3 de Mayo 2018
COMBATE AL CRIMEN: UNA REVISIÓN
A LA TEORÍA DE LA VENTANA ROTA
POR: RAMIRO GARCÍA PEREIRA /
ANALISTA POLÍTICO
Hace ya algunos días, el pre
candidato presidencial por el Par-
tido de la Gente Edgardo Novick,
anunció la llegada de parte del
equipo de asesores en seguridad
pública, que dirige el ex Alcalde
de Nueva York, Rudolph Giulliani,
conocido por haber presidido
dicha alcaldía durante uno de
los períodos más violentos de la
ciudad, con un promedio anual
de treinta asesinatos cada cien
mil habitantes por año, y haberlo
reducido a cinco en solo cuatro
años.
¿Qué fue lo que pasó en tan
poco tiempo que cortó tan seve-
ramente con el crimen?
Un poco más de una década
antes de que Giulliani llegará al
poder, en el año 1982, el funda-
dor de la Asociación Americana
de Ciencia Política, Dr. James Q.
Wilson (fallecido en 2012), publi-
caba en coautoría con un colega,
un artículo llamado “Broken
Windows” (Ventanas Rotas), en
el cual desarrollaron una de las
más populares y controvertidas
teorías sobre política pública de
combate al crimen.
¿Cuál es el núcleo de ésta
teoría?
En palabras del mismo J.Q.
Wilson: “Considere un edificio
con algunas ventanas rotas. Si
las ventanas no se reparan, la
tendencia es que los vándalos
rompan algunas ventanas más.
Eventualmente, incluso pueden
entrar al edificio y, si no está
ocupado, tal vez se conviertan
en refugio de ocupantes ilegales
y con el tiempo, estos decidan
hacer fogatas en su interior.
O considera una acera, se
acumula algo de basura, pronto,
se acumulará más basura. Final-
mente, la gente incluso, comen-
zará a dejar bolsas de basura en
cualquier lugar.”
Básicamente la teoría ex-
puesta por J.Q. Wilson se basa
en que si la comunidad abando-
na un espacio público, permite
que éste se deteriore, que haya
suciedad, poca iluminación,
y comiencen a desarrollarse
pequeñas actividades ilegales,
luego se transformará en poco
tiempo, en un lugar inseguro, por-
que la falta de presencia policial,
acompañado de una retirada de
la comunidad, genera una zona
de seguridad para el crimen,
dónde no hay vigilancia policial ni
presencia comunitaria responsa-
ble, es refugio del criminal.
Esta teoría se encuentra muy
cercana a lo expuesto por Mi-
chel Foucault en su afamada
obra “Vigilar y Castigar” (1975),
dónde desarrolla el concepto
teórico conocido como “Pa-
nóptico” (basado a su vez en
el trabajo de Jeremy Bentham
sobre arquitectura carcelaria), en
el cual básicamente se dice que
el criminal tiende a reprimir sus
deseos desviados, cuando se
siente vigilado por alguien que
puede castigarlo (¿las cámaras
de vigilancia pueden substituir la
presencia policial física?).
¿Pero qué se oculta detrás?
El gran secreto detrás de ésta
teoría expuesta por el politólogo
James Q. Wilson, se basa en dos
pilares, el primero, es la impor-
tancia de desarrollar las políticas
de prevención del crimen bajo
un modelo de gobernabilidad
participativa (forma de diseñar y
gestionar las políticas públicas en
la cual deben participar otros ac-
tores a parte del Gobierno) entre
el Gobierno Local, la Comunidad
y la Policía, el segundo se basa
en el cuidado de los espacios
públicos, reparar lo que se daña,
cuidar la imagen e iluminación
del barrio, y combatir los peque-
ños crímenes con dureza.
J.Q. Wilson lo explica de ésta
forma: “La policía debe proteger
tanto a las comunidades como a
las personas individualmente. Así
como los médicos ahora recono-
cen la importancia de fomentar la
salud en lugar de simplemente
tratar la enfermedad, la policía y
el resto de nosotros deberíamos
reconocer la importancia de man-
tener las comunidades limpias y
cuidadas, sin ventanas rotas”, a
lo que añade lo siguiente: “Me re-
fiero a que la función de la policía,
es resolver problemas que tienen
consecuencias para la aplicación
de la ley, de una manera basada
en la asociación genuina con el
vecindario, partiendo desde la
discusión del problema como en
la resolución de la solución.”
La prevención de los grandes
crímenes, comienza combatien-
do con dureza los pequeños,
pero para que todo de resultado,
se debe contar obligatoriamente
con la colaboración de las co-
munidades afectadas, lo cual es
todo un reto de por si solo.
¿Y cómo se relacionan Giullia-
ni y J.Q. Wilson?
Cuando Giulliani asume su
cargo de Alcalde de Nueva York,
las cifras de homicidios eran ab-
surdamente altas, y su promesa
de mayor seguridad y empleo
para los neoyorquinos, jugaron
un rol importante en la elección
que le resultó favorable.
Una de las promesas de cam-
paña centrales, fue acordar con
el Departamento de Policía de
Nueva York, una nueva forma de
trabajo basada en la cooperación
entre Alcaldía, Comunidad y la
Policía, el principal asesor de
Giulliani en materia de seguridad
fue J.Q. Wilson, quién le ayudó a
diseñar esta estrategia de com-
bate al crimen.
Las críticas al Modelo de “La
ventana Rota”
Algunas de las críticas más
comunes a este enfoque parten
de la escuela de criminalística co-
nocida como la “Evidence Based
Policing” (Desarrollo de Políticas
basadas en la Evidencia), creada
por el también politólogo experto
en criminalística Lawrence W.
Sherman, asesor del Frente
Amplio en la campaña de 2014,
quien es autoridad internacional
en criminalística.
Estas críticas se basan en
argumentos, que afirman que
existe un faltante de pruebas
que sustenten que en verdad la
reducción del crimen en Nueva
York, durante ese período se
debe al trabajo desarrollado en
conjunto por la Policía, la Comu-
nidad y la Alcaldía, y que por el
contrario puede corresponder a
factores externos, como pueden
ser el aumento del empleo y
relocalización de ciertas comuni-
dades a mejores viviendas.
Lo cierto es que J.Q. Wilson
les responde de esta forma:
“Durante la década de 1960,
un vecindario en San Francisco
tenía los ingresos más bajos, la
tasa de desempleo más alta, la
mayor proporción de familias con
ingresos menores a cuatro mil
dólares al año, el menor logro
educativo, la tasa más alta de tu-
berculosis y la mayor proporción
de viviendas deficientes.
Ese barrio se llamaba Chi-
natown. Sin embargo, en 1965,
solo había cinco personas de
ascendencia china comprometi-
das en prisión en todo el estado
de California.”
De esta forma, deja a entrever
que no siempre la reducción
del crimen tiene que ver con
la mejora del empleo, el creci-
miento económico, la mejora en
13
la educación o las condiciones
precarias de vida en general, y
deja “servido sobre la mesa”, la
importancia de la cultura impe-
rante en la comunidad como el
factor más importante.
Conclusiones
Sin lugar a dudas, el Uruguay
tiene mucho para aprender del
sistema del combate al crimen,
llevado adelante por Giulliani en
Nueva York, a partir de 1994 en
adelante, para ilustrar con un
ejemplo, según cifras oficiales
del Departamento de Policía de
Nueva York, en el 2017 la tasa
de homicidios era de 3,4 cada
cien mil habitantes, mientras
que, en Montevideo, las cifras
Oficiales para 2016 (se sabe
que en el 2017 y lo que va de
2018 ha aumentado considera-
blemente) era de casi 12 cada
cien mil.
Pero hay algo más importan-
te por aprender que el modelo
de seguridad pública pensado
por J.Q. Wilson, y es que éste,
era Profesor de la Escuela de
Gobierno de la Universidad de
Harvard, y fue mundialmente co-
nocido por ser uno de los teóricos
contemporáneos más importan-
tes en materia de Gestión Pública
del mundo, y conocía muy bien
los beneficios de contar con una
administración pública profesio-
nal, que le permitiese gestionar
los asuntos públicos de manera
eficiente, permitiendo resultados
exitosos.
Mientras Uruguay siga tenien-
do una Administración Pública de
mala calidad, y la clase política
no tome conciencia de la impor-
tancia de poner a los mejores
en los lugares que deben estar,
en vez de seguir abusando de
prácticas deshonestas y corrup-
tas como el nepotismo, y otras
clases de clientelismo político, no
importa que receta se traiga del
extranjero, estarán destinadas
al fracaso.