Francisco Ingouville
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En este capítulo, ofreceremos un tratamiento de la negociación entendida
como el arte y la c iencia de l legar a acuerdos de la mejor calidad posible en
cualquier ámbito. La calidad del acuerdo no se refiere sólo al beneficio
material que se obtenga sino a la calidad de las relaciones que se
establecen y mantienen y, por lo tanto, indirectamente, al valor ético del
proceder. No porque aquí vayamos a profundizar temas de ética sino porque el
cuidado de las relaciones implica una conducta con c iertos l ímites y eso, en
última instancia, es del orden de lo ético. Al hablar de negociación
estaremos incluyendo, bajo el paraguas de este concepto, a otros que
permiten perfeccionarla y que son parte de ella, como la comunicación, la
relación, los argumentos, los supuestos, los paradigmas, la preparación, la
creatividad, el t rabajo en equipo, el l iderazgo, y hasta algo de biología,
neurología, y psicología.
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En el presente capítulo, nos enfocaremos en la denominada Negociación
Creativa, que se basa en esta última pero pone especial énfasis en la
creatividad y en las condiciones necesarias para que las partes t rabajen en
equipo, en un clima de máxima imaginación e innovación. Surgida como f ruto
de décadas de observación sobre qué funciona y qué no funciona en más de
veinte países de varios continentes y basada en gran medida en las teorías
de la Escuela de Negociación de la Universidad de Harvard, este método
propone un modelo y algunas herramientas pero deja mucho campo a la
iniciativa e inteligencia individual, en un proceso continuo de perf
eccionamiento.
más velocidad, con puntas más afiladas y f racasó en cada oportunidad. Sólo
comenzó a tener éxito cuando cuestionó el supuesto de que el pez estaba
donde él lo veía. Entendió que así como su lanza parecí a doblarse cuando la
introducía en el agua, la imagen del pez se encontraba desplazada por la i
lusión óptica que provocaba la desviación de los rayos de luz al pasar del agua
al aire. Cuando entendió esto su acción fue más certera: fabricó una lanza
con dos puntas y apuntó con una sabiendo qué la otra compensaría la
desviación. En las negociaciones, ocurre algo parecido. Los supuestos que
determinan nuestra conducta no siempre son los más convenientes, como se
verá en el próximo apartado.
Cuando se habla de negociación, mucha gente piensa sólo en regateo. ¿ Cuántas veces
hemos oído a f uncionarios y empresarios opinar que en t oda negociación
necesariamente hay un ganador y un perdedor?
Hay quienes consideran difícil sostener una act itud exigente con respecto a
los propios logros y a la vez una relación amable y comprensiva con la otr a
parte. Todos experimentamos cierta dificultad de ese orden. Lo que
diferencia a exitosos de no exitosos es que los primeros reconocen el
problema y t rabajan para superarlo. Es lo que se denomina la tensión entre
empatía y asert ividad. Y la forma de resolver esa tensión es con mucho
de ambos: mucha comprensión del otro y mucha c laridad para expresar la
propia situación y necesidades. Con toda esa información se arriba a las
mejores soluciones en equipo.
2) ) EL MODELO DE LA NEGOCI ACIÓN CRE ATIV A
1) El cuento de la naranja
Dos chicas discutían por una naranja hasta que la madre, alertada por los
grit os, las separó.
i Quiero esa naranja! - dijo una. i Y yo también! - agregó la otra. Muy bien - dijo
la madre.
Salomónicamente cortó la naranja al medio y le dio la mitad a cada una.
Una de las chicas comió la f ruta y t iró la cáscara. La otra t iró la f ruta y se l
levó la cáscara. La necesitaba para hacer un postre que requería piel de
naranja rayada.
Ahora bien, ¿ se equivocó la madre con su solución? En principio, su
intervención logr ó terminar con los gritos, detener la pelea entre las chicas
sin cometer injusticias y darle, a cada hija, una parte de lo que querían.
Pero si en lugar de t rabajar con las posiciones de las chicas, hubiese
indagado sobre sus intereses, habría podido darles el doble. Para ello,
habría bastado con preguntar: "¿ Para qué quer és la naranja?" y luego
hacer un corte más creativo que partir la naranja al medio, para darle a una
toda la cáscara y a la otra todos los gajos.
2) Los nueve conceptos para analizar, preparar, conducir y e
valuar una negociación
Desde luego, en las negociaciones reales, las cosas suelen ser más
complejas. Sin embargo, el cuento de la naranja deja bien c laro que
conviene distinguir entre lo que se dice que se quiere y para qué se lo
quiere. A menudo encontramos posiciones opuestas e irreconciliables
que podrían resolverse con la aplicación de c iertas técnicas y métodos. Así,
a continuación, presentamos los nueve conceptos básicos que conforman el
modelo de la Negociación Creativa, utilizando la historia de la naranja como
referencia.
Intereses : Son las necesidades, deseos, amores, temores que subyacen a las
posiciones. En síntesis, las motivaciones que l levan a plantear esa posición,
el motivo por el cual se pide lo que se pide. Los inter eses son el para qué de
las posiciones y justamente hay que pregunt ar para qué reclama el otro lo
que reclama a f in de conocer sus intereses. En una negociación, no
siempre es posible preguntarlo directamente. A veces, hay que ser muy
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diplomático y acercarse a la respuesta mediante un camino zigzagueante
y cuidando la relación. En la mayoría de los conflictos, la gente no sale de
posiciones. Hay una tensión entre la necesidad de comunicar los intereses a f
in de lograr su satisfacción y el temor a que, si damos esa información, se
abusen de ella. Por eso, conviene develarlos en forma equitativa: dar
información a medida que la
otra parte nos da a nosotros. A veces, es recomendable explicitar la
conveniencia de que ambos podamos conf iar los intereses al otro. Los
acuerdos de confidencialidad y respeto ayudan a lograrlo.
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es satisfacer nuestros intereses, la comunicación de cuáles son esos int
ereses será un elemento fundamental. Asimismo, en los casos en que pr
etendamos construir una buena relación con la otra parte para seguir haciendo
buenos acuerdos juntos, la comunicación será útil para expresar qué cosas
nos caen bien, y cuáles no, en el t rato con el otro. Podremos pactar reglas
y asumir compromisos.
Relación: La relación inf luye sobre el t ipo de comunicación que establecen
las partes. La confianza es parte de la relación y un factor determinante para
lograr buenos resultados. No le confiamos nuestros intereses a alguien con
quien todavía no hemos establecido una buena relación. No podemos
hacer buen t rabajo de equipo hasta entonces. Y esto es particularmente
cierto en las culturas latinas, donde las relaciones interpersonales son
relativamente más importantes que los contratos y las instituciones.
Entonces, lo primero que se suele hacer es usar la comunicación para l
levar la relación a un estado en que se pueda t rabajar en confianza y
recién entonces intentar la negociación creativa. Habitualmente, quienes
adoptan la negociación Ganador- Ganador como modelo consideran que una
buena negociación debe dejar la relación mejor que antes, porque ésta
constituye el capital con el que seguirán t rabajando en el futuro.
Opciones : Las opciones son ideas que pueden generar un acuerdo porque
satisfacen los intereses de una de las partes o de ambas. Un acuerdo
puede incluir muchas opciones. Y lo ideal es que se explore gran cantidad
de ellas antes de cerrar el compromiso. Nada garantiza que las primeras
opciones en que las partes coincidan sean las que logren el mejor
aprovechamiento de la
oportunidad. Lo más posible es que, como en la solución propuesta por la
madre con respecto a la naranja, se esté desaprovechando valor.
Por eso, una vez que ambas partes conocen los intereses del otro, lo ideal es
anotarlos en una hoja y f i jarlos como el objetivo a lograr por el equipo. A
esa altura, s i se ha usado la comunicación para mejorar la relación, es
posible que haya una convicción de que ambos saldrán ganando más si t
rabajan juntos que s i se enfrentan. Así, pueden empezar a t rabaja r en
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equipo.
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un precio o de una calidad más conveniente. La idea es comparar el acuerdo
con la mejor de todas las alternativas existentes, que en la jerga de los
negociadores se suele l lamar MAAN ( mejor alternativa a un acuerdo/
negociado) o, en palabras más sencillas, el plan B.
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confianza donde ambas partes puedan decir lo que realmente quieren y t
rabajar con esa materia prima en busca de soluciones.
sea f i jado. Para ello, utilizar algún criterio legítimo, ajeno a las partes, un
criterio objetivo o un tercer imparcial elegido por ambos.
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Mejorando el acuerdo. Una vez acordado y f irmado con el alivio de tensión
que sigue las partes pueden verificar s i sin capaces de revelar intereses
que no habían declarado y, en base a ellos, mejorar lo acordado.
La visión antigua sostiene que, ante una persona cuya posición está
totalmente enfrentada con la nuestra, hay solo dos caminos: ceder o hacerlo
ceder. La negociación creativa propone encontrar otro: crear valor juntos y que
ambos obtengamos lo que necesitamos. El negociador creativo escucha y
ofrece, en vez de un regat eo, una relación de t rabajo para beneficio de
ambos. En este proceso, valora a la otra parte como un socio y la ayuda a
que de lo mejor de sí.
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desde arriba una organización puede asemejarse a una maquina l lena de
piezas en movimiento, engranajes y poleas. Como en el motor, en la
organización hay f r icciones. La negociación creativa reduce el roce, recurre
a la f r icción solo donde es necesario, produce mayor eficiencia, menos
desgaste y rotura de piezas y mejores resultados. Si pensamos que las
piezas representan a las personas, hay un beneficio adicional que da sentido
a todo: con negociaciones creativas las personas se l levan mejor y logran más
resultados, padecen menos estrés, menor ausentismo y rotación de personal.
4) ) CONCLUSIÓN
natural de lo adquirido.
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