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(1926)
Todo el presente de uno rodando por las calles del mundo con sus
choques del alma y su asistencia a tiempo.
Embriaguez. Taquicardia.
En las mañanas resulta que nos han cepillado los ojos y amarrado
las pestañas. Y no podemos salir de nuestro sueño como si hubiéramos
entrado a dormir en casa ajena.
* * *
[H9]
Estamos en dos naturalezas a un paisaje sin ruedas, baldado, casi
enajenado, ausente, sin grandes pruebas de verdor.
* * *
Estamos angustiados sin noche suave para nuestra vida. ¡Si recor-
dase todo lloraría hasta por la carne!
120
A veces todo se ha vuelto ruedas. El blanco es el color de telaraña en
que se ha caído, durmiendo. Quizás cuando movemos los ojos nos late el
vientre como a animal o hacemos muecas grotescas. Todo esto puede
suceder sin que lo sepamos.
Han tocado una puerta, pero tan despacio, que el aire parece haber-
se vuelto un hombre tímido. Y tampoco se puede abrir por el temor de no
encontrarme con nadie. Porque a veces han tocado en otra parte y no han
abierto.
* * *
Recuerdo las noches sin luna y sin sueño. Noches al fondo mismo
de nuestra impotencia. Iba caminando. Las narices frías. Y tomándome
el pulso por miedo a la taquicardia. Se ha sufrido bastante. Lo he sentido
honradamente en el correr angustioso, a surcos, de la sangre.
121
¡Los esqueletos! Y con las sábanas me he cubierto los ojos para que
no penetren en ellos.
* * *
* * *
Las manos se me han dormido y las creo ajenas. Estas manos no son
de aquí. Entonces veo mi fuga. ¡Me voy! Pero cada vez más la angustia
me golpea los ojos que van fuera y lejos de mí, despavoridos.
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Otro día cruzaba por los vidrios de los ventanales y sin hacer rui-
do. Veo mi propia fuga. Se es el mismo gozando, sufriendo, caminando,
durmiendo.
* * *
Muy pocos saben lo que sucede en las noches. Los que duermen,
naturalmente, no tienen sino buenas digestiones. Pero los que no dormi-
mos y traspasamos las noches con nuestras miradas, sabemos a qué
exacta y huérfana palidez nos vamos. Conocemos el destino vacío de la
noche y el económico del día.
* * *
Huía de los ruidos y de las paradas del ejército. Esto último daba
náuseas como un criadero de piojos con las cabezas blancas.
Había que salir por las calles con la angustia del cuarto encima,
haciendo esfuerzos por no pensar. ¡Pero maldita la idea! si me tembla-
ban las manos y los pies me pesaban como enraizados a la tierra.
123
Me da por las m a n í a s . E s u n d í a que me levanto morado. Hablo m a l
del arte y de sus secuaces. M a t a r í a a cuanto imbécil que con u n poco de
inteligencia encontrara. Porque esto es lo peor: ¡ese poco de inteligencia
en los imbéciles!
* * *
Y para todo esto los viajes que no nos alejan nunca de la playa m á s
mísera. Porque, al contrario, pensamos m á s en nuestra pobreza. E n la
casa cuya chimenea no ha de echar humo.
* * *
124
Y después venimos a caer en la cuenta, que es lo peor. Pues el pensa-
miento nos da vueltas en un lugar en el que no estamos.
* * *
Esto nos va comiendo hasta los huesos. Sube un gran asco a nues-
tras narices.
* * *
125
GUÍA DE SUEÑO
(1925-1928)
ESTADO DE LIBERTAD
Línea por línea y sin gravedad, sin densidad, sin volumen, heme
puesto a mirar fuera de mí.
INSTINTO
[127]
CONCIENCIA
Hace infinito mes del calendario que ha estado por nacerme esta
conciencia. Y hoy que me sale a los ojos, suéltola a toda correr — sacando
tierra — en la senda de recién nacidos.
EXPERIENCIA
Por esto, por lo más y por lo menos, quiero tizarme de color a colori-
do desde la cabeza hasta los pies.
PUREZA
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RIGORDELSER
No quiero decir nada que esté fuera del ritmo que me calza. Y que
todo sea sencillo como mis pies al caminar o como cuando echado sobre
mi cama en expansión de brazos, ciñóla y doime a ella a toda gana, hasta
quedarme libre línea de serenidad.
DESESPERACIÓN
RETORNO A LO PERDIDO
a PABLO
Esta vez que vuelvo de viaje no hallo a mi madre muerta. Sólo la casa
vacía, hundida del lado de su ausencia. E n las paredes agrietadas de
desconsuelo, trepan la yedra y el tiempo.
Mas ella me falta como puede faltarme el corazón, la boca, las manos
o el despertar.
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CASA AUSENTE
Cuanto pasó aún transcurre por lo sutil del tiempo. Los recuerdos
de imágenes familiares afinan estremecimientos sombríos, patéticas ago-
nías, ahogados silencios nocturnos.
DEFENSADELAVIDA
LUCHA Y VIDA
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las ganas de querer. De hombre contra hombre. O bien de amor contra
amor.
PARÍS
a JEAN CASSOU
La vertu américaine
L'alcool de peau et le pain des yeux
La richesse du riche et le vice d'hiver
Le rire tiéde et l'algue d'urine.
RlBEMONT
131
CANTO DE MAR EN SOLEDAD
Hay días en los que uno no se levantaría. Días hechos con las pastas
de las biblias viejas que leyeron antiguos señores.
Este día movido de agua hacia costas de plata es el mismo día en que
yo nací. Lo reconozco en el desorden de tanto amor.
NATURALEZA
SANGREYTIERRA
132
Siéntome a tu costado y entre tus venas me pierdo, Así, caigo en la
sanguínea cuenta de que para entonces se habrá vuelto cuna tu sonrisa.
¿Qué pasa? Siento que sufren los dedos menores. El cardio. El círcu-
lo rojo en mi cuello y fuera de mi cuello. ¿Hasta qué número se va a
sufrir? ¿Hasta qué golpe de sangre y qué escalera de huesos habré de
bajar, subir, rodar?
Y por fin caer en mí, despedazado, del andamio que hice de este
sufrir cuanto es posible.
IMPRESIÓN
ADVERSIDAD
Estoy enfermo y sé por dónde corren los malos vientos, a dónde van
a perderse las miradas de los enfermos. Conozco la aproximación de los
árboles en el invierno. E l agua y el fuego luchan como animales en las
entrañas de la tierra.
133
En mi oído percibo el sumergirse de náufragos que se vuelven plan-
tas en el mar o los que sueñan con ir al Polo y establecer un hotel como un
buen negocio.
Tal vez en el hospital nadie oiga nada. Pero va a morir el hombre que
está junto a mí. ¡Horror! Por la manera de mirar la luz sé cómo terrible-
mente va a morir, ahogado y con los ojos salidos como algodones.
PERSECUCIÓN
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también la mía. La de mis brazos. La libertad en fuga de mis deseos por
los tejidos finos a través de las noches lentas.
INTIMIDAD
Estás en mí tan lenta que pareces agua continua. Te veo caer en mis
últimos sueños, en blancos espacios de soledad. A la distancia mínima
del deseo y de la belleza.
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SÍNTESIS DE VIDA Y DE POEMA
DESIGNIO
PAÍS SURREALISTA
1,° Hay otro lejano, verde, cielo país sin nombre, pero en el que pien-
so siempre, en el día, en la media noche; cuando duermo y no duermo, y
yaces en ese país que tiene el color de tus manos salidas del sueño.
PAISAJE EN EL SUEÑO
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INVITACIÓN A LA VIDA
ELOGIO DE LA LOCURA
NOCHE
ORIGEN
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VOCACIÓN DE SOLEDAD
Un gallo canta por la niña muerta. El día amanece por la niña muer-
ta. El sol muere por la niña muerta.
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SENTIDO NUEVO DE LA CIUDAD
LA CIUDAD ERÓTICA
Aquí, por donde paso, han gozado. En esta cama en donde duermo,
han gozado. A l lado de este cielo, frente a los ojos de mi novia, han
gozado. El mundo lo han gozado. Salido de mi pureza, siento que mis
formas han gozado.
HOGARENLA REVOLUCIÓN
— Ha vuelto a nacer rojo para los hombres el nuevo hogar del mundo.
VAGABUNDA
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DIFÍCIL T R A B A J O
(1929)
CREACIÓN
FANTASMAS
Las escalinatas, en las noches, daban al vacío, de suerte que sólo los
fantasmas bajaban por ellas sin hacerse daño. Las escalinatas se per-
dían musgosas y húmedas en un secreto de naturaleza. No caían a nin-
guna parte que no fuera a lo desconocido, en certero golpe, en materia
sufrida y por sufrir.
[141]
Y no comprendimos jamás el significado de un herraje y una palo-
ma sobre el corazón de un hombre muerto.
FUEGO OCULTO
RIESGO
142
entre el silencio y la dureza de los guijarros, pensé en las formas del
mundo bestia y árido de ternura. La piedra dábame tal susto en su natu-
ral soledad, que no podía articular mis rodillas. Mi pensamiento era
nulo. No pasaba a las rótulas. Por no querer desfallecer no me di lástima
en soledad tan propicia. En el momento de la ira sentí despeñarme. Pero
un cardo que salió de su borrosa y oculta grieta —como de ausencia de
mujer — sin más lamento que su propio tinte, me hizo caer en un mundo
cerrado y penitenciario en que, por igual, hombres, piedras y vegetales
habernos de sufrir.
143
L a s mismas flores envenenadas por ocultos suicidas de primavera,
por el olvido de la respiración de p e q u e ñ a s plantas extrañas y apagadas.
Los frascos de las boticas donde se hacen las grandes tranquilidades.
TRÓPICO
para CARLOS
Los ratones dialogan a los pies de las mujeres con malaria, ocultas
en el trayecto de la fiebre del bosque, en la extensión perdida de las
manos, en los remansos. Los ratones viven d o m é s t i c a m e n t e con los ojos
en blanco aletargados por u n s u e ñ o faquírico donde crecen flores y ani-
males, avispas, ojos y ñ o r e s . L o s hombres venidos de A s i a claman en
medio cuerpo la temperatura del p l á t a n o , único color del trópico. En
p ó s t u r a s horribles, en las formas del s u e ñ o y de las cejas del silencio. E n
la forma del p á r p a d o o del grito o de la piel o de la madera o del animal
dormido. E n la forma del diente o de la piel reseca del vegetal o en la
forma de la cabeza que cae por lo alto de la muerte dejando en el espacio
una hebra de l á g r i m a s sin ojos.
144
a las mujeres con malaria. Las u ñ a s de los ratones fornican y fornican los
ratones. Nacen lindos ejemplares japoneses que no son precisamente
flores sino ratones. Que no son l ó g i c a m e n t e ratones sino u ñ a s con mala-
ria y horribles ojos, y lo que es peor t o d a v í a , con patitas blancas, lívidas,
p e q u e ñ i t a s , afiebradas.
RECUERDO DE ANIMALES
a E . A. VON WESTPHALEN
a J . M . EGUREN
145
cuerpo; en los cabellos que caen solos de la muerte; en los cabellos que
viven d e s p u é s de la muerte. M i ojo g o z ó la línea que y a no es la flor sino
el perfume, que no es el perfume sino la flor no nacida.
a MARCEL BRION
146
estatuas carcomidas, sin senos, sin amantes! Yo me siento todavía co-
barde cuando recuerdo que las he abandonado en los días oscuros de lo
gótico.
Las pequeñas florecitas negras que nacen entre los dedos de las
estatuas. La luz, también en forma de florecitas.
El mundo terrible de las estatuas rotas, muertas, sin nariz. Las esta-
tuas feas, cuyos brazos están dispuestos bajo la tierra.
GEOMETRÍA
Una línea, casi tus brazos, el alba, tú al nacer, es la vida —; una línea
más pura que el agua, más suave que la muerte de los peces—; una línea
es el secreto del mar y de tu sexo —; una línea el narciso de la geometría —;
qué sencilla es la vida: una línea; qué suave la muerte; nada, principio de
línea, niebla, música, seno y goce: vientre donde se insinúa la línea.
ÁNGULO DE LUZ
147
He bajado a la línea del color, de la carne en 39°. Eso, sí, los párpa-
dos qué pesados corchos rosas; he sido constante con un pequeño ani-
mal muy parecido a la uña, una uña grande y además con baba. El vidrio
era también un pequeño animal. Solamente había una diferencia en el
cuello, en la manera correcta de ponerse la corbata.
MATERIAS
CALLES ANTIGUAS
a EDUARDO
Voy por las calles de piedra, las antiguas calles de piedra, por las
casas de piedra y los hombres de piedra, a la soledad entre el barro y la
lluvia de piedra. Estoy más solo que nunca entre la historia y los muros
de piedra. Penetro a una iglesia gótica do piedra. Y los fieles negros de
piedra. Y la seguridad de estar completamente perdido en este mundo de
piedra. Anduve solo por las calles, errando entre los seres de piedra, los
terribles seres de piedra y de plegaria. Fui olvidado de los designios de la
luz en esta ciudad sin cielo. En esta ciudad del humo y de la piedra.
148
HISTORIADEL GERANIO
MUERTE
Vino la muerte por entre la corriente del vidrio y del mineral—; aso-
m ó el ojo y la cabeza, el blanco y la nada. E l aire s i n n i n g ú n ejemplo de la
muerte, pinceló con ternura casi de flores la m á s c a r a donde m o r í a el
propio ruido, el gas, las cartas y la voz. ( E n los ojos del muerto: la madre,
la casa, el j a r d í n y las p e q u e ñ a s necesidades.)
L a verdad está en los ojos del que quiere revelarlo todo —; oscurezco
de terror —; veo los p á r p a d o s vendados de u n m í n i m o cielo —; compren-
do el vagar de u n ojo sólo, de un dedo o de u n a tibia. Y comprendo todo
esto como la muerte dibujada cuando niño. Q u i é n sabe adonde lleven los
p á r p a d o s cerrados, llenos de humo negro — ; los p á r p a d o s cerrados de
los vendedores de cuero y de a l g o d ó n — ; los p á r p a d o s cerrados de la
m á q u i n a — ; los horribles p á r p a d o s cerrados del que no puede abrirlos
por el azul violento que el cielo dispara a los c a d á v e r e s .
149
PERDIDO
EXALTACIÓN
150
El paraíso negro lleno de animales divinos, del bisonte amante de la
virgen y de las estatuas bizantinas.
Relataba el pez a los animales que vuelan. Creía que los geranios
eran ojos de animales encendidos. Un pez con ojos de estampa, de esas
estampas en que los chinos tienen ochenta años de seda.
El aire salía por los vidrios con tiernos colores. Una enferma de
asma convalecía lo más bien en la avenida de los crisantemos a la vista
de aquariums que parecían dibujos de ángeles. Una tosecita era en la
mañana como el abrirse de una flor.
151
AMBIENTE
V
Bastante feroz estoy ante el ambiente del perfume. Hay una flor muerta
debajo de mi sueño.
2 o
DIAGNÓSTICO DELALUZ
ELEGÍA
152
Sus cabellos, sus manos y sus senos desvelados abdican lo absolu-
to. Todo esto vive menos ella que no existe sino en la frágil pronuncia-
ción de los tallos o de algún viento dorado, mago de geometría. Todo lo
demás es sueño. Menos ella que es mar y es olvido, yedra y espectro de
idioma pronunciado en el albor de sus dientes y de su emocionado estar
en la vida y en la flor, en el mar y en la muerte.
153
CRISIS
(1928-1929)
ALUCrNACIÓN
[15S]
ÁNIMA PERDIDA
al D r . OLIBER PASCUAL
Hondos barrancos,
huellas de aves
y huesos humanos que endurecen
el acantilado de muerte.
Penden neblinas
del ¡ay! más ténebre y oculto.
Esqueletos cavan
su propia soledad
en piedra olvidada
para los ojos y la luz.
156
Las olas ayudan
el oscilar angustioso de las sombras.
Si se la mirara,
las cabelleras caerían largas
sobre la ausencia y el desfallecimiento.
El cielo apenas
madura enternecido
en lágrimas vivas
A tientas,
el bulto de la tarde
tropieza
en la grande soledad
con el esqueleto del hombre.
El resignado cuerpo
ofrece a la luz muriente
el cadáver del cielo.
F i n del alma.
VOZ OCULTA
Oculto en la primavera.
Buscadle.
Con el aire daréis en su lenta respiración.
Os enseñe el galgo
la ruta de los setos
y de las lomas,
que en césped albea el corazón
y los ojos del animal
ven siderales flores,
los diminutos nacimientos,
las estrellas,
y todo lo que en la vida nos es dado.
ITINERARIO DE LA LOCURA
158
Su grito hace rodar el cielo,
cerrar los p á r p a d o s de la noche,
al recién nacido de la noche.
DIAFANIDAD
E l bosque no será
ni el cielo de tu senda.
A p á g a t e silenciosa,
mas no te vayas de esta soledad,
mas no tires de m i alma
que a interiores se queja,
en despoblados silencios, desamada.
159
MANDATO
a CÉSAR VALLEJO
Y la dificultad para v i v i r
que es nuestra vida,
de la noche a la aurora
y del s u e ñ o a la muerte.
160
llegaré al cielo del m á s fino goce —;
adelgazo la idea de viajar por sus caderas
en la latitud de los cuerpos perdidos
que amenazan sangrientos la última epopeya.
ÚLTIMA CRISIS
a NORMAN MACLEOD
E l cuerpo y la mente en d e s v a r í o
entregados al e n g a ñ o de l a relación
y del pensar cobardes.
161
Esta noche estoy asido
a mi propio terror.
En mi recóndito naufragio
se oscurece el cielo del mundo,
se apagan sus ojos encendidos
y quiébrase el vivir.
162
DESCUBRIMIENTO DEL ALBA
XAVIER ABRIL
DESCUBRIMIENTO
DEL A L B A
EDICIONES FRONT
COLECCION POESIA
1937
^ Qdvfc ^
(luí <uXfi V-
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^ aitrcc. ^ ^ i u W ^ i ^ o
A - 4 J
1
G. co ¿
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ESTÉTICA
[167]
Así la Poesía nos desnuda a los hombres
sin que haya tiempo para sentir la muerte.
Nuestras vidas son un agudo o leve temblor
que apenas se diferencia de los minutos de la flor eterna.
PAISAJE DE MUJER
168
¡Qué difícil es distinguir entre la noche
y una mujer ahogada hace tiempo en un estanque!
169
tu s u e ñ o al m í o no hay sino olvido)
SILENCIO DE JAZMÍN
171
Tu cuerpo está cruzado por las tempestades
desde que el mundo existe y el hombre es responsable
de cuanto habita y crece de floral en la vida.
Se confunden en su ser
las materias dichosas del mundo.
172
ELEGÍA FINAL DELOS RECUERDOS
BAJO CIELOS OSCUROS Y TORMENTAS
NOCTURNO
(Sin sombras,
amor sin eco
y silencio).
173
Fue un suave rumor,
una mirada,
¡y me sangró la vida en lo interior!
174
Considerad d e t r á s del tiempo de m ú s i c a s y lluvias,
su definitiva posición, su color personal,
su nombre y a perdido y las palabras de su boca.
Como si lo supieran, los p á j a r o s dialogan a duro pico
con arbustos y p e ñ a s de la quietud natural.
175
Es el padre, son los hijos
quienes tumban los árboles del tiempo
y que en parcelas de quietud
reposarán exentos de tributo,
ausentes del ozono y de la magia de los espantapájaros
que desvalija el vendaval.
ASESINADO EN EL ALBA
176
es la guitarra muerta en las venas o en los ojos del vino,
la voz seca y gastada, terrosa de la copla que amanece
dolida en las grietas lamentables del hombre,
el desgarro a filo de una reja.
(Una palabra ahogada bordonea en un corazón sin respuesta).
(Plenamente en el éxtasis
de la sangre violenta,
rodo en sus venas despiertas
o flor desvanecida en los senos).
Ill
Si te confunde el cielo, si te descubre la luz en las espigas,
dime, ¿qué haremos con la cabra salvaje que rasga el amanecer?
178
La tranquilidad es una rama de olivo
que los pájaros llevan en el pico.
PATÉTICA
180
LA ARREPENTIDA DEL AIRE
Es el alba,
la luz nacida en los ojos del caballo.
El río,
corriente perdida de sus manos.
En pendientes precipitadas,
en la luz alta y perfecta,
parece fuga de los aires, intocada.
RETORNO A LO PERDIDO
En la su villa de Ocaña
vino la muerte a llamar.
MANRIQUE
a PABLO
Esta vez que vuelvo de viaje no hallo a mi madre muerta. Sólo la casa
vacía, hundida del lado de su ausencia. En las paredes agrietadas de
desconsuelo, trepan la yedra y el tiempo.
Mas ella me falta como puede faltarme el corazón, la boca, las manos
o el despertar.
181
VOZ OCULTA
Oculto en la primavera.
Buscadle.
Con el aire daréis en su lenta respiración.
Os enseñe el galgo
la ruta de los setos
y de las lomas,
que en césped albea el corazón
y los ojos del animal
ven siderales flores,
los diminutos nacimientos,
las estrellas,
y todo lo que en la vida nos es dado.
182
Os recuerdo entre s u e ñ o s , Dulcineas,
guitarras situadas en la sangre,
a l desamparo del aire.
A una sola línea del s u e ñ o , del color que es su vida. E l mundo de mis
manos se vuelve sutil en s u cuello. Luego, se pierde el mundo. Esto y a es
el gozo, la media luna, el canto de primavera. De sus axilas veo emerger
la estación, el verano.
183
LA ROSA ESCRITA Y OTROS POEMAS
(VERSO Y PROSA)
(1987)
XAVIER ABRIL
LA ROSA ESCRITA
EDICIONES FRONT
COLECCION POESIA
Vol. V I I I
HISPANOAMERICA
DIALÉCTICA DE LA ROSA
LAROSA ETERNA
En la mañana nacía
Vestida de su alborada.
En la tarde fenecía
Cual la rosa de la nada.
[189]
Estaba abierta de día,
De noche estaba cerrada.
Cantaba como gemía,
Sentía cuanto lloraba,
LA ROSA DE SUNOMBRE
LA ROSA 13
190
La espina del que sufriere
Punza el alma que solloza,
Hiere aire con que nos hiere.
Señera de su deshora,
Arcana Luna brumosa,
AI tallo del aire aflora
Vago sexo de la rosa.
LAROSAHUMANA
191
Rosa quieta, vista,
Angustia el ojo,
¡Ay, quema la sangre!
192
Rosa a la Luna, erguida,
Fuga de música,
¡Ay, eco la sangre!
INTERMEDIO DE LA ROSA
Esta Primavera habría que dedicarla a un poema sobre la Rosa que hu-
biera escrito, sin duda, en el caso de haber sido persa. La poesía de la
abstracción atrae más que el objeto fijo y realista. La flor es un pretexto,
en este caso, para embellecer el mundo. Hay que bregar, pues, en la tenaz
locura de dar con la forma de un poema que sea más delicado que el ser
que piensa y que el perfume que aspira. Insistir siempre en la rosa que
recuerde su nombre. ¿Nacerá esta flor que devora la mente? Que ocupe
193
un lugar en el espacio, de una piedra derruida por el tiempo, de un grito
incendiado en el pecho, de un rayo detenido en la frente. En fin, se ha de
confundir con la vida y la muerte. Que sea una rosa sin límites: la rosa
cósmica.
LA ROSA IMPOSIBLE
ETERNIDAD DE LA ROSA
194
Figuras de gobelinos
Beben nostalgias en vano;
El recuerdo de los vinos
Trasunta lagar humano.
LA ROSA ABSTRACTA
195
LA ROSA DE LA SANGRE
(Sonetillo flamenco)
A Rafael Alberti,
viejo amigo y admirado poeta.
Desgarra su sentimiento
—Sombra de saeta herida —
Por el ruedo del tormento
AI toro de la cogida.
LAROSAPÓSTUMA
Me veo, distraído.
Hablar con la neblina,
Transitar en la noche,
Agostadamente por las venas,
Si cabe, del sollozo,
A l lado del destino.
196
El transparente hueso
Gime endecasílabo.
Es la rosa disipada
En la noche de la orgía;
Senos de la encantada
Forma que se consumía.
(Madrid, 1927)
LAROSAQUEFUE
197
OTROS POEMAS
PATÉTICA OLVIDO
(Poema dramático)
-H-
-m-
[1991
-IV-
-V-
200
-n-
A nadie se parece ni es parecida a nadie.
Está envuelta en las nebulosas de la huida
Deshaciendo las rosas eternas del tiempo.
-n-
AIlí la tenéis: en la rosa abierta,
En la luz del cielo permanente;
Es el Alba que nace en el esparto,
El silencio de una flor jamás vista
Ni reconocida en la sombra de la Luna.
-m-
201
CUARTO CUERPO DEL POEMA
- I -
-n-
-BJ-
202
-IV-
-V-
EPÍLOGO
- I -
-n-
PRIMER POEMA
al arpa, al rincón,
la lágrima y los mur-
ciélagos de la propia
noche del arpa.
203
Porque el arpa es la atmósfera de la música íntima, del rincón amado, de
la lágrima lenta. E n la amena floresta del entresueño, los párpados se
ocultan y los labios ahóganse en tenaz mutismo. La indiferencia le musita
al Olvido una secreta palabra de tristeza. A l lado del arpa sólo sobrevive
con decoro el silencio. Viste el traje negro de la melancolía o la mortaja
obscura de un recuerdo: sombra de camafeos, indescifrable fisonomía de
ternura remota.
SEGUNDOPOEMA
Las casas mueren inevitablemente. Las que son no fueron Jas mismas en
otro tiempo. ¿Quién advierte el penoso fallecimiento de las casas, de los
hogares? ¿Alguien acierta a percibir cómo mueren, en dónde se inicia la
caída, en qué momento? Hay quienes sospechan que algo se pierde o que
cambia, incluso que desaparece para siempre. E l caso es que una casa
principia a morirse de la misma manera que sus inquilinos. Hubo épo-
cas en que una casa principiaba a decaer, a morirse, por el salón; otras en
las cuales la decadencia se originaba en el comedor y, por último, cabe
recordar, sin intención alguna, que la ruina se señalaba en la alcoba. En
este punto, no mueren los enseres sino las personas: el amor, los pensa-
mientos, los sueños, el quehacer íntimo. Algunas veces, muy pocas, la
1
Se mantiene la concordancia que figura en el original. En el poema, 'arpa' se usa también
como sustantivo masculino. (N. del E . )
204
muerte se iniciaba en la Biblioteca, la cual constituía una especie de
funeral de la frustrada dicha doméstica, en la que sobra la fantasía y
huelga la imaginación. De la cocina no hablemos: muere sólo con la
miseria.
205
E l piano muere a pesar del jardín próximo, del gato hechicero e incluso,
no obstante, de la lluvia nocturna que cala al piano hasta las cuerdas del
sonido. E l piano muere con la dignidad de un antiguo señor de levita y
chistera. Pero, sobre todo, muere el piano, indefectiblemente, cuando lo
toca en una hora increíble una niña difunta. Nadie descubre con qué
decoro de laurel extinguido se evade el piano por entre la sombra de su
propia tortura. El piano entonces acredita el recuerdo de un polaco ge-
nial y maniático que se moría de eso: de Luna abstracta y de piano con-
creto y contumaz. ¿Morirse? Nadie se ha muerto, como Chopin, de piano.
El propio piano sabe de esto. Id a buscar entre la herrumbre de un jardín
abandonado el piano muerto, el acorde insistente, la estatua del amor,
desnarizada, absorta, ciega, pero que sigue oyendo la melodía extingui-
da del piano desaparecido.
Los fantasmas no toleran sino las cosas serias. Hace falta adultez en el
trato para ganar su confianza. Los fantasmas no disfrutan del aprecio
social, cortesano. Ellos, por eso, sólo viven en los sueños de los durmien-
tes. Ocupan las alcobas. Nadie se entera, desde luego, cuando un niño
asustado dice papá y algo clandestino se oculta en el fondo del ropero o
en la intimidad de la sangre.
206
E l fantasma está perdido en el mundo: no ha logrado entrar en la edad
adulta de los mortales. M á s bien, s i queréis, se ha salvado, y a que perte-
nece ligado a la infancia, feéricamente, como u n fuego fatuo disfrazado
de m u r c i é l a g o . Los fantasmas no envejecen n i se jubilan. No pertenecen
a ninguna burocracia sino al reinado de la tiniebla.
(Buenos Aires, 8 / 1 2 / 1 9 5 1 )
Este verso
línea del horizonte
ojo profundo
luz aire semilla
U n hondo vacío
el hombre
sumergido
en sí
mismo
Es el pasado
actual
Dijo HOMERO
Su HEXÁMETRO FLORIDO
Cantó el rayo
atravesando el
ESPACIO y el T I E M P O
que aún no son palabras ecos
el MAÑANA de SIEMPRE
(1958)
207
BIOMBO ORIENTAL
la pintura el bulbul
en
persa
De hoja en
hoja
ta nota
desciende
al color
de la música
pura
La escala baja
a la fontana
en el
TIEMPO se diluye en gota
de
agua.
(1973)
208
SONETOS
- I -
LA MIRADA EN LA SANGRE
- U -
PLENITUD DE AMOR
[209]
Aliento en el escorzo, flor, venero,
Tallo de ardor, fluir desesperado,
Que traspasa el cristal de lo sincero
Cayendo en el placer avergonzado.
-Ill-
CONFIDENCIAL
(1939)
-IV-
AUTORRETRATO
210
Es el dicterio a veces medicina
Que cura vanidades sin mollera.
(1940)
- V -
SEPULCRO DEL TIEMPO
211
COLOFÓN 4
Antes del pie de imprenta hay una página que lleva el título de colofón. Al final de esta
figura la numeración del ejemplar: «095». L a incluimos por [a información que brinda.
(N. del E . )
212
LA ROSA ESCRITA
(1996)
XAVIER ABRIL
LA ROSA ESCRITA
Muchos poetas provenzales hay que hasta cultivan la oscuridad para con los literatos
mismos y se encierran en ese trobar clus o poetizar arcano que constituye la deses-
peración de los filólogos e intérpretes modernos.
Lo que más hizo pensar que la poesía tradicional era producto misterioso de edades
primitivas, es el hecho de que se va extinguiendo en un país conforme en él va avan-
zando la cultura moderna. Pero también la cultura moderna está en peligro de extin-
guir toda poesía, según profetizan algunos, y, sin embargo, no debemos participar de
tales temores. Claro es que la excesiva exaltación moderna de la individualidad del
artista compromete mucho, no sólo la universalidad de la obra de arte, sino su más
elemental eficacia; la poesía, cada vez más, renuncia a ser expresión de sentimientos
dilatadamente humanos, para encerrarse en cavilaciones reservadas a un cenáculo
de iniciados; las escuelas luchan por crear nuevos tipos de poesía singulares en su
totalidad, apartadizos, aislados, atormentándose tras algún preciosismo que, como
lenguaje cifrado, no quiere ser comprensible para todos, y, más aún, se avergonzaría
de llegar a ser demasiado comprendido de cualquiera. Pero es indudable que, por
último, se afirmará en definitiva el artista que arrogante y sencillamente afronte el
peligro de ser entendido de todos, el que, como los más grandes poetas de todos los
siglos, tenga algo que decir, lo mismo a la muchedumbre que al hombre selecto y
podemos esperar que, aún más allá, una educación más elevada, efectiva e integral
del hombre, podrá traer que la poesía vuelva a ser sentida en común, expresando y
uniendo emociones colectivas, como en los mejores días de otras épocas de gran flore-
cimiento que hoy miramos con admirativa envidia y siendo entonces el arte lo más y
el artista lo menos, podrá renacer cualquier forma de poesía anónima y tradicional,
pues la vida de ésta no depende de la cronología de la cultura, sino de la orientación
del hombre.
[217]
1
DIALÉCTICA DE LA ROSA
2
NACIMIENTO Y ELEGÍA DELAROSA
Señera de su deshora,
arcana luna brumosa,
al tallo del aire aflora
vago sexo de la rosa.
[219]
3
LAROSA VACÍA
4
LAROSADELDÍA
Ausente de primavera,
que la memoria venera
vagando por su destino.
220
5
VARIACIONES SOBRE EL MISMO TEMA DE LA ROSA
En la rosaleda trina
la color pausada y leve;
rosa que nos ilumina
con su mirada tan breve.
En el ocaso la rosa
sueña soñando su herida;
desmayada, dolorosa,
fugaz, lejana, dolida.
Es la rosa de la herida
quebranto del ser querido
que nos olvidará la vida
en jardines del olvido.
6
LA ROSA MÚLTIPLE
221
7
LA ROSA ETERNA
En la mañana nacía
vestida de su alborada;
en la tarde fenecía
cual la rosa de la nada.
8
LA ROSA DE SUNOMBRE
9
LA ROSA DELA SANGRE
222
Desgarra su sentimiento
en sombra de saeta herida,
por el ruedo del tormento
al toro de la cogida.
10
ETERNIDAD DE LA ROSA
11
LA ROSA 13
223
En la suerte del que quiere
su destino de querido,
en el perfume que fuere
amo la rosa que olvido.
12
ELEGÍA A UNA ROSA
13
LA ROSA
224
14
LUNA YROSA EN EL MISTERIO
Figuras de gobelinos
beben nostalgias en vano;
el recuerdo de los vinos
trasunta lagar humano.
15
LAROSAHUMANA
225
Rosa quieta, vista,
angustia el ojo,
ay, quema la sangre.
226
Rosa a la luna, erguida,
fuga de música,
ay, sigue la sangre.
16
COPLA
227
17
COPLA
18
COLOFÓN
Ya retorno de la rosa
sin brisa ni amanecer.
El ensueño: toda rosa;
la pena: toda mujer.
228
LAS ESTATUAS DE LA SANGRE
I
SONETO A EDITH
n
LA MIRADA EN LA SANGRE
[229]
Se ve el mundo, la cosa, lo acabado,
en pausa de placer y de sentido;
llega un día de ritmo terminado
y comienza de nuevo lo sufrido.
III
PLENITUD DE AMOR
230