Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El término “naturaleza muerta”, según algunos, tiene Tenía un don especial, cualquier rostro que pintara,
su origen en la pintura y se refiere a la representación cualquier paisaje, cualquier escena viva, producía en
de objetos inanimados en un espacio artificial el espectador efectos similares a los que retrataba.
específico preparado para tal fin, sin embargo, hoy en Infantes que reían hacían reír a carcajadas hasta al
día se utiliza para referirse a cosas tan variadas como más insensible espectador; ancianos que lloraban,
la interpretación, en un entorno dado, de las dos jóvenes amantes, borrachos indecentes, plasmados
palabras que lo forman. en sus lienzos llevaban a quienes les admiraban a
Concretizando, nos podemos referir, en su significado romper en un llanto desconsolado, a alcanzar el
original, a un bodegón, un acomodo armónico de clímax de carnales pasiones, a caer en una
frutas, platos y jarrones, entre los que destacan, embriaguez eufórica, de la nada, por la nada.
citando a unos cuantos nada más a manera de Su fama se extendió rápidamente por todo el reino y
ejemplo, los pintados por de Zurbarán o Cézanne, lo más allá de las fronteras. Constantemente llegaban
mismo que a algún florero con girasoles al más puro viajeros a pedirle que les retratara, felices, bellos,
estilo de Van Gogh. plenos, cubiertos de riqueza, rodeados de hombres y
Por otra parte, con la popularización de la fotografía, mujeres hermosos o que pintara para ellos sus tierras
prácticamente todos los grandes fotógrafos, y los no hora yermas e improductivas, convertidas en paisajes
tan grandes, han pasado tarde o temprano por este prósperos, repletos de animales, de cultivos, de sol y
género, arrebatando la exclusividad a sus cercanos agua, porque todos sabían que poseer un cuadro
parientes, los pintores. suyo haría que se replicara al final de cuentas la
En la literatura es preciso recordar al gran poeta estampa en la realidad.
nicaragüense Rubén Darío, quien hace una El clero, ni que decir, le convirtió en su artista
descripción precisa del tiesto de lilas y rosas, que principal, las catedrales de los cuatro continentes
prometen aromatizar el ambiente, al lado de conocidos se iban llenando, a la velocidad de sus
manzanas, peras y uvas negras, que invitan a la gula, propias posibilidades, de frescos suyos, de imágenes
aunque sean todas ellas de artificio. de crucifijos que llevaban a la conversión a los
Pero no, el término no puede ni debe ser limitativo a impíos, de vírgenes en asunción y santos piadosos
géneros específicos de las artes, y es que a que inflamaban la fe, que llenaban las iglesias y
cualquiera puede evocarnos cosas que no son lograban lo que ni los evangelizadores más
precisamente relativas a la pintura, la fotografía o las elocuentes habían logrado jamás.
letras, pasajes impresos en nuestra mente, que lo Pero a Francisco nada de esto le importaba, era
mismo se refieren a paseos por avenidas de joven aún y su vanidad de productor de belleza le
hojarasca en tardes de otoño, que a los inclementes dictaba otros derroteros, otros caminos a seguir; lo
estragos que la imprudente mano del hombre ha que siempre le inquietó hasta convertirse en una
ocasionado en nuestra gran casa y a las formas en obsesión y una desdicha que le corroían por dentro,
que ésta toma venganza de tan ingratos inquilinos. era el deseo de dominar siquiera un poco la
naturaleza muerta, era tan perfecto su arte vivo que
al pintar una manzana separada del árbol que le daba
vida, perdía en la tela su brillante colorido, en unos
pocos días se marchitaba, se pudría, y hasta llegaba
dado cualquier cosa por ver aquella obra maestra Aunque la fachada estaba efectivamente reformada,
aunque sólo fueran unos minutos y puesto que no el interior estaba descuidado y acorde a la cantidad
sabía, ni quería saber, de donde venía ni en donde de años que tenían aquellos edificios. Me presentó a
terminaría al final aquel cuadro, me tragué todos mis su mujer, Martina. Así que, debajo de todos aquellos
prejuicios y sin pensarlo dos veces acepté. postizos, maquillajes, implantes y extensiones, debía
Helen conocía a Gabriel. No me fue fácil, por lo tanto, de estar la buena de Martina. Martina no había tenido
convencerla para que me acompañara. Helen era, suerte en la vida. Se casó muy joven y su primer
probablemente, mi última oportunidad de tener una marido la dejo al poco tiempo por una mujer veinte
relación estable con alguien, después de haber años mayor que ella. Tardó en volverse a casar. Su
fracasado con todo éxito en el pasado. Nuestra larga segundo marido también la abandonó, pero esta vez,
relación pudiera parecer trivial y superficial, pero por una mujer veinte años menor que ella. Para
cuando la verborrea trascendental me encaminaba remate, ahora estaba con Gabriel. Tenía una risita
hacia sendas de las que difícilmente se puede salir muy parecida a la de él. Tal para cual, pensé.
sin formular una proposición definitiva, su respiración Nos sirvió una copa de vino que, francamente, me
se volvía irregular y entrecortada. Esto era una señal pareció simplemente repulsivo. Mientras me
de alarma que me hacía desviar la conversación, comentaba una vez más, el astronómico precio que
irremediablemente, hacia cualquier tema banal que había pagado, nos dirigimos al pequeño salón en
ayudara a recuperar y estabilizar la perdida y donde se encontraba el lienzo. Cubierto con una gran
deseada futilidad. Pelo liso, largo, moreno... Ojos tela púrpura, se situaba en la pared principal de la
verdes, oscuros, profundos...; antes de mirarme en sala. Tiró levemente de la lona, que cayó al suelo
ellos, me suelo despedir de mis amigos porque nunca dejando al descubierto la magnífica creación. Bajo
sé cuando regresaré. una escasa luz, me acerqué despacio, con los ojos
Gabriel seguía viviendo en el arrabal donde yo muy abiertos, como en éxtasis, mientras que los
también crecí. La fachada del edificio donde vivía, anfitriones sonreían y se miraban con satisfacción.
estaba remodelada y contrastaba con el aspecto viejo Me coloqué mis gafas de cerca y fui recorriendo
y abandonado del resto de las edificaciones. En la palmo a palmo el paño, deleitándome con cada
puerta, seguía estando el famoso Chevrolet Camaro pincelada, con cada brillo, con cada relieve, con cada
del 68. Aún recuerdo cuando Charli Chamorro, un matiz... Mi fascinación se desvaneció de inmediato.
fanático de los coches antiguos, le dijo que lo más En total concordancia con la vida de Gabriel, el óleo
parecido que ese automóvil tenía del 68 era el era, naturalmente, falso.
muñeco de Elvis en el salpicadero. Charli era un tipo Sin girarme y guardándome las gafas contrariado, le
frío y poco delicado en sus observaciones. Cuentan comuniqué mi veredicto. Tal vez fui demasiado duro
que cuando la escultural chica con la que salía le dijo cuando le pregunté, además, si alguna vez había
que estaba embarazada, Charli la recomendó un hecho algo en la vida que no se le deshiciera entre
gimnasio que conocía, para que no perdiera la forma. los dedos. Los anfitriones me miraron sorprendidos e
Abrió la puerta Gabriel. Estaba como siempre, fondón incrédulos, sin dar crédito a lo que les estaba
y con su estúpida sonrisa en la cara. A su lado estaba diciendo. Sus malditas risitas burlonas empezaron a
también el viejo Gandhi, su perro cazador. sonar débil y entrecortadamente al principio,
Inicialmente lo llamó Caín. Cambió su nombre convirtiéndose al poco en una mezcla de risa y llanto
cuando lo llevó por primera y última vez de caza y el cada vez más fuerte hasta límites aterradores. Cogí a
Labrador escuchó el sonido del disparo de la Helen y la aparté de ellos mientras sus carcajadas
escopeta. El can salió despavorido y tardaron seis sonaban distorsionadas y casi diabólicas. Se
días en encontrarlo. Cuando reclamó al vendedor, cogieron de las manos mirándose entre sí; parecía
éste le contestó, zumbón, que también existían que se reían el uno del otro. El panorama era
perros pacifistas y que él había tenido la suerte de espantoso.
conseguir uno. No logró que le devolviera el dinero. De repente y cuando el pánico estaba empezando a
En negro sobre blanco Era una tarde bochornosa, y las galerías de arte se
recorren en días de lluvia o de frío, no cuando el sol
La naturaleza de la muerte raja el cemento y todo el mundo anhela remojarse en
cualquier piscina. Había unos pocos visitantes, era
Marcelo Choren sospechoso que se mantuvieran clavados frente a un
cuadro que daba asco, pero junto a la salida del aire
acondicionado. Goldemberg, susurraba a su lado.
La Galería de Arte Goldemberg es pequeña. Una
Imaginé su discurso: «No es cierto que mirar esta
casa vieja, reformada, donde yo, más que mirar los
composición cause daños permanentes en la vista. Ni
adefesios seudo modernistas que Simón Goldemberg
que hablar del buen gusto. Quizá termine para
cuelga de las paredes, me entretengo calculando qué
siempre con su placer estético. Pero, por lo ínfimo
función habrían tenido las habitaciones. «Aquí un
que pido por ella...»
dormitorio, aquí el recibidor»
Así era Goldemberg. Para vender primero debía
Y en seleccionar modelos.
disculparse, enumerar los fallos, mencionar las
Es increíble la cantidad de mujeres que se detienen contraindicaciones, como si se tratara de colocar
frente a un pastiche insufrible y mueven la cabeza de drogas peligrosas. Su ronroneo sumiso, monocorde,
arriba abajo, despacio, como paladeando lo que ni el competía con el ruido constante del equipo de aire. A
pintor sabe qué demonios significa. Esos pintamonas veces, algún posible cliente —adormilado por la
que creen, quieren, ser artistas de vanguardia y no monotonía de esa voz, en trance hipnótico—, se
pasan de extravagantes, de ridículos. ¿Quién daría rascaba el fondo del bolsillo y se llevaba uno de esos
un céntimo por llevarse una de esas atrocidades a su desechos. Quizá para evitarles un disgusto a los
casa? En cambio, hay modelos a discreción. Mujeres pobres diablos que revuelven basura en el vertedero
que, con un solo golpe de vista, puedo imaginar municipal.
desnudas, provocativas o inocentes, despiertas o
Cuando me disponía a irme, entraron dos
dormidas, las piernas cruzadas a la altura de los
muchachas, así que opté por perder un poco más de
tobillos. Recostadas sobre un terciopelo color sangre,
tiempo. Se las veía muy jóvenes. Una era alta, con
que caería hasta el suelo. Rodeadas de piñas,
una mata de pelo revuelto en llamaradas. La otra era
mangos, albaricoques, peras, uvas oscuras. El monte
más pequeña, bonita pero intrascendente junto a su
de Venus, como una fruta exótica más, Así puedo
compañera. Cuchicheaban y se reían quedo.
verlas. Antes, mucho antes de llevarlas a mi estudio,
Descarté a la más vistosa. La modelo, si es
entre azoradas y audaces.
demasiado llamativa, opaca la composición. Los ojos
Nunca empleo modelos profesionales, tienen un no van directo a ella y se pierden los detalles, el efecto
sé qué de dureza mecánica en las poses, una del conjunto. La otra, en cuanto me la figuré sola, dio
especie de prostitución visual que me saca de quicio. el tipo perfecto. Era lo que yo había buscado durante
Siempre elijo mujeres comunes, que no han posado mucho tiempo: una belleza sencilla, no vulgar. Un
jamás, y que nunca soñaron con ello. cuerpo firme, femenino sin ser voluptuoso, armónico,
Goldemberg me saluda con una obsequiosidad servil. con las proporciones que yo anhelaba.
Baja los ojos y se frota las manos. Sabe que yo sí soy Esperé a que se aburrieran, así sería más fácil entrar
un artista, un artista de verdad. Sabe, por alguna en conversación. No tuve que aguardar mucho. Se
charla, de mi formación académica, de mi obsesión había detenido frente a una aberración cromática, y
por el arte, de mi talento. «Llámeme Simón» «Me ya miraban hacia la salida.
encantaría poder apreciar alguna de sus obras, o
Me acerqué a ellas.
mejor, visitar su atelier» Yo le contesto con evasivas,
la Galería de Arte Goldemberg es pequeña, - Es increíble lo que ha logrado este artista -dije muy
demasiado pequeña para mí. Yo sólo vengo a serio. Señalé el lienzo mancillado-. Se nota que al
seleccionar modelos. pintor le dolía la barriga. Y eso se transmite
perfectamente: de sólo ver el resultado ya me duele a
Un rato después ya me había librado de la chica Abrí la puerta y empujé a Sofía con suavidad por el
vistosa. Sofía se mostraba encantada con mi largo pasillo que conduce a mi estudio. Quería darle
atención. La invité a tomar una copa. Frunció las tiempo para apreciar mis trabajos: es bueno que la
cejas un momento y luego sonrió. «Claro, ¿por qué modelo se impregne con la esencia del creador.
no?» Apenas adentrarse, se quedó boquiabierta. A todas
Cuando indagué qué trago prefería, dudó, indecisa les pasa lo mismo.
entre lo más caro y lo que ella conocía: alguna - Impresionante, ¿no? -me entusiasmé- ¿Qué te
mezcolanza de esas que piden los niñatos de hoy en parece mi colección?
día, seguro. - Tú… -tartamudeó- ¿Tú has pintado esto?
Ordené dos whiskys dobles. Descubrí un temblor en su voz, que se había vuelto
No sabía beber. Se atragantó con el primer sorbo, y aniñada. Intuí que la emoción ante Mi Obra la había
los ojos se le llenaron de lágrimas. Hice como que no dejado sin aliento.
había notado nada. Olvidado su papel de mujer audaz, intentó retroceder.
- Repíteme tu nombre -dije al rato, cuando ya En ese momento era ella misma: la Sofía que hasta
respiraba con normalidad. hacía poco iba al colegio con trencitas y falda
- Sofía. escocesa. La que alineaba sus Barbies y les
cambiaba vestiditos. Las modelos son tan
- Precioso -dije-, y precioso como lo pronuncias. predecibles.
- ¿De veras te gusta? - Espectacular, ¿eh? -dije, orgulloso de mis
- Mucho. ¿Fumas? creaciones.
Le ofrecí un Gitanes, pero lo rechazó con la mano Mi Sofía debía disfrutar a pleno, llenándose los ojos
extendida, como saludando desde el autobús escolar. con tanto arte. Le deslicé el índice por la espalda,
contándole las vértebras. Se estremeció. Tomándola
Hablamos mucho tiempo. Sofía me contaba cosas de un codo, la hice girar hacia mí. Sus ojos claros
inverosímiles, para impresionarme, imaginé. aparecían dilatados, la boquita entreabierta. Desnuda
Cuando repetimos la vuelta de bebidas, ya se le y frágil, se me antojó un pájaro.
trababa la lengua. Le propuse subir a mi estudio y - Mejor me voy -susurró-, ya es tarde…
hacer algunos bocetos. Fingió no alarmarse, fiel a su
representación de mujer experimentada. No pude contener una risita.
- ¿Irte? -la atajé-. ¿Justo ahora que empieza lo
II
El día 7 de noviembre por la tarde, extrañado, Teófilo
González Mantilla recibe en su casa a su cuñado
Sángara. No lo esperaba. “¿A qué habrá venido?”,
piensa.
Su cuñado vive en Macareño. Teófilo había
construido su hogar recientemente, con paredes de
caoba, cedro, jiquí y techo de zinc.
Comenta con Sángara que no le agrada el tiempo. - ¿Ahora entiendes, Sángara, que el problema no es
de los nervios? Recuerda lo que dice el refrán: Nunca
- ¡No joda, Teófilo! El mar esta como un plato. la nube va contra el viento.
- Que va cuñado, yo escucho un sonido muy extraño - De todas formas, que la marea suba es algo normal
que procede del mar. Percibo una ardentía. aquí. La mar continúa en calma.
Sángara no presta mucha atención a los - Cuñado, no seas tan necio, recuerda que las
presentimientos de su cuñado. palabras del anciano son un oráculo. Y los viejos
- El problema tuyo es de los nervios. Por ese motivo pescadores de aquí presienten el peligro. Recuerda
he venido para no dejarte solo. la profecía del sabio sacerdote Padre Valencia, que
hace sesenta y tantos años anunció la total
La hermana del pescador le había pedido a su desaparición del poblado.
esposo:
- ¡Está bien! ¡Está bien! De todas formas me quedo
- Sángara, vete para Santa Cruz y vela a Teófilo. Por
aquí contigo.
su cabeza pasa algo raro.
comunicaciones con la capital provincial. Rosa para adoptar medida alguna. Pronto el mar toma
consulta nuevamente con sus compañeras la posiciones en las zonas más bajas de la larga calle
decisión. Las dos hermanas están de acuerdos en de la Marina y en los callejones perpendiculares.
secundarla. Rosa, Zoila y Clotilde se percatan del peligro, pero
- No podemos irnos ahora de aquí. Primero tenemos continúan en sus puestos de labor.
que tener respuesta del tren de auxilio. Lentamente la marea toma altura y comienza a
Se negaron en la esperanza de poder mantener el penetrar por la rendija de la puerta y las tablas de las
enlace. paredes de la caseta de la Cuban Telephone
Company. Afuera se escucha el silbido ensordecedor
del viento y el golpe de las olas contra las frágiles
VI paredes del local. Las tres jóvenes continúan con los
audífonos pendientes a cualquier señal de auxilio, no
Rafael Olegario Marín Placeres espera la orden para para ellas sino para el pueblo desamparado y dejado
conducir su locomotora hacia el puerto de Santa Cruz al azar de su suerte.
del Sur que es amenazado por un terrible huracán.
Es el 9 de noviembre de 1932. Viste un “overall” azul - No todo está perdido - dice Rosa para animar a las
con tirantes, chaqueta de mangas largas del mismo dos muchachas.
color con botonaduras doradas y la gorra Prosiguen transmitiendo los pormenores del huracán,
reglamentaria. La locomotora había entrado en el desafiando a la muerte. Amanece. El mar hace flotar
andén de la colonial Estación Central de Camagüey. primero los muebles y después las aguas comienzan
El tren de pasajeros había llegado de Nuevitas. a entrar por los ventanales. Los que están al otro lado
El maquinista, extrae de su bolsillo su reloj “Watlam” de la línea telefónica, de pronto dejan de escuchar a
de oro macizo para comprobarlo con los relojes que las operadoras santacruceñas. Elmmar invade
están en el andén. El maquinista, alto y grueso se paulatinamente la ciudad en un ascenso gradual pero
nota intranquilo. Le preocupa la espera. De vez en implacable.
vez pronuncia algunas palabras en un inglés perfecto, Rosa, Zoila y Clotilde se abrazan en un intento
como hablando consigo mismo. La compañía desesperado por mantenerse unidas. Una ola
ferroviaria exige el pago de 500 pesos por el servicio gigantesca cubre la caseta de la Cuban Telephone
del tren de auxilio.2 Company, la levanta como castillo de arena y la
El huracán de categoría 5 (en la escala Saffir- sepulta entre el agua, el fango y los maderos.3
Simpsom) avanza al oeste, entre el Cabo Gracias a
Dios, en Nicaragua, y Jamaica, en busca de
Centroamérica, pero pronto, en forma de recurva VII
cerrada, se desvía al norte nordeste y se ubica a 150 Teófilo González Mantilla y su cuñado se mantienen
millas al oeste de Punta Negra, en Jamaica, por lo en la vivienda. El agua del mar les da más arriba de
que la provincia de Camagüey se reporta entre los la cintura. Tienen las puertas y las ventanas
territorios de mayor peligro. completamente abiertas. A las cinco de la mañana
El meteoro presenta vientos sostenidos de 222 Teófilo le pregunta a su cuñado algo que de
kilómetros por hora, la velocidad de traslación es de antemano ya sabía:
22 y el diámetro del vórtice de 66 kilómetros. - Sángara, ¿tú sabes nadar?
En Santa Cruz del Sur se comienzan a sentir los - Tú sabes que no, Teófilo.
efectos del fenómeno atmosférico. Tarde en la noche - Cuando te indique, agárrate de mi cinto. Voy a
se inicia una leve llovizna y las nubes cubren la buscar un colchón y le voy a amarrar unas tablas
claridad de la luna y las estrellas. abajo para que nos lleve flotando.
El parte del Observatorio Nacional llega por telégrafo Al momento vino una ola inmensa que estremece la
en la madrugada del 9 de noviembre. No hay tiempo
casa. Le sigue otra mayor cargada de escombro, que regrese. Una vigueta elevada por los vientos se
fango, sargazo y mangles. La ola parece un león le echa encima y les golpea la cabeza. Al instante
gigante, pero pudo advertir al cuñado: quedan muertas las dos jovencitas.
- ¡Tírate! Las aguas enfurecidas y el viento convierten al
Sángara se agarra al cinto del pescador. Se poblado en un infierno. Con la violencia de un alud,
mantienen flotando encima del colchón. La marea ya las aguas arremeten sobre la costa, levantan en peso
inunda toda Playa Bonita: la calle de la Marina y la las viviendas y las destruye unas contra otras.
calle de Atrás, casi a la altura de un poste de la luz
eléctrica. En ese instante observan un bote que viene IX
a la deriva sin tripulación. Viene en dirección a ellos
arrastrado por las corrientes marinas. Choca con el Ángel Córdova Álvarez permanece desde hace un
colchón que está enredado a unas viguetas. mes en Santa Cruz del Sur. Había recibido, en corto
tiempo, el cariño, y la hospitalidad de la gente del
- ¡Vamos a subirnos al bote! -indica el pescador. poblado. Encontró en muchas personas una amistad
Sángara sube a la embarcación. Un madero le golpeó franca. Cubre el descanso del jefe de la estación del
la cabeza a Teófilo, quien pierde el conocimiento. El ferrocarril. El propio día 9 de noviembre terminó la
bote se aleja arrastrado tierra adentro. Teófilo queda suplencia, pero por esas cosas del destino, no abordó
encima del colchón. el gascar que había salido a las 6 de la mañana
rumbo a Camagüey.
VIII
Manuel Curra, el chofer del carro de bomberos,
detiene el vehículo frente a una ranchería. Viene a
auxiliar a algunas familias. El viento desprende de las
viviendas las planchas de zinc y pedazos de tablas
de madera. El bombero se baja del camión. Camina
tres metros. Una plancha de zinc le corta la cabeza.
El cuerpo brinca y el agua se torna roja. Las mujeres
y niños lloran desgarradoramente ante la espantosa
escena. Armelio Lara y su familia se llevan las manos
a la cabeza y simultáneamente les cubren los ojos a
los niños.
Una adolescente, de unos quince años de edad, trata
desesperadamente de atravesar la calle; otra plancha
de zinc la troza por la cintura. Un gran escalofrío
recorre todo el cuerpo de Armelio. Acelera el vehículo
que zigzaguea para evitar ser alcanzado por las El anuncio del meteoro no alarma a la población.
planchas de zinc y los maderos. Todos lo ven como un nuevo gesto del mar y los
El camión tres patá’ en que viajan, se aproxima al vientos. Las pocas familias que abordan el tren son
almacén de Avalo. La edificación ha perdido el techo. objeto de la burla y la hilaridad de la gente.
Dentro del local se encuentran varias familias, entre Dos horas después de la salida del gascar, Ángel
ellas los hijos de Manuel Cañete, con Rita de Córdova Álvarez comienza a vivir el momento más
Quesada y también los Díaz. amargo de su vida. Le pide al auxiliar que le
Una de las muchachitas, que es “entretenida”, se acompañe.
pone de pie y trata de abandonar el local. La - Él mar ha subido bastante. Hay que buscar en qué
hermana se incorpora y la agarra por un brazo para
hacia la costa. las manos sobre la cabeza, tienen los ojos secos e
Para caminar por la orilla de la playa Teófilo tiene que inyectados en sangre, la voz apagada, los cuerpos
apartar los cadáveres y los escombros. En una semidesnudos y la piel blancuzca. Parecen
empalizada escucha los quejidos de personas vivas. cadáveres vivientes, que se mueven como
“Son hombres, mujeres y niños...”- dice para sí. sonámbulos, de un sitio a otro y sin rumbo
determinado, buscando a los familiares.
- ¡Sáquenme de aquí…! - se escuchan varias voces
apagadas. Una mujer carga en sus brazos a sus dos hijos
pequeños. Los salvó en un madero. Ha perdido a los
Entre los lamentos a Teófilo le parece escuchar la otros cuatro hijos. El mar se los llevó uno a uno.
voz de su cuñado Sángara. ¿Serán ideas mías? - se
pregunta angustiado. A muchas madres las corrientes y el viento les
arrancaron a las criaturas de entre los brazos. No les
Aníbal Piña, el jefe de sanidad, ordena quemar todas dejó ni a uno solo vivo. Allí están traumatizadas y
las palizadas con la gente dentro. Para evitar una cargarán con ese dolor para toda su existencia.
epidemia. Así justifica aquella barbarie.
Este día inolvidable queda grabado para siempre en
- ¡Qué horror, quemar personas vivas! - dice Teófilo, la memoria de Feliberto Petit Tiá. Es testigo fiel de la
para sí. gigantesca tormenta de viento y agua, que sopló de
El mar viste de luto a miles de madres, hermanos e este a oeste y de sur a norte de forma circular. El
hijos. Viste de luto a un pueblo entero. Para Teófilo huracán ha arrasado con cuanto se encontró a su
es la prueba más cruel de su vida. No podrá paso, arrasó con los seres humanos y objetos
recuperarse jamás de la tragedia. materiales. El persistente oleaje y las ráfagas de
viento quebraron las casas de débiles estructuras de
madera.
XI Se observan personas vivas encima de los árboles,
Armelio Lara Correa deambula por las calles cuerpos decapitados por planchas de zinc y tejas de
arenosas de Playa Bonita. Con esa pesadilla del barro que se desprendieron de las viviendas como
huracán cargará durante toda su vida. Son momentos hoja de papel y cadáveres enredados en las
difíciles de olvidar. palizadas y arrastrados hasta ahí por la furia del
No es él solo el que lleva encima la pesadilla. Clara viento, el mar y las lluvias. Muchas familias quedaron
Aurora Betancourt ve perder en pocas horas los atrapadas y ahogadas dentro de sus viviendas. El
sueños de su juventud. Esperaba un gran porvenir mar en su retirada se llevó con él decenas de
siempre color de rosa, pero se convirtió en una niebla personas vivas y también cadáveres.
oscura, tenebrosa y destructora. Decenas de cuerpos muertos estaban a punto de
La comunidad queda borrada del mapa. De un día descomponerse enredados en los mangles de las
para otro el poblado se convierte en escombros. En cayerías más cercanas. En el parque público se ha
horas, sin darse cuenta, el corazón se le amarga. improvisado un cementerio.
A su alrededor algunos hombres cavan varias fosas.
En su interior van echando los cadáveres. En una de
XII las fosas laterales de solo 5 metros, ejecutadas por
Ramón Lazo Gil ve tronchada de la noche a la aquellos hombres, son lanzados uno a uno los
madrugada, el afán de toda una generación de cuerpos amoratados de las víctimas.
santacruceños. Queda en la fosa común un pequeño espacio. El
Sus sueños han sido destruidos. Él y las personas enterrador selecciona del montón de cadáveres los
que lo rodean, con las que había compartido sus cuerpos de tres niños de alrededor de cinco años
sueños y alegrías, se han transformado en pocas para completar el hueco macabro.
horas en seres andantes en la desesperación; llevan
Más allá en una pira, un vigilante echa leños para de gasolina o de petróleo dándole candela a las piras.
darle candela a los cuerpos putrefactos de familias Escuchará los lamentos de aquellos cuerpos inertes
enteras. La mayoría de los integrantes de la Banda debajo de las palizadas. Verá una columna de humo
Infantil Municipal de Música había perecido. blanco cubriendo todo el poblado. Por las
Loreto Moncada Reinaldo pudo sobrevivir. Tras cesar madrugadas despertará sobrecogida con imágenes
el huracán se encamina al Club de los hijos de los dantescas: una madre con el cuerpo de su hija
Veteranos de la Guerra de Independencia. No muerta entre sus manos y apretada al pecho como
encuentra nada. Ha desaparecido y solo queda la cuidando su sueño definitivo.
pesadilla de este 9 de noviembre de 1932, día de luto
en Santa Cruz del Sur. XIII
El agua había subido hasta alcanzar la altura de un En las cayerías de Las Doce Leguas muchas
poste de la luz o quizás más y el mar se adueñó de personas logran burlar a la muerte. El huracán no
unos 25 kilómetros tierra adentro y de regreso a su pudo acabar con la vida de Pedro Guerra Cabrera,
sitio se llevó las esperanzas de Sabino Rodríguez pero sí deja en él recuerdos que jamás podrá borrar
Menéndez, quien había consagrado su vida al trabajo de su mente. Las escenas de viento y mar
para labrarse un futuro en la vejez. enfurecidos quedarán clavadas en su corazón como
El mar se tragó todo lo que crearon. Devastó las una espina.
casas, los techos, los curvatos4 y las empalizadas. No es solo su sufrimiento y sus angustias, es el
Solo una vivienda de madera de dos plantas, de los sufrimiento y la angustia de todas las personas que
Martínez Milanés, queda en pie al resistir la furia del sobrevivieron la tragedia.
huracán, y en la que sobrevivieron unas 40 personas.
También la fuerza del mar y la violencia de los Santa Cruz del Sur se transformó en cenizas y en un
vientos arrasaron con las tres escuelitas privadas, poblado de fantasmas, tras ser envuelto en un gran
pupitres, libretas escolares, muebles, portales, remolino de viento, agua, fango, maderos, aceros,
puertas, ventanas, embarcaciones, muelles, cadáveres y fuego.
alambradas, pianos y todo lo que encontraron a su Este 9 de noviembre también le golpea muy fuerte el
paso. corazón a Juan Amado Vega Martínez. Un gran vacío
Nunca Rita de Quesada podrá borrar de su memoria queda en su vida. Su casa se convirtió en escombros.
ese infernal amanecer. A su paso, lento, encuentra a Ve muchos cuerpos enredados en las cayerías. Para
mujeres, hombres, niños y ancianos semidesnudos y aumentar la tragedia, las tripulaciones de dos navíos
temblorosos. El poblado inicia este 10 de noviembre de Guerra que están anclados en el puerto, saquean
borrado del mapa. La ciudad no existe, como si el al poblado.
leve roce de una goma hubiese borrado un dibujo a Y Leonardo Vila Aróstegui se siente en algo cómplice
lápiz sobre una hoja de papel. de la tragedia: le correspondió, en función de
Los cadáveres se observan por doquier, junto a todo mensajero de telegrafista, entregar el telegrama
lo que es de madera, escombro y fango. Arden los enviado por el Observatorio Nacional, que reportaba
cuerpos putrefactos de seres humanos y animales en que el huracán no ofrecía peligro para Santa Cruz del
fogatas gigantescas. Sur. Él desconocía que llevaba un mensaje de
muerte. Con ese telegrama -que ahora aprieta
Más de 3000 personas, el 70 por ciento de los indignado en su mano derecha- las familias se fueron
habitantes, quedan sepultadas en el poblado. a la cama sin el presentimiento de la tragedia y
Por esa visión que lleva dentro, a América de la Cruz fueron sorprendidas, en la madrugada, con el beso
del Risco la acompañarán recuerdos espantosos que amargo de las aguas enfurecidas que ya eran dueñas
no le dejarán conciliar el sueño. Le atormentarán de las calles y de las viviendas.
pesadillas. Volverá a observar a personas aún vivas Muchas adolescentes habían celebrado, el propio día
dentro de los escombros y varios hombres con latas
o días anteriores a la tragedia, sus cumpleaños. islas Bahamas. Deja cicatrices profundas en aquella
Todas deseaban un porvenir brillante. Ángela Emilia gente.5
Santana Montenegro, también lo deseaba. Había La compañía del ferrocarril no envía la locomotora.
cumplido 14 años de edad. Pero la vida le jugó una Santa Cruz del Sur se convierte en un cementerio de
mala pasada. Estaba convencida que los afanes de cadáveres calcinados. Sobre su tierra quedan arenas,
su adolescencia y de su juventud estaban perdidos. columnas rotas, pisos de cemento fracturados por las
Sus ilusiones infantiles desaparecían para siempre. fuerzas del mar. Y entonces “... la muerte del pueblo
Añoraba un futuro repleto de felicidad que ahora tenía fue como siempre ha sido: como si no muriera nadie,
una marca de amargura. Experimentaba un gran nada, como si fueran piedras las que caen sobre la
terror al ver destruido, en pocas horas, su castillo de tierra, o agua sobre el agua." (Pablo Neruda)”.6
sueños. Aquella visión de horror y muerte quedará
perpetuada hasta el fin de su vida. El mar se había
tragado a su poblado, a su niñez y a sus sueños. -----
Sola, sin un techo donde resguardarse, traumatizada
síquicamente, tenía las manos cubriéndose la cara.
Lloraba sin aliento. Muy cerca de ella los cadáveres 1 En el registro de extranjeros No. 79313 de la Secretaría
de varios de los suyos. de Gobernación de República de Cuba se confirma la
nacionalidad de Eduard Joseph, mediante Certificado de
inscripción firmado por P. A. de Antonio Guiteras,
secretario de Gobernación.
Chesterton, et alii, se nutrieron de sus páginas más encendiese los brazos de un gran candelabro que se
brillantes. hallaba colocado junto a la cabecera de mi cama, y
Jorge Luis Borges, en su artículo publicado en La que descorriese, de par en par, las cortinas de
Nación (Buenos Aires), el domingo 2 de octubre de terciopelo negro que también rodeaban mi lecho.
1949, dice: “...Poe se creía poeta, sólo poeta, pero Deseaba que se hiciera todo aquello para que, al
las circunstancias lo llevaron a escribir cuentos, y menos, si no llegaba a conciliar el sueño, pudiese
esos cuentos a cuya escritura se resignó y que debió distraerme alternativamente en la contemplación de
encarar como tareas ocasionales, son su aquellos cuadros y entregarme a la atenta lectura de
inmortalidad.” un pequeño volumen que habíamos hallado sobre la
almohada y que contenía la crítica y descripción de
Julio Cortázar es considerado como uno de los cada uno.
mejores traductores al español del genial Poe.
Durante largo rato, muy largo rato, estuve leyendo, y
devota, muy devotamente, contemplé los cuadros.
----- Las horas transcurrieron rápida y maravillosamente.
Y llegó la profunda medianoche. Me desagradaba la
posición del candelabro, y extendiendo la mano
El retrato oval dificultosamente, con objeto de no despertar a mi
Edgar Allan Poe criado adormecido, lo coloqué de modo que sus
rayos incidiesen plenamente sobre el libro.
Pero este cambio produjo un efecto completamente
El castillo en el cual mi criado había decidido inesperado. Los resplandores de las numerosas
penetrar, aun cuando fuese por la fuerza, antes que bujías (porque había muchas) se proyectaron
permitirme, hallándome gravemente herido, pasar entonces en un nicho de la habitación que hasta ese
una noche al raso, era uno de esos grandes edificios, momento había sido dejado en sombras por una de
mezcla de melancolía y grandeza, que durante tanto las columnas de la cama. Distinguí, vivamente
tiempo han erguido su ceñuda frente por entre los iluminado, un cuadro que hasta ese momento me
Apeninos, no tanto en la realidad como en la fantasía había pasado inadvertido. Era el retrato de una niña
de mister Radcliffe. que apenas si empezaba a ser mujer. Dirigí una
Según todas las apariencias, había sido rápida ojeada a aquella pintura, y cerré los ojos. ¿Por
temporalmente abandonado, y en fecha muy reciente, qué? En un principio no pude comprenderlo; pero
por su dueño. Nos instalamos en una de las mientras mis ojos continuaban cerrados analicé en mi
habitaciones más reducidas y menos suntuosamente espíritu la razón que tenía para haberlo hecho. Fue
arregladas. Estaba situada en una apartada torre del un movimiento involuntario, para ganar tiempo y
castillo. Su decorado era rico, pero ajado y viejo. De pensar, para asegurarme de que mis ojos no me
sus paredes colgaban tapices y adornábanse con habían engañado, para calmar y dominar mi fantasía
diversos y multiformes trofeos heráldicos, así como y entregarme luego a una contemplación más serena
con una insólita cantidad de pinturas modernas de y auténtica. Pocos momentos después, volví a mirar
gran viveza encuadradas en ricos marcos con de nuevo fijamente a la pintura.
arabescos de oro. Tal vez a causa de mi debilidad Ni podía ni quería dudar lo que vi entonces
febril, incipiente en ese instante, sentí un vivo interés claramente, porque el primer resplandor de las bujías
por estos cuadros que estaban colgados no sólo de sobre el lienzo había disipado el soñoliento estupor
las superficies principales de las paredes, sino de mis sentidos y me había devuelto de pronto a la
también de los numerosos rincones que la extraña vida despierta.
arquitectura del castillo hacía necesarios.
Ya he dicho que el retrato era el de una joven.
Le ordené a Pedro que cerrase los pesados postigos Reducías a la cabeza y los hombros, pintados según
de la habitación, puesto que ya era de noche, que esa técnica que suele llamarse estilo de vignette, al
modo de las cabezas predilectas de Sully. El seno, paleta, a los pinceles y a otros desagradables
los brazos e incluso los bucles de sus radiantes utensilios que la privaban de la presencia de su
cabellos, fundíanse imperceptiblemente en la vaga, adorado. Fue, pues, algo terrible para ella oír al pintor
pero profunda sombra que servía de fondo al hablar de deseo de retratar también a su joven
conjunto. El marco era ovalado, magníficamente esposa. Pero ésta era humilde y obediente. Y,
dorado y afiligranado con arabescos. dócilmente, posó, sentada, durante largas semanas,
Como obra de arte, no podía encontrarse nada más en la sombría y alta habitación de la torre, donde
admirable que la pintura misma. Pero ni la factura de filtrábase la luz sobre el lienzo sólo desde arriba.
la obra, ni la inmortal belleza de aquel semblante, Pero él, el pintor, ponía toda su afición en la obra,
podían haber sido lo que tan repentinamente y con tal que adelantaba de hora en hora y de día en día. Y
vehemencia me había impresionado entonces, y era él un hombre apasionado, vehemente y
menos aún que mi fantasía, conmovida en su caprichoso, que perdíase siempre en fantasías.
duermevela, hubiese confundido aquella cabeza con Tanto, que no quería ver cómo aquella luz, que
la de un ser vivo. Me di cuenta en el acto que los vertíase tan tristemente en aquella torre solitaria,
pormenores del dibujo, el estilo de vignette y el marchitaba visiblemente, a los ojos de todo el mundo
aspecto del marco, hubiesen disipado y excepcionalmente a los suyos, la salud y el alma de
inmediatamente semejante idea y me hubieran su mujer. Y, sin embargo, ella no cesaba de sonreírle,
evitado toda otra distracción, aun cuando fuera sin lamentarse nunca, porque veía que el pintor, que
momentánea. Reflexionando seriamente con tenía un gran prestigio, experimentaba un ferviente y
respecto a aquello, tal vez durante una hora, abrasador goce en su tarea, y afanábase día y noche
permanecí medio tendido, medio sentado, con la en pintar a la que tanto lo amaba, pero que a diario
mirada fija en aquel retrato. Por último, satisfecho de desalentábase más y enflaquecía. Y, en verdad,
haber acertado con el secreto real del efecto que quienes contemplaban el retrato hablaban en voz
producía sobre mí, me acosté completamente de queda de su semejanza, como de una prodigiosa
espaldas sobre el lecho. maravilla y como una prueba no sólo del talento del
pintor, sino de su profundo amor por aquella a quien
Había adivinado que el encanto de aquella pintura pintaba de forma tan excelsa. Pero hacia el fin,
consistía en una absoluta semejanza con la vida en cuando acercábase más la obra a su término, no se
su expresión, que primero me había estremecido y, dejó a nadie visitar la torre, porque el pintor había
finalmente, me desconcertó, subyugándome y enloquecido en el ardor de su tarea, y rara vez
anonadándome. Con profundo y respetuoso temor, apartaba sus ojos del lienzo, ni tan siquiera para
dejé de nuevo el candelabro en su posición primitiva. mirar el rostro de su mujer. Y no quería ver que los
Una vez húbose apartado de mi vista el motivo de mi colores que dejaba en el lienzo los arrancaba de las
intensa agitación, busqué afanosamente el volumen mejillas de la que se hallaba sentada frente a él. Y
que contenía el análisis de las pinturas y su historia. cuando hubieron transcurrido muchas semanas, y
Volví las hojas hasta que encontré el número que muy poco quedaba por hacer, excepto un toque
correspondía al retrato ovalado, y leí el impreciso y sobre los labios y una pincelada sobre los ojos, vaciló
singular relato que sigue: el espíritu de la mujer, como la llama que va a
"Era una joven de particular belleza y no menos extinguirse en una lámpara. Y el toque fue dado, y
amable que llena de jovialidad. Pero malhadada fue fue dada también la pincelada. Y por un instante
la hora en que vio, amó, casó y vivió con el pintor. El, quedose extático el pintor ante la obra que acababa
apasionado, estudioso, austero y teniendo ya una de realizar. Mas un momento después, cuando
esposa en su arte; ella, joven de rara belleza y no todavía lo contemplaba, se estremeció de horror,
menos amable que llena de jovialidad, sólo luz y palideció y quedose despavorido. "¡Esto es realmente
sonrisa, y juguetona como un cervatillo, amante y la vida misma!", gritó. Pero al volver los ojos de
cariñosa para todas las cosas de este mundo. Odiaba pronto para contemplar a su amada… ¡ésta había
solamente el arte, que era su rival; temía sólo a la muerto!".
Lectores opinantes
encontrado en Todo cuento (http://todocuento- segundo al lector ocasional y contribuir con su granito
mauri.blogspot.com). de arena a que continúe vivo.
Tiene cuentos publicados en www.loscuentos.net.
escritura creativa, y de técnicas y recursos, conurbano bonaerense. Sus poemas y artículos han
destinados a escritores noveles. sido publicados en una importante cantidad de diarios
Colabora con las revistas electrónicas “Axolotl”, “Zona argentinos, de México, Colombia y España. Asimismo
Moebius”, “Fin” y “Literatuya”. en revistas culturales y literarias de Argentina, Brasil,
España, México, Estados Unidos, Puerto Rico,
En 2006, se ha editado el libro Ritos, con varios Francia, Colombia, Venezuela, Chile, Italia, Cuba,
cuentos representativos de su trabajo literario. Nicaragua, etc... Obtuvo entre 1991 y 1999 una
Puede ser encontrado en su blog personal treintena de premios y menciones en su país. Se
(http://marcelochoren.blogcindario.com). encuentra trabajando en la edición de “Sangre de
Toro” -poemas y banderillas-, que se editará
inicialmente en Buenos Aires y posteriormente en
España.
Para ponerse en contacto con él, deje un mensaje en
la sección Contacto de nuestro sitio web.