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Patricio Santacruz Solis 00128587

Trabajo Final
Cada persona posee una personalidad única, es por eso que cada uno reacciona de

forma diferente tanto ante situaciones negativas como positivas. Varios estudios han

podido determinar que el comportamiento humano depende de las causas de la

situación o de disposición, pero nunca de las dos en el mismo momento.

Dependiendo del caso o la situación, el comportamiento humano puede o no estar

ligado con las actitudes. Existen varios casos en donde tener conocimiento sobre las

actitudes de la persona, nos ayudara a predecir el comportamiento ante una

determinada situación. Estos casos, en donde la actitud interfiere en el

comportamiento, son casi en su mayoría situaciones nuevas, en las cuales la

persona las está experimentando por primera vez. En la gran mayoría de los casos

el comportamiento humano está ligado a las actitudes.

Las actitudes y comportamientos de una persona, pueden alterar su nivel de

conformidad, ya que ella determina como actuamos de manera diferente,

adaptamos nuestros pensamientos, comportamientos y actitudes para poder

pertenecer y ser aceptado por el grupo social. Pero la conformidad no solo depende

de estos factores internos y propios de una persona, los factores externos también

pueden llegar a poseer una gran influencia sobre como una persona se conforma

ante alguna situación, siendo la presión social la más influyente.

Entre los años 1951 y 1955, el psicólogo estadounidense Solomon Asch (nacido en

Polonia y después nacionalizado estadounidense), basado en sus estudios y

experimentos, logro demostrar como la presión social influye en las personas.

Solomon Asch desarrollo el llamado “Experimento de Asch”, el cual consiste en que

varias personas participen en resolver unos ejercicios de percepción. En el

experimento, por lo general, se reunía un grupo de entre 9 y 11 personas, donde


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todas las personas sabían de qué se trataba el experimento y cómo actuar, pero

solo una persona no tenía idea de que se trataba el experimento y él/ella era el

sujeto a evaluar. A este grupo de personas se les enseñaban dos tarjetas, en la

primera tarjeta había una línea vertical y en la segunda tarjeta había tres líneas

verticales; las personas debían elegir una línea de la segunda tarjeta que sea de

igual dimensión a la línea de la primera tarjeta. En los dos primeros intentos el

sujeto a evaluar respondía primero y casi siempre acertaba con la respuesta

correcta, pero al llegar al tercer intento todas las personas, a excepción de la

persona a evaluar, debían escoger una respuesta incorrecta de manera intencional

y antes de que el sujeto a evaluar lo hiciera. Durante los diferentes experimentos

intentados, el sujeto a evaluar casi siempre escogía la respuesta que las demás

personas escogían, a pesar de que muchos de ellos pensaban que la respuesta

escogida no era la correcta. Con este experimento se pudo demostrar que la presión

social tiene una gran influencia sobre una persona, y que pueden cambiar sus

comportamientos y actitudes inclusive si la persona no quiere y/o esta al consiente

de la situación. La gran mayoría de personas que participaron en este experimento

eran pertenecientes a un ámbito social normal y “común”.

Basados en este experimento y sus conclusiones, se puede desarrollar un buen y

eficaz plan de venta de cualquier producto. Por ejemplo, supongamos que existe

una empresa de implementos de futbol que intenta vender sus servicios al público

en general. Para lograr aquello, dicha empresa puede utilizar un sistema de

convencimiento basado en propagandas en los distintos medios de comunicación,

en donde participan personas con gran influencia como futbolistas famosos, atletas,

etc. Cuando las personas observen que los grandes futbolistas están relacionadas

con dicha empresa y utilizan sus productos, empezaran a pensar que dicha
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empresa es muy buena, sus productos son de alta calidad y por ende las personas

querrán comprar los productos que dicha empresa produce. Puede ser que los

productos que la empresa ofrezca no sean los mejores en el mercado, pero como

una persona con mucha influencia en el público los está promoviendo, las personas

estarán conformes con los productos. Una vez alcanzado la aceptación de un gran

número de personas, son esas mismas personas las que harán publicidad para la

empresa. Por ejemplo, si en un grupo social, la mayoría de personas utilizan

productos de dicha empresa, será muy fácil convencer a los que no los utilizan. Las

personas que no utilizan los productos de la empresa se pueden sentir, de alguna

forma, que no pertenecen al grupo o marginados, porque no son iguales a las

demás personas del grupo, lo que les llevara a adquirir los productos de la empresa.

Esas mismas personas comienzan a conformarse con esos productos y a

aceptarlos, inclusive si en al principio no lo hacían, ya que la gran mayoría de las

otras personas los utilizan. La presión social ejercida sobre la minoría puede darse

de manera directa e indirecta.

En mi opinión la presión social tiene un fuerte impacto sobre cualquier sociedad del

planeta. La gran mayoría de la población mundial puede ser influenciada fácilmente,

se nos enseña que el mundo no se adapta para nosotros sino que nosotros nos

debemos adaptar al mundo, pero todo esto solo causa un estancamiento humano.

Es muy fácil ver como personas no estudian cosas que les gustan porque al

momento de tomar esa decisión fueron influenciados y cuestionados dentro de su

entorno social. Por ejemplo, una mujer pudo haber sido la mejor ingeniería

mecánica del mundo pero no tuvo la oportunidad de demostrarlo y lograrlo porque

se considera que dicha profesión es solo para el género masculino, y ella ante la

presión y juzgamiento social tuvo que elegir otra carrera más de acuerdo a su
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género. La presión social puede tener efectos positivos como negativos, pero esto

causa que una persona individual no pueda tener una voluntad y decisión propia, y

que todas sus decisiones se basen en lo que es visto como correcto por las demás

personas.

Bibliografía

- Hogg, M; Haro, M. (2010). Influencia Social. En Psicología social (235-265)

Ed. Médica Panamericana.

- Ibáñez, T. (2011). Influencia, conformidad y obediencia. Las paradojas del

individuo social. En Introducción a la psicología social (257-373). Editorial

UOC.

- Arias, A. (2013). Psicología social aplicada. Madrid, España: Editorial Médica

Panamericana.

- Myers, D. (2005). Psicología social. México: McGraw-Hill.

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