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Administrando los dones que recibimos de Dios

1Pedro 4:1-10

Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo
pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, 2 para no vivir el
tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la
voluntad de Dios. 3 Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles,
andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías.
4 A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de
disolución, y os ultrajan; 5 pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y
a los muertos. 6 Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que
sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios. 7 Mas el fin de
todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. 8 Y ante todo, tened entre
vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados. 9 Hospedaos los unos a los
otros sin murmuraciones. 10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como
buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. 11 Si alguno habla, hable conforme a las
palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea
Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.
Amén.

Introducción

Un maestro albañil ya entrado en años estaba listo para retirarse.


Le dijo a su Jefe de sus planes de dejar el negocio de la construcción para llevar una vida más
placentera con su esposa y disfrutar a su familia. Él iba a extrañar su cheque mensual, pero
necesitaba retirarse. Ellos superarían esta etapa de alguna manera. El Jefe sentía ver que su buen
empleado dejaba la compañía y le pidió que si pudiese construir una sola casa más, como un favor
personal. El albañil accedió, pero se veía fácilmente que no estaba poniendo el corazón en su
trabajo. Utilizaba materiales de inferior calidad y el trabajo era deficiente. Era una desafortunada
manera de terminar su carrera. Cuando el albañil termina su trabajo y su Jefe fue a inspeccionar la
casa, el Jefe le extendió al albañil las llaves de la puerta principal. "Esta es tu casa," dijo, "es un
regalo para ti." ¡Que tragedia! ¡Que pena! Si solamente el albañil hubiera sabido que estaba
construyendo su propia casa, la hubiera hecho de manera totalmente diferente. Ahora tendría que
vivir en la casa que construyo "no muy bien" que digamos.

1. Los dones espirituales son un regalo de Dios y para un propósito. 10


a. Cristo nos ha dado dones Ef. 4:8 Subiendo a lo alto… y dio dones a los hombres.
b. Todos tenemos dones espirituales. …según el don que recibido.
c. Los Dones espirituales son:
i. Salvación, Palabra de sabiduría, Palabra de conocimiento, Fe, Sanidad,
Milagros, Profecía, Discernimiento de espíritus, Hablar en lenguas,
Interpretación de lenguas, Servicio, Enseñanza, Exhortación, Entrega (dar),
Guía, Misericordia. Los puede encontrar en Rom. 6:23, Rom. 12:6, Rom. 12:7,
Rom. 12:7, Rom. 12:8, 1 Cor. 12:8, 1 Cor. 12:10
1.
2. Los dones espirituales deben ser desarrollado por los creyentes. 10, 11
a. Los dones que hemos recibido son para bendecir la vida de otros creyentes Ef. 4:12
b. Ministrar el don recibido es desarrollarlo. …minístrelo a los otros.
c. Ministrar a los otros es demostración de buena mayordomía.
3. Los dones espirituales solo pueden ser ministrados si los creyentes
a. Viven según la voluntad de Dios, es decir se apartan de: 2
i. Lascivia: exceso, desenfreno, indecencia.
ii. Concupiscencias: intenso deseo de algo.
iii. Embriagueces: de vino o de cerveza.
iv. Orgías: 1. f. Festín en que se come y bebe inmoderadamente y se cometen
otros excesos. 2. f. Satisfacción viciosa de apetitos o pasiones desenfrenadas.
v. Disipación: exceso en el comer y beber.
vi. Idolatrías: Sumamente malvado, impío e indigno del trato humano.
4. Un día tendremos que dar cuenta de los dones que hemos recibido de Dios. 5

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