamiento, sobre las formas de la
organización social y la cultura del capitalismo, y
28 Los orígenes de la Psicología Social Analítica de Erich Fromm en la temprana Escuela de Frankfurt
especialmente, sobre la conciencia, las prácticas y
las actitudes de las masas en la Alemania previas
al triunfo de Hitler. (2010, p. 1853).
En este contexto, algunos intelectuales marxistas
comenzaron a realizar relevamientos cuantitativos que
dieran cuenta del proceso de derechización de la clase
obrera. Entre ellos, se destacan los trabajos de Theodor
Geiger, Emil Lederer, Sigfreig Kracauer, Hans Speier y
Carl Dreyfuss (Segre, 2001).
Estas experiencias abren paso a la primera
investigación empírica de la Escuela de Frankfurt llevada
a cabo por Erich Fromm en 1929, que se convertiría en el
punto de partida de una Psicología Social Analítica:
Obreros y empleados en vísperas del Tercer Reich.
Dicha investigación, llevada a cabo en la región del
Rhin, se basó en la aplicación de un cuestionario
compuesto por 271 ítems, repartidos a 3.300 obreros y
empleados (de los cuales respondieron alrededor de
1.100 y, luego de la emigración forzosa del Instituto,
quedaron 584 ejemplares), que indagaba las distintas
formas de vida de la clase asalariada en la República de
Weimar: creencias religiosas, educación de los hijos,
trabajo de la mujer, posturas políticas, relaciones
laborales, etc.
El objetivo central de Fromm era alcanzar, por
medio de una interpretación psicoanalítica de los
resultados, la comprensión de la estructura psíquica de
los trabajadores y empleados, es decir, lograr una
interpretación de las relaciones recíprocas entre aparato
anímico y desarrollo social. Las respuestas “eran evaluadas
del mismo modo en que un psicoanalista escucharía las
asociaciones de un paciente, es decir tratando de
encontrar el significado subyacente de lo expresado”
(Fromm, 1971, p. 13). El propio orden de exposición de
las preguntas seguía el método de la asociación libre; el
aparente “desorden” temático favorecía la emergencia
del inconsciente en las respuestas de los sujetos.
Los resultados de la investigación sorprendieron a
Fromm y Horkheimer. Al enorme porcentaje de
encuestados que declararon ser políticamente de
ideología izquierda, solo correspondía en el 15% de los
casos a una estructura inconsciente de personalidad de
índole revolucionaria. El otro 15% correspondía a la
orientación caracterológica inconsciente contraria, es
decir, la reaccionaria. La mayoría abrumadora de un 70
% de los trabajadores y empleados alemanes que se
declaraban de izquierda era ambivalente y estaba abierta
a los programas fascista y nacionalsocialista. Concluye
Sotelo que “la miseria económica parecía no conducir de
manera directa a la confrontación abiertamente
anticapitalista de los asalariados, sino al fortalecimiento
de actitudes fascistas.” (2012, p.28).
Si bien esta investigación tiene una doble relevancia:
la histórica, al plasmar un documento empírico de las
formas de vida de los obreros y empleados en la
Alemania previa al nazismo, y la teórica, al inaugurar con
el trabajo cuantitativo de la temprana escuela
frankfurtiana la Psicología Social Analítica de Erich
PERSPECTIVAS EN PSICOLOGÍA - Vol 11 - Mayo 2014 - (pp. 25 - 33)
Fromm sus resultados permanecieron desconocidos
hasta el año 1980 cuando, a instancias de Wolfgang
Bonß, Fromm aceptó su publicación al idioma alemán.
Las razones del ostracismo de esta obra pueden
rastrearse en los resultados desalentadores acerca del
rumbo que iba tomando el pueblo alemán frente al
fascismo y en las disputas teóricas que suscitaba esta
obra y que, finalmente, provocarían el alejamiento de
Fromm de la Escuela de Frankfurt.
Divergencias teóricas con el Psicoanálisis Ortodoxo
La recepción freudiana en el suelo germano de la
República de Weimar adoptó, según Wolfgang Bonß
(2012), tres líneas diferenciadas: la adaptación ecléctica
de Freud de los socialdemócratas, el distanciamiento
dogmático de Freud de los comunistas, así como las
tomas de posición conciliadoras de los practicantes del
psicoanálisis, la mayoría de ellos, sin partido. Así, el
psicoanálisis era visto como un instrumento de análisis
de los procesos inconscientes para los socialdemócratas
o como un engendro del pensamiento burgués por los
comunistas. En medio de estas interpretaciones, se
fueron nucleando desde mediados de los años 20 un
grupo de psicoanalistas críticos en el Instituto
Psicoanalítico de Berlín. Entre ellos se encontraban
Siegfried Bernfeld, Otto Fenichel, Wilhelm Reich y
Erich Fromm. El tipo de psicoanálisis que se promovía
en el Instituto de Berlín, difería de aquel que se impuso
en el modelo anglosajón: se postulaba un psicoanálisis
alejado del modelo médico y más cercano a convertirse
en una herramienta de cambio social. Así, no era casual
que la lista anterior se superpusiera con la de la
Asociación de Médicos Socialistas y con la del Instituto
de Ciencia Sexual de Magnus Hirschfeld, entre otros
(Plotkin, 2012). Si bien estos psicoanalistas compartían
una lectura desde la izquierda freudiana, sus diferencias
teóricas, políticas y personales dificultaron la
cooperación científica y no llegaron a constituirse como
una escuela de pensamiento uniforme (Dahmer, 1983;
Mc Laughlin, 2011).
El trabajo de Fromm en el Instituto representa el
esfuerzo más destacado por conciliar el psicoanálisis
freudiano con el marxismo. Ya en el primer capítulo de
El dogma de Cristo y otros ensayos sobre religión, política y cultura,
escrito en el año 1930, Fromm marcaba cuál sería el
objetivo de este intento por conciliar marxismo con
psicoanálisis:
Esta investigación tiene por finalidad determinar
el punto hasta el cual el cambio ocurrido en
ciertas ideas religiosas es una expresión del
cambio psíquico experimentado por la gente en
cuestión, y el punto hasta el cual esos cambios
son dictados por sus condiciones de vida.
(Fromm, 1964, p. 19).
La actitud general que Fromm había tomado con el
psicoanálisis, la resume de la siguiente manera: “Traté de
conocer la verdad perdurable en sus conceptos, en
Los orígenes de la Psicología Social Analítica de Erich Fromm en la temprana Escuela de Frankfurt
contraste con aquellas presuposiciones erróneas que
necesitaban ser revisadas” (Fromm, 1962, p. 23). Si bien
podría pensarse que durante los primeros años de su
desempeño dentro de la Escuela de Frankfurt Fromm
valoraba el aporte de Freud, poco a poco se fue
distanciando del autor del psicoanálisis. Aunque, en el
año 1971, y en forma retrospectiva afirmaba lo siguiente:
No he dejado nunca el freudismo, a menos que se
identifique a Freud con su teoría de la libido . . .
considero que el logro básico de Freud es su
concepto del inconsciente, sus manifestaciones
en la neurosis, los sueños, etc., la resistencia y su
concepto dinámico de carácter. . . . He criticado
siempre la ortodoxia freudiana y los métodos
burocráticos de la organización internacional
freudiana, pero toda mi obra teórica está basada
en lo que considero los hallazgos más
importantes de Freud, con la excepción de la
metapsicología. (Jay, 1991, p. 156-157).
La formación psicoanalítica de Erich Fromm se
remontaba a la década de 1920, cuando se afilió al
Instituto Psicoanalítico de Berlín, el instituto más
importante del mundo sobre psicoanálisis, según la
propia opinión de Freud. Allí fue analizado por Hanns
Sachs y estudió junto a destacados psicoanalistas de la
época como Theordor Reik. Si bien los temas de
preocupación de Fromm a menudo reflejaban su
filiación religiosa, al mismo tiempo mostró un avanzado
interés por una psicología social. Ya en 1930, presentó
un polémico artículo en la Psychoanalytische Bewegung,
titulado Psicoanálisis y Política; aunque quizás el más
representativo esfuerzo por aunar el psicoanálisis con
enfoques marxistas haya sido su primer estudio extenso,
del mismo año: El dogma de Cristo, el cual se encontraba
en consonancia con el interés mostrado por su maestro
Theodor Reik acerca del mismo asunto.
En este libro Fromm traza las líneas principales de
una psicología social, tomando como punto de partida
las críticas a la psicología del momento introducidas por
Wilhelm Reich (1970, 1973) en relación a la restricción
de la psicología a solo poder ser aplicable al individuo
aislado. Sin embargo, Fromm, en el primer capítulo de El
dogma de Cristo (1964), remarca una cita textual del propio
Freud dando cuenta que este no desconocía totalmente
la dimensión social de la psicología:
Es verdad . . . que la psicología individual se
ocupa del hombre individual y explora las sendas
por las que éste procura encontrar satisfacción
para sus impulsos instintivos; pero sólo
raramente y bajo ciertas condiciones
excepcionales está la psicología individual en
posición de pasar por alto la relación de este
individuo con sus semejantes. En la vida mental
del individuo invariablemente hay alguien
implicado, ya sea como modelo, como objeto,
como ayuda, como oponente; y así, desde un
primer comienzo, la psicología individual, de
acuerdo con este extendido pero enteramente
PERSPECTIVAS EN PSICOLOGÍA - Vol 11 - Mayo 2014 - (pp. 25 - 33)
29
justificable sentido de las palabras, es así mismo
psicología social. (Freud, 1929/2013, p. 3019).
Siendo que el propio creador del psicoanálisis
sostuvo que ya en el más temprano desarrollo psíquico
del individuo está presente la dimensión intersubjetiva
(relación con sus padres y hermanos/as), Fromm se
sirve de lo expuesto para rechazar cualquier tipo de
distinción entre una psicología individual y una
psicología social. Da un paso más al decir que no existe
una psicología del hombre aislado de su medio social.
Así, la diferencia entre psicología individual y psicología
social es de carácter cuantitativo pero no cualitativo:
cuanto mayor sea el número de sujetos incluidos en un
estudio psicológico social, mayor será la estrechez de la
visión que se obtendrá de la estructura psíquica total de
cualquiera de los individuos que forman parte de dicha
investigación.
Si bien la nueva forma organizativa de la producción
capitalista podría explicarse mediante la teoría del
capitalismo estatal, lo que quedaba sin resolver aún era la
cuestión de por qué razón los individuos se sometían, sin
aparente resistencia, a un sistema de dominación con
una administración centralizada. Este interrogante abría
una nueva dimensión en las investigaciones del Instituto;
es así como Horkheimer delegó este trabajo de dominio
psico-sociológico a Erich Fromm.
En consonancia con los planteos de Siegfried
Bernfeld y Wilhelm Reich, Fromm partía del supuesto de
que la integración de los individuos en el sistema de
dominación capitalista se producía por medio de la
formación social de su carácter psicosexual (Herzog &
Hernández, 2010). Retomando el interrogante por la
cohesión social en el sistema capitalista, Fromm intenta
responderla desde el primer capítulo de su libro El dogma
de Cristo, en el que considera que siempre que las fuerzas
productivas de la economía no resulten suficientes para
satisfacer las necesidades materiales y culturales de todos
los individuos, la clase dominante intentará maximizar
sus posibilidades de gratificación, concediendo a la clase
dominada cierto grado mínimo de satisfacción que
asegure la continuación del sistema de dominación. De
esta forma, como dice Fromm (1964) “La estabilidad
social depende en grado relativamente escaso del uso de
la fuerza externa. En su mayor parte depende del hecho
de que los hombres se hallan en una situación psíquica
que los arraiga interiormente en una situación social
existente.”(p. 23).
En este punto, Fromm introduce el tema de la
religión como uno de los principales medios al servicio
del mantenimiento del status quo de la estratificación
social:
En la estratificación social se repite para el
individuo la situación infantil. En los que
mandan ve a los poderosos, los fuertes y los
sabios. Son personas que deben ser
reverenciadas. Cree que desean el bien de él . . . se
siente contento cuando con su docilidad se gana
el elogio de ellos . . . es comprensible que sin
30 Los orígenes de la Psicología Social Analítica de Erich Fromm en la temprana Escuela de Frankfurt
ninguna crítica tome por justo y verdadero lo que
le presentan los que mandan, con el mismo
ánimo que cuando niño aceptaba sin más ni más
toda afirmación hecha por el padre. La figura de
Dios forma un complemento de esta situación.
Dios es siempre un aliado de los dominadores.
(Fromm, 1964, p. 24).
De este modo, Fromm identifica que la religión
cumple, al mismo tiempo, la tarea de obstaculizar
cualquier tipo de independencia psíquica o cultural del
pueblo y le otorga un mínimo de gratificación (necesario
para sostener la cohesión social). Así, la religión tendría
una triple función:
Para toda la humanidad, consuelo por las
privaciones que impone la vida; para la gran
mayoría de los hombres, estímulo para aceptar
emocionalmente su situación de clase; y para la
minoría dominante alivio para los sentimientos
de culpa causados por el sufrimiento de aquellos
a quienes oprime. (Fromm, 1964, p. 29).
Fromm, tomando en consideración las ideas
psicológicas de Marx de que el hombre solo tiene unos
pocos impulsos básicos -tales como el amor y el hambre-
, cree que el psicoanálisis podía suplir el eslabón faltante
entre la superestructura ideológica y la base
socioeconómica. Para Fromm (1966), como para Marx,
la influencia de lo biológico como única y exclusiva
explicación del comportamiento humano resulta a todas
luces insuficiente.
Junto con el concepto del inconsciente y la teoría del
conflicto psíquico, la doctrina de las pulsiones tiene una
trascendencia nuclear dentro de la metapsicología
psicoanalítica. El término alemán con el que Freud se
refiere a pulsión es el de trieb, el cual no puede ser
entendido solo como un correlato instintivo, sino que
comprende un concepto límite entre lo psíquico y lo
somático. Siguiendo la definición ofrecida por
Laplanche y Pontalis (1968) se entiende la pulsión como
un proceso dinámico consistente en un impulso (carga
energética, factor de motilidad) que hace tender al
organismo hacia un fin. Según Freud, una pulsión tiene
su origen en una excitación corporal (estado de tensión),
su fin es suprimir el estado de tensión que reina en la
fuente pulsional y, gracias al objeto, alcanzar su fin. La
teoría pulsional en Freud es siempre dualista: en un
primer momento, él hablaba de pulsiones sexuales y
pulsiones de autoconservación, pero en Más allá del
principio del placer de 1920 –en un contexto de post
Primera Guerra Mundial– introduce la dicotomía
pulsión de vida (Eros) y pulsión de muerte (Tánatos). La
primera abarca no solo las pulsiones sexuales sino
también las de autoconservación; mientras que las
segundas tenderían a la reducción completa de las
tensiones, es decir, a devolver al ser vivo el estado
inorgánico. El temple de la metapsicología pulsional
freudiana está marcado por un energetismo fisicalista
con filiaciones biológicas de carácter universal. Esta
PERSPECTIVAS EN PSICOLOGÍA - Vol 11 - Mayo 2014 - (pp. 25 - 33)
característica resultará el centro de la crítica que formula
Fromm a Freud.
En la sección II denominada La función sociopsicológica
de la religión, del capítulo I del libro El dogma de Cristo,
Fromm rechaza la metapsicología pulsional freudiana de
la segunda tópica (pulsión de vida y pulsión de muerte)
considerándolas una arbitrariedad tanto biológica como
psicológica. En cambio, sí acepta la primera
metapsicología pulsional que considera el accionar del
hombre regido bajo el flujo de dos impulsos: el erótico y
el de conservación. Dada la posibilidad de sublimación
de los impulsos sexuales y su plasticidad a la hora de
satisfacerlos (fantasías y el propio cuerpo), su
dependencia de la realidad externa se vuelve
sensiblemente menor que en el caso de los impulsos de
auto-conservación (hambre, sed, dormir). Así, la
gratificación de los impulsos sexuales resulta más
adaptable a las condiciones sociales contextuales.
El individuo se empeña por experimentar
–dentro de circunstancias dadas– un máximo de
gratificación libidinal y un mínimo de dolor; el
deseo de evitar el dolor hace aceptar cambios o
hasta frustraciones de los diferentes impulsos
sexuales componentes. Un correspondiente
renunciamiento a los impulsos del yo es sin
embargo imposible . . . La sociedad desempeña
una doble función en la situación psíquica del
individuo, tanto frustrante como gratificante.
(Fromm, 1964, p. 22).
Es interesante destacar que, la sociedad a la cual
Fromm se refiere, no es una sociedad dada o fija, sino
que se trata de una sociedad históricamente constituida a
partir de sus condiciones socio-económicas. En este
punto resulta insoslayable la matriz de pensamiento
marxista en las conceptualizaciones psicológicas de
Fromm:
La realidad externa, que le garantiza la
satisfacción de ciertos impulsos, pero que le
obliga a renunciar a ciertos otros, es definida por
la situación social existente en la que vive. Esta
realidad social incluye la realidad más amplia que
abarca a todos los miembros de la sociedad y la
realidad estrecha de las distintas clases sociales.
(Fromm, 1964, p. 22).
Para Fromm, cada sociedad tendría su propia
estructura libidinal, resultante de la mixtura entre los
impulsos humanos universales y los factores sociales
epocales. La psicología social propuesta por Fromm
buscaría examinar el modo en que esa estructura
libidinal opera como factor de cohesión social y la forma
en que esto repercute en el poder político. Jay resume
cuál sería la labor de esta nueva psicología social: “La
tarea de una psicología social analítica consistía en
comprender una conducta motivada inconscientemente
en términos del efecto de la subestructura
socioeconómica sobre los impulsos psíquicos básicos.”
Los orígenes de la Psicología Social Analítica de Erich Fromm en la temprana Escuela de Frankfurt
(Jay, 1991, p. 161).
La recuperación de la potencialidad del sujeto, que ya
estaba presente en la obra kantiana de la Ilustración, es
retomada en la labor de la Psicología Social Analítica,
incluyendo en ella la dimensión empírica. Es así como se
enmarca la primera investigación empírica de la Escuela
de Frankfurt llevada adelante por el mismo Fromm. Allí
se sustenta la crítica a la pretensión de universalidad del
Complejo de Edipo freudiano siempre que éste
representa un modo de ser en las sociedades patriarcales.
Fromm coincidía con el maestro vienés en la primacía de
lo pretérito en la vida actual del adulto: las experiencias
infantiles eran muy importantes ya que en la familia se
reproducía el orden social. Pero difería con Freud en
cuanto al tipo de familia que consideraba como
universal. Fromm retoma las lecturas de antropólogos
matriarcales olvidados o desconocidos por Freud como
Johann Jacob Bachofen y Lewis Morgan quienes
resultan de inspiración en los círculos socialistas de fines
de siglo XIX. Dentro del círculo psicoanalítico, Reich
publica en 1933 La psicología de masas del fascismo
sosteniendo que el matriarcado era el único tipo familiar
genuino de una sociedad natural y señalando al
Complejo de Edipo como un dispositivo de
perpetuación de la propiedad privada en la sociedad
capitalista. Así, argüía que el hijo era criado no para ser
feliz sino para ser útil económicamente, el padre podría
rivalizar con él si éste fracasaba; mientras que, por otra
parte, el cuidado de la madre estaba más exento de
presiones sociales y era plenamente incondicional hacia
el hijo.
Sin embargo, en la sociedad capitalista, el rol de la
madre se había visto debilitado pasando de protectora a
alguien que necesita protección. El calor y la confianza
que brindaba la madre fueron reemplazadas por la culpa
paternal, la represión anal y la moral autoritaria. Fromm
comparte, en este punto, la crítica matriarcal al concepto
freudiano. Tal es así que en el año 1932 realizó una reseña
del trabajo del antropólogo inglés Robert Briffault
titulado Sentimientos familiares en el que, a diferencia de la
concepción freudiana ortodoxa que concebía al amor
como una sublimación del impulso sexual, se sostenía
que sentimientos tales como el amor y el altruismo se
derivaban más bien del amor maternal necesario durante
el periodo de indefensión del ser humano. En definitiva,
el estudio de la familia se constituye como un punto
neurálgico donde confluyen los factores sociales y
libidinales, núcleo de convergencia entre el marxismo y
el psicoanálisis. En el año 1935, el grupo liderado por
Fromm publica el volumen Autoridad y Familia, escrito de
inflexión que marca el progresivo alejamiento por parte
de Fromm del psicoanálisis ortodoxo; el análisis
antropológico del matriarcado minará las bases de
sustento del Complejo de Edipo propio de las
sociedades patriarcales capitalistas.
Sigmund Freud había conceptualizado, desde una
perspectiva energética y económica, hija de la hegemonía
positivista de la época, que el desarrollo del carácter en
los individuos seguiría las etapas del desarrollo de la
libido y estaría cargada con la energía derivada
PERSPECTIVAS EN PSICOLOGÍA - Vol 11 - Mayo 2014 - (pp. 25 - 33)
31
principalmente por la sublimación y las formaciones
reactivas de la energía sexual contenida en las
correspondientes zonas erógenas de la primera infancia.
Freud toma de Karl Abraham su teoría de etapas de la
libido (energía sexual) por la que todo individuo
atravesaría una etapa oral receptiva, oral sádica, anal y
genital. Si bien Erich Fromm retoma el punto de partida
de estas consideraciones, se aparta de Freud al plantear
que no es en el principio fisiologista de la evolución de la
libido donde debe buscarse la clave del modo de ser
individual, sino en una máxima sociobiológica centrada
en las formas de relación del individuo con el mundo en
el proceso del vivir. Esta tesis de Fromm toma el nombre
de carácter social: partiendo del marxismo que sostiene que
toda sociedad tiene una estructura política, económica y
social, también se distinguiría por poseer una particular
estructura libidinal (Caparrós, 1975). Desde este punto
de vista, la psicología social debería dar cuenta de los
cambios que se producen en la estructura libidinal
cuando existen transformaciones en la base económica
de la sociedad. Este estudio sirvió a Fromm como un
modo de sustentar su conceptualización sobre la
tipología caracterológica, al mismo tiempo que Reich
desarrollaba su propia caracterología. Tomando en
cuenta los aportes psicoanalíticos sobre las etapas de
evolución de la libido, Fromm ubicaría a la sociedad
capitalista, particularmente puritana, dentro del carácter
analtendiente a la posesividad y represiva. En
contraposición, la aspiración estaría enmarcada por una
sociedad con carácter genital diferenciándose por su
independencia, libertad y amabilidad.
Poco a poco, el distanciamiento por parte de Fromm
de la ortodoxia freudiana resultó solidario con su
alejamiento de la Escuela de Frankfurt. Luego de
colaborar en un estudio conjunto con otros miembros
del Instituto en 1936 acerca de un análisis psicológico de
la autoridad, Fromm escribió solamente un artículo más
para la Zeitschrvft, un estudio sobre el sentimiento de
impotencia en la sociedad capitalista. El peregrinaje de
Fromm hacia la heterodoxia freudiana suscitó fuertes
disensiones que lo alejaron de los demás miembros del
Instituto. La dimensión de la crítica que Fromm le
realizó a Freud con respecto a lo social se fue
intensificando a lo largo de su pensamiento. Ya en
Psicoanálisis de la sociedad contemporánea va a remarcar el
lugar de la ruptura con Freud: “Creemos que el hombre
es primariamente un ser social y no como lo supone
Freud, autosuficiente, y sólo en segundo lugar
necesitado de mantener relaciones con los demás con el
fin de satisfacer sus exigencias instintivas.” (Fromm,
1965, p. 27). Finalmente la relación formal con el grupo
concluyó en 1939. La partida de Fromm coincidió con la
plena integración de Adorno en las tareas del Instituto.
Su presencia intensificó la actitud crítica de la Escuela y
favoreció la recepción de los elementos más radicales del
psicoanálisis (Fernández García, 1988). Desde entonces,
Fromm se dedicó al trabajo clínico, enfatizando su
lejanía con el pensamiento freudiano ortodoxo, mientras
que sus ex compañeros del Instituto, entre quienes
estaban Horkheimer pero de manera especial Adorno,
32 Los orígenes de la Psicología Social Analítica de Erich Fromm en la temprana Escuela de Frankfurt

dejaron de lado muchas de las críticas de Fromm a
Freud, rescatando el valor del viejo maestro vienés (Jay,
1991).
Conclusión
La Psicología Social Analítica propuesta por Erich
Fromm se inscribe dentro de los intentos, que se suscitan
desde la década de 1920, en trazar puentes entre el
psicoanálisis y el marxismo. En este sentido, se encuadra
en la propuesta del trabajo interdisciplinario de la
temprana Escuela de Frankfurt, donde su director, Max
Horkheimer propugnaba por una Filosofía Social que
dialogue con otras disciplinas como la historia, la
sociología, la economía y, principalmente, la psicología.
Esta mirada renovada de las ciencias y la filosofía,
pretendía superar los escollos metafísicos de la filosofía
vitalista y espiritualista que habían cimentado la
República de Weimar. Así, los trabajos de Erich Fromm
Obreros y empleados en vísperas del Tercer Reich y El dogma de
Cristo pueden leerse en clave de complementariedad al
unir la cuestión de la cohesión social, la cultura de las
masas y las relaciones padre-hijo en la conformación de
los modelos de autoridad. Todo ello se corresponde con
un modelo de Psicología Social que centra su interés en
el concepto de carácter social, es decir, la orientación
pulsional fundamental que hace que los hombres
sientan, piensen y actúen de manera similar en un
determinado contexto económico, social e histórico.
Estos tempranos escritos de Fromm constituyen el
cimiento socio-psicológico fundamental en la
conformación de la temprana Escuela de Frankfurt. Su
destino, al igual que el de toda la humanidad, ha sido
signado por la atrocidad que provocó el nazismo.

Referencias
Bonß, W. (2012). Teoría Crítica e investigación social empírica. Notas sobre un caso ejemplar. En E. Fromm,
Obreros y empleados en vísperas del Tercer Reich: un análisis psicológico – social (pp. 49-108). Buenos Aires: Fondo de
Cultura Económica.
Caparrós, A. (1975). El carácter social según Erich Fromm. España: Sígueme.
Dahmer, H. (1983). Libido y sociedad. Estudios sobre Freud y la izquierda freudiana. México: Siglo XXI.
Danziger, K. (1979). Los orígenes sociales de la psicología moderna (Trans. Hugo Klappenbach). En A. R. Buss
(Ed.). Psychology in Social Context (pp. 27-45). New York: Irvington Publishers.
Fernández García, E. (1987). La recepción de Freud en la Escuela de Frankfurt. Logos. Anales del Seminario de
Metafísica, 22, 73.
Forman, P. (1984). Cultura en Weimar. Causalidad y teoría cuántica: 1918-1927. Madrid: Alianza Universidad.
Freud, S. (1912/2013). Tótem y Tabú, y otras obras. Tomo XIII. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.
Freud, S. (1920/2013). Psicología de las Masas y Análisis del Yo. Tomo XIX. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.
Freud, S. (1927/2013). El porvenir de una ilusión. Tomo XXII. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.
Freud, S. (1929/2013). El malestar en la cultura. Tomo XXII. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.
Freud, S. (1934/2013). Moisés y la religión monoteísta. Tomo XXIV. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.
Fromm, E. (1962). Más allá de las cadenas de la ilusión. México: Herrero Hnos. Sucesores. S.A.
Fromm, E. (1964). El dogma de Cristo y otros ensayos sobre religión, política y cultura. Buenos Aires: Paidós.
Fromm, E. (1965). Psicoanálisis de la Sociedad Contemporánea. México: Fondo de Cultura Económica.
Fromm, E. (1966). Marx y su concepto del hombre. México: Fondo de Cultura Económica.
Fromm, E. (1971). Letter to Martin Jay. En: M. Keßler and R. Funk (Eds.), Erich Fromm und die Frankfurter Schule.
Akten des internationalen, interdisziplinären Symposiums Stuttgart-Hohenheim, 31(5), 249-256.
Fromm, E. (2012). Obreros y empleados en vísperas del Tercer Reich: un análisis psicológico – social. Buenos Aires: Fondo de
Cultura Económica.
Gay, P. (2011). La cultura de Weimar. Madrid: Paidós.
Herzog, B., & Hernández, F. (2010). Axel Honneth y el renacimiento de la Teoría Crítica. Revista da Facultas de
Direito de Caruaru / Asces, 42(1).
Hobsbawm, E. (1999). Historia del Siglo XX. Buenos Aires: Crítica.
Honneth, A. (1991a). Teoría Crítica. En A. Giddens & J. Turner, La teoría social hoy (pp. 445-488). México:
CNCA–Alianza.
Jay, M. (1991). La imaginación dialéctica. Historia de la Escuela de Frankfurt y el Instituto de Investigación Social (1923-1950).
Buenos Aires: Aguilar.
McLaughlin, N. (2011). ¿Por qué fracasan las escuelas de pensamiento? El Neo-freudianismo como caso de
estudio para la sociología del conocimiento. Apuntes de Investigación del CECYP, 14(19), 11-43.
Plotkin, M. (2012). Fuechtner, Veronika, Berlin Psychoanalytic. Psychoanalysis and Culture in Weimar Republic
and Beyond (Berkeley: University of California Press, 2011). Culturas Psi, 0, 117-119.
Reich, W. (1970). La revolución sexual. México: Ruedo Ibérico. Col. El viejo Topo
Reich, W. (1973). Psicología de masas del fascismo. México: Roca.
Rieff, P. (1959). Freud: The Mind of the Moralist. London: Gollancz.
Segre, S. (2001). Stratification Theory and research in Weimar Germany. En History of human sciences, 14 (pp. 57-
86). London: Thousand Oaks, CA and New Delhi.
Sotelo, L. (2010). Horkheimer y el primer proyecto de “investigación social” de la escuela de Frankfurt

PERSPECTIVAS EN PSICOLOGÍA - Vol 11 - Mayo 2014 - (pp. 25 - 33)

Los orígenes de la Psicología Social Analítica de Erich Fromm en la temprana Escuela de Frankfurt 33

[Número especial]. Estudios DIGITAL, Recuperado de

http://www.revistaestudios.unc.edu.ar/articulos03/dossier/12-sotelo.php
Sotelo, L. (2012). La escuela de Frankfurt, en vísperas del Tercer Reich. En E. Fromm, Obreros y empleados en vísperas
del Tercer Reich: un análisis psicológico–social (pp. 13-48). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Fecha de Recepción: 31-05-2013

Fecha de Aceptación: 19-12-2013

PERSPECTIVAS EN PSICOLOGÍA - Vol 11 - Mayo 2014 - (pp. 25 - 33)