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PLESIOSAURIO

Primera revista de ficción breve peruana

Lima – Perú
PLESIOSAURIO
Primera revista de ficción breve peruana
Año VI, Nº 5, Vol. 2. Lima, enero de 2013.

Dirección: Rony Vásquez Guevara


Edición: Dany Doria Rodas
Carátula: Alessandro Pucci
Ilustraciones: Dany Doria Rodas (dibujos vectoriales)

© Plesiosaurio
Av. Santa Elvira, Urb. San Elías, Mz. «A», Lote 3, Lima 39
Teléfono: 51-1-5289229
Celular: 997254851 / 996308452
Web: http://revistaplesiosaurio.blogspot.com
E-mail: plesiosaurio.peru@gmail.com
Facebook: www.facebook.com/RevistaPlesiosaurio

© abismoeditores, 2013
Jr. Pablo Risso 351, Lima 30
Web: http://abismoeditores.blogspot.com
E-mail: abismoeditores@gmail.com
Facebook: www.facebook.com/abismoeditores

ISSN 2218-4112 (en línea)

Incluye Vol. 1

Impreso en Perú – Piru llaqtapi qillqasqa – Printed in Peru

Todos los textos son de pertenencia exclusiva de sus autores.


El bolo alimenticio

En este número…

Cinco años después. 7

Gabriela Aguilera (Chile) 9


María Belén Aguirre (Argentina) 13
David Arce (Perú) 17
Germán Atoche Intili (Perú) 21
Pía Barros (Chile) 25
Alberto Benza (Perú) 29
Paulina Bermúdez Valdebenito (Chile) 33
Ricardo Calderón Inca (Perú) 37
Lorena Díaz Meza (Chile) 41
Santiago Eximeno (España) 45
Hiram Heredia (México) 49
Ana María Intili (Argentina / Perú) 53
Fernando Iwasaki (Perú) 57
Paola Monti (Chile) 61
Pedro Novoa (Perú) 65
José Manuel Ortiz (México) 69
Julia Otxoa (España) 73
Estefanía Páez Jiménez (Argentina) 77
Alessandro Pucci (Perú) 81
María Isabel Quintana (Chile) 85
Óscar Ramírez (Perú) 89
Nana Rodríguez (Colombia) 93
Susana Sánchez (Chile) 97
David Slodky (Argentina) 101
Laura Elisa Vizcaíno (México) 105

6 PLESIOSAURIO
Cinco años después.

Con un poco de retraso, Plesiosaurio Nº 5 ya


está en sus manos… (!), o mejor habría que
decir: ya está ante sus ojos, con la vitalidad de
siempre, ofreciendo, en este volumen, a los
miniaturistas que participaron en el Coloquio
Internacional de Minificción «Homenaje a Dr.
David Lagmanovich», que organizó nuestra
revista en octubre del año pasado en la ciudad
de Lima. Asimismo, incluimos a los
seleccionados por medio de la usual
convocatoria anual.
Como se dice en la presentación del
volumen 1, los variados eventos de
minificción realizados en nuestro país han
demostrado el dinamismo de este género en la
tradición literaria peruana. A ello hay que
agregar que, en el ámbito de la investigación,
destaca el libro de Rony Vásquez Guevara,
Circo de pulgas, que da cuenta de la prolífica
producción de minificción que ha habido en
nuestro país desde su aparición.
No queda más que agradecer a nuestros
seguidores y a todos nuestros amigos, que nos
brindan su apoyo para continuar con esta
empresa pese a las dificultades que aparecen
en el camino.
Bienvenidos.

Dany D’Oria Rodas

8 PLESIOSAURIO
GABRIELA AGUILERA
Gabriela Aguilera (Chile, 1960). Estudió
Antropología en la Universidad de Chile e hizo un
diplomado en Estudios Mexicanos en la UNAM.
Narradora y profesora en talleres literarios. Ha
publicado cuatro libros de cuentos y microrrelatos,
algunos de los cuales han sido recogidos en
diversas antologías. Miembro de editorial Asterión,
de Santiago de Chile desde 2007. Ha colaborado
en el programa literario de radio USACH (2005 y
2006) y es directora del proyecto Letras en el Liceo
de Letras de Chile. Prepara un libro de
microrrelatos titulado Fragmentos de espejos, acerca
del divorcio en la sociedad chilena.

10 PLESIOSAURIO
Reparto a domicilio
A Juan Epple, por un mail inspirador

El corazón estaba sobre la mesada de la


cocina, algo grisáceo luego de tantos días en el
congelador. Tomó el cuchillo eléctrico y lo
cortó porcionándolo en lonjas gruesas que
puso en bandejas de aislapol y selló con
alusaplast. Fue una operación limpia y
perfecta. Se sintió satisfecha de su obra. Abrió
la hielera portátil, metió las bandejas con
cuidado, unas sobre otras y salió a entregarlas.
Una para cada amante que su esposo
tuviera en vida.
Se merecían un pedazo de su corazón.

PLESIOSAURIO 11
El Baño

Allá va el vestido, cayendo despacio desde los


hombros hasta el suelo y luego las medias y la
enagua. La piel lechosa queda expuesta,
abarcando el espacio. El vapor del agua
caliente llega hasta la mujer de pie en el
cuarto. Por un segundo, su respiración se agita
y voltea la cabeza sólo un poco, antes de
soltarse el pelo que cae, pesado, negro, y lame
sus tobillos, ocultándola de toda vista.
La mujer entra en la tina y bajo el agua, sus
manos palpan la dimensión del cuerpo,
rodeado del pelo flotante. Luego se incorpora
y mira fijo a la puerta, a la cerradura sin llave,
tras la que está el ojo parpadeante del esposo,
el corazón encabritado, la mano presta,
preparándose para terminar aquel juego en el
instante en que ella se digne a llamarlo.

12 PLESIOSAURIO
MARÍA BELÉN AGUIRRE
María Belén Aguirre (Tucumán, 1977).
Escritora, guionista, gestora cultural independiente
y editora. Estudió cine en la Escuela de Cine de la
Universidad Nacional de Tucumán. Fundadora y
directora de la Biblioteca Parlante Haroldo Conti.
Desde 2002 ha obtenido diversos premios y
menciones en concursos de cuento y poesía. Ha
publicado novelas y poemarios. Ha antologado,
reseñado y compilado la antología sonora del
Noroeste Argentino «Autores y/o textos inéditos
por sí mismo» (2011). Su obra ha sido traducida a
varias lenguas.

14 PLESIOSAURIO
Anaïs

Mienten los que dicen que mi padre me


abandonó. También los que aseveran que me
he quedado sola. Los que obstinadamente
elucubran hipótesis sobre las causas, mienten
también. O se equivocan. Todas son falsas.
Jamás hubiera permitido que un hombre
como él me abandonara. Ni que dilapidara en
otras, lo que ha sido destinado para mí. Por
eso lo hice.

PLESIOSAURIO 15
Desayuno

Mirá, mi amor, dijo, un poema de Prévert. Y


comenzó a llover sobre la taza de café con
leche.

16 PLESIOSAURIO
DAVID ARCE
David Arce Martino (Piura, 1964). Médico
cirujano especializado en Psiquiatría por la
UNMSM. Ha obtenido algunas distinciones en
Concursos de cuento y fotografías, y ha publicado
cuentos en diversas revistas y medios electrónicos.

18 PLESIOSAURIO
El cumpleaños

Cerré la puerta lentamente, sin hacer ruido.


Acababa de convertirme en asesina. Afuera,
silencio absoluto. Momentos antes parecía que
el estropicio despertaría a todo el mundo.
Sólo después, mirando los restos de sangre
salpicada por doquier, me di cuenta de que
tuve suerte al no haber sido descubierta.
Limpié y dejé todo como si nunca hubiera
sucedido nada.
Marita no se despertó a pesar del alboroto.
Cuando terminó el almuerzo de cumpleaños,
quiso llevarle maíz a Moquillo, el pavo
engreído. Sus ojitos aguados se desesperaron
buscándolo por todo el corral.
Al descubrir la cabeza cercenada, no gritó.
Solamente me miró y me mató para siempre
con su mirada.

PLESIOSAURIO 19
Revelación

En la penumbra del minúsculo cuarto,


alumbrado apenas por la luz mortecina de un
pequeño foco rojo, David Arce sintió el
bombo acelerado de su corazón al ver,
desnudo sobre la cama, el cuerpo perfecto de
la mujer de su vida.
Al quitarse la camisa retocó un pequeño
detalle: sobre los labios carnosos de higo
maduro, un pequeño lunar.
Prendió la luz blanca y quedó satisfecho,
mirando la fotografía de Eva secándose.

20 PLESIOSAURIO
GERMÁN ATOCHE INTILI
Germán Atoche Intili (Lima, 1982). Director del
sello Edita El gato descalzo, que publica
semanalmente un libro para descarga gratuita.
Desde 2005 administra el blog Cosas que (me) pasan,
(http://xurl.es/d3g7v). Ha publicado Alargoplazo.
M i c r o f i c c i ó n (2012), además de poemas,
cuentos y ensayos. Compilador de Somos libres.
Antología de literatura fantástica y de ciencia ficción
peruana (2012).

22 PLESIOSAURIO
Babel1

Pusieron los primeros ladrillos en su lugar. La


construcción avanzaba a buen ritmo. A pocos
metros de tocar el cielo un Ángel les notifica
que no pueden edificarse obras de tal
envergadura sin la respectiva licencia. Por
hacer caso omiso, Dios les impuso una
exorbitante multa y destruyó todo con un
rayo. Para que los hombres no pudieran
demandarlo por uso de fuerza excesiva,
sobornó a los líderes sindicales. El resto fue
fácilmente convencido de buscar sustento en
una obra más afortunada y menos bíblica.

1 Publicado originalmente en el libro Alargoplazo. M


i c r o f i c c i ó n (Edita El gato descalzo, 2012),
descárgalo gratis en: http://wp.me/pjTg-1PF

PLESIOSAURIO 23
Técnica para sobrevivir a un salto en
paracaídas2

Paso uno: saltar al vacío.


Paso dos: en el momento adecuado jalar la
cuerda que abrirá el paracaídas.
Paso tres: no perder la calma si fallara, aún
queda el de reserva.
Paso cuatro: en caso los dos no funcionen,
encomendarse a la divinidad de su preferencia.
Paso cinco: rogar que esto sea solo un
sueño.

2 Publicado originalmente en el libro Alargoplazo. M


i c r o f i c c i ó n (Edita El gato descalzo, 2012),
descárgalo gratis en: http://wp.me/pjTg-1PF

24 PLESIOSAURIO
PÍA BARROS
Pía Barros (Santiago). Ha sido miembro del
directorio de la Sociedad de Escritores de Chile. Es
directora desde 1976, de los Talleres Ergo Sum y
de las Ediciones Asterión. Ha publicado una
treintena de libros-objeto con material literario
ilustrado por destacados artistas gráficos del país.
Profesora de Técnicas Narrativas, en la Escuela de
Periodismo de la Universidad Bolivariana.

26 PLESIOSAURIO
Muchacha llorando en un tren

Enrielados
Las muchachas tristes son las más codiciadas
por los escritores jóvenes. Las buscan en las
mesas apartadas de los cafés, en la barra del
bar, en los parques de lluvia. A veces las
encuentran y se dejan arrastrar por su tristeza.
Dura años esa unión, hasta que los poetas
compran corbatas, acuden a empleos y pagan
créditos. Ellas se quedan para siempre en su
papel de tristes, las greñas canosas,
deambulando por plazas vacías.

PLESIOSAURIO 27
Desexilios
Algunas retornan al pueblo, contando que con
los hijos, los amores y el ruido de la felicidad,
no les fue posible escuchar la memoria,
olvidaron el silencio de las tristes y regresan,
para poner algo de eso en una cajita y olvidarla
en sus casas. Saben que la soledad vendrá y
añoran su corazón de muchachas tristes.
Creen que la cajita las protegerá de la vejez
vacía.

28 PLESIOSAURIO
ALBERTO BENZA
Alberto Benza Gonzáles (Lima, 1972). Ha
seguido cursos de escritura en el Taller de
hiperbreves de la escritora argentina Clara
Obligado en España. Autor de los volúmenes de
microcuentos A la luz de la Luna (2011) y Señales de
humo (2012). Textos suyos se encuentran
antologados en ediciones de diferentes países.
Encargado de la sección «El microcuento de la
semana» en el Suplemento cultural Solo 4 del diario
Correo de Huancayo. Director y fundador del
Grupo literario Micrópolis, que ha organizado las
dos ediciones de la Jornada peruana de
minificción, el Coloquio Internacional de
Minificción y el concurso nacional de microcuento
Premio Solo 4. Director de Editorial Micrópolis.

30 PLESIOSAURIO
Ascensor

Sótano 1: La vio pasar rumbo al ascensor.


Primer piso: Le da los buenos días.
Segundo piso: Ella le guiña el ojo.
Tercer piso: Él se acerca, la toma de la
cintura y ella le roba un beso.
Cuarto piso: Se abre el ascensor. No se
miran ni se despiden. Se van con sus parejas.

PLESIOSAURIO 31
El globo

Un niño salió rumbo al campo buscando el


contacto con la naturaleza y creía que,
exhalando, todo lo malo de su cuerpo se
purificaría. Tomó un globo, lo infló con toda
su fuerza. El globo se tornó de color negro y
siguió creciendo. Al final, el niño soltó el
globo y este se elevó. A los minutos estalló y
la ciudad quedó sumida en una gran
oscuridad.

32 PLESIOSAURIO
PAULINA BERMÚDEZ
VALDEBENITO
Paulina Bermúdez Valdebenito (Viña del Mar,
1983). Pedagoga Teatral por la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso. Ha participado
en compañías de teatro y conducido varios talleres
y cursos. Ha sido ponente en diversos encuentros
y congresos de minificción chilenos e extranjeros, y
organizado seminarios de literatura
contemporánea. Es miembro activo de la
corporación Letras de Chile desde 2009, donde ha
contribuido a potenciar su área de microcuento.

34 PLESIOSAURIO
Baila

Dijo que a sus 67 años jamás había tenido un


orgasmo.
Por eso cuando su compañero la atrajo
hacia sí, no supo explicar el calor que la
recorrió. Pensó que debía ser producto del
tango.

PLESIOSAURIO 35
Cautiverio

A Marcial le quebraron las alitas.


Desde los 8 meses tuvo que aprender a dar
pequeños saltitos para desplazarse dentro de
la jaula ínfima y alcanzar el agua y las semillitas
que constituían su alimento.
Un día la comida faltó durante horas y el
agua escaseó, Marcial se puso débil.
A la mañana siguiente la jaula se abrió y así
mutilado lo echaron a volar.

36 PLESIOSAURIO
RICARDO CALDERÓN INCA
Ricardo Calderón Inca (Trujillo, 1986).
Egresado de Lengua Nacional y Literatura de la
Universidad Nacional de Trujillo. Miembro
fundador del grupo literario Pluma de Carne. Ha
sido finalista y recibe menciones honrosas en
diferentes certámenes literarios. Sus textos,
narrativos y poéticos, han sido publicados en
diversas revistas literarias nacionales y extranjeras.
Produce y dirige, junto con Oscar Ramírez, el
programa cultural «A través del espejo».

38 PLESIOSAURIO
El fantasma

—Yo no sé por qué mi hermana se oculta de


mí, si a las finales, es ella quien está muerta.

PLESIOSAURIO 39
Sopa de letras
A nombre de sus demencias
y bestias desnudas.

Oscar, al ver que no pudo aprobar el examen


de literatura, tomó al pie de letra las sabias
palabras de Gonzalo.
— Cómete los libros pe muchachón.
Horas más tarde fue hospitalizado de
emergencia. Al interior de Oscar yacían
papeles y mariposas en total armonía

40 PLESIOSAURIO
LORENA DÍAZ MEZA
Lorena Díaz Meza (Santiago de Chile).
Narradora y microcuentista. Licenciada en Letras y
en Educación. Profesora, gestora cultural y
monitora de talleres literarios. Investiga en
microficción, género negro y literatura femenina.
Ha publicado Existe, Bajo llave y en diversas
antologías y libros objeto del taller Ergo Sum. Ha
recibido por tres años consecutivos el primer lugar
en los concursos literarios de Gendarmería de
Chile y menciones honrosas en otros certámenes
literarios. Actualmente realiza talleres literarios en
la cárcel de Puente Alto y en la Municipalidad de
Maipú. Es directora de Letras de Chile.

42 PLESIOSAURIO
Cuestión de manzanas

Adán escribió una carta a Eva para saber,


después de tantos años, cómo estaba y qué
había sido de su vida. Eva le contó de sus
hijos, de su esposo, de la casa que habían
comprado en la playa, de su nuevo empleo y
de lo feliz que era en sus viajes por el mundo.
También lo dejó invitado a que fuera un día a
visitarla.
Adán no volvió a escribirle. Por fin la
soledad le había ayudado a recocer su parte
del error.

PLESIOSAURIO 43
Los zapatos de Corin

Con su primer sueldo se compró los zapatos


blancos que la escritora mencionaba en su
novela rosa. Al principio le quedaban grandes,
casi tanto como los de mamá, cuando papá la
hacía ponérselos y jugar a que era la esposa,
casi tan grandes como le quedaba la casa que
le dio acogida como empleada cuando arrancó
a pie pelado por entre los cerros de Valparaíso
hasta llegar a Santiago. Ya no le quedaban
grandes, había aprendido cómo y cuándo
poner el pie encima.

44 PLESIOSAURIO
SANTIAGO EXIMENO
Santiago Eximeno (Madrid, 1973). Ha
publicado novelas, libros de relatos y en diferentes
antologías y revistas. Ha sido traducido a varios
idiomas y ha ganado varios premios. En los
últimos años sus inquietudes artísticas se han
volcado más hacia la ficción mínima, el cómic y los
juegos de mesa. Miembro de la Asociación Cultural
Xatafi.

46 PLESIOSAURIO
Tiempos revueltos

Mario abraza a la joven. Ella llora, él le entrega


su pañuelo. Mario sube al tren. Ella se seca las
lágrimas, intenta sonreír. Los últimos cuatro
días han sido maravillosos. Enamorarte de un
soldado durante la guerra solo te traerá
tristeza, recuerda que le decía su madre.
Cuando el tren abandona la estación ella
continúa en el andén, agitando su pañuelo. A
Mario le quedan treinta días de permiso. En el
vagón cuenta los pañuelos que guarda,
suficientes para la media docena de estaciones
en las que el tren se detendrá antes de llegar al
frente.
(Finalista VI Certamen de Relato Breve Renfe
Cercanías 2012)

PLESIOSAURIO 47
Todas las noches

Todas las noches mi padre entra en mi cuarto.


Lo hace en silencio, consciente de lo malsano
de su acto. Arrastra hasta mi cama su hedor y
se queda allí, de pie. Antes no dudaba en
tocarme, ahora se limita a contemplarme. Cree
que yo no sé que está ahí. Cree que duermo,
ajena a su presencia. No es así. A veces abro
los ojos. Veo cómo extiende sus brazos y trata
de asir la colcha. Veo cómo recorre el
contorno de mi cuerpo con sus dedos. Sonríe,
pero es una sonrisa vacía, sin vida. Me aterra.
Quiero gritar. Suplicarle que se marche, que
me deje sola. No lo hago. Si lo hiciera,
despertaría a mi madre. Ella no lo entendería.
¿Cómo podría? Lo descubrió hace un año y
hundió un cuchillo en su pecho. Defensa
propia, alegó. Tras oír mi testimonio, le
creyeron. ¿Cómo podría explicarle que desde
ese día me visita todas las noches?

48 PLESIOSAURIO
HIRAM HEREDIA
Hiram Heredia (Sinaloa, 1989 – 2012). Joven
promesa de la literatura sinaloense. Fue estudiante
de la Escuela de Filosofía y Letras de la
Universidad Autónoma de Sinaloa. Publicó en
varias revistas literarias de México y participó en el
Congreso de minificción celebrado en Hermosillo.

50 PLESIOSAURIO
Eva, ventrílocua

I
Ella es la imagen pero no es lo que representa.
Desde el principio, Él, masculino para
variar, la ha dotado con todo lo que puede
pedir salvo con lo que realmente quiere elegir:
elegir elegir.
¿Qué es ella si no es lo que piensa?
Despierta y sueña entre miedos y secretos que
a través de siglos que son días y días que son
nada ha ocultado a base de sombras sin saber
que lo que llaman infierno es la incertidumbre
que le habita.
Esa es la excusa que expone ante el
tribunal que la juzga y ante el cual no ganará
porque la serpiente no habla, simplemente un
reptil mudo más, y obviamente si no habla no
puede seducirla.
Y así, cuando es condenada al vacío se ríe
pues al final es lo que ha elegido y lo que elige
es lo que la hace ser ella misma. No obstante,
le atormenta preguntarse ¿Cuántas veces se
repetirá la historia?

PLESIOSAURIO 51
Culpa de Eva

II
La serpiente ahora anda arrastrándose aunque le
duela mucho más que andar erguida; todo por
vergüenza. No puede confesar que ella misma
había sido cómplice de Eva y su plan de rebelión, y
aunque ya siente el desprecio y el odio de los seres
inexistentes, al final decide no hablar nunca.
Y hasta la fecha no lo ha hecho.

Eva, madre de la ironía


III
Mientras Eva, condenada por pensar en lo
prohibido cae del cielo al infierno que bautizará
como tierra se sigue horrorizando de la respuesta
tan dispar a sus interrogantes.
¿Cuántas mujeres asesinarán a un hombre?
¿Cuántos hombres asesinarán a una mujer?
Y claro que se lamenta, que no es lo mismo
que arrepentirse, en este caso de saborear la
manzana. Es entonces cuando se redescubre a sí
misma preñada de una criatura que sabe llamará
Caín.
Ahí surge, sin el dedo de Dios y no en otro
instante eterno, la creación de la ironía. No
obstante, hay cosas que la ironía jamás podrá tocar.
Mujer, madre del hombre que le condenará.

52 PLESIOSAURIO
ANA MARÍA INTILI
Ana María Intili (San Miguel de Tucumán,
1950). Reside en Lima desde 1975. Su obra poética
se encuentra reunida en Niña de San Miguel.
Mereció el auspicio de la Academia
Iberoamericana de Poesía. Mención Honrosa en el
concurso estudiantil Poesía Romántica
Latinoamericana de Tucumán (1965). Recibió las
Palmas Municipales de Huamanga, con Mención
en Poesía, Ayacucho (Perú) 2005. Parte de su obra
ha sido traducida al italiano por la poeta Gladys
Basagoitia y publicada por la Asociación Cultural
Comitato Internazionale 8 Marzo-Donne del
Mondo (Italia).

54 PLESIOSAURIO
Bio data esencial

Desde niño me llaman el cojo de Le Panto,


simplemente porque me falta una pierna. No
puede negarse que es un nombre histórico y
distinguido. Cuando fui al colegio me sentí
importante. Me llamaban el Sin Cabeza, pues
también nací sin ella. Lo que me molestó fue
cuando mis compañeros de la secundaria me
apodaron el De Capitado. ¡¡Tamaña
insolencia!! Me privaré de la Universidad para
no exponerme. De lo que no me privaré es de
postular a la Asamblea General. Allí me veré
normal.

PLESIOSAURIO 55
La justicia tarda… llega

Castigaba severamente al niño. Desde que la


justicia le cercenó ambos brazos todo cambió.
Ahora le quita las uñas una por una. Sólo las
saca el día del cumpleaños. El niño muy
contento y agradecido se las coloca
rápidamente. Sabe que su regalo durará un día.

56 PLESIOSAURIO
FERNANDO IWASAKI
Fernando Iwasaki Cauti (Lima, 1961).
Narrador, ensayista, crítico e historiador. Autor de
novelas, libros de cuentos y microrrelatos (Ajuar
funerario). Ha sido profesor en la Universidad
Católica del Perú y en la Universidad del Pacífico
de Lima. Ha trabajado en algunas fundaciones. Ha
sido columnista en importantes diarios. De 1996 a
2010 dirigió la revista literaria Renacimiento de Sevilla
y de 2003 a 2010 dirigió el Aula de Cultura de ABC
de Sevilla. Actualmente es candidato a doctorado
Historia y Literatura.

58 PLESIOSAURIO
La casa de reposo
La madre superiora miró hacia el cielo como
buscando una señal divina, y en sus ojos
desvelados de oraciones reverberó cristalina una
lágrima.
—¿Y dice usted que el viejo profesor se niega a
ir a misa, hermana?
—Así es, reverenda. Y maldice y ofende a
María Santísima.
—No importa, hermana. Llévelo entonces a
dar un paseo por el huerto.
—Sí, reverenda.
—Hermana…
—¿Sí, reverenda?
—Que parezca un accidente.

PLESIOSAURIO 59
Remake

«Viudo, europeo, culto y de buena posición


económica, busca institutriz que cuide de sus
catorce hijos, siete del primer matrimonio y
siete del segundo. Imprescindible alemán,
buena presencia, ame los niños, gusto por la
música, vida al aire libre y mucha disciplina.
De preferencia ex-novicia, numeraria o
similares. Ofrezco casa, amistad y lo que surja.
Si canta bonito, posible película. Preguntar
por Capitán Von Trapp»

60 PLESIOSAURIO
PAOLA MONTI
Paola Monti (Santiago de Chile, 1966).
Pedagogía Media en Lengua Castellana por la
Pontificia Universidad Católica de Chile. Escritora,
dramaturga, directora de Letras de Chile. Ha
publicado Tránsitos Urbanos (2009).

62 PLESIOSAURIO
La pieza diecisiete

El timbre anuncia tu llegada. Te esperaba,


sabía que vendrías. Apareces como siempre
un poco nervioso e intentando bromear para
calmarte. Adelante, te digo ceremoniosa y te
beso en la mejilla. Entras, cruzamos pocas
palabras y sin más te recuesto. Te miro
tendido, pasivo, entregado. Sé que cada vez
que vienes a verme, sientes miedo. Acerco mi
cara a la tuya y comienzo a jugar con tu boca.
Boca salivosa y lengua resbaladiza que intento
doblegar sin lograrlo. Minuciosa, recorro tus
dientes, tus encías. Intentas hablar, pero
emites sólo sonidos. Sigo trabajando sin
descanso en ese espacio húmedo, hasta que
me doy cuenta de que se hace tarde y debo
terminar. Me separo de ti sin miramientos. Me
preguntas anhelante que cómo te encontré.
Todavía falta un poco respondo. La otra
semana vamos a obturar la pieza diecisiete. Y
la veinte, necesita tratamiento de conductos.

PLESIOSAURIO 63
Juego de roles

A Malú le gustaba llevar un bebé en el vientre.


Se ponía almohadas, muñecas, globos que
abultaran bajo sus ropas. ¿Cómo me veo,
papi?
Paría muñecas a diario, amamantaba,
mudaba. Era su entretención preferida.
Hasta el día en que las manos la tomaron,
la elevaron por los aires y la depositaron sobre
unas sábanas sucias.
Ella recuerda con nostalgia cuando
cambiar pañales era tan sólo un juego.

64 PLESIOSAURIO
PEDRO NOVOA
Pedro Félix Novoa Castillo (Huacho, 1974).
Escritor y profesor licenciado de la Facultad de
Educación de la Universidad Nacional Federico
Villarreal. Ha sido ganador, recibido menciones
honrosas en diferentes concursoso literarios. En
2012 obtuvo el Premio Internacional de Novela
«Mario Vargas Llosa» con Maestra Vida.

66 PLESIOSAURIO
Serás feliz

Ayer serás feliz. Un idiota te dirá que no creas


en los fantasmas y que si vez alguno le digas
terminantemente que no existe. Soñarás que
los sueños tampoco existen y encontrarás un
paisaje en blanco y negro que colorearás junto
a la hija que tendrás dentro de cinco años.
Despertarás y encontrarás a una mujer que no
buscabas. Ella te dirá que eres el hombre que
siempre quiso tener aunque nunca te haya
pensado. Reirás, le contarás lo del paisaje, lo
de la niña y de la imposibilidad de volverla real
sin ayuda femenina. Ella te aceptará como
quien acepta una locura por lo razonable.
Retozarán y verán juntos la felicidad flotar en
el aire.
Ayer serás feliz, hoy serás feliz y mañana
desde luego que también serás feliz, aunque el
mismo idiota de los fantasmas te dirá que la
felicidad no existe y que cuando la veas tan
cerca le asegures que no está.

PLESIOSAURIO 67
Asesino

En la esquina, al cruzar la pista, se le pudo


notar el paso inconfundible de quien escoge el
lugar menos sucio para morir. Era cuestión de
verle la cara para saber que minutos antes
había sido apuñalado. ¿Acaso los ojos
azorados no delataban aquello? Acaso, aquella
desorbitada mirada no ofrecía desesperación
en todos sus ángulos y resquicios. Claro que
sí, tú lo sabías y ahora también lo sabes muy
bien. Aquellos ojos habían pertenecido a un
miserable cuerpo que en vida habité.
Inútil sería prolongar este relato. Tú y yo
sabemos lo estúpido que son los rodeos
cuando de una muerte se trata. En la esquina,
al cruzar la pista, se te notó hasta en la sombra
que tú fuiste, que tú me mataste. Y tus ojos,
esos que siguen leyendo estas últimas líneas,
fueron los mismos que buscaron con un
puñal, un espacio tibio entre mis costillas, mi
corazón y este papel.

68 PLESIOSAURIO
JOSÉ MANUEL ORTIZ
José Manuel Ortiz Soto (México, 1965). Médico
pediatra y cirujano pediatra. Ha publicado
poemarios. De formación predominantemente
autodidacta, ha tomado talleres de narrativa con
Agustín Cadena y Alberto Chimal, y de minificción
en la Marina de Ficticia. Participa en la web con
diversos blogs, de los cuales destaca Médicos
mexicanos por la cultura y el arte, que incentiva y da a
conocer el quehacer artístico de la comunidad
médica mexicana. Coordina la Antología virtual de
minificción mexicana. En el 2012, publicó El libro
de los seres no imaginarios (Minibichario).

70 PLESIOSAURIO
Genealogía

El enorme cerdo, de voz grave y ancestral, se


dejó escuchar:
—Mi casta se remonta a la Odisea.
Desciendo de los marineros hechizados por la
bruja Circe. ¿No tienes suficiente? Mi
tatatatatarabuelo fue filósofo en la célebre
piara de Epicuro ―gruñe, hunde la trompa en
el comedero, vuelve a gruñir—. Pero… ¿y tú
quién eres?, ¿de qué puedes presumir?
De semblante generalmente frío y parco, el
cuchillo soltó una estrepitosa carcajada.

PLESIOSAURIO 71
Eclipse

Una sombra se extiende sobre la ciudad. Es


melancolía, dice la gente y agacha la cabeza.
Los días pasan. El sol, borroneado, expele una
luz grisácea, como fina ceniza, que se adhiere
firmemente al cuerpo. La noche se ha ido; el
día también. Por las calles vagan hombres
oscuros, de rostro transparente y voz de
silencio.

72 PLESIOSAURIO
JULIA OTXOA
Julia Otxoa (San Sebastián, 1953). Poeta y
narradora, su creación se extiende al campo de la
poesía visual, la fotografía y las artes plásticas en
general. Su obra literaria con más de treinta títulos
publicados en poesía y narrativa ha sido traducida a
varias lenguas e incluida en diferentes antologías de
poesía, poesía visual y microrrelato, en España y
América.

74 PLESIOSAURIO
Filosofía de la cebolla

Aquel filósofo tenía por cabeza una dorada


cebolla y sus escritos naufragaban siempre en
un llanto sin remedio que inundaba hasta el
último rincón de la ciudad. Sin embargo, aquel
hombre era venerado por todos como un
mensajero de los dioses, el motivo no era otro
que estando la ciudad levantada en una zona
de feroces sequías, los libros del filósofo eran
gozosa lluvia de llanto recogida en vasos y
cubos, cisternas y grandes depósitos que
hacían posible la vida en la gran urbe,
abasteciendo a los ciudadanos con bellísimas
perlas de tristeza con la que cocer los
alimentos, asearse o regar los inmensos
sembrados de cebollas que rodeaban la
ciudad.

PLESIOSAURIO 75
Ceremonia

Murata Takarai decidió quitarse la vida, su


amante le había abandonado. Así que
comenzó los preparativos de su muerte,
convocaría a sus amigos más íntimos
alrededor del té en el jardín para despedirse.
Pero, ¿a qué amigos consideraba íntimos?
¿Qué clase de té sería el adecuado? Conocía
más de cien clases diferentes. ¿Y el lugar del
jardín?
Murata Takarai dedicó el resto de su vida a
preparar la ceremonia del té para anunciar su
muerte a sus amigos. Murió ya muy anciano
de muerte natural. Hoy se le venera en Japón
como a uno de sus más grandes estetas.

76 PLESIOSAURIO
ESTEFANÍA PÁEZ JIMÉNEZ
Estefanía Páez Jiménez (Santiago del Estero).
Tiene diecisiete años de edad y ya publicó su
primer libro de microrrelatos titulado Los filos de la
culpa.

78 PLESIOSAURIO
Temor

Cada noche, cuando cerraba sus ojos, Omar le


pedía a Dios que no lo dejara morir, le temía
infinitamente a la muerte.
Una de esas noches, se durmió sin rezar, se
olvidó de pedir inmortalidad y tuvo un sueño.
En ese sueño vio a un ángel y le contó sobre
su temor, éste pareció no escuchar lo que le
había dicho, y de pronto, andando ese camino
estrecho, le preguntó:—¿Cómo te sientes
ahora mismo?
Omar se quedó en silencio, en medio de
esas nubes blanquísimas no había qué lo
perturbara. ―Siento paz‖, le respondió.
―¿Ves que no tenías a qué tenerle miedo?‖,
dijo el ángel.

PLESIOSAURIO 79
Terremoto

Estaba en hora de clase, la profesora de


geografía daba un tema –que hasta el
momento desconozco- en un idioma extraño.
Sólo yo percibí el movimiento inverosímil
del banco que se tambaleaba sin razón
aparente, antes de que cualquiera lo notara.
Atiné a esconderme bajo el escritorio,
antes de que el techo se derrumbara sobre
nosotros.
Después del descalabro, salí de mi
escondite y vi, con horror, a mis compañeros
yaciendo ensangrentados, entre escombros.
Ninguno parecía estar vivo. Intenté salir de la
destruida aula por un agujero que se había
formado en la pared, entonces escuché la voz
débil de mi compañera de banco llamándome
desde un lugar lejano; y desperté cuando
sonaba el timbre y todos mis compañeros
salían alborotados al recreo.

80 PLESIOSAURIO
ALESSANDRO PUCCI
Alessandro Pucci (Lima, 1983). Egresado de la
carrera de Dirección Cinematográfica de la
Universidad del Cine de Buenos Aires. En 2012
publicó la obra de ficción Conejeras & camaleones.
Textos suyos han aparecido en Creación Literaria
2003, y Circo de pulgas. Como director de fotografía,
su obra ha paseado por festivales internacionales
de cine como en Huelva (2009), Huesca (2009), La
Habana (2009), República Checa (2009), Milán
(2009) y Cannes (2009).

82 PLESIOSAURIO
La ropa en los roperos

Los huéspedes se entienden con la ropa en los


roperos. Los vestidos largos son, por su
tendencia a colgar dócilmente, los más
propicios. Aquellos se los prueban cuando las
puertas se cierran y uno no está viendo. Los
zapatos son acariciados. La lencería es
admirada. Los sombreros de fieltro se
balancean de las perchas. Ahí dentro de los
roperos los huéspedes se sacuden las polillas
de encima; al final de la noche, su piel huele a
nuestra piel. Y, en invierno, al saltar de la
cama, al caminar al ropero, al lanzarse encima
lo primero que hay, una extraña sensación de
cordialidad persistente nos recuerda de la
algarabía que ocurre dentro de los roperos
cuando uno no está viendo.

PLESIOSAURIO 83
Novak y el alce

Novak despierta con resaca en su apartamento


en la ciudad para descubrir que anoche yen un
rapto delirante él ha cubierto de ladrillos las
ventanas y la puerta. Se necesitan dos brigadas
de bomberos y cinco horas para sacarlo. Y,
cuando lo hacen, encuentran a Novak
bebiendo Earl Grey con un alce que dice ser
el hijo bastardo del Papa. ¿Qué se va a hacer?

84 PLESIOSAURIO
MARÍA ISABEL QUINTANA
María Isabel Quintana (Chile). Ha publicado El
último dinosaurio & otros cuentos (2000). Ha sido
antologada en Cien microcuentos chilenos compilada
por Juan Armando Epple. En 1999 obtuvo la Beca
de Creación Literaria del Consejo Nacional del
Libro y la Lectura.

86 PLESIOSAURIO
El ultimo dinosaurio
a R.O.

Fue necesario un solo corte. El cuchillo era


grande y afilado.
Lorena, desde pequeña supo que existían, y
conocerlos fue inevitable. La primera
exhibición de un dinosaurio le fue hecha por
su padre adoptivo. Pronto vinieron otros y
otros más. A corto plazo fue una jauría de
ellos que la acosaban a toda hora y en
cualquier lugar. Lorena odiaba los ridículos
animalejos de cuello largo que habían
convertido su vida en un eterno huir.
Decidió que esta vez sería el último y con
la fuerza que le daba la furia fue necesario un
solo y certero corte.
El hombre con los ojos desorbitados, por
el dolor y el ultraje, no vio cómo ella sonreía
con inocencia al pensar, que al fin y al cabo,
los dinosaurios eran una especie en extinción.

PLESIOSAURIO 87
Patio 27
El hombre más temido del penal se paró en la
puerta llenando con su humanidad aquel vacío que
me permitió medir su altura y corpulencia. En
forma violenta depositó a mis pies un canasto con

¡La quiero lavada y tendida, cabrito!


ropa, y sin preámbulos exigió:

La O rebotó en el suelo donde yo estaba


sentado. Subió por mis rodillas hasta mi garganta y
salió por mis asombrados ojos. Deambuló por
veinte pares de ojos espectantes, se adentró en las
arrugas y los ceños fruncidos de algunos, escudriñó
las cicatrices y las heridas de otros tantos y se
quedó suspendida, sin poder transpasar el aire
denso del patio 27, como esperando mi respuesta.

piernas exageradamente abiertas y los


Mi metro ochenta se alzó desafiante sobre mis

músculos tensos de mis brazos colgando en estado


de alerta.
—¡Si querís también te la plancho!
Esta vez la O se acomodó a la perfección en
mis labios contraídos y se la lancé al rostro, casi
como un escupitajo.
Su desconcierto duró el tiempo suficiente para
que yo volviera a sentarme.

88 PLESIOSAURIO
OSCAR RAMÍREZ
Oscar Ramírez (Lima, 1984). Es docente de la
especialidad de Lengua y Literatura. Reside en
Trujillo y dirige Ediciones OREM. Ha obtenido
diversos premios, nacionales y extranjeros, por su
obra literaria, entre los que destacan. Sus textos se
encuentran en publicaciones virtuales y físicas de
varios países. Ha publicado el poemario
Arquitectura de un día común (2009). Recientemente
se ha editado su segundo poemario Cuarto Vecino
(2010).

90 PLESIOSAURIO
El intruso

Le había dado como siete vueltas a la


manzana, hasta que decidió entrar.
—¡Mamá! —gritó el niño—, ¡esta manzana
está podrida!

PLESIOSAURIO 91
Boleto de viaje

Tenía el dinero en el bolsillo, la maleta hecha,


los boletos en la cartera. Poco antes de salir,
una llamada. Colgó, dejó las cosas, se puso el
mandil y volvió a la cocina a prepararle la
cena.

92 PLESIOSAURIO
NANA RODRÍGUEZ ROMERO
Nana Rodríguez (Colombia). Ha publicado los
libros de minifición: La casa ciega y otras ficciones, El
sabor del tiempo, Efecto mariposa y el estudio Elementos
para una teoría del minicuento. Invitada a varios
encuentros de escritores y poetas en varios países.
Seleccionada para varias antologías colombianas y
extranjeras en poesía y minificción. Becaria del
Ministerio de Cultura y ganadora del Premio
Nacional de poesía Ciro Mendía 2008. Es docente
de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de
Colombia.

94 PLESIOSAURIO
Borges y los gatos

Jorge Luis Borges amaba a los tigres y


sentenció que Dios creó al gato para que el
hombre pudiera acariciar al tigre. Es así que
bajo la caricia de la lengua áspera de los
pequeños felinos en sus manos, conoció la
secreta escritura, el enigma que guardan en el
fondo de sus ojos, la adoración que
provocaron entre os faraones del antiguo
Egipto.
Mi gato sube cadencioso las escaleras del
altillo, se acerca, lame las manos del retrato de
Borges, me mira, se acuesta a sus pies, y para
mi asombro, forma un círculo frente al
sendero de miradas que se bifurcan.

PLESIOSAURIO 95
Paraíso americano

Américo Vespucio creía que la tierra de Indias


era la sede del muy conocido paraíso terrenal,
pero tres cosas le sembraron la duda:
Hasta ese momento, Eva no le había
ofrecido la fruta y eso que andaba por ahí toda
desnuda y provocativa; la serpiente era tan
monstruosa que fue capaz de comerse al
padre Adán, y la gran riqueza de la fauna le
hizo pensar que todos esos animales no
podrían haber cabido en el arca de Noé.

96 PLESIOSAURIO
SUSANA SÁNCHEZ BRAVO
Susana Sánchez Bravo (Valparaíso). Estudió en
el Pedagógico Técnico de la ex Universidad
Técnica del Estado. Su área de competencia es la
Publicidad y la Comunicación. Se ha desempeñado
como docente en universidades chilenas y
extranjeras. Sus trabajos literarios han sido
publicados en antologías y traducidos a varias
lenguas. En Chile, sus cuentos han sido publicados
en los libros objetos de la Editorial Ergo Sum que
dirige la escritora Pía Barros, donde es profesora
suplente de Taller. Ha publicado también novelas.
Es miembro del Comité Editorial de EDICIONES
ASTERION.

98 PLESIOSAURIO
Por falta de romance

La última mujer fértil sobre la faz de la tierra


sintió que tocaban a su puerta. No abrió.

PLESIOSAURIO 99
Reconocimiento

—Disfrutamos tanto juntas a pesar de la


diferencia de edad. Vamos de compras y
compartimos secretos. ¿Nos habremos
conocido en otra vida?
Quiero decirle que la quitaron de entre mis
piernas un jueves terrible a mis quince años,
que me tomó veinticinco años encontrarla y
trabajar junto a ella.
Odio ser vaga al contestarle:
—También yo siento que te conozco
desde siempre.

100 PLESIOSAURIO
DAVID SLODKY
David Slodky (Salta, Argentina). Licenciado en
Psicología por la Universidad Nacional de
Córdoba. Ha publicado Las fronteras (cuentos),
Carmen Puch de Güemes. Al encuentro de la heroína
(ensayo histórico), Travesías (cuentos), Tres relatos
bíblicos y otros cuentos y Parpadeos (minificciones).

102 PLESIOSAURIO
El amor y la muerte

—¡No se encariñen tanto con Boby, que


después, cuando los perros se mueren, se
sufre muchísimo!- dijo la madre a sus
pequeños hijos.
—Qué tontería —dijo el de 7 años,
mirándola—: es como decirnos que no te
queramos a vos, porque algún día te vas a
morir.
La madre calló, azorada.
Acarició luego al perro.

PLESIOSAURIO 103
La valija

Se fue al atardecer, con el alma en un puño.


Al día siguiente, pasada la noche mitad
insomnio y mitad pesadilla, volvió.
Temblando, buscó la nota donde seguramente
ella le diría que no se la preparó, que no se
fuera, que la esperara, que tenían que hablar,
que no podían tirar así años de devoción.
Miró absorto su ropa, cuidadosamente
doblada en la valija. Se sintió desfallecer. Ella
estaría en su trabajo, allí, donde conoció al
otro.
Ya sin alma se fue, con la valija en un
puño.

104 PLESIOSAURIO
LAURA ELISA VIZCAÍNO
Laura Elisa Vizcaíno Mosqueda (México,
1984). Licenciada en Literatura Latinoamericana
por la Universidad Iberoamericana. Maestría en
Letras Mexicanas por la UNAM. Cursó una
estancia de investigación en la Universidad de
Buenos Aires. Ha publicado Brevextos y distintas
minificciones en importantes blogs, revistas y
antologías. Ha participado en distintos congresos
de minificción en diferentes países. Actualmente es
tallerista en Ficticia y asistente editorial en
CONACULTA.

106 PLESIOSAURIO
Medicina interna

Diagnóstico: corazón roto.


Indicaciones: meter su propia mano por la
boca, atravesar la garganta y dirigirse un poco
a la izquierda hasta llegar al corazón; dar
suaves masajes a éste, limpiarlo de las
secreciones acumuladas por años y,
finalmente, apretar hasta que cierre la llaga.
Riesgos: intensos dolores. Es probable que
tenga que realizar la curación durante meses o
años para que pueda reparar el órgano herido.

PLESIOSAURIO 107
En la playa

—Disculpa, ¿quieres bailar?


—Pero no traigo zapatos, ¿le importa?
El caballero cambió su sonrisa por una
cara de asco y se marchó. La hermosa sirena
bajó de la silla y con el coraje que genera una
ofensa regresó a su espacio marino, ejecutó
los movimientos más armónicos, imposibles
de realizarse sobre la tierra, y nunca más paró
de bailar.

108 PLESIOSAURIO
PLESIOSAURIO
Primera revista de ficción breve peruana
se terminó de editar
en los talleres gráficos
de abismoeditores
el 31 de enero de 2013,
día de San Juan Bosco.
Jr. Pablo Risso 351, Lima 30.

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