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Algunas verdades de la Navidad

Mat 2:1-11
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén
unos magos, 2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella
hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. 3 Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda
Jerusalén con él. 4 Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les
preguntó dónde había de nacer el Cristo. 5 Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está
escrito por el profeta: 6 Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los
príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará a mi pueblo Israel. 7 Entonces
Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la
aparición de la estrella; 8 y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del
niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore. Ellos, habiendo
oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos,
hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. 10 Y al ver la estrella, se regocijaron
con muy grande gozo. 11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y
postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.

La Navidad es un tiempo de reconocimiento, búsqueda y adoración para unos. ¿Dónde está…?


Venimos a adorarle. 2.

1. Búsqueda: Puede que nos parezca extraordinario el que aquellos hombres iniciaran un viaje
desde Oriente para encontrar a un rey; pero lo extraño es que, precisamente en el tiempo en
que nació Jesús, hubo en el mundo un sentimiento extraño de expectación de la venida de un
rey. Hasta los historiadores Romanos lo sabían. No mucho tiempo después, Suetonio podía
escribir: «se había extendido por todo el Oriente una vieja creencia establecida de que estaba
programado para aquel tiempo que vinieran hombres de Judasa a regir el mundo» (Suetonio:
Vida de Vespasiano 4: 5). Tácito nos habla de la misma creencia de que «había una firme
convicción... de que por este mismo tiempo el Oriente habría de tener mucho poder, y
gobernantes que vinieran de Judasa adquirirían un imperio universal» (Tácito: Historias, 5: 13).
Los judíos tenían la creencia de que «hacia ese tiempo uno de su país se convertiría en el
gobernador de todo el mundo habitado» (Josefo: Guerras de los judíos, 6: 5, 4). En un tiempo
ligeramente posterior encontramos a Tirídates, rey de Armenia, visitando a Nerón en Roma
acompañado con sus MAgos (Suetonio: Vida de Nerón 13:1). Encontramos a los MAgos en
Atenas sacrificando en memoria de Platón (Séneca: Epístolas, 58: 31). Casi por el mismo
tiempo en que nació Jesús encontramos al emperador Augusto aclamado como el Salvador del
Mundo; y Virgilio, el poeta latino, escribe en su Cuarta égloga, que se conoce como la Égloga
Mesiánica, acerca de los dorados días por venir. No tenemos ni la más mínima necesidad de
pensar que la historia de la llegada de los Magos a la cuna de Cristo sea simplemente una
preciosa leyenda. Es exactamente la clase de cosa que podía suceder fácilmente en aquel
mundo antiguo. Cuando vino Jesucristo, el mundo estaba en una ansiedad de expectación. La
humanidad estaba esperando a Dios, y el deseo de Dios estaba en sus corazones. Habían
descubierto que no podían construir la edad de oro sin Dios. Fue a un mundo en expectativa al
que vino Jesús; y, cuando vino, los fines de la Tierra se reunieron a Su cuna. Fue la primera
señal y símbolo de la conquista universal de Cristo. Al llegar al lugar que buscaban se alegraron
con muy grande gozo. La palabra se usa de un saludo al ver a alguien. Con efusión alegría.
2. Reconocimiento: maestros e instructores de los reyes persas. En Persia no se podía ofrecer
ningún sacrificio a menos que estuviera presente uno de los Mago¡. Llegaron a ser hombres de
santidad y sabiduría. Estos magos eran hombres versados en filosofía, medicina y ciencias
naturales. Eran profetas e intérpretes de sueños. En tiempos posteriores la palabra magos
adquirió un significado mucho más bajo, y llegó a querer decir poco más que adivino, brujo o
charlatán. Estos hombres en su sabiduría entendieron que había nacido el rey de los judíos.
 Aplicación. Reconocer, en las 2 primeras acepciones del diccionario de la RAE dice: 1. tr.
Examinar algo o a alguien para conocer su identidad, naturaleza y circunstancias. Reconoció
detenidamente las joyas familiares. 2. tr. Establecer la identidad de algo o de alguien.
Reconoció al asesino por su forma de mirar.
 Es Navidad por lo tanto es tiempo de reconocer al Rey. La Biblia enseña que Jesús es el Rey de
los reyes y Señor de los señores. Reconoce hoy al rey en un sencillo acto de fe y obediencia.
Haz de Jesucristo tu Rey desde ahora y para siempre. Recoced al Rey Jesucristo en tu vida:
 Destrona el “yo” que ha reinado desde hace mucho tiempo y te ha arruinado la vida. En boca
de Pablo “No vivo yo, más vive Cristo en mí. Y lo que ahora vivo lo vivo en la fe del Hijo de
Dios”
 Destrona el pecado que te mantiene como esclavo y te lleva cada día a la destrucción de tu
alma y de tu cuerpo. Como escribiese Pablo a los romanos: “no reine pues en vosotros el
pecado”. Obedece al Rey de los cielos y del universo.
 No dejes que el diablo siga cegando tu vista espiritual con ofrecimiento de reinos efímeros,
con ofrecimiento de riquezas a cambio de que te postres y lo adores como lo ofreció a
Jesucristo.
3. Adoración: proskuneo hacer reverencia, dar obediencia a (de pros, hacia, y kuneo, besar). Es la
palabra que con más frecuencia se traduce adorar. Se usa de un acto de homenaje o de
reverencia. Esta expresión, usada frecuentemente en el Antiguo Testamento con referencia a
las oblaciones que se presentaban a Dios, se emplea en el Nuevo Testamento siete veces, y
siempre en el sentido religioso de ofrendas a Dios. Por lo tanto, y sin duda alguna, debemos
entender que el ofrecimiento de los magos era una ofrenda religiosa. Oro e incienso y mirra—
Casi nunca se hacían visitas a los reyes sin llevar regalos Estos, (1Ki_10:2, etc; compárese
Psa_72:10-11, Psa_72:15; Isa_60:3, Isa_60:6).
 El “incienso” era una goma resina aromática que se usaba en ofrendas de sacrificio; el incienso
en señal de su divinidad.
 La “mirra” se usaba en los ungüentos perfumados. La mirra en señal de sus sufrimientos, o que
tenían el propósito de expresar su naturaleza divina y humana,
 El “oro” parecen indicar que los ofrendantes eran personas pudientes. en señal de su realeza, ,
o que las funciones profética, sacerdotal y real de Cristo aparecen en estos dones, o que eran
las ofrendas de tres individuos respectivamente, cada uno de ellos rey.
Aplicación: ¿Qué es tu ofrenda hoy?

 Incienso. En Apocalipsis el incienso se relaciona con las oraciones de los creyentes. Ten una
vida rendida de oración, esto es un sinónimo de dependencia. Dependencia es no 1. f.
Subordinación a un poder. 2. f. Relación de origen o conexión. 3. f. Sección o colectividad
subordinada a un poder.
 Mirra: la vida cristiana debe ser agradable. Pablo uso una imagen de las conquistas de los
reyes y emperadores y la aplico a Jesucristo y a su pueblo y dijo:” somos olor fragante en los
que se salvan. 2Cor. 2:15-16. Tu ofrenda también es un olor agradable. Flp_4:18 Pero todo lo
he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que
enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.
 Oro: tu riqueza es un tesoro escondido y tiene una señal o una X como en los cuentos de
piratas y tesoros. Desentierra y ofrece tu corazón para que tu tesoro esté fuera del alcance
terrenal.

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