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1. Teorías de la correspondencia.
Aunque para numerosos autores las siguientes teorías forman parte de las
'teorías de la reproducción', sus perspectivas de análisis presentan ciertos rasgos
comunes que permiten agruparlas bajo la rúbrica de 'teorías de la correspondencia'.
En todas ellas las funciones que desempeña la Escuela están directamente ligadas a
las exigencias del capitalismo en las sociedades occidentales actuales, a las
exigencias de la división social del trabajo, en suma, a las relaciones de explotación
y de dominación.
Basil Bernstein también desde los años sesenta comenzó, preocupado por el
elevado fracaso de los niños de las clases trabajadoras en el sistema educativo, a
poner a prueba un modelo de análisis, que no ha dejado de reformular,
íntimamente ligado a toda una serie de investigaciones empíricas, con el fin de
comprender las relaciones entre la estructura social de clases y las funciones del
sistema educativo. Elaboró el concepto mediador de código y mostró que las formas
de socialización que tienen lugar en la familia, en el grupo de iguales, en la
comunidad orientan de forma desigual a los niños hacia la adquisición de diferentes
códigos, entendiendo éstos como principios reguladores, adquiridos tácitamente,
que seleccionan e integran las significaciones pertinentes y sus realizaciones en
contextos específicos. De este modo el código elaborado, dominante en las
instituciones escolares, que orienta a quienes lo han adquirido en su socialización
temprana hacia significaciones universalistas, poco vinculadas al contexto, es un
código que permite comprender los principios que regulan el orden social -haciendo
que los niños de las clases trabajadoras, que han sido socializados
predominantemente en otro código, estén en una posición desventajosa para
obtener éxito en el sistema escolar-. Los códigos son el resultado de posiciones
desiguales en la estructura social, sirven para posicionar a los sujetos de forma
desigual en dicha estructura, al mismo tiempo que suponen una relación específica
con el lenguaje. Y, aunque Bernstein parte de que existe una democracia
lingüística, según la cual potencialmente las capacidades y habilidades lingüísticas
estarían disponibles por igual para todas las clases sociales, sin embargo los
principios que regulan la selección y realización de las significaciones, en este caso,
el código elaborado, dificulta que los niños de las clases trabajadoras puedan
desarrollar una conducta significativa adecuada al contexto escolar. De ahí que el
fracaso escolar golpee con mas fuerza a los hijos e hijas de estas clases.
Willis se centra sobre todo en la articulación que existe entre los principios
que regulan la comunicación y la práctica pedagógica en el contexto específico del
aula. De hecho, se centra más en el análisis de los discursos, y de las prácticas
pedagógicas que en los principios de poder y control que atraviesan la institución
escolar. Lo que le interesa especialmente son los condicionantes institucionales y
las formas culturales que son reproducidas parcialmente en la Escuela, un espacio
de enfrentamientos, en el que se expresan las contradicciones vividas por los
miembros de las culturas no dominantes en su socialización escolar. Describe así la
cultura de resistencia a la escuela elaborada por los jóvenes de la clase obrera
inglesa. Rechaza de este modo una visión de la clase obrera- y de los jóvenes de
esa clase- como pasiva e ignorante, así como la idea de que la ideología y la
hegemonía dominantes se imponen sin encontrar oposición.
Willis subraya en su trabajo dos procesos importantes: por una parte, las
ideas y prácticas son producidas en el interior de relaciones sociales y culturales
específicas en vez de ser impuestas simplemente de arriba a abajo por los grupos
dominantes; por otra, las culturas de resistencia son en parte incorporadas y en
parte desligitimadas por las instituciones. De este modo observa que la ideología
escolar es en parte incorporada por la cultura de resistencia desarrollada por 'los
colegas' (aspecto que no desarrolla suficientemente). Esta cultura de resistencia
permite a los jóvenes varones procedentes de la clase obrera adquirir un identidad
individual y social no totalmente devaluada, al tiempo que pone al descubierto la,
violencia que ejerce el sistema escolar sobre estos jóvenes. Pero, el ejercicio de
esta resistencia -que orienta a 'los colegas' a valorar y adquirir destrezas que les
servirán para integrarse posteriormente en la cultura de fábrica-, resulta,
paradójicamente, funcional al sistema capitalista al contribuir a la reproducción
social. En la medida en que el sistema escolar genera, para este colectivo, rechazo
y aburrimiento, favorece 'una orientación voluntaria' de la mayor parte de estos
jóvenes de la clase obrera hacia trabajos subalternos. El sistema escolar, como sin
pretenderlo, precisamente a través de los mecanismos considerados unánimemente
como una muestra de su fracaso, realizaría de esta forma una función clave para la
reproducción social: expulsar de su seno a una elevada proporción de los jóvenes
de clase obrera para reproducir a la clase obrera.
Lo expuesto no significa, sin embargo, que los sujetos sean un blanco inerte o
cómplice del poder, sino que las relaciones de poder, aunque puedan oponerse a las
necesidades y deseos de los sujetos, demandan su participación activa, ni tampoco
que el poder esté uniformemente repartido por el cuerpo social. La genealogía
aboga por la conveniencia de realizar un análisis ascendente de los mecanismos de
poder, partir del nivel microfísico, para observar como esos mecanismos son
investidos, transformados y utilizados por tecnologías más amplias, hasta llegar a
condensarse, en determinados casos, en formas específicas de dominación. La
Escuela es, por tanto, para Foucault uno de los espacios en el que se ensayan
nuevos procedimientos y tecnologías que hacen posible la formación de una nueva
anatomía del cuerpo, de una nueva física del poder, y que contribuye, en
determinados momentos históricos, a la formación de identidades sociales nuevas.
Pero, además, uno de los efectos del proceso de individualización y de
interiorización de las prácticas pedagógicas es el de contribuir al nacimiento del
sujeto psicológico. La genealogía subraya, por lo tanto, más especialmente las
funciones 'productivas' que las 'reproductivas' de la Escuela.
NOTAS
BIBLIOGRAFÍA CITADA