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¡Lávate las manos!


1. Limpieza en tiempos de coronavirus
La cuarentena por covid-19 nos ha hecho sacar los implementos de limpieza, adquirir
otros y dedicarnos más a la limpieza, casi todo el tiempo. Todo debe ir bajo el manto del
alcohol o el hipoclorito de sodio. Manos, zapatos, cabellos, ropas, productos alimenticios,
llaves e inclusive las monedas y los billetes.
Quizás el acto más simbólico de todos los protocolos de limpieza adquiridos desde marzo
2020, por causa de covid-19 sea, precisamente, el LAVADO DE MANOS. Nota que
desde el año 2008 se celebra el Día mundial del lavado de manos cada 15 de octubre.
Este día tiene el propósito de recordarnos la importancia de lavarse las manos para
prevenir diferentes enfermedades e infecciones.
Y ¿qué dice la palabra de Dios sobre lavarse las manos? La Biblia tiene muchas
indicaciones para lavar, limpiar, purificar las manos, los pies, el corazón, la mente, el
camino, los labios, el cuerpo y la sangre. Dios se preocupa por nuestra limpieza espiritual.
En algún punto, tenemos que tener actualizado nuestro “Protocolo de limpieza espiritual”,
por llamarlo de alguna manera. Tal como cada día tenemos que lavarnos los dientes,
tendríamos que desinfectarnos, purificarnos de la contaminación del pecado.
2. ¡Comen con manos inmundas!
En Mateo 15: 1-20 y Marcos 7: 1-23, tenemos un evento donde los discípulos de Jesús
son criticados por comer con manos inmundas. Jesús usa la oportunidad para enseñar
cuál es la fuente de contaminación más terrible y cuál es el correcto protocolo de
limpieza.
En los textos citados notamos lo siguiente:
 El interés de los judíos por tocar el tema de la limpieza de manos, no era realmente
higiénico o de salubridad, sino para demostrar que los discípulos de Jesús y por
ende Él mismo, no cumplían las tradiciones judías.
 Esa tradición tenía una fuente de ley oral.
 Implicaba muchos lavados, todo el tiempo (por ejemplo, al volver de la plaza, antes
de comer).
 Los lavados, también implicaban los vasos de beber, los jarros, utensilios de
metal, los lechos (la cama).
 Para los judíos, lo “inmundo” era mucho más que “sucio”.
 Jesús no niega que sus discípulos no se lavaron las manos a la forma judía pero
responde señalando que, más grave que no cumplir aquel rito de lavado de
manos, era el no honrar al padre y la madre. La deshonra implicaba no hacerse
cargo de los padres y decir que la ofrenda en el templo, ya valía por la ayuda a
los padres; en otras palabras, dar a los padres “lo que puedo nomás”.
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 Esa tradición y “muchas otras”, invalidaban el mandamiento divino. Esa es la


sentencia de Jesús.
 Jesús afirma que es una expresión de hipocresía (rito religioso). Para Jesús, la
hipocresía equivale a enseñar una tradición humana como si fuera una doctrina
divina.
 Esa forma de rito es vana porque es “de boca para afuera”, pero “el corazón está
lejos de Dios”.
 El no darse cuenta de la impureza interna, a pesar que haya limpieza externa es
ceguera y nos hace “ciegos guiando a otros ciegos”. Es algo triste.

3. Jesús señala el peligro de estar “lavados pero inmundos”


Jesús apunta y deja explícito que la fuente de la contaminación es el corazón y la mente
que se contaminan con el pecado (Mateo 23:25-26).
Nos da claves para reconocer la contaminación interna: donde haya malos
pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, avaricias, maldades, envidia,
maledicencia (maldecir o difamar), soberbia, insensatez, hurtos, falsos testimonios,
blasfemias, ahí hay contaminación.
4. Manos inmundas/manos limpias

En la cultura y la historia humana, las manos tienen mucho significado y simbolismo. Las
manos expresan la identidad, la edad, el estado civil y la cultura de una persona. Las
manos son parte de la expresión no verbal más importante. Las manos son nuestro
instrumento de trabajo, son una parte esencial de la vida y la convivencia. Las manos
expresan todo lo nuestro, desde el oficio, la alimentación, el dinero que tenemos, el
género y la salud.
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Desde la Eda de Piedra en el paleolítico superior, hasta el arte posmoderno, los humanos
hemos graficado nuestras manos y las hemos usado para expresar el arte, el amor, el
rechazo y muchas emociones más.
Los seres humanos más antiguos ya lo sabían y por eso dejaron sus manos marcadas
en varias cuevas. Las manos son una de las primeras imágenes representadas en el arte
rupestre.

Las manos también tienen un significado espiritual/emocional. La forma en que las


personas usan sus manos, las exponen o no, nos cuenta el estado emocional interno y
según la Biblia, la pureza del alma y la limpieza del corazón (el espíritu) como resultado
de estar con Dios. Miremos qué dice la Biblia sobre las manos limpias y las manos
inmundas.
Manos limpias Manos inmundas
No han elevado su alma a cosas Dios le indicó al pueblo que si tocaban a un
vanas, no han jurado con engaño enfermo debían lavarse las manos (Levítico
(Salmo 24:4) 15:4-12); el sacerdote tenía que lavarse las
No tienen ira ni contienda (1 Timoteo manos y los pies para poder oficiar, como un
2:8) símbolo de limpieza (Éxodo 30:19); el que
Tienen premio/recompensa de tocaba un cadáver quedaba inmundo siete
Jehová, tienen justicia, guarda los días y tenía que lavarse (Números 19:11).
caminos/juicios de Jehová, no se
aparta de Dios ni de sus estatutos, Pilato que al juzgar y condenar a Jesús,
rectitud, se guarda del mal, justicia incluso luego de reconocer que éste era
(Salmo 18: 20-24) inocente, se lavó las manos (se desentendió
de la responsabilidad y la culpa): “ustedes
verán” Mateo 27:24
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5. ¿Cómo limpiar nuestras manos espirituales?


Si asumimos que estamos en un mundo contaminado por el pecado, entonces el lavado
de manos y de todo nuestro ser debería ser constante, tal como lavamos nuestras manos
de carne “todas las veces que sea necesario”, deberíamos lavar nuestras manos
espirituales todo el tiempo. He aquí lo dice la Biblia sobre cuáles son los “detergentes” y
“desinfectantes” espirituales.
La sangre de Jesús: “Pero, si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos
comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado”.
1 Juan 1:7
La confesión de pecados: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo,
nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad”. 1 Juan 1:9
La palabra de Dios: “Ustedes ya están limpios por la palabra que les he hablado”. Juan
15:3.
La luz de divina: “Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión
unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado”. 1 Juan 1:7

La examinación divina del corazón, la mente y el camino (decisiones): “Examíname,


oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí
camino de perversidad y guíame en el camino eterno”. Salmo 139: 23-24

Gracia Violeta Ross Quiroga


Antropóloga, líder nacional de las personas con VIH en Bolivia
graciavioleta@gmail.com
Whatsapp +591 70678041
@RossQuiroga

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