Está en la página 1de 9

Constantes en el arte del Perú antiguo

Daniel Alejandro Casas Perca

El arte del Perú antiguo es una incógnita aun, siguen vigentes, las cuestiones en cuanto

al proceso creativo y la finalidad de gran parte de los objetos que hoy denominamos

como artísticos; y es aquí cuando resurge el problema de “lo artístico”. Para

comprender ello, es necesario tener en cuenta lo siguiente: primero, que el concepto de

arte que hoy manejamos responde a parámetros occidentales, los cuales no eran

conocidos por las sociedades del antiguo Perú; por lo cual podemos deducir que en la

producción de estos objetos no existía una intencionalidad artística. Segundo, que en los

objetos producidos por las sociedades del antiguo Perú, no se pueden analizar sus

características formales independientemente de su funcionalidad; existe una relación

-por llamarlo de algún modo- plasticidad-funcionalidad.

Con esto, podemos decir que el arte del Perú antiguo es producto de la

recontextualización de los objetos culturales prehispánicos y su valoración mediante

parámetros occidentales contemporáneos; su valoración debe, sin embargo, tener en

cuenta la ya mencionada relación plasticidad-funcionalidad. La ausencia de escritura en

el periodo prehispánico y, con ello, la falta de textos escritos; además de la proveniencia

de gran parte de los objetos culturales de este periodo, han permitido que el

conocimiento que de ellos se dispone, sea producto de la interpretación de estos, así

como de las más tempranas crónicas; condicionando su valoración a lo meramente

formal.

Con respecto al artista en la época prehispánica, a decir de Kubler: ignora la

concepción de individualidad; debido a que se ve sometido a una muy arraigada

tradición, en la que predomina la homogeneidad y el gusto elitista local, el arte tiene


2

pocas posibilidades de cambio. Dice Kubler: “A medida que estas capas de tradición se

hacían más pesadas, sobrepasaban la capacidad del individuo para transformarlas.”

(1962: p. 44). 

Es por ello, que en el arte del Perú antiguo se presentan ciertas constantes,

algunas de las cuales definirán las características del arte peruano hasta nuestros días.

La revisión que a continuación se hará de estas constantes, estará organizada por

disciplinas artísticas (arquitectura, cerámica, escultura y textilería); y se enfocará en las

formas, materiales y motivos presentes en ellas.

Con respecto a la arquitectura del Perú antiguo, se debe tener en cuenta que, por

ser una disciplina espacial; un aspecto imprescindible de revisión es el uso y la

distribución del espacio arquitectónico, tanto en la unidad, como en el conjunto. Otro

aspecto importante por revisar, y con el cual iniciamos, es el lugar de emplazamiento de

las obras arquitectónicas del Perú antiguo.

La primera constante en cuanto a arquitectura es la relación espacio natural-

arquitectura; se ha dicho en ocasiones que la cosmovisión andina es panteísta, y con

ello se justificaría bien tal relación; sin embargo, y sin caer en tales supuestos, nosotros

solo haremos mención a dos aspectos tangibles de esta relación: la arquitectura del Perú

antiguo, generalmente, aprovecha las condiciones geográficas y geológicas para su

emplazamiento, interviniendo mínimamente el espacio natural. La arquitectura del Perú

antiguo, además de armonizar con el espacio natural, cumplía un rol complementario en

cuanto a las actividades económicas, religiosas, político-administrativas, etc., que se

realizaban en su entorno; las cuales a la vez estaban condicionadas por el espacio

natural.
3

Al respecto, Miguel Guzmán, entiende la construcción arquitectónica del Perú

antiguo como la construcción del paisaje simbólico, y “La construcción del paisaje

simbólico desde el formativo se basa, sobre todo, en la compleja domesticación del

espacio y la domesticación del tiempo o, lo que es lo mismo, la arquitectura es una

constante re-creación del paisaje.” (2016: p. 11).

La segunda constante que contemplamos respecto a la arquitectura está

relacionada a la organización del espacio; en el conjunto arquitectónico, una constante

es la organización radial, teniendo al centro los emplazamientos principales -es tentador

tener que hacer una analogía con el urbanismo del barón de Hausmann en París-,

teniendo como formas principales a la circunferencia y el cuadrilátero, formas que

también definen las constantes en la organización del espacio a nivel unitario. “La

estructura del espacio territorial parte de un centro y define ciertos límites con ejes

visuales-radios ceque que constituyen una permanencia simbólica o una pregnancia

sagrada en su relación con elementos naturales o sacralizados.” (Guzmán, 2016: p. 18).

En las unidades arquitectónicas del Perú antiguo, son tres las constantes: el templo en

forma de U; la pirámide escalonada, producto de la superposición de plataformas; y la

plaza hundida.

Una tercera constante con respecto a la arquitectura del Perú antiguo, está

relacionada a los materiales y técnicas usados en su construcción. Los materiales que

predominan son la piedra y el barro, además de troncos y fibras vegetales locales, según

el caso. Por otro lado, las constantes en las técnicas constructivas son: la predominancia

de la construcción de adobe en la costa, mientras que en la sierra predominan las

construcciones en piedra; el enlucimiento de los muros con barro y capas pictóricas en

ciertos casos, además de presencia de relieves; el uso de rampas; y la ya mencionada


4

superposición de plataformas, resultado de la superposición arquitectónica de los

emplazamientos más recientes sobre los más antiguos.

La cerámica, por su parte, es uno de los elementos más estudiados del antiguo

Perú, su importancia para la arqueología e historiografía hacen que las investigaciones

en historia del arte del antiguo Perú le tengan en gran importancia. No obstante,

materiales y técnicas se han mantenido dentro de una larga tradición, que no se

renovaría sino hasta después de la irrupción de los españoles. Esta fuerte carga

tradicional presente en los objetos artísticos del Perú antiguo, anticipada líneas arriba,

define las características de la sociedad que los elaboró:

La cerámica, al igual que todo producto humano, está condicionada por factores y
patrones culturales. La tradición ejerce un peso gravitante sobre ella, de ahí que, más
allá de una metáfora, puede afirmarse que en la cerámica han quedado fosilizados la
conducta, el pensamiento y la actitud social de un grupo, vigentes en un momento
definido de su historia. (Ravines y Villiger, 1989: p. 7).

Luego, dicen los citados investigadores, que la conquista española permitió que

el sistema artesanal alfarero pierda importancia; lo que no sucede en la producción

alfarera doméstica, en donde se mantienen los aspectos tradicionales en cuanto a

material y técnica. En la época prehispánica, la arcilla era obtenida en la terraza de los

ríos:

En lo que respecta al material antiplástíco, temperante o desgrasante, que se añade


intencionalmente a la arcilla para evitar su excesiva plasticidad y darle cuerpo a la pasta,
encontramos que los grupos ubicados en las margenes(sic) de los ríos utilizan con más
frecuencia arenas o conchas molidas, mientras que tiestos, rocas molidas y diversos
materiales orgánicos son empleados característicamente(sic) por las. poblaciones cuya
subsistencia básica no procede de las márgenes(sic) de los ríos. (1989: p. 10).

En cuanto a la forma de las cerámicas, el panorama es amplio, las formas varían

regionalmente; por lo tanto, no consideramos que hallan constantes formales que


5

atraviesen todo -o la mayor parte de- el periodo prehispánico. Sin embargo,

consideramos pertinente referirnos a constantes en cuanto a la tipología cerámica; entre

las que destacamos: botella, cuenco, cántaro, jarra, olla, plato, vaso, instrumentos

musicales; en cuanto a la cerámica escultórica, las representaciones son en su mayoría

naturalistas, de tipo antropomorfo, zoomorfo, fitomorfo, arquitectónico, y sus variantes.

En cuanto a iconografía:

hay que tener en cuenta el concepto de tecnógeno referido a aquellos motivos que se
originan en un material y pasan a otro manteniendo sus características. En el mundo
andino se usó una serie de motivos que se van a repetir en todos los materiales.
(Victorio, 2010: p. 49).

Estos motivos tecnógenos son las constantes iconográficas que se desarrollan en

todas las disciplinas del Perú antiguo, por ello reservamos su revisión para el final.

En el caso de la escultura, al ser también una disciplina espacial, debemos tener

en cuenta la volumetría de los objetos. En este aspecto, debe considerarse como una

constante la idea de planimetría plasmada en las obras; los volúmenes son insinuados

sobre el plano por medio de líneas, proyectando las imágenes sin una aparente intención

de perspectiva.

La escultura, en muchos casos, esta ligada a la arquitectura; ya sea a modo de

relieves o de bulto anclado al muro (el caso de las denominadas “cabezas clavas”), o a

modo de guaca o estela, ligada a la arquitectura de contexto ritual.

Las constantes en cuanto a materiales usados en la escultura son, al igual que en

la arquitectura: el barro y la piedra; pero, a diferencia de ella, también se usa la madera

y el hueso. Para el barro, usado en los relieves de los muros, la técnica correspondiente

es el modelado y las incisiones; mientras que, para los otros materiales, las técnicas son

el desbaste, tallado, incisiones, pulido, etc.


6

Las esculturas mas frecuentes en el arte del Perú antiguo son: las esculturas

antropomorfas, zoomorfas, deidades o híbridos y los motivos geométricos.

Sobre la textilería, Elba Manrique dice:

La textilería es la manifestación más antigua del arte precolombino peruano, ésta


aparece y se desarrolla mucho más temprano que la cerámica, orfebrería y otras artes
menores. La necesidad de abrigo y vestido llevo a los seres humanos primero a
experimentar con las fibras que su medio le brindaba. Desde muy temprano, los pueblos
de cazadores y recolectores aprendieron a usar las fibras vegetales tales como el junco,
totora, maguey, para confeccionar sus sogas, redes, petates, esteras y proveerse de algún
tipo de vestido.

En la sierra del Perú utilizaron las pieles de camélidos para protegerse del frio.
Transcurrieron varios milenios hasta que lograron domesticar plenamente el algodón y
al camélido para su fibra (6000 a.C.), principales materias primas orgánicas que
permitieron una mejor elaboración de sus "telas". (1999: p. 29).

La textilería del Perú antiguo es a nuestro parecer, la disciplina artística con


mayor rigidez tradicional; se mantienen, hasta nuestros días, el uso de materiales y
técnicas ancestrales, desde el proceso de hilado, el teñido y el tejido. Los constantes
materiales son el algodón como fibra vegetal, y como fibra animal la de camélidos
(alpaca, vicuña, y guanaco); también es constante el uso de distintos pigmentos:
vegetales, animales y minerales. La tecnología usada en el Perú antiguo es otra
constante que se mantiene aun en uso, nos referimos al telar que persiste en sus distintas
formas.

En el periodo prehispánico, otro constante el uso de las distintas técnicas textiles


como el entrelazado, el tapiz, los bordados, doble tela, tela llana, entre otras. La técnica
consistente en la aplicación de hilos o plumas es de suma importancia por dotar de
volumen a la prenda y por destinarse la prenda a personajes de gran estatus.

Algo que no debemos pasar por alto, respecto a la textilería y su proceso de


elaboración es que, desde tiempos tempranos, era una tarea femenina, tradición que se
ha mantenido y da testimonio de otro constante en el mundo andino: los roles de género.
7

Volviendo a las constantes iconográficas del Perú antiguo, se ha mencionado ya

que los motivos se repiten en los distintos soportes artísticos. Los motivos son

organizados en tres tipos: motivos naturalistas, motivos míticos, y motivos abstractos o

simbólicos.

Los motivos naturalistas constantes corresponden a toda representación del

natural, es decir, a estos pertenecen las representaciones antropomorfas, donde destacan

las escenas rituales y guerreras; zoomorfas, donde destacan las representaciones de

aves, felinos, cánidos, reptiles, peces y moluscos (estrombo y espóndylus); y fitomorfas,

donde destaca la representación de frutos y cactáceas.

Los motivos míticos constantes, se refieren a las representaciones hibridas que

suelen relacionarse con divinidades o el mundo extraterrenal. Destacan de estos

motivos: la representación de serpientes bicéfalas, personajes felínicos, falcónidas,

guerreros o sacerdotes-animal (híbridos), y el denominado “personaje de los báculos”.

Los motivos abstractos o simbólicos constantes, se refieren a las

representaciones que por si mismas no tienen explicación; son símbolos a los cuales se

les relaciona con la abstracción del mundo andino, su cosmovisión. Destacan aquí, los

motivos geométricos: cuadrados, rectángulos, dameros, círculos, escalas, espirales y

volutas, la cruz cuadrada (chakana).

En conclusión, La tradición ha sido uno de los principales condicionantes en la

producción artística del Perú antiguo, lo cual confiere a gran parte del arte prehispánico

un carácter rígido, con pocas posibilidades de cambio; los cambios se dieron

principalmente a nivel organizativo, manteniendo constantes el uso de materiales,

técnicas, iconografía, entre otros. Esto no quiere decir que es imposible discriminar las

obras de distinto periodo o región, cada cultura tenía su modo de hacer, su estilo; e
8

introdujo su propia iconografía y sus propias técnicas, sus propios materiales y, les

dispuso un fin según sus conveniencias.

Se debe entender el arte del Perú antiguo como el resultado de la colectividad, en

lugar de la idea occidental arte-individuo. Los constantes mencionados ayudan a

reforzar esta posición; no deben, sin embargo, servir de excusa para que se exponga

luego que ello le brinda un carácter “artesanal”: el objeto artístico debe ser analizado

desde su individualidad, sin olvidar su relación con los demás objetos; hay que ver la

obra con los ojos de la sociedad que la concibió.

Bibliografía

AFP Integra, & Wiese (Eds.). (1999). Tejidos milenarios del Perú. AFP Integra.

Canziani, J. (2009). Ciudad y territorio en los andes. CIAC.

Durand, J. (2002). Introducción a la iconografía andina (Vol. 1). IDESI.

Guzmán, M. (2016). Arquitectura y paisaje simbólico en los andes centrales.

Arquitextos, 11-30.

Kubler, G. (1980). Arte y arquitectura en la América precolonial (3.a ed.). Cátedra.

Makowski, K. (2012). Urbanismo en los andes prehispánicos.

https://campusvirtual.oev.unmsm.edu.pe/courses/EC03600G01U201L36007/doc

ument/UNIDAD-N-01-DEBATES-SOBRE-LA-POBLACION-DEL-MUNDO-

ANDINO/Material-bibliografico/MAKOWSKI-K-2003-Urbanismo-en-los-
9

andes-prehispanicos.pdf?

cidReq=EC03600G01U201L36007&id_session=0&gidReq=0&gradebook=0&o

rigin=

Manrique, E. (2001). Guia para un estudio y tratamiento de ceramica precolombina.

CONCYTEC.

Ravines, R., & Villiger, F. (1989). La cerámica tradicional del Perú. Los Pinos E.I.R.L.

Victorio, P. (2010). Reflexiones en torno al estudio del arte del Perú antiguo. Revista

del Museo Nacional, L, 47-64.

También podría gustarte