Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
LAURA NAVARRO
-Servicio de Dermatología. C.V. Augusta - Prof. Asociada. H.V. Universidad de Zaragoza. (HVZ)
- Cuadro agudo versus crónico (diagrama 1): entendiendo la cronicidad como el cuadro
clínico que se extiende más de dos semanas, aproximadamente. Cuando estamos frente a
un caso gastrointestinal crónico, se deben tener presentes las causas
extra-gastrointestinales, aunque éstas son las menos frecuentes (alrededor del 10%), pero
debido a su importancia, deben descartarse o confirmarse desde el principio del abordaje
diagnóstico. Las principales causas extra-gastrointestinales crónicas son: insuficiencia
● El pelo
● El film hidrolipídico
● El estrato córneo
● La microbiota (microorganismos que viven sobre el estrato córneo)
● Las células del sistema inmune innato que se encuentran en la piel: células de
Langerhans, linfocitos, …
El estrato córneo es un elemento esencial en la función de barrera cutánea. Sus
componentes y estructura se han representado clásicamente como un modelo llamado
“ladrillo-cemento”. Los “ladrillos” son los queratinocitos que en este estrato han perdido el
núcleo y contienen en su citoplasma un gran número de filamentos de queratina que les
aportan dureza (corneocitos). Estos se rodean de una envoltura celular cornificada,
formada por unas proteínas ricas en prolina unidas a lípidos especializados. Rellenando los
huecos que quedan entre los corneocitos se encuentra el llamado “cemento”, que es una
bicapa lipídica con estructura lamelar impermeable, compuesta por ceramidas (50%),
colesterol (25%) y ácidos grasos libres (10-20%) cuya principal función es prevenir la pérdida
RESUMEN PONENCIA WEBINAR AVEPA-FIAVAC-HILL’S 28 ABRIL 2020
LAURA NAVARRO
-Servicio de Dermatología. C.V. Augusta - Prof. Asociada. H.V. Universidad de Zaragoza. (HVZ)
de agua. El film hidrolipídico cubre el estrato córneo y está formado por una mezcla de las
secreciones glandulares y de lípidos lamelares. Contribuye a reforzar la impermeabilidad de
la barrera cutánea e interviene en la regulación del pH cutáneo que en el perro es
ligeramente alcalino (5,2-7,2). Esto hace que tenga también una función antimicrobiana,
controlando junto con otras sustancias como los péptidos antimicrobianos, la
multiplicación excesiva de la microbiota cutánea.
Como se puede ver, la barrera cutánea está formada por un gran número de elementos
que están íntimamente relacionados entre sí. Cualquier alteración en alguno de estos
elementos va a producir una serie de cambios en cadena, que de una forma u otra,
acabarán alterando su integridad e impidiendo que ésta pueda cumplir correctamente sus
funciones. Los principales síntomas o signos clínicos que podemos observar como
consecuencia de esta alteración son: prurito, sobrecrecimientos o infecciones, mal olor,
descamación o seborrea, sequedad (“xerosis”) e hiperqueratosis.
- Disminución en la cantidad de los lípidos lamelares entre los corneocitos, que además
pierden su estructura laminar
LAURA NAVARRO
-Servicio de Dermatología. C.V. Augusta - Prof. Asociada. H.V. Universidad de Zaragoza. (HVZ)
- Alteración en la expresión de proteínas estructurales como la filagrina, loricrina e
involucrina.
Estas conducen a una excesiva pérdida de agua transepidérmica a través de la piel, lo que
se traduce clínicamente en una piel excesivamente seca (“xerosis”). Además, la pérdida de
la integridad física de la barrera cutánea conduce a que haya una mayor predisposición a la
aparición de infecciones y a que se favorezca la sensibilización alergénica en los perros con
DAC. Aunque todavía no hay suficiente evidencia científica que lo demuestre, es muy
probable que en el perro también exista un defecto primario en la barrera cutánea ya que
estos cambios estructurales también se observan en la piel sin lesiones de los animales
atópicos (inflamación subclínica-no visible). Por ello, es posible que los tratamientos que
ayuden a reparar y/o mantener la integridad de la barrera cutánea en los perros con DAC
reduzcan la aparición de los signos clínicos o la severidad de los mismos. Algunas de las
terapias que se han evaluado y se emplean como parte del tratamiento de los perros con
DAC son la aplicación tópica de sustancias como los ácidos grasos, la fitoesfingosina y los
precursores de la filagrina, y la administración de dietas ricas en ácidos grasos esenciales.
2. Infecciones/sobrecrecimientos
El estrato córneo, al ser la capa más externa de la piel, está siempre expuesto a la
interacción con microorganismos ambientales y comensales. En la piel habita una
microflora comensal que forma parte de la barrera cutánea, compuesta
fundamentalmente por bacterias G (+), G(-) (microbiota) y diversos hongos como las
Malassezias spp. (micobiota). Esta microflora se multiplica y sobrevive ocupando unos
nichos ecológicos, evitando que otros agentes patógenos invadan y proliferen sobre la piel.
Además, existen factores antimicrobianos que ayudan a controlar el exceso de
multiplicación de la misma. La diversidad bacteriana de la piel del perro y el gato está
influenciada por las distintas áreas corporales y el ambiente (humedad). Si la integridad de
la barrera cutánea se ve comprometida, generalmente por la presencia de una
enfermedad subyacente (por ej. una dermatitis atópica), la microflora comensal puede
convertirse en patógena oportunista invadiendo estratos más profundos y provocando una
infección.
Las enfermedades alérgicas son las dermatopatías que vemos con más frecuencia en la
clínica asociadas a sobreinfecciones o infecciones cutáneas, especialmente en el caso del
perro. El cuidado de la barrera cutánea en estos casos es muy importante, ya que algunos
componentes de las bacterias y levaduras pueden actuar como “superantígenos”,
provocando la sensibilización de las células del S.I. de la piel y promoviendo la producción y
acción de citoquinas pro-inflamatorias, lo que conduce a una mayor pérdida de integridad
de la barrera cutánea, lo que a su vez favorece un mayor contacto y sensibilización,
constituyendo un círculo vicioso que se retroalimenta. Recientemente se ha demostrado
que, al igual que en las personas atópicas, en los perros con dermatitis atópica, la
diversidad bacteriana está reducida tanto en la piel sana como con lesiones, observándose
en el caso del perro una mayor proporción de S. pseudointermedius y Corynebacteriaceae.
Además, cuando la barrera cutánea se vuelve a restaurar, la disbiosis desaparece y la
microbiota se reequilibra.
RESUMEN PONENCIA WEBINAR AVEPA-FIAVAC-HILL’S 28 ABRIL 2020
LAURA NAVARRO
-Servicio de Dermatología. C.V. Augusta - Prof. Asociada. H.V. Universidad de Zaragoza. (HVZ)
En el mercado disponemos de champús y espumas terapéuticas con sustancias
antimicrobianas asociadas a componentes integrantes del estrato córneo que pueden
ayudar a controlar la microbiota y micobiota además de contribuir a la reparación de la
barrera cutánea al mismo tiempo.
Hay que señalar que se está cuestionando el uso de antibióticos y antisépticos para el
control de las infecciones en los pacientes con DAC, en base a recientes estudios
realizados en niños con eczema atópico, cuyos resultados muestran que la adición de
antibióticos o antisépticos a la terapia antiinflamatoria no es mejor en la reducción de los
signos clínicos y de la carga bacteriana versus la terapia antiinflamatoria y emoliente. E
incluso podría ser contraproducente porque puede favorecer la aparición de resistencias
frente a los antibióticos. Una alternativa terapéutica que se está investigando en la
actualidad, orientada a la regulación de la microbiota en las personas y animales atópicos,
es la aplicación tópica de bacterias “buenas” no patógenas para el control de la disbiosis
cutánea.
3. Dermatosis seborréicas
En las dermatosis seborreicas se produce una anomalía en el proceso de la
corneogénesis que va a conducir a una anormal exfoliación de los corneocitos y por tanto a
una alteración en la barrera física que constituye la barrera cutánea. Además también se
produce una alteración en la composición de los lípidos que se encuentran en el estrato
córneo y en el film hidrolipídico lo que conduce a cambios en el pH cutáneo y a una mayor
predisposición a las infecciones.
Las causas de estas alteraciones pueden ser muy variadas. Algunas son primarias, como
ocurre en la ictiosis, una enfermedad con múltiples variantes, donde un defecto genético
altera la codificación de enzimas importantes en el desarrollo de la corneogénesis y que se
ha descrito en algunas razas como el Golden Retriever, Norfolk Terrier y Jack Russell Terrier.
Si bien, la mayoría de las dermatosis seborreicas se producen de forma secundaria, por
distintos mecanismos, y se pueden observar en diferentes procesos: inflamatorios (alergias,
parasitosis), endocrinopatías, sobrecrecimientos e infecciones, etc.
Clínicamente la presencia de una dermatosis seborreica se manifiesta con signos tan
variados como: exceso de descamación, formación de escamas anormalmente grandes
(corneocitos agregados), cilindros foliculares, mal olor, piel seca, piel grasa, eritrodermia,
hiperpigmentación y engrosamiento de la piel.
El control de la dermatopatía subyacente es esencial para el control de la dermatosis
seborréica y la restauración de la barrera cutánea. En estos cuadros la terapia tópica es
muy importante. Podemos utilizar sustancias que ayuden a reestructurar el estrato córneo
por su acción queratolítica y/o queratomoduladora, además de aplicar complejos lipídicos
ricos en ceramidas que reequilibren la composición lipídica del estrato córneo y el film
hidrolipídico. Esto va a producir un control visiblemente más rápido de los signos clínicos y
una mejora del aspecto de la piel y el manto cutáneo.
RESUMEN PONENCIA WEBINAR AVEPA-FIAVAC-HILL’S 28 ABRIL 2020
LAURA NAVARRO
-Servicio de Dermatología. C.V. Augusta - Prof. Asociada. H.V. Universidad de Zaragoza. (HVZ)
Como conclusión, podemos decir que son muchas las dermatosis cuyos síntomas
tienen una relación directa o indirecta con un problema de integridad de la barrera
cutánea. Por lo que es fundamental tener este hecho en cuenta dentro del abordaje
terapéutico de estos procesos. La administración de dietas ricas en ácidos grasos
esenciales y la aplicación de tratamientos tópicos que contienen componentes
estructurales que están deficitarios o alterados en la barrera cutánea, ayuda a su
restauración y a la reducción de los signos clínicos, mejorando el aspecto de la piel y el
manto de los pacientes, un efecto que los propietarios pueden valorar de forma objetiva y
aprecian positivamente.