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POR LA DEFENSA DE LA ORIENTACIÓN ESCOLAR

PANEL SOBRE LUCHAS DE LA ORIENTACIÓN


ESCOLAR

María Deisy Sandoval Gaitán


Docente Orientadora
Colegio República de Colombia IED – JN

1. ¿Cuáles han sido para ustedes los momentos más importantes en la


orientación escolar?

Considero que uno de los momentos más importantes de la OE se remonta a


principios del siglo XX, época en la que surge tanto en EEUU como en Europa,
pues su inicio se establece con un marcado enfoque social en el que se
predominó la atención y asesoría de poblaciones vulnerables; dicha atención
obedecía en ese entonces a la necesidad de que los estudiantes pudieran
escoger un oficio o un quehacer posterior a su tiempo escolar y aunque el
objetivo era obviamente la consecución de mano de obra, este momento es
relevante porque el que los estudiantes contaran con asesores de sus proyectos
de vida democratizaba por sí mismo el sistema educativo.

Para Colombia el inicio de la OE se da en 1932 con la profesora Mercedes


Rodrigo que crea el Instituto Psicotécnico en la Universidad Nacional (Salcedo
2018). Sin embargo, es hasta 1954 cuando el gobierno nacional crea seis
institutos de estudios psicológicos y de orientación profesional para ayudar a los
estudiantes en escoger sus carreras profesionales.

Se podría decir que la época dorada de los orientadores fue precisamente las
décadas del 50’, 60’, 70’ donde el Orientador logra ser reconocido en las
instituciones educativas por ese proceso de Orientación Vocacional y
Profesional que realizaba en los colegios, sin deslegitimar las otras acciones
cumplidas por ellos quienes a partir de 1974 además de los procesos
mencionados realizaban la prevención primaria de las enfermedades mentales,
los trastornos emocionales y las perturbaciones psicosomáticas (González 2018).
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Para la década de los 80 cambia la legislación y en ella se desvirtúa de alguna


manera el quehacer del orientador a través del Decreto 1002 de 1984 ya que a
través de su artículo 10 establece la Orientación Escolar como una acción
inherente a todas las áreas del currículo, designando esta función a todos los
docentes participes de los procesos educativos de los estudiantes.

Este momento se considera una perdida ya que quebranta no solamente nuestro


ejercicio profesional en las escuelas sino que falsea nuestra razón de ser en los
espacios educativos. Esta pérdida para la escuela va de la mano a todo un
proceso sistemático de reducción de la planta de personal del magisterio; en
razón a ellos, en épocas posteriores si un orientador se pensionaba esa plaza se
consideraba perdida… poco a poco el estado esperaba desaparecernos de los
entornos escolares y de paso de la gruesa nómina magisterial.

Es hasta la década del 90 que se establece la prestación de este servicio en lo


que hoy conocemos como la Ley General de Educación o Ley 115 de 1994,
reglamentada por el Decreto 1860 del mismo año, que en su artículo 40
establece como objetivo general del servicio de Orientación Estudiantil
“Contribuir al pleno desarrollo de la personalidad de los educandos en particular
en cuanto a: Toma de decisiones personales, identificación de aptitudes e intereses,
la solución de conflictos, problemas individuales, familiares y grupales entre otros”
Creo que en ese momento los Orientadores, que ya contaban con una diversidad
de nombramientos comenzaron a luchar por la reivindicación de su quehacer en
las escuelas. Pues es a través de este decreto que tal vez por sostener la
presencia del OE en las instituciones se le asigna unas tareas que se exceden
tanto por lo amplias como por lo ambiguas.

Posteriormente en el 2002 se vuelve a hacer referencia jurídica de los


orientadores escolares, a través del Decreto 1850 que en su artículo 6, refuerza
el concepto de que el Servicio de Orientación Estudiantil “es un deber… que
deben asumir… los directivos docentes y los docentes para contribuir con la
formación integral” relegando a los orientadores de su perfil profesional al de
apoyos de los directivos y docentes en cumplimiento del artículo 40 mencionado
anteriormente. En este momento son pocas las instituciones que cuentan con el
Servicio de Orientación y, en las que lo tienen, el orientador y el servicio se
encuentra subordinado a las coordinaciones y cuerpos docentes; tal como lo
establece el decreto 1850. Constituyéndose esta época el oscurantismo para
nuestros orientadores antecesores pues es un tiempo con grandes pérdidas,
represión y falta de libertad, pero junto a este y en la búsqueda de resurgir en la
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historia se reconoce el nacimiento de una lucha que busca reavivar el ser y


sentido de la OE, pues las políticas aplastantes y aniquiladoras del gobierno
caían sin piedad sobre nuestros colegas.

Sin embargo, no es sino hasta el 2008 cuando en la Alcaldía de Luis Eduardo


Garzón que con el respaldo de los sectores sociales y la política de izquierda se
crea el Consejo Consultivo de Política Educativa; este aparece como la soga que
salvara del naufragio a la Orientación Estudiantil, pues en su articulo 18 establece
la conformación de las mesas locales y la mesa distrital de orientadores. Una
soga que fue aprovechada por el movimiento de orientadores que desde la
década anterior trabajó por mantener la orientación en el podio que debía estar
y quitarla del paredón aniquilador en el que la habían instaurado los gobiernos
de turno.

Una vez allí la lucha de los orientadores cobra vida, gracias a la vehemente
organización y compromiso de los orientadores que no se sometían a ser apoyos
de coordinación y docentes, sino que con gallardía asumieron el liderazgo de
lucha y reivindicación necesaria por todos los Orientadores Escolares. El
entonces Secretario de Educación Abel Rodríguez, crea una figura Jurídica y
logra después de décadas, la contratación de docentes provisionales con
funciones de orientación unos pocos, que llegamos a reforzar las líneas de fuerza
y trabajo que durante tanto tiempo los orientadores sobrevivientes habían
logrado. En ese momento la pelea no era solo por funciones o por horario, sino
que se centraba sobre todo en la visibilización de los orientadores su quehacer
y su importancia en los procesos escolares.

Gracias a la fuerza de muchos orientadores que no nos quedamos anquilosados


a las cuatro paredes de nuestras oficinas, y que hicimos ruido desde diferentes
espacios políticos y académicos se logró que en el 2010 cuando se abre
convocatoria para concurso docente, después de cerca de 30 años, se
nombraran 1180 orientadores, allí algunos que fuimos provisionales quedamos
en propiedad y se dio la bienvenida a una nueva era para la Orientación
Educativa. Los orientadores renacimos como el Ave Fenix y desde ese entonces
hasta hoy hemos logrado grandes cosas… ya somos más orientadores visibles e
importantes para nuestras escuelas; dejamos de ser apoyos para convertirnos en
el faro de las instituciones educativas y todos sus estamentos, nuestros
conocimientos se han expandido y ahora no solo contamos con equipos y redes
que desde diferentes escenarios fortalecen nuestro quehacer, en la práctica, la
investigación, la innovación, sino que somos legado en piedra que peldaño a
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peldaño hemos labrado y mantenido una historia y estamos en la conquista de


un futuro, para y por las nuevas generaciones.

2. ¿Hacia dónde debe ir actualmente la Orientación Escolar?

La orientación educativa en este momento de la historia social debe como dice


nuestro colega José Israel, asumir la Mayoría de edad (en términos Kantianos),
es decir, se debe enfocar en contribuir o aportar en el mejoramiento de la
calidad de vida de las diferentes personas que participan del proceso escolar,
desde cualquiera de los estamentos que sea consultada; es el momento de que
frente a la labor que desempeñamos vayamos más allá de los límites
establecidos y dediquemos mucho tiempo a la formación, actualización y
desarrollo de proyectos, y parafraseando a José Israel de nuevo, teniendo en
cuenta que nuestro quehacer gravita en torno a la investigación, los conflictos, el
aprendizaje, los sueños, el amor, la vida familiar, los derechos humanos, la
violencia, la salud mental, las relaciones sectoriales e interinstitucionales, la vida
y el bienestar dentro y fuera del aula, donde lo afectivo, lo cognitivo y el poder
se entretejen en el accionar del docente orientador; entendiendo este accionar
no sobre los términos funcionales del estructuralismo sino sobre la base de la
pedagogía que lleva implícito el conocimiento como principio de libertad y
soberanía, y entendiendo esta soberanía en la independencia de la
emancipación de ese otro que coarta las posibilidades de potenciar la razón y la
conciencia como patrimonio cultural, social y ciudadano.

Ya no estamos limitados a la orientación profesional y/o vocacional, tampoco a


la atención de niños con dificultades para aprender, ni a las ocasionalmente
infructuosas escuelas de padres… en realidad los limites de nuestro accionar los
establecemos nosotros mismos a pesar de la empleabilidad, y de las crecientes
políticas neoliberales que durante tanto tiempo han perjudicado enormemente
las estructuras sociales fracturándolas y llenando nuestras oficinas de aún más
casos por atender.

Los orientadores debemos caminar hacia la resistencia del yugo que busca
anular las mentes y los corazones de nuestros estudiantes, derogar los prejuicios
que dictaminan sentencias y rescatar el amor en nuestro corazón para que
podamos abrazar con el alma la humanidad doliente de ese que nos convoca a
gritar con rabia y dolor ante la impunidad.
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3. ¿Cuáles han sido los momentos más difíciles para la orientación


escolar y de qué manera se han podido manejar?
Tal vez los momentos más difíciles para la orientación han sido los instantes que
se constituyen en hitos para nuestra historia. La creación del centro de
psicotecnia; luego el momento en que nos relegan al patio trasero de la escuela
y se desconoce la importancia de nuestro saber disciplinar, en este momento
aparece una necesidad profunda por la supervivencia; muchos orientadores le
apostaron y se mantuvieron con convicción y trabajo, de la mano de la
organización sindical.
Posteriormente y gracias al esfuerzo de los orientadores existentes se logra la
alcaldía y gracias al saber pedagógico del entonces Secretario de Educación se
da un espaldarazo a la orientación escolar con la contratación provisional de 60
orientadores que posteriormente se duplicaron a 120; con ello la lucha se
transforma, ya no es solo la supervivencia sino la visibilización de nuestro ser y
hacer en los entornos escolares.
Otro momento crucial es el nombramiento de docentes orientadores en
propiedad en dos convocatorias realizadas sucesivas al 2010 sin embargo ello
trae consigo un cumulo normativo que a través de las leyes, decretos y
resoluciones establecieron una política que desconfiguro y adentró en un limbo
jurídico a los docentes orientadores, quienes nos dividimos tanto por los
estatutos sobre los cuales fuimos contratados 2277 y 1278 como por las
exigencias que se establecían desde la Secretaría de Educación por adentrar a
los orientadores en procesos administrativos desconociendo su aporte y
ejercicio pedagógico.
El empoderamiento de estas problemáticas y el sufrimiento de muchos
orientadores se suma, sin resignación al silencio ante esta maquinaria que busca
adentrarnos en las dinámicas represivas del estado, esta inconformidad y
gracias al trabajo mancomunado realizado por los orientadores en las mesas
locales y distrital da como resultado un logro que para nuestra historia constituyó
una resignificación importante el Congreso Anual de Orientadores Escolares del
distrito financiado en un 100% por la secretaria de educación y el
Reconocimiento de nuestra labor a través del nombramiento de un día al año
como el día del orientador escolar.
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Desde ese momento y hasta ahora los orientadores nos hemos hecho oír, ver y
respetar a través de las publicaciones, los eventos de formación que con el
tiempo se han ido especificando a las necesidades de nuestro quehacer, la
organización, el diálogo y sobre todo la unión que genera el descontento
generalizado que nos lleva a no dejar de creer, pensar y decidir sobre los que
en esencia somos. Por estas razones y pese a ellas, considero que los momentos
más difíciles tanto para los orientadores como para nuestra historia, son aquellos
momentos en los que nos ha costado deprendernos de los egocentrismos y las
supremacías del saber, por los propósitos colectivos y es justo en ese momento
cuando las luchas sobrepasan el umbral la inmovilidad para trasladarnos un paso
adelante en la reivindicación y la justicia por lo que somos y hacemos.

Plataformas de lucha por el conjunto de la población


Lo técnico es una estafa ideológica,
Universo interpretativo esta reconfigurado

Analfabetismo funcional

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