Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Control manual
Dado un proceso de cualquier tipo y una actuación sobre el mismo
que provoque un efecto, se define como control manual o en lazo
abierto a la forma de aplicar dicha actuación sin tener en cuenta en
qué medida afecta al proceso, es decir, sólo se actúa sobre la señal de
entrada dando como resultado una señal de salida independiente a
la señal de entrada, pero basada en la primera.
Un ejemplo de este tipo de control sería reactor químico de tipo
tanque agitado con una camisa de calefacción. La señal de entrada o
actuación sería la potencia de calefacción y la señal de salida o efecto
sería la temperatura de la mezcla en el reactor (Figura 6.1).
Conociendo el comportamiento del proceso, en este caso la
transferencia de calor (siendo fijos otros parámetros como caudales,
composición y temperatura de las corrientes de entrada, el caudal de
salida, la entalpía de reacción, etc.), es posible predecir que al
aumentar la potencia aumentará la temperatura en el interior, pero
sin tener un modelo exacto de todos los parámetros que intervienen
es imposible conocer en qué medida lo hará. Incluso para una
potencia fija, la temperatura puede oscilar debido a variaciones en
cualquiera de las otras variables que intervienen en el sistema.
Se denominan perturbaciones a las variables que afectan a un
determinado proceso y que no son tenidas en cuenta de cara al
control ya que no se puede actuar sobre ellas.
Un modelo exhaustivo y preciso del proceso daría garantías de
funcionamiento siempre y cuando todas las variables fuesen
conocidas. Para la inmensa mayoría de procesos existentes esto es
del todo imposible debido, entre otras cosas, a perturbaciones ajenas
al sistema que pueden ser numerosas. Por este motivo, se recurre a
modelos simplificados que conllevan la aparición de errores. En
general, el control en lazo abierto implica que un proceso no se
puede controlar con precisión por no poder hacer frente a las
variaciones no contempladas en el modelo que puedan surgir.
Figura 6.1 – Diagrama de bloques de un control en lazo abierto
En relación con el presente proyecto, se ha hecho uso del control en
lazo abierto aplicado a la relación de reflujo (R). El intervalo de
operación permite valores de R є ( 0,01 ; 100 ), así como reflujo total (R
= ∞). Mediante dicha variable se puede controlar la composición de
salida del destilado como se verá en el Capítulo 7. El control en lazo
abierto permite la operación manual del reflujo sin que sea necesario
saber cómo evoluciona la composición. Si el operario no sólo
observase el comportamiento del proceso sino que actuase sobre el
mismo, variando la relación de reflujo al verificar la variación de
temperatura en
alguno de los platos, estaría tratando de controlar la respuesta en
función de las variables del proceso y, según se ha definido, no se
trataría ya de control en lazo abierto.
Control en lazo cerrado
Al contrario que en el control en lazo abierto, un control de lazo
cerrado utiliza alguna señal de salida o efecto para ajustar la entrada,
de forma que dicho efecto permanece acotado y próximo o igual a
un valor predeterminado, denominado valor de consigna o punto de
referencia.
La actuación sobre el proceso es una cierta función de la salida del
mismo, lo cual permite controlarlo de forma más estricta. Esto suele
hacerse de forma automática, a través de algoritmos específicos.
Partiendo de la instrumentación adecuada que mide algún efecto,
directo o indirecto, se transmite una información al controlador, que
es comparada con el valor de consigna por aquél. Dependiendo del
algoritmo o la lógica que éste utilice, se generará una señal
específica de entrada al actuador que afectará al proceso variando el
efecto. Esta variación será medida de nuevo por los sensores y así
sucesivamente. Este tipo de sistemas también se conocen como
control por realimentación o control en lazo cerrado.
La principal ventaja que presenta respecto al control en lazo abierto
es el rechazo o la respuesta ante perturbaciones. No obstante,
pueden presentar problemas de inestabilidad, por lo que la elección
y el ajuste del algoritmo correcto de control suele ser la parte más
delicada e importante en la puesta en funcionamiento.
Actualmente, la mayoría de controladores disponen de un algoritmo
básico denominado algoritmo PID (proporcional, integral y
diferencial). Está basado en el error definido como la diferencia entre
el valor de salida y el punto de consigna, actuando de tres formas
para corregirlo:
● Proporcional: la entrada al actuador es proporcional al error.
Esto conlleva la existencia de un error en régimen permanente.
● Integral: a lo largo del tiempo, se realiza la integral del error y
un valor proporcional a dicha integral se añade a la entrada del
actuador, permitiendo eliminar el error en régimen
permanente.
● Diferencial: ante cambios rápidos en el error, el término
derivativo genera un valor en la entrada proporcional al
cambio, de forma que el control responda más rápidamente.
Cada una de estas acciones puede emplearse en solitario o
combinada con las otras dos, dependiendo de las características que
presente la respuesta del proceso.
En el caso del control de composición de destilado para la columna
de destilación, se ha integrado un lazo de control en función de la
temperatura mediante un algoritmo PID en la programación del API
(Figura 6.2). La sintonización del mismo depende del modo de
operación y puede modificarse tanto a través de STEP 7 como a
través del proyecto creado en WinCC. La operación en continuo
presenta menos dificultad al respecto, pudiendo aplicarse los
métodos de sintonización usuales. Sin embargo, la destilación por
cargas añade una serie de complicaciones que serán discutidas en el
Capítulo 7.
La salida del PID está configurada de forma que actúe sobre la
relación de reflujo (R) para controlar la composición del destilado.
Como R es un cociente entre dos caudales, no se trata de una señal
lineal “0% -:- 100%”: Así, el 50% de la señal de salida del PID se debería
corresponder con la mitad de la gama de valores disponible, es decir,
con R = 1. Para compensar esto, se utiliza una función de conversión
de la forma
R ≡ Relación de reflujo entre 0,01 y 100
S ≡ Salida del PID entre 0% y 100%
A continuación, se describen algunos parámetros del controlador
PID integrado en el API. El resto pueden ser consultados en la
documentación referente al PID incluida en STEP 7:
o Variable controlada: será la temperatura de salida del proceso en
grados Celsius que podrá ser seleccionada en la pantalla de
configuración. Se convierte a una señal 0-100% al igual que el punto
de referencia (ver código FC3 en el Anexo I.D)
● Variable manipulada: la salida del PID es una señal 0-100%, que
se utiliza en la ecuación anterior para modificar la relación de
reflujo. La salida es configurable, de forma que pueden
especificarse diversos parámetros de ajuste.
● Tiempo de ciclo y tiempo de muestreo: el algoritmo PID se
ejecuta en función del tiempo de ciclo que se configure para el
OB35 del API, en el cual se encuentra incluida la función
correspondiente. Sin embargo, el muestreo de la señal de
salida se realiza a intervalos configurables en el PID.
● Valor manual, valor de referencia y zona muerta: es posible
forzar el valor de salida del PID (entre 0 y 100%) de forma
manual activando la opción correspondiente. El valor de
referencia (set-point) es la temperatura en grados Celsius que
se utilizará para calcular el error. La zona muerta incluye los
valores alrededor del valor de referencia que serán ignorados
para el cálculo del error.
● Ganancia proporcional (adimensional): en función de si el
control es de acción directa o inversa se elegirá el signo de la
misma y su valor se corresponde con la señal de salida del PID
(0-100%) dividido entre la señal de entrada (error en %).
● Tiempo integral, tiempo derivativo y retardo de la acción
derivativa: se corresponden con los parámetros del PID en
milisegundos.
Control secuencial
El control de variables discontinuas o que presentan valores finitos
requiere de un tratamiento aparte. Este tipo de control se caracteriza
por la forma en que el estado de las variables internas y las entradas
afectan al estado del sistema en el momento actual y en el futuro.
Al tomar valores finitos, normalmente dos (activado/desactivado,
verdadero/falso, 1/0), las posibles salidas o estados del sistema se
reducen considerablemente. La mejor forma de comprender este
tipo de control es a través del álgebra de Boole. Al tratarse de
circuitos lógicos, se pueden emplear para su diseño las puertas
lógicas (AND, OR, XOR, NOT...).
No obstante, estos sistemas de control presentan una diferencia
respecto a los circuitos lógicos combinacionales, cuya salida es una
cierta función de las entradas en cada momento. Los sistemas
lógicos secuenciales permiten disponer de una memoria del estado
del sistema, bien a través de contactos eléctricos (relés
temporizados, biestables) o bien a través de software
(temporizadores, marcas, etc). La salida de estos sistemas dependerá,
por tanto, del estado de las entradas y también de la historia del
sistema. Para describir el funcionamiento de los sistemas
secuenciales se suele hacer uso de esquemas lógicos y diagramas de
contactos, o bien, de diagramas gráficos más adaptados a la lógica
secuencial como es el caso de GRAFCET (puede programarse en
STEP 7 usando el programa S7-GRAPH).
Como parte del control de reflujo, se ha utilizado un control
secuencial que incluye la marcha/paro del reflujo y la regulación de
los temporizadores de conexión y desconexión del electroimán.
También se ha utilizado un control de marcha/paro en el control de
la bomba de alimentación.