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El dogma concebido como conjunto de verdades que se toman como válidos, no encuentra

asidero dentro de los principios dogmáticos, que se encuentran relativizados por el progresivo
desarrollo del conocimiento. Un probable dogmatismo no resiste el componente de
la racionalidad del método dogmático que se guía no por la fantasía del dogmático sino por el
continuo confrontamiento a realidades concretas surgidas de la norma. Así las proposiciones
dogmáticas requieren argumentos convincentes al abordar el problema jurídico e igualmente
pasa por la criba de la crítica de la revisión de las propuestas, de su profundización. No son
actos de fe.

De otro lado, es necesario precisar que la doctrina jurídico-penal peruana no es ajena a la


concepción occidental del derecho penal. Entiendo como occidental algunos rasgos comunes
que establecen vínculos que inciden en valores, estructuras y aspiraciones, p. ej. la base
cristiana de nuestra cultura. Con esto no se deja de lado las peculiaridades culturales. En el
plano dogmático se configuran las categorías siguiendo tales modelos con los
agregados locales propios como expresión de nuestra realidad socio-cultural, que afectará
entre otras la ideología, así como el fundamento de motivación penal. Rasgos de la sunción
occidental de valores, principios y normas jurídicas aparecen en el principio de lesividad,
proporcionalidad de la pena, (Título Preliminar del Código penal, artículos II, III, IV, VIII).

La dogmática es un método de estudio e investigación jurídica y su objeto de investigación es


la norma. La característica de este método jurídico (sistema) es la interpretación de la ley. La
sede de la dogmática es la norma y el valor, pero no es absoluto en la medida que aceptará
realidad y valor. La ciencia penal se expresa a través de la dogmática como sistema, aspira a
establecer las bases para una administración de justicia igualitaria y justa, ya que sólo la
comprensión de las conexiones internas del Derecho libera a su aplicación del acaso y la
arbitrariedad. La dogmática jurídico-penal ordena los conocimientos, las particularidades,
establece categoría, conceptos, construye sistemas, interpreta, sistematiza, todo en referencia
al derecho positivo, su finalidad es proporcionar seguridad jurídica de otro modo inexistente.
El caso en concreto requiere siempre de una adecuada diferenciación la dogmática aporta los
instrumentos esenciales y accesorios para la aplicación proporcional y justa del Derecho penal:
entramados jurídicos distintos a situaciones delictivas diversas. Lo que se pretende es evitar
una práctica contradictoria, que trata desigualmente supuestos de hecho jurídicamente
iguales. En tal sentido, las categorías de tipicidad, antijuricidad y culpabilidad resultan por
antonomasia expresión genuina de una elaboración categorial, de una cadena argumental que
por su contenido alcanza la seguridad jurídica pues comparten un modo de pensar racional.

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