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Contenido Aportes MC
Manuel Zapata Olivella, G.G.M. y Héctor Rojas Herazo ............ 3 Magazín del Caribe sobrevive
Ultima conversación con Manuel Zapata Olivella ..................... 6
gracias a la generosidad de los
Mi Manuel Zapata Olivella ....................................................... 11
Manuel Zapata Olivella en La Paz.......................................... 13 amigos. Esperamos sus aportes.
Elisa Barrera Marulanda ........................................................ 15 Comunicarse con el director:
Preguntas a la Parca ............................................................ 17
El Zodiaco Jugueton .............................................................. 18 tigremorales@gmail.com
Obras ................................................................................... 20 Cel: 312 416 1699
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Homenaje
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Homenaje
Zabala, el intelectual sucreño que ca, a pesar de que se supone que
mandaba la parada como editor de GGM leía la literatura colombiana y
esta publicación fundada por Domin- mundial. Y en el tomo 2 apenas si
go López Escauriaza, hermano del hay dos comentarios sobre él, pero
poeta Luis Carlos López, providencia sólo como folklorista (Pags. 599, de
gracias a la cual GGM alcanzó una mayo del 52 (Nuestra música en Bo-
notable figuración en el periodismo y gotá) y 622, de junio del mismo año,
enriqueció su haber como escritor al (La embajada folklórica), al respecto
codearse con el inmenso poeta, na- de la primera y segunda traídas de
rrador y pintor Héctor Rojas Herazo, Manuel y de su hermana Delia de
de quien GGM también, al menos, se aquel famoso grupo folklórico que
expresa en términos entrañables en entusiasmó la entonces muy
la obra que condensa sus recuerdos. flemática y somnolienta capital del
país.
Pero no es una calumnia la omisión
de GGM hacia MZO como escritor Este comportamiento de GGM frente
que ocupó en buena medida el espa- a sus paisanos escritores y poetas
cio literario nacional, en oficio de no- del Caribe colombiano, así le abone-
velista y cuentista en el interior del mos la reminiscecia ya anotada al
país, junto a José Francisco Socarrás respecto de MZO y HRH, fue mez-
(Viento de trópico, cuentos de 1961), quino algunas veces, como en el caso
pa la literatura, pero no la literatura y Héctor Rojas Herazo, antes que él, del primero, y en otras, en cuanto al
como fenómeno literario sino como y quien empezó a ocupar la escena segundo, fue de una notable estre-
elemento de denuncia, y eso es lo que literaria nacional cinco años antes que chez, en contraste con sus reconoci-
aparece en todas mis novelas”. (Re- el primer cuento de GGM (Ojos de mientos a los norteamericanos, eu-
clamo el subrayado). perro azul, del 52), y publicó su nota- ropeos y otros extranjeros, por ejem-
ble primera novela, Tierra mojada, 8 plo, como aportantes a su escritura
GGM conoció a MZO en Bogotá,
años antes que la 1ª de GGM (La literaria, lo cual oculta, calla y mini-
como se desprende de la reminiscen-
Hojarasca (1955) y 20 años antes que miza la gran influencia en su obra de
cia que, ubicada en Cartagena, hace
Cien años de soledad (1967), con uno de los gigantes de nuestra litera-
de éste, y que resulta en cierta forma
todo que Manuel Zapata continuó ofre- tura, nada menos que Héctor Rojas
displicente, desabrida y hasta
ciendo al país literario trabajos tras- Herazo, con quien GGM convivió oca-
censurante, cuando dice en Vivir para
cendentales: Pasión vagabunda sionalmente, en primera instancia, en
contarla: “Era Manuel Zapata Olivella
(1949), He visto la noche (1954), Chi- el llamado Grupo de Barranquilla y en
habitante empedernido de la calle de
na 6 a.m. (1954), Hotel de vagabun- forma más cercana y longeva en su
La Mala Crianza, donde viviera la fa-
dos (1954), La calle 10 (1960), Cuen- rutina de periodista en Cartagena en
milia de los abuelos de sus tatara-
tos de muerte y libertad (1961), De- El Universal y quien le iluminó, en for-
buelos africanos. Nos habíamos vis-
trás del rostro, (premio Esso 1961), ma inocultable, el universo de su fic-
to en Bogotá, en medio del fragor del
Chambacú, corral de negros (1963), ción con un libro capital, Respirando
9 de abril, y nuestro primer asombro
En Chimá nace un santo (1964) el verano (1962, 5 años antes de
en Cartagena fue reencontrarnos vi-
Changó el gran putas (su saga mag- Cien años de soledad).
vos. Manuel, además de médico de
na, 1983), El fusila-
caridad era novelista, activista políti-
miento del diablo
co y promotor de la música caribe,
(1986) y Levántate
pero su vocación más dominante era
mulato (1988), tradu-
tratar de resolverle los problemas a
cidas algunas a otras
todo el mundo”. (P. 379, Editorial Nor-
lenguas y merecedo-
ma, 3ª edición, 2002, Bogotá), acción
ras de reconocimien-
bondadosa de MZO que se hizo ma-
tos internacionales,
nifiesta en su gesto y en su insisten-
apreciación reforza-
te preocupación solidaria de conse-
da por el hecho de
guirle chanfaina como periodista al
que en los Textos
mismo GGM en El Universal de Car-
costeños no hay re-
tagena, actitud por lo menos bien re-
ferencia alguna a
conocida por éste en su libro
cualquier obra litera-
reminiscente, llevándolo a conocer a
ria de Manuel Zapa-
nadie menos que a Manuel Clemente
ta, de ninguna épo-
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Homenaje
ción de ciertos protagonis- actitud egoísta e insolidaria con res-
tas claves de Macondo, por pecto a Manuel Zapata Olivella, que
haber sugerido algunos tru- afectó e impactó sobremanera a quie-
cos estilísticos; y por ha- nes fuimos testigos de los avatares
ber dado el ejemplo de de los últimos días de la vida del es-
una interpretación mágica critor, víctima de la infame decisión
de la costa tropical de Co- de Andrés Pastrana de despojarlo de
lombia” (Ob cit, p.280), lo su cargo de cónsul en ——— para
cual sirve para precisar que nombrar un recomendado político de
el tal “realismo mágico” en su simpatías, castrándole la posibili-
la escritura no es ningún in- dad de lograr una pensión digna, infa-
vento de GGM, pues deben mia a la cual se sumó la posible falta
bucearse sus raíces en la sospechada de respaldo de GGM
materia lingüística coloquial, para que Carmen Balcells, su repre-
existencial, cotidiana, de los sentante literaria, conocida desde niña
Este hecho pasó de agache para los sectores populares, con la que intuitiva por la esposa de Manuel, la asimis-
críticos extranjerizantes y fue puesto y sabiamente HRH, MZO y otros es- mo catalana Rosa Bosch, lo repre-
felizmente en evidencia por el estu- critores del Caribe colombiano, ante- sentara e incluyera en la privilegiada
dioso norteamericano de nuestra lite- riores al nobel, incluyéndolo, con más cofradía del boom, en beneficio de la
ratura, Seymour Menton (Planetas y talento y visión universal este último, difusión y venta de sus reconocidos
satélites, Plaza y Janés, 1973), al claro está, ensamblaron sus libros, lo que era más que merecido,
cabo de señalar que mientras Vargas historias.(Las cursivonegrillas son y que resultó una gestión, a partir de
Llosa, Mario Benedetti y Emir mías). la cual se produjo una sospechosa
Rodríguez Monegal y otros casi se ruptura de la comunicación entre las
Pero, así acabemos reconociendo que
despepitaron por buscarle raíces a dos amigas y paisanas. Y no es nada
la postura de GGM, fue más conse-
Cien años… en Gargantúa y descabellado imaginar que segura-
cuente con la obra de Héctor Rojas
Pantagruel, en El quijote, en el mente GGM no quiso ayudar a MZO,
Herazo, e éste le dedicó en Textos
Orlando de la Woolf y en Faulkner, pues gracias no a una infidencia sino
costeños dos artículos sólo a alguna
añadimos nosotros, “sorprende la a un comentario de pasada del profe-
de su asombrosa poesía: el primero,
casi nula investigación de sus raí- sor Gillard a un crítico literario colom-
en el tomo I, en la página 165, en
ces colombianas” (p.250), ciegos biano, amigo nuestro, se supo que
marzo de 1950, referido al poema El
y torpes para olisquear y husmear las GGM era reticente a que la Balcells
habitante destruido, publicado en
inocultables puntadas que ligan las representara más escritores nuestros
Bogotá por el toludeño, que le es útil
dos obras mencionadas, aporte que para no compartir con ellos, intuimos,
para reconocer en este a un “poeta
hubiera servido hace tiempo para un excluyente privilegio de exclusivi-
extraordinario, distinto”, superior a
denunciar la deuda no reconocida dad.
muchos de los simples versificadores
de García Márquez con su
consagrados del país. El otro, en la
“excolega del grupo de Barran-
página 611 del tomo II, del mes de
quilla (y de El Universal, agrega-
junio de 1952, es otra extraordinaria
mos) sin que se rebaje el talento ge-
reflexión sobre la calidad poética de
nial del creador de Macondo. Al con-
Rojas Herazo, llegando a afirmar que
trario, se hará hincapié en la manera
uno de los poemas, La casa entre los
artística en que adoptó y elaboró cier-
robles, del libro Rostro en la soledad,
tos elementos de su compatriota,
es uno de los más gloriosos que se
entretejiéndolos en una estructura
ha escrito entre nosotros”, haciendo
novelística totalizante y confiriéndole
notar aquí, sin embargo, que pese a
una verdadera trascendencia univer-
lo afirmado, GGM fue muy reservado,
sal que no se encuentra en Respiran-
egoístamente reservado, para recono-
do el verano”. (Ob. cit. pags. 250-1)
cer en algún lugar de sus memorias
Y luego de mostrar lo que GGM le o de sus artículos periodísticos el gran
adeuda HRH, el profesor Menton aca- aporte de HRH a su libro mayor, Cien
ba su artículo afirmando que si Res- años de soledad.
pirando el verano “no es una novela
Así las cosas, confesamos que exis-
de primera categoría…si merece ser
te la sospecha de que GGM fue el
rescatada del olvido por haber contri-
protagonista de una muy lastimante
buido poco más o menos, a la crea-
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Homenaje
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Homenaje
recitar el papel. Juan aparece siem- bió un premio de la Facultad de Dere-
pre en la literatura más visionario que cho de la Universidad de Cartagena,
yo. Yo empecé a escribir teatro cuan- y ahora a los setenta años lo conti-
do vivía en Bogotá. núo escribiendo. Del jurado hacía
parte Jorge Artel.
¿Delia6 escribía también?
¿Qué pasa cuando terminas el ba-
No, pero si otro hermano mayor, An-
chillerato ?
tonio María, el mismo nombre de mi
padre, quien se dio a conocer como Cuando termino el bachillerato mi
poeta y novelista. Como poeta ganó papá me dijo que me matriculara en
una caléndula de oro en unos juegos la universidad. Era el primer bachiller
florales, lo que me emocionó mucho. de la familia. Yo le dije que no quería
También escribió una novela que per- estudiar ninguna de las carreras que
manece inédita: Tribios bajo el sol, había, yo quería ser zoólogo; por ese
segundo puesto en un concurso na- entonces yo había convertido la casa
en un zoológico, tenía animales de
toda clase, y como él también era
naturista me había estimulado con su
¿Y a Clemente Manuel Zabala? ejemplo. Cuando llegó el momento de
que estudiara se arrepintió de haber-
Mucho después, cuando aparece El me dado tantas alas, porque yo me
Universal, en 1948. le plantee diciéndole que quería ser
Ahora sí, tus primeros escritos. zoólogo. Un día, antes de acostarse,
me preguntó. ¿Por qué tú quieres ser
Mis primeros artículos aparecieron en zoólogo? Le dije que porque quería
El Fígaro3 y en el Diario de la Costa4, estudiar la vida de los animales. Pues
pero no eran literarios. Eran artículos prepárate, me respondió, porque ma-
de carácter filosófico y otras cosas, ñana te voy a matricular. Yo no era
no literarios, influido sin duda por el ningún niño y sabía que no iba a po-
viejo Zapata. Recuerdo que uno se lla- der seguir haciendo abstracción, que-
maba Las oimpiadas de Píndaro, otro riendo estudiar una carrera que no
comentaba una conferencia que ha- existía en el país. Pero el viejo me
bía dado un político cartagenero, Ale- sorprendió por la mañana que me lle-
jandro Amador y Cortés, que publiqué vó a la escuela de medicina y me dijo:
en el Diario de la Costa, periódico para que estudies al más grande de
conservador que lo celebró porque era los animales, el hombre. Esa frase
contra un liberal. Eso era lo que cional que se hizo para escoger a las dicha así fuera de contexto, como
esribía, no estaba interesado en la li- que debían representar a Colombia en quien no quiere la cosa, me influyó
teratura de ficción. el concurso continental que ganó Ciro
¿Juan5 si escribía literatura? Alegría con El mundo es ancho y aje-
no, pero nunca llegó a su destino, no
Mi hermano escribía cuentos de amor sé la razón. En Cali me tropecé en la
y a los cinco años escribió una obra Biblioteca Pública con el manuscrito
de teatro: El príncipe de Tecopín, un y la carta remisoria. Este hermano
libro pequeño. Por influencias de mi tenía una concepción muy romántica
padre andábamos interesados en el de la época, estaba vivo en él el pen-
teatro. Juan era tan activo que se sa- samiento de Diógenes Arrieta y de
bía todos los papeles de las obras que Julio Flórez, aunque escribió algunas
montaba el viejo, de tal modo que epopeyas.
cuando no asistía el actor correspon-
diente lo ponían a él en una silla para ¿Y tus primeros trabajos litera-
rios?
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Homenaje
la ley presumía el dominio mientras riódico de este país una crónica, una
existiera un heredero indígena. Papá gacetilla, un concepto en donde se
buscaba demostrar que los indígenas diga que salió el libro, un solo comen-
existían y eran herederos. Esto fue tario sobre la novela de un escritor que
alimentando mi interés, mi concepto ya no pueden ocultar y sin embargon
sobre la trietnicidad. se dan ese lujo. Te pones a buscar y
no aparece nada. Eso es posible por-
Volvamos sobre las negritudes.
que el tema no les interesa, porque
Hay una tendencia a estar ocultando se trata de un tema negro. Si hubiera
la presencia del negro en todas sus sido otro tema seguro que hubieran
manifestaciones. Es decir, se le re- salido muchos comentarios. Yo no te
conoce en aquellas en las cuales no puedo decir que a mí me hubieran
las pueden ocultar: un buen cantan- cerrado las puertas por mi condición
te, buen músico, buen bailarín, buen de negro, y no me las han podido ce-
deportista. Fuera de eso la historia rrar por dos razones.
que se enseña en las escuelas no
Primera, porque en el inconsciente del
colombiano todo el mundo es negro
o todo el mundo es mestizo. Y se-
mucho y decidí estudiar medicina. Tal gundo, siempre hay una especie de
vez por eso nunca he podido enten- remordimiento por haber hecho con
der en la práctica de la medicina, la el negro lo que se ha hecho discrimi-
dedicada a la cura de las enfermeda- nándolo. No se me ha silenciado por-
des, sino a la cura del hombre. Siem- que yo soy un escritor en el sentido
pre miré al hombre como a un animal puro de la palabra, y no espero que
y no como a un enfermo. La condi- me hagan periodista ahora porque se
ción humanística que yo he tenido es ha puesto de moda que para ser es-
la de considerar al hombre como un critor, tiene que haber un anteceden-
animal, un animal creador; de ahí el te como periodista. Yo he tenido a mi
paso a la antropología cultural estaba disposición las páginas de los perió-
dado. Yo ejercí la medicina durante dicos, nunca se me cerraron, porque
más de veinticinco años. hay en ese inconsciente de que llega
¿Y el interés por defender la et- un negro con un artículo y no se sien-
nia? ten con el coraje de decirle que no se
lo publican por ser negro, sino todo lo
Mi preocupación por la cuestión ne-
contrario.
gra nace también por mi padre, por
los acontecimientos que debió haber
afrontado en Lorica, un enclave rea-
lista donde dio sus primeras batallas habla de la historia de Africa. No se
el almirante guajiro José Prudencio sabe quién llegó aquí encadenado,
Padilla. Primero por ser ateo y segun- como si ellos hubieran sido esclavos
do por ser negro. Entre los curas y donde los capturaron. Eso en el in-
los aristócratas del pueblo la manera consciente de los colombianos, en el
de ofenderlo era decir que era el dia- de los dueños de periódicos, en el de
blo que preconizaba la no existencia los periodistas y en el de los críticos
de Dios. Eso lo obligaba a afirmar su literarios, eso opera, no en una forma
condición de negro con orgullo y sa- lúcida, pero opera.
tisfacción. De ahí aparece la primera ¿Por qué lo dices?
preocupación por la cuestión étnica.
Además porque también era defensor Mi novela El fusilamiento del diablo7
de las comunidades indígenas de la sale después de Changó, el gran pu-
región, de los antiguos resguardos de tas y tú no encuentras en ningún pe-
San Nicolás de Bares, San Sebastián
de Urabá y San Andrés de Sotavento. 7. El fusilamiento del diablo (1986) es la historia del úlimo
fusilado en Colombia, en Quibdó,en 1907, Saturio Valencia,
Era el defensor gratuito de los indí- conocido con el sobrenombre del Diablo, sus viscisitudes
genas que se enfrentaban al despla- y el temperamento rebelde que lo llevó a ser condenado a
zamiento de sus resguardos, porque morir por incendiario.
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Homenaje
Volvamos a tus estudios. Entras a rurales.Desde allá publiqué en El ¿Qué actividad tenías tú en las
la universidad a estudiar medici- Tiempo entre diez y doce crónicas danzas?
na, ¿y luego? que titularon Cartas de un médico ru-
Yo nunca fui particularmente activo
ral. Ahí permanecí hasta 1954, cuan-
En 1939 viajé a Bogotá a continuar porque, según Delia, no tenía oído
do con mi hermana Delia organiza-
estudios en la Universidad Nacional, musical. En una oportunidad en Ber-
mos los primeros grupos folclóricos.
donde hice hasta 5º año, ya te dije lín, un reportero trató de identificar mi
que el primero lo hice en la Universi- Ese pude ser el inició del coloni- participación en el grupo, me pregun-
dad de Cartagena, pero me retiré para zaje cultural del interior por nues- tó si yo era el director. Le dije que no,
iniciar mi viaje a pie por Centroamérica tra música. que era mi hermana Delia. Que si era
que duró siete meses, llegando a músico. Le dije que no. ¿Entonces
Sí, de Valledupar traje a Bogotá los
Honduras donde me metí a boxeador, qué hace usted? Soy el domador de
primeros conjuntos de acordeones, a
peleando como Kid Chambacú, has- estas fieras, le dije, me encargo de
Fermín Pitre y otos en 1952, a unos
ta que me noquearon. En México per- las circunstancias que se plantean en
tamboreros y un declamador de déci-
manecí hasta 1946. A principios de una organización de esta clase, de
ese año entré a Estados Uni- las necesidades del vestua-
dos, hasta regresar a Colom- rio, transporte, alojamiento,
bia en 1947 y publiqué mi pri- etc.
mera novela, Tierra mojada,
Después de radicarte en
cuyos originales había llevado
Bogotá, ¿regresaste en
en mi morral de vagabundaje,
alguna ocasión a vivir en
por eso los conoció Ciro Ale-
la Costa?
gría y con base en esos bo-
cetos hizo el prólogo. Tierra Desde que me fui a estu-
mojada es el producto de toda diar medicina mi sede ha
mi infancia y la adolescencia sido Bogotá, pero estuve,
que retomé desde Bogotá. Ya como te dije, en Valledupar
la tenía terminada cuando salí ejerciendo un tiempo por-
a caminar. que la situación política en
la capital era difícil. Luego
Del viaje a pie publicaste
Familia Zapata Olivella. En el centro, abajo, el estuve en Lorica, donde vol-
un libro.
padre Antonio María Zapata. ví a recorrer los caminos de
Pasión vagabunda es el rela- mi infancia. En El Carito,
mas. En el segundo viaje vine con
to de ese viaje, pero como quería ser corregimiento de Lorica, escribí una
Delia, en 1954, y recorrimos todo el
médico me tocó habilitar todo el cur- de mis radionovelas: Ojos vendados.
país. Y seguí con ella organizando
so de los cinco años de medicina que En tránsito por la Costa llegaba siem-
grupos folclóricos que tenían como
había hecho para poder matricularme, pre a Cartagena donde visitaba a mis
característica que estaban conforma-
porque había perdido el derecho a ma- padres. Pero hubo un año, 1953 o
dos por gente seleccionada en la pro-
trícula. Era una verdadera hazaña, 1954, que lo pasé todo en Cartagena
vincia, en los pueblo, de uno de ellos
pero así pude iniciar el sexto año que atendiendo el consultorio de mi her-
salió La Negra Grande. El primero que
me hacía falta y lo terminé sin proble- mano Juan, médico como yo, que ha-
hicimos, formado por gente de la cos-
mas. El 9 de abril de 1948, día en bía viajado a hacer una especializa-
ta Atlántica, llevó el nombre de Dan-
que mataron a Gaitán, me gradué de ción a México. Ese año fue producti-
zas Folcóricas de Delia Zapata
médico. La ceremonia de graduación vo, me veía con los amigos y leíamos
Olivella. Después se hizo otro en 1955
fue rápida, los profesores querían aca- originales, y conocí, en distintas épo-
que se llamó Conjunto de Danzas
bar pronto porque los disparos en la cas, a otros escritores. A Gabito lo
Folclóricas del Chocó, y luego, de los
plaza de Bolívar se alcanzaban a oír conocí, como te dije, desde 1938,
dos grupos se escogieron las mejo-
en la facultad de medicina, que que- creo, y en el consultorio atendí a la
res figuras y conformamos el grupo
daba entonces en la calle 109. Des- mamá y a una hermana.
con el que recorrimos Europa. Des-
pués de eso me fui para Valledupar a
pués traje a Bogotá a Los Gaiteros Me llama la atención de que hi-
ejercer mi prof esión en zonas
de San Jacinto, a Toño Fernández, ciste radionovelas, no lo sabía.
los Lara y a los acordeoneros Juan Cuando estuvo en furor El derecho de
8. Tierra mojada (1947), novela de denuncia social sobre la López y Juan Manuel Muegues, este nacer, de Felix B. Caignet, me intere-
explotación de los campesinos del Sinú por los
terratenientes, la Iglesia y el ejército. compuso el vallenato La gira10. só mucho el género, no la novela.
9. Su novela La calle 10 (1960) tiene ese escenario, con sus
personajes, problemas y tugurios, un desertor del ejército, Andaba con mis ideas de “denuncia
un poeta, otros vagabundos y la historia de Mamatoco, el 10. Lo grabó Jorge Oñate con el acompañamiento de Emilianito social” y ese era un medio ideal para
boxeador samario asesinado en Bogotá. Zuleta.
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¿Hiciste otras después? ¿Quién dio el fusil a Oswald? (1967)
Sí, Amor salvaje en 1955 y Ojos ven- Fábulas de Tamalameque (1990)
dados en 1956. No hice más, me paré Relatos
de puro valiente pues no tenía rival,
otro que pudiera hacerme contrape- Pasión vagabunda (1949)
so. Eso no es literatura, me dije un He visto la noche (1952)
día, y lo dejé.
China, 6 a.m (1955)
Pero incursionaste en 1985 en la Levántate mulato (1987)
televisión con una serie, El siete
mujeres. Televisión
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Homenaje
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Homenaje
— Todas las reseñas deben recibir un Y se afianzó desde entonces una noche nos fuimos a la casa de Luis
tratamiento igual... ¡Y tú destacaste amistad más estrecha, más fuerte y Vidales, y allí, entre abundantes tra-
mucho el libro de Jorge Zalamea...! más jubilosa. Al año siguiente hice gos de vodka de Ucrania —Manuel
mi primera lectura de poemas en la bebía muy poco— nos sorprendió la
— Esto quedó mal, ha debido quedar
recién inaugurada Sala de Letras madrugada leyendo y hablando de
así, la portada quedó muy oscura, etc.
Nacionales (por allí desfiló toda mi esa saga maravillosa y trágica de la
”¡Qué embarrada!” pensé. Sin embar- generación, especialmente los poe- diáspora africana de los siglos XVI y
go, me invitó a su estudio y comenzó tas y narradores residentes en Bogo- XVII. Posteriormente, Manuel y Rosa
a entregarme papeles y materiales tá, bajo la tutela luminosa de José viajaron por el ancho y vasto mundo.
para el siguiente número. Rosa, más Ramón Llanos), y ahí conocí a impor- — Manuel publicó nuevas novelas,
tolerante, comentaba, con su incon- tantes escritores, tanto de Colombia cuentos, ensayos y monografías—,
fundible acento catalán: como de América Latina. asistió a innumerables congresos de
— ¡A mí me pareció muy bonito el literatura, antropología y educación,
Con los años se fue borrando la dife-
número! ganó distinciones como el Premio
rencia de edades y aunque Manuel
“Francisco Matarazzo Sobrinho” del
siempre ha sido para mí un padre y
En ese entonces, Manuel se desem- Brasil, que el año anterior había obte-
un maestro, nunca he dejado de tu-
peñaba como director de Extensión nido Borges y continuó dedica-
Cultural del Ministerio de do con pasión y desvelo a sus
Educación y andaba obse- investigaciones folclóricas.
sionado con la organiza-
ción de un congreso de la En 1994 tuve el honor de presi-
cultura colombiana que se dir un congreso de escritores
estaba llevando a cabo en en Santa Marta, el cual dedi-
las diversas capitales de qué en su integridad a la vida y
los departamentos. De ma- obra de Manuel y allí comparti-
nera que mi trabajo se de- mos muchas vivencias y en-
cuentros con diversos autores.
sarrollaba de manera si-
Al año siguiente ocurrió algo
multánea en el apartamen-
similar en Chiquinquirá y más
to de Manuel, en su ofici-
tarde en Bogotá.
na en la calle 20 con ca-
rrera 8ª y en los talleres Cuando los fantasmas del opro-
de Cromos, detrás del Ce- bio me obligaron a exiliarme de
menterio Central. García Márquez, Zapata Olivella y amigos. mi país, manos amigas me hi-
Ocasionalmente, cuando cieron llegar una carta de puño
Manuel y Rosa ofrecían fiestas con tearlo ni de jugarle bromas de diverso y letra de mi inolvidable maestro, en
picadas y bebidas caribeñas, me in- calibre. Él me llevó de su mano a un la que, con trazo tembloroso, se soli-
vitaban a participar. Ambos eran muy congreso internacional de escritores darizaba conmigo. Esto me llenó de
paternales conmigo, aunque Manuel reunido en Caracas cuando yo era un intensa emoción, pero no tanta como
no dejaba (ni ha dejado jamás) de re- absoluto desconocido en el ámbito de la que sentí cuando al final me hacía
gañarme o de llevar la contraria a las letras y durante sus años de reti- una revelación inusitada: su abuelo,
cada una de mis opiniones sobre cual- ro de la vida pública, casi veinte, en Manuel Zapata Granados, natural de
quier tema que le plantee. A veces par- los que se dedicó a escribir, viajar, Santa Marta, llevaba mi apellido pa-
ticipaban en las tertulias sus hijas investigar y soñar con miras a la ela- terno sin el Díaz, pues lo solían su-
Harlem y Edelma, entonces dos tími- boración de su obra capital, Changó primir de manera extraña y absurda
das y hermosas colegialas. quienes eran hijos de algún señor
el gran putas, nos visitamos casi a
Díaz-Granados con mujeres de raza
A fines del 66 me gané un premio en diario (entonces él vivía en un aparta-
negra. Bueno, por lo que fuera y como
España por un poema dedicado a las mento en el barrio de La Soledad, a
fuera, la revelación marcó a estas al-
etnias existentes en Colombia. Sor- pocas cuadras de mi casa de
prendido cuando vio la noticia en los Palermo), veíamos por televisión par- turas de mi vida un vínculo aún más
periódicos, Manuel me llamó un día a tidos de fútbol o campeonatos de estrecho y cálido entre Manuel y yo:
las seis de la mañana, me felicitó muy boxeo y me leía en voz alta capítulos ya no sólo era mi padre y mi maes-
emocionado y luego me pasó al telé- de su secreta novela. Una sugeren- tro, sino que en verdad y a toda prue-
fono a Rosa. Esta me dijo: ba, teníamos la misma sangre corrien-
cia mía en el sentido de que supri-
do por entre las venas.
— ¡Para nosotros la sorpresa ha sido miera una larga introducción, a mi
mayúscula, pues no sabíamos que parecer pesada a innecesaria, fue
escribías! acogida sin reparo. Recuerdo que una
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Homenaje
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Homenaje
padre de familia me ...Tío Pepe dio la espalda, tal vez para
dijo: no ver los últimos gimoteos del últi-
mo de sus mejores gallos.6
-usted podrá saber
mucho más de medi- Más intimamente ligadas al tema que
cina que yo, pero en abordamos y estas tres últimas
cuestiones de facetas, que implicaron la formacion
brujeria no me da ni de grupos de estudio; la siembra de
por los codos. la inquietud y el debate intelectual
entre las clases bajas, ampliamente
No hay argumenta-
visitadas por él y; la contribución a la
ción capaz de modi-
generación de un sentido de identi-
ficar un concepto de
dad regional al valorarse las expresio-
esta naturaleza que
nes folclóricas propias.
se enrraizo en ló más
hondo de la concien- Después del cincuenta. A finales de
cia. la decada del sesenta, se reunían en
la Taberna de Macondo, situada en la
Los parches, las ven-
Calle 16 A entre carrera 7a y 8'1, Jai-
tosas, las ramas aro-
me Molina, Leonardo Maya Brugés,
máticos, el ajo los
Carlos Dangond, César Mendoza,
emplastos de sebo
José Antonio Murgas, Myriam
con sal no faltan nun-
Socarrás, Consuelo Araujo Noguera,
ca en una neumoía y
Hernando Molina Céspedes, Alonso
no es raro que se
Fernández Oñate, Gonzalo Arzuaga
apliquen al enfermo
Cuestas, Ricardo Flores Cordero,
aún contra la prohibi-
Chicho Ruiz, Arturo Játiva, Carlos de
ción terminante del
la Carrera Cruz, Armando Torregroza,
facultativo...5
Jorge Child, Cecilia Villazón, Víctor
En algunos cuentos Cohen Salazar, Alv aro Castro
tos nacionales, ayudó a preservar un sigue hablando del ámbito de La Paz, Socarrás. Todos provenientes de una
testimonies de la región. En sus «Car- especialmente de la pelea de gallos fauna social «acomodada» e ilustra-
tas de un médico rural», publicadas y a el mundo rural como en el «Mai da. Este club-taberna funcionó durante
en la revista Vida, cuenta de sus con- de ojo», Revista Vida No. 26, 1949; o tres meses, al cabo de los cuales un
flictos con la supersticiosa cultura de «La quema», Revista Vida No. 50, incendio acabó con el, más no con
los pobladores: 1952 y la que ahora citamos, «El ga- las inquietudes literarias y artísticas
llo tuerto»: de los socios, «...quienes continua-
El médico rural debe ser un poco filó-
Por eso abandoné los plátanos y sal- mos reuniéndonos en casas particu-
sofo, predicador y litigante. Se equi-
tando el corral del patio corrí de nue- lares donde se leían y comentaban
vocan quienes creen que pueden cu-
vo a la plaza abarratoda de algara- cuentos, poesías y ensayos. De allí
rar con solo conocimientos médicos,
bía. Luchando por entre la multitud surgió la iniciativa de fundar la Revis-
pues enfrentarse a un enfermo en
estas ruralías significa anteponerse pude asomarme al pedazo de tierra ta Perijá, en 1969, como organo de
con todo un pasado de prejuicios y circular que habían regado con san- difusion de la Casa de la Cultura»7
creencias que impiden In medicatura gre los gallos de mi tío Pepe. Allí es- Como éstas, fueron varias las tertu-
científica. Si el médico trata de impo- taba el vociferando, quería que el lias que existieron en el departamen-
ner sú sabiduría como dogma, tal «Navaja» culminara su proeza de to; sobra decir, sin ningún estímulo
quise hacerlo en un comienzo, quie- muerte antes que la noche, muy próxi- estatal y con un escaso reconoci-
nes están bajo Ia influencia de la su- ma, suspendiera el duelo que ponía a miento público. Sus repercusiones,
perstición no tienen ningún ambaje en prueba su fama de buen peleador. pese a no haber publicaciones - al
responder humildemente lo que un Confundidos en las sombras de Ia tar- menos en forma de libros -, fueron
de, gritos, sangre y pasión, rutiló la esenciales: contribuyeron a mover el
espuela de su enemigo con brillo de alma de los habitantes, sus pensa-
5
Manuel Zapata Olivella, Columna: Cartas de un médico rural, puñal. Allí quedo clavada la hoja en mientos, sus criterios.
Supersticiones y creencias, Revista Vida de compañía la cuenca izquierda del «Navaja» acei-
Colombiana de Seguros, No. 52, 1952.
6
Manuel Zapata Olivella, El gallo tuerto, Revista Vida No.27,
tada en coagulos de sangre,
1949, Compañía Colombiana de Seguros.
7
Álvaro Castro Socarrás, Episodios históricos del Cesar. Ed.
Plaza y Janes,
14
Memoria
Elisa Barrera Marulanda
Redacción Magazín del Caribe
«No trataremos de hacer el análisis de esas composi-
ciones, tanto porque no poseemos todas las cualida-
des que un buen crítico necesita, cuanto porque nues-
tro rudo escalpelo lastimaría, en lugar de hacerlas más
interesantes, las demasiado impresionables fibras del
corazón que ellas circuyen.
El amor filial, el amor verdadero, puro aunque afortu-
nadamente infortunado, y el amor a la Patria he ahí
las notas distintas, pero acordes, que en la lira de Celia
principalmente resuenan.»
La madre de Elisa era María Trinidad Marulanda, oriun-
da de San Juan del Cesar. El padre, de Chiriguaná,
murió en Río de Oro y publicó un segundo libro: El
álbum de mis versos (1856). Era primo de Candelario
Obeso, este, «nieto de Mana Barrera, quien era a su
vez hermana de don Manuel Salomé Barrera, abuelo
de Elisa Barrera Marulanda. Se considera que la poe-
tisa Elisa Barrera Marulanda, fue una de las
primeras mujeres representativas de la lírica en el de-
partamento del Magdalena y la Costa Atlántica.»1
15
Memoria
Se desconoce cuando se radicó en Ocaña, don-
de era muy apreciada y figura en los libros que
registran y honran a los escritores de la región
nortesantandereana.2 Sus colaboraciones apa-
recen en revistas y periódicos, en los que tam-
bién se destacan sus participaciones en even-
tos y tertulias, como la Sociedad del Propio Es-
fuerzo, de la que hace parte en 1896, junto al
historiador Justiniano J, Páez, Delfín Jácome, el
presbitero Ramón Anaya y Rubio, Manuel B.
Pacheco Carvajalino, Justiniano Quintero,
Obdulio J. Rivera, que contó con un órgano in-
formativo: El Horizonte.
Nuestra poeta nació en Chiriguaná y murió en
Ocaña en 1915.
Iglesia de Chiriguaná
16
Poesía
Preguntas a la Parca
Luis Ortiz Luna*
17
Libros
El Zodíaco Juguetón 1,
Doce Estaciones de Viaje por el Espacio Vinculadas
al Mundo del Lenguaje
Miriam Castillo Mendoza*
les Aguilar aprovecha para plasmarla explicar ciertos fenómenos o sucesos,
con tino en su libro. dicta sentencia irrefutable que se vuel-
ve verdad sabida permanente: Nadie
El primero de los signos, CAPRICOR-
duda de ella aun cuando en el fondo
NIO, -Capra-cornu-, es una retahíla
o en el trasfondo se conozca la ra-
que lleva entre los cuernos palabras
zón, la verdad real o la respuesta.
de encantamiento y magia.
Géminis es un corrillo popular en blan-
ACUARIO, el segundo, es tradición, co y negro, o lo que es mejor, teñido
cuento popular de boca en boca, de café con leche.
música y danza, también, tal como
CÁNCER asociado a los poemas in-
lo es el mundo de los niños, travesu-
fantiles breves y descriptivos, se pa-
ra.
sea por la playa jugando con las pa-
PISCIS son quintillas, hexasílabos, labras y el ritmo. Pese a lo irreal-real,
Miriam Castillo Mendoza eneasílabos, decasílabos, octosíla- tiene encanto y un profundo sabor
bos y endecasílabos, versos de arte pedagógico. Acerca al niño al contexto
“El zodíaco juguetón”, es el libro del menor y de arte mayor donde la sina- de la playa y el mar que tanto atraen,
escritor Álvaro Morales Aguilar ilus- lefa danza y la rima -pareada, además refuerza costumbres cotidia-
trado por Diana Sarasti Realpe, es- alternante, interpolada, encadenada, nas. Vestido de manera vernácula,
crito para niños. A propósito de su abrazada-, es la reina: en un variado con la exageración propia de los que
lectura y análisis, ellos, los niños, en juego de: aabb, abba, abab-cdcd, sienten al mar golpear a sus espal-
su primera infancia, asocian al aabbeccdbd, aabcdef gf y das y a la brisa entonar melodías que
zodíaco con pastel de cumpleaños, ababcdeefcd, desnudando a los me- modulan el paso, Cáncer despierta
velitas encendidas, canto de parabie- llizos de género distinto -masculino y una respuesta emocional por compe-
nes y golosinas. Más adelante esa femenino- y de distinta naturaleza – netración y provoca unas reacciones
significación se vuelve más compleja animal y vegetal: pez y pez. que si se exploran, darán lugar a nue-
pero sin que se distancie de la idea, vos poemas o a cuentos sin fin. Cán-
ARIES, el cuarto, es un entramado
grata por cierto, del cumpleaños. Ya cer provoca la creatividad.
de prosa y verso que
en este momento, inducidos por sus
describe, increpa, plan-
padres, comienzan a identificar ras-
tea un acertijo y conclu-
gos de sus caracteres asociados al
ye. Aries es el amor.
signo que corresponde a sus fechas
de nacimiento. TAURO, el quinto, bien
puede ser una ronda in-
Pero, ¿qué es el zodíaco? Una suma
fantil o una copla espa-
de estrellas, planetas, constelaciones
ñola, o ambas. Un toque
que en una noche oscura se buscan
de palmas y salero que
y rebuscan en el firmamento; una
plasma, con un carácter
aventura que confirma el sí mismo;
narrativo y un lenguaje
una historia personal de pocos años
coloquial y directo, un
creada y recreada a través de doce
acto de amor y de de-
signos, lo que el autor, Álvaro Mora-
fensa a un animal: El
toro.
19
Libros
Obras de
Roberto Montes Mathieu
«Es una memoria viviente de la literatura del Caribe. Roberto Montes
Mathieu (Sincelejo, 1947), además de narrador, cuentista y novelista, es un
historiador y crítico de la literatura del Caribe. Editor desde hace 11 años
de el Magazín del Caribe, un suplemento que lleva 51 ediciones, y en sus
20 páginas que se sostienen con el fervor de los amigos y lectores».
Gustavo Tatis Guerra, El Universal, Cartagena, agosto de 2015.
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