de caminos y veredas, metiendo cariño y manos, un sol tibiecito alumbra de orgullosos campesinos y acaricia mi Arboledas. y buenos arboledanos. Maravillado contemplo Una nube grande y rubia como huye la oscuridad; se posesiona en el cielo, se ilumina nuestro templo derramando suave lluvia Santísima Trinidad. que refresca nuestro suelo. Se levanta un nuevo día Con acelerada prisa presagiando mil calores cada quien en su quehacer y así, con la Eucaristía ve como el día agoniza se reanudan las labores. y llega el anochecer. A cuidar los animales, Nuestro pueblo así descansa a dirigirse a la escuela, entre penas y emociones; a labrar los cafetales, manteniendo su esperanza, a producir la panela. recibiendo bendiciones.