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Experiencias de paz en Colombia, por un país que se reconoce a través de la

paz.

¿Cómo arrebatarle de raíz la imagen de un país sumida en el conflicto, por un


renacer en medio de experiencias de paz?, en medio de los diálogos de Paz, ¿Se
está construyendo conciencia de paz en la sociedad civil colombiana?

Colombia se destaca por su diversidad cultural manifestada en representaciones


autóctonas de arte, música, baile y folklore, que además se mantienen de
generación en generación por la tradición oral. Durante todo el año hay un número
significativo de carnavales, fiestas, reinados… de relevancia nacional e
internacional. En medio del dialogo, así como también se intenta lograr un acuerdo
de Paz con las FARC, se ha mantenido un legado cultural que nos convierte en
ciudadanos capaces de lograr a través de las relaciones interpersonales
experiencias de Paz.

…”Tienen que incluir formas de eufemización de los conflictos sociales, como


dramatización simbólica de lo que nos está pasando. Por eso tenemos teatro,
artes plásticas cine, canciones y deporte…La cultura como dramatización
eufemizada de los conflictos sociales, como teatro o representación”. (Canclini,
2004, P. 38).
La campaña “SOY CAPAZ: Soy capaz de volver a confiar si me han defraudado,
SOY CAPAZ de olvidar y perdonar, SOY CAPAZ de escuchar y tolerar…no se
libró del carácter mercantil que caracteriza al capitalismo, al ser promovida y
difundida por el sector privado, hay que reconocer que planteo un punto de partida
fundamental en la construcción de la Paz como proceso de apropiación individual,
al que todos como ciudadanos tenemos derecho, además, invitó a un país
acechado diariamente por la violencia a la reflexión de vivir en paz con nosotros
mismos, con los demás y nuestro entorno en la vida cotidiana . El carácter político
bajo el cual se difunde o se “vende” el tema y/o proceso de paz va en contra vía
con la necesidad de lograr la paz como derecho, la paz como hecho natural, como
cultura, ya que si la paz “no es una puerta, es lo que entra en este mundo a través
de ella”. ¿Cómo unificar un discurso políticamente divido en torno a un tema
que pone en juego los sentimientos, sueños y anhelos de los colombianos?
Se habla de paz para consolidar partidos políticos e ideologías en protesta de los
diálogos de paz que se adelantan en la Habana, muestra de esto fue la marcha:
“Colombia quiere paz sin impunidad”, que se realizó el 13 de diciembre de este año
en el país con los militantes del Centro democrático liderado por el ex presidente
Álvaro Uribe Vélez –que aún mantiene una favoralidad del 45% dentro de los
Colombianos-, lo cual desató toda una revolución mediática a través de las redes
sociales, -se desmantelo el uso de registros fotográficos de la marcha de la Paz
convocada por Santos en abril del 2013; utilizadas por Uribe para demostrar el éxito
de su convocatoria- periódicos referentes… evidenciado como se divide un país que
busca unirse bajo una cultura de paz. Sin mencionar que fue precisamente el ya
hostigado tema de la Paz (en cuanto su mirada política) lo que favoreció al presidente
Juan Manuel Santos continuar como jefe de estado para el periodo 2014-2018,
debido a que su contrincante Oscar Iván Zuluaga, baso su campaña “Paz sí, pero sin
impunidad”, en criticas contundentes a la negociación del estado con la Guerrilla
declarando en su discurso que Santos quiere lograr la paz con impunidad, mientras
que él con justicia –mano dura contra las FARC-. Finalmente, “la Paz de Santos ganó
en Colombia”,-¿la paz es sólo de Santos, o es de todos?- como publicaron varios
diarios; en medios internacionales por ejemplo: Colombia’s Santos wins re-election
with peace message, en otros: “Ganó la Paz” –no Santos-; paradójicamente esta
contienda electoral se caracterizó por las confrontaciones más agresivas y reñidas en
las últimas décadas del país.
.“…A los organizadores, les propone como título: “la cultura y el pueblo (o la gente)”;
en la versión británica se transforma en: Culture and the People y en la
norteamericana: Mass culture o Culture of the Masses…La expresión norteamericana
apareció en francés y la circular anunció la conferencia con título de Cultura de
Masas. Cuando en 1947, se publicó el texto de su conferencia, el editor de la
UNESCO la tituló: ¡“Las élites contra la cultura”¡ (Armad Mattelart Diversidad cultural y
mundialización. Piados Comunicación 168, P. 59).

Concentrándonos en la influencia de Santos a través del tema de la Paz como


elemento coyuntural que utilizó “adecuadamente” para conseguir el triunfo en la
segunda vuelta de las elecciones y convertirse en presidente -movilizar la clase de
masas, la clase popular- al difundir que la paz está al alcance de todos o por lo menos
eso se pudo a preciar en su campaña, “Unidos por la paz”, donde predomino la
palabra PAZ en la palma de la mano de personas comunes, actores políticos
“rivales” , como Antanas Mockus; el apoyo de Ingrid Batencurt (que estuvo en
cautiverio 6 años); “Por eso apoyo el proceso de Paz que está liderando el presidente
Santos. Por encima de todo: La paz”… artistas, sindicatos e indígenas que incluso
aseguraban que no eran santistas pero apoyaban vehementemente su intención de
jugársela por la Paz.
“Los productores especializados de la cultura son, en medida decisiva, los hombres
que se ocupan profesionalmente de la producción y transmisión de esa concepción de
mundo en los diversos campos del arte, la literatura, el derecho, la política… para que
pueda hablarse de una cultura, sin embargo, se requiere que esa concepción de
mundo se encarne cotidiana y socialmente en la práctica de grupos sociales
importantes. Debe convertirse ella misma en un principio educativo dentro de la
sociedad; debe ser transmitida mediante instituciones que logren hacer una unidad
entre intelectuales y simples”. (Brunner, 1988, P. 157).

Este proceso político se materializo en el terreno de lo simbólico, sin siquiera tener en


cuenta que es la paz para los colombianos, que saben de ella, como la viven y
esperan vivirla; que a juzgar por nuestra realidad sumida en el conflicto desde hace
50 años ya no se trata de tener esperanza de paz, si no que los Colombianos votaron
por un futuro cercano de reconciliación, de dialogo y de paz, es decir, de un presente
que debe manifestarse en experiencias de paz. Pero, ¿Cómo despolitizar la Paz
hasta tal punto que los colombianos interioricen un sentido y significación
propia en torno a esta?
Propiciar momentos de producción cultural en el espacio público a través de lo que
como Colombianos consideramos nos une, nos define y distingue, es decir, vivencias
positivas que influyan en nuestra vida cotidiana para lograr construir una conciencia
de paz a través de múltiples experiencias que se consolidan en lo autóctono, en este
sentido se trata de unificar el discurso de paz a través de la diversidad que caracteriza
las manifestaciones culturales de cada una de las ciudades del país –más de 5.800
en todo el territorio nacional-; el folklor las fiestas del pueblo y para el pueblo,
aprovechando el acceso relativamente generalizado a estas manifestaciones –en
Barranquilla, el carnaval; en Medellín, la feria de las flores; en Cali, el carnaval de
negros y blancos- a través de instituciones mediáticas públicas y privadas vincular el
arte a una nueva forma de gestión que represente los intereses colectivos y el más
importante: nuestra cultura con experiencias de paz.
Más espacios de paz, que propicien el desarrollo integral de experiencias de paz en
todas las comunidades, como parques y plazas que sí bien es cierto a nivel general
alguna vez sirvieron como escenarios para delinquir, para el micro tráfico, para la
prostitución y luego a través de su recuperación y transformación se logró que con la
con la implementación de zonas verdes, de juegos para los niños, de máquinas de
ejercicio para los adultos y adultos mayores conlleva a la consolidación de relaciones
de confianza en el espacio público, el respeto por el entorno y hacía los otros.
En el sector audiovisual, si bien es cierto tenemos limitaciones para la producción
cinematográfica, hemos logrado consolidarnos en la producción de series y novelas
para televisión en la que cabe destacar la serie “El estilista”, dirigida por Sergio
Cabrera, producida y emitida por RCN televisión; donde se representó el conflicto
armado colombiano desde una perspectiva humana y de paz, más no de rencor,
venganza y violencia ya que mostraron el lado humano de las FARCS y más
importante aún, el proceso de integración social de sus miembros, así como también
la unión y el perdón por parte de la población civil afectada. Fortalecer este sector
como elemento constitutivo en las interacciones cotidianas forjaría procesos de
significación y sentido en torno a la paz, además, liderar proyectos audiovisuales
independientes de intervención y participación en la tv pública, constituye una
narrativa, un modo de contar que garantiza la pluralidad de la forma como vivimos y
esperamos vivir la paz en nuestro entornó más próximo.

“Es probable que los fenómenos específicos de la cultura cotidiana cambien, por el
contrario, lentamente y con la transformación de las condiciones más generales de
organización de la sociedad que rigen las prácticas interactivas más habituales de la
vida diaria”. (Brunner, 1988, P. 263).

Los “medios ciudadanos” y los grandes medios deben tener un proyecto de país, un
proyecto de paz y de lo que significa ser Colombiano mediante un discurso que nos
identifique con experiencias de paz, con un pasado que hay que superar y con un
presente que nos hace nuevos y mejores seres humanos, es decir, profundizar la
cultura de la paz a través de políticas de difusión de contenido en los medios de
comunicación que contribuyan a la formación de hombres y mujeres de paz,
ampliando los vínculos de comunicación entre la esfera pública (cultura pública) y
privada (cultura cotidiana), para lograr interacciones cotidianas de paz que permitan
que nuestro universo de significaciones compartidas sea a través de experiencias de
paz.

Bibliografía

MATTELART, Armand (2006). Diversidad cultural y mundialización. Paidós, Barcelona

Jesus Martin Barbero (1998). De los medios a las mediaciones. Comunicación, cultura
y hegemonía. G. Gili, Barcelona.

Jose Joaquin Brunner (1988). Un espejo trizado. Ensayo sobre cultura y políticas
culturales. Flacso, Facultad Latinoamericana de ciencias sociales.

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