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Mercedes Luciano
CONSUMO ENERGÉTICO Y MALNUTRICIÓN
La energía neta obtenida a partir de los alimentos tras las pérdidas a través de
las heces la orina o en forma de calor puede destinarse, fundamentalmente a
cubrir el metabolismo basal, la actividad física y a la acción termogénica de los
alimentos.
Metabolismo basal
El metabolismo basal (MB) o energía basal es aquella fracción del gasto
energético destinada al mantenimiento de las funciones vitales y que se emplea
fundamentalmente en procesos de transporte activo, que participan en diversas
funciones como la actividad cardiorespiratoria, la excreción, el mantenimiento
de la temperatura corporal, la ampliación y transmisión de señales, el
mantenimiento del tono muscular, etc., así como en procesos de biosíntesis de
biomoléculas. La determinación del metabolismo basal por calorimetría, se
debe realizar en la persona despierta y en reposo, tras un período de ayuno de
8-12 horas y en condiciones ambientales adecuadas, expresándose en Kcal/24
horas.
Por otra parte, otros factores que también influyen en el metabolismo basal
son el sexo (varón > mujer), la composición corporal (el tejido muscular es más
activo metabólicamente que el tejido adiposo) y el balance neuro-endocrino (las
hormonas tiroideas y la adrenalina aumentan el metabolismo basal).
Actividad física
El segundo componente del consumo energético global es la actividad física.
Así, ésta se suele clasificar en diferentes categorías en función de la actividad
cardíaca o respiratoria a través del consumo de oxígeno, aunque en su
estimación siempre existe un cierto componente subjetivo.
De acuerdo con estos criterios, el gasto energético para diferentes niveles de
actividad se ha estimado en menos de 2,5 Kcal/min para actividad sedentaria,
entre 2,5 y 5 Kcal/min para actividad ligera, entre 5 y 7,5 Kcal/min,para
actividad moderada, entre 7, 5 y 10 Kcal/min., para actividad pesada y superior
a 10 Kcal/min. para actividad muy pesada, respectivamente. La energía
destinada a la actividad física depende también de la edad, el peso corporal y
el sexo.
También existen tablas en las que se asignan valores en Kcal/Kg/hora para
diferentes actividades o a través de Equivalentes Metabólicos (MET) que son
múltiplos del MB, dependientes de la actividad desarrollada. La evaluación
personalizada del consumo energético atribuible a una cierta actividad, puede
determinarse directamente con espirómetros portátiles o de campo, que
valoran el consumo de oxígeno en diferentes situaciones. Evidentemente, la
proporción de energía destinada a la actividad física es muy variable de unas
personas a otras.
En cuanto a la energía, suele considerarse que, una vez fijado el nivel de peso
corporal y actividad física, y definida la tasa adecuada de crecimiento, sólo hay
una dosis de ingestión con la que se puede lograr el balance energético
adecuado, y en consecuencia, esa dosis se convierte en la necesidad de
energía del individuo. Aunque es posible cierto grado de adaptación, es
probable que el margen sea bastante estrecho. Si la dosis ingerida está por
encima o por debajo de las necesidades, en la forma definida, es de esperar
una modificación en las reservas de energía orgánica, a menos que el gasto
energético cambie paralelamente. Si el gasto no cambia, las reservas de
energía, sobre todo en forma de tejido adiposo, aumentarán o disminuirán,
según la ingesta supere las necesidades o no alcance a satisfacerlas,
respectivamente. Este balance está controlado por mecanismos nerviosos a
través de los centros hipotalámicos del hambre y la saciedad, por la eficacia de
la utilización y producción de ATP y por la liberación del calor, así como por el
balance endocrino, ya que algunas hormonas pueden inducir modificaciones
sobre el apetito y la utilización energética.
La malnutrición:
Causas
Si bien son muchas las causas que pueden llevar a la malnutrición, podemos
agruparlas en tres grandes grupos para su mejor comprensión: Se la observa
frecuentemente en la mayoría de las enfermedades con cierto compromiso del
estado general o bien durante la hospitalización si no lo estaba al momento del
ingreso.
Consecuencias
La desnutrición
Desnutrición calórico-proteica
Entre la inanición y la nutrición adecuada hay varios estados de nutrición
inadecuada, como la desnutrición calórico-proteica, que es la primera causa de
muerte infantil en los países en desarrollo. Esta afección es causada por un
consumo inadecuado de calorías, que produce una deficiencia de proteínas y
micronutrientes (nutrientes requeridos en pequeñas cantidades, como
vitaminas y oligoelementos). Un rápido crecimiento, una infección, una herida o
una enfermedad crónica debilitante pueden aumentar la necesidad de
nutrientes, particularmente en los lactantes y niños pequeños que ya estaban
desnutridos.
Síntomas
Hay tres tipos de desnutrición calórico-proteica: seca (la persona está delgada
y deshidratada), húmeda (el individuo se hincha debido a la retención de
líquidos) y un tipo intermedio.
Las personas con una enfermedad crónica que produce malabsorción tienen
dificultad para absorber las vitaminas liposolubles (A, D, E y K), vitamina B12,
calcio y hierro. Una enfermedad del hígado impide el almacenamiento de las
vitaminas A y B12 e interfiere con el metabolismo de las proteínas y la glucosa
(un tipo de azúcar). Las personas que tienen una enfermedad renal, incluyendo
las tratadas con diálisis, son propensos a tener deficiencias de proteínas, hierro
y vitamina D.