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Prof. Dr. José Rodríguez de Rivera / to. Ciencias Empresariales. Universidad de Alcalá
El análisis según "funciones", constituye el núcleo de las metódicas para la gestióin de
procesos de producción de valor. Este análisis debe realizarse a nivel cualitatitivo y
cuantitativo, definiendo por tanto las métricas adecuadas a controlar los niveles de cum-
plimiento en la satisfacción de necesidades y realización de exigencias o especificacio-
nes derivadas del estudio de dichas necesidades.
Pero "pensar en funciones" no es fácil. Usar demasiadas palabras para describir una función
puede indicar simplemente que no se ha comprendido en qué consiste una función. Miles reco-
mienda usar un verbo activo y un substantivo designando algo medible, comprobable. Esta for-
mulación no es fácil de lograr. Un analista debe "aprender" a pensar, con precisión mental, en
funciones.
En segundo lugar, esta delimitación del campo se orienta a realizar un trabajo "analítico", de
disección exacta en las subfunciones y elementos o exigencias ligadas a ellas, hasta llegar al
detalle más minucioso. Esto se realizó inicialmente un poco al azar, sin más método. Luego, la
técnica del FAST, que se describe más abajo, introducida en 1965 por Bytheway, y desarrollada
por Ruggles, Snodgrass y otros, ha constituído una ayuda esencial para desarrollar el análisis
de funciones.
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En Japón, la introducción del análisis funcional se debió al profesor Tamai que publicó el primer
trabajo sobre el tema en 1967 en la Sangyô Nôritsu University, donde se elaboró el tema y donde
en 1975 lo conoció Akiyama que a partir de ellos realizó luego su estudio sistemático sobre el
análisis funcionaliii. Pero la mayor aportación al AV en el Japón es la constituída por el método
matricial del Quality Function Deployment, que no sólo apunta a la mejora de la calidad, sino
también a mostrar todas las interacciones del concepto "funcional" del producto con los demás
pasos en el desarrollo analítico de calidad, innovación, fiabilidad, costes etc.
El análisis de funciones ha sido realmente el "instrumento" práctico que permitió la operaciona-
lización del análisis del "valor". Permitió pasar de una heurística sencilla de buscar sustitutos
para el cumplimiento de las tareas de un objeto (el caso de cambiar las materias primas escasas
por otras con equivalentes propiedades) o reducir costes en un diseño y desarrollo, a una meto-
dología tan amplia como la actual del "Value Management" en que puede mejorarse procedi-
mientos, configuraciones organizacionales, productividad etc., y ésto virtualmente en todos los
campos, desde los productos técnicos a la construcción, desde los procedimientos de fabricación
a la mejora de los servicios bibliotecarios de una universidad, desde una planificación urbana
integral a la mejora de un proyecto de investigación.
2.2 Cambio de perspectiva del análisis por funciones frente a la consideración tradicio-
nal técnica
El "pensar en funciones" supone un radical cambio de enfoque en las formas tradicionales de
considerar los problemas de la producción y comercialización.
En el enfoque más tradicional, compartido por el de la ingeniería industrial y por la vieja teoría
económico-empresarial de las "funciones de producción" -, desde unos presupuestos más o me-
nos implícitos, como la concepción "causalista" de la realidad, el interés en la disposición orga-
nizativa de factores se dirigía a conseguir la mejor mezcla de medios y actividades para reducir
costes. Esto implicaba analizar el trabajo, los objetos, las actividades, y luego eliminar, como
dicen en Japón, los tres obstáculos: 'muri', 'mura' y 'muda': gasto, irracionalidad, inconsistencia.
Pero, algo lógico, dado que lo único relevante era lo traducible al lenguaje monetario, los resul-
tados de esta disposición o racionalización sólo afectan al denominador del cociente de valor: a
la reducción de costes.
Lo que añade el enfoque del Value Management es considerar todo, no desde la perspectiva
contable del "valor añadido" monetariamente, sino desde la de la busca de un "Valor" a crear en
el propio sistema para un cliente, usuario o destinatario.
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La "función" es pues la forma concreta de esa relación de satisfacción de necesidades (en el
destinatario del soporte de valor). Pero, por tratarse de una "relación", la función es un "cons-
tructo" mental (de los analistas) en que se establece esa adecuación más o menos lograda,
pero deseada entre las necesidades percibidas en el destinatario, y las propiedades o prestacio-
nes del objeto analizado.
Esto caracterizará no sólo la estructuración de las funciones, sino también el trabajo analítico
sobre ellas.
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2.4 Pensar en funciones = pensar en finalidades (teleología)
2.5 Diferencias entre el enfoque "teleológico" sobre el "valor" y otros tipos de análisis
de sistemas
La metodología del SMV debe orientar y dar reglas para realizar el proceso de análisis y solución
de problemas así como ordenar el uso de las distintas técnicas parciales empleadas en dicho
proceso, para ello sigue la metodología de la "ingeniería de sistemas" (ver módulo) que regula
tanto la organización y acción del sistema observador-constructor (el equipo, sus fases de tra-
bajo, la forma de emplear distintos instrumentos) como la elaboración del sistema-objeto que
debe resolver los problemas considerados como relevantes al comienzo del proyecto.
Ahora bien, la metodología del SMV, como subconjunto de la más amplia metodología de la
Ingeniería de Sistemas, se distingue de ésta por su orientación en la solución de los problemas
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de creación de valor según la perspectiva "funcional" - una de entre distintas posibilidades de
enfoque: p.ej. la científico-causal, la social-crítica etc.
Es decir, esta metodología define como forma básica de conceptualizar las dimensiones del
campo de problemas el planteamiento teleológico-funcional.
Este enfoque funcional se caracteriza ante todo por los siguientes rasgos:
* El planteamiento funcional implica en primer lugar la distinción entre dos espacios semánti-
cos en que se realiza el análisis: comunicacional-teleológico y métrico-técnico
Tanto las funciones de mercado como las técnicas pueden ser concebidas (en el contexto del
valor) como "función-finalidad" a lograr o cumplir por un objeto o sistema, o como "función-cau-
sal" en referencia los efectos o resultados fácticos del objeto. La función-finalidad se capta en el
espacio semántico en que se realiza la comunicación entre empresa y cliente o destinatario del
serducto. La función-efecto causal se determina en el espacio metrizable de lo técnico.
En la realización del sistema de valor habrá pues que recordar esta distinción entre la función-
finalidad y función-actividad o función-causa-efectos para no confundir el "horizonte" en que se
realiza el análisis, pues es claro que es preciso no sólo considerar los aspectos de teleología
(comercial o técnica) sino también la forma de realizarla técnicamente, en el caso de productos
industriales, u organizacionalmente en el caso de servicios.
Precisamente, el SMV, como el método japonés del Quality Function Deployment, son hasta
ahora los dos únicos métodos que permiten efectuar de forma racional y controlada el proceso
de traducción desde el espacio comunicacional con el cliente, en que se atiende a sus necesi-
dades y problemas (las "funciones" a realizar) al espacio métrico técnico.
En la consideración técnica objetivante, tomarla unilateralmente puede ser una permanente ten-
tación o seducción al experto en un campo tecnológico, se concibe o plantea el problema del
producto o del proceso en esquemas o categorías mentales de causación, es decir, como pro-
ceso resultante fácticamente como propiedades fácticas de los objetos (p. ejemplo, como pro-
piedades naturales definidas científicamente en el caso de la ignición de un combustible que
suministra llama y luz). En la consideración teleológica o funcional, la misma realidad no es
considerada como efecto, sino como fin u objetivo a satisfacer.
Esta distinción de horizontes o espacios semánticos de enfoque o comprensión (objetal, funcio-
nal o teleológico) es básica para evitar una típica confusión en el desarrollo del SMV: muchos
se preguntan si realmente pueden seguir considerando función (aquello encontrado inicialmente
en su busca del "por qué" se hace algo) cuando en un paso posterior del análisis encuentran que
esa misma entidad es meramente un efecto causal de otra entidad. La distinción, subjetiva y
fruto de una construcción mental por parte del analista, no es arbitraria ni superflua, sin ella no
sería posible "analizar" (que evidemente es siempre un trabajo de un sujeto).
En resumen, las exigencias metodológicas al análisis funcional pueden resumirse en las siguien-
tes proposiciones:
a) Hay que considerar los objetos analizados desde la perspectiva de su relación de "finaliza-
ción" entre un campo de problemas, necesidades o exigencias (por parte del cliente) y las
"respuestas" que debe suministrar el "sistema" a elaborar en el curso del desarrollo del pro-
yecto o trabajo sobre el valor
b) Hay que abrir un espacio "heurístico" de alternativas de realización. Estas alternativas se
estructuran como formas selectivas de reducción de complejidad. Esto implica:
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c) Hay que plantear el SMV sólo cuando se dan "situaciones de complejidad", para las que no
existen recetas, reglas aplicables generalmente. Se trata de situaciones que desbordan las po-
sibilidades rutinarias de un sistema organizado con sus programas y estructuras usuales - em-
plearlas en estas situaciones normales sería antieconómico.
d) Hay que operar en la dimensión "heurística" de este espacio de alternativas, que se concibe
en contraposición a las formas deductiva e inductiva de obtención de nuevos datos a partir de
otros anteriores. No es posible pues aplicar "algoritmos" que generarían, por así decirlo, auto-
máticamente una solución. El análisis funcional se emplea no para generar conocimientos más
o menos directamente implicados en el conjunto de informaciones previamente poseídas, sino
conocimientos o informaciones nuevos (la "variety" de la cibernética contrapuesta a la redundan-
cia)
En ese espacio heurístico abierto al nivel de abstracción funcional se facilita la comparación de
las distintas alternativas de objetos (p.ej. diversas cosas o procesos): no en relación a sus pro-
piedades técnicas o económicas (dureza, maleabilidad, precio de adquisión), sino en relación a
sus potenciales de realización de funciones, es decir, en relación a las posibilidades de satisfac-
ción de las necesidades o deseos del cliente o destinatario del objeto analizado.
Hablar en términos de "funciones" facilita la comunicación interdisciplinar entre los distintos gru-
pos implicados en un desarrollo de producto o servicio.
Las diferencias del enfoque del análisis funcional "teleológico" (orientado a las finalidades) frente
a otros enfoques se resumen en la tabla siguiente (T-I).
Analisis des- ¿qué es lo cosas y fenómenos Hace homogeneos * análisis de pro- selección según
criptivo que es ésto? percibidos: proce- los análisis realiza- cesos esquemas pre-su-
sos, tareas, carac- dos por personas puestos de com-
terísticas de cali- distintas, reglamenta * análisis de ta- prensión coti-
dad etc. el método de investi- reas diana...
gación * análisis de movi-
mientos
Análisis ¿ Por qué es relaciones causa- - hay variedad de ni- * Diagramas de selección según
causa-efecto esto así? les entre fenóme- veles de análisis se- causa-efecto atribución de cau-
nos y eventos: gún situación, com- sación de un ente
p.ej., relación entre plejidad de causas, * árboles de de- a otro ente
defectos de un ar- fectos (FTA)
tículo y quejas del - la respuesta co-
rrecta no se encierra * Análisis modal
cliente de efectos y faltas
en un resultado ana-
lítico (AMFE)
- es método orien-
tado a la práctica
Análisis te- ¿ Para qué constructos sobre - necesidad de * árboles de fami- selección según fi-
leológico se hace las relaciones de "construcción" men- lias de funciones nalidades o propó-
ésto? destino o finalidad, tal de la relación sito/intención atri-
p.ej., iluminación * Técnica de análi- buídas a otros
para ver en un sitio - lógica teleológica sis funcional de
oscuro sistemas (FAST)
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3. Técnicas del Análisis de Funciones
3.1.1 La definición de la función constituye el elemento central del análisis por funciones
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Esta exigencia se deriva del principio básico: mejorar el cociente de valor entre prestaciones
funcionales y costes implicados. Su operacionalización implicará, en un paso posterior, deter-
minar cuantitativamente tanto los costes por función, como los valores y costes funcionales de
los componentes o elementos del serducto.
3. Establecer "compromisos" en la planificación de niveles de cumplimiento funcional. Tal como
se visualiza en el "tejado" de la Casa de Calidad, habrá que identificar posibles sinergias fun-
cionales, o también posibles conflictos (el incremento de velocidad perjudica a la seguridad del
vehículo - la energía a absorber crece con el cuadrado de la velocidad).
Objeto de la definición de
las funciones
verbo (infinitivo) substantivo
(serducto: producto, servi- Función
cio, sistema)
goma de borrar posibilitar corrección de lo escrito
reloj indicar tiempo
fusible bloquear exceso de corriente
proyector hacer visible documentos etc.
Las ventajas de esta resumida formulación son que permiten concentrarse en las características
esenciales funcionales, reducen el riesgo de malentendidos, y facilitan la comunicación.
En la formulación deben tenerse en cuenta los puntos siguientes:
1) El verbo en infinitivo indica, predica la acción deseada. Por esta razón se debe emplear verbos
transitivos (referidos al objeto sobre el que actúan). Por ejemplo:
Función de una bombilla: "suministrar luz" (transitivo), mejor que: "iluminarse"
2) Los substantivos (o frase nominal) indican objetos a que se dirige la acción formulada en el
verbo. Por ejemplo: corrección de signos equivocados (que posibilita la acción de la goma); tem-
peratura adecuada a combustión de papel de fumar (facilitada por la acción del encendedor de
bolsillo).
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3) Debe formularse a un cierto nivel de abstracción - distanciamiento a lo concreto. Esto se justi-
fica por el carácter de constructo mental de toda función.
Por ejemplo:
Objeto de la definición de Formulación preferida Formulación errónea (de-
la función (distante a lo concreto) masiado concreta)
encendedor de bolsillo producir determinada tem- producir llama
peratura
mantener juntos soportes
carpeta documentos unir físicamente papeles
de información
3.2 Sentido de la definición de funciones: Estructuración del proceso de comprensión del objeto
analizado
Es evidente que un análisis de un objeto complejo exige un cierto nivel de "comprensión" del
objeto. Normalmente esa comprensión comienza recopilando datos sobre el objeto familiar o no
para saber algo más sobre él. Es decir, pasar del conocimiento de - al conocimiento por familia-
ridad, al conocimiento en profundidad.
Para ello se usa el procedimiento "Definir" (otros serían: comparación, establecimiento de analo-
gías etc.) que tiene el sentido de delimitar el campo designado empleando distintos términos o
conceptos, que si bien no añaden contenido (una definición a diferencia de un axioma no crea
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nuevos sentidos), si traducen su formulación a otros términos que deben ayudar a evitar confusión
y facilitar la comunicación entre los utilizadores de la nueva formulación.
La definición da pues un buen punto de partida para profundizar en el conocimiento del objeto:
Llegar a determinar tanto las causas como la finalidad asignada al objeto serducto implica una
profundización en ese conocimiento, que supera entonces el nivel del Alltagswelt (life-world) y se
adentra en el de conocimiento crítico y científico.
Hay que subrayar de nuevo, que ese adentrarse en el objeto tiene en el AV un movil práctico. No
se trata de saber a nivel metafísico, sino a nivel de preparación de una acción (la de producción,
mejora, distribución o similares). Por tanto, las "relevancias" del objeto vienen dictadas por esta
relación práctica.
El análisis funcional se desarrolla a un nivel de estructuración semántica: la problemática del
objeto estudiado es estructurada en torno a determinados contenidos conceptuales, en que se
han seleccionado determinados aspectos relevantes del campo de complejidad.
La metodología del AV exige una serie de pasos en la estructuración del espacio semántico de
comprensión del campo de problemas, para convertir todos los elementos del objeto (producto,
servicio, problema) analizado en funciones.
Esta parquedad en la descripción permite evitar divagaciones, ambigüedades o puntos que darían
pie a confusionismo en la comunicación interna en el equipo de valor.
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que pueden concebirse nuevas alternativas al tradicional mazo de cables. Al hablar a este nivel
aún no entramos en las formas concretas, los tipos de cable o fibra elegidos para la transmisión
de información, el ordenador que procesa datos etc.
La abstracción progresiva efectuada en esta forma de definición de funciones, puede, por ejem-
plo, desarrollarse así:
1º Determinar qué tarea o misión tiene el objeto (la solución que debe suministrar a su usuario):
-'la goma debe borrar escritos'. Y no limitarse a decir: la goma debe "posibilitar" borrar...
2º Describir la tarea:
- 'la acción de la goma consiste en arrancar parte del papel con lo escrito'.
3º Formular la tarea escuetamente, en 'verbo + substantivo':
- 'borrar escritura'.
A veces será necesario añadir un calificativo suplementario: p.ejemplo, la tarea del departamento
de Marketing es:
"asegurar participación ('con beneficios') en el mercado".
4º Distanciamiento frente a la descripción inicial:
P.ej.: 'facilitar la sustitución de signos escritos' (como formulación más abstracta, y por tanto apli-
cable a la goma de borrar, al tipex, a la cinta de borrado de una máquina de escribir, o a la pantalla
de un procesador de textos); o: "almacenar información" como función que puede realizarse en
un fichero convencional de papel, en una cinta de grabadora, en un diskette de ordenador, en un
disco óptico (CD-Rom) etc.
Como se ha indicado arriba, el trabajo sobre funciones se realiza con el fin de traducir las nece-
sidades o problemas del destinatario, constatadas en el espacio semántico de comunicación con
el cliente (interno o externo), al espacio "métrico" en que trabajan los técnicos en el desarrollo o
mejora del serducto analizado.
Ahora bien, esta traducción se puede realizar de dos formas: como en el AV tradicional por pro-
gresiva concreción, o - como en el Quality Function Deployment - por construcción de matrices
en que una misma función puede suponer varias exigencias técnicas a realizar por los elementos
del serducto.
a) En el AV tradicional, esta traducción se efectuó normalmente mediante una progresiva articu-
lación del árbol de funciones que van pasando, en cada nivel de articulación, de lo abstracto a lo
más concreto.
Para ciertos objetos no muy complejos parece podrá utilizarse esta progresiva articulación de
funciones primarias en secundarias etc. con la condición de que en su último nivel de articulación
se llegue a posibilitar la introducción de una "métrica", es decir, la operacionalización de la función.
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Así, por ejemplo, la función de un fusible se formulará de forma más operacionalizable si se afirma
"el fusible sirve para cortar excesos de corriente", que si simplemente se afirma "cortar electrici-
dad"; o la función de una factura como "determinar cantidad a pagar por -" es preferible a "exigir
pago por -".
El término "exceso de corriente" puede traducirse facilmente a la exigencia técnica: cortar a más
de n amperios; el término "cantidad a pagar" ... se traduce directamente a cifras concretas.
b) El otro procedimiento es el introducido en el método japonés del Quality Function Deployment,
en que se define una matriz con los vectores funciones y exigencias técnicas, en cuyas casillas
se pueden determinar las distintas relaciones entre ambas magnitudes. El vector "funciones" se
define dentro del espacio semántico de comunicación con el cliente (espacio propio de la dimen-
sión "marketing" de la actividad de una organización) - donde ciertamente es posible determinar
también diferencias en escalas ordinales (likert etc.), mientras que el vector "exigencias técnicas"
responde al espacio semántico de lo técnico, con "métrica" - que implica un segundo vector pa-
ralelo al de la definición de tales exigencias indicando las "unidades de medida" en que se sitúan
tales exigencias.
Hay que recordar aquí, que tal espacio "métrico" no es otro que el de las "características susti-
tutivas" de la calidad, según Ishikawa. Es decir, las características que sustituyen para el interés
del técnico, las características primarias de calidad = formas de satisfacción de necesidades o
problemas del destinatario del serducto.
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Función: Why (por qué) "suministrar luz"
Criterios
who (quién) facilidad de operación, reducción de peligros, p.ej.: excesivo
calor, ... seguridad, operabilidad
En el análisis funcional, la función en sentido estricto (p.ej., indicar el tiempo) puede generar una
función en sentido lato del término, o más bien una exigencia a cumplir (p.ej.: tener un error menor
de n segundos al mes). Esta exigencia se define como "criterio" de concreción de cumplimiento
de la función.
Pero junto a esos niveles de cumplimiento hay que considerar otros factores, por ejemplo, la
calidad exigida, características sustitutivas etc.
La gestión de la creación de valor en un serducto implica siempre un desarrollo y despliegue de
la calidad en que se traducen a características métricas de calidad (características sustitutivas)
las especificaciones primarias. Esto implica introducir valores numéricos, p.ej., de fluctuaciones
toleradas.
Es también necesario identificar en esa dimensión métrica las "restricciones" a que están some-
tidas las funciones en su realización.
Los niveles de cumplimiento pueden estudiarse en referencia a la percepción del cliente, pero
también pueden verse en la matriz funciones-exigencias según el nivel de cumplimiento de éstas,
por ejemplo, cuando el nivel del cumplimiento de la función ahorro de combustible en un vehículo,
se traduce a la exigencia medible de consumos de gasolina por 100 km. de recorrido a determi-
nada velocidad.
4. La clasificación de funciones
Es esencial determinar qué funciones o tareas debe realizar el objeto analizado (funciones-obje-
tivo). Normalmente, las exigencias planteadas a un objeto constituyan un complejo poco diferen-
ciado en sus aspectos cuantitativos y cualitativos. Lo que inicialmente es considerado como una
función básica puede luego subdividirse en funciones más concretas y también más facilmente
analizables. Por ejemplo, el cumplir exigencias ecológicas en una instalación química puede des-
componerse en las funciones parciales de mantener la pureza del aire, mantener la pureza del
agua, no contaminar el subsuelo etc. El AV implica ese análisis de las exigencias generales para
definir funciones concretas.
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Al principio, L. Miles estudiaba las funciones en referencia a las partes, simplemente estable-
ciendo un listado de partes y funciones y distinguiendo sólo entre funciones básicas y secundarias.
La figura 4-1 visualiza las funciones de una bombilla.
Hoy, las técnicas de análisis diferencian más.
El proceso de análisis comienza normalmente a partir de un diseño existente, o de un objeto real.
Y entonces habrá que considerar qué funciones puede realizar ese objeto (Funciones-ES). Lo
normal, será que el objeto desarrolle varias de dichas funciones, y normalmente será posible
articularlas en un árbol funcional en "clases" y "especies" funciones. Las funciones pueden clasi-
ficarse desde distintos enfoques:
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La fig. 4-2 presenta el esquema de Preguntas para clasificar funciones según prioridad
Un punto crítico de limitar el análisis a esta clasificación en funciones más o menos importantes
para la realización del objeto consiste en tener que trabajar sobre sus partes y elementos, lo que
reduce el campo de observación y hace perder de vista otras funciones operativas.
a3) Funciones innecesarias y/o perjudiciales:
Dado su carácter crítico, deben distinguirse estas funciones perjudiciales o innecesarias. Se trata
de aquellas que no aportan utilidad ni al productor ni al cliente, que no contribuyen a que el objeto
funcione realmente mejor, o a que se venda mejor; y en el caso de perjudicar incluso al cumpli-
miento de las funciones exigidas serán funciones indeseadas. Por tanto son o superfluas o real-
mente dañinas (como los efectos secundarios de muchos medicamentos, la contaminación pro-
ducida por un vehículo a motor etc.) y debe procurarse un nuevo diseño o plan en que se supriman
o al menos reduzcan esos efectos. La detección de estas funciones es un elemento esencial del
AV. Permite ahorrar costes innecesarios, eliminar efectos secundarios perjudiciales etc.
Las causas que originan estas funciones pueden ser:
Modificación en las exigencias planteadas al objeto.
Informaciones incompletas sobre lo que espera realmente el usuario del objeto.
Conocimientos incompletos, lagunas de conocimiento técnico propio, falta de percepción sobre
las propias posibilidades.
Burocratismo.
Comodidad, pereza, inercia (queriendo conservar el vino rancio en odres nuevos), falta de visión
comercial etc.
Egoismos departamentales.
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Responden a la satisfacción de necesidades de tipo psico-social generadas, p.ejemplo, por mo-
das o tendencias de gusto en la sociedad o sus grupos. Describen características exteriores in-
dependientes del cumplimiento técnico o de la manipulación del objeto, pero deseadas por el
cliente: La línea de un automóvil, estilos de construcción, el aspecto externo de una estilográfica
cromada, o una decoración en una agencia sirven precisamente a cumplir este tipo de función. El
diseño de un objeto debe permitir la obtención de las funciones técnicas, de uso y de imagen o
estimación. Así, p.ejemplo, en la agencia de viajes esta función se cumple estudiando informa-
ciones de hoteles y dialogando con clientes para indagar sus deseos etc.
Nota: Funciones desde la perspectiva del productor o del usuario del objeto:
Las funciones primarias deberán coincidir con las funciones deseadas por el cliente. De lo
contrario no estaría creando un "producto", que por definición es algo destinado a satisfacer
necesidades o exigencias del posible usuario y que debe aportar "utilidad" a ambos. En cambio,
la descripción y definición de las funciones o tareas secundarias del objeto pueden muy bien
diferir de las definidas en detalle por el cliente. Al fin y al cabo, el proceso de producción para
el mercado tiene la estructura de un proceso de comunicación (entre fabricante y cliente) en
que existirá siempre una cierta diferencia entre lo dicho (materializado en el producto) y lo
esperado/deseado/interpretado por parte del cliente. Estas funciones muestran la forma en
que el productor concibe la realización de los deseos detallados del cliente.
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En la práctica de un relacionamiento en forma de árbol, las dos formas básicas de ordenación
(descriptiva o teleológica) pueden realizarse en respuesta a las preguntas:
a1) (descriptiva): ¿Cómo se realiza la función de orden superior en la de orden inferior?
a2) (teleológica): ¿Qué medios contribuyen a realizar el fin de esta función?
Para ascender desde las funciones de un nivel inferior a las del superior, las preguntas serían:
b1) (descriptiva): ¿A qué función de orden superior se ordena ésta (del inferior)?
b2) (teleológica): ¿Para qué debe realizarse esta función? (cuál es la finalidad superior a la que
se orienta la finalidad parcial de esta función inferior?).
En el estudio de la finalidad o tareas del objeto (perspectiva derivada predominantemente del
estudio de objetos inmateriales, de servicios): se interroga por la finalidad-función
a) para el cliente: p.ejemplo, de un lápiz, estudiando su forma de servir al consumidor (trazar
signos sobre el papel, consistencia en su mina, facilidad de manejo, duración, posibilidad de afi-
larlo), y
b) por la finalidad o funciones para el productor: p.ej.. preparar la cubierta de madera a la mina
del lápiz, elaboración de ésta, juntar las partes, examinar la calidad, poner una marca.
Ejemplo de articulación de funciones. En una bomba eléctrica de combustible, las funciones de
primer nivel serían:
1. guiar el combustible al motor
2. limitar la presión
3. impulsar el combustible
Las funciones de segundo nivel se derivan de las primeras. Dicha derivación se expresa en la
respuesta a la pregunta por el "¿cómo? o ¿con qué medios?".
A la función 1: aportar combustible, el 'cómo' se realiza técnicamente especifica las subfunciones-
medios:
1.1. conducir el fluido combustible de X a Y, lo que puede implicar a su vez:
1.1.1 conexionar tubería y depósito de forma estanca
1.1.2 limitar flujo de salida de combustible etc.
Pero la misma función técnica debe conseguirse atendiendo a condiciones de mercado y clien-
tela, por tanto se tiene la función:
1.2 reducir el desgaste de las piezas
O en la función de uso:
2: facilitar la obtención de la chispa etc.
Lograr esta articulación presupone una total claridad sobre los fines u objetivos propuestos en la
configuración del producto.
Un árbol de funciones puede tener la estructura de la figura 5-1
Como ejemplo concreto de las funciones de un producto sencillo pueden considerarse las de un
encendedor de bolsillo (Este árbol se estructura según la fig. 5-2).
A la izquierda se describen las funciones de primer grado o principales, que en este caso se
articulan en función técnica: generar temperatura de encendido; funciones de uso: adaptarse al
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bolsillo, facilitar manejo con una mano, funcióncomercial (de la firma que regala el aparato): portar
el logo de la firma; función de seguridad; y función de mantenimiento (centrada en el ahorro de
combustible, cambio de piedra etc.).
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Es decir, diferenciación de los conceptos relacional-funcionales frente a los referentes a la dimen-
sión objetal, que en primer lugar es la de las exigencias técnicas a los objetos o realidades que
implementan las funciones.
e) Como consecuencia de lo anterior, complementando el diagrama en árbol jerárquico como
se emplea en el FAST más desarrollado, se construye una matriz con las dos dimensiones "fun-
cional" y "técnica".
La primera dimensión de esa matriz corresponde al espacio comunicacional-subjetiva es a la que
se refiere el Marketing-dimensión (el departamento opera ya en el espacio métrico) al estudiar
necesidades, funciones como relaciones de cumplimiento de tales necesidades. La segunda di-
mensión, métrica, es la tratada por los sistemas de información técnica del sistema (Calidad,
Fiabilidad, Características y Prestaciones técnicas etc.).
Hasta que no se dispuso del instrumento "Matrices" desarrollado sobre todo en Japón en la
"House of Quality", el AV traducía directamente funciones a "realizadores" (objetos o procesos)
sin pasar por el paso intermedio de las "exigencias" (o características "substitutivas" de calidad).
Hoy se aconseja, según las circunstancias concretas y grado de dificultad del objeto, iniciar el
análisis pasando de funciones a exigencias técnicas.
f) Ponderación de las funciones: Las funciones se deben ponderar (una condición previa
necesaria para poder realizar luego la comparación entre coste por función y su importancia).
Dicha ponderación constituye un elemento básico y debe realizarse evidentemente de acuerdo a
un proceso de decisión con criterios claramente definidos (p.ejemplo, dando más o menos impor-
tancia a la aportación de Marketing, o de Fabricación etc.).
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La concesión de pesos a las funciones debe realizarse en el Equipo de AV y seguir un método de
elección según comparación entre preferencias. En el apéndice sobre el "Análisis del Valor Util"
se propone una posible metodología a seguir en este proceso de asignación de pesos a las fun-
ciones.
Excursus
La definición/formulación de funciones, como fines a cumplir, debe realizarse para cada producto
y para todos sus elementos o componentes más importantes. Evidentemente, muchos objetos
son multifuncionales: una furgoneta puede desearse para transportar carga y personas, un carro
blindado para suministrar potencia de fuego, movilidad, capacidad de resistencia etc.
La delimitación y descripción de las funciones puede constituir una difícil tarea. Requiere práctica
y capacidad crítica. En América se han editado listados que ayudan a identificar las funciones
enumerando hasta 250 verbos y 450 nombres. Pero la mejor ayuda consiste en dominar una o
más técnicas de análisis.
En la realización del análisis funcional es posible emplear varias técnicas.
En primer lugar se expondrá la técnica de clasificación y ordenación articulada de funciones. La
técnica más desarrollada para el análisis de un "sistema" funcional es la del FAST. En Francia
se emplea el Cuaderno de exigencias funcionales (CdCF). Sin embargo, la técnica de ordenación
más amplia y cada vez más empleada es la del método del QFD (Despliegue de funcional de la
calidad), desarrollado en Japón y orientado a la planificación integral de la calidad del producto.
La importancia del QFD se desprende de la siguiente reflexión: el análisis funcional constituye de
todas formas sólo el primer paso en el diseño y configuración de un producto o servicio. A partir
de las funciones definidas en el análisis hay que pasar luego a definir las exigencias técnicas, de
calidad, de fiabilidad etc. Para ello se emplearán las matrices de conversión (de traducción) del
lenguaje funcional a los distintos lenguajes técnicos (como en el QFD).
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F.A.S.T: Técnica del Análisis Funcional de Sistemas (Functional Analysis System Techni-
que)
* Origen e historia de la evolución del métodov
Inicialmente, a partir de la concepción de L.D. Miles sobre funciones de uso y de estima, la deter-
minación de éstas se efectuaba un poco al azar, o guíada sólo para la intuición y experiencia del
analista. El instrumento de análisis denominado FAST es un procedimiento desarrollado inicial-
mente en los Estados Unidos a mediados de los años sesenta para analizar las prestaciones y
uso de productos o servicios.
Su definición se debe a Charles W. Bytheway, que lo desarrolló en la Univac de Salt Lake City en
1964, y lo presentó en 1965 en la conferencia de AV de la sociedad americana de ingenieros de
valor.
Bytheway introdujo una técnica auxiliar para este trabajo, la del "function analysis system techni-
que" o FAST. Su punto de partida fue la consideración de que un sistema logra ejercer sus fun-
ciones principales sólo cuando también se realizan las funciones de sus elementos y que por
tanto debía existir una relación causal o de condicionamiento entre unas y otras.
Bytheway creó un instrumento de ayuda lógica al análisis de sistemas complicados para determi-
nar las funciones básicas que debían cumplir esos sistemas, y que posibilitaba la ordenación de
las funciones en una jerarquía de causas y efectos, con lo que podían relacionarse unas funciones
con otras. Esto no hasta entonces no era posible, y realmente no podía estudiarse el objeto como
"sistema", es decir analizando las relaciones internas existentes en él. Además este estudio se
centró en las relaciones entre "funciones" desempeñadas por los elementos del objeto. Para iden-
tificar y diferenciar las funciones principales de las secundarias, Bytheway empleó preguntas que
permitían aislar las funciones básicas de las secundarias, pero además facilitó clarificar las rela-
ciones "conceptuales" entre las distintas funciones-relaciones identificadas. En 1965, restringió el
número de preguntas a nueve fundamentales.
En el listado se insertaban huecos (entre paréntesis) para formular en verbo-substantivo la función
a definir (que se concreta aquí en un ejemplo que facilite la comprensión):
1) ¿Cuál es el problema o tema que querría Vd. resolver al tratar de (iluminar espacio)?
2) ¿Qué es lo que realmente intenta Vd. hacer al (iluminar el espacio)?
3) ¿Qué función de orden superior ha motivado que se busque (iluminar el espacio)? (p.ejemplo:
la necesidad de ver en ausencia de luz natural)
4) ¿ Por qué es necesario (iluminar espacio)?
5) ¿Cómo se consigue ahora (iluminar el espacio) y cómo se piensa sería mejor realizar esa
función?
6) ¿Origina el método elegido para (iluminar el espacio) tener que realizar otras funciones (p.ej.:
calentar el filamento)?
7) ¿Si Vd. no tuviera que (iluminar el espacio), tendría que seguir cumpliendo las otras funciones
(calentar filamento, aislar gas interno de la atmósfera etc.)?
8) Si Vd (ilumina el espacio), deben realizarse las otras funciones dependientes como resultado
del sistema seleccionado?
9) ¿Qué o quién (ilumina el espacio) realmente ahora?
22
Las preguntas 1, 2, 3 y 4 identifican funciones de orden superior. Las 4, 5 y 6 desarrollan un
sendero crítico de funciones más relevantes, y las 7, 8 y 9 determinan dependencias interfuncio-
nales (ver fig. F-1). La articulación funcional se realiza en una línea descendente en que se abren
posibilidades respecto al "cómo" (How?) realizar las funciones de orden superior, o ascendente
si se busca el "por qué?/para qué?" (Why?) de la existencia de cada función inferior, que debe
encontrarse en la función de orden superior. A medida que se desciende (en el esquema: hacia
la derecha) es evidente que se concretan funciones a alternativas físicas más delimitadas. Hacia
la izquierda las funciones tienen un carácter más y más abstracto.
Bytheway denominó su procedimiento "Function Analysis System Technique" (FAST)vi. Un dia-
grama FAST permite así trazar un camino, acendente, hacia las funciones superiores o descen-
dente hacia las funciones subordinadas. Para Bytheway su técnica debía comprenderse como
una mera ayuda a la creatividad del analista.
El FAST supuso un enorme avance en el análisis funcional al dar "método" a lo que antes se
debía hacer de forma meramente improvisada. El método siguió evolucionandovii. En el mismo
año de 1965, Mudge publicó su ensayo sobre la construcción y uso de los esquemas de funcio-
nesviii. Mudge explicó que el esquema debe identificar las funciones innecesarias, las que se so-
brecubren, y las que originan elevados costes. Esto permitiría evaluar de forma más objetiva el
diseño propio y conseguir reducir costes sin dañar la aportación esencial del producto. Pero según
Mudge, aunque uno sitúe arriba lo esencial y abajo las aportaciones secundarias, no se dispondría
de una lógica especial de conexión entre funciones. Su esquema se emplea sobre todo buscando
sistematizar funciones que realicen lo deseado al mínimo coste. En realidad, conduce así el AV a
un "diseño al coste".
En 1968, Wayne Rugglesix simplificó el método de Bytheway para acortar el tiempo de análisis
(fig. F-2) e introdujo la consideración temporal: junto a las preguntas "Por qué?" y "Cómo?", in-
sertó la del "¿Cuándo?". El método guía el trabajo de estudio de las funciones esenciales conce-
bidas como relaciones de cumplimiento de una exigencia (definida en el "cuaderno de cargas o
especificaciones". La articulación o desglose del conjunto se realiza no sobre los objetos o sub-
sistemas reales (p.ej. actividades físicas), sino sobre subfunciones o funciones subordinadas que
permiten realizar las funciones esenciales.
Richard J. Park (en la Chrysler Corporation) y Frank Wojciechowski (en la Xerox Corporation)
modificaron de nuevo el esquema FASTx: También aplicaron una lógica de articulación descen-
dente según los criterios del "Cómo?" y "Por Qué?", pero añadieron bifurcaciones en los senderos
cuando eran necesarias varias funciones inferiores para la realización de la superior. La fig. F-3
presenta un ejemplo. En realidad, la única diferencia notable frente al esquema inicial de Bythe-
way consiste en ser más consecuente al pasar desde lo abstracto a lo concreto mostrando de
forma más completa el árbol de funciones. Pero estos esquemas no contienen referencia a posi-
bles "alternativas" (p.ej. convertir la energía no mediante un filamento incandescente, sino a través
de un gas etc.). En estos esquemas, la concreción puede llegar a incluir no ya funciones sino
también componentes o partes físicas (a la derecha del esquema).
Una modificación más importante es la introducida por Ted Fowler y Tom Snodgarss que incluye
la consideración del punto de vista del cliente (fig. 5.4-4). Este cambio de la visión técnica a la
visión del Marketing se realiza dentro del cambio realizado también respecto al concepto de "pro-
ducto": antes concebido como suma de propiedades técnicas o físicas, hoy considerado como
"respuesta" a la demanda del cliente.
Las funciones esenciales son aquí las que más directamente enlazan con las necesidades del
cliente: asegurar facilidad de uso, satisfacer exigencias de imagen, garantizar seguridad física del
usuario etc. Este esquema pretende ser completo, y se articula en forma jerárquica. El empleo
23
de las cuestiones "Cómo?" y "Por Qué?" se comprende más bien que como forma de pasar de lo
abstracto a lo concreto, como una manera de pasar de las funciones estrictamente de satisfacción
de necesidades (en la dimensión Marketing) a las funciones técnicas.
En realidad, en esta última modificación, el FAST inserta en el mismo árbol de funciones lo que
en el QFD se consideran ya "exigencias técnicas" que habrá que cumplir para realizar las funcio-
nes.
En Japón, los trabajos de Mudge se publicaron entre 1965 y 1975 en la revista de la Asociación
Japonesa de VE. Y en esa misma revista, el profesor Tamai publicó el primer trabajo sobre el
tema en 1967 acuñando el término de "arbol de familia de funciones". En su universidad, la
Sangyô Nôritsu University se desarrollaron estos estudios, donde Akiyama los conoció en 1975.
La siguiente tabla compara los objetivos del FAST de Bytheway, del Diagrama funcional de Mu-
dge, y del árbol de funciones de Tamaixi:
FAST de Bytheway Diagrama de Mudge Arbol de familia de funcio-
nes de Tamai
Objetivos:
- Identificar función básica - Indica funciones y costes - Comprueba factibilidad
innecesarios de funciones
- Sistematizar funciones
- Facilita evaluar objetiva- - Descubre funciones des-
- Ayuda a la creatividad
mente planes cuidadas
- Identifica campos de fun-
ciones
- Revela relaciones de je-
rarquía funcional
- Enseña conceptos para
diseñar la realización de
cierta función
- Identifica funciones bási-
cas
Según una encuesta realizada en Japón en 1984 a 123 firmas, el FAST se empleaba en el 26 %
de las empresas, el Arbol de funciones en el 66% y otros procedimientos en el 8%xii.
24
- Funciones de orden inferior: indican la forma concreta en que realizar las de orden superior (en
el esquema se representan hacia la derecha). Estas funciones, en sus distintas articulaciones
descendentes (a la derecha del sendero crítico) se van convirtiendo en exigencias técnicas.
En el orden lógico del análisis, una misma función puede ser fin-superior de las siguiente o función
inferior de la anterior.
- Objetivos/especificaciones (se les denomina también funciones "primarias": indican el uso prin-
cipal intendido en el sistema analizado (se sitúan a la derecha de la línea vertical de fines) y son
las que determinan realmente la línea central (sendero crítico principal) de funciones básicas al
sistema.
- Funciones independientes o de apoyo: no están directamente enlazadas a las funciones de la
línea crítica central. Se las considera "secundarias" respecto a los objetivos, naturaleza y carac-
terísticas del problema central.
Son consideradas ante todo como funciones-causa-efectos, y por tanto se refieren a la secuencia
temporal (más bien contestan a la cuestión "Cuándo" se realizan las distintas actividades implica-
das).
- Funciones secundarias dependientes: describen una de las formas (generalmente contingente,
es decir, abierta a otras alternativas) en que realizar las funciones principales (en el diagrama se
las sitúa a la derecha de los objetivos-especificaciones, "funciones primarias").
25
El desarrollo arborescente hacia la derecha deberá ser comprobado recorriendo el camino inverso
(hacia la izquierda) preguntando el "Por Qué?" de cada función concreta. A veces será necesario
insertar ahí nuevas funciones que expliquen el nexo entre una superior y otra inferior.
El "sendero crítico" en el FAST consta de las funciones más esenciales. Es necesario distinguir
éstas de otras no tan importantes (a los distintos niveles de abstracción-concreción) o que impli-
can costes no justificables. A veces se tratará de efectos innecesarios, o incluso nocivos (la difu-
sión de calor a la atmósfera, la emanación de dióxido de carbono etc.). Las funciones detectadas
como no esenciales, costosas o nocivas deberán ser las primeras que deben ser corregidas o
eliminadas en el AV.
Hay que recordar, que la realización del F.A.S.T, como la de cualquier otro procedimiento en esta
fase de análisis, no tiene como objetivo solucionar el problema, sino simplemente identificar en
un marco de referencia "funcional", las dimensiones básicas, los términos en que se plantea el
problema.
Para desarrollar el diagrama de flujo (que permite ordenar las ideas en esta búsqueda), se trazan
inicialmente dos líneas verticales, una a la izquierda y otra a la derecha (que definen ya parte de
la "ventana" de análisis). Así como un eje central horizontal (donde se insertarán las funciones
básicas).
Se inserta a la derecha de la línea vertical izquierda, y en el eje central, la función base conside-
rada punto de partida, p.ejemplo: separar suciedad de tejidos.
Sigue la pregunta del "por qué?" se realiza tal función base: la respuesta a esta pregunta se
inserta a la izquierda de la línea vertical, y considerada como función de orden superior. En el
ejemplo, se la describe como "obtener o mantener limpio el vestuario".
Se debe verificar luego la validez de esta función-fin superior, interrogando (por así decirlo en
orden descendente) sobre el "cómo" se realiza tal función. Si la deducción fue correcta, deberá
encontrarse la función básica inicial.
Se procede luego en orden descendente buscando el "cómo" se realiza la función básica, y se
escribe en el bloque a la derecha dicha forma. Por ejemplo, en el caso de la limpieza se insertará
la función-causa-efectos de actuar químicamente sobre la suciedad. Pero aquí evidentemente
podría haberse insertado una alternativa, como la acción de los ultrasonidos. La validación de la
respuesta se realiza como arriba volviendo a buscar el cómo y el porqué en la relación de ambas
funciones (relativamente son causa final y causa eficiente).
El encadenamiento de funciones en relación mútua de por qué y cómo se prosigue hacia la dere-
cha generando el camino crítico del eje central.
Este camino crítico concluye en una última función de orden inferior que se escribe a la derecha
de la segunda línea vertical que delimita la ventana.
En el FAST hay que emplear también la descripción de funciones en "verbo + substantivo". En la
medida de lo posible hay que restringir cada formulación al empleo de un único verbo y un nombre,
no extenderse en "frases" complicadas.
En la práctica es aconsejable emplear pequeñas fichas para escribir cada función, con lo que se
facilita luego la construcción del árbol ordenando distintas fichas.
El FAST es una técnica de análisis de sistemas y por tanto implica la "delimitación" del sistema:
las líneas verticales puntuadas pueden ayudar a definir precisamente el campo de problemas
construído como sistema (no hay sistemas, pero hay que pensar en sistemas!).
La consideración de los costes (por funciones) se estudia en el capítulo III.
26
**** Aspectos críticos:
El enfoque funcional del F.A.S.T inicial (pues posteriormente esta denominación también abarca
otros elementos del análisis "por niveles" del sistema) estaba orientado todavía más a la perspec-
tiva del técnico que al enfoque del Marketing o Management Estratégico del producto. Esta con-
cepción sigue siendo un escollo en la comprensión del Análisis Funcional: el producto es así
concebido primariamente como algo generado por un potencial de factores internos, más que
como "respuesta" a una demanda externa. La "función" sigue siendo pues un efecto causal a
obtener, no una relación de finalización en la que es esencial el sujeto de necesidad a quien se
destina el objeto de análisis.
El procedimiento tiene el inconveniente de dejar fuera de la "ventana" de análisis una gran parte
de la red de funciones que constituyen el "sistema" del objeto estudiado. En la praxis se suele
evaluar que los costes afectados por estas funciones analizadas desde esa ventana sólo suponen
un 30% del total de costes del objeto. Esto puede suponer un serio impedimento al esfuerzo de
racionalización de un proceso, o al desarrollo de alternativas decididamente más económicas.
27
funciones del último nivel de desglose detallado. Otra es evitar el premioso trabajo propio del
F.A.S.T.
Pero en el QFD hay que traducir los pesos (importancia dada a las funciones por el cliente o
mercado) a las cargas o pesos derivados para las exigencias técnicas, o para otras magnitudes
derivadas (como el vector de componentes o realizadores funcionales etc.). Es precisamente esa
derivación de pesos (cuantificación obtenida en el estudio del mercado) a cifras de importancia
de esas magnitudes técnicas o de calidad etc. lo que constituye la base para poder estimar el
"valor" (siempre referido al receptor del objeto) de cada componente o proceso etc. en la ejecución
del objeto. Sólo así podrá luego compararse el valor y el coste del objeto y determinar el cociente
de valor (o el coste target de los elementos del objeto: como coste referido y proporcional al "valor"
funcional de cada elemento).
Dada la importancia de este instrumento para la actual forma de realizar el AV se describe en un
capítulo especial.
28
cumplimiento de dichas funciones: técnicas, de manejo, de seguridad, de imagen etc. En estas
evaluaciones se puede emplear el método de análisis de valor útil expuesto en el apendice I.
29
c) Finalmente, esta transformación de los datos primitivos lleva a la nueva elaboración de un
cuadro como el de la fig. 7-4 en el que los valores obtenidos para el cumplimiento de las distintas
funciones se han pasado ya a grados de preferencia de acuerdo con las curvas de conversión
anteriores, y suministra un cuadro o matriz de las respectivas "utilidades" de los parámetros es-
tudiados.
d) La matriz de utilidades (por cumplimiento funcional) debe ser normalmente "ponderada": no
tiene el mismo valor la seguridad (frenado, adherencia en suelos difíciles etc.) que la estética o
capacidad de transporte de un vehículo. Por ello podrán ponderarse los puntos de utilidad obte-
nidos.
Suele ser útil visualizar esos puntos en un gráfico de perfiles. Esto ayuda sobre todo en la fase
de comparación entre alternativas, tal como se representan en la fig. 7-5. En ella se muestran
además los valores ponderados según los pesos de las funciones en las columnas de la derecha,
lo que permite comparar no sólo perfiles, sino también valores totales.
30
8.2 Orientación a las "funciones ideales" (enfoque Nadler)
La "metodología" del AV implica dar directrices sobre la forma de realizar el Análisis de Funciones.
Una importante directriz es la que exige orientarse, desde el comienzo del análisis, a las funciones
ideales (según el llamado enfoque Nadler).
Esto implica que el análisis funcional no deba limitarse a analizar "lo que es o causa" el objeto
estudiado, preguntando "cómo es", o cómo se estructura este objeto (servicio o producto), sino
deberá plantear el problema a un suficiente nivel de abstracción, en referencia a las característi-
cas o atributos "ideales" que "deberían" conseguirse con el objeto estudiado, que permita aquella
distancia o altura respecto al plano de lo fáctico que es necesaria para poder generar creativa-
mente "alternativas".
Pensar funciones ideales, no es evidentemente sino buscar el óptimo en la satisfacción de las
necesidades del cliente, es decir, el máximo en "CALIDAD". Por tanto el análisis de funciones
deberá moverse en la dimensión relacional teleológica y no en la de vinculación o apresamiento
en facticidades permite lograr esa perspectiva que libera de ataduras, por abstracción y distan-
ciamiento respecto a las soluciones concretas, es decir, permite alcanzar una posición desde la
que es posible pensar sobre las exigencias al objeto prescindiendo, de momento, de la forma de
concretar (en determinados elementos) su realización.
Como consecuencia de tal enfoque será posible:
a) Clarificar y delimitar las "expectativas" de solución de problemas o satisfacción de necesidades
planteadas al objeto estudiado, a sus funciones. Es decir, definir los "objetivos" de cumplimiento
funcional derivándolos de la satisfacción a dichas necesidades o expectativas.
b) Definir un orden de preferencias, ponderando dichos objetivos y dándoles pesos relativos de
importancia. Establecer así niveles de valoración, distinguiendo aspectos exigidos u obligatorios,
aspectos deseados pero modificables, márgenes de elección o grados de flexibilidad en la forma
y nivel de satisfacción a las necesidades.
c) Clarificar los factores condicionantes o restrictivos derivados o implicados en el uso del pro-
ducto, distinguirlos de los aspectos o variables alterables, y ésto tanto en lo que concierne a los
elementos del sistema productivo, como a factores del entorno-mercado.
d) Determinar criterios operacionalizados (es decir, cuantificados en la medida de lo posible) de
cumplimiento funcional de dichos objetivos.
31
i
ii
Miles, L.D.: Techniques of Value Analysis and Engineering. New York 1961. McGraw-Hill Book Company Inc.
iii
Akiyama, Kaneo (1991): Function Analysis - Sistematic Improvement of Quality and Performance. Productivity Press
(orig. japonés: 1989).
iv
Händel, S. )1978): Wertanalyse bei Dienstsleistungen in Wirtschaft, Staat und Wissenschaft. Essen: Girardet.
v
Shillito, M.Larry / De Marle, David J.: Value. Its Measurement, Design and Management. New York 1992, John
Wiley & Sons. Pp. 147 ss.
vi
Bytheway, C.W.: (1965) Basic Functions Determination Logic. Proceedings, Society of American Value Engineers,
pp. 38.1 - 38.21; (1971): FAST Diagrams for Creative Analysis. Journal of Value Engineering, (march) pp. 6-10;
(1972): Innovation to FAST. Proceedings, SAVE Regional Conference, Detroit, pp. 6.1-6.7.
vii
Wojciechowski, F.X. (1978): The Various Types and Uses of the FAST Diagram. Proceedings, Society of American
Value Engineers. 13, pp. 153-159.
viii
, Mudge, Arthur E. (1965): How to Construct and Use a VE Function Chart. Value Engineering.
ix
Fowlkes, J.K./ Ruggles, W.F. / Groothuis, J.D. (1972): Advanced FAST Diagramming. Proceedings, Society of Amer-
ican Value Engineers.7, (june) pp. 45-52.
x
Wojcieskowski, F.X. (1972): FAST Diagram - Its Many Uses. Proceedings, SAVE Regional Conference. Detroit, pp.
10.1-10.4.
xi
Tamai, M. (1967): How to Build Functional Family Trees. Value Engineering, 8, pp. 7 ss.
xii
Tanaka, M. (1985): A Survey Concerning Target Costs, VE, and Price Estimates in the Product Development and
Design Process. Japan VE Association 1985.
xiii
) A este respecto, véase como introducción a estos problemas la obra de Watson y Buede, 1987, citada en la Biblio-
grafía final que se apoya a su vez en los trabajos de Keeney.
32