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El descensor

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Contenido Derechos de uso


Editorial ..................................................................... 4 El descensor y todo su contenido original, sea cual
Naturaleza, arte y muerte ...................................... 4 sea su naturaleza, están protegidos bajo los términos
Diario de un estafador ............................................... 4 Atribución - No comercial - No Derivadas 3.0 de
una licencia Creative Commons, la cual establece
El bodegón ............................................................ 4 que:
Ágape ....................................................................... 5
Muertos ................................................................. 5
Historias casi verdaderas .......................................... 6
Tres muertes misteriosas (tercera y última parte) .. 6
Memorias de una bruja… y loca ................................ 7 Usted es libre de copiar, distribuir y comunicar
Pacífico reposo ...................................................... 7 públicamente la obra bajo las condiciones siguientes:
Desde el otero ........................................................... 7  Atribución. Debe reconocer los créditos de la
Gabriel Inane ......................................................... 7 obra de la manera especificada por el autor o
el licenciador (pero no de una manera que
A tiro de piedra .......................................................... 9
sugiera que tiene su apoyo o apoyan el uso
Vivo sin vivir en mí ................................................. 9 que hace de su obra).
En negro sobre blanco ............................................ 11  No comercial. No puede utilizar esta obra
La naturaleza de la muerte .................................. 11 para fines comerciales.
El catalejo ............................................................... 13  Sin obras derivadas. No se puede alterar,
Síndrome post-vacacional ................................... 13 transformar o generar una obra derivada a
La casa en el ciruelo ............................................... 14 partir de esta obra.
Pancho y la patria ................................................ 14 La propiedad intelectual y los derechos sobre todos
los elementos del diseño, tales como colores,
Camagüebax ........................................................... 15
tipografías, gráficos y otros, pertenecen a El
Ciudad borrada .................................................... 15 descensor. Los de textos, imágenes fotográficas,
Ulises y sus sirenas ................................................ 23 tiras y otros contenidos pertenecen y quedan
reservados a sus autores.
Ceniciencia .......................................................... 23
El sillón de orejas .................................................... 23 Para obtener autorización expresa para hacer uso de
cualquier contenido es necesario establecer contacto
El retrato oval ...................................................... 23 previo vía correo electrónico a
La almadraba .......................................................... 26 descensor@gmail.com.
Naturaleza viva .................................................... 26
Lectores opinantes .................................................. 26
Participan en esta edición ....................................... 27

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Editorial Diario de un estafador

Naturaleza, arte y muerte El bodegón


La redacción Jesús H. Olague Alcalá

El término “naturaleza muerta”, según algunos, tiene Tenía un don especial, cualquier rostro que pintara,
su origen en la pintura y se refiere a la representación cualquier paisaje, cualquier escena viva, producía en
de objetos inanimados en un espacio artificial el espectador efectos similares a los que retrataba.
específico preparado para tal fin, sin embargo, hoy en Infantes que reían hacían reír a carcajadas hasta al
día se utiliza para referirse a cosas tan variadas como más insensible espectador; ancianos que lloraban,
la interpretación, en un entorno dado, de las dos jóvenes amantes, borrachos indecentes, plasmados
palabras que lo forman. en sus lienzos llevaban a quienes les admiraban a
Concretizando, nos podemos referir, en su significado romper en un llanto desconsolado, a alcanzar el
original, a un bodegón, un acomodo armónico de clímax de carnales pasiones, a caer en una
frutas, platos y jarrones, entre los que destacan, embriaguez eufórica, de la nada, por la nada.
citando a unos cuantos nada más a manera de Su fama se extendió rápidamente por todo el reino y
ejemplo, los pintados por de Zurbarán o Cézanne, lo más allá de las fronteras. Constantemente llegaban
mismo que a algún florero con girasoles al más puro viajeros a pedirle que les retratara, felices, bellos,
estilo de Van Gogh. plenos, cubiertos de riqueza, rodeados de hombres y
Por otra parte, con la popularización de la fotografía, mujeres hermosos o que pintara para ellos sus tierras
prácticamente todos los grandes fotógrafos, y los no hora yermas e improductivas, convertidas en paisajes
tan grandes, han pasado tarde o temprano por este prósperos, repletos de animales, de cultivos, de sol y
género, arrebatando la exclusividad a sus cercanos agua, porque todos sabían que poseer un cuadro
parientes, los pintores. suyo haría que se replicara al final de cuentas la
En la literatura es preciso recordar al gran poeta estampa en la realidad.
nicaragüense Rubén Darío, quien hace una El clero, ni que decir, le convirtió en su artista
descripción precisa del tiesto de lilas y rosas, que principal, las catedrales de los cuatro continentes
prometen aromatizar el ambiente, al lado de conocidos se iban llenando, a la velocidad de sus
manzanas, peras y uvas negras, que invitan a la gula, propias posibilidades, de frescos suyos, de imágenes
aunque sean todas ellas de artificio. de crucifijos que llevaban a la conversión a los
Pero no, el término no puede ni debe ser limitativo a impíos, de vírgenes en asunción y santos piadosos
géneros específicos de las artes, y es que a que inflamaban la fe, que llenaban las iglesias y
cualquiera puede evocarnos cosas que no son lograban lo que ni los evangelizadores más
precisamente relativas a la pintura, la fotografía o las elocuentes habían logrado jamás.
letras, pasajes impresos en nuestra mente, que lo Pero a Francisco nada de esto le importaba, era
mismo se refieren a paseos por avenidas de joven aún y su vanidad de productor de belleza le
hojarasca en tardes de otoño, que a los inclementes dictaba otros derroteros, otros caminos a seguir; lo
estragos que la imprudente mano del hombre ha que siempre le inquietó hasta convertirse en una
ocasionado en nuestra gran casa y a las formas en obsesión y una desdicha que le corroían por dentro,
que ésta toma venganza de tan ingratos inquilinos. era el deseo de dominar siquiera un poco la
naturaleza muerta, era tan perfecto su arte vivo que
al pintar una manzana separada del árbol que le daba
vida, perdía en la tela su brillante colorido, en unos
pocos días se marchitaba, se pudría, y hasta llegaba

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a llenarse el ambiente del desagradable aroma del


fruto que, en lugar de incitar al pecado, resultaba
francamente vomitivo.
Se retiró pues el pintor a disfrutar de su maestría y de
la comodidad que los ahorros de años le brindaban,
de la fama por su trabajo, con una única idea en la Ágape
cabeza, lograr crear, antes de morir, un bodegón que
fuera digno de ser comparado al menos con el más Muertos
imperfecto de los bustos y paisajes que había pintado Francisco Cenamor
en su vida, en su corta trayectoria.
Y aunque se retiró del todo, recibía constantemente Se agostaba la mies en mayo.
visitas de bellas damas y elegantes caballeros de la
Temprano, subía solo al monte.
más refinada sociedad renacentista, que guiados por
sus vanidades y codicias o por la fama del artista, Jugaba a estar perdido.
acudían a pedirle un cuadro, uno más, el último, no Terminaba siempre por sentarme
importaba el precio que hubiera que pagar. más arriba del pequeño cementerio.
Veía las tumbas,
Visitas que terminaban entre la exasperación, la
algunas, pequeños montículos de tierra.
desolación y la impotencia ante la eterna y rotunda
negativa del artista a volver a lo que le había dado Oxidadas cruces de hierro las presidían.
fama y reconocimiento, ante la imposibilidad de Lápidas de azulejos, cemento, ladrillo.
convencerle, a cualquier precio, de que les En un rincón verdecido, con sus cristos
concediera el privilegio de ser los últimos en recibir el ensangrentados,
favor de su sensibilidad creadora. Negativa que se las de mármol: biografía inútil de sus habitantes.
daba el lujo de entregar gracias a que aún gozaba de
la protección de reyes, nobles y obispos que Ante esa visión jugaba a la muerte.
entendían que si un día les pintara en contraria En las hojas de un acebo, en sus púas,
situación perderían, de golpe y tajo, los beneficios clavaba hormigas, escarabajos,
obtenidos del pincel del artista. cortapichas, zapateros. Mi mayor tesoro:
Dicen en el pueblo que los visitantes no deben un avispón que arrebaté, aún vivo,
criticar, ni opinar siquiera, el cuadro que, a medio a una marcial columna de hormigas.
pintar, se encuentra justo al centro del gran salón; Don Manuel, Doña Elvira, Jacinta, Ezequiel,
que no se debe decir, aunque sea en voz el niño Carlitos, ocho años, muerto en 1915.
prácticamente imperceptible, que le falta alguna uva o Con un rotulador escribía la fecha en las hojas.
un jarrón, que se vería mejor si tuviera una manzana
de tal color o una pera de tal forma, que no hay que Todos los muertos estaban en mi camposanto.
reaccionar ante el contraste entre la belleza de las
También Don Ignacio, el primer profesor
formas terminadas y lo burdo de las partes
que en el colegio me pegó con su regla de hierro.
inconclusas de la imagen, que de hacerlo será lo
último que se les escuchará decir, y lentamente se Lo atropelló un coche días después de que clavase
marchitarán o quedarán inmóviles, secos, mientras en las púas del acebo una cucaracha con su nombre.
aparece un fruto o un objeto de perfecto trazo en el
cuadro que afirma el viejo Francisco de Zurbarán no 1936-1939. Lápidas con cruces,
haber vuelto a ver siquiera desde que, lleno de emblemas, encendidos epitafios.
frustración por no poder pintar una simple escena En mi santuario de niño, puse una flor
inerte, abandonó para siempre la pintura, hace treinta por cada esqueleto de la fosa sin fecha
y tantos años. que se escondía tras el monte.

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Un cráneo, un agujero. Recuerdos amontonados. El Licenciado me hizo pasar a su oficina para


Aún la sombra de un zorro robaba alguno. explicarme que había sucedido ese día. Entré con
cierto temor, porque la casa del viejo me resultaba
Eusebio Jiménez. Recuerdo el nombre y apellido aterrorizante.
del último muerto antes de que enterraran a Abuelo. El anciano abrió una pequeña caja fuerte empotrada
En alguna hoja de acebo andará todavía pinchada su en la pared y sacó un fajo de billetes que empezó a
corbata. contar despaciosamente mientras me miraba de
reojo, como calculando si no estaba cometiendo un
error al dejar que yo viera todo el dinero que tenía.
Contó la cantidad que me había ofrecido y me la dio
con un suspiro, como si estuviera despidiéndose de
un hijo que va a la guerra.
Historias casi verdaderas - Le contaré lo que sucedió esa noche.. Yo estaba
esperando a Cacho quien tenía que pagarme cierto
Tres muertes misteriosas (tercera y última parte) dinero y mientras lo hacía fui al baño que tiene al lado
del garage y tuve la desgracia que la puerta se cerró.
Edgardo Castillo "Zumm” No pude abrirla desde adentro y me quedé dormido.
En ese momento llegó usted y dedujo que yo estaba
muerto. Pero no era así.
- ¿Qué se le ofrece? -me preguntó amablemente el
muerto. Cuando desperté, estaba tirado en el pasillo y a mi
lado estaba un tipo muerto al que tapé con una
No podía contestarle porque estaba atragantado por frazada multicolor que estaba por allí. Me dio mucho
la emoción. Saqué de mi bolsillo el cheque y se lo miedo y salí de la casa de Cacho casi corriendo.
mostré. Se le agrandaron los ojos como el dos de Después me enteré que Cacho también estaba
oros al imaginar una transacción comercial y como muerto. Desde entonces no regresé más a esa casa
todo usurero se frotó las manos en forma automática. maldita.
Sacó las cuentas mentalmente y me ofreció una
cantidad bastante irrisoria. Acepté porque no me - Entonces hay un asesino libre que lo conoce a
quedaba otra y reaccionando le dije que yo lo usted y que lo matará ni bien lo encuentre. Debe ser
conocía. un criminal a quien no le gusta dejar cabos sueltos…
Me miró con los ojos entrecerrados tratando de - El asesino también podría ser usted -me retrucó el
ubicarme en su memoria. viejo, con los ojos muy abiertos.
- No lo recuerdo en absoluto y creo que jamás lo he Tenía razón. Le enterré el pequeño puñal, en medio
visto -me dijo con seguridad. del pecho, tal cual hice con el primer muerto.
- Cuando yo lo vi, usted estaba muerto, sentado en el Junté todo el dinero que había en su caja fuerte y lo
inodoro de un baño, en el garaje de la casa de guardé en mis bolsillos. Con mi pañuelo traté de
Cacho. borrar todas las huellas que pude haber dejado. Corrí
a la salida de la casa por el largo pasillo lleno de
Se sobresaltó y se puso blanco como el papel (como espejos, que creo que eran 26 y en todos ellos se
el papel blanco, naturalmente). reflejaba una figura como sacada de otro tiempo que
- ¿Usted me vio ese día? -me preguntó estupefacto me seguía. La figura me señaló levantando su mano
- Yo lo saqué del baño y también vi a otro tipo muerto y me pareció ver que de su dedo salía una llama.
con un cuchillo clavado en el pecho y también vi a Se me doblaron las piernas y sentí la quemadura del
Cacho, muerto en su cama con una enorme herida en disparo a un costado de mi pecho…
el abdomen. -¡Vieja maldita! -alcancé a mascullar- Seguro que me

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dio en el bolsillo donde guardo los porros… Desde el otero


Escuché otra explosión junto a mi oreja, y sin poderlo
evitar, caí muerto. Gabriel Inane
José Luis de la Fuente

Cuando escuché la voz de Gabriel Inane en mi


teléfono móvil y su risa burlona de siempre, no pude
Memorias de una bruja… y loca evitar un estremecimiento. Su risotada era como si te
hubieran soltado un alacrán en el oído; sientes un
cosquilleo inquietante, y sabes que en cualquier
Pacífico reposo
momento te puede doler. Hacía tiempo que nada
Claudia Palatucci “Jezabel” sabía de él. Nunca lo soporté. Evité preguntar cómo
había conseguido mi número porque no me lo habría
dicho, y además, se hubiera atragantado con aquella
Como una vida nueva…
estúpida carcajada que sonaba como el ladrido de un
¿Acabas de renacer?... ¡qué dices!
perro trastornado.
No es por falta de fe, sino por ignorancia
y por sacrílego castigo que aborrezco Creo que Inane no era su verdadero apellido; dicen
tus entrañas retorcidas… que se lo puso de apodo Santos “el juglar”. Santos
era uno de esos poetas que dedican un poema a
cualquier cosa que se les pone por delante. De esos
Lúgubre penumbra que hace hueco
copleros de verso corto y rima disonante, de correcta
en un papel… no merece redención sintaxis y semántica imposible. De esos vates que
ni vientos de agua viva… escriben de forma simbolista y codificada; cuando
Más merece un golpe tierno lees sus composiciones, no sabes si sentirte
con soplete y hierro fiel. gratificado u ofendido porque sólo ellos saben
realmente lo que han querido decir. Cuentan que
Santos murió de ambrosía al dedicarse a sí mismo
una de sus odas. “El juglar” decía de Gabriel que de
tres palabras que salían de su boca, cuatro eran
falsas. Y era cierto. Gabriel siempre me pareció un
hipócrita, un farsante, un patán descerebrado y el
tiempo no hizo más que darme la razón.
El breve preámbulo de frases típicas de saludo a
través del teléfono, que me sonaron más vacías y
vacuas que nunca, dieron paso al verdadero objeto
de la llamada. Al parecer había conseguido la
“Naturaleza muerta”, óleo del gran maestro flamenco
Van der Girter. Me quedé desconcertado. El óleo
desapareció bajo la ocupación nazi y se había dado
por perdido. Según me dijo, había invertido todo su
patrimonio en él y como sabía que la pintura me
apasionaba, me propuso echarle un vistazo antes de
venderlo. Me contó que tenía varios compradores en
ciernes que multiplicaban por cuatro lo que él había
desembolsado. Yo, como experto en arte, hubiera

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dado cualquier cosa por ver aquella obra maestra Aunque la fachada estaba efectivamente reformada,
aunque sólo fueran unos minutos y puesto que no el interior estaba descuidado y acorde a la cantidad
sabía, ni quería saber, de donde venía ni en donde de años que tenían aquellos edificios. Me presentó a
terminaría al final aquel cuadro, me tragué todos mis su mujer, Martina. Así que, debajo de todos aquellos
prejuicios y sin pensarlo dos veces acepté. postizos, maquillajes, implantes y extensiones, debía
Helen conocía a Gabriel. No me fue fácil, por lo tanto, de estar la buena de Martina. Martina no había tenido
convencerla para que me acompañara. Helen era, suerte en la vida. Se casó muy joven y su primer
probablemente, mi última oportunidad de tener una marido la dejo al poco tiempo por una mujer veinte
relación estable con alguien, después de haber años mayor que ella. Tardó en volverse a casar. Su
fracasado con todo éxito en el pasado. Nuestra larga segundo marido también la abandonó, pero esta vez,
relación pudiera parecer trivial y superficial, pero por una mujer veinte años menor que ella. Para
cuando la verborrea trascendental me encaminaba remate, ahora estaba con Gabriel. Tenía una risita
hacia sendas de las que difícilmente se puede salir muy parecida a la de él. Tal para cual, pensé.
sin formular una proposición definitiva, su respiración Nos sirvió una copa de vino que, francamente, me
se volvía irregular y entrecortada. Esto era una señal pareció simplemente repulsivo. Mientras me
de alarma que me hacía desviar la conversación, comentaba una vez más, el astronómico precio que
irremediablemente, hacia cualquier tema banal que había pagado, nos dirigimos al pequeño salón en
ayudara a recuperar y estabilizar la perdida y donde se encontraba el lienzo. Cubierto con una gran
deseada futilidad. Pelo liso, largo, moreno... Ojos tela púrpura, se situaba en la pared principal de la
verdes, oscuros, profundos...; antes de mirarme en sala. Tiró levemente de la lona, que cayó al suelo
ellos, me suelo despedir de mis amigos porque nunca dejando al descubierto la magnífica creación. Bajo
sé cuando regresaré. una escasa luz, me acerqué despacio, con los ojos
Gabriel seguía viviendo en el arrabal donde yo muy abiertos, como en éxtasis, mientras que los
también crecí. La fachada del edificio donde vivía, anfitriones sonreían y se miraban con satisfacción.
estaba remodelada y contrastaba con el aspecto viejo Me coloqué mis gafas de cerca y fui recorriendo
y abandonado del resto de las edificaciones. En la palmo a palmo el paño, deleitándome con cada
puerta, seguía estando el famoso Chevrolet Camaro pincelada, con cada brillo, con cada relieve, con cada
del 68. Aún recuerdo cuando Charli Chamorro, un matiz... Mi fascinación se desvaneció de inmediato.
fanático de los coches antiguos, le dijo que lo más En total concordancia con la vida de Gabriel, el óleo
parecido que ese automóvil tenía del 68 era el era, naturalmente, falso.
muñeco de Elvis en el salpicadero. Charli era un tipo Sin girarme y guardándome las gafas contrariado, le
frío y poco delicado en sus observaciones. Cuentan comuniqué mi veredicto. Tal vez fui demasiado duro
que cuando la escultural chica con la que salía le dijo cuando le pregunté, además, si alguna vez había
que estaba embarazada, Charli la recomendó un hecho algo en la vida que no se le deshiciera entre
gimnasio que conocía, para que no perdiera la forma. los dedos. Los anfitriones me miraron sorprendidos e
Abrió la puerta Gabriel. Estaba como siempre, fondón incrédulos, sin dar crédito a lo que les estaba
y con su estúpida sonrisa en la cara. A su lado estaba diciendo. Sus malditas risitas burlonas empezaron a
también el viejo Gandhi, su perro cazador. sonar débil y entrecortadamente al principio,
Inicialmente lo llamó Caín. Cambió su nombre convirtiéndose al poco en una mezcla de risa y llanto
cuando lo llevó por primera y última vez de caza y el cada vez más fuerte hasta límites aterradores. Cogí a
Labrador escuchó el sonido del disparo de la Helen y la aparté de ellos mientras sus carcajadas
escopeta. El can salió despavorido y tardaron seis sonaban distorsionadas y casi diabólicas. Se
días en encontrarlo. Cuando reclamó al vendedor, cogieron de las manos mirándose entre sí; parecía
éste le contestó, zumbón, que también existían que se reían el uno del otro. El panorama era
perros pacifistas y que él había tenido la suerte de espantoso.
conseguir uno. No logró que le devolviera el dinero. De repente y cuando el pánico estaba empezando a

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apoderarse de nosotros, sonaron dos golpes secos y


todo quedó en silencio.
A tiro de piedra
Sin dejar de agarrarnos y petrificados, observamos
cómo, inertes, Gabriel y Martina estaban caídos de
forma grotesca sobre el tejido que acababan de quitar
Vivo sin vivir en mí
del fresco. Sus caras, tenían un horrible rictus burlón. Francisco Arriaga
Junto a sus cuerpos, yacían desparramadas un
puñado de rosas rojas y blancas de plástico que
habían arrastrado en su desplome de una repisa Entre los procesos físicos y biológicos más complejos
cercana. El jarrón metálico y cobrizo, que contenía que constituyen al ser humano se encuentra la
hacía unos segundos las flores, descansaba ahora memoria. Selección, recopilación y reactivación de
tumbado e inmóvil al lado de Martina. La copa de sucesos con finalidades variadas y a menudo,
cristal de Gabriel, no sé cómo, había quedado en su menospreciadas: tan inmediata es su ejecución que
mano y sobre su barriga de pie y sin romperse; sólo es necesario hacer un alto y reflexionar, meditar
unas gotas de vino resbalaban por el cristal. La luz profundamente para apreciar el papel importantísimo
tenue que entraba por el ventanal, incidía sesgada que juega en la esencia misma del ser humano.
sobre la escena, acentuando los magentas del alma Si se mira desde un punto de vista práctico, se
del vino tinto en la copa, generando claroscuros, observará que su función principal consiste en
perfilando los cuerpos desarmados y envolviendo salvaguardarnos de peligros, situaciones que atenten
todo en una atmósfera perfecta propia de las mejores contra nuestra seguridad. Generalmente se le conoce
creaciones pictóricas. En definitiva y si no fuera por lo con estas características con el nombre de
atroz de la estampa, hubiera sido una perfecta „experiencia‟.
naturaleza muerta que habría firmado el mejor artista.
La memoria entra en juego como un ingrediente
Dos chasquidos sonaron nuevamente en el aire considerado injustamente „secundario‟, en los
sobresaltándonos. Seguidamente, la copa con el procesos afectivos. El amor y el enamoramiento,
caldo se rompió definitivamente en mil pedazos ajenos a la memoria, son efímeros, desapareciendo
contra el suelo. apenas se han experimentado o consumado.
Ante nuestros ojos, Gabriel y Martina desaparecieron. La cifra de la permanencia de las demás afecciones
Simplemente, se volatizaron. No había rastro de psicológicas humanas, es igualmente la memoria:
ellos. Sobrecogidos, estuvimos inmóviles no sé odio, parsimonia, temor, esperanza, dolor.
durante cuánto tiempo. Salimos de allí en cuanto nos
recuperamos de la impresión. Si se habla intelectualmente, del cúmulo de datos y la
forma que cierta persona posee de buscar nuevas
Helen y yo jamás volvimos a hablar de aquello. Años relaciones entre las que conforman el bagaje llamado
más tarde, regresé a aquella dirección y solo experiencia, conocimiento o reflexión, el aprendizaje
encontré un viejo edificio destartalado y abandonado, se lleva a cabo eminentemente por medio de la
sin rastro de lo que un día allí sucedió. La pintura que memoria: identifica en primer lugar las cosas
le habían vendido a Gabriel como de Van der Girter, similares, aquellas características comunes a los
había desaparecido. procesos o fenómenos que analiza, y resalta, por
Ahora con el paso del tiempo, me parece que aquello contraste inmediato, las diferencias entre esos
nunca sucedió. Una farsa, tan falsa como Gabriel. mismos procesos o fenómenos, permitiendo su
Tan falsa, como aquel lienzo. Tan falsa, como el fijación en la memoria como un agregado lleno de
pintor Van der Girter. Tan falsa, como esta historia. novedad.
Existe una característica, condicionante imperativa,
que sustenta el cúmulo de fenómenos intelectuales,
psicológicos y afectivos que conforman la memoria: el

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tiempo. indudable de la humanidad y sobre la que se cimienta


Toda memoria lo es de algo pasado, toda memoria es el cúmulo de fenómenos afectivos, psicológicos y
memoria del pasado. Nos encontramos, entonces, físicos -y todo aquello que integre la personalidad e
ante un fenómeno intelectual, psicológico y afectivo identidad de cada hombre- no es otra cosa que la
que obra la recreación y actualización de procesos persistencia humana en el presente vertiginoso,
que ya no forman parte del presente inmediato en el vorágine espacio-temporal bajo la cual perece,
que nos encontramos inmersos: la memoria es constantemente, la Natura.
memoria de las cosas pasadas, de aquello que por Precisamente, el hombre es el único ser capaz de
inaccesible y lejano en el tiempo, puede considerarse conjugar en sus acciones pasado, presente y futuro,
aniquilado, desaparecido, muerto. en sus diferentes formas: el pasado como un ejercicio
La Natura obra en el hombre la dinámica económica de preservación ajeno a la simple utilidad de lo que
de saneamiento sin la cual estaríamos impedidos se recuerda, el presente como un desarrollo sobre el
para tomar incluso las decisiones más elementales: que se tiene -aunque no siempre- cierto control, y el
basados en la memoria de todas las prendas que futuro como la meta hacia donde apunta nuestra
hemos usado desde la infancia, sería imposible existencia, y que se persigue coincida siquiera un
decidir qué es más cómodo, útil, conveniente y mínimo con el resumen que podemos elaborar,
adecuado al salir tan sólo a caminar por los síntesis de nuestras observaciones y decisiones.
alrededores de nuestra casa, y esto sólo por poner un Sólo la vida engendra vida, reza el adagio ético. Y
ejemplo. paradójicamente, la memoria sólo engendra muerte al
Curiosamente, no podía ser de otra manera: las ser memoria del pasado irrecuperable: los
facultades principales del hombre, esas que lo irracionales o brutos -para llamarlos con su acepción
identifican y distinguen de sus parientes lejanos los netamente escolástica- „viven‟ inmersos en un
simios, son aquellas que tienen que ver directamente presente continuo, con atisbos de una memoria
con el uso de la memoria, la toma de decisiones y colectiva dictada por millares de años que se ha
respuestas espontáneas ante determinadas guardado celosamente a nivel celular, genético. Mas
situaciones, y la transmisión ordenada y permanente el hombre es capaz de modificar la memoria de lo
-pero no indefinida ni infinita- de esto mismo a sus vivido, las inclinaciones más oscuras y ciegas
semejantes. dictadas por inclinaciones genéticas o animales, y
transformar a su antojo el medio que le rodea. Y por
Aquello que no somos -lo que hemos sido-, eso que esto mismo, la memoria humana sitúa en su punto
de una u otra forma ya ha muerto -nuestro cabello justo el valor que posee la muerte, ese proceso
cortado, los dientes caídos, las uñas renovadas y mediante el cual se obra la aniquilación de la vida:
arrancadas de nuestros dedos, la piel en su mudanza persistimos sólo para constatar que,
constante e imperceptible- son los rastros que dejan irremediablemente, morimos segundo a segundo.
constancia de nuestro paso por el mundo. Aunque
también hay que decirlo, pocos nos conformamos con La conciencia humana, la conciencia colectiva,
ir dilapidando a diestra y siniestra los vestigios de pareciera ser el único escape a esa aniquilación de la
nuestros naufragios: el hombre busca la inmortalidad, vida biológica, repositorio de la memoria que nos
el reconocimiento de sus semejantes, la perpetuación brinda identidad, y también conciencia de nuestra
de su obra, ser, de su propia existencia, en los propia, irremediable muerte.
demás, como una forma de ser algo más que ese
conjunto de pequeños cadáveres que vamos dejando
esparcidos a lo largo de nuestra vida.
Y resulta esclarecedor observar que el fenómeno de
la vida en cuanto tal, sólo puede advertirse a contra
luz situándolo inmediatamente bajo la perspectiva de
una muerte constante: la vida biológica, sustrato

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En negro sobre blanco Era una tarde bochornosa, y las galerías de arte se
recorren en días de lluvia o de frío, no cuando el sol
La naturaleza de la muerte raja el cemento y todo el mundo anhela remojarse en
cualquier piscina. Había unos pocos visitantes, era
Marcelo Choren sospechoso que se mantuvieran clavados frente a un
cuadro que daba asco, pero junto a la salida del aire
acondicionado. Goldemberg, susurraba a su lado.
La Galería de Arte Goldemberg es pequeña. Una
Imaginé su discurso: «No es cierto que mirar esta
casa vieja, reformada, donde yo, más que mirar los
composición cause daños permanentes en la vista. Ni
adefesios seudo modernistas que Simón Goldemberg
que hablar del buen gusto. Quizá termine para
cuelga de las paredes, me entretengo calculando qué
siempre con su placer estético. Pero, por lo ínfimo
función habrían tenido las habitaciones. «Aquí un
que pido por ella...»
dormitorio, aquí el recibidor»
Así era Goldemberg. Para vender primero debía
Y en seleccionar modelos.
disculparse, enumerar los fallos, mencionar las
Es increíble la cantidad de mujeres que se detienen contraindicaciones, como si se tratara de colocar
frente a un pastiche insufrible y mueven la cabeza de drogas peligrosas. Su ronroneo sumiso, monocorde,
arriba abajo, despacio, como paladeando lo que ni el competía con el ruido constante del equipo de aire. A
pintor sabe qué demonios significa. Esos pintamonas veces, algún posible cliente —adormilado por la
que creen, quieren, ser artistas de vanguardia y no monotonía de esa voz, en trance hipnótico—, se
pasan de extravagantes, de ridículos. ¿Quién daría rascaba el fondo del bolsillo y se llevaba uno de esos
un céntimo por llevarse una de esas atrocidades a su desechos. Quizá para evitarles un disgusto a los
casa? En cambio, hay modelos a discreción. Mujeres pobres diablos que revuelven basura en el vertedero
que, con un solo golpe de vista, puedo imaginar municipal.
desnudas, provocativas o inocentes, despiertas o
Cuando me disponía a irme, entraron dos
dormidas, las piernas cruzadas a la altura de los
muchachas, así que opté por perder un poco más de
tobillos. Recostadas sobre un terciopelo color sangre,
tiempo. Se las veía muy jóvenes. Una era alta, con
que caería hasta el suelo. Rodeadas de piñas,
una mata de pelo revuelto en llamaradas. La otra era
mangos, albaricoques, peras, uvas oscuras. El monte
más pequeña, bonita pero intrascendente junto a su
de Venus, como una fruta exótica más, Así puedo
compañera. Cuchicheaban y se reían quedo.
verlas. Antes, mucho antes de llevarlas a mi estudio,
Descarté a la más vistosa. La modelo, si es
entre azoradas y audaces.
demasiado llamativa, opaca la composición. Los ojos
Nunca empleo modelos profesionales, tienen un no van directo a ella y se pierden los detalles, el efecto
sé qué de dureza mecánica en las poses, una del conjunto. La otra, en cuanto me la figuré sola, dio
especie de prostitución visual que me saca de quicio. el tipo perfecto. Era lo que yo había buscado durante
Siempre elijo mujeres comunes, que no han posado mucho tiempo: una belleza sencilla, no vulgar. Un
jamás, y que nunca soñaron con ello. cuerpo firme, femenino sin ser voluptuoso, armónico,
Goldemberg me saluda con una obsequiosidad servil. con las proporciones que yo anhelaba.
Baja los ojos y se frota las manos. Sabe que yo sí soy Esperé a que se aburrieran, así sería más fácil entrar
un artista, un artista de verdad. Sabe, por alguna en conversación. No tuve que aguardar mucho. Se
charla, de mi formación académica, de mi obsesión había detenido frente a una aberración cromática, y
por el arte, de mi talento. «Llámeme Simón» «Me ya miraban hacia la salida.
encantaría poder apreciar alguna de sus obras, o
Me acerqué a ellas.
mejor, visitar su atelier» Yo le contesto con evasivas,
la Galería de Arte Goldemberg es pequeña, - Es increíble lo que ha logrado este artista -dije muy
demasiado pequeña para mí. Yo sólo vengo a serio. Señalé el lienzo mancillado-. Se nota que al
seleccionar modelos. pintor le dolía la barriga. Y eso se transmite
perfectamente: de sólo ver el resultado ya me duele a

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mí también. Dejé que husmeara por el piso, pero no le permití


Ambas rieron. Mi futura modelo se cubrió la boca con pasar al atelier, donde guardo mis utensilios y las
la mano, un gesto encantador. Era casi una niña. Me obras terminadas.
felicité por la elección. - Basta de curioseos -dije, y le di una palmada en el
Hablamos un poco y dimos otra vuelta por las culo.
distintas salas, haciendo comentarios jocosos, Soltó una risita idiota, de borracha.
volviéndonos cómplices. Comenté que yo también La desnudé sin que se resistiera demasiado. Allí
pintaba. quedaron tirados sus jeans, la blusa roja, los zapatos
- ¿Cuál es tu nombre? -le pregunté a la pequeña. Lo de tacón bajo, las braguitas con puntillas. Al contacto
había mencionado, pero la excitación me había con mis manos se le erizó la piel.
hecho olvidarlo. - Ahora vas a conocer el verdadero arte -dije-. El Arte
- Sofía -dijo. con mayúsculas, el que trasciende, el que vive para
- Sofía -paladeé-. Bonito nombre. siempre.

Un rato después ya me había librado de la chica Abrí la puerta y empujé a Sofía con suavidad por el
vistosa. Sofía se mostraba encantada con mi largo pasillo que conduce a mi estudio. Quería darle
atención. La invité a tomar una copa. Frunció las tiempo para apreciar mis trabajos: es bueno que la
cejas un momento y luego sonrió. «Claro, ¿por qué modelo se impregne con la esencia del creador.
no?» Apenas adentrarse, se quedó boquiabierta. A todas
Cuando indagué qué trago prefería, dudó, indecisa les pasa lo mismo.
entre lo más caro y lo que ella conocía: alguna - Impresionante, ¿no? -me entusiasmé- ¿Qué te
mezcolanza de esas que piden los niñatos de hoy en parece mi colección?
día, seguro. - Tú… -tartamudeó- ¿Tú has pintado esto?
Ordené dos whiskys dobles. Descubrí un temblor en su voz, que se había vuelto
No sabía beber. Se atragantó con el primer sorbo, y aniñada. Intuí que la emoción ante Mi Obra la había
los ojos se le llenaron de lágrimas. Hice como que no dejado sin aliento.
había notado nada. Olvidado su papel de mujer audaz, intentó retroceder.
- Repíteme tu nombre -dije al rato, cuando ya En ese momento era ella misma: la Sofía que hasta
respiraba con normalidad. hacía poco iba al colegio con trencitas y falda
- Sofía. escocesa. La que alineaba sus Barbies y les
cambiaba vestiditos. Las modelos son tan
- Precioso -dije-, y precioso como lo pronuncias. predecibles.
- ¿De veras te gusta? - Espectacular, ¿eh? -dije, orgulloso de mis
- Mucho. ¿Fumas? creaciones.
Le ofrecí un Gitanes, pero lo rechazó con la mano Mi Sofía debía disfrutar a pleno, llenándose los ojos
extendida, como saludando desde el autobús escolar. con tanto arte. Le deslicé el índice por la espalda,
contándole las vértebras. Se estremeció. Tomándola
Hablamos mucho tiempo. Sofía me contaba cosas de un codo, la hice girar hacia mí. Sus ojos claros
inverosímiles, para impresionarme, imaginé. aparecían dilatados, la boquita entreabierta. Desnuda
Cuando repetimos la vuelta de bebidas, ya se le y frágil, se me antojó un pájaro.
trababa la lengua. Le propuse subir a mi estudio y - Mejor me voy -susurró-, ya es tarde…
hacer algunos bocetos. Fingió no alarmarse, fiel a su
representación de mujer experimentada. No pude contener una risita.
- ¿Irte? -la atajé-. ¿Justo ahora que empieza lo

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mejor? búsqueda de cuerpos apropiados, el ronroneo de


Quiso librarse de mis brazos, taparse los senos con Simón, rogándome que le permita ver mis trabajos,
sus manos; cruzar las piernas, acometida por un poniéndose a mis pies.
súbito pudor. La sostuve con firmeza. Quizá acepte sus súplicas y lo invite a mi atelier,
- Por favor -dijo, derrumbándose. Las lágrimas le nunca he trabajado con modelos masculinos.
empañaban la mirada-, por favor, no.
Se orinó.
Pude oler su orina antes de apreciar cómo corría por
sus muslos. Todas, antes o después terminan
orinándose. Es tan excitante, tan inspirador. El catalejo
Tuve que arrastrarla hasta la tarima de posado. No
gritó, parecía narcotizada. Igual cubrí su boca con Síndrome post-vacacional
cinta de embalar. No me importa que griten un poco,
nadie va a oírlas aquí, me he asegurado de ello. Pero Andrés Portillo González
agradecí su silencio, que me dejaba preparar la
composición con más comodidad. Todo vacío en septiembre
Cuando vio el alambre se resistió. Me senté a y un vaso vacío con carmín en el borde
horcajadas sobre su vientre y le di un golpe. Terminé tu último beso del verano.
de atarla cuando ya volvía en sí. Luego utilicé mis Mi dirección en tus manos
varillas de hierro para darle la posición correcta. Me papel tiznado.
gusta empezar por las piernas, ver cómo el metal Una caricia embustera.
entra en la carne, cómo puedo torcerlo dentro del Una promesa cogida con pinzas.
cuerpo hasta quedar como yo deseo. Sigo por los Y el aire que se mastica, aún denso.
brazos, el tronco. Si la modelo tiene manos bonitas - Y la arena que retorna al mar, pisoteada.
las de mi Sofía eran ideales-, uso otras varillas, muy Un castillo que se desploma.
finas, una en cada dedo, hasta llegar a la muñeca. Un pozo profundo que se agota
Me gusta aprovechar al máximo lo que cada mujer
La última ola sin espuma.
ofrece.
Un niño que no quiere volver al frío
Reservo las agujas para el final, para modelar los y llora porque se quema los pies.
labios y los párpados. Un hombre que mira el horizonte turbio,
Una vez su cuerpo quedó a mi gusto, corté los y chasca la lengua, y se resigna.
alambres, Sofía no iba a irse, ni a moverse siquiera. Una mujer que cierra los ojos
Encendí los focos y distribuí las frutas: unas naranjas para amarrar un anhelo de color caoba,
valencianas, manzanas rojas y verdes. A último musculado, que no pudo ser.
momento agregué dos truchas frescas. Arriamos las banderas de colores
Me dispuse a bocetar. Debía darme prisa, las ya abrasadas, ya rendidas.
modelos no duran más de dos o tres días, después Nos decimos adiós con las manos.
se ajan, desmerecen la obra. Juramos volver a vernos
Pinté como siempre, con furia, con rabia, con en la próxima adolescencia,
urgencia creadora. en agosto, a vuelta de la esquina
Luego tocaría desmontar todo, limpiar los soportes, Y regresamos con los brazos caídos,
desmembrar el cuerpo, la bañera con ácido. abatidos,
a la naturaleza muerta.
Y de nuevo merodear por la galería Goldemberg, la

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lote, que el pago es al contado y para qué tanto


parque. El quiere su tierra, con un empecinado
patriotismo que bien le vendría a mucho malparido de
dos patas.
Por la noche lo cruzo y me jode mirarlo, porque no
me da el estómago para ofrecerle la estúpida caridad
La casa en el ciruelo de mi asilo. El no quiere irse, ni siquiera se incorpora
cuando se le acercan, sigue pegado al piso y le
Pancho y la patria cambia la mirada si uno intenta tocarlo. No es un
perro que busca un hogar, sino que le devuelvan el
Sergio Manganelli que le corresponde. Quizás en la inocencia de hallar
aún a sus amos, que muertos o atareados se
marcharon. Si uno pudiera explicarle, sería difícil
Pancho es negro, mestizo y melancólico. Cada convencerlo, porque la lógica humana es casi
noche me mira pasar y a veces dedica un tímido siempre reñida con la nobleza del instinto.
menear de cola, sin emoción, como quien levanta la
mano para corresponder un saludo de buena Espera una mañana, en que en lugar del Blindex
vecindad. Está allí hace tiempo, con su tierna vuelva a estar el viejo portoncito, el cerco de
anatomía peluda ocupando cada noche una misma ligustros, los árboles del fondo y la mordida lata sobre
parcela de vereda. No es callejero, ni extraviado, él la cual goteaba la canilla. Su revuelo de hormigas y
tiene su pequeña comarca de baldosas y resiste a los jazmines, en vez de la pulcra cerámica del suelo. Su
embates del clima, el transitar humano, las escobas excremento y orín antes que cloro de piscina y
odiosas. kerosén por litro. La marca de sus patas donde hoy
ocupan esas espantosas bestias de acunar
De tanto observarlo en la misma actitud, en el mismo mampostería. La cueva de sus osobucos, la pelota de
lugar, día tras día, siempre limpio de pelaje y mirada, goma y la ropa tendida. El chico que vuelve de la
con su callado reclamo, en su digna protesta, escuela y destapa las ollas, impregnando la vida de
descubrí que no está allí por casualidad ni capricho. aroma a lugar propio. Espera las pantuflas del
Detrás de lo que hace meses es el imponente local atardecer y la lealtad de acompañar hasta en la
de una ferretería, estaba su casa. Lo que hoy es muerte. El romero donde se apilan las palas y los
hormigón y hierros entramados era -seguramente- su picos. Las glicinas trepando aún más que la maldita
patio de cachorro, la tierra de sus juegos y sus estantería. Las voces entrañables del susurro, en vez
huesos. de este tumulto de urgencia consumista. La caricia
Algunas tardes, si el calor agobia, se mete en el local genuina antes que la piadosa palmada. Espera sin
y toma posesión de un rincón que sabe le pertenece, resignación, con una esperanza tan viva como la vida
por derecho natural o animal, por lealtad o por simple misma.
dulzura. Alguien le acerca un balde con agua y vaya Pancho no gime, ni gruñe, espera. Confiado en que
a saber dónde consigue su alimento, pero ahí está, algún día, vaya uno a saber por qué motivo, las cosas
intransigente y manso, esperando que alguna vez vuelvan a estar en su lugar y a cada cual lo suyo,
demuelan esa mole que le quitó el ladrido. incluso a aquella avispa que alguna vez le aguijoneó
Pancho no sabe de exilios económicos ni el hocico.
disoluciones conyugales, no entiende de
departamentos más chicos y fáciles de limpiar, ni de
vender antes que rematen. No le interesa cómo serán
los perros en Barcelona, ni su ascenso social al
balanceado Premium. Poco le importan las buenas
condiciones de venta por la ubicación comercial del

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“Hoy se aparece Sángara en la casa como mi


protector. Lo que experimento ahora no son
Camagüebax presentimientos… es la realidad”, piensa Teófilo, al
percatarse del motivo de la inesperada presencia del
Ciudad borrada campesino en su casa. Días antes había comentado
lo mismo a su familia, que ya dudaba de sus
Lázaro David Najarro Pujol
capacidades mentales.
- Me atormenta la idea de que el poblado sea
I destruido por una ola gigante. Lo que pregonan
La tarde del miércoles 8 de noviembre de 1932 muchos por aquí, que el mal año entra nadando, es
palidece de una forma rara. Un sol intenso rojizo se muy cierto.
aprecia en el horizonte. No obstante, el atardecer es Es un presentimiento que no lo deja ni siquiera
extraordinariamente bello. En el mar, en calma total, dormir.
se reflejan los colores azul y rosa intenso, en el
La noche transcurre normalmente. En el amanecer
noroeste, y azul y rosa oscuro, en el suroeste. La
del día 8 el mar llega hasta la puerta de entrada de la
marea sube lentamente. Se percibe una brisa suave
vivienda de Teófilo. La casa del pescador está
que en la medida que transcurre el tiempo se
pegada a la costa, precisamente en la zona más baja
enfurece.
del poblado.
El telegrafista, Leonardo Vila Aróstegui, recibe un
mensaje que indica que el huracán no ofrece peligro
para el poblado de Santa Cruz del Sur.

II
El día 7 de noviembre por la tarde, extrañado, Teófilo
González Mantilla recibe en su casa a su cuñado
Sángara. No lo esperaba. “¿A qué habrá venido?”,
piensa.
Su cuñado vive en Macareño. Teófilo había
construido su hogar recientemente, con paredes de
caoba, cedro, jiquí y techo de zinc.
Comenta con Sángara que no le agrada el tiempo. - ¿Ahora entiendes, Sángara, que el problema no es
de los nervios? Recuerda lo que dice el refrán: Nunca
- ¡No joda, Teófilo! El mar esta como un plato. la nube va contra el viento.
- Que va cuñado, yo escucho un sonido muy extraño - De todas formas, que la marea suba es algo normal
que procede del mar. Percibo una ardentía. aquí. La mar continúa en calma.
Sángara no presta mucha atención a los - Cuñado, no seas tan necio, recuerda que las
presentimientos de su cuñado. palabras del anciano son un oráculo. Y los viejos
- El problema tuyo es de los nervios. Por ese motivo pescadores de aquí presienten el peligro. Recuerda
he venido para no dejarte solo. la profecía del sabio sacerdote Padre Valencia, que
hace sesenta y tantos años anunció la total
La hermana del pescador le había pedido a su desaparición del poblado.
esposo:
- ¡Está bien! ¡Está bien! De todas formas me quedo
- Sángara, vete para Santa Cruz y vela a Teófilo. Por
aquí contigo.
su cabeza pasa algo raro.

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Por la tarde tuvieron que quitarse los zapatos y andar - ¡SOS!


en short. Esa noche no pudieron dormir. Sángara se El mensaje se repite tres veces y su cuñado lo
nota preocupado y se lamenta de no encontrarse en traduce al español:
su casa con los suyos. Pero ya tiene que permanecer
aquí porque todo se comienza a inundar. Quedan “El huracán, que se encuentra en el Golfo de
atrapados entre el agua de mar y el río Najasa que lo Honduras, ha recurvado y se dirige a un punto de la
tienen detrás. costa de Cuba. Se dirige a la costa sur de la provincia
de Camagüey, al puerto de Santa Cruz del Sur”.
Unos 20 minutos más tarde el locutor repite el
III mensaje en inglés.
Tres muchachas muy jóvenes caminan por la calle - Armelio, arranca el camión y llévate tu familia para
arenosa de Playa Bonita. Rosa Torres Acosta y las la casa de Perico Salazar. El huracán pasará por aquí
hermanas Zoila y Clotilde Ponce de León Torres. - le alerta de pronto el americano a su cuñado.
Todos los días realizan el mismo recorrido. Se dirigen
a la caseta de la Cuban Telephone Company en
Santa Cruz del Sur, ubicada a unos metros del mar. V
Las tres pasan inadvertidas a la vista de la gente del Los rostros de las tres telefonistas se contorsionan.
poblado. Rosa, Zoila y Clotilde, se notan preocupadas por el
Es 8 de noviembre de 1932. El reloj indica las 7 de la brusco cambio del tiempo. Es 8 de noviembre de
noche. Se escucha un parte meteorológico en la 1932. Pero a las muchachas les corresponde la
radio, muy distinto al recibido por el telegrafista, responsabilidad de establecer comunicaciones con la
Leonardo Vila Aróstegui. Pocas personas poseen en ciudad de Camagüey para solicitar un tren de auxilio.
sus casas ese ingenio de la ciencia. El poblado es amenazado por un huracán de gran
intensidad.
Se anuncia un huracán. El parte ubica el centro del
fenómeno atmosférico a 150 millas al oeste de Aún el meteoro no atraviesa el poblado, pero se
Jamaica. Se mueve al norte noroeste. Todos percibe su furia.
duermen tranquilamente. Transcurre el tiempo. El Rosa, Zoila y Clotilde presienten antes que muchos el
destino de Santa Cruz del Sur comienza a cambiar. peligro, pero prefieren arriesgar sus vidas antes de
abandonar su puesto de telefonistas en el momento
en que es imprescindible continuar realizando las
IV peticiones de socorro con la voluntad de salvar de las
La Casa de Armelio Lara Correa es de piso alto, se furias del mar, las lluvias y los vientos a miles de
encuentra entre las dos calles de Playa Bonita, en el personas.
callejón de Avalo. Rosa recibe una llamada telefónica desde
El joven, que ya había cumplido los 25 años de edad, Camagüey.
se dedica a la venta de pescado, que envía para - Buenas noches, ¿La Cuban Telephone Company de
Camagüey y Florida. Cuentan con un camión Santa Cruz del Sur? - se escucha una voz.
reconstruido de un Ford, de los llamados tres patá’.
Pero el pescado lo embarcan en tren. - Buenas noches. La Cuban Telephone Company
para servirles.
El día 8 Armelio se acuesta temprano porque tiene
que madrugar. Su cuñado, Eduard Joseph Víctor Frei - Tenemos un mensaje urgente de la Cuban
Varona,1 de nacionalidad americana, sintoniza la Telephone Company para ustedes.
radio, escucha una estación de Miami que transmite La compañía de teléfonos les indica que abandonen
los resultados de las elecciones en Estados Unidos. la pequeña caseta convertida, por voluntad propia de
De momento la transmisión se interrumpe. las tres jóvenes, en cuartel general para las

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comunicaciones con la capital provincial. Rosa para adoptar medida alguna. Pronto el mar toma
consulta nuevamente con sus compañeras la posiciones en las zonas más bajas de la larga calle
decisión. Las dos hermanas están de acuerdos en de la Marina y en los callejones perpendiculares.
secundarla. Rosa, Zoila y Clotilde se percatan del peligro, pero
- No podemos irnos ahora de aquí. Primero tenemos continúan en sus puestos de labor.
que tener respuesta del tren de auxilio. Lentamente la marea toma altura y comienza a
Se negaron en la esperanza de poder mantener el penetrar por la rendija de la puerta y las tablas de las
enlace. paredes de la caseta de la Cuban Telephone
Company. Afuera se escucha el silbido ensordecedor
del viento y el golpe de las olas contra las frágiles
VI paredes del local. Las tres jóvenes continúan con los
audífonos pendientes a cualquier señal de auxilio, no
Rafael Olegario Marín Placeres espera la orden para para ellas sino para el pueblo desamparado y dejado
conducir su locomotora hacia el puerto de Santa Cruz al azar de su suerte.
del Sur que es amenazado por un terrible huracán.
Es el 9 de noviembre de 1932. Viste un “overall” azul - No todo está perdido - dice Rosa para animar a las
con tirantes, chaqueta de mangas largas del mismo dos muchachas.
color con botonaduras doradas y la gorra Prosiguen transmitiendo los pormenores del huracán,
reglamentaria. La locomotora había entrado en el desafiando a la muerte. Amanece. El mar hace flotar
andén de la colonial Estación Central de Camagüey. primero los muebles y después las aguas comienzan
El tren de pasajeros había llegado de Nuevitas. a entrar por los ventanales. Los que están al otro lado
El maquinista, extrae de su bolsillo su reloj “Watlam” de la línea telefónica, de pronto dejan de escuchar a
de oro macizo para comprobarlo con los relojes que las operadoras santacruceñas. Elmmar invade
están en el andén. El maquinista, alto y grueso se paulatinamente la ciudad en un ascenso gradual pero
nota intranquilo. Le preocupa la espera. De vez en implacable.
vez pronuncia algunas palabras en un inglés perfecto, Rosa, Zoila y Clotilde se abrazan en un intento
como hablando consigo mismo. La compañía desesperado por mantenerse unidas. Una ola
ferroviaria exige el pago de 500 pesos por el servicio gigantesca cubre la caseta de la Cuban Telephone
del tren de auxilio.2 Company, la levanta como castillo de arena y la
El huracán de categoría 5 (en la escala Saffir- sepulta entre el agua, el fango y los maderos.3
Simpsom) avanza al oeste, entre el Cabo Gracias a
Dios, en Nicaragua, y Jamaica, en busca de
Centroamérica, pero pronto, en forma de recurva VII
cerrada, se desvía al norte nordeste y se ubica a 150 Teófilo González Mantilla y su cuñado se mantienen
millas al oeste de Punta Negra, en Jamaica, por lo en la vivienda. El agua del mar les da más arriba de
que la provincia de Camagüey se reporta entre los la cintura. Tienen las puertas y las ventanas
territorios de mayor peligro. completamente abiertas. A las cinco de la mañana
El meteoro presenta vientos sostenidos de 222 Teófilo le pregunta a su cuñado algo que de
kilómetros por hora, la velocidad de traslación es de antemano ya sabía:
22 y el diámetro del vórtice de 66 kilómetros. - Sángara, ¿tú sabes nadar?
En Santa Cruz del Sur se comienzan a sentir los - Tú sabes que no, Teófilo.
efectos del fenómeno atmosférico. Tarde en la noche - Cuando te indique, agárrate de mi cinto. Voy a
se inicia una leve llovizna y las nubes cubren la buscar un colchón y le voy a amarrar unas tablas
claridad de la luna y las estrellas. abajo para que nos lleve flotando.
El parte del Observatorio Nacional llega por telégrafo Al momento vino una ola inmensa que estremece la
en la madrugada del 9 de noviembre. No hay tiempo

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casa. Le sigue otra mayor cargada de escombro, que regrese. Una vigueta elevada por los vientos se
fango, sargazo y mangles. La ola parece un león le echa encima y les golpea la cabeza. Al instante
gigante, pero pudo advertir al cuñado: quedan muertas las dos jovencitas.
- ¡Tírate! Las aguas enfurecidas y el viento convierten al
Sángara se agarra al cinto del pescador. Se poblado en un infierno. Con la violencia de un alud,
mantienen flotando encima del colchón. La marea ya las aguas arremeten sobre la costa, levantan en peso
inunda toda Playa Bonita: la calle de la Marina y la las viviendas y las destruye unas contra otras.
calle de Atrás, casi a la altura de un poste de la luz
eléctrica. En ese instante observan un bote que viene IX
a la deriva sin tripulación. Viene en dirección a ellos
arrastrado por las corrientes marinas. Choca con el Ángel Córdova Álvarez permanece desde hace un
colchón que está enredado a unas viguetas. mes en Santa Cruz del Sur. Había recibido, en corto
tiempo, el cariño, y la hospitalidad de la gente del
- ¡Vamos a subirnos al bote! -indica el pescador. poblado. Encontró en muchas personas una amistad
Sángara sube a la embarcación. Un madero le golpeó franca. Cubre el descanso del jefe de la estación del
la cabeza a Teófilo, quien pierde el conocimiento. El ferrocarril. El propio día 9 de noviembre terminó la
bote se aleja arrastrado tierra adentro. Teófilo queda suplencia, pero por esas cosas del destino, no abordó
encima del colchón. el gascar que había salido a las 6 de la mañana
rumbo a Camagüey.

VIII
Manuel Curra, el chofer del carro de bomberos,
detiene el vehículo frente a una ranchería. Viene a
auxiliar a algunas familias. El viento desprende de las
viviendas las planchas de zinc y pedazos de tablas
de madera. El bombero se baja del camión. Camina
tres metros. Una plancha de zinc le corta la cabeza.
El cuerpo brinca y el agua se torna roja. Las mujeres
y niños lloran desgarradoramente ante la espantosa
escena. Armelio Lara y su familia se llevan las manos
a la cabeza y simultáneamente les cubren los ojos a
los niños.
Una adolescente, de unos quince años de edad, trata
desesperadamente de atravesar la calle; otra plancha
de zinc la troza por la cintura. Un gran escalofrío
recorre todo el cuerpo de Armelio. Acelera el vehículo
que zigzaguea para evitar ser alcanzado por las El anuncio del meteoro no alarma a la población.
planchas de zinc y los maderos. Todos lo ven como un nuevo gesto del mar y los
El camión tres patá’ en que viajan, se aproxima al vientos. Las pocas familias que abordan el tren son
almacén de Avalo. La edificación ha perdido el techo. objeto de la burla y la hilaridad de la gente.
Dentro del local se encuentran varias familias, entre Dos horas después de la salida del gascar, Ángel
ellas los hijos de Manuel Cañete, con Rita de Córdova Álvarez comienza a vivir el momento más
Quesada y también los Díaz. amargo de su vida. Le pide al auxiliar que le
Una de las muchachitas, que es “entretenida”, se acompañe.
pone de pie y trata de abandonar el local. La - Él mar ha subido bastante. Hay que buscar en qué
hermana se incorpora y la agarra por un brazo para

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refugiarse. subido en Playa Bonita a seis metros de altura y


En el muelle ha quedado una casilla del ferrocarril. continúa avanzando por tierra firme 25 kilómetros con
Son las 8 de la mañana. La gente se protege en el su carga de muerte.
vagón de carga, con un peso superior a las cinco A las doce del día hay una tregua y de nuevo el
toneladas. Unas 42 personas se reúnen allí, entre huracán se ensaña con la gente. Unas olas inmensas
ellas las familias de Salvador Furiach, Eliécer acaban de destruir lo que quedó en pie del poblado,
Betancourt y otras más. Una ola gigantesca entra a la con la excepción de una casona de madera, de dos
casilla. Minutos antes Eliécer había dado la orden de plantas que resiste la furia de las aguas y el viento
que se abriera la otra puerta para no hacerle durante estas horas infernales. Queda en pie porque
resistencia al mar y al viento y el agua pudiera entrar sus dueños desprendieron las tablas de la planta baja
y salir libremente. En el way hay 40 casillas más que para que las corrientes del mar continuaran su curso.
no pueden resistir la furia del viento y del mar.
Escuchan los gritos aterradores de las mujeres, los X
niños y los hombres hasta que son apagados por el
agua. Ven pasar encima de un piano a una mujer Teófilo González Mantilla, no puede precisar el
completamente desnuda y aterrada. tiempo que permaneció inconsciente. Las corrientes
marinas lo llevan a la deriva. No comprende cómo
ahora se encuentra fuera de la costa. “¿Cuál será el
destino de Sángara? ¿Habrá sobrevivido?
De pronto escucha unos gritos que proceden de una
lancha. Se lanza al agua y nada desesperadamente
hacia la embarcación. Siente frió y un temor inmenso;
pero continúa nadando. Se sobrepone al miedo. El
valor es, a veces, efecto del miedo. En esa
circunstancia recuerda los refranes evocados por su
padre.
Algunas familias se refugian en la lancha. Con la
ayuda de aquella gente logra subir a cubierta. Es
verdad lo que dicen los viejos pescadores del
poblado: La dicha reúne, pero el dolor une, piensa.
Todos están envueltos en una terrible pesadilla, pero
juntos comparten lo poco que tienen.
Como hoja de papel, un vagón de carga es levantado - Teófilo, tómate un poco de café para que entres en
por la furia del agua y el viento, con 150 personas en calor.
su interior.
Es Petronila Cabrera, una de las pocas mujeres
Ángel Córdova ve morir muchas de las personas que pescadoras del Golfo de Guacanayabo.
había conocido desde hacía un mes. Las ve morir
con gran desesperación en sus rostros. Su suerte es - Está malo porque no tenemos azúcar- le dice la
distinta. Sólo la casilla en la que él se encuentra, en mujer.
espera del tren de auxilio, no es virada por las Le parece el mejor café del mundo. Es verdad: en la
fuerzas del mar y el viento. Como una locomotora casa del desnudo cualquier trapo es camisa. Aquel
invisible el viento empuja la casilla por los rieles. La líquido amargo es capaz de animar su estómago.
mole de aire que mueve al meteorito se calcula en
El huracán arrastra todo tipo de objeto: las casas, los
más de un billón de toneladas. En solo dos horas el
huracán cobra decenas de víctimas. El mar había árboles, las empalizadas, las personas... El día 10 los
ocupantes de la lancha levan el ancla y la llevan

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hacia la costa. las manos sobre la cabeza, tienen los ojos secos e
Para caminar por la orilla de la playa Teófilo tiene que inyectados en sangre, la voz apagada, los cuerpos
apartar los cadáveres y los escombros. En una semidesnudos y la piel blancuzca. Parecen
empalizada escucha los quejidos de personas vivas. cadáveres vivientes, que se mueven como
“Son hombres, mujeres y niños...”- dice para sí. sonámbulos, de un sitio a otro y sin rumbo
determinado, buscando a los familiares.
- ¡Sáquenme de aquí…! - se escuchan varias voces
apagadas. Una mujer carga en sus brazos a sus dos hijos
pequeños. Los salvó en un madero. Ha perdido a los
Entre los lamentos a Teófilo le parece escuchar la otros cuatro hijos. El mar se los llevó uno a uno.
voz de su cuñado Sángara. ¿Serán ideas mías? - se
pregunta angustiado. A muchas madres las corrientes y el viento les
arrancaron a las criaturas de entre los brazos. No les
Aníbal Piña, el jefe de sanidad, ordena quemar todas dejó ni a uno solo vivo. Allí están traumatizadas y
las palizadas con la gente dentro. Para evitar una cargarán con ese dolor para toda su existencia.
epidemia. Así justifica aquella barbarie.
Este día inolvidable queda grabado para siempre en
- ¡Qué horror, quemar personas vivas! - dice Teófilo, la memoria de Feliberto Petit Tiá. Es testigo fiel de la
para sí. gigantesca tormenta de viento y agua, que sopló de
El mar viste de luto a miles de madres, hermanos e este a oeste y de sur a norte de forma circular. El
hijos. Viste de luto a un pueblo entero. Para Teófilo huracán ha arrasado con cuanto se encontró a su
es la prueba más cruel de su vida. No podrá paso, arrasó con los seres humanos y objetos
recuperarse jamás de la tragedia. materiales. El persistente oleaje y las ráfagas de
viento quebraron las casas de débiles estructuras de
madera.
XI Se observan personas vivas encima de los árboles,
Armelio Lara Correa deambula por las calles cuerpos decapitados por planchas de zinc y tejas de
arenosas de Playa Bonita. Con esa pesadilla del barro que se desprendieron de las viviendas como
huracán cargará durante toda su vida. Son momentos hoja de papel y cadáveres enredados en las
difíciles de olvidar. palizadas y arrastrados hasta ahí por la furia del
No es él solo el que lleva encima la pesadilla. Clara viento, el mar y las lluvias. Muchas familias quedaron
Aurora Betancourt ve perder en pocas horas los atrapadas y ahogadas dentro de sus viviendas. El
sueños de su juventud. Esperaba un gran porvenir mar en su retirada se llevó con él decenas de
siempre color de rosa, pero se convirtió en una niebla personas vivas y también cadáveres.
oscura, tenebrosa y destructora. Decenas de cuerpos muertos estaban a punto de
La comunidad queda borrada del mapa. De un día descomponerse enredados en los mangles de las
para otro el poblado se convierte en escombros. En cayerías más cercanas. En el parque público se ha
horas, sin darse cuenta, el corazón se le amarga. improvisado un cementerio.
A su alrededor algunos hombres cavan varias fosas.
En su interior van echando los cadáveres. En una de
XII las fosas laterales de solo 5 metros, ejecutadas por
Ramón Lazo Gil ve tronchada de la noche a la aquellos hombres, son lanzados uno a uno los
madrugada, el afán de toda una generación de cuerpos amoratados de las víctimas.
santacruceños. Queda en la fosa común un pequeño espacio. El
Sus sueños han sido destruidos. Él y las personas enterrador selecciona del montón de cadáveres los
que lo rodean, con las que había compartido sus cuerpos de tres niños de alrededor de cinco años
sueños y alegrías, se han transformado en pocas para completar el hueco macabro.
horas en seres andantes en la desesperación; llevan

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Más allá en una pira, un vigilante echa leños para de gasolina o de petróleo dándole candela a las piras.
darle candela a los cuerpos putrefactos de familias Escuchará los lamentos de aquellos cuerpos inertes
enteras. La mayoría de los integrantes de la Banda debajo de las palizadas. Verá una columna de humo
Infantil Municipal de Música había perecido. blanco cubriendo todo el poblado. Por las
Loreto Moncada Reinaldo pudo sobrevivir. Tras cesar madrugadas despertará sobrecogida con imágenes
el huracán se encamina al Club de los hijos de los dantescas: una madre con el cuerpo de su hija
Veteranos de la Guerra de Independencia. No muerta entre sus manos y apretada al pecho como
encuentra nada. Ha desaparecido y solo queda la cuidando su sueño definitivo.
pesadilla de este 9 de noviembre de 1932, día de luto
en Santa Cruz del Sur. XIII
El agua había subido hasta alcanzar la altura de un En las cayerías de Las Doce Leguas muchas
poste de la luz o quizás más y el mar se adueñó de personas logran burlar a la muerte. El huracán no
unos 25 kilómetros tierra adentro y de regreso a su pudo acabar con la vida de Pedro Guerra Cabrera,
sitio se llevó las esperanzas de Sabino Rodríguez pero sí deja en él recuerdos que jamás podrá borrar
Menéndez, quien había consagrado su vida al trabajo de su mente. Las escenas de viento y mar
para labrarse un futuro en la vejez. enfurecidos quedarán clavadas en su corazón como
El mar se tragó todo lo que crearon. Devastó las una espina.
casas, los techos, los curvatos4 y las empalizadas. No es solo su sufrimiento y sus angustias, es el
Solo una vivienda de madera de dos plantas, de los sufrimiento y la angustia de todas las personas que
Martínez Milanés, queda en pie al resistir la furia del sobrevivieron la tragedia.
huracán, y en la que sobrevivieron unas 40 personas.
También la fuerza del mar y la violencia de los Santa Cruz del Sur se transformó en cenizas y en un
vientos arrasaron con las tres escuelitas privadas, poblado de fantasmas, tras ser envuelto en un gran
pupitres, libretas escolares, muebles, portales, remolino de viento, agua, fango, maderos, aceros,
puertas, ventanas, embarcaciones, muelles, cadáveres y fuego.
alambradas, pianos y todo lo que encontraron a su Este 9 de noviembre también le golpea muy fuerte el
paso. corazón a Juan Amado Vega Martínez. Un gran vacío
Nunca Rita de Quesada podrá borrar de su memoria queda en su vida. Su casa se convirtió en escombros.
ese infernal amanecer. A su paso, lento, encuentra a Ve muchos cuerpos enredados en las cayerías. Para
mujeres, hombres, niños y ancianos semidesnudos y aumentar la tragedia, las tripulaciones de dos navíos
temblorosos. El poblado inicia este 10 de noviembre de Guerra que están anclados en el puerto, saquean
borrado del mapa. La ciudad no existe, como si el al poblado.
leve roce de una goma hubiese borrado un dibujo a Y Leonardo Vila Aróstegui se siente en algo cómplice
lápiz sobre una hoja de papel. de la tragedia: le correspondió, en función de
Los cadáveres se observan por doquier, junto a todo mensajero de telegrafista, entregar el telegrama
lo que es de madera, escombro y fango. Arden los enviado por el Observatorio Nacional, que reportaba
cuerpos putrefactos de seres humanos y animales en que el huracán no ofrecía peligro para Santa Cruz del
fogatas gigantescas. Sur. Él desconocía que llevaba un mensaje de
muerte. Con ese telegrama -que ahora aprieta
Más de 3000 personas, el 70 por ciento de los indignado en su mano derecha- las familias se fueron
habitantes, quedan sepultadas en el poblado. a la cama sin el presentimiento de la tragedia y
Por esa visión que lleva dentro, a América de la Cruz fueron sorprendidas, en la madrugada, con el beso
del Risco la acompañarán recuerdos espantosos que amargo de las aguas enfurecidas que ya eran dueñas
no le dejarán conciliar el sueño. Le atormentarán de las calles y de las viviendas.
pesadillas. Volverá a observar a personas aún vivas Muchas adolescentes habían celebrado, el propio día
dentro de los escombros y varios hombres con latas

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o días anteriores a la tragedia, sus cumpleaños. islas Bahamas. Deja cicatrices profundas en aquella
Todas deseaban un porvenir brillante. Ángela Emilia gente.5
Santana Montenegro, también lo deseaba. Había La compañía del ferrocarril no envía la locomotora.
cumplido 14 años de edad. Pero la vida le jugó una Santa Cruz del Sur se convierte en un cementerio de
mala pasada. Estaba convencida que los afanes de cadáveres calcinados. Sobre su tierra quedan arenas,
su adolescencia y de su juventud estaban perdidos. columnas rotas, pisos de cemento fracturados por las
Sus ilusiones infantiles desaparecían para siempre. fuerzas del mar. Y entonces “... la muerte del pueblo
Añoraba un futuro repleto de felicidad que ahora tenía fue como siempre ha sido: como si no muriera nadie,
una marca de amargura. Experimentaba un gran nada, como si fueran piedras las que caen sobre la
terror al ver destruido, en pocas horas, su castillo de tierra, o agua sobre el agua." (Pablo Neruda)”.6
sueños. Aquella visión de horror y muerte quedará
perpetuada hasta el fin de su vida. El mar se había
tragado a su poblado, a su niñez y a sus sueños. -----
Sola, sin un techo donde resguardarse, traumatizada
síquicamente, tenía las manos cubriéndose la cara.
Lloraba sin aliento. Muy cerca de ella los cadáveres 1 En el registro de extranjeros No. 79313 de la Secretaría
de varios de los suyos. de Gobernación de República de Cuba se confirma la
nacionalidad de Eduard Joseph, mediante Certificado de
inscripción firmado por P. A. de Antonio Guiteras,
secretario de Gobernación.

2 Según testimonio de Ramón Guerra Cabrera (Mongo “El


Jaco”) el tren de auxilio no acudió al llamado de socorro
porque no se le garantizó a la compañía norteamericana
de los ferrocarriles el pago de 500 pesos. La información
la confirma Regino Avilés Marín que añade que su tío
Rafael Olegario Marín Placeres (1896-1985), maquinista
de Primera Clase de los Ferrocarriles Consolidados de
Cuba, le narró que él estaba realizando el itinerario en el
tren Camagüey-Santa Cruz del Sur y que en esos días del
huracán había un grupo de maquinistas y fogoneros de
Aún sin reponerse a la tragedia Fernando García reserva para cualquier eventualidad en las líneas y que
Villarreal, revisa las empalizadas en busca de fue cierto que había un tren listo para partir a rescatar a
familiares. Comenzaba para él una historia patética. los sobrevivientes del huracán, pero que no salió hasta el
- Nunca me repondré de este dolor -dice para sí- El día 10. Rafael Olegario transportó hacia Camagüey a
huracán lo tendré como una huella imborrable. muchos heridos en estado grave como consecuencia de
los efectos del huracán, la sed, el hambre y la
A ambos lados de la vía férrea, sobre los campos desesperación.
desolados, convertidos en cenizas por el fuego, las
carnes fétidas, los huesos calcinados; las calaveras
sueltas yacen disolviéndose en la lluvia y el viento. 3
En el Correo de Santa Cruz del Sur se encuentra ubicada
El huracán del 9 de noviembre de 1932 recorre con la tarja que perpetúa la memoria de las intrépidas
rapidez a la provincia de Camagüey de sur a norte. telefonistas.
Deja tras de sí una huella de destrucción, dolor y
muerte. Los fuertes vientos, las lluvias y las olas
continuaran buscando nuevas víctimas rumbo a las
4
Recipiente de madera de miles de galones de capacidad,
que se llenaban de agua lluvia.

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en mi sitio usurpado a un extraño,


5
En Santa Cruz del Sur, el huracán causó cerca de 4000
víctimas entre muertos y desaparecidos, de los más de qué decir, Claire, en este instante,
5000 habitantes que residían en el sureño poblado con estas palabras vesperales,
camagüeyano. Resultó la mayor tragedia natural en la antes que el otoño recrudezca
historia de Cuba. En el cementerio que se construyó en el y me cubra con su edad en ruinas.
nuevo poblado después de la catástrofe, se erige un
panteón en homenaje a los que perdieron la vida el 9 de Frente al tránsito de las castañas,
noviembre de 1932. El panteón tiene forma de octaedro, bajo una campana de ceniza,
está revestido de azulejos blancos y protegido por mi edad en vísperas y enferma,
cadenas. Al fondo, en la tapa de mármol blanco que cubre mi edad detenida y en marcha,
la entrada de la fosa se lee un texto grabado en el que se atascada en el engranaje
implora al cielo paz eterna. Separado unos metros del de estas cenicientas palabras.
panteón, al fondo, se levanta una cruz de madera y metal
de más de 6 metros de altura que completa el conjunto
funerario. Al cementerio local año tras año, el 9 de
noviembre, gran parte de la población santacruceña y
foránea asiste en peregrinación a rendir tributo a los que
perdieron la vida. El cortejo, que ya es tradición,
acompañado de la Banda de Concierto, inicia su El sillón de orejas
recorrido desde el Parque Central de Santa Cruz del Sur.
El retrato oval
Marcelo Choren
6
Andrea Guevara: “A comienzos del holocausto”. En:
http://giorland.blogspot.com/2006/04/bogotazo-
crnica.html. Edgar Allan Poe. Indiscutido renovador de un género,
padre del cuento moderno y del policial deductivo,
Poe Nació en Boston el 19 de enero de 1809 y
falleció en Baltimore, el 7 de octubre de 1849.
Autor, entre otras obras, de “El escarabajo de oro”
(1843), “Los crímenes de la calle Morgue” (1841), “El
Ulises y sus sirenas misterio de Marie Rogêt” (1842-1843), “La carta
robada” (1844), “La caída de la casa Usher” (1839),
Ceniciencia “El pozo y el péndulo” (1842), “El corazón delator”
(1843) y “El barril del amontillado” (1846); su única
Ulises Varsovia
novela es “La narración de Arthur Gordon Pym”
(1838).
En el atardecer de la edad,
con estas palabras cenicientas
detenido frente al otoño, -----
asumiendo su amarga substancia
de raíces de ruda intemperie, “El retrato oval” (1842) -que se ofrece en esta
edición-, pertenece al período intenso y oscuro en
qué decir antes que la mañana que el autor alcanza su madurez creativa. Las
abra su cúpula de tinieblas, descripciones, las atmósferas agobiantes, el retrato
y me descubra la claridad de caracteres, son su marca distintiva. Stevenson,

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Chesterton, et alii, se nutrieron de sus páginas más encendiese los brazos de un gran candelabro que se
brillantes. hallaba colocado junto a la cabecera de mi cama, y
Jorge Luis Borges, en su artículo publicado en La que descorriese, de par en par, las cortinas de
Nación (Buenos Aires), el domingo 2 de octubre de terciopelo negro que también rodeaban mi lecho.
1949, dice: “...Poe se creía poeta, sólo poeta, pero Deseaba que se hiciera todo aquello para que, al
las circunstancias lo llevaron a escribir cuentos, y menos, si no llegaba a conciliar el sueño, pudiese
esos cuentos a cuya escritura se resignó y que debió distraerme alternativamente en la contemplación de
encarar como tareas ocasionales, son su aquellos cuadros y entregarme a la atenta lectura de
inmortalidad.” un pequeño volumen que habíamos hallado sobre la
almohada y que contenía la crítica y descripción de
Julio Cortázar es considerado como uno de los cada uno.
mejores traductores al español del genial Poe.
Durante largo rato, muy largo rato, estuve leyendo, y
devota, muy devotamente, contemplé los cuadros.
----- Las horas transcurrieron rápida y maravillosamente.
Y llegó la profunda medianoche. Me desagradaba la
posición del candelabro, y extendiendo la mano
El retrato oval dificultosamente, con objeto de no despertar a mi
Edgar Allan Poe criado adormecido, lo coloqué de modo que sus
rayos incidiesen plenamente sobre el libro.
Pero este cambio produjo un efecto completamente
El castillo en el cual mi criado había decidido inesperado. Los resplandores de las numerosas
penetrar, aun cuando fuese por la fuerza, antes que bujías (porque había muchas) se proyectaron
permitirme, hallándome gravemente herido, pasar entonces en un nicho de la habitación que hasta ese
una noche al raso, era uno de esos grandes edificios, momento había sido dejado en sombras por una de
mezcla de melancolía y grandeza, que durante tanto las columnas de la cama. Distinguí, vivamente
tiempo han erguido su ceñuda frente por entre los iluminado, un cuadro que hasta ese momento me
Apeninos, no tanto en la realidad como en la fantasía había pasado inadvertido. Era el retrato de una niña
de mister Radcliffe. que apenas si empezaba a ser mujer. Dirigí una
Según todas las apariencias, había sido rápida ojeada a aquella pintura, y cerré los ojos. ¿Por
temporalmente abandonado, y en fecha muy reciente, qué? En un principio no pude comprenderlo; pero
por su dueño. Nos instalamos en una de las mientras mis ojos continuaban cerrados analicé en mi
habitaciones más reducidas y menos suntuosamente espíritu la razón que tenía para haberlo hecho. Fue
arregladas. Estaba situada en una apartada torre del un movimiento involuntario, para ganar tiempo y
castillo. Su decorado era rico, pero ajado y viejo. De pensar, para asegurarme de que mis ojos no me
sus paredes colgaban tapices y adornábanse con habían engañado, para calmar y dominar mi fantasía
diversos y multiformes trofeos heráldicos, así como y entregarme luego a una contemplación más serena
con una insólita cantidad de pinturas modernas de y auténtica. Pocos momentos después, volví a mirar
gran viveza encuadradas en ricos marcos con de nuevo fijamente a la pintura.
arabescos de oro. Tal vez a causa de mi debilidad Ni podía ni quería dudar lo que vi entonces
febril, incipiente en ese instante, sentí un vivo interés claramente, porque el primer resplandor de las bujías
por estos cuadros que estaban colgados no sólo de sobre el lienzo había disipado el soñoliento estupor
las superficies principales de las paredes, sino de mis sentidos y me había devuelto de pronto a la
también de los numerosos rincones que la extraña vida despierta.
arquitectura del castillo hacía necesarios.
Ya he dicho que el retrato era el de una joven.
Le ordené a Pedro que cerrase los pesados postigos Reducías a la cabeza y los hombros, pintados según
de la habitación, puesto que ya era de noche, que esa técnica que suele llamarse estilo de vignette, al

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modo de las cabezas predilectas de Sully. El seno, paleta, a los pinceles y a otros desagradables
los brazos e incluso los bucles de sus radiantes utensilios que la privaban de la presencia de su
cabellos, fundíanse imperceptiblemente en la vaga, adorado. Fue, pues, algo terrible para ella oír al pintor
pero profunda sombra que servía de fondo al hablar de deseo de retratar también a su joven
conjunto. El marco era ovalado, magníficamente esposa. Pero ésta era humilde y obediente. Y,
dorado y afiligranado con arabescos. dócilmente, posó, sentada, durante largas semanas,
Como obra de arte, no podía encontrarse nada más en la sombría y alta habitación de la torre, donde
admirable que la pintura misma. Pero ni la factura de filtrábase la luz sobre el lienzo sólo desde arriba.
la obra, ni la inmortal belleza de aquel semblante, Pero él, el pintor, ponía toda su afición en la obra,
podían haber sido lo que tan repentinamente y con tal que adelantaba de hora en hora y de día en día. Y
vehemencia me había impresionado entonces, y era él un hombre apasionado, vehemente y
menos aún que mi fantasía, conmovida en su caprichoso, que perdíase siempre en fantasías.
duermevela, hubiese confundido aquella cabeza con Tanto, que no quería ver cómo aquella luz, que
la de un ser vivo. Me di cuenta en el acto que los vertíase tan tristemente en aquella torre solitaria,
pormenores del dibujo, el estilo de vignette y el marchitaba visiblemente, a los ojos de todo el mundo
aspecto del marco, hubiesen disipado y excepcionalmente a los suyos, la salud y el alma de
inmediatamente semejante idea y me hubieran su mujer. Y, sin embargo, ella no cesaba de sonreírle,
evitado toda otra distracción, aun cuando fuera sin lamentarse nunca, porque veía que el pintor, que
momentánea. Reflexionando seriamente con tenía un gran prestigio, experimentaba un ferviente y
respecto a aquello, tal vez durante una hora, abrasador goce en su tarea, y afanábase día y noche
permanecí medio tendido, medio sentado, con la en pintar a la que tanto lo amaba, pero que a diario
mirada fija en aquel retrato. Por último, satisfecho de desalentábase más y enflaquecía. Y, en verdad,
haber acertado con el secreto real del efecto que quienes contemplaban el retrato hablaban en voz
producía sobre mí, me acosté completamente de queda de su semejanza, como de una prodigiosa
espaldas sobre el lecho. maravilla y como una prueba no sólo del talento del
pintor, sino de su profundo amor por aquella a quien
Había adivinado que el encanto de aquella pintura pintaba de forma tan excelsa. Pero hacia el fin,
consistía en una absoluta semejanza con la vida en cuando acercábase más la obra a su término, no se
su expresión, que primero me había estremecido y, dejó a nadie visitar la torre, porque el pintor había
finalmente, me desconcertó, subyugándome y enloquecido en el ardor de su tarea, y rara vez
anonadándome. Con profundo y respetuoso temor, apartaba sus ojos del lienzo, ni tan siquiera para
dejé de nuevo el candelabro en su posición primitiva. mirar el rostro de su mujer. Y no quería ver que los
Una vez húbose apartado de mi vista el motivo de mi colores que dejaba en el lienzo los arrancaba de las
intensa agitación, busqué afanosamente el volumen mejillas de la que se hallaba sentada frente a él. Y
que contenía el análisis de las pinturas y su historia. cuando hubieron transcurrido muchas semanas, y
Volví las hojas hasta que encontré el número que muy poco quedaba por hacer, excepto un toque
correspondía al retrato ovalado, y leí el impreciso y sobre los labios y una pincelada sobre los ojos, vaciló
singular relato que sigue: el espíritu de la mujer, como la llama que va a
"Era una joven de particular belleza y no menos extinguirse en una lámpara. Y el toque fue dado, y
amable que llena de jovialidad. Pero malhadada fue fue dada también la pincelada. Y por un instante
la hora en que vio, amó, casó y vivió con el pintor. El, quedose extático el pintor ante la obra que acababa
apasionado, estudioso, austero y teniendo ya una de realizar. Mas un momento después, cuando
esposa en su arte; ella, joven de rara belleza y no todavía lo contemplaba, se estremeció de horror,
menos amable que llena de jovialidad, sólo luz y palideció y quedose despavorido. "¡Esto es realmente
sonrisa, y juguetona como un cervatillo, amante y la vida misma!", gritó. Pero al volver los ojos de
cariñosa para todas las cosas de este mundo. Odiaba pronto para contemplar a su amada… ¡ésta había
solamente el arte, que era su rival; temía sólo a la muerto!".

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Lectores opinantes

La almadraba En esta edición no contamos con opiniones de


lectores, esperamos que, con tu participación,
Naturaleza viva tengamos mucho que contar de gente que comparte
nuestro interés por expresarse.
Nela Rio, tomado de Prometeo digital
http://www.prometeodigital.org/nueva67.htm

Las caderas exageradamente simples


tan cerca de los ojos desnudos de las uvas
insinuando semillas oscuras en su transparencia.
Remolino de tallos apretando los granos Envía tus opiniones por correo electrónico a
convirtiéndolos en perfecto racimo descensor+opinar@gmail.com o llena el formulario
acomodándose, tocando la ingenuidad de las peras. Opinar en la sección Contacto en nuestro website y
Los higos de besos ambiguos, pasa a leerte aquí en nuestra próxima edición.
blandos y húmedos dispuestos a abrirse
en su pulpa rosada como un pequeño grito.
La manzana estremecida de pecados antiguos
ofrece su redondez llena de sabiduría
y la papaya oculta vistosa los hilos dulces de sus
jugos.
Olores apoyándose, mezclándose Si deseas participar con una sección permanente en
murmurando alfombras de tangibles olores. esta publicación envía un correo a
ávidos de encuentros. descensor+participar@gmail.com o llena el
formulario Participar en la sección Contacto en
En la quietud del marco la frutera de cristal abraza,
nuestro website.
con aristas agudas y tiernas
como algas flotando en el mar caliente,
el misterio estremecido, su continente de deseos,
el destino de bocas de manos que las tocan
las oprimen las sopesan
las sorben o las muerden
con delicados dientes de pie desnudo.
El tema para la próxima edición se publica en la
sección Convocatorias de nuestro website, para
Perturbadas de pasividad, las frutas participar en un tema en particular, por favor envía un
emergen inundan ruedan correo a descensor+colaborar@gmail.com o llena
tendidas imperiosamente el formulario Colaborar en la sección Contacto en
desangrándose en las semillas, nuestro website.
bultos entregados a bocas que laten.

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Participan en esta edición

Carlos Alberto Olague Alcalá (México)


Francisco Cenamor (España)

Soy publicista, director general de una agencia BTL.


Nacido en la ciudad de México, pero radico en De formación autodidacta, comienza tarde a escribir
Zacatecas. Soy candidato a portador de la vela poesía. En 1999 Talasa Ediciones publica su primer
perpetua, aunque la vela perpetua no está muy de libro, Amando nubes, lo que le posibilita viajar por
acuerdo. También soy monero, y la mayor parte del toda España dando recitales. En 2003 sale su libro
tiempo no sé qué hago aquí además de ser el Ángeles sin cielo, editado por Ediciones Vitruvio,
responsable del diseño de portada. Se le puede editorial que publica en 2007 su último libro,
encontrar en En mi opinión Asamblea de palabras. Ha sido incluido también en
(http://carlosolague.blogspot.com). numerosas antologías y revistas impresas y digitales.
Ha organizado y organiza numerosas actividades
poéticas. Dirige la revista digital Asamblea de
palabras. Es coordinador del Club de Lectura de la
Universidad Carlos III de Madrid. Profesionalmente se
dedica a la interpretación, apareciendo en televisión,
teatro y cine. Se le puede encontrar en Asamblea de
palabras (http://franciscocenamor.blogspot.com).

Jesús Humberto Olague Alcalá (México)

Ingeniero en Sistemas Computacionales, chilango


(del D.F., México) de nacimiento, zacatecano por
herencia, adopción, convicción y querencia; que
escribe por afición y pudo ser médico pero siente
repulsión hacia las heridas; le gusta casi toda la Edgardo Castillo “Zumm” (Chile/Argentina)
música, en especial la trova, y casi toda la lectura,
principalmente la de escritores latinoamericanos
como Taibo II, Ibargüengoitia, Benedetti, entre otros; Nació en Viña del Mar, hace ya mucho tiempo. Por
prefiere las ciudades coloniales a las playas y las motivos que no vienen al caso, vivió muchos años en
corridas de toros a las peleas de gallos; y que tiene el un generoso país de Europa, donde quedó la mitad
gran problema de que todo lo demás se le olvida si de su vida. Hace 17 años que vive en la Argentina, a
tiene un aparato de TV frente a él, aunque esté la que considera su segunda patria, pero sin olvidar
apagado. Participa en algunos proyectos colectivos sus raíces. Trata de escribir siempre con humor, para
sobre temas tan diversos como su tierra, Zacatecas, no tener que pensar. Se declara ateo y considera que
amigos, música y cuentos, y aunque no tiene la amistad es lo más valioso de la vida. Ha escrito
experiencia en esto, es el inventor de este invento. una gran cantidad de libros entre los que destacan
Puede ser encontrado en Lo que es no tener que 'Mujeres. Manual de uso y mantenimiento', 'Las
hacer (http://jholaguepersonal.blogspot.com). aventuras de Mirinda', 'Vida de ladrones y algo más...'
y una serie de libros de cuentos, entre otros;
disponibles para descarga gratuita en su tienda en
Bubok (http://zumm.bubok.com/). Puede ser

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encontrado en Todo cuento (http://todocuento- segundo al lector ocasional y contribuir con su granito
mauri.blogspot.com). de arena a que continúe vivo.
Tiene cuentos publicados en www.loscuentos.net.

Claudia Palatucci “Jezabel” (México)


Francisco Arriaga (México)
Oh, sicóloga (o psicóloga) (hocicóloga), de profesión;
“metiche” con licencia, para dar crédito a la locura de Escritor zacatecano que nació en Aguascalientes y
los ajenos, nieta de mulatos y de ojiazules españoles, vive en Tamaulipas. Coleccionista de libros, impresos
nacida en la tierra de los alacranes, Durango, México. o electrónicos, que también le hace a la música, la
Gusta de la música árabe, flamenco y brasileña; se le patrología, la historiografía, y en sus ratos libres
verá danzando por ahí de vez en cuando entre letras escribe para algún periódico zacatecano, pero ya el
y dibujos; diseñadora gráfica de afición, editora de lector verá qué va descubriendo en sus propias
fulanas revistas independientes y organizadora de palabras. Se le puede encontrar en Qvod ago
eventos especiales (sobre todo en familia). Su (http://qvodago.blogspot.com).
especialidad en la cocina: changüiches y sopas
Maruchan. Se le puede encontrar en Jezabel Violeta -
Bruja y loca (http://brujayloca.blogspot.com).

Marcelo Choren (Argentina)

José Luis de la Fuente “Kmikc” (España) Nació en la Ciudad de Buenos Aires el 5 de


septiembre de 1953. En la actualidad se encuentra
radicado en España, país en el que desempeña
Informático de profesión y cuentero de afición. Los labores de escritor y docente.
cuentos son su salvavidas ante la tormenta diaria de
máquinas, cables y bits. Le gusta escribir cuentos Se dedica en especial a los cuentos, género literario
directos, breves, de fácil lectura, de literatura llana y que le apasiona.
sin preciosismos. Y lo confiesa totalmente Parte de su obra se encuentra en periódicos, revistas
arrepentido. No sabe hacerlo de otra forma pero literarias y otras publicaciones especializadas.
promete mejorar con el tiempo -de mayor quiere ser
cuentero-. Un antiguo profesor una vez le dijo: Coordina talleres presenciales y virtuales, participa en
“cuando alguien pierde toda capacidad de sorpresa, tertulias, foros, y encuentros de escritores. Ha
de asombro, de fascinación... está muerto y no se ha presentado libros, prologado antologías, escrito
dado ni cuenta”, así que le gusta pensar que con sus reseñas y administrado un club de lectura.
cuentos, es capaz de sorprender al menos durante un También ha programado y coordinado talleres de

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El descensor
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escritura creativa, y de técnicas y recursos, conurbano bonaerense. Sus poemas y artículos han
destinados a escritores noveles. sido publicados en una importante cantidad de diarios
Colabora con las revistas electrónicas “Axolotl”, “Zona argentinos, de México, Colombia y España. Asimismo
Moebius”, “Fin” y “Literatuya”. en revistas culturales y literarias de Argentina, Brasil,
España, México, Estados Unidos, Puerto Rico,
En 2006, se ha editado el libro Ritos, con varios Francia, Colombia, Venezuela, Chile, Italia, Cuba,
cuentos representativos de su trabajo literario. Nicaragua, etc... Obtuvo entre 1991 y 1999 una
Puede ser encontrado en su blog personal treintena de premios y menciones en su país. Se
(http://marcelochoren.blogcindario.com). encuentra trabajando en la edición de “Sangre de
Toro” -poemas y banderillas-, que se editará
inicialmente en Buenos Aires y posteriormente en
España.
Para ponerse en contacto con él, deje un mensaje en
la sección Contacto de nuestro sitio web.

Andrés Portillo González (España)

Getafe - Madrid (1967) Cuentista aeronáutico,


algunos de sus relatos sobrevuelan en llamas una
decena de antologías. Premio de Narrativa Villa de El Lázaro David Najarro Pujol (Cuba)
Escorial 2007, “Una imagen en mil palabras” 2008, o
“La Lectora Impaciente” 2009, colabora también con
las revistas literarias “Color Albero” y “Al otro lado del Santa Cruz del Sur, 1954. Licenciado en periodismo
espejo”. En julio de 2008 publicó su primer libro de es autor de los libros de testimonios Emboscada
relatos titulado “Nieve de La Habana”, desde octubre (Editorial Ácana, 2000), Tiro de gracia (Editorial
de ese mismo año participa en los cursos de narrativa Ácana, 2000), Sueños y turbonadas, (Editorial
del Centro de Poesía José Hierro de Getafe y acaba Alaleph.com, 2007) y Nuevo periodismo radiofónico
de concluir su primera novela, titulada “Encanto y (Editorial Pablo de la Torriente Brau, 2007). Ha
desencanto de un hombre sin gracia”. Se le puede obtenido más de 30 premios y menciones en
encontrar en Imagina Lebowsky concursos periodísticos, literarios y festivales
(http://imaginalebowski.blogspot.com). nacionales de la radio, entre ellos se incluyen el
primer premio en Documental en el Festival Nacional
de la Radio (1991), premio Sol de Cuba (1986),
premio Primero de Mayo (1988), mención especial en
el concurso literario 26 de Julio de las FAR (1999), el
Gran Premio Nacional de la Radio (2000), premio
Extraordinario 25 Aniversario de la ANIR (2002) y
Premio Internacional de periodismo de la Revista
Mira (2004). Labora en la emisora Radio Cadena
Sergio Manganelli (Argentina) Agramonte, de Camagüey, Cuba. Se le puede
encontrar en su página personal
(http://camaguebax.awardspace.com).
Nació en Haedo, Provincia de Buenos Aires,
Argentina, el 28 de febrero de 1967. Reside
actualmente en San Antonio de Padua, al oeste del

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El descensor
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poesía y arte. Organizadora de más de dieciocho


exposiciones internacionales de Poemas Póster con
participación de más de trescientos poetas. La Red
Cultural Hispánica organizó en el año 2008 un
Simposio sobre su obra poética y narrativa en la sede
Ulises Varsovia (Chile) de la Universidad Autónoma de México en Gatineau,
Canadá. Se le puede encontrar en su página dentro
del sitio de la Asociación Canadiense de Hispanistas
Nace el año de 1949 en Valparaíso, lugar cuyo mar y
(http://fis.ucalgary.ca/ACH/Registro/Nela_Rio/).
tempestades marcaron definitivamente su
personalidad y su poesía. Estudió varias asignaturas
humanísticas y trabajó en tres universidades, al
mismo tiempo que escribía poesía, en su país natal,
de donde salió a Alemania a estudiar un doctorado.
Radica en San Gall, Suiza, en cuya universidad
imparte un par de lecciones. Ha publicado 28 títulos
de poesía entre los que destacan Jinetes nocturnos
(1974), Tus náufragos, Chile (1993), Capitanía del Arte fotográfico e ilustración
Viento (1994), El Transeúnte de Barcelona (1997),
Madre Oceánica, Valparaíso (1999), Megalítica
(2000), Ebriedad (2003), el más reciente, Las imágenes utilizadas para ilustrar las secciones, y
Anunciación, ángeles y espadas (2008), y las todos sus derechos son propiedad de sus respectivos
antologías Antología esencial y otros poemas 1974- autores. Si el uso de imágenes obtenidas de sitios
2005 (2006) y Vientos de letras (2007), en públicos va en contra de algún derecho de uso, favor
colaboración con el poeta andaluz Alexis R. Ha sido de reportarlo a descensor@gmail.com.
publicado también por más de setenta revistas
literarias, en diferentes idiomas. Puede ser
encontrado en su blog personal Portada, Tulip, fading glory… de Cecile Graat
(http://ulisesvarsovia.tripod.com). (http://www.gracedesign.nl/).

Memorias de una bruja… y loca, Naturaleza


muerta de E. Polo, en Mi zona fotográfica
(http://edortapolo.wordpress.com).

Camagüebax, Santa Cruz 1932, Barco encontrado


Nela Rio (Argentina/Canadá) a 5 kilómetros en tierra, Única casa que quedó en
pie y Ciudad borrada, imágenes originales
proporcionadas por el autor.
Poeta, escritora, artista e investigadora. Nacida en
Argentina y ciudadana canadiense desde 1977. Con
dos libros publicados en España y siete en Canadá
(bilingües), ha sido finalista en trece concursos
internacionales y sus poemas y cuentos individuales
se han publicado en antologías y revistas de más de
doce países. Crea “metáforas visuales” (arte digital) y
expone “libros de Artista” en donde combina su

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