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Psicóloga Adriana Martínez García Cel.

951 150 0301

EL APEGO O DEPENDENCIA EMOCIONAL

"Mi existencia no tiene sentido, sin ella", "Vivo por él y para él",
"Es lo más importante en mi vida", "Sin ti me muero", “No me dejes”,
"Eres mi todo", "No sé qué haría sin ti", "Sin ti, mi vida no tiene sentido"
¿Te suena familiar? Si respondiste sí, tienes un grave problema: estás a la sombra de un amo.

El apego es una vinculación mental y emocional patológica generalmente obsesiva a objetos, personas,
actividades, ideas o sentimientos, originada en la creencia irracional de que tal vinculo proveerá, de manera
única y permanente, placer, seguridad o autorrealización. En las relaciones afectivas, se considera enfermizo
porque uno de los miembros se cree “propietario” de la relación con la otra persona. Esta adicción afectiva
enferma, incapacita, elimina criterios, degrada, deprime, genera estrés, asusta, cansa, desgasta y, acaba con todo
residuo de humanidad posible, ya que la persona dependiente desarrolla patrones obsesivos de comportamientos
-temer, celos, inseguridad-y hace lo que sea para mantener a la persona a su lado, así sea aguantando
humillaciones y sufrimiento en silencio, todo por no perder a la persona "amada".

¿Qué hacer para desapegarse?


1) Amarte a ti mismo (a), asumiendo el derecho a explorar el mundo intensamente, a hacerse cargo de ti mismo
y a buscar un sentido de vida. También significa tener una actitud realista frente al amor, afianzar el
autorrespeto y fortalecer el autocontrol.
2) Aceptar que eres un ser humano libre que comparte la vida con otro individuo libre.
3) Aceptar que las relaciones, las personas y las situaciones no son para siempre y que a veces esas etapas
concluyen.
4) Tomar la decisión de soltar el sufrimiento, enfrentar y controlar los temores al abandono. Es aprender a
renunciar.

El desapego no es desamor, sino una manera sana de relacionarse, cuyas condiciones son: independencia, no
posesividad y no adicción, lo cual se consigue respetándonos, valorándonos, y que nuestro proyecto de vida no
sea en base a otra persona, más que en nosotros mismos.
El amor está hecho a la medida del que ama. Construimos la experiencia afectiva con lo que tenemos en nuestro
interior; por eso nunca hay dos relaciones iguales. El amor es lo que somos. Si eres deshonesto, te unirás a otra
persona con mentiras. Si eres irresponsable, tu relación será irresponsable. Si eres inseguro, tu vínculo afectivo
será ansioso. Pero si eres libre y mentalmente sano, tu vida afectiva será plena, saludable y trascendente.
Psicóloga Adriana Martínez García Cel. 951 150 0301

VIVIR LA NAVIDAD
Perdonar: la clave para unas Navidades felices
¿Cómo vivir una feliz Navidad si en la familia hay caras largas? Cuando hay grandes reencuentros familiares, los
comentarios fuera de lugar son a menudo inevitables y pueden arruinar la fiesta. Para la psicóloga Maryse Vaillant, “perdonar
puede ser la clave para pasar unas felices fiestas”.

 ¿Por qué puede ser tan difícil celebrar la Navidad?


 ¿De qué se trata el perdón?
 Perdonar paso a paso
 Prepararse por adelantado

 
© Getty Images

La fiesta de Navidad es todo un clásico con los preparativos del árbol, las prisas por comprar los regalos, una cena especial y el
anuncio de un momento de reencuentros familiares. Uno se imagina la Navidad feliz, cordial, llena de amor y festiva. Pero a veces,
viejas disputas y rencores reaparecen. Siempre hay una suegra que se queja, una cuñada estresada, un abuelo mandón, etc.  Querer
controlar todo o evitar estas situaciones no es necesariamente la solución ideal. Perdonar podría ser el mejor regalo que uno puede
hacer para pasar las fiestas en paz.

¿Por qué puede ser tan difícil celebrar la Navidad?


La Navidad es una fiesta familiar, religiosa, espiritual. Pero sobre todo, “es un encuentro transgeneracional” afirma Maryse Vaillant, es
decir, que están presentes los abuelos, también los niños que esperan regalos y a veces otros miembros de la familia. “Es una fiesta
de la paternidad. Somos a la vez los hijos de nuestros padres y los padres de nuestros hijos”, agrega la psicóloga. Por otro lado, en
nuestro imaginario y en nuestras representaciones, incluimos también la figura de Papá Noel y el Niño Jesús. Entonces,
evidentemente, no es sorprendente que todo lo que no está del todo resuelto pueda resurgir.

¿De qué se trata el perdón?


El perdón es un camino personal que toma tiempo. Se efectúa en dos etapas. Primero se produce un movimiento de separación,
donde es necesario desligarse del resentimiento”, explica la psicóloga Maryse Vaillant. En efecto, no es posible perdonar si no se ha
dejado de lado esta necesidad esencialmente narcisista de tener razón. Entonces podemos decir que perdonar es ceder. “Y al mismo
tiempo, se trata de alcanzar la paz del corazón, de querer buscar la gratitud”, agrega la psicóloga. Los dos movimientos son
importantes.
No basta con hacer solo el duelo de lo que uno hubiera querido y no tiene (una madre más cariñosa o positiva, un padre menos
autoritario o más presente). Se trata también de tomar conciencia de cómo la propia historia y sus complicaciones forman parte de
nosotros y aceptarlo con calma. Se trata realmente de un proceso de maduración personal.
En realidad, la Navidad debería ser el momento ideal para perdonar, “hacer borrón y cuenta nueva” de los pequeños y grandes
malentendidos acumulados para volver a empezar de cero. Sin embargo, el cariz que ha tomado esta fiesta hoy en día no nos facilita
las cosas. “Vivimos en una sociedad de consumo donde los regalos y las cenas ocupan el centro de los acontecimientos. Hay mucha
presión, muchas cosas que se ponen en juego en torno a unas veladas perfectas”, deplora la psicóloga. Ahora bien, la idea de poner
las cosas en perspectiva y de hacer las paces va en contra de esta tendencia. Es ante todo un movimiento íntimo que debe
prepararse: es un momento de retiro y de silencio. Pensar que uno podrá perdonar todo puede parecer poco realista si no se ha hecho
previamente un trabajo interior. Por el contrario, lo que sí es posible es decidir que será el día perfecto para dar el primer paso en esta
dirección, y así los demás seguirán más fácilmente con el paso del tiempo.

Perdonar paso a paso


El día de Navidad es el día ideal para empezar. Basta con seguir las leyes ancestrales de la hospitalidad. Si estás invitado, puedes
comenzar por la sincera intención de bajar las armas: “Hay que decidir no buscar problemas sino más bien entrar en un movimiento
pacificador” sugiere la psicóloga. Si la fiesta es en tu casa, debes recibir a tus invitados así como aceptar la posibilidad de que haya
problemas. Lo mejor es preparar la empatía de la misma forma que preparas la mesa. Deberás limar asperezas y demostrar
compasión en caso de problemas. Es posible abrir su corazón incluso si no eres un asiduo discípulo del Dalai Lama.
Psicóloga Adriana Martínez García Cel. 951 150 0301

Prepararse por adelantado


 El tiempo de la reflexión
La primera etapa consiste en preguntarse qué es lo que se le reprocha a los padres, a la suegra, a la cuñada… Hacer la lista de
todos los reproches, los grandes y los pequeños, será la oportunidad de hacerse cargo de viejos resentimientos. Para ser capaz de
cortar los “lazos de odio”, primero hay que reconocerlos y luego tomar conciencia de los combates que uno desea enterrar.
 El tiempo de la reparación
Perdonar procura un verdadero descanso, es un momento al cual se accede a través de un tiempo de comprensión y de
compasión. Se trata de ubicarse en el lugar adecuado: la mayor parte del tiempo nuestros seres cercanos hacen lo mejor que
pueden.
Y sobre todo, lo más importante es que han sido “marcados” por sus historias y es evidente que algunas heridas requieren un
tratamiento psicoterapéutico, para poder superarse.
 El día D, reducir las expectativas
Lo más difícil, cuando se toma el camino del perdón y especialmente en las fechas más señaladas, es reducir las expectativas. “Tú
te sientes preparado pero los otros no lo están necesariamente” explica Vaillant. Por eso los ataques de una cuñada no siempre
bienintencionada, o los comentarios desubicados de una madre poco diplomática, pueden ir contra tu búsqueda de armonía.
Debes manejar los “desbordes” de otra forma. Esto requiere hacer el duelo de un ideal y limar asperezas si fuera necesario.
“Piensa que es un largo camino y que el primer paso es muy importante.”
Y dejar que la magia de la Navidad haga su trabajo. ¡Felices Fiestas!

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