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Para que un motor de combustión interna funcione, necesita de

un elemento que proporcione la chispa necesaria para que el


combustible prenda en la cámara de combustión y se inicie el
proceso. Este elemento son las bujías, pero que este nombre no
nos lleve a engaño, pues por la evolución y los diferentes tipos
de motores que existen en la actualidad hay multitud de bujías.

Además, las bujías no solo proporcionan esta chispa, sino que


también son las encargadas de desviar el calor que se genera
en la cámara de combustión interna hacia el sistema de
refrigeración del motor. Por esta razón, hemos elaborado una
breve guía sobre los tipos de bujías que existen y cómo se
clasifican.

Clasificación de las bujías

El principal elemento por el que las podemos clasificar es por


su grado térmico. Es por ello que contamos con bujías de alto
grado térmico (transmiten el calor con mayor rapidez)
conocidas como bujías frías, o por el contrario bujías con bajo
grado térmico (transmiten el calor más lentamente), estas son
conocidas como bujías calientes.

La medición del grado térmico está fijado por los fabricantes,


utilizando una escala específica obtenida mediante ensayos de
laboratorio, mensurando el tiempo máximo en que una bujía
funciona ante una exposición de calor excesivo, hasta que logra
su autoencendido. Las escalas dan como resultado un número
entre 45, para la bujía más caliente, y 500 para la más fría.

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Tipos de bujías

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Sin embargo, además de este sistema de clasificación también
existen otros, entre los que se encuentran estos.

Según su resistencia

Este tipo de bujías están presentes en los motores diesel de


inyección indirecta.
• Bujía de resistencia desnuda. Son las de toda la vida y en ellas
la resistencia eléctrica está al descubierto (se ve a simple
vista).
• Bujía de resistencia protegida. La resistencia eléctrica va
cubierta con una funda de óxido de magnesio para transmitir
el calor de forma más rápida y efectiva.
• Bujía de resistencia antiparasitaria. Este tipo es una variación
de la anterior, pues dentro de su cámara de óxido de magnesio
cuenta con una resistencia que le ayuda a eliminar las
interferencias que pueda haber con el sistema eléctrico del
coche.

Según el tamaño del arco de corriente

Por el tamaño del arco de corriente. Distancia que tiene que


recorrer la chispa desde el electrodo central hasta el lateral.
Esta chispa puede verse reducida si el electrodo lateral está
deteriorado.

• Bujías de abertura normal. El arco de corriente salta hasta 0,9


milímetros. Es la más sencilla de todas y la más habitual en
los motores actuales.
• Bujías de abertura grande. En ellas el arco de corriente puede
ser de hasta 2,05 milímetros y para que funcionen
correctamente necesitan bobinas de alto voltaje en el sistema
de encendido.
Por tipo de material

En función del material del que estén elaboradas las bujías


pueden ser de un tipo u otro.

• Bujías de platino o iridio. Son las más resistentes pues tienen


menor conductividad, que la compensan con un electrodo
central con punta que facilita el salto de corriente. Su precio es
más elevado que las tradicionales de cobre.
• Bujías de cobre. Las más conocidas y conductivas.

Por número de electrodos

El número de electrodos puede ir desde uno hasta cuatro o


cinco. La diferencia entre una multielectrodo y una con uno solo
radica en su durabilidad. La razón de ello es que en las que
poseen varios electrodos el trabajo se divide cuando hay que
trasladar la electricidad y por tanto sufre menos.

En las que sólo existe un electrodo el trabajo se realiza a través


de un único camino y por tanto es el que sufre todo el trabajo,
mermando su vida útil significativamente.

Por tipo de combustible


Por último, aun existiendo más clasificaciones, tenemos
las bujías por tipo de combustible.

• Bujías para gasolina. Son las más conocidas y comunes, pues


presentan las características que tienen las bujías desnudas.
• Bujías para motores diesel. La forma de este elemento varía
sensiblemente, pues es un tubo incandescente que se sitúa en
la culata y envía el calor hacia la cámara de combustión
interna de forma directa. Para producir la ignición de la mezcla
en el motor puede alcanzar más de 1000º centígrados. Suelen
ser delicadas a bajas temperaturas, pues necesitan de más
tiempo para alcanzar la temperatura necesaria para funcionar.
• Bujías para motores a gas. El principal problema que tiene
este tipo de bujía es el desgaste de sus electrodos por
oxidación, por lo que suelen ir recubiertas de níquel. En ellas el
voltaje de ignición es más elevado para posibilitar la
combustión de la mezcla gas y aire.

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