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CONTRATACIÓN PÚBLICA
Y CRISIS
Clase 6
1. Introducción
Por estos motivos, es imprescindible contar con instrumentos que permitan a los
órganos de contratación actuar de forma flexible y con rapidez, pero con las necesarias
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Esta cuarta generación está integrada por las siguientes Directivas: la 2014/23/UE del Parlamento
Europeo y del Consejo, de 26 de febrero de 2014, relativa a la adjudicación de contratos de concesión; la
2014/24/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de febrero de 2014, sobre contratación pública;
y la 2014/25/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de febrero de 2014, relativa a la contratación
por entidades que operan en los sectores del agua, la energía, los transportes y los servicios postales.
cautelas para evitar posibles corruptelas. Es ahí donde la normativa contempla
instrumentos de compra pública para situaciones que requieren medidas
extraordinarias, que en función de que se trate de una urgencia o una emergencia
permitirán el acortamiento de los plazos o, en los casos más extremos, su adjudicación
directa sin tramitar ningún expediente.
Esta situación de crisis ha servido para poner a prueba los sistemas sanitarios de
todos los países, pero también el funcionamiento y la capacidad de respuesta de los
órganos de contratación. Es cierto que ningún país está preparado para enfrentarse a lo
desconocido y que en este marco reina la improvisación, pero también permite ver
aquello que funciona bien y lo que es necesario modificar. En muchos países se ha
echado de menos una contratación pública más estratégica y un cuerpo
profesionalizado de empleados públicos, pues un plantel de expertos habría ayudado
mucho a los poderes adjudicadores a desenvolverse en un panorama de caos global,
como era el mercado de productos sanitarios.
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A la hora de utilizar los instrumentos que facilita la legislación vigente en
procedimientos de urgencia y emergencia también se han apreciado algunos aspectos
que precisan mejorarse ante futuras contingencias, como es el de un procedimiento
negociado sin publicidad que permita su utilización en situaciones de urgencia, pues el
que recoge la Ley de Contratos del Sector Público es absolutamente inútil en dichas
circunstancias.
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3. El procedimiento de urgencia
La Ley de Contratos del Sector Público ofrece una primera vía para situaciones
que requieran un proceso más acelerado que el previsto inicialmente. Se trata,
concretamente, de la declaración de urgencia del procedimiento de contratación
prevista en el artículo 119 LCSP, de forma que «podrán ser objeto de tramitación
urgente los expedientes correspondientes a los contratos cuya celebración responda a
una necesidad inaplazable o cuya adjudicación sea preciso acelerar por razones de
interés público». La declaración de urgencia conlleva una reducción importante en los
plazos establecidos por los pertinentes procedimientos, y constituye la materialización
de lo previsto por el artículo 33.1 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento
Administrativo Común de las Administraciones Públicas, al prever que «cuando razones
de interés público lo aconsejen, se podrá acordar, de oficio o a petición del interesado,
la aplicación al procedimiento de la tramitación de urgencia, por la cual se reducirán a
la mitad los plazos establecidos para el procedimiento ordinario, salvo los relativos a la
presentación de solicitudes y recursos».
La declaración de urgencia, como interpretó el Tribunal Supremo en su Sentencia
1229/2008, de 27 de febrero, «ha de ser realizada por el órgano competente para
contratar y estar debidamente motivada y en relación con la motivación exige que se
trate de una situación urgente objetivamente evaluable y no apreciada de modo
subjetivo por el órgano de contratación, de modo que responda la urgencia a razones
de interés público que se acrediten de modo razonable y con criterios de lógica o que se
demuestra la necesidad inaplazable de tramitar el procedimiento con la urgencia que
requiera, para que de ese modo no se altere de modo injustificado el procedimiento
ordinario de contratación que la Ley prevé como garantía del interés público».
Este procedimiento permite agilizar la contratación al reducir sustancialmente
los plazos, si bien no sirve ante situaciones como la que ha generado el coronavirus, en
la que el Derecho de la contratación pública debe, ante una situación tan excepcional,
proporcionar la máxima agilidad a las Administraciones Públicas para adquirir obras,
bienes o servicios destinados a hacer frente a la Covid-19. No tiene sentido establecer
procedimientos cuando existe escasez de material tanto en los hospitales como en el
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mercado, en el que todos los países luchan por los mismos bienes y en la mayor
brevedad posible.
4. La tramitación de emergencia
El ordenamiento jurídico español ha previsto una segunda vía que responda ante
casos realmente excepcionales, como es la tramitación de emergencia. El Real Decreto-
ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al
impacto económico y social del COVID-19, modificó el artículo 16 del Real Decreto-ley
7/2020, de 12 de marzo, que establece que «a todos los contratos que hayan de
celebrarse por la Administración General del Estado o sus organismos públicos y
entidades de Derecho público para atender las necesidades derivadas de la protección
de las personas y otras medidas adoptadas por el Consejo de Ministros para hacer frente
al COVID-19, les resultará de aplicación la tramitación de emergencia». Cataluña
también siguió este ejemplo a través del Decreto-Ley 6/2020, de 12 de marzo.
Las anteriores normas permiten a los órganos dependientes de la Administración
General del Estado y de la Generalitat de Cataluña la utilización del régimen excepcional
previsto en el artículo 120.1 LCSP. No obstante, el resto de las Administraciones Públicas
también están bajo el paraguas de este artículo para aquellos casos en los que tengan
que actuar de manera inmediata a causa de acontecimientos catastróficos, de
situaciones que supongan grave peligro o de necesidades que afecten a la defensa
nacional. La tramitación de emergencia habilita al órgano de contratación, sin obligación
de tramitar expediente alguno, a ordenar la ejecución de lo necesario para remediar el
acontecimiento producido o satisfacer la necesidad sobrevenida, o contratar libremente
su objeto, en todo o en parte, sin sujetarse a los requisitos formales establecidos en la
LCSP, incluso el de la existencia de crédito suficiente.
La Junta Consultiva de Contratación Administrativa del Sector Público, en su
informe 17/2019, interpretó que «cuando el legislador aborda la regulación del
procedimiento de emergencia transmite la idea de que la principal cautela que debe
mantenerse respecto del empleo de este procedimiento es el adecuado respeto del
principio de concurrencia y de igualdad de los licitadores y que, solo en determinados
supuestos absolutamente excepcionales, tales principios deben ceder cuando se
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produce un desequilibrio entre el pleno mantenimiento de todas las garantías de que
está investida la contratación pública y el adecuado respeto al interés general que se
persigue con la actuación que va a ser objeto de contratación».
1. que concurra alguno de los supuestos que taxativamente establece la ley, sin que
sea suficiente cualquier otra circunstancia que dé lugar a una situación de urgencia;
2. que no sea suficiente para resolver la situación la utilización de otros procedimientos
menos restrictivos de la libre concurrencia;
3. que la emergencia sea apreciada por el órgano de contratación; y
4. que la tramitación se limite a lo estrictamente indispensable en el ámbito objetivo y
temporal para prevenir o remediar los daños derivados de esa situación.
A los anteriores requisitos este Tribunal ha de añadir uno más: que la causa de la
emergencia no sea imputable al propio órgano de contratación, es decir, que la situación
de emergencia no hubiera podido ser evitada por el órgano de contratación mediante
una actuación diligente».
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China en el mes de enero o en Italia unas semanas después. No puede decirse que el
Gobierno haya actuado con denuedo en las fases previas del contagio masivo en España.
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Vid. Sentencias de 18 de noviembre de 2004, asunto C-123/03, Comisión/Alemania y de 10 de abril de
2003, asuntos acumulados C-20/01 y C-28/01, Comisión/Alemania.
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Por lo tanto, desde el Derecho comunitario ofrece la posibilidad, en situaciones
de urgencia debidamente justificadas, de acortar los plazos de recepción de ofertas 35
días a un mínimo de 15 en un procedimiento abierto desde el envío del anuncio de
licitación (art. 27.3 Directiva 2014/24/UE); o de 30 días a un mínimo de 15 a los mismos
efectos en el procedimiento restringido, y para la recepción de ofertas dentro de este
mismo procedimiento no podrá inferior a 10 días a partir de la fecha de envío de la
invitación a licitar (art. 38.6 Directiva 2014/24/UE). La Directiva reserva el
procedimiento negociado sin publicidad para los supuestos más extremos, «en la
medida en que sea estrictamente necesario por razones de urgencia imperiosa
resultante de hechos que el poder adjudicador no haya podido prever, no puedan
respetarse los plazos de los procedimientos abiertos, restringidos o de licitación con
negociación». Exige para su utilización que el órgano de contratación haya actuado con
la debida diligencia, pues «las circunstancias alegadas para justificar la urgencia
imperiosa no deberán en ningún caso ser imputables a los poderes adjudicadores».
Los poderes públicos han puesto tradicionalmente el foco de atención sobre los
encargados de desarrollar los procesos de licitación, cuando los contratos pueden
encontrarse viciados desde el momento en que se programa la compra pública en
cuestión, en cuyo caso y paradójicamente, la negociación podría acabar por frustrar la
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corruptela, sobre todo si los términos en los que se desarrolla dicha negociación se
publicitan posteriormente3.
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MORENO MOLINA abogaba por “residenciar la negociación en un órgano técnico de asistencia, no en
un órgano político y dejar constancia del proceso de negociación, para lo cual puede ser útil articular
métodos de negociación utilizando medios electrónicos que registren los términos en que se desarrolla la
negociación”. Vid. su opinión en el Observatorio de la contratación pública: La apuesta europea por un
mayor recurso a la negociación en la contratación pública.
www.obcp.es/index.php/mod.opiniones/mem.detalle/id.52/relcategoria.121/relmenu.3/chk.684ee71d718b
8e76aa58a4b78b4623d1.
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